POV Jack.
Una semana, una semana desde aquel beso con Elsa. Tal vez se preguntaran "¿qué fue lo que paso después?"
Nada, ella salió corriendo y los chicos y yo nos quedamos unos segundos desconcertados pero luego seguimos jugando. Y después dicen que nosotros somos los complicados.
Aunque debo admitir que el beso fue uno de los mejores que he dado, junto a Elsa.
¿Y qué tienen las hermanas Arendelle con salir corriendo? Vuelvo a repetir, y dicen que nosotros somos los complicados.
Estaba junto a Ester, sí, con la chica que me caía mal ya que a los chicos se les ocurrió la gran idea de dejarme pasar un tiempo con ella por que era evidentemente que no me caía para nada bien. Y nadie había hablado durante todo el tiempo.
-Así que... ¿te gusta el pan?
¡¿Ahora entienden por qué digo que no me agrada?! Es una idiota, además me veía como si me proponer a millones de cosas, y ninguna de esas sana, era realmente desesperante.
-Sí. ¿Y a ti?
-Claro... ¿a qué hora pasas por él?
Muy bien, ambos estábamos dejando que la tensión dominara nuestro espacio.
-Ester...
-¿Sí?
-Por favor, deja de decir tonterías.
-Bien. -Se acomodó mejor, como sí aquellas palabras no le hubieran afectado y me miró fijamente, tanto que me daba miedo-. ¿Quién te gusta?
-Mira. -Me levanté y la miré a los ojos-. Eres una chica muy simpática... -Simpática la hermana qué no tengo-. Pero no eres de mi gusto, ya tengo a una persona en mente.
-¿Qué? ¡Pero tú y yo hacemos muy buena pareja!
Suspiré fuertemente, tratando de controlarme y no dejarla sola.
-Ester, no me atraes y no quiero que sufras por eso, ya llegará otra persona que la consideres tu príncipe azul y sean felices comiendo hasta engordar, pero conmigo no, creo qué todo el mundo sabe quién me gusta.
-Yo no.
-Bueno, me gusta Elsa.
-¿Qué? -Ella dijo, quedándose sin aire.
Ay, dime que no lo he dicho en voz alta.
Por favor, que no lo haya echo.
-¿Cómo es que te gusta ella? ¡Yo soy mucho mejor!
Y ella tiene el ego por los aires.
Esas fueron sus últimas palabras sobre el tema ya que se abrió la puerta y cuatro cabezas, dos rubias y dos pelirrojas, se asomaron en la puerta con muchas bolsas de ropa.
-Hola, ¿cómo la están pasando?
-Perfectamente bien. -Sonrió hacia Elsa, como si nada hubiera pasado.
Algo me dice que algo no está bien.
POV Anna.
-¡Está lloviendo! -exclamé dirigiéndome a la puerta, con Kristoff pisándome los talones.
-¡Anna! ¡Te vas a enfermar! -me dijo el rubio antes de qué pudiera abrir la puerta.
-No seas aguafiestas, ven y diviértete. -Le sonreí abriendo la puerta y deslizándome hacia afuera.
-Si te enfermas, olvídate que te cuidaré. -Krsitoff cerró la puerta detrás de él cuando yo me daba media vuelta para verlo.
Éramos muy normales. Grandes gotas de lluvia caían de cielo, acompañado con una suave brisa que hacía que me estremeciera un poco. En tan solo algunos segundos ya estaba empapada, con el agua escurriéndome del cabello y la ropa pegada a mi cuerpo. Y el mismo aspecto tenía Kristoff.
-Esto es vida.
-Lo dices tú, parece que jamás te sacan cuando llueve -dijo él, acercándose a mí.
-Elsa jamás me deja hacerlo.
-¿Segura qué esto es una lluvia normal? -Sonrió abrazándome y alzándome en el aire.
-¡No! -dije cuando él empezó a darme vueltas por el aire, empapándome más y dándome más frío.
-Eres demasiado pequeña.
