INNOCENT ; YOONMIN : + 21 ( C...

Bởi imbloodyparkdrog

302K 59.3K 78.5K

« Átame a ti a través del miedo, hazme adicto a tu dolor, deja que mi grotesco amor crezca en descontrol. Afé... Xem Thêm

antes de leer.
PRÓLOGO
PARTE I: DE UN INICIO CAÓTICO
O1
O2
O3
O4
O5
O6
O7
O8
O9
1O
11
12
13
14
15
16
17
18
19
2O
PARTE II: DE UNA RELACIÓN COMPLICADA
21
22
23
24
25
26
27
28
29
3O
31
32
33
34
35
36
37
38
39
39.5
4O
PARTE III: DE UNA OBSESIÓN DESCONTROLADA
41
42
43
45
46
47
48
49
5O
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
nota.

44

3K 603 1.1K
Bởi imbloodyparkdrog










JIMIN POV


"El grupo L se ha movido por todo el este de Estados Unidos amenazando con llegar al oeste en un par de días. Han habido poco más de cien muertes en la semana tras la gran explosión en Nueva York y el atentado que se dio dos días después donde múltiples personas fueron heridas. Italia se encuentra en alerta roja tras el impacto de las bombas en Roma que volaron casas, edificios y provocaron cientos de muertes. El ejército está haciendo todo lo que tiene en sus manos para atrapar a cualquier persona de este grupo e interrogarlo, se le pide a la ciudadanía tener mucho cuidado al salir a la calle."

Observo a la radio y a mi madre apoyada en el taburete mordiendo su uña. Apaga el aparato y observa por la ventana con notoria preocupación, el ambiente se mantiene tenso tras ello.

— ¿Qué ocurre? — inquiero tragando mis cereales.

— Lo que está sucediendo en Estados Unidos amenaza con salirse de control muy rápido —murmura sentándose frente a mí con un mirar lejano—. No es seguro.

— ¿Pero de verdad no se sabe nada respecto a este grupo? ¿Son terroristas? ¿O es algo más?

— No lo sé, Jimin — Ella suspira—. Estoy pensando que estaríamos mejor en el extranjero y no acá.

— ¿De qué hablas? —inquiero asustado.

— Que tal vez... —Realiza una pausa y aprieta sus labios—. Sería prudente considerar mudarnos antes que ese grupo llegue acá. Están avanzando, nos pondrán en cuarentena en cualquier momento. La situación se pondrá muy fea con el ejército.

— Pero mamá, tenemos todo aquí, ¿a dónde iríamos? ¿No estás precipitándote un poco?

— Sé que no te fascina la idea amor, pero prefiero que realicemos ese sacrificio a arriesgarme a que te pierda o tú me pierdas —Me clava la mirada—. Darte de baja del Linsday ahora sería complicado, pero no sé si tendremos tiempo hasta que finalices.

— Pero tengo una beca asegurada para la Universidad Linsday, no puedo irme de acá —La observo suplicante—. Por favor considéralo.

— Eres legal ahora y eres responsable de las cosas que haces, tú tomas tus propias decisiones, amor —Desciende la vista—. Pero lo que es seguro es que aquí ya no estamos a salvo. No por completo.

— Hemos pasado por muchas situaciones similares y nunca mencionaste nada al respecto —Elevo una ceja—. ¿Por qué ahora sí?

Mi madre se mantiene en silencio y niega con la cabeza antes de cederle un trago a su café. Espero su respuesta, pero nunca llega. Finaliza su bebida y se levanta agarrando sus llaves.

— Llegaré tarde — Ella me sonríe con pesadez—. Tendré una junta hasta tarde y seguramente esté de regreso en la madrugada.

— No hay problema — Le sonrío apagado—. Yo saldré en un rato, te aviso cómo voy.

— De acuerdo — Ella asiente y revisa su reloj—. Nos vemos mañana amor, con cuidado.

— Cuídate, mamá.

