TRATA de no enamorarte [YoonM...

MateoKim92 tarafından

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A diferencia del resto de chicos, YoonGi era el único oriental en el mercado, siendo generalizado y apodado c... Daha Fazla

CAPITULO 1: Nuevo ✓
CAPITULO 2: Ojos vacíos ✓
CAPITULO 3: Hetero & Homo ✓
CAPITULO 4: Odioso ✓
CAPITULO 5: Tóxico ✓
CAPITULO 6: "Suga" ✓
CAPITULO 7: Frío ✓
CAPITULO 8: Un trocito de sonrisa ✓
CAPITULO 9: Peligroso ✓
CAPITULO 10: Roto ✓
CAPITULO 11: Aléjate ✓
CAPITULO 12: Herido ✓
CAPÍTULO 13: Egoísta ✓
CAPITULO 15: Mariposa ✓
CAPITULO 16: Viejo inicio ✓
CAPITULO 17: "Hun" ✓
CAPITULO 18: Jeon ✓
CAPITULO 19: Entre ángeles y ex demonios ✓
CAPITULO 20: Fuera ✓
CAPITULO 21: Cielo ✓
CAPITULO 22: Remolino ✓
CAPITULO 23: Huracán ✓
CAPÍTULO 24: Ayer (1/2) ✓
CAPITULO 25: Caer y perder (2/2) ✓
CAPITULO 26: Aturdido ✓
CAPITULO 27: Reflexiones y heridas ✓
CAPITULO 28: Cede a perderme ✓
CAPITULO 29: Otro más frágil ✓
CAPITULO 30: Impacto✓
CAPITULO 31: Más cerca ✓
CAPITULO 32: Doblegar y envilecer ✓
CAPITULO 33: Realidades ✓
CAPITULO 34: Desmantelándo mentiras ✓
CAPITULO 35: Idiota ✓
CAPITULO 36: Puto ✓
CAPITULO 37: Envenenado ✓
CAPITULO 38: Inútil ✓.
CAPÍTULO 39: Heredero ✓
CAPITULO 40: Cerca de perder ✓
CAPITULO 41 El comienzo del fin
CAPITULO 42 Sumiso
CAPITULO 43 - Anochecer
CAPÍTULO 44 Súplicas
CAPITULO 45 Relleno
CAPITULO 46 Esperanzas
CAPITULO 47 Sincero
CAPITULO 48 Consciente
CAPITULO 49 Aquí y allá
CAPITULO 50 Desprotegido
CAPITULO 51 Huellas
Nota

CAPÍTULO 14: Honesto ✓

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MateoKim92 tarafından

Cuando Yoongi abrió los ojos, lo primero que notó fue que estaba cómodamente repartido en la cama de plaza y media que una vez le perteneció, en completa soledad, cosa que no le extraño del todo.

Lo segundo, fue que su cuerpo estaba húmedo y pegajoso con un olor particularmente amargo en él, cosa que también prefirió ignorar porque solía ser un poco despistado, muy de ves en cuando, y olvidaba encender el aire acondicionado, o ventilador de techo, y abrir las ventanas para refrescarse en las noches que, ocasionalmente, eran calurosas y pesadas mientras que él disfrutaba de dormir cobijado en un agradable ambiente templado.

La tercera cosa que notó, y de la cual se arrepintió, fue de moverse para estirarse en la cama y tomar una posición diferente así sentirse más cómodo para continuar de ocio; lastima que el acto fue devastador para su columna porque sintió como si le hubiesen echo una llave de lucha extrema, de esas donde te parten la espalda en dos. Él sabía que debió oír esa pequeña voz en su cabeza que le advertía sobre el inusual dolor muscular en sus muslos, maldita pereza hasta para pensar; el dolor fue tal que Yoongi apretó con fuerzas sus rasgados ojos achocolatados que lafrimeaban, se mordió por inercia y distracción el labio son medir la presión... Y hola a un nuevo dolor, porque le escocía como limón sobre una herida recién causada, ya que comenzó a sangrar un poco, lo supo porque el probó el sabor de su sangre.

Nuevamente probó a desperezar su cuerpo, esta vez con un deje de cuidado a sabiendas de su dolor corporal, que no se molestó en pensar la causa aún, para encontrar un vacío a su lado que todavía estaba tibio; buscó reincorporarse con la punción presente todo el jodido rato, desplegando su abominable malestar por todas sus terminaciones y no solo en su espalda baja, sintiéndose una basura mal botada a la papelera.

— ¿Qué jodidos con esta mierd...?

Magia sobre sus recuerdos salpicando la consciencia como lluvia ácida.

Más o menos, así se habrá sentido Goliat cuando David lo asesino de un hondazo, todas las memorias golpeando su cabeza como una roca: Jimin coqueto; Jimim y sus castaños ojos pesados, labios gordos insinuandose con la sonrisa atrevida; manos acariciando sus lados sin límites que lo rechazaran; palabras obscenas y aceptación prácticamente vulgar de su parte, incluso rogando por ello.

El nudo en la garganta que se formó con el ardor se fue volviendo más espeso, ahora con la realidad en las narices, tuvo problemas para tragarlo. Ni siquiera de había sentado propiamente dicho de una manera relativamente normal y erguido, pero el simple roce de las sábanas parecía carbón dentro de su anillo pese a que no estaba soportando todo el peso de su región superior. Yoongi de pronto recordó la única vez que trato de robar, era una tienda local de reparación de electrodomésticos, y la golpiza que los hijos mayores del dueño le propinaron por sus malandros intentos de subsistir; esto dolía muchísimo más en su anatomía.