-¿Por qué lo dices? -Me reí tratando de empujarlo al suelo, aunque no podía hacerlo, era demasiado pesado.
-Bueno, eres más pequeña que yo, por todas partes. Te siento como una pequeña niña en mis brazos.
-Pero soy más rápida que tú.
-No, no lo eres.
-¿Eso crees?
Yo no dudé en salir corriendo por el patio, y él con un suspiro empezó a seguirme. Agradecía tanto el no resbalarme con los charcos de agua.
-Te atrapé -susurró Kristoff dentro de unos segundos, abrazándome por la cintura y dándome una vuelta para estar frente a él-. ¿Ves ques oh más rápido?
-Te odio -susurré riéndome.
-Y yo te amo. -Se inclinó para rozar sus labios con los míos, y segundos después para unirlos en un tierno beso.
Me encantaba besarlo, aquellos labios eran tan suaves, que podían hace que me olvidara de otras cosas, de otras preocupaciones. Y sólo estuviéramos él y yo.
-Creo que ya es demasiado tiempo aquí afuera -dijo cuando nos separamos.
-Entonces vayamos adentro.
-¿Dónde está Ester? -preguntó Elsa que estaba sentada en el sofá cuando nosotros entramos.
-Dijo que ya se iba -le respondió Mérida volteando a vernos-. ¡Van a mojar todo el piso!
-Se despidió y se fue. Y Mérida, podemos trapear.
-¿Por qué se fue?
-Según por que estaba cansada -respondí cogiendo de la mano a Kristoff.
-¡Elsa! -Nosotros volteamos a ver a Hiccup que venía bajando a toda velocidad por las escaleras, totalmente agitado.
-¡Elsa! Tienes que ver esto. -Eugene llegó detrás de él, apuntando arriba.
Todas se levantaron rápidamente y todos los vimos totalmente confusos.
-¿Qué fue lo que pasó?
-¡Ester! ¡Ester fue lo que pasó!
-¿Qué hizo?
-Tienen que verlo. -Eugene nos apuntó a Elsa y a mí.
-¿Dónde?
-En el cuarto de Elsa.
-También es de Jack.
-¡En el cuarto de Elsa!
Subimos las escaleras de dos en dos, aunque ahora sí me resbalaba a causa del agua. Paramos en la puerta del cuarto de Jack y Elsa y ella abrió la puerta encontrándonos con la peor escena.
Mi hermana emitió un grito ahogado y a míi se me llenaron los ojos de lágrimas.
La ropa de niña de Esa estaba esparcida por todo el cuarto, cuando la mía estaba intacta, sobre la cama.
La ropa estaba echa pedazos, aquella ropa que le había dado mi madre y mi padre antes de morir estaba rota, los peluches que también le habían dado estaban vacíos y rotos con tijeras.
Las fotos, las únicas fotos que teníamos de nosotros con nuestros padres tenían el rostro de Elsa tachado.
Ella se desplomó en el suelo y yo corrí junto a ella que de sus ojos brotaban lágrimas. ¿Qué monstruo puede hacer esto?
Empecé a llorar junto a ella, Mérida y Rapunzel nos envolvieron en un abrazo. Los chicos se quedaron viendo la escena.
Todas miramos hacia la ventana y ésta tenia escrito un gran "ALEJATE DE JACK" que claro pertenecía a Ester.
Elsa se levantó secándose los ojos rabiosamente con la manga de su camisa.
Nos volteo a ver, a todos los presentes que nos encontrábamos ahí.
-Esto no se va a quedar así. ¡Ella tiene que pagar!
Su voz salió ruda y grave. Todos asentimos estando del lado de ella. Éramos como la mafia, atacas a una, atacas a todas.
Y cuidado con las Arendelle.
( ͡ʘ ͜ʖ ͡ʘ)( ͡ʘ ͜ʖ ͡ʘ)( ͡ʘ ͜ʖ ͡ʘ)
Hellow, adiós y... ¡feliz día de las madres! Festejen a ya saben qué personaje... Las que leyeron esto antes de la edición sabrán XD. ¡Ya, adiós!