INNOCENT ; YOONMIN : + 21 ( C...

By imbloodyparkdrog

301K 59.2K 78.4K

« Átame a ti a través del miedo, hazme adicto a tu dolor, deja que mi grotesco amor crezca en descontrol. Afé... More

antes de leer.
PRÓLOGO
PARTE I: DE UN INICIO CAÓTICO
O1
O2
O3
O4
O6
O7
O8
O9
1O
11
12
13
14
15
16
17
18
19
2O
PARTE II: DE UNA RELACIÓN COMPLICADA
21
22
23
24
25
26
27
28
29
3O
31
32
33
34
35
36
37
38
39
39.5
4O
PARTE III: DE UNA OBSESIÓN DESCONTROLADA
41
42
43
44
45
46
47
48
49
5O
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
nota.

O5

5.9K 1.2K 2.8K
By imbloodyparkdrog

— Park, en serio eres algo idiota a veces — Jungkook realizó una mueca con visible desagrado.

— Uhm, mira quien lo dice —El rubio le sacó la lengua.

— Te dije que mi idea era mejor.

— Cállate, Jeon.

Ambos se encontraban en la clase de arte tratando de realizar un retrato. Solo que Jimin se le había ocurrido hacerlo con acuarelas mientras Jungkook optó por lápiz blanco y negro. Ahora lo que sea que habían intentado dibujar no era más que manchas y pequeñas deformidades.

Bueno, no tan así pero no se lograba distinguir qué carajos era.

— ¡Pero mira, Kookie! — Jimin volvió a su tono infantil—. ¡Está bonito!

Jungkook se dio una palmada en la cara.

— Podemos decir que son hadas, o pequeños seres mágicos. Como los que veíamos en mi libro.

— Jimin, teníamos once años.

— ¡Oye, no seas así! — Jimin realizó un puchero adorable. — Puedo convencer a la profesora de que nos suba la nota si es necesario.

Jungkook negó con su cabeza y soltó un suspiro. Los pequeños —ya no tan pequeños— ahora tenían trece años. Varias cosas habían cambiado en dos años, y muchas seguían igual.

Jungkook, por ejemplo, se había vuelto un poco más serio y hasta cierto punto, arisco. Pero Jimin seguía siendo un adorable niño sonriente, encantador, carismático y sociable.

— No pasa nada, de todos modos solo es un dibujo —Jungkook negó resignado.

Jimin abrazó a Jungkook, el menor con gafas soltó una risa y sobó la cabeza adversa. Observaron la hora y vieron que el timbre ya había sonado. La mirada de Jungkook oscureció un poco y pasó saliva.

— ¿Promesa? —preguntó Jimin sujetando su mano.

— Promesa —respondió Jungkook apretándola.

Ambos asintieron. Le entregaron el dibujo a la profesora y cogieron sus mochilas para salir de la clase. El salón se vació rápidamente, pero ellos aun así esperaron un poco antes de salir.

Apenas dieron un paso afuera, Jimin dejó de sentir a Jungkook. Observó a su izquierda y vio que el castaño ya había sido jalado por Kim Taehyung y ahora lo tenía acorralado entre sus brazos. El de gorra barrió a Jimin con la mirada antes de pegar al pequeño Jungkook a él con recelo.

— Tardaste, renacuajo de cuatro ojos —siseó el castaño de mayor edad.

— Lo siento —murmuró Jungkook bajando la mirada.

Jimin pasó saliva y retrocedió un par de pasos. El chico con gafas le dedicó una sonrisa despreocupada antes de hacer una mueca de dolor; Taehyung había comenzado a pellizcar con fuerza sus brazos y a enterrar sus dedos en sus costados. Jimin se lanzó hacia él para pedirle que se detuviera, pero una fuerte mano le sujetó del brazo jalándolo en sentido contrario.

Trató de zafarse de aquel agarre, revolcándose, viendo la imagen de Jungkook y Taehyung volverse más lejana con cada paso. Se removió una vez más, soltando un quejido de dolor cuando fue aventado bruscamente dentro de un aula.

Trató de reincorporarse, pero obtuvo un fuerte puñetazo que le hizo tambalearse hacia atrás sujetando su barbilla, la sangre había comenzado a brotar de su labio.

—Yoongi, espera... —suplicó.

El mayor no transmitió nada a través de su mirada, jaló la mochila de Jimin y la aventó lejos.

— Que sea la última vez que te forcejeas conmigo —ordenó frío—. Siéntate.

Jimin apretó sus ojos con fuerza evitando explotar. Tras volver a abrirlos, se sentó en la silla con la mirada baja. Yoongi se colocó frente a él y apoyó sus manos sobre la superficie de la mesa, inclinándose hacia el rubio. El menor elevó la vista para encarar.

— Tus manos —ordenó Yoongi.

Jimin negó con la cabeza repetidas veces con temor, el azabache lo cogió de la camiseta y le clavó fijamente la mirada. Jimin se sacudió con pavor antes de sacar las manos de sus bolsillos y colocarlas sobre la superficie de madera oscura.

Yoongi sonrió satisfecho y observó las manos del menor. El dorso estaba rojizo aún, inclusive faltaba un poco de carne en el nudillo de su anular izquierdo, las palmas de las manos tenían un par de cicatrices aún con pequeñas costras o marcas rojizas que lucían bastante dolorosas. Pasó su vista a aquellos brazos del rubio, aún marcados, finas trazos nacarados exhibiendo unas cortaduras que le había realizado antes de salir de clase el año pasado.

Jimin seguía temblando. Solo con la mirada de Yoongi, volvía a resentir su dolor una vez más.

— ¿Tu madre se ha dado cuenta, Park?

— L-le dije que me caí, Yoongi. Ensucié mi ropa como lo pediste y me arrastré en la tierra hasta irritar mis rodillas.

Yoongi sonrió y limpió la lágrima resbalando por la mejilla del menor.

— Buen chico.

Afirmó su agarre en las manos del rubio, a lo que Jimin liberó un quejido debido al dolor. Introdujo una mano a su pantalón y sacó un pequeño alfiler, Jimin trató de retirar sus manos pero Yoongi se lo impidió. Comenzó a sollozar en voz alta, solo con ver la punta ya supo qué vendría. El azabache deslizó el filo por aquellas manos antes de comenzar a clavarlo lentamente en el nudillo con carne expuesta del rubio.

— ¡Yoongi, por favor detente! —suplicó Jimin—. ¡Duele Yoongi, duele!

El azabache clavó más la aguja, arrancándole al menor un grito de dolor. Sus lágrimas resbalaban sin control por sus redondas y rosadas mejillas conforme se revolcaba en su lugar.

— Ya sabes qué hacer si quieres que me detenga —Yoongi le dedicó un mirar mordaz y expectante, como un depredador admirando a su presa desangrarse.

Jimin se zafó del agarre de Yoongi y se puso de rodillas frente a él. Con toda la vergüenza del mundo se agachó en el suelo, inclinándose como si estuviera realizando una reverencia.

— Por favor, Yoongi. No me tortures con eso —imploró— . Por favor, Yoongi. Te lo suplico.

Un acto increíblemente humillante, pero que fue suficiente para el chico de hebras oscuras y tez pálida. Adoraba ver a ese pequeño a sus pies.

— Levántate.

Jimin se levantó tembloroso, aún con su anatomía crispándose adolorida. Yoongi lo colocó contra la mesa, pero sin mucha brusquedad.

— