Me bajo del taxi sintiendo esa corazonada en el pecho; oprimiéndolo hasta dejarme sin aliento, todo apuntaba que se trataba de una trampa. Pero cuando se trataba de salvar a alguien querido; nuestro juicio es nublado por pensamientos vánales a la realidad que nos rodeaba.
Abro la puerta y mi corazón salta de mi pecho, el silencio invadía el lugar. Aunque aquella era mi casa desde que llegue a este lugar, todo alrededor parecía desconocido, era tétrico y sobrio a la vez.
Busco su rostro en cada espacio del primer piso sin resultado alguno... trato de escuchar la voz de Annie, pero solo oía mi propia respiración.
-¡Cálmate Anthony!- me digo a mi mismo subiendo las escaleras.
Salto de golpe a mi habitación, al momento que la hoja se despliega por si sola. Busco sus rostros en cada esquina, sin percibir nada.
Regreso al pasillo y la puerta de tinte rojo resalta como dedo herido.
-Obvio.- respondo entre dientes, desde que llegue a esta casa, esa habitación nunca me dio buena espina, y ahora era la que dictaba la suerte; la terminación de mi destino.
Giro lentamente la perilla recordando todo lo que me llevo hasta llegar aquí.
Observo la habitación inundada por la oscuridad, no había muebles y las ventanas estaban tapadas por cortinas lo suficientemente densas para que la luz no cruzara entre ellas, sus resplandecientes dientes se incorporan en la escena, la luz se enciende y aparece su cuerpo junto a dos custodios.
-No creía que fueras tan estúpido.- se burla Benjamín y sus guardias se cruzan de brazos.
-Me tienes miedo, por eso no estás solo.- indico, y mi sonrisa se presenta.
Este hace un gesto y el más grande de sus guarda espaldas camina hacia mi encuentro, encierro mis manos en puños y espero el ataque.
-Lo gracioso es que piensas que ella siente algo por ti.- dice dos notas más altas que lo habitual, el hombre se coloca en la puerta y la cierra de golpe. <<Estoy encerrado>>
-¿Dónde está ella?
Alza el teléfono móvil a la vista de todos y oprime el botón de altavoz.
-Todos te escuchamos cariño.- canta Benjamín, y su voz me retuerce la bilis.
-Lo siento mucho Anthony, pero mi prometido siempre será Benjamín.- hace una pausa y mi cuerpo se tensa.- necesitamos que mueras y así tendremos el dinero por tu cabeza, todo lo que vivimos fue parte del juego...
No logre hacer nada más que bajar la cabeza, sabía que era una trampa; que mis cazadores me estaban esperando, pero jamás pensé en que ella fuera parte de todo esto. ¿Qué pasaba conmigo? ¿Acaso nada me podía salir bien en este lugar?
-Nunca pensaste en por qué ella no está en la lista.- expone para empeorar las cosas.
Trago una boconada de aire para contener la ira que de nuevo crecía y se apoderaba de mi cuerpo.
-"Analiza la situación Anthony"- me digo mentalmente. Estaba rodeado, y todos querían mi cabeza para su beneficio propio. No tenía por qué matarlos, simplemente herirlos y escapar como menciono Derek.
-Ella es una perra Anthony, es igual a su madre.- suelta Benjamín, y la sangre comienza a hervir en mi cabeza.
-No tienes derecho hablar así de ella.- reprimo con un sentimiento atrapado en mis dientes.
-Los dos somos patéticos al enamorarnos de ella, ya que las de su clase solo piensan en el dinero y en sí mismas.- ruge.
Avanzo dos pasos, y la ira me domina. Mis labios se curvan en una sonrisa perturbadora; deseaba que estos me atacaran.
Los aspersores se activan y el agua comienza a caer del techo de la habitación, busco el punto del fuego pero el lugar estaba limpio, el agua seguía descendiendo mojando hasta los zapatos que llevaba.
-Esa es la señal.- dice haciendo un gesto al guardia.- tenemos la autorización para matarte mi querido amigo.
-Hablas tanto que aburres.- propongo.
El sujeto a mi espalda se lanza a mi encuentro sus pies se inestabilidad por el agua que descendía y cae al suelo.