—  No, no, no, no... Yo no lo hice, joder, no puede ser - se negó, frotando sus ojos con desesperación, el malestar y enojo en una mala convivencia dentro de su pecho, y por primera vez se arrepintió amargamente de algo - Yo no... No lo hice. No Mierda - repitió, cerrando sus manos en puños presionando ambos lados de su cabeza - No, por favor que sea mentira. ¡DIABLOS!... Maldita sea... qué tan patético puedo ser.

El dolor físico pasó a segundo plano cuando sintió perder todas sus fuerzas, lágrimas acumulándose en sus ojos.

«Sí idiota, lo hiciste» se dijo a sí mismo.

¿Cómo pedir a Jimin que no malinterpretara lo sucedido ahora? Santo cielo, el drogado era Jimin, no él, condenado infierno ¿Por qué no podía tener un poco de autocontrol?... Aunque, pensó un segundo, podría decirle que Choi lo obligó un poco a... No, carajo no ¿Qué rayos pensaba? ya estaba demasiado jodida la situación como para meter a Lucifer en medio de todo este apocalipsis en puerta.

Él no quería, no podía ser homosexual. Yoongi no cedió ante sus sentimientos e impulsos sólo porque Jimin hizo uso de unas cuantas palabras, más allá de que le sacudieron todos los pensamientos, revolviendo su cerebro tal cual lo haría una licuadora... Sólo por un arriesgado sentimiento.

No, Min Yoongi no era gay sólo porque se dejó penetrar en el calor de un momento inadecuado e imprudente para él, el día fue largo y lleno de fatigas para el, sus barreras cayeron inevitablemente y eso lo supo desde que sonrió para Choi cómodamente; sus emociones eran dóciles y simplemente sucedió sin querer, fue un error... él no quería.

—  ¡Pero me gustó! - confesó un tanto frustrado, la cabeza comenzó a molestar - Dios santo. Soy un maldito marica porque me gustó, carajo... Me gustó porque me gusta el mocoso.

Lágrimas comenzaron a enjugarse en sus orbes chocolate abarrotados de arrepentimiento y pesar. Se sentía derrotado como nunca antes y por ello ni siquiera tuvo intenciones de retener el agua salada; y no lo hizo, las dejó caer una a una, barriendo los besos que Jimin le dejó la noche pasada, guardando penas ahora y no el placer o satisfacción que le dió las buenas noches...

Ahora, la realidad de lo que podría suceder si Park insistía tan solo un poco, lo abofeteaba sin cuidado. Él ya había echo lo peor contra su ética en nombre de su "afecto", sin Jimin haber prometido un demonio; ¿Qué tanto más podía ceder por "acalorarse"? Por sentir mucho más que "gustar" por el mocoso impertinente y lleno de heridas, y que efecto lo sentía pero tenía inquietud de aclararlo con su propia voz, porque sólo pensarlo le dejaba indefenso... ¿Cómo había sucedido?

—   No, maldición, no... Estoy enamorado del pendejo - sollozó como un niño pequeño, vulnerable, enfermo, hambriento de consuelo - Me gusta tipo.. un puto hombre... Diablos, diablos, diablos.. perdón Chaerin - el enorme vacío en su tórax arremolimandose como ojo de huracán. Ya no lloraba lágrimas, era piedad; cuando una sonrisa cálida y amorosa rayó en sus memorias, la realidad más difícil de enfrentar que el mismo amor - Per-perdón mamá. Yo te lo juro... No, no quise, de verdad, de verdad lo intenté... Sí me esforcé un montón mamá, lo siento..

La figura alta y esbelta de una joven mujer con la mirada más cariñosos del mundo, observando a Yoongi tiernamente con su nacionalidad en el final de sus ojos rasgados de gato; la mirada serena e impasible que difícilmente permitía leer sobre ella cualquier historia o emoción, Yoongi tiene eso de ella con un dulce chocolate por barrera; una sonrisa cautivadora, reconfortante y sincera entre labios jugosos que no eran gordos, de un precioso color rosa entre oscuro y apagado; cabello castaño claro de téz nublada que oscilaba de blanco a canela, lisa y perfecta de brazos suaves que lo protegían y cobijaban (sentimientos de confort que Chaerin heredó y le hacían sentir que perdía todo mientras la sujetaba); delicada como las alas de una mariposa, firme e inquebrantable como caña de azúcar (así también terca), una voluntad y fortaleza inhumanamente comprobadas por el hombre pero sí por un niño (por él), indudablemente una Diosa rebosante de amor y sabiduría... Su madre, la mujer que beso primero su rostro y antes de conocerlo ya le había confesado un "te amo" que llegó desde sus entrañas, la luz más brillante y distante de su vida, su profundo gran amor y el más grande de sus dolores...

Yoongi se sintió Judas en ese maldito e impreciso momento que recordó lo hermosa y compasiva que era Choi Mihyang; el vacío y angustia atestaron sus ojos de cascada, el remordimiento que se sentía como si hubiese vendido su hermana a los narcos, como si hubiese sido él mismo quien dio la aprobación para soltar la bomba que reventó Hiroshima y ahora cargaba con el peso de millones de muertes innecesarias, vidas inocentes, aterradoramente despiadado...

Cómo si el corazón estuviese entre manos de quién le odiara insanamente, y lo estrujara con rabia hasta secarlo de sangre como una pasa de uva. Así mismo le dolía, sin aire que lo oxigenara de vuelta. Sumido en sus recuerdos, herido por sus propios "errores" y ensuciar el amor a su progenitora...

Por un chico que ni siquiera se quedó con él al despertar, devolviéndolo a sus dieciséis años cuando se vendió la primera vez. Sucio y desmerecido.

