Easy Love

By rocketsalgado

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Luego de un año y dos meses después de los sucesos de Hard Love, Lukas está en su nueva etapa como universita... More

Prólogo
1. Nuevos comienzos
Easy Love Official Mixtape
2. Roomie
3. Levitating
4. Lukas y Jake
5. First Day
6. Do It
7. Love You Like A Love Song
8. Padres
9. You Could Start A Cult
10. I Do
11. Compas
12. Un Mes
13. Be The One
14. Endlessly
15. ¿Alguien que no hace nada por ti?
16. Mr. Perfectly Fine
17. Los besos del chico de mis sueños
18. Una noche sin ti
19. Why?
20. Midnight Rain
21. Maybe The College Is The Problem
22. You're Losing Me
23. I Won't Lose You (Pt. 1)
24. I Won't Lose You (Afterglow) (Pt.2)
25. I Can See You (+18)
26. Santa no te conoce como yo
27. El futuro es ahora
28. Lo profundo de la mente.
29. No estoy listo
30. Días menos.
31. La historia de papá y mamá
32. Bigger Than The Whole Sky
33. ¿Qué es el amor?
34. Los chicos de las máscaras
35. El puente de los enamorados
36. Lo que una presentación, puede provocar
37. La noche del silencio
38. Una ruta hacia el verano
39. Grita mi nombre
40. So Hot (+18)
41. Paso 2: Chloe y Ava
43. I see Daylight (Final Pt. 2)
Epílogo

42. Max o ¿Max? (Final Pt. 1)

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By rocketsalgado

Me levanté de la cama, Jake aún seguía ahí. Pedí que nos trajeran el desayuno. Me paré a la par de la ventana, veía como las olas iban y venían. Era una vibra que no podía explicar, pero era algo muy lindo.

Terminé de guardar todo en sus respectivos lugares mientras escuchaba música de Taylor Swift. Tenía un sentimiento un tanto extraño, ya que me encantaba estar ahí, la vibra era muy linda. Pero también tenía miedo de que esos locos nos hicieran algo malo.

Un mensaje de Max había llegado a mi teléfono. No dude en abrirlo.

Max

«No hagas planes hoy»

Lukas <3

«¿Por?»

«Quería invitarte a algo, no es nada del otro mundo, puedes decirle a Jake para que no piensa nada»

«Está bien, nos vemos más tarde»

—Buenos días, rayitos. —Se estaba tallando la cara y recogiendo los mechones de cabello alocados.

—Buenos días, rey. —Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla—. Te amo.

—Yo también. —Sonrió contento.

—¿Dormiste bien? —Terminé de colgar la última camisa en el clóset.

—Diría que casi no, pero, dormí a tu lado, ¿qué más puedo pedir? —Se levantó de la cama y caminó hacia mí para levantarme con un abrazo.

Me reí y le devolví el abrazo. Tocar su piel, sentirlo a mi lado era lo mejor de mis días. Es que lo amaba, qué más podía pedir.

—Qué cursi.

—Sé que te encanta. —Sonrió de forma pícara.

—Obvio que sí. —Lo volví a besar—. Por cierto, hoy saldré con Max. Me lo pidió, ¿no te molesta verdad? Él y yo solo somos amigos, jamás te cambiaría por... —Me calló colando su dedo en mi boca.

—Ve. No soy ese tipo de novio y lo sabes.

—No te creo mucho —dije en forma de burla—. Está bien. —Sonreí y de forma inconsciente me quedé viendo su pecho desnudo.

—¿Otra vez? —Se burló. Tomó mi mano y la puso en uno de sus pechos—. Apriétala.

—Yo, no...

La apreté varias veces de forma rápida con una sonrisa de satisfacción y queriéndome reír.

—No, ya. No quiero quitarte el pantalón ahorita.

—Por mí no hay proble... —Le tapé la boca con mi mano.

—Ya no hables.

...

Estábamos recorriendo el lugar con los guías y los demás estudiantes. Había una feria local que siempre estaba abierta, nos permitieron utilizar los juegos, por lo que no dudamos en ir. La sonrisa en mi rostro no se podía ocultar para nada.