-Nunca ataques de primero, idiota.- canto y sujeto su brazo, en las clases de defensa personal que recibí en el instituto me enseñaron a como dejar inmóvil a mi contrincante, coloco mi pie en su hombro de la misma forma que lo hice con Roy, giro su brazo y este cruje. El suelta un alarido al sentir el dolor de mil agujas atravesar su hombro, no estaba roto; simplemente dislocado.
Sigo mi camino hasta donde se encontraba Benjamín, él y su otro guarda espaldas atacan al mismo tiempo, esquivo el primer golpe del moreno, pero su acompañante captura mi rostro con su puño. Retrocedo dos pasos y siento el agarre del tercero a mi espalda. Mis ojos se abren y este sonríe de forma violenta.
-Se necesita más de una fractura para detenerme.- anuncia y Benjamín entierra su mano en mi estómago, el segundo golpe me saco el aire.
-Espere esto desde hace días.- berrea y golpea de nuevo.
Recupero el aire, y por alguna razón su rostro me causa gracia.
-¿De qué te ríes muchacho?
-De lo patético que eres.- desajusto con una mueca en el rostro.- son tres contra uno y aun así me tienes miedo.
-¡Maldito!- chilla, y antes de lanzar su ataca me impulso en el cuerpo de mi agresor para soltarle una patada en el rostro, este retrocede y cae al suelo sin previo aviso.
-BENJAMÍN.- aúlla uno de ellos, ayuda a estabilizarse y este se tapa la nariz con una mano, la sangre corría a chorros.
-Puedo matarlos a todos si me lo propongo.- anuncio y este me suelta.
-Puedes hacerlo.- dice el herido conteniendo la sangre de sus fosas nasales.- pero eso no quiere decir que por eso ella estará contigo.
-Ni contigo.- expreso y este se lanza contra mi cuerpo, ambos caemos al suelo al perder el control de la gravedad. Golpeo con el puño cerrado su rostro y este chilla.
-Moriremos los dos entonces.- expresa, al instante que uno de sus guardas espaldas sujeta de mi pierna y me jala a su encuentro, no pude luchar gracias al agua que seguía dirimiendo.
Como si fuera un muñeco de trapo lanza mi cuerpo contra una pared, siento el impacto y el dolor se apodera de mi brazo.
Se acerca a pasos lentos, trato de levantarme pero mi lucidez aun aturdida por el golpe me deja inmóvil.
Había dos cosas que mi cerebro reflexionó en ese momento...
Me sujeta del cuello de la camisa levantándome a su vista, Benjamín observaba desde un punto muerto la escena, golpe mi mejilla y siento el sabor a sangre mezclarse con el agua. Caigo de nuevo al suelo y medito:
La primera; es que podía soportar un dolor mayor al físico, lo supe desde el momento en que entre por esa puerta color sangre, y lo único que tenía seguro era mi propia muerte. No culpaba a Benjamín por sus actos, era su forma de demostrar el amor que sentíamos a la misma persona...
Entierra sus garras en mi pierna y me arrastra hasta el punto de encuentro del susodicho, este me mira con determinación, sus ojos se oscurecen y le hace una señal al más grande.
La segunda; Jensen menciono que en el amor siempre hay una persona que ama más que la otra, ahora lo entendía a la perfección, siendo yo el que la amo más a ella... Lo único que me dolía, es que si mi muerte despertaba ese sentimiento en ella, jamás lo sabría... Si ella realmente me quería, o solo fui una pieza más de su retorcido juego.
Me dolía no poder despedirme de mis seres queridos, aunque ya no quedaban muchos de ellos, quería poder decirles adiós a Jensen, a Derek, y a Elizabeth quien a pesar de todo su lealtad hacia mi causa la llevo al destierro de su familia.
Era mejor así, ellos escaparían del pueblo y tendrían una vida fuera de este infierno, de todas formas yo era la pieza clave que ellos necesitaban, Ivana podía fingir la muerte de uno de sus hijos, y tener el poder absoluto de todo.
