Descontrolada

By KatColdFire

23.8K 1.5K 217

-Tu pesadilla comienza aquí y ahora, Stewart, vas a desear no haber pisado este colegio jamás- estaba intenta... More

Prólogo y trailer
1. Ten cuidado.
2. Reglas diferentes.
3. Primer día.
4. Dando la nota
5. Guerra de comida
6. Sígueme el rollo
7. Miles
8. ¿Ahora tenemos secretos?
9. Mejor fuera que dentro
10. Sé más de lo que crees
11. Era yo #Maratón
12. Te arrepientes cada día #Maratón2
13. En apuros #Maratón3
14. La trastada
15. Una llamada inesperada
AVISO
16. Encerrada con el enemigo
17. Un monstruo
18. Peligrosamente fuera de control
19. Visitando parientes
20. Boomerang
21. Desnuda
22. Pelea de zorras
23. Saldar cuentas con Hunter
24. ¿Por qué tiemblas?
25. Ya no lo sería jamás #MARATÓN
26. Ninguna batalla
27. Lo sabemos todo
28. El secreto
AVISO :(
29. Mi lugar
30. La generación perdida
31. Hunter esconde algo
32. No vuelvas a tocarme el culo
33. El baile se acerca peligrosamente
34. Solo tiene sentido cuando estás ebrio
35. Dos chicos, una fiesta #MARATÓN
36. Solo es Lia #Maratón2
NO CAPÍTULO NUEVO-AVISO
37. Van a pillarnos
38. No te muevas.
39. Solo nosotros entendíamos
41. "Alex"
No capitulo nuevo.
42. "Amigos" #Maratón
¡HE VUELTO!
43. Hora de portarse mal
44. Es un combate
45. Algo juntos
46. Ha desaparecido
47. Entrepierna
48. Mi prometido.

40. No valgo la pena

380 26 4
By KatColdFire

Narra LIA

Camino decidida por los pasillos del internado, como de costumbre, muchos se fijan en mí. Sin embargo, hace tiempo que todo eso ya no me llena, antes solía buscar esa reacción en la gente, sobre todo en los chicos, pero algo en mí ha cambiado.

Puede que sea el hecho de no necesitar más que una sola mirada de la persona correcta y no doscientas de desconocidos.

No obstante, me gusta que me miren, sentirme acogida por esos ojos que me traen sin cuidado, de alguna manera, siento que siempre me encuentro fuera de lugar, pero soy capaz de invadir la mente de muchos con solo darme un paseo delante de ellos.

Es fácil y aburrido, pero reconfortante. No lo suficiente como para ser lo único a lo que aspirar en la vida, pero sí que funciona como una pequeña dosis de autoestima para seguir adelante.

Me imagino como sería un encuentro con él, si no nos conociéramos, claro está. En ese caso, probablemente nunca hubiéramos tenido más que alguna que otra conversación corriente de compañeros de clase.

Como con los demás, nunca habría encajado con ellos, de hecho, hay veces que aún siento que no lo he hecho. Si no hubiera sido por mi caída en las drogas, nunca habría sabido lo que son los amigos de verdad. Me habría pasado la mitad de la vida rodeada de mentiras, de una familia que yo pensaba que me quería y al verse afectados por mis condiciones, no quiso tener nada que ver conmigo.

Abandono del internado con la mayor naturalidad que logro reunir, después de todo, no nos permiten salir por las buenas, y la verdad, por las malas tampoco, y menos en horario de clase. Sin embargo, es en el único momento del día en el que puedo hacer esto, pues los chicos pensarán que he no he ido a clase para ir de compras y de ese modo evitaré dar explicaciones.

Llego a la residencia, hace una semana que no vengo y me sorprende ver que han cambiado el color del mostrador de la recepción, me acerco para preguntar por ella pero no me da tiempo a abrir la boca pues la secretaria se me adelanta y me señala con amabilidad el jardín.

Algunos señores me saludan abiertamente, pues soy una de las pocas jóvenes que viene a este lugar, lo cual me parece muy triste y desconsiderado por parte de nuestra generación. Este tipo de comentarios son los que nunca podría decir con Chris delante, por ejemplo, ya que se piensa que soy una descerebrada que solo tiene en la cabeza ropa y zapatos, y siempre que intento demostrarle que no es así se ríe de mí soltando alguna broma ingeniosa.

