πƒπ‘πŽπ–π | Joe Goldberg

By valwritter

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πŸ”ͺ ━━━ ❝ ΒΏSerias de esos amigos que te ayudan a cavar una tumba, o serias de los que llaman a la policΓ­a? ❞ οΏ½... More

𝗣π—₯π—˜π—¦π—˜π—‘π—§π—”π—–π—œπ—’Μπ—‘ 𝗬 π—£π—˜π—₯π—¦π—’π—‘π—”π—π—˜π—¦
π—šπ—₯π—”Μπ—™π—œπ—–π—’π—¦
01. Viaje a Nueva York.
02. TΓ­a Magi.
03. Mooney's.
04. Nueva vida.
05. Bar.
06. Consuelo.
07. PΓ­e de frambuesa.
08. Amistad.
09. CremaciΓ³n.
10. La llamada.
11. Visita inesperada.
12. Primer dΓ­a.
13. Ethan Moore.
14. Acosador.
15. La apuesta.
16. Por poco.
17. La fiesta de Peach.
18. El plan de Beck.
19. Los recuerdos de Ethan.
20. ΒΏSalida?
21. Entrevista.
22. Almuerzo.
23. TLP.
24. Abre la puerta.
25. Suicidio.
26. Discuta familiar.
27. MantΓ©n a tus enemigos cerca.
28. Roger Steven.
29. La laptop de Peach.
30. Ella ganΓ³.
31. Ataque en Central Park.
32. Cementerio.
33. Viaje a ParΓ­s.
34. El plan de Peach.
35. El beso.
36. TΓ­a Magi al rescate.
37. El novio perfecto.
38. Doctor Nicky.
39. Dulce o truco.
40. El cumpleaΓ±os de Beck.
41. Las notas de Nicky.
42. La noche de Halloween.
43. Sentimientos encontrados.
44. ΒΏQue hay de mi?
45. Culpa.
46. Leonard Drake.
47. Anavrin.
48. Celos.
49. Enfrentamiento.
50. La fiesta de Ethan y Bythe.
51. Tenia que hacerlo.
52. Tenemos que hablar.
53. Verdades.
54. No tenΓ­a elecciΓ³n.
55. Solo tΓΊ.
56. Fin del rompecabezas.
𝗣π—₯π—˜π—¦π—˜π—‘π—§π—”π—–π—œπ—’Μπ—‘ 𝗬 π—‘π—¨π—˜π—©π—’π—¦ π—£π—˜π—₯π—¦π—’π—‘π—”π—π—˜π—¦
58. Camino a Los Ángeles.
59. CelebraciΓ³n.
60. Una triste noticia.
61. Mi vida despues de ti.
62. TEPT.
63. Will.
64. Candace.
65. Henderson.
66. ConfesiΓ³n.
68. Estar enamorado.
69. DecepciΓ³n.

67. Funeral.

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By valwritter

( Ahora eres libre. )





Narra Narradora

La mayoría de Los Ángeles conocía a Henderson, era un buen hombre. Hacía caridad cuando podía, ayudaba a las mujeres que sufrían abuso en la calle. Tal vez para hacerse sentir mejor así mismo, había ocasionado mucho daño que así era su forma de perdonarse.

Ahora se encontraban en el cementerio, muchas personas se encontraban afuera mientras observaban como un pequeño grupo estaba ahí. Los más cercanos y los que pudieron entrar.

Forty estaba ahí, al lado de Candace. Oh si, se nos olvidaba decir que Candace había logrado localizar a Joe gracias a publicaciones en Instagram de Henderson, quien diría que ahora estaba muerto. Y no solo eso, ahí estaba Sydney Harper y Love Quinn, las presas de Joe Goldberg.

Su reencuentro no fue muy agradable que digamos, en la fiesta de renovación de votos de los padre de Love si eran específicos.

Ella había estado para consolar a Forty cuando se enteró de su muerte. Quería desmentir a Joe ahora con su nueva identidad de Will pero no era la ocasión. Debía guardar apariencias, llegó a Los Ángeles para salvar a Sydney pero ahora se daba cuenta que estaba equivocada, en cierto punto, Joe sabía su naturaleza, ella misma se lo dijo. Lo mismo que le pasó a Beck, lo que le pasó a ella le pasaría a Sydney. Pero con ella era diferente, no era el mismo patrón. Se notaba o que ella se había alejado por su bien, o que el mismo Joe la hubiera alejado. Había visto fotografías, había buscado todo lo relacionado a ellos dos. Y se miraban inseparables.