Se retira sin más. Parece que será otro día sin ella.

Tras finalizar el desayuno me encamino a la habitación para asearme y vestirme. Me coloco una camisa sencilla blanca junto a una chaqueta naranja a juego, pantalones flojos y zapatillas de correr para mantener la comodidad. Hay sol, pero el clima se mantiene fresco. Saco el celular de mi bolsillo y tecleo veloz:

"Voy para allá"

No espero respuesta y lo guardo. Me pongo loción y agarro mis llaves antes de salir del departamento a paso veloz. Es triste no tener un auto así que me conformo con un taxi al que le indico por dónde ir, me acomodo en mi lugar con el corazón latiendo con fuerza dentro de mi pecho, tomo un respiro y espero para llegar.

Bajo corriendo del taxi después de pagar y recibir mi cambio divisando el parque a lo lejos y atrás un restaurante italiano bastante agradable. Sonrío y me acerco lo suficiente hasta llegar a la entrada. Escruto de izquierda a derecha hasta que mi vista se bloquea por completo cuando unas manos cubren mis ojos. Esbozo una sonrisa.

— ¿Adivina quién es? — preguntan en mi oído.

— ¿Santa Claus? — bromeo—. Porque espero muchos regalos.

— Cerca, si te daré un regalo, pero no soy Santa Claus.

— Ah, ¿eres el reno? — Esta vez río.

Siento una risa chocar de forma agradable contra mi oreja y después un cálido beso en mi mejilla. Mis ojos son destapados y volteo con una sonrisa genuina para abrazar a Mingyu detrás de mí.

— ¿Llevabas mucho esperando? —interrogo viendo a sus lindos ojos.

— Casi nada — Él pasa su brazo por mi cuello provocando que suspire—. Reservé una mesa en la terraza, espero tengas hambre.

— Desayuné ligero, el apetito no me tarda en entrar — Apoyo mi cabeza en su hombro y volteo a verlo con una cálida sonrisa—. ¿Tú?

— No he almorzado nada — Pellizca mi nariz—. Vamos.

Nos acercamos a la hostess y pedimos la mesa con reservación. La joven mujer asiente y nos lleva al piso de arriba donde hay agradables mesas de madera con sombrillas color beige y sillas elegantes con detalles de cristal en el respaldo. Sonreímos y nos vamos a sentar, examino el menú con ojos curiosos.

Hay mucha variedad de platillos. ¿Por dónde debería empezar? Entradas, pastas, pizza, carne, platillos tradicionales... demonios. Tanto por pedir.

— ¿Ya sabes qué vas a ordenar, muñeco?

Elevo la vista divisando a Yoongi frente a mí con una sonrisa fúnebre. Siento mi sangre helarse y mi corazón latir más lento, con dolor.

— ¿Jimin?

Aprieto mis ojos un momento. Al abrirlos observo a Mingyu frente a mí nuevamente con una expresión de preocupación.

— Lo siento, me disocié —Me mofo sacudiendo mi cabeza—. ¿Hablabas?

— Si ya sabes qué ordenar. Hay buenos cortes y pizza — Repite mi acompañante con una sonrisa.

— Una pasta al pesto será más que suficiente — Cierro el menú—. ¿Tú?

— Pediré un corte, la picaña se ve bien — Él deja de igual forma el menú de lado—. ¿Gustas que pida unos calamares al centro?

— Suena apetitoso, adelante.

— Me he dado cuenta que te gusta mucho la comida — Bromea—. Sobre todo la italiana.

— No es mi culpa que sea tan rica —Elevo mis hombros—. Me encanta la pizza.

— Casi siempre comes pizza.

— Por eso mismo.

Él vuelve a sonreír. Una mesera se acerca y ambos pedimos una cerveza clara a la par del pedido. Ella asiente anotando y se retira dejándonos nuevamente solos, Mingyu mantiene la vista fija en mí antes de sujetar mi mano para acariciarla.

