Esposa de mi jefe © (Borrador...

By R1Aguirre

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Alexandra Carlin, es una chica recién graduada de la universidad, sin éxito en el campo laboral, es contratad... More

Importante leer:
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6
Parte 7
Parte 9
Parte 10
Parte 11
Parte 12
Parte 13
Parte 14
Parte 15
Parte 16
Parte 17
Parte 18
Parte 19
NOTA
Parte 20
Parte 21
Parte 22
Parte 23
Parte 24
Parte 25
Parte 26
Parte 27
Parte 28
Parte 29
Parte 30
Parte 31
Parte 32
Parte 33
Parte 34
Parte 35
Parte 36
Parte 37
Parte 38
Parte 39
Parte 40
Parte 41
Parte 42
Parte 43
Parte 44
Parte 45
Parte 46
Parte 47
Parte 48
Parte 49
Parte 50
Parte 51
Parte 52
Parte 53
Parte 54
Parte 55
Parte 56
Parte 57
Parte 58
Parte 59
Parte 60
Parte 61
Parte 62
Parte 63
Parte 64
Parte 65
NOTA
Parte 66
Parte 67
Parte 68
Parte 69
Parte 70
Parte 71
Parte 72
Parte 73
Parte 74
Parte 75
Parte 76
Parte 77
Parte 78
Parte 79
Parte 80
Parte 81
Parte 82
Parte 83
Parte 84 (Capítulo final)
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♥IMPORTANTE♥
Esposa de mi jefe con Contenido Inédito

Parte 8

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By R1Aguirre


Nos dirigimos a su auto y la familia de Oliver al suyo, desde el otro lado del parqueo puedo escuchar al señor Anderson gritar "Gute Nacht" a lo que yo contesto lo mismo que significa buenas noches, doy la vuelta y choco contra Oliver que está frente a mí:

—¿Es enserio? ¿Hablas 4 idiomas y no añadiste eso a tu currículum? Tuve que quitar mi cara de sorpresa inmediatamente para que nadie notara que no sabía que mi propia esposa habla 3 idiomas más —lo miro desconcertada.

—¿Iba eso a cambiar algo? Igual tengo el trabajo, tú no pedías una persona políglota, ¿Por qué habría de añadir eso?

—Tienes el trabajo porque tu respuesta dejó a David impresionado, pero tal vez si hubieses dicho algo común no estarías aquí, las cosas cambian cuando añades más idiomas a tu hoja de vida —no sé porqué eso me da risa.

—¿Yo? ¿Impresionarlo? ¡Lo confundí con un secuestrador! —él sólo frunce su entrecejo y sonríe. ¡Mierda! Sí, le contó. Mejor miro hacia otro lado antes que me de vergüenza.

—Así me comentó —esboza una sonrisa mientras abre la puerta del copiloto de su porsche para que yo entre —en fin, debo admitir que estuviste estupenda en esta reunión con mis padres, mi padre es un hombre difícil de impresionar, ni siquiera Brittany lo ha impresionado como tú hoy.

Subo al auto y lo observo rodearlo y entrar por el lado del conductor.

—Bueno, a la que parece que no le agradé mucho es a Brittany —él mira al frente y pone en marcha el vehículo.

—Bueno, en realidad a ella no le agrada nadie que sea un poco más inteligente que ella, siempre le gusta que mencionen lo inteligente que es, pero no le gusta que digan que alguien más lo es —se encoge de hombros viéndome por un par de segundos —por cierto ¿Tu padre es Alemán? —cuestiona, viendo al frente, asiento cuando su celular comienza a sonar interrumpiendo nuestra plática.

—Dime papá —dice al descolgar, no logro escuchar bien lo que su padre le dice —¿Es en serio? ¿Y así quieres dejar la empresa en sus manos? ¡Por Dios!

Con una risa sarcástica sé que está ocultando algo que no salió como él esperaba. Cuelga la llamada y se parquea, frunzo el ceño.

—Alexandra, creo que esto durará un poco más de lo esperado —me mira a los ojos, su expresión no es buena y la mía tampoco debe serlo.

—¿Cómo? ¿Qué estás diciendo? ¿A qué te refieres? —Bueno, eso de tutearlo se me quedó pegado, esto me preocupa y no puedo evitar sentirme nerviosa.

