INNOCENT ; YOONMIN : + 21 ( C...

By imbloodyparkdrog

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« Átame a ti a través del miedo, hazme adicto a tu dolor, deja que mi grotesco amor crezca en descontrol. Afé... More

antes de leer.
PRÓLOGO
PARTE I: DE UN INICIO CAÓTICO
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PARTE II: DE UNA RELACIÓN COMPLICADA
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PARTE III: DE UNA OBSESIÓN DESCONTROLADA
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nota.

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Decir que Jeon Jungkook no estaba hecho un manojo de nervios sería la mentira más grande que se ha dicho en todo el libro. Las piernas le temblaban con cada paso que daba en dirección a aquella lúgubre mansión y podía incluso sentir la bilis en su boca. Sus entrañas se removían de forma desagradable debido a los nervios y su garganta se hallaba completamente seca al igual que sus labios.

Se relamió ajustándose la corbata y con lentitud se acercó al patio. Había muchas personas en el jardín con vasos rojos y cantando, besándose o bailando. Unos carcajeaban, otros fumaban y otros parecía que en cualquier momento iban a terminar cogiendo, pero eso no era lo que le preocupaba a Jungkook. No quería tener una mala noche, no quería, así que suplicó pasarla bien.

Antes de entrar por la parte trasera revisó su teléfono para ver si Jimin ya había contestado los miles de mensajes que le había mandado. Su mejor amigo quizás se hallaba ocupado ya que no había dado señales de vida desde la tarde, pero Jungkook decidió no presionar más, le mandó unos últimos mensajes junto a su ubicación y se introdujo en la bola de gente.

Venga ya, relájate.

Pasó detrás de muchos chicos y chicas que bailaban y tomaban quizá demasiado, pero Jungkook no se enfocó en aquello, realmente estaba desesperado por encontrar un rostro conocido con el cuál colarse en lo que encajaba.

Quizás tuvo más suerte de la que pensó.

— ¡Jungkook! — Le gritaron.

El castaño se dio la vuelta para encontrarse cara a cara con Jackson quien estaba bastante sonriente con Irene a su lado. El castaño sintió cierto alivio y respondió con una sonrisa amistosa conforme se acercaba a ambos. En parte le ayudaba a no escrutar aquel entorno que parecía sacado de una película de vampiros.

— ¡Qué milagro verte por acá! —Irene esbozó una sonrisa—. No creíamos que fueras a venir.

— Aquí ando.

— No debiste venir tan formal, Dios Jungkook —Jackson liberó una carcajada al verlo con un traje puesto—. Te queda bien, pero es una fiesta, no una gala.

Jungkook realizó una media sonrisa conforme negaba y observó el entorno.

— ¿Taehyung no está? —preguntó al no hallar rastros del mayor.

— ¿Tae? — Jackson observó también de un lado a otro—. Lo vi hace rato, ¿por qué?

— Curiosidad. Es decir, es su fiesta — Se excusó Jungkook.

— No debe tardar, es una mariposa social.

Siguieron conversando de diversas temas y poco a poco la gente se les fue uniendo, haciendo que la bolita de personas en aquella estancia incrementara. Se encontraban parados cada uno con sus bebidas charlando, bromeando y riendo, el castaño se sentía extrañamente bien, no todo resultó ser tan catastrófico como creía. Incluso empezó a creer que pelear una hora en ponerse los lentes de contacto había valido la pena.

— Oye Jungkook, ¿por qué no trajiste a Jimin contigo? — Preguntó Baekhyun quien se había unido poco después—. Es extraño que tanto él como Min no vinieran, ¿no?

Los demás liberaron un par de risas. Jungkook apretó sus labios.

— Jimin salió con su madre.

— Y Yoongi odia estas fiestas, nunca quería acompañarme cuando salíamos—murmuró Irene bebiendo de su vaso.

— Espera. ¿Saliste con los dos? —Jackson la observó con genuina sorpresa—. Atascada.

— Solo fui novia de Taehyung, con Yoongi solo salí un par de semanas.