—Me equivoqué, mamá... Hice mal, pero yo no quise - lloró, tapando su boca con la palma para disminuir el ruido - Yo no busqué enamorarme de otro hombre, trate de evitarlo ¿Me crees?... No quería ser como papá y te fallé. Perdóname por ser tan inútil.

Un viejo y olvidado recuerdo dolorosamente devuelto: su madre acariciando el pequeño y redondo rostro pálido de un pequeño niño de cabello castaño claro a sus diez años; se veía exhausta pero una sonrisa típica entre sus labios por bandera, suave sin ser muy divertida sino más comprensiva y amorosa, ya desde entonces comenzaba a notarse su cansancio y desgaste físico, pero esas no son cosas que un niño deba reconocer. Las peleas con su padre llegaban hasta su cuarto, los gritos del hombre que al otro día miraba a Yoongi y sollozaba silenciosamente despidiendolo al colegio, mientras que su madre le abrazaba y deseaba éxitos en su día dejando el lunch en su mochila.

Un ángel personal el cual él había apostado mamá, quien cuidó, educó, orientó, protegió, y amó tanto a Yoongi que casi se molesta con Chaerin por nacer; porque su nacimiento la condenó y a él, a vivir sin el "esposo" y padre que siempre se mantuvo cerca aunque no tan presente...

"Tu no eres como él, cariño. Deja de preocuparte por ese tipo de cosas, que para eso está mamá. Yo le encontraré solución ¿O no consigo arreglarlo todo, bebé?"

Recordaba la dulce y tranquilizante voz del adulto, reconfortando sus dudas y tristezas cuando más pequeño, aquellos días que decían tan orgullosa y feliz lo parecido que era Yoongi a su padre, y él lo odiaba; lo recordaba con rencor hoy en dia por todo el daño egoísta que les hizo. Yoongi más bien quería ser como ella, una montaña inamovible e inquebrantable, decidido y valiente, una persona dulce con sus allegados. Un árbol que pudiese dar sombra a las personas que él quería desde el fondo de su corazón.

"No lo digo para mal el que seas como él; yo todavía lo amo muchísimo cariño, él te entrego a mí y me hizo absolutamente feliz. Tampoco tienes que ser como yo, no eres como nadie, bebé... Eres mucho mejor.. mamá lo sabe porque las madres lo ven todo de sus niños."

Su angustia se derramaba sin control alguno, tampoco existía la intención de detenerlas en breve, quería vaciarse de la vergüenza y el dolor que Jimin acaba de hacerle hace a penas unas cuantas horas atrás; quería que el mundo se lo tragara entero y ni rastros de él; que el corazón reventara de coraje antes que volver a decir en voz alta lo atraído que sentía por Jimin, lo enamorado que se encontraba del chico... Lo usado que era por él.

"Sólo es cuestión de elegir bien, mi amor, y mi príncipe es un niño inteligente ¿A qué si? listo y fuerte, el héroe de mamá que no sabe matemáticas."

Recordó la burla a sus doce todavía, con esa preocupación como la más importante de su vida, sin saber los secretos que ocultaba su madre en su vientre y el veneno en su cuerpo multiplicando células blancas. Era más sencillo se un niño bueno cuando ella estaba para vigilarlo de cerca y guiar su camino; por eso ahora estaba tan desorientado y se equivocó de pasos.

Tomó un mal camino.

" Te amo cariño. Tu y Chae son como alas para mí, no necesito caminar si siento que vuelo cuando sonríen. Así que jamás dejes de hacerlo, y consigue que tú hermana sonría mucho ¿De acuerdo? Eres un hermano mayor ahora."

Yoongi negó con su cabeza, aquel tiempo fue a sus catorce años, cuando su madre había empeorado tan mal que no siquiera tenía su bello color canela. Tocó lentamente las hebras ceniza de su cabeza, el cabello era lavo y resistente pero no sirve y fino como antes, tiró violentamente de el enervado, asqueado de sí mismo por dejarse cambiar a otra persona, siendo que su madre siempre manifestó lo encantada y complacida que estaba de su hermoso niño con el cabello castaño como el caramelo.

La búsqueda de aire para respirar con normalidad se vuelve una odisea, insoportable; deja escapar la desesperación para inhalar profundamente toda la calma que no consigue tener, los espasmos se veían para preocuparse a estas alturas pero él solo quería llorar... Llorar y que su arrepentimiento y vergüenza subiera al cielo y dieran los pesares a su mamá.

Dios sabe que él no quería faltar más a ninguna de sus promesas, pero existían muchas cosas que iban más a allá de su control y era difícil que no se le escaparan de las manos.

"Cuida mucho de mi niña, ella ahora será tu princesa también ¿Sabes?. Y como si fueses un caballero, cuida mucho de mi rey; es un niño bonito y claro como los rayos del sol, se ve capaz pero es un niño... Siempre serás mi niño, así que sé fuerte Ginnie-yah. Elige apropiadamente ¿De acuerdo?"

Y él no pudo cuidarla...

"Lo haré mamita... Seremos muy, muy felices en lo que tardas de volver del hospital. Ya lo verás cuando regreses. Soy grande."

Y no pudo cuidar de sí mismo...

"Por supuesto sí, mi hombrecito... Mamá lo siente mucho cariño." besó la frente de su hijo para luego dormirse tan profundamente que no pudo retrasar más el cerrar de sus párpados. Aquellos días dormía tanto, que ni siquiera notaba que Yoongi faltó al colegio para cuidar de la bebé, y sin embargo elegía bien a su parecer porque cuidaba de Chae, porque era el hombre de la casa con trece años.. porque cumplía sus promesas.

¿Quién era él ahora?