Mi grupo de amigos y yo estábamos juntos comprando una pulsera para poder entrar. Las parejas correspondientes buscaron un juego, dejando a Max solo, ya que Ava y Chloe se habían ido juntas. Me sentí mal, verlo ahí parado decidiendo a qué lugar irse.

—Jake. —Jalé su brazo.

—¿Qué pasa? —Estaba hipnotizado por el juego de tiro al blanco, en el cual te ganabas peluches muy lindos.

—No podemos dejar a Max ahí solo, ve, pobrecito. Todos hicieron parejas menos él. No entiendo por qué no invitó a su pareja. —Tomé su mano de forma inconsciente.

—¿Max tiene pareja?

—Ups.

—Como sea. Tienes razón. Ve y dile que venga con nosotros. —Sonrió y revolvió mi cabello.

—Está bien. —Le devolví la sonrisa.

Caminé hacia él. Se encontraba distraído viendo un juego mecánico con forma de dragón ir y venir. Le di un pequeño empujón con mi cuerpo, al principio se asustó un poco, pero luego sonrió. Volteó a ver a Jake y luego de nuevo a mí.

—Hola. —Sonrió hacia un lado.

Traía puesta su típica camisa de mangas cortas con botones, con los dos primero abiertos.

—Hola. Ven con nosotros. Iremos a jugar tiro al blanco. —Lo volví a empujar.

—¿Qué tienes contra mi cuerpo? —Bromeó—. Na, gracias. No quiero ser el mal tercio. —Podía notar que en el fondo no quería estar solo.

—Claro que no, ¿de qué hablas? Tú eres amigo de Jake y mío también. Vamos. —Lo llevé conmigo jalándolo del brazo. Llegamos a donde estaba Jake.

—¿Qué hay? —Lo saludó Jake con una sonrisa.

—Todo bien, ¿y tú?

—¿Saben qué? —los interrumpí—. No quiero que esto sea incómodo, así que hablen, arreglen sus problemas mientras voy por helado, para los tres. Y no, no me importa lo que vayan a responder, adiós. —Sonreí como si fuera un niño pequeño.

Ellos me vieron y luego se vieron el uno al otro. Me fui antes de que pudiera decir algo. Había dos puestos de helado, una tienda grande y un señor en un puesto andante. Decidí comprarle a él.

—¡Hola! Me da tres ¿De qué sabores tiene? —Trate de ser lo más amable posible y sonreí para al menos intentar alegrarle el día.

—Hola joven —dijo con alegría—. Tengo de fresa, vainilla y chocolate.

Me asomé a ver los recipientes donde estaba el helado. Sentí mucha tristeza al verlos casi llenos. Envié un mensaje a nuestro chat grupal, diciéndoles que vinieran a comprarle helados a un pobre señor.

—Deme uno de cada uno, por favor.

—En seguida. ¿Los quieres con chispas? Son gratis.

—Claro. —Sonreí—. ¿Qué tal ha ido la venta?

—Pues, la verdad... Un poco mal, y digo un poco porque eres mi primer cliente del día.

Era la una de la tarde.

—¿En serio? Pero, con mucho respeto, creo que este lugar no es el mejor para vender, tiene mucha competencia.

—Lo sé. —Suspiró—. No eres el único que me lo ha dicho. Pero, es que, le tengo un gran cariño a este lugar. Aquí conocí a mi difunta esposa, y si me voy de aquí es como volver a decirle adiós a ella.

Me rompió escuchar lo que había dicho.

—Lo siento mucho de verdad... No conozco a su esposa ni nada, pero, creo que ella hubiera deseado lo mejor para usted. Puede venir a visitar el sitio cuando quiera, sería lo mismo y no tendría que trabajar para venir. —Estaba tratando de alentarlo.

—Qué buen chico, gracias. Estoy seguro de que también encontrarás a alguien tan bueno como tú.

—Gracias. —Sonreí—. Ya encontré a alguien, es muy linda persona.

—Me alegra escuchar eso. Sabes tienes rasgos similares a ella, ambos rubios, ojos marrones muy claros.

—Guau, qué interesante.

—Toma. —Tres helados grandes, era obvio que le había puesto demás.

—¿Cuánto es? —Saqué mi billetera.

—Diez dólares.

—Tenga. —Le di el billete—. Qué tenga un lindo día, le deseo lo mejor.

