Todo Depende de ti

By cesarvelasquez965

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Entre secretos, sentimientos y muerte… Para Anthony las cosas nunca fueron fáciles, sobre todo porque su for... More

Presagio
.....
Capítulo 1: Los Tres Días
Capítulo 2: Los Cuervos
Capítulo 3: El Secuestro
Capítulo 4: Punto De Quiebre
Capítulo 5: Mis Demonios
Capítulo 6: La Caja
Capítulo 7: Ferviente
Capítulo 8: Las Alianzas
Capítulo 9: Comprometidos
Capítulo 10: Comienza El Juego
Capítulo 11: El Regreso
Capítulo 12: Movimientos correctos
Capítulo 13: No es Real
Capítulo 14: Viviendo en Círculos
Capítulo 15: Teoría de la Autodestrucción (Parte 1)
Capítulo 16: Teoría de la Autodestrucción (Parte 2)
Capítulo 17: En la lista de Muerte
Capítulo 18: La noche más larga
Capítulo 19: Entre Hojas de Papel
Capítulo 20: Puerta Color Sangre
Aviso:
Capítulo 22: Mi Devoción
Capítulo 23: Gritos Silenciados
Aviso

Capítulo: 21 Dulce como la Venganza

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By cesarvelasquez965

No estoy aquí, no quiero estar aquí...

-"¡Cierra los ojos, esta oscuro; pero si los mantienes de esa manera puedes ver la luz!"- me repito mientras el dolor se apoderaba de cada minúscula terminación de mi cuerpo.

Quería visualizarme junto a Annie en aquel bosque donde mis demonios querían matarme pero no me hacían daño, ahora era diferente. Siento el golpe en una patada en mis costillas; aprieto los dientes y me aferro a la densa bruma que me mantiene aislado de todo lo malo que me rodeaba.

-¿Dónde están tus amigos?- pregunta Benjamín, el agua de los aspersores no se había detenido en lo más mínimo, la sangre que emanaba de su nariz corría en el ritmo del agua que caía.

Observo a uno de los sujetos en una esquina sosteniendo su brazo con delicadeza, sollozaba de dolor. Aquel fue mi único movimiento útil. <<Romper su brazo>> ahora ya no tenía fuerzas para luchar, el más grande me sujeta del cuero cabelludo y me alza entorno a Benjamín.

-Te hizo una pregunta.- grita en mi oído.

-¿Dónde están tus amigos?- suelta de nuevo.

-Vete al infierno.- presento y le escupo la cara. Este enfurece y sus ojos se vuelven oscuros de la rabia, azota mi rostro de un porrazo.

Deja caer mi cuerpo al suelo, cierro los ojos y escucho a la distancia una voz que me llamaba.

-Anthony, tienes que levantarte y pelear.- la voz de mi madre se incorpora en mi cabeza, un dolor invade mi pierna.- puedes hacerlo.

-¡Pero no soy fuerte!- le digo.

-Recuerda que el único que puede decir eso, eres tú mismo.

Mi cuerpo es levantado por el sujeto, Benjamín acaricia mi mandíbula y todo lo que mi madre me dijo cobra sentido. Podía verme a mí mismo en ese lugar siendo golpeado por unos cobardes; suelta otro golpe a mi estómago pierdo algo de inestabilidad y caigo al suelo.

-Terminemos con esto.- dice en tono aburrido. Su acompañante alza un cuchillo y coloca el filo en mi cuello. Mi cuerpo ya no me pertenece este actúa por ese impulso de adrenalina que tenemos antes de morir, las comisuras de mis labios se elevan dejando escapar una carcajada desde el fondo de mi garganta.

-Patéticos.- canto y este enloquece.

El más grande me sujeta de nuevo, le hace una señal a Benjamín y este se lanza con el cuchillo en mano, impulso mi cabeza hasta atrás, el impacto hace que me suelte por lo que me dejo caer al suelo, Benjamín no reacción y entierra el arma en el cuerpo de su compañero.

-¡Que hiciste!- exclama al ver la sangre manchando la camisa del caído.

-Mejor el que yo.- suelto otra carcajada y este patea mi espalda.

-Morirás Anthony.- su sonrisa se vuelve perturbadora.

