-¡Riley! –grité con mi voz chillona por todo el patio trasero– ¿Dónde estás?, éste juego ya no me gusta, siempre pierdo...
El bello juego de las escondidas, por un par de niños, mi mejor amigo Riley, mi vecino, vivía sólo con su madre, no sé por qué. Siempre venían a casa después de las 4, a tomar café y jugar.
-¿Riley?, es en serio, ya no quiero jugar... –Me senté en el pasto del patio- es imposible ganarte, sabes esconderte perfectamente.
-No es cierto –escuché detrás mio, ahí estaba él, cubierto de hojas– Siempre pierdo...
-Yo siempre pierdo Riley, tú sabes todos los buenos lugares... ¿Por qué esa mirada tan triste? –¿Lo estaba?– ¿Te golpeaste?, ¿te duele algo?.
-No... Aleena... –Se quedó callado mirando a mi casa– Me iré.
-Ah!, de acuerdo, nos vemos mañana entonces.
-No Aleena, me mudaré, mi madre dice que dejaremos la ciudad mañana por la mañana, cambiaré de ciudad, de escuela, no nos veremos más.
¿No nos volveríamos a ver?, pero si somos mejores amigos, los mejores amigos se ven siempre... ¿A dónde irían?
-Dijo que encontró un nuevo trabajo –siguió, haciéndome reaccionar de nuevo– Pero que volveríamos para las vacaciones o algo así.
Riley dejó la ciudad al día siguiente, no quise ir a despedirme, dejaría de verlo por no sé cuánto tiempo y no quería sentirme mal por ello, él en cambio, le dio una nota a mi madre, para mi...la leí al instante y la dejé en un cuaderno dónde tenía miles de fotos de nosotros...
***
-¡ARRIBA YA!, ¡ES HORA DE IR A LA ESCUELA!
Maldición, primer día en la Universidad, pasé 11 años viviendo literalmente sola, sin apoyo ni un mejor amigo con el cual hablar siempre de todo, ahora mi vida se volvía más dura y difícil...
-¡VOY EN CAMINO! –puse mis pies fuera de la cama y "Oh no"– ¡ESTÚPIDA MENSTRUACIÓN! –mala forma de iniciar la semana y el ciclo escolar–
Hice absolutamente todo lo que debía hacer rápida mente, a mi madre le quedaba de paso mi Universidad, así que me llevaría cada vez que pudiese, genial. Tomé mi almuerzo, mochila, un suéter delgado y al auto. En cosa de 10 minutos ya había llegado, conocía a varias chicas de ahí, eran mis amigas de la preparatoria, chicas con hormonas por los cielos y muy activas "en todo sentido". Ahí estaban Isabella, Candace y Sarah, parloteando de lo que parecía ser, una nueva serie de televisión, o una nueva temporada, qué me importaba...
-¡SÍ!, ¡EL CHICO ES GUAPÍSIMO! –prácticamente gritó Sarah–, ojalá pudiera conocerlo, dicen que vivió aquí mismo.
-¡IMPOSIBLE!, dudo mucho que ese chico viviera en éste barrio tan...
-Demacrado, lo sé. –Candace ayudó a Isabella a terminar su frase– Es casi imposible, pero es verdad, escuché el mismo rumor.
-Dicen que vendrá de vacaciones éste año, ya que el rodaje está en paro por el mal clima.
-Déjenme adivinar –me paré a un lado de Candace– ¿Se van a deprimir ese tiempo de paro?, dejen a ese chico ya, por favor, nadie como él tiene tiempo para nosotras.
-Arruinas mi tiempo, pero vas a ver que conoceré a Cameron algún día.
Cameron, el nombre me sonaba, pero, ¿de dónde?, conocía a varios por el colegio, pero aún así me dejaban con la intriga.
-Lo conoceré y será mi novio, ¡YA VAS A VER QUE SÍ! –levantó su dedo índice–
- Y si no, será totalmente mío. –comentó la rubia–
-Como sea chicas, vamos a clases ya que se nos hace tarde, hablarán de su tal Cameron después.
Adoraba arruinar sus momentos de niñas, siendo una total amargada, como siempre. Al llegar al aula, quedaban exactamente 4 espacios en las filas de en medio, tomamos los lugares y comenzó la clase, Inglés, la profesora era una anciana más vieja que todos los viejos que conozco, en algún momento iba a quedarse dormida en su silla.
-Nuevas noticias chicas –susurró Isabella observándonos– Cameron llegó a la ciudad hace apenas unos minutos!
-¡ESO ES IMPOSIBLE!, –se percató de que había gritado– Ammm... Digo, es que hice una conjugación mal y ahora tengo que hacerlo todo. –Se volvió a nosotras– Se supone que Cameron llegaría al medio día... Su vuelo debió adelantarse.
-¿Y?, desde hoy van a acosarlo más que de costumbre? –simplemente comenté mientras escribía algo en mi libreta–
-Obviamente mi pequeña saltamontes, obviamente, al igual que miles de sus fans, ¿por qué no? –jugaba con su lápiz, sabía que tramaba algo–
-Porque es molesto y supongo que viene aquí para no ser molestado por miles de cámaras y fans locas que le gritan "¡TE AMO!", "¡DAME MIL HIJOS!" "¡HAZME TUYA!" y esas cosas raras de ustedes...
Si, diría lo mismo yo si fuera cualquier famoso que yo adoraba, pero, como no era así, debía destrozar las pequeñas almas de mis amigas, sólo para verlas sufrir un par de minutos, o días...
-Aguafiestas, eso es lo que eres.
- Y un poco más madura también, no lo olvides... –terminé la conversación–