INNOCENT ; YOONMIN : + 21 ( C...

By imbloodyparkdrog

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« Átame a ti a través del miedo, hazme adicto a tu dolor, deja que mi grotesco amor crezca en descontrol. Afé... More

antes de leer.
PRÓLOGO
PARTE I: DE UN INICIO CAÓTICO
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PARTE II: DE UNA RELACIÓN COMPLICADA
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PARTE III: DE UNA OBSESIÓN DESCONTROLADA
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nota.

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By imbloodyparkdrog

Encontrarás una nota al final del capítulo, te pido que por favor la leas ya que es importante.

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Jimin golpeaba la lapicera contra su cuaderno conforme mordía sus labios tratando de descifrar la ecuación frente a él. Resopló observando de soslayo a Jungkook que siquiera se encontraba realizando la actividad: se había limitado a mantener la vista fija en los cuadernos, disociado.

— ¿Todo bien? — Le preguntó Jimin examinándolo preocupado.

— ¿Umh? — Jungkook lo observó y al instante comenzó a anotar—. Sí, me distraje, ¿por qué?

— Estás muy callado —susurró el mayor en voz baja—. ¿Ocurrió algo en la fiesta? Ayer no viniste a clase.

— Todo bien, pero me pasé con el alcohol —El castaño apretó el tronco de su nariz—. ¿A ti como te fue con tu madre?

— Bien, nada fuera de lo común.

Jungkook asintió con cuidado sin prestarle mucha atención. El silencio se prolongó hasta que culminó la clase, tras ellos se despidieron y cada uno retomó su camino. Jimin avanzó con el celular en mano hasta la esquina cuando un camioneta Jeep oscura se detuvo frente a él. La ventanilla descendió permitiendo ver a Min Yoongi al interior.

— Sube —ordenó el mayor sin voltear a verlo.

— ¿Qué?

— Sube —repitió Yoongi clavándole la mirada.

Jimin pasó saliva y se subió sin pensarlo tomando asiento del lado del copiloto. Evitó a toda costa realizar contacto visual con el adverso y el auto arrancó por la avenida apenas se colocó el cinturón.

— Buenas tardes —saludó el rubio peinándose el cabello hacia atrás—. Estoy bien, ¿qué tal va tu miércoles?

—Común —respondió con simpleza el de ojos grises.

Silencio.

— ¿A dónde vamos? —prosiguió Jimin, pero no obtuvo respuesta—. ¿Yoongi?

— Ya verás —respondió su acompañante. Pese a que el tono fue neutro, pudo resentir cierto peligro en sus palabras.

Jimin liberó un suspiro y llevó la vista a la ventana escrutando las familiares avenidas. De a poco el entorno se tornó novedoso, cruzando zonas mucho más caras y elevadas, y si bien el rubio denotó curiosidad, le ponía inquieto no saber cuál sería su destino. No fue hasta que se detuvieron en un semáforo que Yoongi habló.

— ¿Jimin? — Le llamó para captar su atención.

— ¿Sí?

— Avísale a tu madre que tienes un proyecto y te quedarás conmigo —El azabache golpeaba rítmico el volante sin voltear a verlo.

— ¿Ahora?

— Sí, ahora.

— ¿P-pero por qué?

El mayor colocó su mano en la rodilla del rubio y ascendió enterrando sus dígitos allí. Esto provocó un cosquilleo en el menor quien liberó un sutil jadeo y se estremeció. Claro, Yoongi alcanzaba una zona bastante sensible y era bastante consciente de eso.

Mordió su labio inferior y sacó el celular de su mochila para enviarle un rápido mensaje a su madre. La susodicha le pidió que por favor le avisara cómo iba, agradeciera, tuviera cuidado y se portara bien. El menor respondió a cada mensaje hecho un manojo de nervios por dentro, guardó el aparato y se incorporó expectante sintiendo la mano de Yoongi aún sobre su muslo.

— Ya le avisé —habló en voz baja manteniendo la vista al frente—. Pero Yoongi... ¡Ah!

El menor pegó un pequeño brinco cuando el adverso pasó la mano por su entrepierna, sobando la zona con suma delicadeza y enviando febriles escalofríos al menor.

— Y-Yoongi... — susurró la pobre víctima tomando color—. No hagas eso.

— ¿Hacer qué, Jimin? —jugueteó el pálido chico volviendo a arrancar, manteniendo solo una mano al volante.

— No me toques ahí — Jimin se tensó el doble.

— ¿Uhm? ¿Estás seguro? — Yoongi frotó en círculos provocando que el angelical rubio se aferrara al asiento y crispara su cuerpo.

— Dijiste que nada de sexo —murmuró el de hebras doradas al sentir su cuerpo responder ante el estímulo.

El mayor liberó una carcajada trazando caricias más coquetas. El precioso rubio boqueó como un pequeño pez fuera del agua tensando sus piernas, apretando sus párpados para no liberar otro gemido.