¿Que había diferente en Sydney Harper?

Patrullas estaban afuera cuidando que no hubiera un escándalo, además de apoyar a su compañero en su luto.

Joe vio a lo lejos como Sydney estaba al frente junto con Leonard. Había logrado pasar gracias a Forty, el por su parte estaba con Love. Trago saliva algo nervioso, no sabía si Sydney ya sabía sobre su relación. Ya no había tenido una interacción después de un tiempo, no sabía cómo tomaría la noticia. ¿Le importara? ¿Le reclamara? Pero su atención estaban en los pequeños detalles que hacía la castaña sobre el policía.

El tiempo pasó, ya era la hora.

—Muchas gracias a todas las personas que están aquí, no es fácil para mí despedirme de mi hermano. Fue un gran hombre, siempre de pequeño me cuidaba de los bravucones, incluso de los golpes de mi padre. Incluso ahora, escucho todas las anécdotas de las personas que están aquí, por qué lo conocían. Mi hermano ayudó de alguna manera a cada uno de ustedes, ya sea con hacerles feliz un día, dándoles un consejo. O simplemente estar ahí... Mi relación con él nunca fue buena, tuvimos altibajos como cualquier familia. Incluso ahora, después de no hablar por ya unos años, decidimos que era lo mejor arreglarlo. Y me quedaré con ese recuerdo, me quedaré con la versión de ese hermano bondadoso. Nunca sabremos porque pasó lo que pasó pero donde sea que esté, espero que descanse en paz.

Sin más Leonard se alejó, con lágrimas en los ojos lanzó unas flores en el ataúd.

La mayoría de las personas se encontraban llorando, otros simplemente estaban en silencio. Otro grupo tomaba fotos, no tenían consideración. Mientras que otras personas estaban ahí, simplemente observando. Delilah era el vivo ejemplo de ser una víctima y ver como adoraban a su abusador. Ellie también estaba ahí, al lado de Sydney. Se miraba devastada, había pasado con el su cumpleaños. No podía creer que en tan poco tiempo él estuviera muerto.

Fue cuando Sydney levantó la mirada, encontrándose con Joe. Sus miradas se cruzaron, habían muchos sentimientos. Leonard sin previo aviso la abrazó, sin apartar sus miradas. El ojiazul estaba dando la espalda, se sentía acogido en los brazos de Sydney. Era su apoyo después de todo.

—Will... —Love le tocó el hombro, llamando su atención pero se había percatado de esas miradas.

¿Acaso ellos dos se conocían?

—Lo siento, ¿Me decías? —Volteó a verla, tomándola entre sus brazos, quería que Sydney también lo viera.

Pero Sydney simplemente siguió a Leonard, estaba recibiendo apoyo por todas partes. Muchos fans, amigos, familiares. Incluso Mark estaba ahí para apoyar al oficial después de todo, lo había acogido como su familia.

Pero entre la multitud, Sydney ignoró todo a su alrededor. Paralizándose.

—¿Ethan...? —Susurró, sintiendo como su cuerpo temblaba, su padre se percató y la tomó entre sus brazos.

—¿Qué sucede? —Vio hacia su dirección, preocupado.

—Quiero irme... No quiero estar aquí, tengo que salir de aquí. —Niega varias veces, tenía miedo.

No tenía miedo de Joe, tenía miedo de lo que podía sentir con Ethan. Después de todo lo que pasó, no hizo nada. No lo demandó, simplemente habían cosas que debía dejar así. Estaba contra la espada y la pared, así que le pidió que se alejara.

Mark al ver la preocupación de su hija, entendió que algo malo había visto. Fue cuando también vio como a lo lejos estaba Love al lado de Joe. Sabía que podía hacer eso pero no era para que su hija estuviera pálida y helada, estaba aterrada. No lastimada, realmente tenía miedo. Se disculparon con Leonard, desearían estar más tiempo pero Sydney estaba entrando en un transe.

—¿Que habrá sucedido? —Preguntó Love al ver cómo Sydney se iba del lugar.

Candace vio también lo mismo, cruzándose de brazos. Tenía que hacer algo hoy mismo, tenía ciertas sospechas de lo sucedido. Siempre que estabas al lado de Joe, surgía el efecto Goldberg, desapareces, entras a prisión o mueres. Ahora mismo después de todo el caos que dejó en Nueva York hasta ahora estaban buscando a Benji, el caso de Peach por arte de magia había dejado el caso como terminado. Pero lo que tenían en común esas personas, es que conocían a Joe.

