✝Through The Dark #2T✝ |L.P...

By itsmxrtx_

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Mis manos ardían alrededor de mi espalda, sentía que mis párpados caían y mi cabeza estallaba. Mi pelo caía e... More

Prólogo
Cap 1: 'Amnesia'
Cap 2: ¡Ey Valery!
Cap 3: '¿Quieres recordarlo?'
Cap 4: 'Tienes que confiar en mí'
Cap 5: ¿Quién es?
Cap 6: Mi heredero.
Cap 7: Fotos
Cap. 8: El rostro. Part 1/2
Cap 9: El rostro. Part 2/2
Cap 10: ¿Habría otro Liam?
Cap 11: ¿Qué decíais sobre mí?
Cap 12: Siempre lo estaré.
Cap 13: Averígualo tú misma
Aviso.
Cap 14: Así son los pactos con el Diablo
Cap 15: ¿Hay alguien ahí?
Cap 16: Lo prometo.
Cap 17: Ahora seré...¿normal?
Cap 18: ¿Mi culpa?
Cap 19: El chico normal que me gustaba
Cap 20: Liam me abrazaba.
Cap 21: Chiquita.
Cap 22: Nadie nunca te amará como yo
Cap 23: Todos los esquemas rotos.
Cap 24: Buen Estilo.
Cap 25: Quería seguir siendo demonio.
Cap 26: Hacerla el amor.
Cap 27: ¿Secuestrado?
¡Perdón!
Cap 28: No estás sola, mi amor
Cap 29: St Peter
Cap 30: ¿Qué quieren de mí?
Cap 31: Estamos en el cielo.
¡Unas aportaciones!
Cap 32: ¿Aún crees que soy un demonio?
¡Directioners!
Cap 34: Del Infierno Nadie Se Salva
Cap 35: Necesita tu ayuda
Cap 36: Sí.
Cap 37: Sabía que volverías.
Cap 38: Ningún cabo suelto
Cap 39: Allí terminaría todo
Cap 40: Through The Dark
EPÍLOGO
Final Alternativo

Cap 33: Ataque

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By itsmxrtx_

Mis ojos, aún fijos en los suyos, apreciaron cómo, de nuevo, volvía a desvanecerse, escapando de allí y dejándome sola.

Mis pensamientos y sentimientos habían estado confusos durante los últimos años, debatiéndome entre qué era real y qué no; qué era correcto y qué no. Pero Liam había logrado mostrarme que no todo era como parecía, y eso le había ayudado a ganarse mi confianza. Pero en estos momentos, la manera de pensar que me había transmitido, estaba en su contra

- ¿Se le ofrece algo, señorita? –una voz infantil y dulce llamó mi atención a unos metros de mí.

Agarré laminada para encontrarme con una pequeña niña de tez pálida y ojos tan oscuros como su pelo agarrado en trenzas.

- Oh, no, muchas gracias. –sonreí y ella imitó mi gesto. -¿Cómo te llamas? –la niña sonrió más ampliamente, haciendo que sus pómulos se elevaran y su nariz se arrugara.

- Me llamo Linda. –rió de manera divertida agarrando mi mano y guiándome hasta unos sillones al final de la estancia de piedra.

Realmente ese nombre iba como guante a la pequeña. Su cara dulce y traviesa hacía que me llenase de ternura al verla sonreír.

- Mi tío dijo que debía cuidarla. –se encogió de hombros y tomó mi mano entre las suyas, delicadas y pequeñas.

- No me llames de usted, pequeña. –reí divertida mirándole a los ojos, ella negó lentamente son la cabeza dejando salir una diminuta carcajada.

- No me refiero a ti, _____. –explicó con tranquilidad. –Mi tío Leo dijo que debía de cuidarla a ella. –uno de sus manos se desenlazó con la mía para llevarla hasta mi tripa y tocarla.

Mi sonrisa se congeló al notar la pequeña mano de la niña en mi vientre.

- ¿Cómo sabes...? –fruncí el ceño mirándola a los ojos.