— No estamos teniendo sexo, muñeco — Yoongi se mofó retirando su mano—. Te estoy tocando, y si no lo deseas ahora, ya querrás después.

— De verdad que...

— Ahora guarda silencio, no aceleres la sorpresa.

— ¿Sorpresa?

Yoongi lo observó de soslayo y sonrió. El menor tomó aire y regresó la vista al frente con un semblante pensativo. Le asustaba en parte lo que podría llegar a ocurrir, pero al mismo tiempo le generaba intriga. Sorpresas... su mente se revolcó en diversos escenarios, unos más morbosos que otros.

¿Acaso lo llevaría a una cita? ¿Tendría su primera vez? Bah, eso era bastante precipitado, pero veía a Min Yoongi bastante capaz de ello. Ya quedaría por ver. Tras media hora en un silencio, por fin llegaron a la antigua casa de piedra en la que Jimin había firmado el contrato.

— Entra, en un momento te alcanzo — Le informó el mayor.

El rubio asintió obediente e ingresó dejando su mochila en el suelo. Avanzó con calma por la estancia recorriéndola con la mirada ya que anteriormente no había tenido oportunidad de echarle un vistazo más allá de la parte externa. Se sentía un alma vagando en pena debido al silencio y sutilidad con la que recorría todo, deteniéndose en las pinturas, una fuente y un par de plantas cercanas frente a unos extensos ventanales que permitían la vista al bosque.

Avanzó por sala hasta detenerse frente a una ventana pisando la alfombra color vino debajo suyo. El aroma a productos de limpieza infestó sus fosas nasales, pero en parte no le sorprendió; sospechaba que Yoongi conservaba algún tipo de TOC con la limpieza y su imagen, ya que no recordaba haberlo visto alguna vez manchado, sucio o incluso con las prendas arrugadas.

Descendió la mirada por la vitrina, ladeando su cabeza con curiosidad al percatarse de pegamento cerca de los bordes, como si aquel ventanal hubiese sido reemplazado hace poco. Se inclinó para poder examinar de cerca, pero unas manos rodearon su cintura y lo elevaron provocando que ahogara un aterrado grito. Sintió la cálida risa de Yoongi chocar con su oreja provocando que se estremeciera, relajando a medias su tensa anatomía.

— ¿Te he asustado? —inquirió el mayor entretenido volviendo a bajarlo, pero sin dejar de abrazarlo por detrás.

— A-algo —confesó Jimin con el corazón retumbando contra su pecho—. Eres bastante sigiloso.

Yoongi se mofó y avanzó sujeto del menor hasta poder apoyarlo contra la pared, el rubio jadeó en respuesta al sentir su pecho rozar contra la fría superficie al igual que parte de su mejilla y labios

— ¿Yoongi? —Lo llamó el más bajo sintiendo su respiración pesar—. ¿Q-qué haces?

El más alto no respondió, llevando las manos al borde de la camisa del menor y tirando hacia arriba para poder desprenderla. El angelical rubio tomó color al sentir el frío contra su piel, pero más debido al quedar tan expuesto. Yoongi trazó sutiles caricias por aquel delicado torso, provocando que los vellos del menor se erizaran debido a la fricción. Jimin cerró sus ojos para relajarse sintiendo los suaves toques enviarle corrientes eléctricas por todo su cuerpo debido al estímulo de nervios, pero al sentir algo duro y puntiagudo sobre su dermis, abrió los párpados exhalando el aire con pesadez.

— Esta será nuestra primera sesión, Jimin —habló Yoongi sobre su mejilla—. No seré muy cruel, tampoco la próxima, iremos subiendo la intensidad poco a poco. ¿Te parece?

— Es muy considerado de su parte... —habló con visible sarcasmo el menor, pero debido a lo ahogada que sonaba su voz, parecía que lo decía en serio.

— Cierra los ojos, relaja tu cuerpo y vas a disfrutarlo — Yoongi recorrió una vez más su espalda— . No necesitas contenerte, sé que lo disfrutas.

Jimin mordió su lengua cuando un filo — de lo que supuso era una navaja— rozó su columna vertebral. Jadeó bajo y tras unos varios minutos siendo tentado, por fin sintió el filo enterrarse en su dermis realizando un corte. Eran trazos finos como cortaduras de hojas, pero le provocaban un peculiar cosquilleo y sutil ardor. Aunque claro, sentir la lengua de Yoongi limpiar el rastro de sangre fue lo que le hizo perder cordura y temblar en su posición.

— ¿Vas bien?

— Ajá...

— Bien.

El azabache brindó un beso sobre su hombro, enterrando el filo una vez más para realizar una cortadura más profunda. Jimin esperó paciente que aquella lengua entrara en contacto con su piel, pero no fue así, a cambio un pellizco sacudió su cuerpo provocando que abriera los ojos confundido.