—El idiota de mi hermano no hizo las reservaciones en el hotel —suspira, ¡Ay por Dios! No no no —y ahora todos los hoteles acá están llenos, mis padres quieren... bueno, más bien necesitan quedarse en mi casa, lo que significa que tú tendrás que quedarte conmigo.

—¡No! ¡ese no era el trato!....

—¡Lo sé!—interrumpe y como leyendo mi mente pone el seguro al auto y no puedo salir ¡mierda! — Escúchame, esto no lo vi venir ¿Cómo voy a vivir en una casa y mi esposa en otra? Dime ¿Qué quieres?

¡Qué pregunta más tentadora! Me quedo pensando mi respuesta, que me deje estrujar su trasero no se escucharía bien en esta situación.

—Quiero un espacio en la revista, tal vez en el grupo de edición, es todo —digo, sin titubear, al menos le sacaré provecho a esto.

—¿Es todo? Alex, sabes que es más fácil darte dinero —frunzo el ceño ¿Acaso me acaba de ofender?

— Espera... ¿Aparte me ofendes?

—¡No! No te estoy ofendiendo —suspira —enserio lamento si lo sentiste de esa forma, pero esto es una revista es de mucho prestigio y no puedo darte un espacio así por así en el grupo de edición. Ellos pasan por muchas pruebas.

—Bueno, puedo hacer esas pruebas, soy buena escribiendo, lo juro. Sólo quiero ese espacio y seré tu esposa cuando quieras.

—¿Cuándo quiera? —Pregunta intrigado, con una media sonrisa.

—Bueno, no ese tipo de cuando tú quieras —le digo firmemente, enarcando un ceja.

—Mente morbosa, no preguntaba eso, ni siquiera se me ha pasado por la mente, aunque te veas sexy con ese vestido —voltea la mirada a la carretera y pone el auto en marcha.

¿Fue eso un cumplido? Ese comentario hace que la sangre suba a mis mejillas, volteo mi cara hacia la ventana y una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro que de inmediato se disipa al recordar que es mi jefe y un completo grano en el trasero.

—Escucha, pensaré lo de darte un espacio en edición —interrumpe mis pensamientos—pero envíame algo, algún escrito que hayas realizado.

—Está bien, llévame a mi apartamento, por favor.

—No — frena en seco, si no es por el cinturón juro que salgo por el parabrisas —Alex, necesito esto, te dije que tengo que pensarlo, no me pongas entre la espada y la pared....

—No —interrumpo—necesito ir a mi apartamento porque no puedo dormir con esta misma ropa, ni despertar con esta misma ropa, se supone que es mi casa ¿no?

Puedo ver el alivio en su cara cuando digo estas palabras, inmediatamente gira en U creo que eso no es legal, me lleva al apartamento y al entrar veo a Natalie, Dereck y las tipejas de Karen y Lisa con dos amigos que están en la sala, Karen y Lisa dejan de besuquearse con los dos chicos que estaban con ellas y todos me quedan viendo, bueno, a ambos, creo que Karen y Lisa nunca me han visto salir con ningún chico, espero Natalie no haya comentado nada.

Saludo a todos y hago señas a Natalie de que me siga a la habitación, ella asiente, y pasa saludando a Oliver y brindándole un lugar para que tome asiento, éste con todo su porte varonil se sienta acomodando su saco, veo como Karen y Lisa quedan viendo a Oliver y este ni siquiera parece importarle.

Espero a Natalie en la puerta de mi habitación, una vez que esta entra cierro la puerta a mis espaldas para evitar que escuchen nuestra conversación.

—Natalie, dime que no les has contado nada —digo, girando hacia ella casi susurrando.

—Oh no, por supuesto que no, me preguntaron por ti y les dije que habías salido con un chico, nada más.

—Bueno, eso está bien, espero no sepan que es Oliver Anderson —entreabro la puerta un poco para cerciorarme que las tipas esas no le estén cayendo a Oliver encima.

—Oh no, no te preocupes, no es común tener un jefe bombón, y de remate que te quiera como esposa, eres la persona con más suerte que conozco, Alex.

—¿Qué? No, eso suena como si todo esto de ser su esposa fuera cierto, es un negocio, y tendré un artículo en su revista si me quedo en su casa esta noche, vine por algo de ropa —me volteo hacia ella y tiene un gesto de extremo asombro en su rostro.