- Lo sé todo sobre ella. –rió traviesa haciendo círculos en mi panza. –Estoy muy emocionada, ¿sabes? –volvió a elevar sus pómulos, esta vez mirándome. –Odiará la Geografía, pero será una magnífica artista. –confesó guiñándome un ojo.

- ¿Ves el futuro? –pregunté curiosa clocando mi mano sobre la de Linda.

- Sí, algo parecido. –frunció el ceño. –Pero estoy confusa. –suspiró torciendo la boca. –En mis reflejos veo a la niña perfectamente...incluso sé que tendrá el mismo lunar que Liam. –sonrió. –Pero en las visiones...- frunció el ceño. –Yo no...no la...-la voz de la pequeña fue interrumpida por un grito masculino, parecía apurado.

- ¡Linda! –Leo agarró a su sobrina por el brazo y la miró a los ojos.

La niña se veía más confusa que antes, Leo parecía nervioso mirando a Linda y después a mí.

- Lo siento tío...olvidé que no podía decir nada. –susurró tristemente mirando los ojos de su tío.

- Eso ahora no importa. –repuso cogiendo en brazos a la pequeña. –Ahora debes de explicarnos que ocurre. –me miró frunciendo el ceño. –Siento que se haya sobresaltado, señorita. –se disculpó relajando las facciones.

Acto seguido caminó rápidamente con Linda en los brazos, dejándome más confusa que antes. ¿Qué había ocurrido? ¿Por qué no dejó terminar de hablar a la pequeña?

Tomé aire y lo solté levemente, dejando que una sonrisa apareciera en mi rostro. Las palabras de Linda se habían quedado grabadas en mi mente.

No pude evitar cerrar los ojos e imaginarme cómo sería. No me había importado en absoluto que no me hubiera contado con lujo de detalles cómo sería ya que automáticamente millones de pensamientos se habían acumulado en mi cabeza.

¿Tendría mis ojos? ¿La sonrisa de Liam? ¿Qué sería lo que Linda intentó decirme y no pudo? A juzgar por su ceño fruncido comencé a preocuparme.

Era lógico que todas las mujeres que serían madres en alguna ocasión, por no decir todo el tiempo, pensaban en cómo sería su bebé, pero no pensaban en si algo saldría mal, y recordando la confusión de la pequeña, podía temerme cualquier cosa.

Quería dejar de pensar pero era incapaz.

Me levanté del cómodo sillón y miré ami alrededor, intentando buscar algo que me alejara de los malos pensamientos que podía tener, pero en aquel lugar sólo había libros.

Montañas y montañas de libros. Con tapa azul, negra, de cuero. Anchos, medios, finos. Pero todos, absolutamente todos, estaban escritos en una lengua muerta que desconocía.

Pensé que podía ser latín, pero igualmente no entendía nada. A cada palabra extraña que leía recordaba el momento en el que Esperanza me echó de la santería.

Repetía una y otra vez la misma frase, y juraría que incluso después de habernos ido, seguía repitiéndola. A pesar de no entender nada, recordaba casi a la perfección sus palabras, se habían quedado grabadas a fuego lento en mi cabeza:

'Finis venit Deus protegat. Occidere ferreo canis , ut enjendro interfecisse.

Spiritus in eis insuper poenas animarum libera nos a malo, Amen.'

Por un momento el rostro de Liam llegó a mi mente. Su ceño fruncido y sus labios apretados en una línea recta me hacía entender que algo no iba bien, por mucho que el intentara aparentar que nada ocurría.

Mordí mi labio inferior caminando entre las estanterías, buscando algún libro de traducciones o algo por el estilo, pero era absurdo buscar, aquí era más que obvio que todos conocían el significado de cada palabra.

Tomé valor para caminar hacia una chica que leía tranquilamente y poder preguntarle que era lo que significaba aquella frase, pero un primer grito desgarrador hizo que parara de caminar bruscamente.

