Capítulo VI

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¿Cómo puedo enamorarme de alguien así? De un hombre que solo me ve como un juguete con el que puede pasar el rato. Amar a alguien que puede matarte en cuanto se aburra de ti, es muy doloroso. Quiero llorar y desahogarme, pero con todo el mundo a mí alrededor mirándome no creo que quede muy bien. Trago saliva para aflojar el nudo en mi garganta. Que idiota que soy.

Amy y Steve han entrado a la casa y creo que debe hacer como 5 minutos que estoy parada sin moverme aquí afuera. Chris está parado a mi lado y las camionetas ya no están, por ende, mi papa tampoco está. Quiero ver a mi mama.

- Chris – me mira con una sonrisa, ni muerta querido – ¿me llevarías con mi madre?

- Oh, claro que sí, pero ¿no quieres esperar a tu papa? – rodeo los ojos y el ríe entre dientes – entiendo, vamos, te mostrare donde está, quizá luego podríamos hacer algo juntos – este hombre no va a entender de que no quiero nada con nadie, excepto Nicholas, aunque me deprima la idea.

- Sueña Chris – vuelve a sonreír y camina delante mío para que lo siga

- Puedo mostrarte el lugar, ya que te quedaras aquí, haremos un tour para que estés ubicada – lo único que pienso es en Steve y Amy, además de mi madre, pero me preocupa cómo deben sentirse, me siento culpable por que estén separados de sus amores.

Parece un hotel de lujo la mansión esta, llena de habitaciones. Muchas personas caminan vestidas de blanco, cazadores. Chris me mira por encima de su hombro y sonríe, me hace reír. Parece un niño, tiene gracia. Llegamos a una puerta, está abierta y mi mama mira por la ventana.

- ¡mama! – oh dios, aquí esta ¡viva!

- Mei – grita y corre hacia mí, me abraza. Sus brazos son mi refugio, me siento segura, en casa – dios hija – está llorando y yo también, tenía miedo de que estuviera lastimada o algo – pensé que no te vería nunca más, ¿Qué te ha hecho? ¿te ha lastimado? – que no me hiso mama, me ruborizo al recordar como su boca recorría mi cuerpo, limpiando los restos de sangre. Mi mama ha notado que estoy colorada - ¿te violo?

- No, mama, no me ha hecho nada, más que morder – estiro mi cuello y le muestro mis dos orificios

- Oh hija, lo siento mucho

- No es nada mama – me asomo y miro a Chris en la puerta de espaldas ajeno a la conversación - ¿nos quedaremos aquí?

- Hasta que maten al vampiro que te mordió, si – gira y mira a Chris – lindo chico eh – me guiña un ojo – ha llenado de preguntas a tu padre sobre ti – me rio, quien no lo haría con la cara de perversion de mi mama – no está nada mal Mei – me codea

- Ya mama, no estoy interesada en el - ¿Cómo le digo que me enamore de mi dueño?

Hemos pasado un tiempo hablando, me canse de que trate de juntarme con Chris, no logra entender de que no me interesa. No, no le he dicho que me enamore de Nicholas, tampoco pienso decírselo ¿para qué? Si eso no cambiara nada.

- Disculpe – le dice Chris a mi madre, después de interrumpir la conversación - ¿puede prestarme a su hija? Le he prometido un tour por el lugar

- Si claro que si – mi mama sonríe, parece una adoración a un dios, que exagerada.

Chris me hace un gesto con las manos para que nos vayamos y camino casi ignorándolo, presumido, me molestan los hombre así. Bueno Nicholas lo es, pero lo disimula más, bueno disimula, que se yo, no importa, me sigue gustando él.

Cicatrices I: Marcas en la pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora