-cada día es mas hermoso!-
-si Sofi, cada día es mas hermoso y se parece mas a mi- digo con suficiencia.
-no inventes! Se parece a mi- ruedo los ojos, Eduardo nunca va a aceptar que mi sobrino se parece a mi.
-es mi turno de cargarlo- Eduardo me quita a Antonio junior.
-no lo muevas tanto Eduardo, acaba de comer- avisa Sofi.
-hola familia- papá llega tomado de la mano de Sally.
-hola papi, hola Sally- saludo.
Ella nos saluda a todos de beso en la mejilla, poco a poco ha tomado confianza con todos nosotros y se siente mas tranquila a nuestro al rededor.
Eduardo no deja de mover a mi sobrino mientras esta sentado en el mueble haciéndole avioncito. Esta vez es Sally quien le advierte de dejarlo de mover pero mi hermano no hace caso. Papá esta a su lado mirando a su nieto feliz, Sally camina hasta pararse cerca de la ventana y atiende una llamada en su celular, Sofi esta sentada en otro mueble con cara de cansancio; Lucas, Joel y Jeff juegan futbol en la play station, al otro lado del cuarto estudio.
-agh! Sobrino malo! Que asco!- río a carcajadas al ver como Antonio Junior le ha vomitado la camisa a Eduardo.
Todos reímos al ver la cara de asco de mi hermano que carga a mi sobrino alejando lo de él como si apestara. Sally, riendo, en seguida lo toma y limpia la pequeña boquita del bebé que no se queja por nada. Es un niño muy tranquilo, casi no llora.
-te lo tienes merecido, Sofi te dijo que no lo movieras tanto- se burla Lucas.
-te pondré mi camisa en la cabeza enano si no dejas de reírte de mi!- Eduardo amenaza a Lucas que abre los ojos al ver como mi hermano se quita la camisa,
-no lo hagas Eduardo!- le indica Lucas.
-mira como lo hago- dice con malicia mi hermano y se levanta del mueble para dirigirse a Lucas, que ha salido corriendo, Eduardo se acerca a Jeff y a Joel y estos tambien salen corriendo. Se escuchan sus gritos y pisadas desde aquí.
-son unos niños- se queja papá rodando los ojos.
-hija quédate a cenar, llamare a Allan para que venga- me pide papá.
-claro papi-
Pasamos parte de la tarde sentados en el estudio, papá y Sally juegan con el bebé, y el resto solo hablamos de banalidades.
-que vas a estudiar Lucas cuando te gradúes?-
-aun no me decido Sofi, mi prioridad es el fútbol-
-tienes que tener una carrera Lucas, en el fútbol llega un tiempo en el que tienes que retirarte y luego de eso que harás?- le pregunto.
-no lo había pensado-
-puede estudiar después que se retire del futbol-
-no seas idiota Eduardo! Lucas va a estudiar y tendrá un título-
-pobre de ti Lucas, te compadezco- se burla con exageración mi hermano.
-puede hacer cursos técnicos de lo que escoja mientras esta en lo del fútbol-
-Allan!- lo regaño.
-lo siento! Pero es la verdad, el fútbol lleva mucho tiempo en el que tienes que practicar y mantener una vida activa, no puede tener tiempo para ir todos los días a la universidad- lo fulmino con la mirada.
-ya veremos que pasa de aquí a tres años mas-
-lo siento hermosa Esme, pero creo que tenemos que tomar una decisión pronto porque me han propuesto entrar a un equipo de jóvenes menores de edad que juegan en campeonatos internacionales- mi boca se abre por la sorpresa.
-cuando te propusieron eso? Y por que me vienes a contar ahora?- lo regaño.
-ayer me lo propusieron y te cuento ahora porque.. Mmm.. Porque si?- dice haciendo una mueca.
-enano eso es genial!! Que esperas para decir que si?- Joel esta muy emocionado.
-porque tengo que comentarlo primero con Esme- responde Lucas.
Todos me miran esperando una respuesta, miro a mi esposo y él solo me sonríe, ruedo los ojos. En vez de apoyarme y decir algo para que me ayude a salir de esta y no quedar yo como mala, solo sonríe y se queda callado.
-ya hablaremos de eso en otro momento. Tengo que averiguar muchas cosas sobre ese equipo y quien lo maneja. No te dejare entrar a cualquier equipo que digan que son serios y profesionales-
-pero Esme..-
-cállate Eduardo- le ordeno.
-pero es una buena oportunidad, no seas amargada-
-Joel, no soy ni una amargada. Tengo que asegurarme que son personas honestas y responsables. No pondré a Lucas en peligro solo por estar felices-
-pobre Lucas que mujer tan estricta- se burla Eduardo.
-idiota- le insulto.
-familia, ya que terminaron su tonta discusión, quiero contarles algo- todos miramos a papá que le entrega mini Antonio a Sofi.