— Deberíamos ir a la galería de arte que está en el parque —comenta—. Me resulta tedioso pedirte ir al cine.

— ¡Claro! — Asiento divertido—. ¿El cine es muy cliché para tu gusto?

— Disfruto mucho tu compañía —responde—. Prefiero escucharte y admirarte a estar en silencio en una habitación oscura con demás personas. Eres increíble, lo sabes, ¿no?

— Es dulce que lo comentes — Me ruborizo bajando la mirada—. ¿Por qué lo dices?

Eso, alimenta mi ego.

— Hay algo en ti que te hace diferente —Deja de sobar mi mano, pero no la suelta—. No lo sé, eres único. Carismático, afable, en ocasiones muy intenso y en otras retraído. Eres espontáneo, y a su vez me aportas mucha tranquilidad.

— ¿En serio?

— Te la pasas tarareando en clase, por alguna extraña razón eres amable con todos, pongas lo que te pongas te sienta de maravilla. No supero verte con lentes, te conviertes en un nerd muy atractivo.

— ¿Crees que soy atractivo? — Juego un poco ladeando mi cabeza.

— Por favor, Jimin. Solo mírate.

— Coqueto —Ataco elevando ambas cejas.

— ¿Yo? Más bien tú.

— Tú — Lo señalo con mi mano libre, él la atrapa con una sonrisa—. Me estás coqueteando en este momento.

— Siempre te estoy coqueteando, Park Jimin.

— No tienes remedio.

— Te gusta que sea coqueto contigo, tú también siempre estás buscando la forma de provocarme.

— Tengo encanto natural.

Vuelvo a reír y separamos nuestro agarre cuando la mesera llega con nuestras bebidas. Cada quien agarra la suya y las chocamos antes de cederle un trago. Dirijo la vista a la calle que está casi vacía, pocas personas van pasando por allí.

— ¿Jimin? — Llama Mingyu sacándome de mi letargo—. ¿Puedo preguntarte algo?

— Claro.

— Yo... — Él frunce sus labios—. No soy una persona que juzga y prefiero escucharlo de tu propia boca sabiendo que me dirás la verdad. Por eso he decidido preguntarte directamente a ti.

Siento mi cuerpo crisparse, eso no suena para nada bien. Asiento con delicadeza esperando lo que Mingyu pueda decirme, él lame sus labios y desvía unos segundos la mirada antes de observarme y jugar un poco con sus manos buscando cómo empezar.

— Ahora con la desaparición de Irene y todas esas cosas, han comenzado a brotar rumores— Explica él—. Sobre todo del día de la reunión.

— Sí, escuché de ello. ¿Qué ocurre?

— Te dejé solo para buscar a mi madre, pero ella no me buscaba.¿Recuerdas no? —Prosigue, yo paso saliva—. Y tras ello me comentaron que te vieron con Yoongi.

— Ajá...

Procuro mantenerme tranquilo, pero mis nervios están a flor de piel.

— Sé que no es de mi incumbencia, y sabes mejor que nadie que yo nunca te voy a juzgar por las decisiones que tomas —prosigue con suavidad viendo a mis ojos—. Pero si me gustaría saber algo.

Con mi silencio lo invito a proseguir.

— Yoongi y tú... — Muerde sus labios y por un momento parece dudar. Le cedo otro trago a mi cerveza en lo que espero que siga, todo puede pasar—. ¿Fueron... novios? ¿Salieron juntos o algo...?

Me atraganto. Comienzo a toser con fuerza tras ello y carraspeo mi garganta cuando Mingyu me ofrece de inmediato una servilleta para que me limpie.

— Ah , lo siento —Se excusa.

— No, no. Tranquilo —Río con visible nerviosismo, bien Park es hora de sacar a relucir tu don con la mentira—. Yoongi y yo nos conocemos porque nuestras madres se llevan bien desde que somos pequeños, solo eso.