Observo como el otro sujeto seguía custodiando su brazo, el más grande dejo de moverse, y la sangra corría al paso del agua que no paraba, me levanto lentamente adaptándome al dolor de cada hueso lastimado. Estaba solo con Benjamín, finalmente tendría el uno a uno que tanto espero.

-He burlado la muerte más veces de lo que piensas.- repongo y este abre los ojos como faroles.- no dejare que un idiota como tú, adelante su llegada.

-Eres...- dice corriendo con las garras alzadas al aire, uso mi pie contra su cuerpo y con el mínimo uso de fuerza lo estampo contra la pared.

-No eres nada.- cuadro los hombros sintiendo la superioridad entre ambos, por primera vez uso mis dedos como rastrillos para quitarme los mechones de cabello de la cara, este se levanta recuperando las fuerzas.

-Tienes razón.- propone.- es por eso que siempre tengo un plan B.

La puerta se abre, y aparecen dos sujetos más. Uno de ellos tenía demasiadas cicatrices en el rostro, el más pequeño se lanza a mi encuentro con los puños en el aire, esquivo el primero y uso mi rodilla para golpear su ingle, este retrocede y cae al suelo.

-Siempre necesitas ayuda.- lo acuso, y este recupera su postura de líder.- eres un cobarde.

-Pero un cobarde muy listo.- expresa el otro sujeto avanzando de forma violenta, el otro recupera el aliento y se sitúa a la par de su compañero.

-¡Terminemos con esto!- propongo y siento como tres cuerpos se aproximan a mi encuentro.

I

*************

(P.D.V Jensen)

Los pasos de Roy son medidos y calmados, quizás el ataque sorpresa es su especialidad. Caminamos hasta la cocina sin resultado alguno. El silencio predominaba aquel lugar. ¿Dónde estará Tim? Me pregunto desando que esta hubiera salido sin problemas.

-Tenemos que ir a la sala.- susurra haciendo una señal.

-Está bien.- coincido.

-¡Que hiciste!- grita una voz desde la parte superior de la casa, ambos llevamos la vista hasta el cielo falso de la cocina, y un estruendo hace que se incorpore un escalofrió en todo mi cuerpo.

-Es la voz de Benjamín.- indico y corremos por las escaleras, no mido mis pasos de un momento a otro me encontraba en el interior de la habitación, Anthony se encontraba en el suelo, su labio estaba roto y tres sujetos lo rodeaban entre ellos el prometido de Annie.

-¿Quién diablos son ellos?- suelta un hombre de estatura pequeña y gesto horrible, ignoro su rostro y comienzo a examinar la habitación, justo en la esquina contiguo a una ventana un hombre machado de sangre se encontraba inmóvil, en la esquina opuesta otro sujeto sostenía su brazo como un tesoro preciso.

-No esta Annie.- le digo a Roy, y este mantiene la vista en nuestros contrincantes.

-Acaben con ellos.- dice desganado Benjamín y los sujetos se aproximan a nuestro encuentro.

-Otro día, otras cucarachas que aplastar.- resopla irónicamente mi compañero; corren entorno al menor, y observo como la pelea cuerpo a cuerpo se vuelve cada vez más violenta, el contrincante le lanza un golpe, al instante que este lo esquiva y suelta un porrazo en su mandíbula este retrocede y vuelve al ataque.

Anthony golpeaba a Benjamín de la misma forma que él lo hacía, pero parecía que este no podría seguir luchando por mucho tiempo, tenía que ayudarlo.

-Conmigo es tu pelea.- dice el hombre más alto, y si rostro muestra unas violentas marcas similares a las del pequeño.

Encierro mis manos en puños, y propicio el primer golpe, su rostro gira hacia un lado pero el daño es mínimo, este sonríe azota el aire al momento en que me agacho para esquivar su contra ataque, corro con todas las fuerzas que poseo y abrazo su cintura, este se estampa contra la pared y sus dientes crujen. Ambos caemos al suelo, me recupero de inmediato al instante golpeo su estómago.

Sujeta mi pierna con su mano izquierda y la jala con agresividad, siento el dolor al caer sobre mi propio cuerpo, este se coloca encima de mi cuerpo y sujeta mi cuero cabelludo.

-Es tiempo de morir niño.- arrulla. Su agarre se prolonga tan fuerte que siento como mi cabeza es azotada una y otra vez con el piso de concreto. Trato de usar mis manos como escudos pero me es imposible.