Ella está sentada sola, en un banco en el que da la sombra de un árbol repleto de pequeñas flores blancas.

-Hola- digo al tiempo que me acomodo a su lado.

-¿Tú eres la que me tiene que traer las pastillas? Ya les he dicho que me las he tomado esta mañana, no soporto que me lleven la contraria...

-No, no vengo a traerte pastillas, Maggie- mi abuela me mira desconcertada, sin comprender qué puede querer de ella una muchacha de mi edad-. Te he traído galletas de limón, como todos los miércoles...

-Mentira- niega con la cabeza varias veces-. Yo nunca he probado ninguna galleta con sabor a limonada.

-En realidad, son de limón...

-¿Vas a darme una o no?- me interrumpe y yo suelto una risilla mientras abro la caja y le alargo una de ellas. Ella la saborea como si fuera la primera vez que las toma, tal y como hace cada miércoles, y me mira desconfiadamente, tal y como hace cada miércoles.

-Pues no les noto el...

-Ya, no saben mucho a limón pero están muy ricas- me adelanto, porque siempre dice lo mismo-, y son bajas en azúcar, lo cual te viene muy bien.

-¿Y por qué me das dulces, niña?

-Porque no los quiero- se parte de risa todavía con la galleta en la mano-. Te diré un secreto, muchacha, el secreto de la vida es dar sin pedir nada a cambio. Me gusta la gente como tú, me recuerda a mi hija... bueno, ya no. Ella cambió ¿sabes? Se volvió muy irresponsable y nunca fue un buen ejemplo para sus hijos, se pasaba con el alcohol y luego esos niños imitaron lo que vieron en casa. Lo normal, vaya- no me atrevo ni si quiera a moverme, es la primera vez en todos estos años que menciona a mis hermanos y a mí. Mi madre, en cuanto se enteró de que tenía alzheimer, la internó en esta residencia, suele venir a verla los lunes, de hecho, alguna vez me la he cruzado por los pasillos pero no me reconoce, hace más de cuatro años desde que la vi por última vez.

Solía ir en navidades y en mi cumpleaños, pero, y aunque tardé demasiado, me percate de que no me quería a su lado. Ni a mí, ni a nadie, ahora suele coquetear con varios hombres, tratando de sacar como sea el dinero para pagar el alquiler cada mes.

Lo bueno de venir a ver a mi abuela, que es la persona a la que más quiero en el mundo, ya que a pesar de que parezca un poco casca rabias, es una mujer con un gran corazón y ha sido muy valiente durante toda su vida, es que nunca recuerda que he venido. La enfermedad le impide hacerlo, así como saber que soy su nieta. Yo y una enfermera hemos intentado hacer que haga memoria varias veces, pero se pone muy nerviosa.

Lo entiendo, debe ser frustrante darte cuenta de que has perdido la cabeza.

-Come más despacio que te vas a atragan...

-¿Lia?- en el momento ni si quiera me planteo que sea él, llego a pensar que incluso es la voz de un médico o algo por el estilo, mas al girarme lo compruebo. Es él.

-Chris, ¿Qué-Qué haces aquí?- él mantiene la vista fija en mi abuela, aun sentada cómodamente en el banco-. Ella es...

-¡Maggie!- grita ella de repente-, pero a ti te dejo llamarme como quieras, mozo- él no puede evitar soltar una risotada al escucharla.

-Es un placer señora, yo soy Christian.

-Yo también soy cristiana...

-No, no, él no ha dicho...-intervengo.

-Y nadie me ha llevado al altar desde hace cincuenta años...

-¡Maggie!- la riño.

-Lo siento, señora, pero mi corazón pertenece a otra dama- le vacila mi amigo y se sienta a su lado divertido con la situación.

-Pues espero que cocine mejor que esta desgraciada- le indica refiriéndose a mí-, porque me ha hecho unas galletas con sabor a limonada terribles.

-Limón- le corrijo.

-Vaya, ya lo siento, Maggie, es que ella siempre ha sido un desastre en todo lo que no esté relacionado con su pelo y su maquillaje- responde el chico creyéndose chistoso.

-Más lo siento yo, Maggie, por haberte hecho conocer a este estúpido engreído. Él siempre intentará darte una lección ¿sabes? No importa el tema que sea, él siempre sabrá un poquito más que tú.