—Te mentí en aquel entonces mamá, pero lo hacíamos muy buen contigo ahí. Lo siento, si fui malo lo siento muchísimo - se abrazó a sus rodillas en posición fetal, por no poder sentarse, y hundió su rostro en el hueco intentando débilmente ahogar su voz rota - Elegí mal, mamá... Rompí la promesa pero no a propósito, lo hice sin querer.. por favor.. por favor.. ¿Me perdonas? - preguntó infantil, esperando genuinamente una respuesta del cielo - ¿Me quieres aun mamá?... Yo todavía te extraño muchísimo.. mucho, mucho mamá... Ginnie se equivocó... 엄마 미안 해요. (eomma, mian haeyo)

Volvió a hundir su rostro entre las rodillas con muchísima más fuerza el agarre, apretando sus brazos, rasguñó sin darse cuenta para sentir un poco de dolor, para castigarse por cometer el mismo error que su progenitora al enamorarse de alguien que no valía el sacrificio. Repudiando el hecho de que ahora sí podía ser igual que su desagradable e irresponsable padre, quien los abandonó sin tener idea del embarazo que trajo a Chaerin más tarde arruinando sus vidas, porque ellos vinieron desde Corea a EEUU por él, porque el tendría un mejor empleo y Yoongi mejores oportunidades de vivir con sólo ocho años...

Pese a que él se lo había dicho a sí mismo para no olvidarlo, de todos modos se dejó guiar con el corazón a sabiendas de que era usado.

A sabiendas de que lo mal amaban.

***

—Siempre estas tomándome el pelo, idiota. Me siento realmente mal en este momento hombre ¿No te das cuenta que de verdad lo lastimé? - cogió su cabello, tirando de un lado - jamás la fregue tanto en la vida.

—¿Bromeas? Estás encerrado en un infierno abominable y la peor parte es que ni estás muerto. ¿Puedes fregarla más que esto? Aunque déjalo así, no te estoy desafiando, tranquilo - respondió, entrecerrando los ojos pensativo - ¿vos decís que me va a mirar raro si le pido que lo enseñe? - pico malicioso al menor.

—Patearé tu nariz hasta que vuele lejos de tu fea cara, Calleri.

—No sos vos, es tu envidia la que habla - bufó - Solo porque tenés el morrón pegado a la cara como dibujo de chico, plano plano en tu cara de mesa, pero no es motivo para meterte con mis atractivas y bien definidas facciones.

—No digas estupideces, Jonathan, pareces una cigüeña. Y no te da vergüenza llamarte "atractivo" a ti mismo - negó en reproche.

—Di lo que quieras con la excusa que quieras, pero es bien sabido que la gente con la nariz, espalda, manos o pies grandes calza bien - meneó sus frondosas cejas con insinuación - y yo tengo todo eso GRANDE... No como vos, que estás chiquito de todos lados. En especial en estas manitas de muñeca.

—Manos delicadas ¿Y qué? Amigo, me viste en Sahara ¿No es así? Dime si había algo en mí que no llamara la atención.

—A sí, tu humillación pública como un pendejo calenturiento, sí, sí, lo recuerdo. Animalito del señor, te pusiste como una piedra cuando viste el pecho plano sin vellos del chinito - chasquea la lengua - Yo no me jactaría tanto si fuese vos; poniéndote cachondo y alzado por el protegido del mal... Nop, yo no estaría orgulloso para nada, es más, tendría miedo.

—No tengo nada de qué temer, y no lo llames como si le perteneciera a ese demente - apretó los puños - Yoongi es libre de elegir a quien le plazca.

—El no es dueño ni del aire que respira, le duela a quien le duela, Jiminsito, el chinito es del "jefe" - hizo comillas con sus dedos - eso se nota a kilómetros de distancia y por ello nadie le a caído a puños con la buena onda que se tira con todos. Que yo no me entrometan u opine no quiere decir que duerma en los laureles - respiró profundo, exhalando preocupación - Vos no sabes lo que decís, Li. Si le tenés que tener miedo a alguien, ese es Choi.

—¿Por qué?

—Porque es el maldito demonio. Si te soy sincero, tuve terror de ir a tu habitación y encontrarme con algo horrible ahí... Y que esa cosa horrible, de alguna manera fueras tú. Quizás yo no diga muchísimas cosas pero estoy al tanto y muy bien informado ¿Si?. Si soy pesado o insoportable es porque temo por ti y nada más. Lo lamento.

—Lo lamento, no quise decir eso - se disculpó, afectado por sus palabras.

Jimin se sentía arrepentido por apartar de este modo a Jonathan, como si no le conociera en lo absoluto y dudara de sus intenciones, pero sinceramente no conseguía evitarlo, la cólera venía desde los intestinos y quemaba todo su ser, ¿Cómo se había encariñado tanto? Al diablo con la respuesta, Jimin solo sentía que Yoongi era libre para elegirlo, porque lo que sucedió la noche anterior no fue cualquier cosa. Muchos tenían ganas de partir la bonita cara del rubio cuando lo veían, en cambio Jimin solo anhelaba besarlo y ahora sabía que podía; que era el único a quien el pálido le permitió acceder a él.

Pero pensar que no era el único en ese sitio con el permiso concedido para hacerlo, lo torturaba. Más no eran excusas para rechazar la preocupación de Calleri de este modo cuando fue quien le visitó y brindó compañía en un momento difícil mientras Yoongi... Jimin no quería saber realmente dónde o qué estaba haciendo, mucho menos con quién, a sabiendas de que no tendría una respuesta aún si la pedía.

Calleri le protegía como un verdadero amigo, e incluso el día anterior intimidó a Julia para alejarse de él cuando estaba desesperado, y se quedó hablando un largo rato con Jimin hasta que unos chicos rubios le llamaron; preguntó a Jimin si estaría bien y él confirmo que sí, que no buscaría a Quintart ni sus amigos para intoxicarse, pero entonces recordó el número de la habitación del guarda, quienes tenían un sistema diferente de banderas como ellos para distinguir las habitaciones, y en cambio llevaba números.