—Debo regresar a la tienda... —Dijo Love mientras miraba a sus amigos—. ¿Nos miramos más tarde?

Joe asintio, dándole un beso en los labios pero sintiéndose observado.

—Claro, te lobo. —Está sonrió, marchándose del lugar.

Siguió buscando con la mirada a la persona que lo estuviera viendo pero no había señales. Candace ya se había ido junto con Forty, Delilah igual estaba con Ellie al lado de Leonard. No había nadie que lo amenazara para sentir esa mirada.

—Es mejor irme. —Fue hasta su auto, tener que arreglar algunas cosas.

Sydney por su parte se encontraba con su padre en la casa al lado de Lizzy, ella no sabía todo lo que había pasado. Solo lo que había salido a la luz acerca de Ethan, por lo cual no se enteró de lo que tuvo que hacer y del destino de Andrew. Lo habían tomado por muerto después de su desaparición, todos sus conocidos sabían que estaba metido en cosas turbias, lo cual no sorprendió a nadie cuando no apareció.

—¿Me puedes decir qué sucedió allá?

—Creo que vi a Ethan... —Susurró asustada.

—¿Estás segura? —Asintió—. Ese maldito no se saldrá con la suya. Haré lo necesario para encontrarlo.

—Tranquilos, no mato a nadie. —Lizzy trató de calmarlos pero en sus rostros se dio cuenta que le ocultaban la verdad.

Sydney vio a su padre, ella no entendía la gravedad de lo que había pasado. No lo soportaría, además que tal vez los delate con la policía. No podían arriesgarse, aún que no dijera nada. Era mejor que no supiera y tuviera ese peso en sus hombros. No era algo fácil de sobrellevar pero Lizzy entendería por todo el proceso que había vivido su hermana.

Su dolor.

—Ethan mató a Andrew. —Mark lo dijo, eran una familia y no le gustaba que su hija pequeña defendiera a ese hombre—. Es mejor que sepas la verdad.

—¿Qué? Dios, no... —Niega—. No es cierto.

—Lizzy. —Sydney tomó las manos de su hermana, quería explicarle con más detalles.

—Ethan estaba obsesionado con tu hermana, él fue el causante de tanto dolor en su vida. El acosador fue el todo este tiempo. La bala, las cartas. Todo.

—¿Por eso regresaste...?

—Ethan asesino a Andrew enfrente de mi, el estaba encima de mí y con tal de protegerme Ethan le cortó la garganta, Joe estuvo ahí, el... Me ayudó en todo ese proceso.

Lizzy impactada sintió como tenía ganas de vomitar, esperaba todo menos esa verdad.

—Hay cosas que deberás afrentar en esta vida, Elizabeth. Las cosas cambian y ahora que estás sana, te darás cuenta. Sydney ya lo vivió. Ahora te toca a ti.

Sus ojos estaban demasiado abiertos, no pestañeaba. Creía que era una broma, un chiste, una mala broma.

—Ahora todo tiene sentido.

Entendía por qué lloraba todas las noches, como no comía, como no salía. La chispa de su hermana se había ido por un tiempo, ahora estaba regresando poco a poco. Una parte de ella se había perdido pero estaba renaciendo una nueva versión. Una nueva Sydney gracias a Leonard.

—Solo confía, todo estará bien. —Sydney sonrió, no quería que Lizzy salga lastimada.

—Lo siento tanto, yo no sabía por lo que estabas pasando, fui inmadura. Ahora lo siento. —Ambas hermana se abrazaron, arrepentidas.

Ahora que lo habían soltado todo, ya era hora que Sydney regresara a su casa. Tomó sus cosas y fue hasta su auto. Tenía muchos mensajes, además de hacer trabajo. En su camino solo miraba a la gente pasar, unos sonreían, otros venían tomados de la mano mientras otros solo estaban existiendo, cuando llegó a su casa y se estacionó, se dio cuenta que había alguien esperándola ahí.

—¿Ellie? —Bajo de su auto, viendo a la adolescente sentada en la entrada de su casa.

No dijo nada, solo se levantó del suelo, viéndola sin decir ni una sola palabra.

Sydney entendiendo la situación fue hasta ella, tomándola entre sus brazos y abrazarla. Era solo una niña buscando su manera de pedir ayuda, entendía que ella nunca le pediría que la abrazara, la entendía a su manera.