— ¿Entonces no son nada? ¿Ni lo fueron? — Vuelve a preguntar viéndome a los ojos.

— No. Nunca fuimos novios o cualquier asunto del estilo — Suspiro y observo la mesa con una mueca—. Es... complicado. Siempre ha habido una dinámica extraña entre ambos porque no nos llevábamos muy bien antes, pero supongo que ahora llevamos mayor cortesía.

— Y la cortesía los lleva a tener conversaciones privadas dentro de una habitación, ¿o...?

Prolongo mi silencio, pero no exhibo el nerviosismo. Vuelvo la vista a él, Mingyu luce un poco avergonzado, pero no siento que sus palabras sean mordaces. Veo rastros de preocupación y duda en su mirar, no me está reclamando, pero sí puedo denotar que espera una respuesta honesta.

Una respuesta honesta, que no lo dañe y tenga sentido. Bien, empieza a empezar Jimin. Haz tiempo en lo que se te ocurre algo.

— ¿Te dijeron eso? —interrogo.

— Sí, que te jaló al interior de una habitación y saliste minutos después. Él también, pero ya no se les volvió a ver juntos —Mingyu observa los calamares que son colocados en el centro de la mesa—. No deseo que pienses que soy invasivo y mucho menos. No te estoy reclamando, pero me gustaría saber si él y tú...

— No era algo que podía hablarse en público —inicio con tono bajo. Me cedo incluso el tiempo de lucir tenso y preocupado—. Es un asunto personal con Taehyung.

— Taehyung es... ¿el pelirrojo?

Asiento.

— Ahora que lo mencionas, es cierto que estuvo bastante alejado de todos ustedes aquella noche —Se frota la barbilla.

— No me gusta mucho indagar en los problemas, pero te puedo asegurar que ese fue el único momento donde pudimos tener una conversación al respecto. No te preocupes.

— Oh, de acuerdo — Parece muchísimo más aliviado—. Gracias y lamento haberte interrogado.

— No te preocupes — Sonrío para reconfortarlo—. Es normal que sintieras curiosidad.

Ambos nos sonreímos de nuevo antes de que el resto de platillos lleguen. Comemos alegres con pláticas casuales, una que otra más profunda o divertida. Lo que me agrada de Mingyu es que puedo hablar de cualquier cosa, es muy espontáneo, culto, lleva la vida tranquila y sin problemas. Realizamos varias actividades juntos después des instituto: en ocasiones voy a cenar a su casa, salimos a pasear por allí, me lleva a cenar, nos dirigimos bibliotecas privadas a realizar deberes. Incluso salimos a veces con Aline de fiesta. Hay un poco de todo.

Finalizamos de comer y nos dirigimos a la galería de arte con el estómago lleno y buen mirar. Examinamos los retratos y obras exhibidas conforme la tarde cae tiñendo el cielo de tonos rosados y naranjos.

— El tiempo vuela —murmura él elevando la vista al cielo, imito su gesto—. ¿Te gustaron las donas?

— Deliciosas —Observo el empaque vacío entre mis manos donde solo asoman migajas y servilletas hechas bolita—. ¿Te gustaron?

— Muchísimo, desconocía que en Krispy Cream eran tan deliciosas —Me sonríe—. ¿Harás algo esta noche?

— Finalizar deberes y ver una serie —Sigo caminando a su lado sin soltar su mano cuando tiro el empaque—. ¿Qué hora es a todo esto?

— Las seis con veintitrés minutos — Él observa su teléfono y lo vuelve a guardar—. ¿Te llevo a casa?

— No te preocupes por ello. Debido al festival navideño cerrarán las calles —niego suave—. Llegarás tarde a tus clases de violín. Estoy bastante cerca, así que estaré bien.

— En ese caso permíteme pagarte el taxi.

— Oh... gracias.

Abre su billetera y me cede un fajo de billetes. Vale, acá hay mucho más que para el taxi.

— Creo que con con menos de la mitad alcanza —le murmuro.

