Me esta pidiendo que lo mate, solo no pienses Mei y hazlo. Pero ¿Cómo no pensar cuando tenés dos ojos tristes mirándote fijamente? Dios, ¿Qué hago?
- ¿quieres que te mate porque no quieres perder contra mi padre devuelta? – que estúpido suena eso.
- No
- ¿entonces que significa que no soportarías volver a perder?
- ¿de verdad quieres escucharlo? Deshazte de mí, porque nunca dejare de perseguirte, nunca te dejare tranquila – dios, eso es lo que no quiero.
- Dime – quiero saberlo, por alguna razón, necesito saberlo.
- Hace 323 años, conocí a una mujer, que ame como a nadie en el mundo. Me hacía realmente feliz, tu padre la mato 150 años después - ¿confesiones de Nicholas? Debería tomar nota, esto es importante – me volví, frio, egoísta y cruel, por decisión propia. Es lo único que calma la angustia que llevo durante todos estos 173 años. Prometí no volver a enamorarme, usar mi eternidad, para vengarme de Paul, y para torturar mujeres, que logren atraerme, para que esto no ocurriera – oh dios,' ¿cuánto sufrimiento hay en este hombre? – cuando me entere que tu padre tenía otra familia, fui a buscarlas, te seguí un día, y lo hice una semana más, tenía intriga por ti, sentí esa necesidad de saber más. La noche que entre a tu casa, iba a matarlas, más que por Paul, porque me estaba interesando demasiado en ti y simplemente no pude hacerlo, asique te hice mía, para poder hacer lo que hice siempre con mis esclavas – oh, dios, es lo que ya me imaginaba – pero tampoco pude hacerlo, no me sentía bien haciéndolo y cuando lo hacía, tenía la necesidad de remediarlo. No quería verte triste, ni mal - no puedo creer lo que me está diciendo – simplemente termine enamorándome y rompiendo mi promesa - ¡Nicholas enamorado! ¡de mí! Gotas comienzan a caer, se ha largado a llover – te odie, por hacerme esto, pero sabía que te quería demasiado – me quiere, no puedo creerlo – asique deshazte de mí, porque no te dejare ir nunca más, es lo más fuerte que he sentido en todos estos 343 años, y en tan poco tiempo. No quiero volver a sufrir, asique si vas a dejarme, solo mátame y me ahorras el momento – mierda y ahora ¿Qué demonios hago? Nicholas acaba de confesar que me quiere ¿Cómo puedo matarlo? ¿Cómo puedo decir que no, con todo lo que yo siento por él?
- No puedo – mis lágrimas caen, y dejó caer el collar. Estoy empapada y llueve mucho.
- Quédate conmigo Mei – se acerca a mí y su mano se desliza por mi cintura – intentare cambiar mis actitudes, pero no me dejes - ¿Cómo voy a dejarlo?
-
Se acerca aún más y ruego por nuestro primer beso, nuestro primer beso de verdad, fuera del hipnotismo, sentir su boca realmente.
Desliza su mano por mi cuello, del lado que no está mi cicatriz y logro sentir su respiración fría en mis labios, no lo resisto. Rodeo su cuello con mi brazos, cierro mis ojos, para solo sentirlo y nuestras bocas chocan por fin. Mueve sus labios lento, me asombra decir que lo hace de una manera dulce, no creía que Nicholas pudiera ser así.
Solo somos nosotros, nuestras bocas, alrededor no hay nadie, todo un edificio duerme bajo los poderes de este vampiro, que ruega que no lo deje, no voy a hacerlo. Aprieta mi cintura contra su cuerpo, mientras su lengua entra en mi boca y se une con la mía.
La mano que tengo en mi cintura, me suelta y pasa por mis muslos, me levanta en sus brazos, sin dejar de besarme. Estoy perdida, no quiero soltarlo nunca más. Se despega de mi boca.
- No abras los ojos Mei – asiento.