Un dolor agudo prevalece en mi frente y la sangre recorre mis mejillas, eso no detiene a mi agresor, por lo que prosigue una vez más golpeándome de la misma forma.

-¡Hijo de perra, suelta a mi hermano!- da un alarido ensordecedor; los ojos de mi acompañante brillan como dos antorchas iluminadas... Anthony jadea ante aquel movimiento, y el sujeto cae al suelo con su rostro lleno de sangre.

Trato de colocarme en pie; toda la habitación daba vueltas. Cierro los ojos pero aún seguía sintiendo como todo a mi alrededor se tambaleaba. El menor me sujeta del brazo y lo coloca alrededor de su hombro.

-¡Tienes que salir de aquí!- ordena.

-Tenemos.- lo corrijo.

Benjamín se coloca como una pared enfrente de nosotros; su sonrisa perturbadora custodiaba a Anthony como una presa.

-Este será tu fin...- pronuncia empujando con su mano el exceso de sangre que emanaba de su boca.- Moriremos todos aquí.

Observo como Roy esta encima de su rival, soltaba golpe tras golpe sin medir su fuerza o consistencia.

-Corre...- silba a mi oído.

-¡NO!- expongo soltándome de su agarre, y me lanzo contra el moreno. Nuestros cuerpos se inestabilidad y ambos caemos al suelo. Encierro mi mano en puño suelto el primer impacto en su mandíbula.

-¿¡Por qué no te mueres!?- canta lleno de ira, su acompañante sujeta a Anthony del cuero cabelludo y lo lanza contra una pared.

La puerta se abre de golpe y aparecen dos sujetos más, ahora el uno a uno se disipaba como la niebla.

-Eres un cobarde.- digo y golpeo su rostro de nuevo. La cabeza no paraba de darme vueltas, mi mirada se nubla y siento el agarre de otro sujeto a mi espalda.

Anthony se levanta y golpea al sujeto en la entre pierna, Roy luchaba contra dos sujetos; él no podría resistir su ataque por más tiempo, tenía que hacer algo.

-Sabes si no hubieras interferido estarías vivo.- responde saboreando su propia sangre.

-Anthony.- jadeo, este permanece estático por un segundo, mientras su contrincante seguía en el suelo. Él se estaba limitando, estaba seguro que él podría matarlos si se lo propusiera, yo mismo había sido testigo de su propia fuerza...

-Suéltenlo.- dice tonantemente, Benjamín alza un cuchillo de carnicero al aire y lo coloca en mi pecho, el otro se mantenía adherido a mis brazos lo que me era imposible moverme.

-Anthony, eres, más fuerte que todos ellos juntos.- lo aliento y todo alrededor se detiene.

-Tienes que estar bromeando.- se burla Benjamín.

-En este caso es; matar o morir.- grazno y el hace un gesto de afirmación.- tienes que pelear por todo lo que vale la pena salvar... sobrevive y usa esa fuerza para demostrar quien realmente eres.- mis labios se curvan a pesar de todo el dolor que mi cuerpo contenía, y sin importar que parecía todo perdido, sonrío.

-Es muy bonito tu consejo...- hace una pausa llevando el filo del cuchillo a mi garganta.- pero tienes razón es matar o morir, ¿Y sabes qué?- pregunta con los ojos iluminados de locura.- no quiero morir.

-Anthony...- jadea Roy.

-¡NOOOO!- Grita mi mejor amigo, y siento una punzada aguda que atraviesa mi costado.



III

*************

(P.D.V Derek)

La sangre en mi cabeza comienza a hervir, no controlo mi ira. Quería gritarle cada maldición al oído como me era posible, trago una boconada de aire y coloco de nuevo el auricular en mi rostro para escuchar de nuevo su voz.

-¿¡Acaso creías; que no sabía que tenía ese disco!?- suelta una carcajada.- hijo mío, cuando juegas a ser el diablo tienes que ir un paso adelante que tus enemigos.

-¿Dónde está Anthony?- trago mi propia bilis al decir cada silaba, Marlene continuaba buscando en los alrededores de la casa sin resultado alguno, al bajarnos del coche el silencio le brindo mala espina, sin mencionar al sujeto mal herido que me dio el móvil para contestar la llamada de Ivana.