—Oh-Por-Dios —Natalie dice esas palabras entre pausas —vale más que te hice comprar esa ropa interior sexy —se acerca a mí y pasa sus manos por mis piernas —al menos estás depilada.

—¿Qué? No Natalie ¡No! sus padres se quedarán en su casa esta noche y por ende me tengo que quedar yo con él —digo, caminando hacia dónde tengo una maleta y comienzo torpemente a sacar ropa de mi armario sin fijarme que es lo que llevo.

—Como quieras, pero si estando juntos crees que pueda pasar algo sólo déjalo fluir amiga, sólo recuerda que llevas ropa interior sexy —gesticula una sonrisa traviesa y yo la veo con cara de asco —No hay forma que tus suegros te miren con esa ropa, déjame prestarte algo, te verías mucho mejor vestida con Marc Jacobs o cualquier cosa que saque a relucir ese cuerpo que tienes.

La dejo elegirme algo de ropa, por suerte somos de la misma talla, aunque su ropa me quede corta, ni siquiera me fijo que decide poner en mi maleta, observo nuevamente que no estén llenado de preguntas a Oliver, Natalie me da la pequeña maleta y un estuche de maquillaje y me voy lo más rápido posible, me despido de todos e igual Oliver lo hace.

Llegamos a su casa y no puedo evitar recordar la primera vez que estuve aquí, el mismo hombre alto y corpulento está parado a un costado y Oliver suena el claxon para saludarlo, de inmediato el portón se abre y me quedo atónita al entrar a aquel lugar y esto que no he visto el interior de la casa.

Al entrar, sí, me lo imaginé, es inmensa ¿Por qué tener una casa tan grande para vivir sólo? Mis ojos recorren aquella sala y observo que del otro lado hay otra sola con una chimenea, luego de intercambiar palabras con los señores Anderson y algunas bebidas, incluso no sabiendo dónde están las cosas aquí pero finjo que sí, subimos a su habitación, tan sólo en este pasillo hay cuatro habitaciones, me siento en la miseria a la par de Oliver Anderson y todos sus lujos, yo sólo puedo rentar un apartamento y junto a Natalie.

Voy a cambiarme, reviso mi maleta y noto que Natalie cambió mi ropa de dormir... por una sexy ropa de dormir suya, un mini short del tamaño de mis boxers, con una blusa de tirantes finos que hace conjunto y para rematar las cosas, de Hello Kitty ¡Maldita sea! reviso la maleta y no hay nada más para dormir ¡Mierda! yo la mato.

No tengo de otra.

Me cambio en el baño y abro la puerta lista para salir corriendo y meterme en la cama, Oliver está recostado leyendo un periódico tomando una taza de café, con su ropa de dormir muy fina, hasta eso tenía que ser fino en él, salgo lo más rápido que puedo y me meto entre las sábanas, puedo ver como sus ojos se postran en mí, sabía que esa era la intención de Natalie al darme esta ropa, es imposible no sentir vergüenza, maldigo a Natalie, pero él inmediatamente continúa su lectura en el periódico intentando disimular, volteo a ver un sofá que está en el mismo cuarto, miro también la alfombra y volteo a ver la cama donde está él, la verdad no esperaba dormir ni en el sofá, ni en la alfombra, pero lo estoy considerando, era seguro que Oliver me mandaría a dormir a alguno de esos lugares, aunque en mi muy interior quería que dijera que dormir en la cama y él dormiría en el sofá.

—Entonces... ¿Quién duerme en el sofá? —pregunto, viendo en ambas direcciones.

—¿Qué? ¿Parezco alguien que duerma en un sofá? —contesta sin dudar y continuando su lectura en el periódico.

Debo admitir que su respuesta no me asombra en lo absoluto, ya que lo conozco perfectamente. Pero no hay forma de estar pasando por todo esto y dormir incómoda aparte.

—Bueno, nunca he dormido en un sofá —digo, dejándome caer entre sus suaves sábanas de terciopelo.

—Y yo nunca he dejado a alguien dormir en mi cama —menciona, viéndome fijamente.

—Bueno, ahora está casado Sr. Anderson. Acostúmbrese—ni siquiera volteo a verlo, no y no hay forma que me baje de aquí, si no quiere dormir aquí que lo haga en la alfombra.