-En realidad, resulta muy sencillo saber más que Lia Mackenzie, tiene la capacidad intelectual de una paloma con Síndrome de Down.

Mierda.

Mi abuela se queda en silencio durante unos segundos hasta que por fin reacciona.

-¿He dicho algo malo?- pregunta Chris.

-¿Has dicho Mackenzie? ¿Conoces a esa niña?

-Claro, está aquí mismo...- añade mostrándole mi posición pero mi abuela le interrumpe antes de terminar.

-No digas tonterías, a estas horas estará en el colegio. Mi nieta es muy pequeña aún, pero todos sus profesores han dicho que muestra dotes extraordinarios para los estudios.

-Maggie ¿No quieres otra galleta?- trato de desviar el tema.

Ahora es Chris quien se queda de piedra.

-¿Su nieta?- mi abuela asiente con la cabeza.

-Mi nieta, por su puesto, Lia y yo siempre...

-¿Otra galleta?- vuelvo a probar suerte.

-¡No por dios! Estas galletas de zumo de naranja me dan mucha sed- continúa hablando Maggie.

-Limonada- intenta corregir Chris distraído dirigiéndome miradas iracundas.

-Limón- concluyo yo.

Pasados unos minutos nos despedimos de ella y al salir por la puerta no me permite ni dos segundos de reflexión antes de gritar;

-¿PERO QUÉ COJONES?- miro al suelo todavía con indecisión, por no saber qué hacer con lo que acaba de averiguar-¡¿Es qué no vas a decir nada?!

-¿Me has seguido?- contraataco yo, su expresión cambia drásticamente.

-¡Por supuesto que no!

-¿Cómo explicas entonces que estés aquí? Y no me digas que ya has asumido que tienes el alma tan amargada como un jubilado de la tercera edad, y por fin vas a internarte en un asilo.

-Yo... Estás faltando a muchas clases y tenía que obligarte a volver...

-¿Obligarme? Pero bueno ¿tú quien te has creído que eres?- el chico eleva las cejas impresionado por mi reacción.

-Soy mayor que tú y...

-Y nada- le corto antes de que diga cualquier estupidez hiriente de la que luego me arrepienta yo de escuchar, porque él nunca se arrepiente de nada-.Dame un cigarro.

-No quiero- dice metiendo la mano en el bolsillo trasero de su pantalón vaquero.

-Bien, entonces puedes irte a la mierda- camino en a la otra dirección sin esperarle y suplicando al los cielos que no me persiga, pero eso era pedir demasiado.

-Lierda, lo hago por tu bien...- me detengo de golpe.

-Espera, ¿Lierda?

-Es una mezcla entre Lia y Mierda- decido ignorar eso y él continua hablando-, lo hago por tu bien porque eres una adolescente, y deberías estar pensando en otras cosas en vez de en pasarte el día fumando.

-Vaya, no paras de quejarte porque me gusta la moda y me preocupo por mi aspecto y ¿ahora me dices que no lo hago lo suficiente?- chasquea la lengua irritado e intenta seguirme el paso caminando hacia atrás para no perder el contacto visual conmigo.

-Me refiero a otro tipo de cosas, Lierda, ya lo sabes; podrías pensar en bailes, chicos, novios... Y dejar de pensar en emborracharte,  creo que no te merece la pena- dejo de andar al instante y como él estaba delante de mí, nuestros rostros quedan a escasos centímetros. Nunca hemos estado así, estando sobrios por lo menos, sin embargo, él no se mueve y yo tampoco.

-He besado más botellas que personas, y sinceramente, una resaca duele menos que un desamor- siento su respiración en la comisura de mi boca junto con el calor de sus labios. Nos separan menos de dos centímetros y mi cabeza grita "Alerta, se ha detectado una amenaza", pero no le hago caso.

-Igual lo único que necesitas es que alguien te demuestre que lo importante es el camino y que debes dejar de pensar en el futuro y darte cuenta de lo que tienes delante- casi se me salen los ojos de sus orbitas al oír lo que acaba de decir.

-No puedo, lo siento, delante solo tengo a un gilipollas que se mete conmigo a todas horas- y dicho esto me aparto bruscamente de su lado y sigo mi camino.

-¿Por qué no me has contado que tienes una abuela?- me chilla desde atrás.