—Gracias, igual, hijo... Oye, espera, no tengo cambio para un billete de cincuenta.

—No le estoy pidiendo el cambio, quédeselo.

Llegué a donde estaban los chicos. Se veían tranquilos y ya no tenían cara de que se iban a arrancar una parte del cuerpo.

—Regresé, y espero que se hayan arreglado.

Ellos se sonrieron el uno al otro sin decir nada.

—Aquí están los helados, de fresa para Jake y vainilla para Max, no tenían otros sabores y el de chocolate es mío. ¿Nos vamos al juego? —Sonreí.

Nos fuimos y pagamos un dólar por cada uno, teníamos tres tiros, si los perdíamos teníamos que pagar otro dólar para obtener otros tres tiros.

Jake fue el que comenzó, perdió los primeros dos tiros. Max y yo intentábamos no reírnos, se veía tierno y gracioso intentándolo. Sí, también perdió el último.

Luego Max intentó, estaba súper confiando tanto que se escuchaba prepotente, de forma irónica. Sorpresa, perdió el primero, luego el segundo a y también el tercero. No pude y me reí. Jake se tapaba la boca con el puño para no reírse.

Ahora me tocaba a mí. Estaba nervioso, y era más que claro que si perdía ellos se iban a burlar por el resto de mis días. Me concentré, el tablero se movía de izquierda a derecha, lancé el primero y pum, en el centro. Brinqué de la felicidad y se los restregué en la cara.

Me dejaron escoger un peluche, ya que por cada acertada era un peluche. Perdí los demás, pero al menos me había ganado uno. Ese juego estaba difícil, era entendible teniendo en cuenta el precio.

Mi peluche era un oso polar que en sus ojos tenía tres brillos, como cuando en las caricaturas los quieren hacer tiernos.

Nos subimos a varios juegos mecánicos, Max quería vomitar luego de subirnos al que era un dragón. Y a Jake una chica se le paró en su pie derecho por querer avanzar. Nos quedamos ahí hasta la tarde.

Jake volvió al hotel. Max y yo nos quedamos en la playa por lo que me había dicho en la mañana, pero había ido por algo a su habitación. Estaba sentado en el mini muelle esperándolo. Y de repente ya estaba a mi lado.

—Hola de nuevo.

—Hola. —Sonreí.

Tenía mucha curiosidad por saber qué era lo que tenía planeado.

—¿Ves eso de allá? —Señaló a la izquierda.

Había varias motos acuáticas con gente intentando subirse y otras estacionadas.

—¿Iremos a dar un paseo en moto? —Me reí pensando que no.

—Sí, vamos. —Se lanzó del muelle a la arena.

Lo seguí. Llegamos a las motos, saludó al hombre que estaba ahí y este le dio las llaves. Nos metimos al agua y él se subió. La aceleró, pero aún no arrancaba. El hombre de ahí me ayudó a subirme, me veía ridículo.

—Agárrate de mi cintura. —Me ordenó.

Entrelace mis brazos en él tratando de no apretarlo mucho, para evitar cualquier cosa.

—¿Estás listo? —Se notaba la emoción que tenía.

—Es ahora o nunca —bromeé.

Arranco de forma lenta primero. Dimos varias vueltas. Y luego aceleró hacia adentro, llevaba mucha velocidad, tanto que tuve que aferrarme a él, aunque no quisiera.

Sentía que mis ojos ardían un poco por el aire impactando en ellos. Me estaba riendo porque parecía que él buscaba que nos cayéramos.

—¡Max nos vas a matar!

—¡No te escucho! —mintió.

Y de un momento a otro la velocidad fue bajando. Ya me estaba tranquilizando, aunque eso no duró mucho. Él no decía nada y se estaba moviendo.

—¿Qué pasa?

No respondía.

—¿¡Max qué pasa!?

—¡No sé, no enciende! Y deja de gritar que eso no ayuda. Se apagó de la nada.

—Dios. ¿Y ahora qué hacemos? —dije con mucha molestia.

—Lukas, no sé. Pero relájate que con enojarnos no hacemos nada más que gastando energías.

Él intentaba encenderla, moviendo y sacando la llave una y otra vez. Él también ya comenzaba a frustrarse. Se agarraba la cabeza una y otra vez.