— Para que te compres algo lindo por si cruzas alguna boutique —me guiña un ojo.

— Eres increíble —me echo a reír y beso su mejilla—. ¿Te veo en clase?

Él asiente apretando sus labios. Asiento de vuelta y lo abrazo con fuerza antes de sonreírle cálido y darle la espalda para avanzar. Cedo un par de pasos hasta que escucho su voz detrás de mí.

— ¡Jimin, espera!

— ¿Sí? —pregunto dando una vuelta sobre mi propio eje.

— Tu regalo navideño — Dice él sacando de su bolsillo una pequeña caja verde con un moño azul.

— ¿Otro? —Expando mis ojos—. ¡Gracias, no debías!

— Feliz navidad, adelantada por dos días. Ábrelo.

Lo tomo con una sonrisa y retiro el listón con suma delicadeza. Rasgo el papel de costado para evitar mucho estrago y examino otra cajita color negro que asoma. La abro con calma quedando pasmado frente a él.

— Mierda... wow —El aire se me va por completo tomando aquel collar de plata bañado en oro con un rubí en el centro—. Es bellísimo.

— El rojo te sienta — Sonríe rascándose el cuello—. Decidí comprártelo.

— De verdad te lo agradezco, no quiero imaginar el costo. Cielos, eres muy considerado conmigo.

— No te preocupes por eso. Deseaba esperar a las festividades, pero... vaya. Es inevitable no querer regalarte el mundo entero cuando estoy contigo.

Paso saliva tras ello sintiendo mi corazón retumbar en mis oídos. Se aproxima sujetando mi mentón y me observa con un escrutar intenso.

— Eres muy romántico, Mingyu.

— Tú me pones romántico.

Desciende la vista a mis labios. Comprendo el mensaje. Estiro mi agarre para jalarlo de la nuca y poder besarlo, probando por fin aquellos labios que he tenido tanto a la proximidad y nunca me atreví a degustarlos. El roce es bastante ágil, pero se mantiene dulce. Lo rodeo de a poco con mis brazos y me paro de puntitas para tener mayor comodidad; él desciende sus manos ahora a mi cadera y permite que el beso suba de intensidad. Me pierdo desconectándome del mundo para disfrutar aquel cariñoso, pero apasionado beso que me está brindando.

En parte espero mordidas, gruñidos o cierta brutalidad ruda, pero me cae como un balde de agua fría cuando lo pienso: "oh— oh, no es Yoongi."

Se separa tras unos cortos segundos para verme a los ojos afirmando el agarre sobre mis hombros con una sonrisa afable sosteniendo mi mentón.

— No esperaba que fueras a corresponder —murmura.

— ¿Por qué no lo haría?

— Siento que no te he cortejado lo suficiente.

— Brinda más pasos.

Él sonríe.

— Entonces... Sé mi novio —responde.

Abro mis ojos perplejo ante esto último. Vale, qué ha sido eso.

— ¿Tú novio? — repito en voz baja y en confusión absoluta, me ha tomado desprevenido por completo.

— Sé mi novio — sujeta mis brazos y me pega a su pecho sin dejar de admirarme—. Me gustas mucho Jimin, y yo... creo que también te gusto.

— Me... gustas —respondo, aunque por alguna extraña razón no me siento muy convencido de ello.

— ¿Entonces qué dices? —Sus ojos enternecen tras aquella sonrisa encantadora—. Tú y yo, comiendo pizza una noche, siendo una pareja feliz con muchos lujos.

Suelto una risa liberando la presión que me ha dejado helado. Siento el repentino deseo de correr, mariposas en el estómago, una enorme confusión y vacío. Esto es extraño. Me gusta la atención que me cede, el cuidado, sí, me fascina, él es lindo, es atractivo sentirse así de deseado, pero una parte de mí se niega rotundamente a esto. ¿Qué ocurre conmigo?

— ¿Aunque no estemos enamorados? —inquiero.

