Me paseo por los pasillos repletos de estudiantes buscando a Jungkook con la mirada ya que no aparece por ningún lado. Saco el celular de mi bolsillo para revisar la hora, pero aún es bastante temprano. Quizá se le ha hecho tarde... aunque es inevitable no percatarme que estos últimos días su actitud ha sido bastante extraña.
Distante, distraído, no lo sé. Tengo la impresión de que me está ocultando algo y dudo que presionarlo para que abra la boca sea oportuno. Al fin y al cabo yo tampoco estoy siendo sincero con su persona, ¿pero qué iba a decirle?
"Oye Jungkook, me volví algo así como el esclavo de Yoongi porque me fascina que mutile mi cuerpo mientras me estimula y me resulta atractiva la forma en la cuál comete locuras con tal de tenerme cerca. Además, aquella enfermiza sensación de sentirme importante me es fructífero y adictivo. Espero no sea extraño para ti y sigamos siendo los mejores amigos de siempre".
Por favor. Lo primero que haría sería buscar un centro psiquiátrico en el cuál encerrarme, o peor aún, le diría a mi madre. Y si llega a saber del contrato sería un desastre y bueno, debido a las pautas, tampoco es como si pudiese arriesgarme a abrir la boca. Mi única compañía fiel eran mis pensamientos intrusivos a partir de ahora.
Ingreso al aula de idiomas en silencio dejando caer mi mochila en la segunda fila, tomo asiento y me apuro para finalizar los deberes pendientes. Siendo franco me era un absoluto dolor de huevos realizarlos los fines de semana y aún así obtenía excelentes notas. Cosa de lindos, supongo.
Suspiro examinando los documentos repletos de fechas e imágenes. Me sentía incapaz de responder a las seis preguntas que si bien eran bastante sencillas, el bloqueo mental me impide concentrarme. Dios Santo, siquiera sabía qué día era hoy.
— Hey.
Elevo la vista observando a Jungkook a mi costado con... ¿Taehyung? ¿Qué hacía mi mejor amigo sujetando del brazo al pelirrojo?
— Eh... — Mi tono delata mi confusión—. ¿Buenos días?
— D-deseaba informarte que Taehyung y yo pudimos arreglar las cosas en la fiesta — Jungkook sigue prensado al mayor, ¿acaba de tartamudear? —. Y... b-bueno...
— Decidimos venir juntos a comentártelo — Kim Taehyung ahora toma la palabra a lo que respondo elevando una ceja. ¿Ah sí?— Para que no sea extraño para ti, ya sabes.
— Vale... —Sinceramente no sé cómo reaccionar—. Agradezco el aviso, supongo que me tomará tiempo digerirlo, pero si ustedes están bien, todo bien.
El mayor se aleja con una afable sonrisa y Jungkook se coloca al lado mío con ligero nerviosismo conforme saca sus cuadernos. Bien, ahora me queda claro que no diría nada más, así que me limito a apretar los labios e ignorar la molestia creciente. ¿Por qué hasta ahora me lo dice? ¿Por eso su actitud extraña? Bah, en fin, no soy quién para juzgar.
El resto de estudiantes ingresa conforme los minutos transcurren cediéndome el tiempo de finalizar los ejercicios de este día. Observo a la puerta con la mejilla pegada a la superficie de la mesa hasta que Min Yoongi ingresa con los audífonos puestos. Me incorporo de inmediato siguiéndolo con la mirada hasta que se detiene junto Taehyung, quien no levanta la mirada ni lo saluda. Curioso, Taehyung tiende a ponerse como un cachorro a punto de recibir su premio apenas Yoongi hace acto de presencia.
El chico de cabello oscuro deposita sus cosas a un costado y fija la vista en mí. Regreso la vista al frente sintiendo mi corazón latir con fuerza; esa manera de escrutarme tan intensa siempre me pone los pelos de punta, casi puedo sentir cómo me arranca la ropa con la mirada y me folla doscientas veces en su mente. No iba a mentir, resultaba escalofriante y excitante al mismo tiempo.