-No me parecía lo que se dice un bombazo informativo, creo que si existo se deberá a que algún día alguien parió a mi madre y a mi padre para que me crearan. Suponía que sabrías esas cosas, como eres tan inteligente...- en ese momento el sonido de sus pasos intensifica y en un abrir y cerrar de ojos, se planta frente a mí y me encierra contra la pared usando su cuerpo como barrera.

-¿Por qué no me has dicho nada, Lia?- susurra casi sobre mi oreja.

-¿Qué estás haciendo, Christian?- se sonroja ligeramente.

-Preguntarme qué he podido hacer tan mal para que no tengas la suficiente confianza conmigo como para...

-Podría hacer una lista que llegue hasta el suelo- me mira a los ojos directamente, como buscando en ellos todas las razones que escribiría en esa lista. Yo aparto la mirada lo antes posible al percatarme del tirón del estómago, suspiro-. A veces no sé cómo te soporto.

-A veces no sé cómo lo haces.

-Supongo que eso es lo más parecido a una disculpa que puedo esperar por tu parte- su mano acaricia mi barbilla y la eleva para que nuestros ojos se encuentren de nuevo.

-Lo siento.

-No es cierto- retiro el rostro y miro hacia el lado contrario.

-¿Por qué dices eso?

-Porque tú no pides perdón, no lo has hecho nunca y no vas a empezar a hacerlo ahora- intenta cogerme la mano pero yo me resisto, no obstante, permanezco ahí, podría irme pero mis piernas no reaccionan. Quiero quedarme.

-Igual solo lo hago cuando vale la pena- me giro y me enfrento a él.

-Yo no valgo la pena. No eres nadie para juzgar si lo hago o no, cielo, espero que no se te vuelva a ocurrir una estupidez como esa. Valgo todo, menos la pena. No tienes que esforzarte por pedirme perdón, ni por estar conmigo... Si no te gusta como soy lárgate, pero no te quedes con una parte buena, que te agrada de mí y decidas que por eso "Vale la pena" aguantar el resto, o te gusto con lo bueno y con lo malo o no te gusto en absoluto.

-Lia, yo no quería decir...

-¡No querías pero lo has hecho! Maldita sea, ya sé que bebo, que fumo y si puedo hago más cosas para estar colocada el mayor tiempo posible, pero no sabes nada de mí, ni de mi vida, ni de mi pasado... Y no pienso confiártelo nunca, y no porque no "valgas la pena", sino porque siempre me haces sentir mal, todo lo que has sabido de mí hasta ahora lo has utilizado en mi contra y...- el nudo de mi garganta me avisa del mar de lágrimas que lucha por salir de mis ojos-, y ahora juegas conmigo. Me coges de la mano, de la barbilla... ¿De verdad piensas que soy imbécil? Esto me demuestra que te acuerdas perfectamente de lo que pasó en la fiesta, has estado fingiendo que no todo este tiempo y por lo que sea, ahora, te apetece enrollarte conmigo y juegas. Solo sabes hacer eso, jugar, y no uses la socorrida escusa de "era una broma", ¿No sabes que el inconsciente no entiende de bromas? No tienes ni idea de...- entonces me besa.

CHICAS, UNA VEZ MÁS, LO SIENTO. Tengo los examenes finales esta semana y luego en dos semanas Selectividad. Tengo muchisimo que estudiar y no doy abasto. Espero haber podido recompensaros con el capitulo que es largo y poder subir el lunes otro si tengo tiempo.

Continue Reading

You'll Also Like

73.6K 7.1K 26
Eliza Jones y Stella Lambert son el prototipo de: "personas correctas en el momento equivocado", pues sus vidas habían coincidido en preparatoria, cu...
23.9K 1.7K 10
LIBRO TRES DE LA SAGA ÁMAME. Summer ha estado enamorada de Nikolai desde que tiene memoria, ella siempre ha estado consciente de que nunca pasaría a...
33.2M 4.3M 46
[COMPLETADA] ¿Es posible enamorarse de alguien sin conocerlo? ¿Sin haberlo visto? ¿Es posible desarrollar sentimientos por una persona que solo has e...
194K 18.5K 67
Jeon Jungkook es un Omega de 20 años, el cual siempre soñó con encontrar una pareja, pero nadie lo aceptaba, ¿ porque ? Fácil, Jungkook nacio con un...