Los minutos transcurrieron con rapidez. Por desgracia el menor aún no hallaba rastros del anfitrión y aquello comenzaba a ponerlo ligeramente nervioso. No es que quisiera estar pegado a él toda la noche, bueno, en realidad sí quería eso, pero más que nada deseaba saber qué tan dispuesto estaba el otro a seguir al pie de la letra eso de "hacer las paces".

Como si la vida hubiese escuchado sus plegarias, no transcurrió mucho hasta que Kim Taehyung hizo acto de presencia riendo con otro grupo de personas. Su precioso cabello rojizo le caía en la cara y debido al sudor era inevitable que no luciera atractivo... más con su ropa tan bien estilizada. Y de marca,

— ¡Jungkook! —exclamó el mayor viéndolo—. ¡Viniste! ¿Por qué no me avisaste?

— Oh, yo...— Jungkook no supo bien qué contestar, y no pudo pensar tampoco con mucha claridad ya que Taehyung se había colocado junto a él con una sonrisa—. No quería molestarte.

— Perdona, estaba en el jardín — El pelirrojo soltó un suspiro y le dio un trago a su cerveza—. ¿La estás pasando bien?

— Mejor de lo esperado — Jungkook asintió con calma—. Te agradezco la invitación.

Taehyung esbozó una sonrisa y apoyó su codo en el hombro del castaño que procuró no escandalizarse. Tomó una profunda respiración y con prisa bebió un shot de tequila de un camarero que atravesó la estancia con múltiples tragos en una bandeja. Su garganta ardió.

— Ven, vamos a que tomes algo — Taehyung tiró ligeramente de él. ¿Cómo negarse? El menor tenía los nervios a flor de piel y necesitaba tranquilizarse.

Caminaron entre la multitud hasta llegar a una mesa llena de tragos y comida. El pelirrojo cogió el vaso de Jungkook y vertió alcohol más fuerte en él. Se lo devolvió al menor quien soltó una risa afable y agradeció bebiendo un par de tragos. No estaba muy acostumbrado al alcohol, por ende procuró tener cuidado.

— ¿Quieres ir a sentarte? —Le preguntó el pelirrojo.

El menor asintió y así ambos fueron a un sofá. Entablaron conversación con otras personas y iniciaron diversos juegos que prendieron el ambiente. Desde cartas, beer pong, retos y ruletas para irse retirando ciertas prendas. Jungkook no supo en qué momento comenzó a liberar genuinas carcajadas y a beber de su vaso como si fuese agua. Su cuerpo se sentía más liviano de lo normal y la boca no le paraba. Tenía a todos bastante entretenidos, incluso Taehyung se sorprendió de lo vivaz y carismático que se volvía el menor con varios tragos encima.

Carcajadas, baile, abrazos y ligeros roces comenzaron a hacerse presentes entre ambos chicos quién cada vez se juntaban más, al punto donde Jungkook quedó recargado sobre el hombro del mayor con el brazo del pelirrojo rodeando su cuello, acariciando de cuando en cuando su cuello. Aquello le comenzó a provocar escalofríos y un lento apetito creciente. ¿Efectos del alcohol? Sí, en efecto.

El reloj marcó la 1 de la mañana y el ambiente se encendió como nunca. La música elevó el volumen, las luces ámbar se apagaron para dar pie a la luz negra y neón, juegos de shots en cada grupo y enormes cantidades de gente bailando, besándose y drogándose. Jungkook se mofaba entretenido al ver a las parejas e incluso se sonrojaba, situación que provocaba sonrisas en Taehyung debido a la timidez del muchacho en esas situaciones. Y es que vaya, Jungkook podía enredarse con cualquiera, pero solo para matar el rato, no porque realmente lo necesitara o sintiera algo por la otra persona.

— ¡Métele más la lengua! — Le gritó Taehyung a una pareja—. ¡Más, más!

El castaño hundió su rostro en el cuello del pelirrojo para reír y ocultar su sonrojo; el adverso sin dudar cuando quería era bastante directo y carente de pudor. En esa posición pudo aspirar su loción y sentir su ardiente piel, aquello le hizo suspirar quizá de forma más lujuriosa de lo que creyó. Taehyung mordió sus labios al sentir a Jungkook así y siguió sobando su espalda, deslizando sus caricias por el lateral de su torso.

— ¿Te pones tímido? — Le preguntó Taehyung bajando el tono de voz para que solo él lo escuchara—. ¿O por qué tan cercano?