— Chicos — La señorita Blanche se asoma—. Nos trasladaremos a la biblioteca ya que haremos uso de las computadores. Bajen, por favor.
El cuchicheo se eleva conforme todos sujetan sus cosas. Yo me aferro a las mías y salgo con mi mejor amigo sintiendo la intensa mirada de Yoongi detrás mío.
— Formen parejas — La profesora nos observa con notable seriedad cuando llegamos—. Les entregaré los documentos en un momento.
Me volteo para dirigirme a Jungkook, pero siento que tiran de mí. Observo cómo Yoongi me sujeta, sentándome brusco frente a una computadora y poco después él arrima una silla para colocarse junto a mí sin decir ni una sola palabra.
Busco a Jungkook con la mirada y cuando esto ocurre puedo percibir confusión en sus ojos. Niego con sutileza expandiendo mis ojos, apenas realizando un movimiento de hombros en el proceso. Él suspira y se deja guiar por Taehyung quien se acerca a susurrarle algo al oído poco después. El silencio me pone la piel de gallina y el sudor alcanza mis manos.
— ¿Emocionado por el viaje? — Finalmente pregunta el mayor conforme enciende la computadora.
La señorita Blanche se encuentra detrás nuestro distribuyendo las documentos y pidiendo que ingresemos al link correspondiente para responder a las preguntas. Me remuevo en la silla frotando mi lagrimal rogando que esta conversación no la escuche nadie.
— Eso creo —respondo una vez tengo los documentos en mano, colocándolos entre ambos.
— Gracias —Me dice sujetando el papel que analiza en silencio—. ¿Ya decidiste qué haremos?
Paso saliva tras aquel cuestionamiento y siento mis mejillas cosquillear al igual que toda mi anatomía. Para terminar de joder mi autocontrol Yoongi me examina con una intensidad enigmática.
— A-aún no —balbuceo y maldiciendo en mi cabeza por ello. Dirijo la vista a él para enfrentarlo y él esboza una sonrisa en respuesta—. ¿Tú tienes alguna idea?
— Podemos realizar uno de nuestros pequeños juegos —susurra acortando nuestras distancias, me tenso al instante al sentir nuestras piernas chocar. ¿Cómo era capaz de provocarme de ese modo?—. Tenemos varios que me gustaría perfeccionar.
— ¿Sí? — Enfrento descendiendo la mirada a sus labios. Mordaz, ¿cómo puede tener una boca tan linda y peligrosa?
— ¿Recuerdas el juego del venado? —La crueldad en sus palabras provoca que expanda mis ojos asustado y me eche hacia atrás, aunque afirma el agarre en mi brazo para impedir aquello. Gruño en respuesta procurando zafarme, pero no tiene pensado soltarme—. Tengo un concepto más divertido para que lo disfrutemos ambos.
— ¿Qué concepto?
— No pierdan tiempo, por favor —interrumpe la profesora.
Tomo los documentos con la diestra focalizando mi atención allí. Ingreso al link realizando los pasos y leyendo el texto que brinca en la pestaña. Yoongi mantiene su foco de atención en mí, es divertido, ¿pero no se cansará?
— Hum... —Sin duda el francés no es lo mío—. ¿Entiendes de qué va el texto?
— Viví en Francia un tiempo, me preocuparía si no.
— De acuerdo —Ruedo los ojos—. Gracias por la ayuda.
Resoplo y mis garzos se posan en aquellas exóticas palabras las cuáles me tomo el tiempo en leer. Siendo franco cada vez me resulta más difícil mantener un control estando con Yoongi, mi mente me sabotea con escenarios morbosos y mi cuerpo responde traicionando mi cordura. Solo basta verlo o pensarlo para estremecer mi cuerpo, es como un toque eléctrico difícil de explicar que únicamente él provoca.
Focalizo mi atención en el segundo párrafo sintiendo la cálida respiración de Yoongi acariciar mi cuello. Mi sangre se vuelve hielo al igual que todo mi cuerpo, estremeciéndome violento al sentir su mano reposar en mi rodilla a la par que expande sus dedos como si se tratase de una araña. Muerdo el interior de mi mejilla cuando mi pierna zumba.