-no se que piensen al respecto, sobre todo mis hijos de sangre, porque a todos los considero mis hijos. Me he enamorado nuevamente, lo cual pensé que nunca pasaría. Sally y yo somos pareja, estamos enamorados y dentro de poco nos comprometeremos- sonrío enorme al escuchar las palabras. Por fin lo ha aceptado.
Chillo de alegría y me levanto de un salto para ir a abrazarlo y darle muchos besos.
-felicidades papi! Bienvenida a la familia Sally!- digo con mucha emoción.
-viejo! Felicidades! Hasta que por fin, todos estábamos esperando esto- Eduardo le da un abrazo pesado a papá.
-no me digas viejo, idiota- lo regaña papá dandole un manotazo en la cabeza.
-felicidades papá, ya necesitabas compañía. Te estabas volviendo gruñón- se burla Joel.
Los demás tambien los felicitan. Sally será muy bien recibida en la familia, no ocupara el puesto de mamá pero será una buena mujer con la cual podremos confiar y que sabemos que ocupa un buen lugar en el corazón de papá.
-papá se casará por segunda vez y Eduardo aun sigue soltero-
-cállate! No pondré una soga en mi cuello- mi hermano le tira un cojín a Joel que alcanza a atrapar antes de que le pegue en la cara.
-cuando se casaran?- pregunta Eduardo.
-nos casaremos solos. No queremos niños habladores y chismosos a nuestro alrededor-
-que te pasa viejo?! No somos niños- Eduardo finge estar herido por el comentario.
-actúas como uno.. Iremos solo Sally y yo de vacaciones y nos casaremos, pasaremos nuestra luna de miel y luego regresamos- papá besa la mejilla de su futura mujer.
-este viejo si que sabe disftutar!- se burla Joel.
-Sally tiene derecho a ponerse un hermoso vestido blanco de novia- digo incrédula. No puedo creer que papá se case y no nos deje estar presentes.
-y quien dice que no se lo pondrá? El hecho de que ustedes no estén presentes no quiere decir que no nos vistamos de novios. Ustedes son unos chismosos-
-papá!- gritamos al mismo tiempo mis hermanos y yo.
-puedo prestarles mi isla en caso de que quieran estar solos- les ofrece Allan.
-he escuchado mucho de esa isla, la Isla Esmeralda- papá me mira.
Me sonrojo ante la mirada fija que todos me dan.
-que?!- chillo.
-tienes una isla con tu nombre- habla Eduardo impresionado y apuntando me con su dedo.
-y?- digo cohibida.
-por que se llama Esmeralda?- pregunta Lucas mirando a Allan.
-porque el agua del mar tiene un color verde degradado y el tono que mas resalta es el verde esmeralda como el color de los ojos de Esme- miro a mi esposo mientras habla y él me regresa la mirada.
-ooh! Que romántico- se burla mi hermano.
-cállate Eduardo- le lanzo un cojín.
Nuestra noche pasa tranquila, entre familia.
A las once Allan, Lucas y yo nos despedimos de todos y vamos a dejar al joven en su internado y nosotros llegamos a casa a descarsar.
Besos son regados por mi cuello, bajando por mi espalda y vuelven a subir a mi cuello, unos dedos callosos acarician mi cara.
-despierta floja-
-no quiero- digo con los ojos cerrados.
-vamos a hacer ejercicio- muevo mi cara y miro hacia otro lado, escucho su risa y sonrío inmediatamente.
-si no te despiertas entonces yo mismo te sacare de la cama- abro los ojos enseguida y volteo a verlo, su mirada recorre mi cara y mi pecho descubierto con una sonrisa de satisfacción. Me cubro con la sabana y ruedo los ojos provocando que ría mas.
-AL- lo regaño.
-me encantas- se acerca y me besa, su mano izquierda toma mi cara y su mano derecha quita la sabana que cubre mi cuerpo desnudo.
Se sube encima mio pasando su brazo derecho debajo de mi espalda para luego dar la vuelta y yo estar encima de él; va vestido con ropa deportiva.
Nuestras respiraciones son entrecortadas. Nos separamos por aire y nos miramos fijamente, mis manos rodean su cuello. Se sienta sobre la cama conmigo encima y se levanta, envuelvo mis piernas en su cintura, mis brazos en su cuello y mi cara enterrada en su pecho, aspiro su delicioso olor.
-me estas oliendo?- me pregunta divertido sus manos aprietan mi trasero.
-Allan! No quiero ir a hacer ejercicio- me quejo para evadir su pregunta.
-si harás ejercicio y practicarás defensa- intenta bajarme de su cuerpo pero me aferro mas a él.
-Esme bájate- me ordena.
-no- me quejo como niña pequeña.
-entonces te llevo a entrenar desnuda- hace ademan de salir del vestier y enseguida chillo.