— Tendremos tiempo de sobra para estarlo. Seamos algo formal, bonito —acaricia mi mejilla—. Permíteme enamorarme y enamorarte en el proceso, me gustas lo suficiente para saber que de verdad voy a amarte. Desde el primer momento lo supe. Te quería conmigo.

Mi corazón retumba acelerado.

— ¿Desde el primer momento? —repito con un sutil brillo en los ojos.

— Apenas te vi cruzar aquella puerta supe que anhelaba todo contigo. ¿Me concederías el honor de estar a tu lado?

Paso saliva, pero la verdad es que eso ha sido demasiado lindo. Y él es tan atento. De verdad le gusto, no necesito analizar en demasía, es que se nota. Dios santo.

— Nada me haría más feliz, Mingyu.

Él no parece creerlo hasta que la realidad poco a poco la cae sobre los hombros. Sonríe tan grande que mi pecho se oprime y me abraza con fuerza antes de plantar otro beso cargado de euforia y esperanza en mis labios. Apenas puedo respirar debido al acto, pero es encantador.

— ¡Increíble! ¡Realmente accediste a ser mi pareja! —exclama llevándose una mano al rostro—. ¡No puedo creerlo!

— Pues comienza a hacerlo — Muerdo mis labios—. Novio.

Volvemos a unir nuestros labios entre pequeñas risas. Él me carga, vuelve a abrazarme conforme yo cierro mis ojos y me permito liberar un suspiro cargado de calma y sutil emoción.

Parece ser el inicio de brindarme una segunda oportunidad.






.





.





El festejo se prolonga, De hecho Mingyu me lleva hasta su casa donde pasamos una parte de la noche allí. Insiste en que me quede a dormir, pero debido a que debo regresar a finalizar unos deberes me es imposible. En todo caso, le permito pedirme el taxi. Me acompaña abajo y hasta que no cierra la puerta, no me quita los ojos encima. Me indica que le avise cuando llegue, a lo cuál asiento.

No obstante le pido al conductor que se detenga cerca de la pasarela navideña. Me gustaría recorrer un momento el entorno a solas antes de dirigirme a casa que está cerca, pero necesito pensar un momento a solas. Caminar me relaja, me despeja la mente, sin duda debía tomar decisiones importantes a partir de ahora.

Pareja. Nunca he tenido una pareja formal, había salido con varios chicos a cenar, pasear, pero jamás les había permitido cruzar una brecha más allá. No era suficiente, no me demostraban lo suficiente o algo fallaba. Eso sin comentar la incomodidad que me generaba el contacto físico cuando era repentino.

Mingyu. Es lindo. Me siento cómodo con él, me comprende, me escucha, es guapo. Claro, es atractivo, por supuesto que me atrae, pero siento que falta algo. ¿Qué es? ¿Mayor acción?

— Medianoche... —murmuro viendo la hora en mi celular—. Debería llegar pronto.

Sigo avanzando perdido en mi propia filosofía. Unos hombres van paseado y otra chica, ella cruza la vereda con sus audífonos. Palmeo mis bolsillos hasta sentir mis llaves, toso un par de veces y me abrazo a mí mismo debido al frío que comienza a hacer. Debí traer una sudadera en lugar de chaqueta, cielos.

Avanzo más rápido, pero una silueta se detiene en la esquina observándome fijo. Me detengo también al tener un mal presentimiento y volteo detrás, observando a los otros dos hombres de hace un momento detenerse de igual forma. Echo un vistazo de soslayo a la vereda, creo que debería cambiarme. Esto no pinta muy bien al estar tan solo.

Cruzo la calle veloz y tomo otro camino, pero aún me persiguen. El pánico incrementa echando a trotar y finalmente a correr cuando el golpe de supervivencia me acelera el pulso y huyo en un afán de perderlos. Siento mi corazón bombear con fuerza en mi pecho, cruzo un bar, pero al ver el letrero de cerrado me introduzco a un callejón con la esperanza de acabar del otro lado. Mala idea un enorme muro se eleva frente a mí.