El nuevo "Valenzuela" estaba en la habitación número trece, Park sabía que se conocía como un número de mala suerte, y efectivamente lo era por cómo continuó el transcurso de su día sin poder evitar llegarse para pedir las drogas, encantado de encontrar eroína en pastillas sublinguales, en un viaje fabuloso que lo apartaba de su jodida realidad, la rabia y dolor que lo socorrían en un engañoso bienestar impulsado por basura que al final comprendía que le hacía daño, pero la ansiedad y necesidad de alivio siempre fueron muchísimo más fuertes.

Sí, le mintió a su amigo y temrino buscando las drogas, de nada valió ser apartado de Julián por Jonathan, si de todos modos corrió a buscar las pastillas cuando su amigo le dió la espalda y el resultado fue el daño a la estima de Yoongi.

Este era el otro lado, la otra cara de la moneda. Yoongi botado en una cama por él, que se sentía incapaz de tener algo tan bueno porque simplemente no lo merecía; de alguna u otra manera se sentía culpable y responsable de manchar al otro, de comenzar un acto tan importante para él, y para Yoongi que se auto-proclamaba homófobo, inducido por un estado lamentable y desastroso.

Se sentía horrible pensar que inició el sexo forzando al rubio o como haya comenzado, porque no recuerda a ciencia cierta el principio, avergonzado de orillar a Yoongi a herirse a si mismo por evitar el mal sabor de boca a Jimin, más allá de que los métodos no fueran los más sensatos u ortodoxos. Jimin entendía que la cercanía retomada entre Yoongi y Choi era un noventa por ciento su culpa, sus deslices en Sahara bien pudieron costarle la vida pero "algo" sucedió en el medio... Y ese algo se llamaba "Yoongi".

Sinceramente Jimin era muy inmaduro y a veces hasta lento, se enojaba con él mismo en muchas circunstancias por ser tan tonto y reaccionar de forma errónea, pero le era difícil cuando él tenía sentimientos encontrados y confusos por el rubio, más reconocía actuar mal con el mayor pese a que eso le obligaba a someterse al castigo. Sin embargo él se sentía muy bien de hacer lo que hacía en su determinado momento.

En estos pedazos difusos de su historia, entraba Calleri para ayudar a esclarecer sus decisiones, recordando lo terrible que siempre pueden ir las cosas y que Jimin ignoraba el pasado ajeno cuando en un intento de relacion ambas partes tienen muertos debajo de la cama.

El argentino, solía ponerse de ejemplo (como imprudente y apresurado); oriundo de la capital de Buenos aires, con diecinueve años, fue arrastrado al sur de Turquía con bajos y crueles engaños, desarraigado de su pueblo, gente y economía precisa (a veces precaria) con la ilusión de catapultar la economía de su familia mediante u a habilidad que para él más bien se veía como un "Don".

Persiguió el tonto sueño de volverse un jugador de fútbol profesional, aspirando a grandes escuadras viendo su desempeño en los clubes y partidos Barriales de su zona, era joven y estúpido, se sentía el mejor de todos guiado por el alabo de sus amigos y mayores. All Boys (la escuadra con la que inició) brindó la oportunidad a sus locuras de adolescente sobre grandeza... Como un mocoso idiota, se dejó "dormir" por un traje Armani y peinado recogido en un moño de un hombre que destilaba elegancia y profesionalismo; se dejó engañar por un chileno de acento encantador y amable lleno de labia, quien lo cegó con promesas de sumas inimaginables de dinero, él sería el nuevo "Messias".

Qué tonto, dejarse endulzar los oídos con halagos a sus jugadas y su precisión para ubicarse, para aprovechar cada pase de un compañero y ser quien metía el gol decisivo... Se dejó cegar por la imagen de Lionel Messi y sus triunfos, acompañados de las premoniciones mentirosas que Gonzalo Valenzuela le pintó.

Cuánto daño para quién vivía por su familia y ahora no tenía idea de nada sobre ellos.

Sus padres, otro par de personas con educación básica y que poco confiaban en el extranjero, (por prejuicios de una herida que el país todavía tenía con la perdida de las Islas Malvinas por culpa de Chile, sin importar que no era el pueblo sino la decisión de los gobernantes); se dejaron embargar por la emoción y efusiva alegría de su pequeño deportista, siendo comparado con Messi o hasta Maradona... Ellos fueron buenos padres, se dejaron llevar por la fantasía e ilusión de su hijo menor, no querían cortar sus alas pese a ser padres ignorantes que sobreprotegían al chico.

Las palabras minuciosas y bien aprendidas de un maldito desgraciado, le arrancaron de las manos un hijo de diecinueve años en puerta, a una familia que no tenía más que amor para enseñar, y deseos de cumplir lo que estuviese a su alcance en beneficio de los sueños del menor.

Luego de eso, nunca más confió, nunca más se dejó estar, nunca más se acercó a nadie que no le inspirara una mínima fracción de confianza; y contemplando el entorno que lo rodeaba, nunca confió en nadie. Porque además de ser ácido y directamente hiriente, era problemáticamente apartado. La única vez que sintió que valía la pena una persona allí, fue luego de una semana que decidió salir de su cuarto y presenció un acto abastecido de cruenta y diabólica maldad, en su más pura expresión a un chico que ni siquiera conocía. Eso lo condenó a encerrarse una semana más y luego se topó con un muchacho de origen "chino" por sus rasgos faciales, semblante serio pero amable que le decía: si debía fiarse en el sitio, que no lo hiciera de nadie pero que le ayudaría tener un aliado, que por lo menos lo entendiera cuando decía palabras en español.