—¿Por qué tuvo que pasar esto? No es justo, yo lo quería. Estuvimos con él...

—Pasará...

Fue lo único que dijo, siendo un antes y después pero Ellie. Separándose de la castaña y observarla, el dolor, el sentimiento se irá algún día.

La noche cayó en Los Ángeles, el día había estado nublado. Las personas siguieron con su vida, otros seguían sufriendo por la pérdida mientras otros celebraban su caída. Mientras tanto Candace se estaban adentrando en la casa de Joe, había encontrado la manera de entrar en la casa gracias a dejar la ventana abierta hace unos días gracias a Delilah, sin esperarse encontrarse con Love esperándola en la puerta.

Estaba cruzada de brazos viendo hacia la ventana.

—Oh vaya, que sorpresa.

—No es lo que esperas.

—¿En serio? Ilumíname. Dime que debo de pensar ver la novia de mi hermano entrar en la casa de Will.

—Su nombre no es Will... —Suspira, levantando las manos en forma de paz.

—Mentiras.

—Es cierto. Mi verdadero nombre es Candace, el de no es Will. Se llama Joe Goldberg y te está ocultando un gran secreto.

—¿Por qué debería creer en tu palabra? —Love estaba lastimada, esperaba todo menos eso.

La pelirroja de su bolsillo sacó una foto, entregándosela. Love con cuidado la tomó, viendo la fotografía de ellos dos cuando eran pareja.

—Vine aquí para cuidar de Sydney pero veo que ahora está obsesionado contigo.

—¿Sydney? ¿Sydney Harper? —Asintió—. Que tiene que ver ella en todo esto.

—Ella tiene que ver en todo esto.

—¿Te sorprende que el hermano del oficial leonard apareciera muerto? El mismo oficial que está saliendo con Sydney. —Pausa, buscando en su celular fotografías—. Es ella con Joe, nunca me imaginé que la "amara" tanto para alejarla de sus atrocidades. Lo que hizo conmigo, lo que dije en la renovación de votos de tu padre, fue real. Fue Joe, el trato de matarme.

Love se quedó en silencio, no sabía qué decir. Simplemente escuchaba lo que decía Candace. Ya no sabía cómo llamarla o a Joe, además del hecho que la utilizó para olvidar a Sydney. No sabía que era lo que más le dolía, si el hecho de que le ocultara algo como eso, o Sydney. Rabia, enojo, dolor era lo único que sentía.

No quería volver a ver nunca más a Candace Stone.

En el fondo de su corazón, Will había muerto. No quedaba nadie más que velar, su corazón dolía, era mucho que procesar y solo vio ir como Candace se iba de sus vidas. No importaba el precio, quería lo mejor para su hermano. Los había utilizado a todos, incluso Sydney, la mujer por la cual habían empezado a hablar nuevamente. ¿Por qué? Ella lo sabía y no dijo nada. ¿Candace tenía razón? ¿Joe había matado a Henderson?

Ahora entendía por qué Will le decía que no confiara en él, que confiara en sus instintos.

A pesar del dolor que sentía, preparó unos pasteles para la llegada de Will. O joe, ya ni sabía cómo llamarlo. Se limitó a esperarlo hasta que escuchó como unas llaves se acercaban, eran las doce de la noche. Había tomado su tiempo.

—No esperaba verte. —Este se acercó a la castaña, dándole un pequeño beso.

—Delilah dejó que pasara. —Sonrió, entregándole un pequeño plato con unos postres.

Joe se sentó en la mesa, admirando los pasteles y agradecerle antes de probarlos. Tomo uno entre sus manos y lo degustó, sintiendo como lo que parecía dulce, era sal. Quería comérselo, no quería ser grosero.

—Esto sabe... —Tomó unas servilletas, quería escupirlo.

—¿A mierda? Por supuesto, como todas tus mentiras. Joe.

El mencionado no solo iba a escupir el pastel, si no también por el asombro. Quería fingir que no escucho ese nombre pero al ver la fotografía de Candace con él en la mesa supo que no había vuelta atrás. Debía decir la verdad.

—Quiero que me digas la verdad, si dices una sola mentira me iré de una vez por todas. —Trató de calmarse, llevando sus manos hasta sus piernas—. ¿Tú nombre es Will Bettleheim?

—Mi nombre es Joe, Joe Goldberg.

Love se levantó de la silla, sin creer las palabras que salían de ese hombre. Se sentía estafada de cierta forma.