— Me estás jodiendo... —digo entre dientes.

— Danos todas tus cosas y evitemos problemas —La voz repentina provoca que me sobresalte y observe detrás mío. Los tres hombres me han alcanzado—. Despójate de tu dinero, celular y todo lo que llevas.

Retrocedo de unos pasos. ¿Será posible que pueda brincar aquel muro si tomo buen empuje?

Me encuentro en el punto de calcular la altura, pero un disparo me distrae y provoca que me agache por inercia con el corazón acelerado. Sudo frío.

— No te lo pediré dos veces — Sisea—. Tus cosas.

Deslizo mis manos dentro del pantalón, pero uno de ellos me toma con fuerza de ambos brazos y me levanta para irme a colocar contra la piedra de la pared. Siento mi pecho oprimirse con violencia cuando me examina a través de la tela oscura de su máscara.

— Un niño bonito no debería pasearse solo por la noche — Pellizca mis mejillas haciéndome gruñir y observa a los de atrás—. ¿Lo llevamos?

— Al patrón le gustará, hazlo.

Me tira al suelo e intenta inmovilizarme al momento. Grito y pataleo cuando comienza a liberar una cuerda y veo a otro sacar un paño de su mochila. Empiezo a forcejear tanto como puedo liberando gruñidos, de verdad deseo gritar, pero siento que aquello podría ser peor.

— ¡Quédate quieto! —Espeta el más alto, me abofetea con tal fuerza que el sabor metálico de la sangre no tarde en hacerse presente en mi boca—. Sé un buen chico o nos obligarás a ser malos contigo.

Le escupo en la cara y pateo directo a su entrepierna haciéndole gritar. Los otros hombres me golpean mandándome nuevamente al suelo cuando intento levantarme, pero ahora sí me cedo el tiempo de gritar. Me sacudo y me aferro a la grava sintiendo el raspón que comienza a destrozar las palmas de mis manos, pero me importa una mierda. No. No iré a ningún lado.

— ¡SUÉLTAME! —Grito, otro disparo se escucha.

— Niñato de mierda —El hombre al que escupí se limpia la cara riendo—. ¡Mátenlo y después lo tomaremos!

Me cubro y cierro mis ojos al escuchar el seguro de las pistolas ser destrabadas. Me coloco pecho tierra y me cubro con mis manos la cabeza sintiendo las lágrimas asomar hasta que escucho un par de gritos, golpes y unos fuertes disparos. Me mantengo con la vista fija en la grava escuchando de nuevo aquella arma, y de nuevo, y de nuevo. Jadeos de dolor. Algo crujiendo.

Tiemblo y cierro mis ojos con tal fuerza que duelen. Pierdo noción del tiempo, lo único que deseo es que ya termine, que la maldita bala cruce mi cabeza y terminar, pero el silencio se hace presente. Es asfixiante y mortal.

Escucho unas posadas y me sujetan agresivo del brazo tirando hacia arriba. De inmediato libero un grito y suelto un puñetazo al aire, pero mi mano es agarrada en el proceso. Siento mi alma irse al suelo y las lágrimas subir a mis ojos. No estoy soñando. ¿Sí? No. ¿Pero qué mierda?

— Yoongi... —susurro quebrado.

Él niega con la cabeza sin expresión alguna y guarda la pistola detrás de su pantalón. Observo con lágrimas en los ojos a los hombres muertos en el suelo en un charco de sangre que se va formando y el salpicadero de sesos que adornan las paredes. Es grotesco, el hedor a sangre me invade las fosas nasales provocándome náuseas.

Me zafo de su agarre, lo abrazo con toda mi fuerza como acto instintivo, lo aferro a mí hundiendo mi rostro en su cuello y por primera vez rompo a llorar. Mi corazón sigue latiendo con fuerza y mi respiración tiembla, pero él se mantiene estático. Le escucho suspirar tras unos segundos y llevar su mano vacilante a mi espalda.