—Tsh, cierra la boca —murmuró el de menor edad sintiendo sus mejillas picotear.

El pelirrojo no pudo evitar reír ronco, ladeando su rostro para poder encarar al menor que quedó a pocos centímetros de su rostro. Pudieron observarse de cerca, el color de sus ojos, su cabello, los detalles en su piel. El sentimiento era febril e incluso odioso, ya que Jungkook tenía ganas de cogerlo a golpes, pero carajo, así de cerca su cuerpo lo traicionaba con el impulso ambivalente de querer besarlo.

—Eres lindo —rompió el silencio el pelirrojo.

—Cállate, te detesto.

— Oh, ¿lo haces?

Sintió el agarre del mayor en su cintura y apretarlo, justo como hacía cuando eran pequeños. Se tensó de inmediato, y no por los recuerdos negativos, sino porque había algunas ocasiones en particular donde ambos quedaban a solas cuando Taehyung lo molestaba. Y bueno... la dinámica era diferente. El mayor no lo golpeaba o gritaba, se dedicaba a admirarlo, incluso a veces a dibujarlo, aunque se excusaba que no tenía ideas para entonces. Jungkook lo descubrió tras un tiempo, pero jamás se atrevió a decirle nada.

El ambiente ya era bastante sofocante como para recordar todo eso, por ende el lindo castaño se limitó a morder sus propios labios, procurando no hacer caso a sus impulsos.

—¿En qué piensas? —le insistió Taehyung.

—En tu rostro sangrando cuando peleamos —respondió con agilidad Jungkook, sonriendo entretenido—. Te recordaba con mayor fuerza.

Taehyung comenzó a reír, separando su agarre para levantarse.

— Iré arriba por unas cosas. Voy a demorar.

— ¿Te acompaño?

— A donde voy eres bienvenido, renacuajo.

La sonrisa de Taehyung se extendió mordaz. Cada uno cogió su bebida y se levantaron del sofá para acercarse a las escaleras. El pelirrojo se frenó poco antes para intercambiar unas palabras con un chico. Jungkook iba a seguir por su rumbo, pero alguien sujetando su hombro lo detuvo.

— ¿Qué haces aquí?

El menor se confundió ante el tono tan seco de Hoseok, quien lo veía entre asustado y molesto.

— Vine a la fiesta, ¿a qué más pude venir?

Hoseok pasó de ver a Jungkook a ver a Taehyung. Una alarma se encendió en su cabeza y tiró levemente del castaño.

— Jungkook, no creo que sea bueno que estés cerca de Taehyung.

— ¿Eh? — El nombrado elevó una ceja.

— ¡Solo escucha! — Susurró Hoseok con cierta violencia—. La última vez que hablé con él me dio muy mala espina.

— ¿De qué hablas?

— Ayer que nos reunimos para comprar las cosas mencionó qu—

— Jungkook.

El menor se volteó para ver a Taehyung quien había interrumpido.

— ¿Vamos? — Sonrió amistoso el pelirrojo.

Jungkook observó a Hoseok quien le gritaba "no" con la mirada, sujetó el brazo del menor y tiró de él, pero el castaño se zafó con cuidado. Lo observó extrañado y fue a coger la mano de Taehyung que se hallaba extendida. Vale, debido al alcohol apenas podía prestar atención a lo dicho, y así de rápido como llegó la información, se le olvidó. Comenzaron a subir las escaleras, pero antes volvió a ver a través de su hombro a Hoseok quien había palidecido y ahora se hallaba sacando su teléfono celular y tecleaba frenético.

Jungkook perdió el panorama ya que dieron la vuelta e ingresaron en una habitación. El mayor cerró detrás suyo, dejó el vaso sobre la mesa y antes de que Jungkook reaccionara, lo tomó por el cuello de la camisa.

— ¿Qué haces? —Lo retó Jungkook con una mala mirada.

—¿Por qué me seguiste acá? —El tono del más alto brotó mordaz, pero coqueto a su manera.

—Supongo que soy un imbécil por querer estar cerca tuyo. ¿No lo crees?

— O un enfermo masoquista.