Yoongi le dijo que se cuidara de Julián, alegando que le ayudaba porque se veía que no entendía nada sobre el sitio, y le felicitó por su soledad forzada. Eso le llenó el pecho de orgullo, y se sintió capaz de elegir su destino a medias; pero todo intento de cercanía se arruinó cuando al día siguiente encontró a Yoongi con Choi y ya no trato de acercarse más.

Mucho menos cuando el chico le vio cerca, y le dijo que no se equivocara, que él no se reunía ni muchos menos era amigo de la basura...

«Nunca más» se ordenó a sí mismo «Nunca más, Jonathan»

Jimin levantó la mirada, contemplándo unos segundos a su amigo con arrepentimiento, y luego desvió de nuevo su mirada café haciendo sentir mal al mayor. El chico era un pequeño mocoso, por ende no tenía la culpa de ser tan idiota y Calleri lo sabía, Jimin era desbocado y se precipitaba a soltar lo primero que tenía en mente, pero si le dabas unos minutos o remarcadas su error, fácilmente se arrepentía y el perdón se atoraba en su garganta mientras sus ojos te lo decían. El pequeño imbécil, aparte de idiota era orgulloso..

Extendió su mano y acarició con suavidad los castaños cabellos de de Jimin, sonriendo levemente ante su expresión apenada.

—Te disculpo, Li.

—Gracias...

— ¿Qué gracias? "Gracias" nada... Me debes una mamada - dijo serio, Park comenzando a reír.

—Ya quisieras - se burló, apagando la seriedad del alto - Resígnate a mí de una vez, Jonathan.

—Ah, ¿Mucho pasto para tu caballo? Te ofrezco un pedazo de todo esto - alardeó, señalando su cuerpo con insinuación - Y lo rechazas; acordate después, porque no se va a repetir... Te pegaron bien fuerte, si te negas a probar tremendo macho argentino, ¿Qué no sabes que somos la mejor carne? Tú te lo pierdes por menso, y no quiero lágrimas después ¿sabes?

—Si lo dices así a me entre la duda. Ummm.. - dudó para no herir el orgullo de su amigo.

Calleri sonrió ampliamente y empujó al menor consiguiendo que se tambaleara, a cambio recibió un empujón por igual. Rápidamente, Jimin se había acoplado a la personalidad seria, narcisista y extraña de Jonathan para las bromear, siempre "coqueteándole" y luego riéndose de él cuando se sonrojaba los primero días.

Ya después, se acostumbró a devolver la altanería descarada y ególatra, de la misma forma. Sorprendiendo gratamente a Calleri, y robándole uno de los pocos placeres que disfrutaba en esa cárcel, y ese era humillar y poner incómodo a Jimin entre bromas, competir a ver quién era el que se amaba más porque eso ayudaba a su autoestima y sí, era un poco narcisista realmente, coloquen al chico las esposas y a la cárcel.

—Te digo un secreto Li, me gustabas más cuando te portabas como nenita virgen.

—A mi me gusta cuando admites que te tocas pensando en mí - dijo echándose flores - eres un pervertido y un abusivo de mi amistad. Seguro fuerzas el contacto entre nosotros y después recreas esto en tu mente para que se te lo, mientras tanto olfateas la funda de mi almohada...

—Diablos, ¿cómo lo sabes? ¿Estuviste despierto anoche? - Preguntó exaltado, Jimin rió sacando la lengua en señal de asco - Dios, mi penoso secreto descubierto... Llamaré al concurso de raros para que me descalifiquen por profesional.

—Qué repugnante Calleri, y yo que confíe en ti, pero debí saberlo... Se notaba en tus ojos perversos que mirabas todo esto con deseo- dijo acariciando sus pronunciadas nalgas - Sé que al igual que todos, mueres por tocarlas.

—Carajo, y después decís que no y te haces la otra, Jimin. Sos más puto~...

—No te confundas amigo, soy codiciado y consciente de ello, cosas totalmente diferentes. Si fuera puto, me rebajaría a permitirte tocarme, asqueroso.

—Ni que tuvieras tanta suerte. Aunque si me esfuerzo un poco sé que caerías niña... Sin embargo soy vago - se encogió de hombros - me conformo con espiarte cuando te bañas.

—Santo cielo, ¿Te oyes las babosadas que dices? Vergüenza Calleri... Deberías darte vergüenza.

—Al menos no has oído mis gemidos mientras te duchas ¿O si?, mi consideración merece agradecimiento.

—Oh por... Tienes razón. Umm... gracias - se echó a reír.

Calleri asintió, conforme con el agradecimiento falso del otro, siguiendo a Jimin en otra ronda de burlas y risas, que poco a poco dejaron de tener la misma energía que al inicio, disminuyendo gradualmente de intensidad hasta que cesó; incómodo, Jimin desvió su mirada con disimulo a sus agujetas, rebuscando en su mente cualquier tema para continuar ahí con el alto y divertirse, lo que sea antes que volver a su tema... Y entre tantos huecos para conversar en su imaginación muerta, los brazos largos y bronceados del argentino le rodearon brindando confort.

Jimin, quien jamás se lo hubiese esperado, permaneció estático tratando de tomar toda de la mejor manera toda esta confianza y fortaleza que su nuevo amigo le ofrecía. ¿Hacía cuando no lo consolaban sin tener que decir realmente nada de mí basura que se proyectaba por dentro?

—¿Crees que estará bien? - Preguntó un poco avergonzado, refiriéndose a Yoongi - En gran parte, huí porque tenía miedo a su rechazo. Si él decía algo como que fue un error entrometerse conmigo..