Siento como nos movemos, ¿vamos a su casa? ¿Y Amy y Steve?
- ¿Qué pasara con Amy y Steve?
- Ya están con Jill y James, vinimos a buscarlos a ustedes – que alivio.
Nos seguimos moviendo, creo que estamos yendo muy lejos. Nos detenemos y siento una puerta abrirse.
- Ya puedes abrirlos – miro a mi alrededor, estamos en una... ¿cabaña? – la compre para escondernos un tiempo, antes de que te llevaran, te iba a encerrar aquí – oh, cosas que no quiero saber.
- ¿vas a encerrarme?
- Justo ahora estoy pensando en un castigo - ¿castigo? ¡castigo!
- Oh, no por favor – suplico y el sonríe.
- Este pienso que te gustara – no creo que un castigo le gusta a nadie.
Camina por la casa, mientras yo me quedo inmóvil, creo que tengo miedo de que ese castigo me duela demasiado. Toma una bolsa que hay a un lado de un sillón y se acerca a mí.
- ¿puedo saber porque me castigaras?
- En otro momento enumeraría, el que te hayas ido, aunque fuera en contra de tu voluntad, que no me hables con respeto, que me llames Nicholas, y me insultes, más de dos veces – oh, me escucho
- Si me escuchaste ¿Por qué no viniste? Necesitaba tu ayuda
- Pensé que lo hacías para molestarme y no quería enojarme contigo.
- Y en este momento ¿Por qué me castigarías?
- Por hacerme romper mi promesa – ¿y eso es mi culpa? Me extiende la bolsa – cámbiate – me señala una puerta.
Me giro y pongo los ojos en blanco, que dominante que es. Entro a la habitación, es un baño. Saco la ropa y me quedo asombrada de lo que me ha dado. Pero mejor me lo pongo, no quiero otro castigo ¿para que necesita que me vista así de raro para que lo haga? Me avergüenza salir así pero no tengo opción.
Salgo del baño, en ropa interior y medias negras, dios, que vergonzoso. No veo a Nicholas por ninguna parte.
- Estoy en la habitación, la otra puerta – entro a la otra habitación pero tampoco lo veo ¿Qué está haciendo?
- ¿Nicholas? – siento unos movimientos y veo a Nicholas delante de mí - ¿Qué haces? – sonríe
- Ven – se mueve rápido devuelta y esta acostado en la cama en ropa interior, dios mío, ¿Cómo puede estar tan bueno este hombre? Parece una imagen perfecta para que vengan a hacer un cuadro – acércate Mei – creo que se que es lo que está a punto de pasar, pero no me importa.
-
Me acerco despacio mientras contemplo su cuerpo desnudo, es la primera vez que lo veo, cada parte de su cuerpo es perfecta. Sonríe, y creo que noto que estoy mirándolo asombrada, me ruborizo, que vergüenza.
Apoyo mis rodillas en la cama y cuando voy a apoyarme sobre ella. Toma rápido mi mano y me tira sobre él. Oh, mi cuerpo toca el suyo, frio, como el hielo y el mío estoy segura de que arde. Sonríe a centímetros de mi rostro, parece contento ¡feliz! Nunca lo vi así, el lado de Nicholas que rogué conocer, creo que está apareciendo.
- Ahora, tu castigo, será que hagas todo lo que yo diga, sin negarte, sin quejarse – oh dios, que excitante suena eso - ¿entendido? – asiento – perfecto ¿empezamos? –vuelvo a asentir – bésame.
Me quedo mirándolo y el borra la sonrisa, ohoh, eso es malo.
- Sin negarte, sin protestar – repite, vuelvo a asentir – ahora bésame.
Me acerco y lo beso, suave muevo mis labios, hasta que el comienza a mover lo suyo, para corresponder mi beso. Mientras va profundizándose, toma mis muslos y acomoda mis piernas a cada lado de su cuerpo, estoy sentada sobre él, pero no pienso apoyarme, me mantengo en el aire. Me separo y aprovecho para ver esos maravillosos ojos.