— Déjalas —ordenó Yoongi cuando el menor trató de retirarle las pinzas que le había colocado.

El de ojos grises lo volteó sobre su propio eje para que pudiese verlo. Quedó cara a cara frente a aquel preponderante chico que ahora mismo sujetaba su barbilla y brindaba lentos besos sobre su perfilada quijada.

— Si te quejas apretaré más, ¿de acuerdo?

Jimin asintió sintiendo una pinza colocarse en su abdomen bajo. Aguantó el dolor observando cómo su acompañante colocaba otras cuatro pinzas alrededor de su pecho, cadera e incluso pezones que se encontraban endurecidos. El de gatuna mirada acarició con su pulgar aquella sensible zona y ejerció mayor presión provocando que el de orbes azules jadeara de nuevo.

— Ah... —jadeó al sentir otra descarga sobre su cuerpo.

El golpe final trazó camino cuando el de grisáceas orbes deslizó su mano por el pantalón del más bajo, rebuscando a través de sus prendas su erección endurecida. Jimin elevó la mirada enloquecida, distorsionando su expresión en una mueca absoluta de placer y morbo.

— ¿Por qué me ves así? —murmuró Yoongi sin dejar de tocarlo—. ¿No te gusta? —Presionó sobre su glande, admirando al menor retorcerse y su erección crecer más.

Retiró las pinzas de los pezones de su adorable víctima y los succionó lento trazando círculos alrededor de estos. Jimin jadeó con los ojos empapados de lágrimas sin saber el porqué, pero la sensación era delirante. El dolor, el placer, la danza macabra de sensaciones contradictorias estaban acabando con él. Yoongi tampoco no le cedía tiempo de reacción, entre aquellos sutiles jadeos el mayor introdujo su lengua en su boca para besarlo con lascivia sin dejar de masturbarlo, incrementando el delirio del precioso rubio.

— Pídelo... —suplicó Yoongi aumentando la intensidad de aquel ósculo.

— ¿Qué quieres que pida...? —Jimin sonrió entretenido sintiendo las gotas de sudor deslizándose por su frente, esperando ansioso la respuesta.

— Pídeme tener sexo contigo — Yoongi lo aprisionó entre sus brazos dejando su erección en paz. El menor gimoteó adolorido al sentir las pinzas desprenderse de su piel y rasgarla en el proceso—. Pídeme que te haga mío, te necesito, no logro aguantar más.

Jimin sentía todo en él bombear y aquellos rudos y expertos besos de Yoongi no ayudaban en lo absoluto. Jadeó mordaz cuando volvió a tirar de su labio inferior y a sobar su cadera, apretando y masajeando, sediento por su piel.

— Pídelo... — insistió Yoongi con súplica.

El de bellos garzos se mantuvo estático unos segundos, perdido en aquellas orbes cenizas que lo escrutaban con profundo anhelo. Se sentía paralizado bajo aquella mirada dominante, era increíble de verdad todo lo que ocasionaba en él.

— Hazlo —murmuró finalmente—. Tómame, Yoongi.

Se prolongó el silencio sepulcral donde el depredador sonrió cínico volviendo a demandar aquellos labios, asfixiándolo, ahogándolo, sin cederle permiso de respirar, hablar o quejarse. Un beso cargado de violencia donde un florero terminó cayendo cuando Yoongi lo colocó sobre el escritorio.

Desespero. Autoridad.

— No creí que fueses a someterte con tanta sencillez, pero no te culpo —El azabache elevó el mentón adverso, sonriendo entretenido—. Dios los crea y ellos se juntan.

— O el Diablo los hace a su semejanza y espera al Apocalipsis.

Yoongi enarcó una ceja en respuesta, rozando con aquellos gruesos labios.

— Mierda, Jimin de verdad fuiste hecho a mi medida.

"Hecho a mi medida".

Ah, cuánto arrepentimiento habrían en esas palabras a futuro.





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TW ANTES DE PROSEGUIR LA LECTURA:

Buenos días, tardes o noches criatura del mal. Me hallo en la obligación de advertirte que a partir de este momento la historia pasa a ser en PRIMERA PERSONA, es decir, bajo la perspectiva de nuestros queridos protagonistas.

Los primeros 20 capítulos te ayudaron a comprender en frío a los personajes, por ende te pido que tengas siempre en claro que todos acá están locos, pero no forzosamente son conscientes de ello. Es muy diferente juzgar una situación como ente omnisciente, a deslizarte de lleno en la piel y pensamientos de personas mentalmente inestables.

Es probable que te dejes engañar y absorber por ellos en algún punto, pero no te preocupes, solo genuinamente recuerda QUIÉNES toman la narrativa de este libro a partir de ahora y despertarás del letargo.

Yo cedo un paso al costado y suelto tu mano. Suerte en tu travesía, la necesitarás.

BLOODYPARKDROG.

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