El castaño frunció su ceño y le cedió un golpe de imprevisto al pelirrojo en el rostro. No lo pensó, esas palabras lo helaron de alguna forma, aunque una extraña vibración recorrió su cuerpo al pensarlo de ese modo.

—Ah, l-lo siento Tae, yo no... —Pero el nombrado comenzó a reír, volteando con lentitud para encararlo.

—No debiste hacer eso.

La espalda de Jungkook chocó de imprevisto contra la pared mientras sentía los labios hambrientos del pelirrojo moviéndose sobre los suyos conforme lo aprisionaba, tomándolo con brutal sorpresa. Su cuerpo se tensó, no por incomodidad, sino porque genuinamente no podía creer lo que acababa de ocurrir.

Liberó un jadeo enredando sus dedos en la cabellera del pelirrojo quien lo había aplastado con mayor brutalidad y lo besaba con desespero. Sus pantalones comenzaron a apretarse conforme sus bocas seguían en la constante lucha de mordidas, besos y lenguas que chocaban entre sí, sacudidos por el odio. Jungkook liberó otro suspiro cuando la lengua de Taehyung sobó la suya en círculos y comenzó a simular pequeñas embestidas tras calmar la pugna.

Mierda, besaba de infarto ese hombre.

Se separaron para recobrar el aliento, pero Taehyung pasó a su cuello. El castaño gruñó cuando el pelirrojo lo mordió con fuerza y lamió la zona tras ello, aunque sentir la erección de Taehyung rozando con la suya fue algo que también le hizo enloquecer.

— ¿Tienes idea de cuánto llevaba esperando hacer esto? —Le susurró Taehyung.

Jungkook negó con la cabeza mientras seguía consumido en su trance. El de mayor edad comenzó a besar su cuello y con su mano libre sacó una bolsa de plástico de su pantalón que abrió con agilidad, separándose para poder echarlo en ambas bebidas. Le robó otro violento beso al chico de menor edad y tiró de su labio inferior antes de separarse.

— Alguna vez debes probar esto — Canturreó haciendo que Jungkook elevara las cejas—. Es un polvo de la felicidad mezclado con vodka. No me vas a dejar bebiendo solo, ¿cierto?

Taehyung acercó el vaso a sus labios y le cedió dos tragos profundos. Sonrió tras el accionar y lo acercó a los labios de Jungkook quien aceptó la bebida tras un breve vacile. En sus cinco sentidos jamás hubiese aceptado, pero se hallaba en aquel limbo donde todo le resultaba fácil. Y bueno, a la mierda, también sentía curiosidad por probar alguna droga.

— Acábatelo si gustas.

El menor negó conforme reía y siguió brindando un par tragos hasta que tomó un respiro y comenzó a toser. Taehyung depositó el vaso junto a él y esbozó una sonrisa gatuna, volviendo a acortar sus distancias.

— Sabe raro — se quejó el menor.

— Mh, no te preocupes, es de efecto inmediato — Taehyung sonrió y se acercó para volver a unir sus labios, pero Jungkook se echó para atrás.

— ¿No venías por algo?

Taehyung se frenó.

— Venía por tu beso, primor.

Jungkook ladeó su cabeza ante el adjetivo de Taehyung, pero por desgracia no pudo ponerse a pensar mucho en ello ya que comenzó a ver pequeños puntos de colores por toda la habitación tras unos segundos. Sacudió su cabeza y examinó el entorno denotando extrañas manchas moverse y el suelo ondear. Se tambaleó.

— Mierda, ya te pegó — Taehyung lo sostuvo para no cayera.

—Veo... espera —Jungkook tropezó, dejándose sentar en la cama con confusión—. Me estoy mareando.

Taehyung comenzó a reír de igual forma, negando entretenido a la par que estiraba su brazo.

—A que se siente genial, ¿no? Podemos quedarnos un momento aquí, a mí también ya me está haciendo efecto.

Jungkook asintió jadeante sintiendo su temperatura corporal aumentar y levitar. De verdad sentía que estaba flotando y el entorno se distorsionaba, todo más vívido mezclado a una sensación de mareo. Los besos de Taehyung regresaron a su cuello tras una eternidad, pero se sentía débil y lejano como para decir algo. Su corbata se zafó de su cuerpo y los botones de la camisa; todo en él daba vueltas y aunque quería reaccionar, la noción del tiempo se volvió bizarra.