No, no, no por favor no me hagas esto.
— Min —Hago todo lo posible para que mi voz no tiemble—. Necesito concentrarme.
— ¿Mh? —Siento su sonrisa acariciar mi cuello amenazando con quebrar mi control.
— Yoongi basta, pueden vernos —Echo mi hombro hacia atrás en un intento por apartarlo.
Una risa cínica brota prófuga de aquellos labios, volviendo a acortar nuestra distancia. Pretende leer a la proximidad, pero su presencia me paraliza y asfixia por completo. Cualquier acto que realiza de a poco se convierte en una droga para mí, el poder que ejerce sobre mi mente y cuerpo es inquietante. Aunque más me preocupa el hecho de disfrutarlo y sentirme protagonista de un libro juvenil.
— Creo que comienzo a tener un par de ideas para realizar contigo —murmura ejerciendo un suave apretón sobre mi muslo.
Respira Jimin, respira.
Pretendo ignorarlo con la vista pasmada en el texto, aferrando mi atención absoluta a la palabra "folie". En definitiva no hay escapatoria, mi respiración se vuelve pesada dejándome seducir en quietud por la imaginación.
— Sé que me prestas atención, muñeco —ronronea provocando que muerda mi mejilla interna para no sonreír.
Tomo una profunda respiración y exhalo con lento para controlar en la mayor medida posible las reacciones de mi cuerpo. Me siento como un pobre ciervo a punto de ser cazado por una pantera.
— Me encantaría despedazar tu bonita ropa con mis dientes —Disminuye el tono de voz provocando que la ronquez natural de su voz me golpee como un tren en descontrol contra mi cabeza—. Te haría mío noches enteras, hundiéndome con tanta fuerza que no te dejaría ir.
Desciendo la mirada ahora respirando por la boca; aquellas palabras comienzan a generar efectos contraproducentes en mi cuerpo. Él ladea la cabeza para seguirme con la mirada y así no pudiese escapar de su vocabulario tan directo.
— Necesito tenerte completamente desnudo... — Prosigue, ascendiendo su zurda por mi muslo con calma—. Quiero que grites mi nombre y me supliques que me detenga, quiero ver el dolor y el placer en tus lindos garzos, enterrar filos por toda tu piel y lamer la sangre que brote de tus heridas —Su respiración aumenta provocando que crispe mis músculos en respuesta—. Tu sangre es tan dulce, Jimin — Su toque se vuelve dominante y eléctrico, es todo un reto para mí no jadear—. Deseo lamer cada rincón de tu apolíneo cuerpo, tomarte noches enteras, escucharte gritar, gemir... Necesito morderte, comerte, arrancar pedazos de ti y alimentarme.
— ¡D-detente! —siseo al sentir mi erección despertar, mi cuerpo tiembla frenético y él no hace más que reír entre dientes—. Yoongi, ya basta.
— Min y Park —Llama la señorita Blanche—. Dejen de hablar y presten atención.
Mi cuerpo se contrae cuando Yoongi toma distancia, resintiendo aquello como si me hubiesen arrancado un pedazo de alma. Pese a todo, ayuda a que mi respiración se regule y el calor entre mis piernas disminuya.
Lo que me hace sonreír satisfecho y es inclusive irónico, es percatarme que el aterrador azabache también sufre un problema similar al mío entre las piernas. Me come vivo con la mirada y sus ojos desbordan un deseo incontrolable que taladra mi cabeza como una preciosa pesadilla.
Y lo peor es que tenía la corazonada que en cualquier momento mi realidad se convertiría en una.
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— ¿Qué ha sido eso? —Jungkook me asalta con preguntas apenas nos dirigimos a la salida. Vaya, parece que mi intento por huir tomando un atajo no resultó.
— ¿De qué hablas? —cuestiono sin detener la caminata.
Sujeta mi brazo para detenerme y tira de mí. Mis ojos se cruzan con los suyos que me escrutan con repentina molestia.