El arrastre termina justo en frente de la cara de Benjamín, sus ojos muestran muchos sentimientos y solo un objetivo (mi cabeza).
Mi agresor se acercó sonriendo, complacido porque finalmente acabaría con el trabajo que empezó, cerré los ojos y espere que ese manto de oscuridad me cubriera por completo.
III
*************
(P.D.V Derek)
Camino hasta la cabina del conductor del programa, Marlene sostenía mi mano con firmeza, estaba helada del pánico. No la culpaba quizás en cualquier segundo podrían llevarnos ante la presencia de Ivana, pero como dicen: el que no arriesga no gana. Y ahora teníamos que intentar de todo para tener tiempo.
-Por aquí señor Judd.- señala una mujer vestida de traje elegante.
-Estamos esperando al presentador.- indica Marlene adhiriéndose a mi brazo como pegamento.
-El director quiere hablar con el señor Judd- exclama la joven de cabellos dorados.
-Está bien, quédate aquí y entrégale el encargo al conductor.- propongo con una sonrisa.
-La noticia se transmitirá, se lo prometo.- canta ella.
-¿Entonces para que lo quiere ver a él?- pregunta alarmada.
-Tiene que firmar los papeles de autorización.
-Igual habla con el conductor.- expongo y camino en la dirección indicada.
El palpitar de mi corazón llega hasta mis oídos, tenía que tranquilizarme. Observo a los alrededores y nadie en la producción sabía lo que iba a pasar. Ella se detiene de golpe y abre la puerta de metal, señala con la mano mi entrada y un señor robusto alza su mano a mi encuentro, su cabello plateado y cara cansada reflejaba una sonrisa temblorosa.
-Siéntese por favor.- expone, y me acomoda una silla.- le puedo hacer una pregunta.- agudiza, y antes que respondiera la hace.- ¿Por qué de todos los medios eligió nuestro canal?
-¿Eso importa?
-Estamos muy agradecidos que nos tome en cuenta para esta enorme noticia.- canta alzando los brazos al aire.- nuestras visitas sobrepasaran los limites.
-No me importa eso.- grazno algo cansado.- solo quiero que esa noticia se haga viral.
-¡Lo será hijo mío!- coincide y me coloca unos papeles entre las manos.
-¿Dónde firmo?- pregunto monótonamente.
-Tendrás muchos problemas después de esto.- su voz se hace seria de golpe.- es mejor que salgas del pueblo.
-Ya miro el video cierto.- lo acuso.
-Esas personas no tiene escrúpulos, buscaran tu cabeza Derek.- me llama por mi nombre y un nudo se incorpora en mi garganta.- sé muy bien que es tu madre, pero tienes que salir de esa casa antes que la muchedumbre vaya...
-Gracias por el consejo.- digo amablemente y firmo.
Los dos avanzamos hasta la cabina central donde el conductor transmitió la noticia acerca de Ivana, Marlene se aproxima abrazando mi brazo. Puntualizamos la vista hacia el sujeto y este comienza:
-Interrumpimos su programación para dar una notica de última hora.- suelta el conductor, y la sonrisa del gerente se presenta.- tenemos información acerca de un fraude viral y unas muertes que quedaron inconclusas para los habitantes del pueblo.
Se transmite el video y la conversación de Ivana con el alcalde, no hubo censura en nada como había sido mi petición, el video es reproducido de nuevo y esta vez el conductor observa atreves del cristal y Marlene le hace una señal.
-Para las familias que perdieron a sus hijos, y no tuvieron respuesta de la policía. A cada padre que sabe que la justicia no hará nada, les propongo ir por la cabeza de mi madre Ivana Judd, ya que ella no se puede salir con la suya.- los ojos del gerente se ponen en blanco.- esta cita la envió Derek Judd, que les dice hagan justicia por sus propias manos.
-¿Qué hiciste?- chilla el robusto.
-Usted dijo que buscara una salida, y es esta.- contesto tajantemente.
-Estas mandando a cazar a tu propia madre.- grita.
-Ella nos está cazando primero.- silva la morena.- ojo por ojo.
-¡SEGURIDAD!