Escuchó ruidos, pero su vista no se enfocaba en Taehyung sino más bien en el techo o en los costados, tratando de seguir las manchas de colores.

— ¿Tae? ¿Qué es esto?

Sus brazos lo sentían tan suaves, como si no tuviera huesos, pero al tratar de levantarlos apenas podía debido al peso. Cerró sus ojos con fuerza y tras lo que sintió largas horas, volvió a abrirlos, chocando miradas con Taehyung quien también sacudía su cabeza y reía incontrolable.

— Creo que debí darle solo un trago —reprochó el pelirrojo ido.

— Morado, verde, amarillo. — Jungkook observaba fascinado los distintos colores en la habitación—. Jimin... ¿qué hace aquí Jimin?

— Dile algo, entró a mi cuarto sin permiso.

— Jimin, dibujas para la mierda, reprobé artes por tu culpa.

Taehyung liberó una carcajada dejándose caer a su lado. Los drogados y borrachos chicos prosiguieron con su jugueteo de sutiles toques, mismos que poco a poco cobraron intensidad cuando aquellos besos toscos y violentos provocaron que sus prendas comenzaran a caer en el suelo.

— Espera — Jungkook colocó una mano en su pecho cuando lo tuvo encima, negando lento—. Es muy pronto para coger, ¿n-no?

El mayor rió nasal.

— Puedes fingir que soy Jackson — Se mofó—. Y estás tomando tu tutoría de historia.

Jungkook escuchó aquello y frunció sus cejas, pero otro gemido brotó de su garganta y sintió su erección despertar ante el toque en su zona íntima.

— ¿C-cómo sabes eso?

— Sé incluso a qué hora comes y la ruta que tomas a tu casa. ¿De verdad te sorprende?

Jungkook liberó otro gemido, pero ahora más roncos al sentir unos dedos introducirse en él. Arqueó su espalda y jadeó pesado, pero más le sorprendió al escuchar que Taehyung había comenzado a cantar en voz baja algo sin sentido.

— Creo que sí me gustas — Gimió el pelirrojo acariciando su mejilla con sus labios—. Mierda ojalá no recordemos nada de esto en la mañana.

Jungkook cerró sus ojos a punto de dejarse llevar, pero poco a poco comenzó a sentir un poco de razón ir entrando en él. Ambos estaban drogados. Claro, ganas no le faltaban, ¿pero de verdad era la forma y el momento?

— E-espera, no siento que esto sea correcto.

— ¿Estás pensando en un cordero?

— N-no, mierda. Espera... sé más suave.

Sentía el placer incrementar, pero no había delicadeza alguna debido al estado en el que se encontraban. Jungkook pensó en levantarse, pero se perdió completamente cuando un choque de calor golpeó todo su cuerpo. Liberó otro jadeo cuando lo sintió entrar en él, elevando un par de gemidos roncos conforme mordía sus propios labios. Sus manos se apretaron en los hombros de Taehyung al sentir que lo embistió, cerrando los ojos debido al movimiento.

De verdad estaba ocurriendo. Con su némesis.

Al mismo tiempo Hoseok se encontraba desesperado con el teléfono en mano al no haber obtenido éxito tocando la puerta de la habitación exigiendo que abrieran. Escuchó los pitidos del otro lado de la línea y suplicó una respuesta.

Se jaloneó el cabello estresado. Estaba a punto de llamar a la policía, pero él también tenía muchos trapos sucios que Taehyung había cubierto...y desconocía si estaba listo para enfrentarse a ello. Así que esperó detrás de la línea.

— ¡MALDITA SEA, CONTESTA! — Gritó marcando por vigésima tercera vez a aquel número.

Llamada no respondida.

— ¡MIERDA, CONTESTA JIMIN! ¡CONTESTA YA!





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Este giro será sorpresivo para los viejos. Un matiz más... gris. E insisto, lo ocurrido en este capítulo lejos de inducir al morbo o la glorificación, es importante para el desarrollo de la obra. Ni más ni menos, no vuelvan a funarme por favor.

Esto es ficción, pero las consecuencias siempre serán reales.

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