-Quizás ya esté muerto en este preciso momento.- ríe de nuevo pero más débil.

-Desearía que no fueras mi madre.- respondo monótonamente, siento el agarre de mi mano, y su mirada me brinda la fuerza que necesito.

-Cuelga la llamada.- arrulla Marlene aun a mi costado.

-Derek, Derek, Derek.- canta irónicamente.- sabes muy bien que si el chico no muere pagara las consecuencias por apartarlos de mi lado.

-¡Escúchate; maldita sea!- grito al aparato.- ¿Cómo puedes culparlo de tus actos?

El silencio se incorpora en el auricular, la morena me coloca una pieza de papel en las manos y espero a que Ivana respondiera.

-Es un mensaje.- masculla ella.

Sujeto el papel escrito con el puño;

Anthony está en problemas <<De nuevo>> tienes que ir al punto de reunión para salir del pueblo, ya no tenemos tiempos, te veremos allá.

Atte. Los fugitivos.

Trago una boconada de aire y arrugo el papel.

-¿Escuchas eso?- su voz se quiebra, y la interferencia se apodera el móvil. Entre el ruido que producía parecía escucharse gritos y golpes.

Las comisuras de mis labios se elevan y sonrió libremente aunque ella no pudiera verme.

-Te están cazando, como lo hiciste con nosotros.- indico.

-Tu apreciado Anthony pagara por esto.- berrea, y el sonido de cristales rompiéndose captan mi atención.- ¡Llamaré a la policía!- chilla.

-Estaremos muy lejos de tu alcance para entonces.- canto.

-Tenemos que irnos.- propone Marlene.

-Quieres rescatarlo, está en su propia casa.- nos brida la dirección en tono de burla.- pero Derek.- hace una pausa eterna.

-Escupe el veneno.

-Nunca llegaras a tiempo.

La llamada se corta y el sujeto mal herido avanza a nuestro encuentro, me arrebata el móvil y deja caer su cuerpo al sofá.

-Derek, ¿Dónde está Anthony?- entierra sus dedos en mi brazo para regresarme al presente.

-En su casa.- respondo sin mover los labios.

Camino en dirección a la salida y la voz del desconocido se incorpora en la sala.

-No puedes usar el mismo auto, eso es lo que ella quiere.- expone.

-¿De qué hablas?- dice ella permaneciendo estática.

-Después de la llamada, la señora Ivana hará una llama para que no dejen que escapes, entonces allí ejecutara a Anthony.

-¿De qué rayos estás hablando?- me grifo ante su alegato.

Se levanta sujeta las llaves del auto, y me fulmina con la mirada.

-Ella quiere matar al muchacho frente a ustedes, mientras tanto solo pueden herirlo.

-¿Cómo sabes todo eso?- traga aire y sus ojos perforan los míos.

-Yo era parte del plan, pero pueden decir que cambie de bando.- sonríe y su rostro de marquesina lo hace ver más joven de lo que es, aquel sujeto tendría la edad de Jensen.-Yo llevare el auto para hacerles tiempo, entonces ustedes tienen que buscar la forma de llegar hasta la casa sin ser rastreados.

-¿Por qué nos estas ayudando?- dice ella la pregunta que tenía en mi lengua.

-¡porque su amigo me ayudo! Pudo dejarme morir y no lo hizo, es una deuda que tengo que pagar.- sonríe y avanza.

Me arrastro hasta al asiento del piloto de la misma forma lo hace aquel sujeto, hace un gesto y pone en marcha el motor del auto. Bajo la ventanilla y el aire invade el interior del coche.

-Cuenta hasta veinte, y luego aceleras en busca de tus amigos.- hace un gesto, no comprendía ese símbolo de honor que tenía hacia su propia palabra como persona, pero jamás comprendería esa palabra <<Honor>> mi familia no la tenía.

-¿Seguro que estarás bien?- suelta, y se encoge de hombros mi acompañante.

-Viviré.- canta.

-¡Oye! ¿Cómo te llamas?- sujeto el volante, la puerta del garaje comienza abrirse lentamente.

-Me llamo; Ariel.- responde, las llantas chillan y sale a toda velocidad de la casa.

Marlene pasa su mano por encima de mis hombros y suspira lentamente.