-Vámonos.- sujeto de la mano a Marlene y corremos hasta la salida, doy una última ojeada y el video sigue reproduciéndose en vivo, en este momento todos están deseando acabar con aquella mansión color marfil.
-No puedo creer que lo hiciéramos.- anuncia ella prolongando su sonrisa.
Me detengo de golpe y ella se estampa contra mi pecho, sus ojos brillan ante la luz del sol y sus mejillas se tornan carmesí.
-Creo que ahora seremos libres.- exclamo.
Ella pasa sus manos por encima de mis hombros, acaricio su mandíbula por un segundo, y como si fueran imanes nuestros labios se atraen hasta unirse, siento el sabor dulce de su boca explotar en mi lengua, ella se mantiene aferrada a mi cuero cabelludo, paso sus manos desde su espalda hasta su pelvis para mantenerme adherido a su cuerpo, devoro sus labios como cada partícula de su rostro, un hormigueo se apodera de mis mejillas quizás estaba tan rojo como lo está ella, o aún más.
Se separa y me besa dulcemente una vez más, el contacto fue leve pero igual de placentero.
-Gracias Anthony.- dice ella colocando su rostro en mi pecho.- si no fuera por él, no sería la mujer más feliz del mundo.
-¡Oye! Tienes que darme algo de crédito.- la acuso sin borrar mi sonrisa del rostro.
-Tienes todo el crédito del mundo.- formula.- lo salvaste, y eso nunca nadie lo hubiera esperado.
Las comisuras de sus labios se prolongan y ríe débilmente, me inclino para besarla de nuevo, y sus palabras toman sentido. Ella tenía razón; gracias al pintor estábamos aquí, y las decisiones que tomamos las hicimos por un sentimiento egoísta, que ahora se transformó en la libertad de muchas personas.
-Gracias Anthony.- coincido al momento de separarme de su boca.
Caminamos hasta su vehículo, giro la llave y el motor ruge indicando nuestro punto de partida, ella sujeta mi mano y avanzamos hasta el camino que sería nuestra nueva vida.
I
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(P.D.V Jensen)
Me levanto lentamente sin quitarme esa sensación de mareo, ¿Cómo pudo Anthony atacarme de esa forma? Sabía que estaba loco al querer ir solo en busca de Annie, bajo las escaleras con la mano apretada en la parte que ardía.
-¿Dónde está?- grito a la vista de aquellos sujetos.
El hombre que había herido con la bala se encontraba sentado en la silla del comedor, estaba vendado y amarrado a la silla, la mancha del pantalón proponía que lo habían curado del todo.
-¿Dónde está quién?- pregunta Roy molesto.
-Anthony, me golpeo y escapo.- respondo de la gana. Camino hacia la cocina en busca de hielo. Lo envuelvo en una manta y lo presiono en la parte afectada.
-¡solecito, aparece maldita sea!- canta Timothy, pero sin respuesta alguna.
-DEMONIOS.- aúlla Roy.- ¿Qué mierda tienen en la cabeza ese pintor?
-Les dije que se fue.- aruño y todos me fulminan con la mirada.- está en problemas, y tenemos que ayudarlo.
Busco las llaves de la otra camioneta y las alzo al aire.
-Como si no tuviéramos suficiente con la maldita lista, que ahora el sale al supermercado.- se queja Tim caminando hacia la puerta.
-No iría si fuera ustedes...- dice el herido.
-¿De qué diablos hablas?- pregunto.
-Se los debo.- su voz es débil.- pudieron dejarme morir, pero no lo hicieron.
-Escupe lo que sabes.- apunta Roy.
-Todo esto fue planeado, ninguno... venia por Anthony...
-Solo querían entregarle el teléfono.- expongo y el coincide con la vista.
-El plan de Benjamín siempre fue que este lo buscara por su propia voluntad.
-¡Maldito hijo de perra!- expresa Tim, y sus ojos se oscurecen de rabia.- vámonos, es tiempo de librar cuentas con el cobarde ese.
-¡NO!- jadea el herido.- hay más de diez de sus hombres esperando su señal...
-No te preocupes por nosotros.- arrulla Roy y desata al convaleciente.- puedes irte cuando quieras.