—Sh, sh, sh... Li, le partiste el culo literalmente hablando, y él lo permitió ¿O no? - cuestionó, reconociendo la tensión bajo su tacto - Roto pero feliz, el también quiso, aquí nadie violó a nadie y si te dice que fuiste un error... Pues lo besas, qué sé yo, si te sigue es porque miente o algo así mas o menos. Tal vez fuiste un bruto animal, y Dios sabe que no sé ni quiero saber como es que ustedes los homo les gusta, y se las apañan para hacer esa mierda; pero vuelvo al inicio de que habrá querido hermano, si no habría cortado todo el rollo en cualquier momento... Claro, a menos que me hayas escondido detalles - se apartó, mirándole serio.

—Sólo los que darían rienda suelta a tus fantasias conmigo.

—Haceme caso. Ni drogado me dejo someter por vos - Jimin le vio "herido" - No eres tu, soy yo... Me veo en la obligación de ser el de arriba.

Jimin bufó una mueca divertida, negando lentamente mientras soltaba al rato un imperceptible suspiro, descanso la frente en el pecho de su amigo y se dejó estrechar de los hombros por el alto, aferrado a los antebrazos del mayor buscando un pequeño desierto que lo mantuvieron a salvo, aquí dentro de la cárcel que Calleri creó para él.

—Extraño tanto a mis amigos - susurró, revolviendo sus memorias - A Kim Taehyung.. ¿Qué habrá sido de el?

—¿Quién es Taniun? - preguntó curioso .

—TAEHYUNG - corrigió - es mi mejor amigo desde la infancia, el único que no me rechazó por ser gay en mi ciudad, cuando aun tenía una vida y todavía era alguien. Hormonal y tonto, pero alguien en fin.

—Debe valer muchísimo para ti, esa persona - comentó, y Jimin asintió - Yo en cambio extraño a mi viejita querida... Cuando me siento desesperado y en aprietos a mi jefe, era un hombre sabio de consejos y ella un perro guardián - se mofó un poco del recuerdo, porque actualmente no sabía que clase de padres estaban siendo.

Si ya eran abuelos, si lo estaban buscando, si se rindieron de contactar con él pasados estos largos, casi, cuatro años de encierro. El dolor se hacía piel sobre la carne y él sensibilizaba todo en sus días malos.

—¿Tus padres? - Jonathan asintió, y Jimin apretó el abrazo.

—Bueno, bueno, basta de mariconadas - lo apartó, a sabiendas de que si eran arrastrados por los sentimientos que tenían ahora mismo, acabarían llotanfo. Solo hacía falta el alcohol - Lo importante es que no te sientas abatido, ambos querían lo que sucedió anoche. ¿Bien?

Jimin lo dudó, pero dejar pasar el tema y la brecha que Calleri ponía entre su nostalgia y sus reacciones.

—Es que yo... Estaba mal cuando lo tomé, ¿Sabes? ni siquiera entiendo muy bien cómo llegue a ponerme duro; las leyendas urbanas cuentan que se te muere la... emm..

—Nutria, sí, se de lo que hablas.

—Bueno, que se te muere la nutria cuando estas intoxicado... Se siente bien raro con Yoongi, porque lo miro y solo eso me pone.

—Ah, pero te Te pego fuerte el amor ¿He, Li? - Jimin negó, mordisqueando su herida en el labio inferior - lo ves y te controla el pito.

—No es eso idiota. Es porque es distinto, mi corazón sabe que él es especial pero tengo la mente tan jodida que me siento sometido a veces, por mis propios recursos - contó - De alguna forma no puedo evitar sentir que me arrastra al inicio de todo, y duele... Yoongi es un tipo que me hace muchísima falta cuando no está, que me enfurece SU indiferencia porque nadie nunca me ignoró con tanta importancia inconsciente para mí, que me pone celoso el no verlo e imaginar donde se encuentra, que me hace querer correr hacia el, pero que con sólo mirarlo me duele... Y solo eso lo arriba todo.

—No... No entiendo - dijo, Calleri. Observando entretenido al menor quien quería llorar, pero como siempre, se contenía de hacerlo - veníamos bien hasta donde te ponías loquito si no lo tenías cerca.

Bromeaba, porque era más sencillo para Jimin que el hiciera eso a tener que enseñar la preocupación y pena que le daba su situación, sus emociones lo harían sentir incómodo y el lo sabía, por eso se las trataba sin agua y sonreía para alentarlo. Moría porque algún día le dijese qué infiernos tuvo que pasar para estar así de incompleto.

—Él, ¿Sabes?... "Él es de esas personas que es antídoto y veneno a la vez. Al que quiere curar, cura. Y al que quiere matar, mata" - Miró a su amigo, recordando su acto cobarde a penas se levantó esa misma mañana, y suspiró sonoramente - Y a mí que fácilmente podría matarme, me permite acariciar sus alas de arcangel, y yo las tocó con estas manos sucias e impuras a sabiendas de que puedo quemarlas, que soy capaz de manchar la hermosa pintura que es el y no doy marcha atrás con mis manos extendidas y los ojos vendados. Entonces me da aire y luego me hace morir...

El Calleri se le quedó mirando todo el rato que Jimin monologaba entusiasmante, en realidad no tenía la menor idea qué decirle al chico ¿Que respondía a tanto romance adolescente? Todavía no podía evitar que se le revolviera el estómago cuando Jimin hablaba de esta manera tan culta y romántica acerca de Yoongi... Del chinito.

No porque fueran hombres o fuese Anti drama, sino porque su amigo era muy pequeño cuando amaba tan desesperadamente; además de que podía entrever la educación y cultura que no dejo de notar desde la primera vez que habló con él.