-Uno, dos, tres...- su voz se pierde en la distancia.

No sabía que había llevado a Anthony acudir a su propia casa. La camioneta de la familia de Marlene nos ayudaría, estaba agradecido que ellos tuvieran más de dos carros, de otra forma el plan de Ariel habría fallado.

Cierro los ojos por un segundo y regreso al conteo.- Dieciséis, diecisiete...- esta era la última jugada que tenía que hacer, simple: llegar y sacarlos de ese lugar. Después de eso la carretera era lo único que nos esperaba.

-¡Veinte!- grita Marlene.

No pienso, no mido nada; simplemente piso el acelerador a fondo. Sujeto tan fuerte el volante que mis manos se tornaron blancas por la presión. La carretera parece despejada, giro en el primer cruce, el velocímetro marcaba más de los kilómetros permitidos, al no escuchar quejas de mi copiloto acelero violentamente.

-¡Allí esta!- chilla ella, y observo como el auto de Ariel es perseguido por dos vehículos negros pertenecientes a mi casa.- tienes que buscar otra vía, o nos atraparan.

-Está bien.- coincido, y antes de doblar en la esquina para llegar a la calle de la casa de Anthony, uno de los coches negros embiste el auto de Ariel, lo que hace que pierda el control y derrape.

-¡Ariel!- soltamos a coro.

El coche sale de la carretera y se estrella contra unos árboles. Un vacío se incorpora en mi pecho, pero no podía detenerme a ver los daños.

-Tienes que llegar lo más pronto posible, esa gente quiere matarnos.- brama ella, y la carretera se hace más larga; las posibilidades de salvar a mis amigos simplemente se escapan como agua entre las manos.

-¡Tienes que saltar!- canto bajando la velocidad.- no permitiré que vayas conmigo hasta esa casa.

-No te dejaré.- reprime ella.

-No sabemos lo que nos está esperando.- la regaño esperando que ella salte.- ¡salta! No dejare que nos sigas.

-NO.- su negativa firme capto mi atención.- estamos en esto juntos, y juntos lo terminaremos.- sujeta mi mano libre y hace una mueca con sus labios.

-Entonces, ¡Que se preparen esos malditos!- concluyo y regreso a la misma velocidad establecida.


II

*************

(P.D.V Elizabeth)

Coloco lo auriculares, y subo todo el volumen de la canción, no quería que nada interrumpiera ese momento, (mi último momento en el pueblo). Avanzo mi recorrido por las escaleras, sintiendo como mi corazón parecía saltar del pecho.

Y ahí estaba yo, como una adolescente enamorada de su compañero de clase camino por el vestíbulo del dormitorio, y el color caramelo de las paredes juegan con mi cabeza, observo las tres puertas de las habitaciones, la canción se vuelve a repetir y sin importar el color rojo sangre de la puerta central, yo sabía exactamente donde estaba su cuarto. Giro la perilla y me adentro lentamente.

Ese hormigueo se incorporó en mis manos al estar en su habitación, como si nada malo podía pasar. Deslizo mis dedos en su cuaderno de dibujos.

Me siento un segundo en el filo de la cama, no podía controlar la sonrisa en mi rostro, mis mejillas ardían y todo indicaba que estaba apenada de encontrarme aquí, en el lugar donde empezó todo.

Justo ese momento en que secuestraron a Anthony, algo me decía que iba a regresar a esta habitación, el causo un gran efecto en mi familia, y lo seguiría haciendo a todo aquel que le rodeara.

-Estarás bien Elizabeth.- me digo a mi misma, aquellos solo era una dulce venganza que la vida se había cobrado conmigo por hacer cosas por mi propio beneficio.

Abrazo el cuaderno de dibujo y dejo caer mi cuerpo al colchón.

Los rayos del sol cruzan el cristal de la ventana y muestran un lugar muy acogedor para vivir.

Anthony no paso más de dos noches en este lugar, no pudo apreciar todo lo que le rodeaba por culpa de mi familia, encierro las manos en puños y antes que la ira me ahogue me coloco en pie para marcharme.

Camino hacia la ventana para abrir las cortinas y que la luz invada el lugar. Despliego cada hoja de esta y justo en la acera la sonrisa de Angélica me consuela, me hace un gesto encogiéndose de hombros.