—Pero cambié mi nombre por Candace, ella está diciendo cosas de mí que no son ciertas. Por eso huí de Nueva York, dejé mi hogar, mi trabajo, mi estabilidad.

—Lo sé, ¡Candace está loca! —Poco a poco se iba derrumbando, sentándose nuevamente en un sillón.

Joe solo siguió sus movimientos, observando cada detalle.

—Ella se fue, le di mucho dinero, pero... ¡Carajo! ¿Algo alguna vez fue real?

—Las mentiras de Candace, quería decirte la verdad pero...

—Al ver tu rostro aterrado, debe de haber algo de verdad en su palabra. —Suspira.

Joe sin más se arrodilló enfrente de ella, tomando sus manos entre las suyas. Joe se encontraba rogando por un poco de su amor, que no se rindiera a lo que estaban formando. No tan fácil, no después de lo que había dejado atrás. Después de dejar ir a Sydney. Quería hacer las cosas bien, no quería volver a caer.

—No sé cómo llamarte... Will, Joe...

—Puedes llamarme como quieras, idiota imbecil, tonto, Will, Joe pero nunca dejes de llamarme. —Love cerró los ojos y solo se dejó llevar por los besos de este.

—Te amo, Joe... —Poco a poco fue zafándose de su agarre—. Y aún que cerremos los ojos, se a quien pretendes que yo sea y eso lo hace más difícil.

De su bolsillo sacó una última verdad a la luz, derrumbando cada capa que había formando Joe. Era él al lado de Sydney.

—¿Tú lo sabías? —Joe sabía a qué se referiría, el daño que había ocasionado a la familia Harper.

Silencio.

—No me hagas decirlo.

Nuevamente silencio.

—Sabías lo que Forty hizo y aún así decidiste entrar en mi familia. —Se limpió las lágrimas—. ¿Hiciste todo esto para vengarte? ¿Solo fue un juego para ti?

—¿Qué? No, por supuesto que no... —Este se adelantó, deteniéndola.

—¿Aún la amas? —Fueron las palabras que no pudo decir, ni él lo sabía.

Love, solo viendo la mirada de Joe no supo que más decir. Rompiéndose un poco más al saber la verdad. Ella siempre fue la mujer que él le mencionó, la carta que quemó a su lado era para ella, ella era por la cual quería ser mejor persona.

Sin más, sintió como Joe se soltaba de ella, alejándose de esa habitación y dejarlo solo en su apartamento.

Joe solo se quedó ahí, parado y dejó ir a la castaña sin decir nada más. No tenía cómo defenderse, cuando se trataba de Sydney algo lo hacía retroceder. No supo decir mentiras, ¿aún la amaba? Por supuesto que lo hacía, no había caído tan bajo por alguien.

Si era culpable de algo, era de haberse rendido tan rápido por ella.

Solo tomó la fotografía de sus manos y suspiró, recordando ese día como si fuera ayer.


FLASHBACK

Sydney estaba saliendo del trabajo, habían entregando notas a sus alumnos y estaba exhausta, no creía que fuera tan cansado pero fue algo nuevo para ella, algunos padres salían furiosos por las notas de sus hijos mientras otros salían orgullosos.

Le pidieron además de las notas de sus hijos, fotografías, joe lo sabía todo ya que estuvo ahí, espero pacientemente mientras miraba como radiaba felicidad.

Cuando todo terminó, cuando se encontró a Joe entre toda la multitud una felicidad la sacudió por todo su cuerpo, casi que corriendo se cruzó la calle para irlo a abrazar. Sus cuerpos chocaron y casi se cayeron, Joe siendo más alto sostuvo la caída y no pudo evitar reír ante tanta felicidad explotando.

Pero no pudo evitar llenarla de besos por toda la cara, manchándose del labial rojo y dejar corrido en ella su maquillaje.

—Estas loco... Te manchaste todo. —Trato de limpiarlo pero negó, no quería que lo limpiara.

Queria que todo Nueva York viera que le pertenecía a Sydney Harper.

FIN DEL FLASHBACK

Ahora se encontraba ahí, solo en el pasillo de su apartamento viendo como la ahora nueva castaña, Sydney dejaba en la entrada de su casa a Ellie quien se miraba que había llorado mucho. Sydney al sentirse observada, se encontró con la mirada de Joe después de mucho tiempo, estuvieron así un minuto, antes de que él pudiera bajar, ella ya se había ido.

No quería saber nada de Joe Goldberg.

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