-no! Ya, esta bien! Me bajo- riendo, me ayuda a bajar de su cuerpo y bajo su atenta mirada que provoca que me ruborice me visto con ropa deportiva.
-eres pesado!- sigo enfurruñada.
-crees que si ya no estas bajo el entrenamiento de Frank puedes ser libre? Estas equivocada- me toma de la mano y me jala para dirigirnos al cuarto de gimnasio.
Apenas entramos él camina hasta la maquina de correr, y yo me quedo parada en mitad del camino mientras un enorme bostezo sale de mi boca.
-apúrate floja!- grita y yo ruedo los ojos.
Camino con pesadez hasta su lado.
-que h..- otro bostezo interrumpe mi pregunta ocasionando que Allan se ría de mi.
-estas muy perezosa hoy- me regaña.
-ya dime que hago, sino me iré a dormir otra vez-
-haz primero cardio y luego pasamos a entrenar- me subo a la maquina que me indica y empiezo a pedalear.
Allan es mas exigente que Frank, no me da ni un minuto de descanso y tampoco me deja comer un trocito de chocolate para recuperar energías.
Estoy molida y él no deja de exigirme mas.
-tienes que golpear mas fuerte!- me exige.
Pateo con todas mis fuerzas y luego doy dos puñetazos en su torso que enseguida cubre.
-MAS FUERTE!- grita exigiéndome aun mas, ya cansada y frustrada, lo pateo y le lanzo puñetazos con todas mis fuerzas y sin detenerme.
-ya.. Esta bien así.. Mujer! Ya no me golpees- No me detengo y sigo golpeando, él se cubre y tambien ríe.
-querías mas fuerte? Ahí tienes!- logro derribarlo y me subo encima de él que no deja de reír.
-mis golpes te causan risa?- me acerco a su cara apoyando mis manos en el suelo a cada lado de su cara. Nuestras respiraciones son entrecortadas.
-no, tus golpes no me causan risa- responde relamiendo se los labios.
-y entonces?!- exijo.
-me causa risa verte frustrada tratando de golpearme duro cuando ya lo estabas haciendo- sonrío maliciosa y me acerco aun mas a sus labios pero sin tocarlos. Aprieto mi cuerpo mas a él y enseguida siento como le afecta mi contacto.
-ah si?- hace una mueca e intenta acercarse a mis labios pero me alejo un poco.
-si- muerde sus labios y mira los mios.
Paso mi lengua por mis labios provocándolo, no deja de mirar mi boca. Cuando quiere meter sus manos bajo mi suéter sudado y pegar sus labios a los míos me levanto de un salto dejándolo derrotado en el suelo del gimnasio. Camino triunfante hasta la puerta.
-no me puedes dejar así!- se queja.
Volteo a verlo y sigue en el suelo quejándose y tomando profundas bocanadas de aire.
-claro que puedo querido!- le guiño un ojo y salgo del gimnasio para ir a la cocina.
-eres mi esposa y no puedes hacer eso- lo ignoro y sigo caminando.
Entro a la cocina y encuentro una deliciosa variedad de platos sobre la mesa. No lo espero y empiezo a comer. Las empleadas enseguida se retiran, no se porque lo hacen, no me molesta si se quedan.
-Esmeralda de Axel!-
-que?- tomo un poco de jugo de naranja sin prestarle tanta importancia.
-mira como me dejaste y te fuiste- se para enfrente mio y paso mi vista por todo su cuerpo y me doy cuenta a lo que se refiere.
-lo siento cariño, pero me has dejado muy agotada. Ya no tengo fuerzas para nada- me encojo de hombros como si nada y sigo comiendo.
-Esme!- me advierte.
-estoy ocupada señor Axel. Para la próxima no me sobre exija mas de lo que puedo. Mis piernas no las siento y mis nudillos duelen. Así que tendrá que pensarlo bien la próxima vez- mis piernas están temblando, Allan me ha agotado bastante, no se de donde saque las fuerzas para derribarlo.
Quito mis zapatillas deportivas con mis pies dejándolas en el suelo.
-estas siendo mala y vengativa- se queja supuestamente enojado.
-no puedes meterte conmigo y salir ileso. Eso ya deberías saberlo- le guiño un ojo y recibo a cambio una mueca de enfado.
-deberías ir a bañarte, se te hace tarde- me burlo de él.
-vamos a bañarnos- me ordena.
-lo siento señor mandón, pero estoy desayunando, necesito recuperar la energía perdida. Y le recuerdo que no sigo ordenes de nadie- le regalo una sonrisa falsa, me mira entrecerrando los ojos y se retira quejándose.
En mi mente hago una lista de cosas por hacer hoy, ir a la joyería, visitar a mi hermoso sobrino, cita donde mi doctora a las cinco de la tarde, luego una reunión con el equipo de contabilidad de la joyería y creo que así finalizara mi día.