— Debemos irnos —habla.

Niego con la cabeza y ma mantengo aferrado a él. Me separa y me sujeta de ambas mejillas para que lo vea repitiendo lo susodicho. Limpio mis ojos con las mangas de la chaqueta que llevo causando que la zona inferior de mis ojos comience a arder.

— ¿C-cómo...? — Hipeo—. ¿Cómo m-me encontraste?

— Si crees en algo, agradece que estuviese saliendo del bar y escuchara el disparo —Me observa fijo, hay cierta preocupación en su mirar—. Vámonos. Alguien se encargará.

Jalo de mí hasta que llegamos a la Jeep oscura estacionada no muy lejos de allí. Yoongi abre la puerta del copiloto y me mete dentro para después él ingresar y encenderla sin decir ni una palabra.

— Gracias — Es lo único que puedo murmurar observando mis manos que están sangrando.

— No agradezcas —responde arrancando y sin dirigirme la mirada—. Debía hacerlo.

Lo observo sacar su celular que está vibrando. Me encuentro a punto de decir algo, pero me mantengo con la boca abierta y en silencio para no interrumpir.

— Todo bien —Habla el mayor apenas responde—. Gracias por avisarme.

Escucho una voz, pero no identifico de quién pueda ser. Él asiente sin más y cuelga. Trago duro observando el paisaje, aunque va en sentido contrario al que yo voy. Me es inevitable no volver a abrir la boca.

— Yoongi —Aún me encuentro temblando, por ende hay un leve tartamudeo de mi parte—. M-mi casa está por allá.

— Sé dónde queda tu casa, idiota — espeta—. No te llevaré allá, necesitas curarte y descansar. ¿Crees que te dejaré allí solo? Tu madre aún no llega.

— ¿Cómo sabes eso?

— No te incumbe. Avisa que te quedarás con alguien a dormir.

Aquella calidez me recorre.

— ¿A d-dónde iremos? — Pregunto de nuevo.

— A mi departamento —contesta simple.

— ¿Tienes departamento?

— Desde que regresamos del viaje, pocos días después conseguí uno —explica sin voltear a verme—. Mi progenitora y yo nunca hemos tenido una relación precisamente buena, así que me estoy mudando. Aún voy a la casa porque faltan cosas, pero al menos ya tengo un espacio personal.

Me limito a contestar y desciendo la mirada a mis manos. Me siento tranquilo y extrañamente seguro estando junto a él, es inevitable. Muerdo mis labios y deposito mi mano en su brazo aunque lo manche de sangre, pero necesito sentir que está allí. A decir verdad espero que se tense o retire la mano, pero no hace ni una ni otra.

Observa mi agarre antes de dirigir la mirada a mis ojos de forma breve, vuelve la vista al camino y deja una mano al volante para bajar la otra. Inesperadamente coloca su mano libre sobre la mía y me cede un apretón.

Siento mi corazón latir con mayor rapidez y desvío la mirada avergonzado. Es sorpresivo, nos quedamos sujetados de la mano en silencio todo el trayecto. Él no dice nada al respecto, pero sé que piensa lo mismo que yo.

Estamos jodidos el uno sin el otro.











.

















.

Toca maratón.

BLOODYPARKDROG

Đọc tiếp

Bạn Cũng Sẽ Thích

39.4K 6.9K 17
"NamJoon y SeokJin habían querido vivir un amor para siempre, tal y como la leyenda del puente decía, y el primero pensó que de esa forma, lo lograrí...
21.7K 2.5K 43
❀-Esta novela no me pertenece. ❀-Entra a la información para saber mas de la novela. o(〃^▽^〃)o
178K 15K 35
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
495 61 1
Esta historia tiene sus años y sé que hay errores, está en ti si quieres leerla. Relato parte de la antología "El amor en tiempos de fanfics" del pe...