Si inglés fluido, la capacidad de entender cuando él hablaba español, los insultos de los guardas en otros idiomas también, la cantidad de historia que sabía sobre pueblos o la geografía y topografía que rápidamente deducía con sólo asomarse por la ventana, reconocer los rasgos de cada nacionalidad entre sus compañeros y soltar alguna historia de migración; ese era un juego que les duró poco porque cada vez que el argentino señalaba a un puto o guarda, Jimin rápidamente adivinaba la nacionalidad y eso era algo interesante; muchas veces se la pasaba leyendo libros de cuentos pero otras veces leía sobre economía o política, últimamente sobre botánica en la inmensa biblioteca que ellos podían utilizar. Jimin era una pequeña enciclopedia parlante y era muchísimo qué decir de un niño de dieciocho años a penas.

Jonathan intuía desde que Jimin le dijo "supe que eras argentino antes de verte", que Jimin valía más de lo que quería dejarse ver, pedir un rescate a su familia podría ser más beneficiario que prostituirlo, quizás; pero el estaba en la mente (y jamás querría estar) de Choi. Era doloroso pensar que robaron a un adolescente riquillo de la seguridad de su mansión, o que le quitaron el niño listo a una madre ausente tal vez, existían muchísimas posibilidades pero Jimin tenía mucha etiqueta y su sabiduría destacaba tanto que pensar en su situación o uso como "un desperdicio" se le ocurriría a cualquiera. Pero para ser perro hay que ser despiadado y Jimin tenía mucho corazón para dar.

Inteligente y amoroso era una combinación excéntrica pero respetada por Jonathan, la gente lista le gustaba a su lado, y si eran inocentes y tontas como su amigo, mucho más divertido.

Sino mírenlo allí, en un rincón del cuarto sentado como si las camas estuviesen ocupadas, parafraseando él no sabe qué porque estaba ocupado admirandolo mientras le deseaba sinceramente algo mejor que esto.

—Creo que en su intento por curarme, porque Yoongi no desea hacerme daño, el tiro le sale por la culata y me está matando - continuaba con su analogía de veneno y antídoto - ¿Cómo puedo hacerle saber que se detenga? No quiero lastimarlo, pero tampoco puedo controlarme. Soy un nudo de sentimientos...

—Relájate Jimin, y corta el romanticismo van Gogh. Escucha, lo primero que debes hacer es ir y pedir disculpas por dejarlo botado en la cama. No hace falta que te lo diga pero somos prostitutos, y si lo ibas a tratar como uno, le hubieras dejado dinero en la mesa de noche.

¿Pedir disculpas por huir? Pero si Jimin huyó justamente porque no quería arruinarlo más. Se sintió asfixiado luego de echar un vistazo al rubio desnudo, hermoso e inalcanzable, estaba a un dedo de distancia cuando Jimin se aterró de su realidad y los recuerdos descompaginaron sus sentimientos... El hombre que lo enamoro y engaño, ¿se habría dado un minuto para verlo de esta manera? ¿Habría pensado que él es bello e inefable? ¿Se habría sentido desmerecido y sucio por tocarlo? ¿Tuvo las cosquillas que sintió jimin a penas despertar y ver los párpados de Yoongi cerrados? ¿Estaría arrepentido de hacerle esto a la persona que más pudo amarlo en su vida?...

Por supuesto que no, de lo contrario su historia sería diferente y Jimin no estaría intentando refugiarse en Yoongi.

«No te engañes Jimin, no le hagas esto a Yoongi porque no es como tú»

Se convenció de que hacía lo correcto tras verse asqueroso comparado con el rubio, el miedo de ser rechazado, el rechazo en sí, las posibilidades de lastimar o de lastimado por amor. ¿Qué perdería ahora sí se entregaba? Fue engañado, abusado, herido, drogado, humillado, maltratado, y finalmente enloquecido luego de que el mismo lucifer subió a la tierra para atormentar su mente, consiguiendo que el hijo de puta que lo encerró se viera como un caballero en su corcel blanco.

Mucho peor que verle como un salvador, Jimin se odiaba por esperarlo y rogar por el cuando se encontraba frágil y vulnerable... Si tan solo lo hubiese querido sinceramente, él no tendría estos conflictos con el amor y con el pensar en querer a alguien nuevo.

«¿Por qué tuviste que ser tan bueno conmigo?... ¿Por qué tuviste que mentir que me amabas?»

—No sé cómo lidiar con mis inseguridades, Calleri, todo el tiempo tengo miedo. Tengo miedo de quererlo y que sea de alguien más, tengo miedo que este mintiendo que me quiere porque ya me sucedió, tengo miedo de hacerle daño y tengo miedo de que me lo haga, tengo miedo de estar a su lado y tengo miedo de perderlo, tengo miedo de que se arrepienta y ponga un freno a también tengo miedo de continuar; ¿y si lo echo a perder?

—¿Y si todo va bien? - cuestionó el argentino, llamando la atención del menor - Y si te quiere, te cuida, te vamos y respeta, y si te ama bien y todo marcha sobre ruedas ¿Entonces qué Jimin?

—Entonces estoy muerto - aseguró con fría angustia, apretando los labios.

—Sí... Lo estarás - reconoció Calleri sin aire, porque era cierto ya que Yoongi no era una persona sino un objeto, y su dueño era demasiado temperamental e impulsivo como para soñar con robarlo de su lado. Jonathan conocía esa maldad, el sintió nauseas cuando la vió - Lo siento Jimin...

—Está bien, no soy quien merece las disculpas - el argentino acarició su cabeza y luego salió. Dejando a Jimin a solas con sus pensamientos - Lo siento Yoongi, ahora y cada vez que te haga daño... Por favor, perdóname.

Era tan terco...

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