—No. —Se quitó la camiseta y se lanzó al agua.

Su espalda estaba llena de pecas, o bueno todo su cuerpo. Mi corazón latía muy rápido porque estábamos muy lejos y podía ser peligroso que él estuviera en el agua.

—¿¡Max estás loco!? Súbete ahora mismo.

No sabía qué diablos estaba revisando, pero aún no salía. Mi respiración se estaba poniendo un poco agitada, tenía miedo.

—Max, sal ya.

Y salió del agua. Su cabello se colaba entre su rostro. Respiró de forma agitada, pero no se subió a la moto.

—No encontré nada. Por cierto, ya que estamos aquí, aproveche que haría esto y te invité para contarte lo que descubrí ayer... Las cámaras de la transmisión no se apagaron, las apagaron. Ava y Chloe lo hicieron, y Junseo fue parte de eso, él lo sabía, no tardó nada en traer la bolsa con las batas porque él sabía dónde se encontraban. Él conocía todo.

—Max... ¿Qué?

Era demasiado para procesar.

—Pero, si ya habíamos probado que Junseo no era parte. —No podía creer lo que estaba diciendo.

—Yo lo sé. Lo escuché hablando por teléfono con alguien, ese día, hablaban sobre que casi lo descubrían y de que tú en específico casi lo descubres y que tuvo que darle el regalo a Rebecca antes de lo previsto.

—Max... No, yo...

—Lukas por Dios, ¿cuándo te he mentido? Siempre he querido que estés bien, siempre pienso en ti y siempre te pongo primero —dijo de forma rápida.

—Ese es tu problema Max, sigues enamorado de mí. Tienes pareja, eso es todo menos sano.

—No, no tengo pareja, era mentira, ese día estaba hablando con mi padre, porque... Olvídalo ni siquiera te importaría.

—Max ya basta, me importas como mi amigo.

—Lo sé, el problema es que no sales de mi maldita cabeza, aunque quería —comentó de forma tranquila.

—En tanto es mi culpa por no alejarme. Siempre lo es.

—No, es mía por querer estar cuando me lo has dicho tantas veces. Además, no deberías estar con alguien como yo.

—¿A qué te refieres? —pregunté con confusión.

De la nada comenzamos a escuchar ruidos de otras motos. Sentí un gran alivio. Ya estaba sonriendo porque podían ayudarnos, pero la intriga de lo que había dicho Max no se me quitaba.

—Mierda. Nos tienen —dijo él.

Volteé a ver y fue como si el tiempo se detuviera. Era difícil de explicar lo que en ese momento estaba sintiendo. Veía mi vida pasar por un hilo. No sabía qué nos podían hacer ahí donde nadie podía escucharnos.

Los chicos de las máscaras estaban ahí, eran seis motos con dos en cada una, siendo un total de doce personas con esas batas y sus máscaras.

Uno de ellos se la comenzó a quitar de forma lenta, logrando que mi corazón latiera de forma brusca, como si fuera a explotar. No fue sorpresa ver quién estaba detrás de la máscara, era Junseo. Después de todo, Max tenía razón.

—Lukas, sé que tienes miedo, pero créeme, no es a mí a quien debes temer, si no a quien en la moto se encuentra. Chicos, por él.

Varios de ellos se lanzaron al agua mientras una lancha llegaba. Se fueron tras Max y yo me lancé para poder ayudarlo. Logré agarrar su mano y la apreté con fuerza hasta que dos de ellos me agarraron. Nos subieron a la lancha. Junseo se subió también. En una de las motos también estaban Ava y Chloe.

—Max no es quien tú crees, y nosotros tampoco. No hacemos daño a nadie, nuestro trabajo es ir por delincuentes y ganar dinero, a veces ayudamos a la policía, pero la mayoría de las veces no nos dejan, así que hacemos las cosas por nosotros y quien quiera puede contratarnos, The Dark Club. Ahora dicho esto, ¿le dices tú o le digo yo?

Hola mis bellos lectores, primero que nada gracias por seguir aquií conmigo desde el principio, los amo. Si están en nuestro canal de Instagram sabrán que este final y también por el titulo, que se dividió en dos partes, eso significa que esto aún no acaba. La segunda parte seguramente ya esté públicada también. Vayan a leerla.

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