-Solo un segundo más.- le digo sin pronunciar palabra.

Tres automóviles negros aparecen en la carretera a toda velocidad, ambas quedamos boquiabiertas, se estacionan de golpe ante las narices de mi amiga. Me quito los auriculares y observo como uno de los sujetos arrastra a Angélica a la fuerza al interior del coche.

-¡Suéltenla!- grito, y el hombre ignora mi alegato, otro sujeto se baja del asiento del copiloto y ayuda a su amigo a introducir a mi amiga a la fuerza, cuando lo hacen cierran la puerta de golpe y uno de ellos camina hacia la entrada principal.

Corro lo más rápido que puedo hasta el vestíbulo.

Mi corazón como una máquina de bordar descompuesta saltaba a mil por hora.

La perilla comienza a girar pero la puerta estaba cerrada.

-Señorita Elizabeth tiene que acompañarme.- grita el sujeto detrás de la puerta.

-¡Vete al diablo!- presento.

-¡NOOOO!- la voz de Anthony invade el lugar.

Una opresión en el pecho crece de forma violenta, me supera a mí misma invadiendo toda necesidad de mi cuerpo por ver la causa de su voz. Mi cuerpo como una masa inerte avanza de forma monótona.

Parecía que mis sentidos no me respondían, todo uso de conciencia abandono mi ser y era dominado por el bienestar de la otra persona, giro la perilla de la primera habitación.

-Vacía.- me digo frunciendo el cejo.

Corro hasta la puerta roja y me adentro de forma violenta.

Mi escenario tan perturbador como el grito de Anthony me deja en un estado de trance, el agua caía por los aspersores, aunque no había incendio alguno estos estaban activados, observo de reojo al pasillo al sentir el recorrido del agua por mi cuerpo. No había nada, simplemente esta habitación era la única con el caos desatado.

Llevo mi vista hasta el cuerpo de dos sujetos tirados en el suelo. Después de eso observo como un sujeto se encontraba encima de Roy y lo golpeaba en el suelo.

Mis manos sujetan un jarrón que adornaba el pasillo del vestíbulo, corro hasta el hombre golpeo su rostro con el mismo y este cae de golpe. Roy se levanta limpiando la sangre de su frente, y sus ojos se incorporan en un punto muerto.

-Llegas justo a tiempo, cuñada.- berrea Benjamín. Señalando a Anthony quien abrazaba a un Jensen muy aporreado, este sujetaba su costado mientras la sangre no dejaba de emanar de su cuerpo.- tienes que escuchar sus últimas palabras.- canta de nuevo y Anthony se torna rojo de la furia.

-Estarás bien.- dice débilmente, y Jensen comenzaba a perder el color de su rostro, sus labios pálidos mostraban los últimos signos de vida.

-Despídete.- se burla el prometido de Annie.

-¡MALDITO!- grita tan fuerte que su voz perturba a Benjamín, se lanza contra el susodicho dejándolo caer al suelo de golpe, otro sujeto corre en ayuda del caído; y antes de poder reaccionar Roy se lanza en su encuentro.

Observo como un tercer sujeto camina lentamente para sujetar a Anthony, sujeto nuevamente el jarrón, y con una fuerza que desconocía me lanzo contra él, este cae al momento de hacer el mismo movimiento con el otro.

Abraza su cabeza con las manos en forma de protección, temblaba tanto que parecía que desmayaría antes de poder azotarlo.

-No te muevas.- le ordeno. Roy había paralizado al sujeto, corre hacia Jensen para sujetarlo entre los hombros.

Anthony estaba encima de Benjamín con sus manos enterradas en su garganta, los ojos del mayor comienzan a enrojecer, mostrando los vasos sanguíneos que se rompían por la presión, trata de zafarse del agarre pero no puede.

-Elizabeth... ayúdame.- alza una mano llamando mi atención, ¿Acaso creería por un segundo que yo lo ayudaría? Jamás pondría en prueba lo que había sucedido aquí, todo esto y los sujetos vestidos de traje eran simplemente lacayos de Benjamín, él había causado las heridas a Jensen, y lo único que quería era matar Anthony.- Elizabeth.- repite débilmente.

-Nos vemos en el infierno Benjamín.- hago un gesto.- aquí se termina todo.- Concluyo.


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