Entre los presentes se comenzó a armar bullicio. Se levantaban de sus lugares, caminando y corriendo rápidamente, provocando una estampida en la que ninguno tomaba la misma dirección.

Un segundo grito hizo que se desencadenaran muchos más por el terror, nadie sabía lo que ocurría, o al menos yo no. Estaba bloqueada y no dejaba de recibir empujones que hacían que mi cuerpo se tambalease hacia los lados.

Noté que un brazo me agarraba fuertemente y me obligaba a correr.

Leo hacía a cada segundo su agarre más fuerte, me dolía el brazo y juraría que me estaba cortando la circulación.

- ¡Leo! –chillé. -¿¡Qué ocurre?! –pregunté exaltada mientras recibía más empujones y pisotones a cada metro que avanzábamos.

Antes de que el chico de ojos claros contestara, una llamarada de fuego cubrió una de las inmensas estanterías de madera que cubría una de las paredes. Los tablones de madera, junto con los antiguos libros, comenzaron a caer ardiendo llevándose por su paso a los ángeles que pasaban por debajo huyendo de lo que nos atacaba.

Una beta de electricidad cruzó la sala electrocutando a los guardianes que intentaban abrir un portal para huir.

Leo dejó de correr bruscamente al ver que la única salida estaba custodiada por un grupo de jóvenes con vestimentas negras y rojas.

- Oh, no... -susurró mirándome a los ojos.

- ¡Desvanécete! –grité mirándole con temor.

- ¡No puedo, han interceptado los poderes de magia blanca, estamos atrapados! –mojó sus labios mirando a todos lados, buscando un lugar para escondernos.

A estas alturas, una respuesta a lo ocurrido me sobraba. Era seguro que estábamos siendo atacados por los demonios.

- ¡Linda! –chillé. -¡¿Dónde está ella?! –Leo colocó una de sus manos en mi hombro.

- Se la llevaron antes de que llegaran. –explicó atravesando uno de los pasillos de la sala formados por estanterías. –Ella predijo lo que ocurriría sin darse cuenta. Pero no supimos que sería tan pronto. –prosiguió parándose en una de las esquinas que formaban los pasillos.

- ¿A qué te refieres? –Leo me miró a los ojos y apretó la mandíbula.

-Liam pensó que aquí estarías segura. Pero no lo estarás en ningún lugar. –me miró a los ojos con el semblante serio. –Linda sólo tiene cinco años, pero tiene los poderes muy desarrollados, hasta el momento sus visiones sólo fallaron dos veces. –continuó.

- ¿Eso quiere decir que...la matarán? –pregunté con la voz temblorosa, no era capaz de pensar en mí misma, si no en el bebé.

- No estamos seguros. Ella sólo se equivoco al predecir que Liam no cometería el error de enamorarse de ti y por tanto perder su condición de demonio, y cuando predijo que Liam moriría al dejar de ser demonio. –susurró. Mi pulso se aceleró al escuchar sus palabras. –Puede que... -su voz se quebró antes de terminar y su espalda se arqueó pegándose a mi cuerpo.

Parpadeaba rápidamente y notaba su dificultad al respirar. -¿Leo? –su cuerpo comenzó a parecer más pesado, resbalándose hacia el suelo. -¡Leo! –palmeé su cara notando algo en mi mano.

Leo cayó al suelo de medio lado, respirando entrecortadamente y llenando mi mano de sangre que no dejaba de salir de su boca.

Miré todo su cuerpo intentando buscar la evidencia de lo que le pesaba y así, la solución. -¡Leo, no te duermas! ¡Mírame! –chillé estallando en llanto.

Pude ver cómo en su espalda tenía clavada una flecha de color negro. Mi ansiedad aumentó y mi histeria, por lo tanto, también.

Escuché retumbar unos pasos desde el fondo del pasillo. Pasos apresurados, pasos desesperados.

El silencio reinaba, el bullicio del exterior había cesado.

- ¡Ayuda! –chillé. -¡Por favor! –intentaba gritar más fuerte pero el nudo en mi garganta me lo hacía imposible.