— Yoongi y tú —prosigue—. ¿Es por el proyecto de lengua que tienen juntos?
¿Proyecto de lengua?
¿De dónde había sacado eso? Jungkook no se inventaría algo así, ¿Taehyung se lo habría inventando para cubrirle las espaldas? Ah, hablando de Taehyung...
— ¿Qué ocurrió en esa fiesta? —Prefiero atacar su pregunta con otra, sus orbes denotan sorpresa—. Taehyung y tú. Pudiste enviarme un mensaje para avisarme.
— Preferí esperar a decírtelo cara a cara. Por lo menos yo no tengo pensado ocultarte cosas.
¿Eso fue un comentario pasivo-agresivo?
— Ya —Observo a otro lado—. ¿Quién te dijo lo del proyecto?
— Yoongi —Por un momento vacila—. Eh... en la fiesta cruzamos un par de palabras.
— ¿Estuvo en la fiesta?
— No. S-sí, eh... n-no en toda —Mi mejor amigo entorpece con las palabras sacudiendo la cabeza, yo enarco una ceja—. Ese no es el punto, ¿por qué no me avisaste?
— Porque aún estoy tratando de procesar lo que ocurre. Desde que regresó no ha hecho nada extraño, no deseaba preocuparte sin motivo aparente. Supongo que le estoy cediendo un voto de confianza así como tú a Taehyung —elevo los hombros con calma—. Aunque yo me estoy juntando con Yoongi debido a motivos fuera de mi control.
— ¿Qué insinúas?
— Pudiste no brindarle una oportunidad, no entiendo la necesidad por mucho que te guste.
Jungkook aprieta sus labios y retira sus ojos de los míos; puedo notar visible incomodidad en su rostro, pero ya, estaba celoso, lo admitía. Fue un mal trago para mí que estuviese en un lugar sin mí y ahora se junte Taehyung como si nada, ¿qué le pasa?
— ¿Volverán a ser mejores amigos? —interrogo y él vuelve la vista a mí como si no pudiese creer lo que escucha—. Creo que tengo derecho a preguntar algo así.
— Jimin, por Dios —Él se ríe, pero yo no hallo la gracia—. Tú eres mi mejor amigo, él solo... —Veo que batalla por encontrar las respuestas adecuadas—. No sé. Me confesó que le gustaba también.
— ¿Te dijo eso?
— Que lo negó mucho tiempo, ajá. Si llegase a avanzar con él, que aún estoy en duda, ni por asomo sería en cuestiones de amistad. Tú eres mi hermano, mi mejor amigo, no es un lugar que simplemente cualquiera pueda aparecer y arrebatar.
Cabeceo no muy convencido. Albergo inquietudes y espero que él se percate de ellas; y por fortuna, lo hace. Sujeta mi mano entrelazando nuestros dedos y me pega a él para abrazarme con fuerza a la par que balancea nuestros cuerpos al compás. Me refugio en su calor sintiéndome mucho mejor tras aquel acto.
— Eres un celoso —murmura contra mi piel a lo que yo ruedo los ojos, pero termino por reír—. Pero eres mi celoso, nunca dudes de la importancia que tienes en mi vida, Jimin. Perdóname por no haber hablado contigo antes.
— Y yo lamento no haberte comentado lo de Yoongi —respondo, y lamento tener que seguir ocultándote cosas—. Si ocurre algo, siempre que esté en mis capacidades de comentártelo, te lo diré.
Jungkook se separa y me observa extrañado por aquel comentario.
— ¿Por qué algo no estaría en tus capacidades de comentármelo? —inquiere.
Debido a un contrato cuestionable, por supuesto.
— Si estoy muerto será complicado —elevo ambas cejas y él me cede un suave golpe en la cabeza—. Auch.
— Tonto.
Pasa su brazo tras mi cuello y me pega a sí para encaminarnos juntos a nuestro destino, aunque me es inevitable no sentirme miserable en este momento.
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Por fin más escenas de esta trastornada amistad.
BLOODYPARKDROG.