Busca un trozo de papel y anota un mensaje para Derek.
Anthony está en problemas <<De nuevo>> tienes que ir al punto de reunión para salir del pueblo, ya no tenemos tiempos, te veremos allá.
Atte. Los fugitivos.
-¿Los fugitivos?- me burlo por inercia.
-Eso es lo que somos mi querido amigo, ya no tenemos hogar, familia, y cada ser conocido buscara nuestra cabeza.- su tono se endurece.
-Vámonos.- coincido caminando hasta el vehículo.
Conduce por más de quince minutos, el silencio y la tensión predominaba en el interior del coche, nadie pronunciaba palabra. Todos estaban centrados en sus propios pensamientos, quizás era lo mejor. No podía afirmar una victoria.
-Escuchen.- señala Timothy desde el asiento del piloto.- estamos a más de dos cuadras, bajare la velocidad y ustedes saltan...
-¿Qué harás?- dudo al ver sus ojos como dos ráfagas de fuego.
-Llamar su atención.- silba y un tono en esas silabas en intriga.- solo tienen que sacarlo de allí, estaré con un coche esperándolos del otro lado de la casa.
-Prométeme que estarás ahí.- alzo mi voz y este entrecierra los ojos.
-Lo prometo.- su voz tiembla.
-¡Esta no es una misión suicida!- exclamo.- saldremos todos del pueblo.
-Por eso eres su amigo.- gesticula bajando la velocidad.- las personas los quieren aunque sean locos de atar.
-¿Prometido?- interrumpo.
-Prometo estar ahí esperándolos.- dice de mala gana.
-Todos lo prometemos.- coincide Roy y salta al mar de concreto.
-Te veré detrás de la casa.- sonrió y me lanzo sin pensarlo.
Mi cuerpo da dos vueltas en el mismo lugar, Roy me ayuda a levantarme y ambos avanzamos a los arbustos, Tim acelera de forma violenta choca contra uno de los tres autos, saca su cuerpo por la ventana y les hace una seña, todos enfurecen y las llantas chillan al salir despavoridos detrás de este.
-Está loco como una cabra.- bromeo observando cómo se pierde en la carretera.
-Todos lo estamos.- coincide Roy.- pero el plan funciono, así que ahora hagamos nuestra parte.
Aceleramos el paso y la fachada posterior de la casa de Anthony se hace más visible, me detengo un segundo en la puerta trasera.
-¿Qué sucede?- se detiene Roy.
-La última vez que estuve en esta casa, ustedes eran los secuestradores.
-Hay mucha diferencia en aquel entonces.- comenta.
-¿Cuál?- dudo.
-Nosotros no queríamos matarlo, solo asustarlo.- hace una mueca tímida.- estos sujetos no dudaran en matarnos por interferir en sus planes.
Hago un gesto de afirmación, un vaticinio crece en mi pecho.
-Entonces tendremos que matarlos primero.- concluyo y nos adentramos a la casa.
II
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(P.D.V Elizabeth)
-"¿Acaso puedo ser más patética?"- me dictamino a mí misma.
Allí estaba parada frente a la casa de Anthony, esperando encontrarlo una vez más antes de abandonar el pueblo. Estaba segura que él estaría junto a Annie y Derek en la que fue mi casa.
No lo culpaba, quizás una parte de él quería encontrar respuestas en esa caja. Pero después de todo lo que había pasado estos días; información era lo menos quería tener. (Sobre todo acerca de mi familia)
-¿Estarás bien?- duda Angélica.- no tienes que hacerlo.- su voz arrulla mi camino, ella fue la única amiga que me apoyo en toda esta locura, no tuve elección a la hora de contarle toda la historia, necesitaba desahogarme y liberar ese peso de mis hombros.
-Solo será un minuto.- le coincido una sonrisa.
-Está bien, aquí te espero.- responde.
Quería llevarme algo que me recordara a Anthony, porque a pesar de que este eligiera la caja en lugar de irse conmigo, no cambiaba lo que yo sentía por él.
-Espero me recuerdes.- le escribo al cielo y avanzo por la puerta principal en busca que su libreta de dibujos.