Por primera vez en mi vida gané algo, simplemente apagó la luz y se acostó de su lado, acordamos poner almohadas en medio para evitar que alguno traspase al lado del otro, el que lo haga duerme en el sofá, su cama es muy grande, casi el triple de la mía, así que no creo que siquiera nos rocemos. Además sólo es por esta noche.

~~~~~~~~~

Dormí como nunca había dormido en mi vida, la verdad la cama de Oliver es espectacular, quiero una igual, me levanto muy temprano, Oliver aún duerme, puedo notar que todos también duermen, la verdad ya me había acostumbrado a levantarme a estas horas por tener un jefe tan demandante e impredecible que no sabía en realidad cuando se aparecería por la empresa y tenía que salir corriendo de mi casa al trabajo a cualquier hora de la mañana, me pongo una bata encima y bajo para preparar algo de comida, me cuesta encontrar todo en este lugar, el señor Anderson llega a la cocina, y la señora Anderson le sigue.

— Oh Dios! Veo que te gusta cocinar —habla el señor Oliver, le doy una pequeña sonrisa a modo de respuesta, no es que me guste, pero tengo gente que impresionar —¿Cómo es que sabes que me encanta el huevo con tocino en el desayuno? —continúa y sonríe, la verdad no lo sabía, pero si sé que a Oliver le gustan, ya que era lo que siempre le preparaban en el restaurante donde suelo llegar a traer su desayuno. Sólo unos minutos después luego de una charla en alemán con el señor Anderson, Oliver se aparece, con su ceño fruncido nos mira alternadamente.

—Hola amor, ven acá —digo al ver a Oliver acercarse a la mesa, me pongo de pie para tomar su mano y lo siento a la par mía.

— Oliver, aparte de una grandiosa mujer te encontraste una muy buena cocinera —dice el señor Anderson con un enorme plato de comida en frente, Oliver le sonríe levemente sin voltear a verme.

Recuerdo hace algunos años cuando le preparé cupcakes a mi padre por su cumpleaños, yo tenía 13 años para ese entonces, tal vez no fue lo mejor que haya preparado pero sí me esmeré todo lo que pude, mi padre ni siquiera probó lo que hice y si comió los que mi hermana había hecho quien en ese entonces tenía 11 y estaban peor que los míos, aún no entiendo porqué mi padre fue así conmigo. Las dos éramos niñas, las dos inteligentes, yo me parezco más a él, aún no entiendo el favoritismo.

Regreso en sí, me caía muy bien la familia de Oliver, tenían mucho dinero pero eran muy humildes, no entiendo porqué él será tan duro, tomo el tenedor e intento darle bocados a Oliver directamente en su boca, al parecer le pareció vergonzoso ya que me quita el tenedor y comienza a comer el mismo, debo admitir que me causó un poco de gracia ver su cara de pena por primera vez en la vida.

Me arreglo para ir al trabajo, la ropa de Natalie es un poco incómoda, el vestido rojo es muy pegado a mi cuerpo, pero debo admitir que se mira muy bien con un bléiser color beige que me había prestado, unos tacones del mismo color pero que por algún motivo son cómodos, Oliver me está esperando bajo las escaleras, me observa mientras intento no caerme de boca, eso sería vergonzoso, lo miro y el a mí, sin decir una palabra, sólo con esa típica expresión seria suya me repasa de pies a cabeza.

—Te tardaste —menciona, sonrío fingidamente.

— Tú también te ves bien, mi amor —le guiño un ojo y él intenta sonreír pero aplana sus labios de inmediato, en ese preciso instante su padre se nos acerca.

—Hijo, hemos pensado que creo nos quedaremos más tiempo —menciona con una sonrisa, poniendo su mano sobre el hombro de Oliver.

¡Oh Dios! Sonrío más fingidamente aún.

—Claro —contesta Oliver, también fingiendo alegría —eso sería genial.

¡Oh por Dios! Más tiempo aquí no por favor.

—Me he dado cuenta que necesito más tiempo con mi familia, mira que ni siquiera me daba cuenta que te habías casado, no quiero que eso se repita, quiero ser tu padre no un desconocido para ti, Oliver, luego tendrán hermosos bebés que de seguro ni conoceré si seguimos así, no quiero que eso pase.

¿Bebés? Estoy segura que ese sueño si no se le cumplirá suegro.


_________

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