Aquellos pasos parecieron ser más audibles y más apresurados, hasta que pude visualizar la silueta de un hombre alto y con pelo largo y liso.

Cerré los ojos dejando salir las lágrimas sin cesar. Todo había sido mi culpa. Yo había puesto en peligro a Leo y a todos los ángeles, todo, por estar allí.

- _____... –escuché un susurro de una voz muy familiar.

Abrí los ojos incrédula y miré el rostro de mi amigo, desesperada.

- Sebastián, tenemos que sacar de aquí a todos los ángeles. –expliqué al borde del ataque.

- Sh... tranquila, chiquita... -susurró con una sonrisa de medio lado, su voz pasiva me hacía enfurecer. –Todo ha pasado...ya no queda nadie... -murmuró dejando caer algo tras su espalda y abriendo los brazos para acogerme en ellos.

- Todo es mi culpa, Sebas...- lloré en su hombro.

Abrí poco a poco los ojos, pudiendo ver lo que ocultaba en su espalda.

Mis pulsaciones se aceleraron y mi respiración se volvió entrecortada.

- Claro que es tu culpa. –se separó de mí y me miró con una sonrisa burlona.

Se levantó del suelo después de haberme abrazado y miró lo que acababa de tirar a sus espaldas.

- Nunca pensamos que nuestro heredero sería mujer, chiquita. –susurró. Estaba estática, temblando.

No, no podía ser. Esto no era real. Podría haber desconfiado de todos menos de él.

- ¿Qué ocurre? –rió agarrando mi brazo y apretando las uñas. –Oh vamos, ¿te lo creíste? –volvió a soltar una carcajada. -¿Qué pasó? ¿Tú novio nunca te enseñó a no fiarte de los extraños? – pude notar cómo su sonrisa se expandía.

Yo, en cambio, no podía dejar de mirar el arco que había soltado a sus espaldas. Un arco, con los mismos colores que la flecha que había matado a Leo.

Sebastián es un demonio.

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CHAN CHAAN CHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN

¡Bueno! ¡¿Qué os pareció?!

Estuve una semana de vacaciones y volví ayer de madrugada, y tenía ganas de subir capitul, así que aquí está. Espero que os haya gustado, estuve bloqueada un tiempo, sin saber cómo continuar, pero al fin tenéis la continuación!!!

Os dejaré las preguntas!:

- ¿Qué opináis de lo que Linda le confesó a ______?

- ¿Y del futuro de la bebé?

- ¿Qué harán ahora que el heredero no es varón, si no mujer?

- ¿Cómo os dejó la actuación de Sebastián?

Hasta aquí el capitulo de hoy! ¡Intentaré subir alguna imagen multimedia de nuevo, ya que en los últimos capitulos la subo pero por yo que sé qué, no se puede ver, ¿es a mí a la única que le pasa? Por que de verdad que me frustra...

¿Os pasasteis ya por mi nuevo proyecto, Promise? ¡Me haríais un grandísimo favor si leyérais y continuaráis si os gusta!

Aprovecho para decir que estoy escribiendo con una amiga una novela que encontraréis en el perfil de   lleva pocos capitulos pero es una historia muy bonita:

Trata sobre la vida de dos estudiantes totalmente opuestas, una de ellas tiene que aguantar los insultos de sus compañeros de instituto hasta que llega la otra chica y ayuda a que todo se frene. Eso sólo es el principio de la historia, ya que, en todas las amistades ocurren sucesos que no pasan desapercibidos. Pero lo que esta historia muestra sobretodo es; que no has de tener miedo a quien te haga tenerlo, que todo tiene una salida y sólo hay que buscarla. Que el corazón no puede elegir, pero la cabeza sí, ¿quién nunca se ha encontrado en un debate así?

Eso tan sólo a sido un breve resumen de esa novela, os invito a que os paséis por ella!

BESAZOS Y ABRAZOS!

Atte: Marta :)

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