- Ahora – señala su cuello – bésame aquí – oh dios, que excitante que es esto.
Me acerco a su cuello, sin decir nada. Apoyo mis labios en él y lo escucho largar un gemido ¿asique esto le gusta? Muevo mis labios, besando cada rincón de su cuello. Siento su mano acariciar mi espalda, esta fría, helada y creo que la siento así por como mi cuerpo arde. Se detiene en mi sostén y lo desabrocha. Desliza los breteles suavemente sobre mis brazos.
Me separo de él, ¿a ver que quiere ahora? Sonríe y empuja mis muslos hacia abajo, haciéndome apoyar en él. Me tenso al sentir su erección entre mis piernas. Desliza un dedo entre mis pechos, por mi vientre, dejando pequeñas descargas en mi cuerpo. Se detiene cuando su dedo esta en mi sexo.
- Muero por estar ahí dentro – oh dios.
Me toma de la cintura y me vuelve a tirar sobre su cuerpo. Gira y ahora está el sobre mí, entre mis piernas. Mi entrepierna late, es tan placentero.
Vuelve a besarme, esta vez un poco más voraz, creo que esta igual que yo, igual de impaciente, podría decirse. Baja a mi cuello, besa y lame de un lado. Pasa a mi cicatriz, esa que tiene su nombre sellado en mi piel, la que sabe que soy suya en todos los sentidos. Mi cuerpo se arquea, por el placer que el solo sabe hacerme sentir con solo rozar esa zona, gimo, es maravilloso. Suspira en mi cuello, al escucharme.
Baja a mis pechos, lame mis pezones y creo que ya no resistiré mas, necesito más, necesito liberarme. Con la velocidad que posee, saca mis bragas y su ropa interior. Dios, creo que me va a doler demasiado ¿Cómo puede entrar eso allí abajo?
- No te asustes – sonríe – solo dolerá al principio.
Lo sabía, va a dolerme. Se acomoda entre mis piernas, me mira fijo, mientras siento como su miembro, se desliza en mi entrepierna. Oh dios, esta tan sensible que me hace gemir aunque no quiera hacerlo, aunque ya no me interesa, esto lo estoy disfrutando de verdad. Empiezo a sentir que presiona, presiona y un dolor horrible me hace gritar.
- Shh, ya está, no va a doler mas – el dolor empieza a irse y yo me relajo, dios, eso fue horrible.
Comienza a hundirse cada vez más en mí, y tenía razon ya no me duele, sino que ahora en mi reina el placer.
Se mueve lento, la sensación es demasiado para mi. Mi primera vez, sentirlo dentro mio me hace sentir muy unida a el. Especialmente maravilloso. Se acerca y me besa con suavidad. Sus ojos se clavan en los mio. Esos ojos esmeralda que me recuerdan que mi mundo es el. Su respiracion se agita y yo no puedo controlar mis gemidos ¡por dios! Esto es un placer inigualable y debe ser asi, por sentir que es el. Que me quiere y eso se siente estupendo. Su velocidad es más fuerte. Se acerca a mi mientras besa mi cuello, del lado que no esta mi marca, su marca, y lo oigo gemir en mi oído, mi cuerpo comienza a convulsionar, no voy a resistir mucho más. Me remuevo mientras tratando de evitar terminar, quiero que esto dure mas, quiero seguir sintiendolo tan cerca. Acelera el ritmo y besa mi cicatriz, no lo resisto. Es demasiado.
- Ah – gimo al llegar a un espléndido orgasmo. Nicholas gruñe en mi cuello, tira su cabeza para atrás.
- Ah – grita fuerte y se tumba sobre mi
Sale despacio de adentro mío, se acuesta a mi lado y me abraza con fuerza. Besa mi cabello, juro que eso ha sido los más esplendido de mi vida, no quiero irme nunca más de estos brazos, renunciaría a todo por no volver a separarme de él, por loco que suene, me he enamorado, de él, con todos sus defectos, puedo decir que amo cado uno de ellos.
- Eso ha sido asombroso – lo fue, lo se, sonrio - Duerme Mei – me giro y me apoyo sobre su pecho.
Estoy exhausta, cierro los ojos y quedo profundamente dormida.
**
Despierto sola en la cama, preferiría haber despertado junto a Nicholas. Ha dejado ropa limpia sobre los pies de la cama, voy a cambiarme así voy a buscarlo.
Salgo de la habitación, toda la cabaña está a oscuras, me doy cuenta que es de noche ¿Dónde está? Escucho golpes en el techo, parecen caminar por ahí.
Salgo de la cabaña, estamos en medio de un bosque, no creo que nos encuentren. Miro sobre el techo, allí esta Nicholas, mira para los costados, parece vigilar. Creo que no me ha visto.
- Hola - muevo las manos para que me vea.
- Pensé que dormirías toda la noche
- ¿y tú no piensas dormir? – ríe entre diente - ¿Qué?
- Yo no duermo Mei - ¿no duerme?
- ¿nunca?
- Nunca, estoy muerto, ¿para qué voy a necesitar dormir? – oh es verdad, que tonta.
- Ya veo, ¿vas a quedarte allí?
- Tengo que vigilar
- ¿puedo vigilar contigo? – me mira serio, creo que no le gustó la idea – no quiero estar sola – sonríe, bien. Desaparece y siento que me agarra la cintura.
- Cierra los ojos – obedezco – ábrelos – mierda esta alto, por instinto le agarro las manos con fuerza y el ríe – tu quisiste subir.
- Si, si, ya lo sé – pongo los ojos en blanco y me siento en el techo de madera, muy empinado - ¿Qué vigilas?
- Blancos
- ¿piensas que van a encontrarnos?
- No creo que tu padre deje de buscarnos – es verdad – de seguro en este momento, todos los blancos deben de estar buscándonos por todos lados.
- ¿Qué hay de James, Jill, Amy y Steve?
- Están detrás nuestro Mei, porque saben que mi plan es matarte – mierda, dice esas cosas y no puedo evitar temblar – tranquila – me junta a su cuerpo con su brazo – no pienso hacerlo.
- ¿y si se lo dices a mi padre? Puede que deje de buscarme y lo acepte – Nicholas larga una carcajada
- ¿no aprendiste nada en todo este tiempo? – sí, es verdad que tonta soy – los caza-vampiros, tienen la orden de cuidar humanos y eliminar vampiros, tu padre es uno de los cazadores más viejo, ¿piensas que los blancos aceptarían que tenga a una de las hijas de los suyos? Deben de estar más pendiente de nosotros que de los demás – yo y mis conclusiones estúpidas – han huido, luego volveremos con ellos, cuando todo esto se haya calmado – pienso que esto no se va a calmar nunca.
- ¿y si no acaba?
- Será un placer huir contigo toda una eternidad – sonríe, y me sonrojo ¿el lado tierno de Nicholas? Es el mejor del mundo.
Me acerco y le doy un beso rápido en la mejilla, justo en ese momento, siento un ruido extraño, ensordecedor. Nicholas me mira fijo ¿Qué fue eso?
- ¡Mei! – grita y empiezo a sentir que mi espalda se prende fuego ¿Qué paso?
Dios, duele demasiado. Llevo las manos a mi espalda, pierdo el equilibrio y comienzo a caer. Antes de tocar el suelo, Nicholas me está agarrando entre sus brazos. Su cara tiene un gesto de preocupación, parece desesperado y no tengo idea de que acaba de pasar.
- ¡Mei! – que distante se escucha su voz – Mei aguanta – todo se vuele borroso, creo que voy a desmayarme.
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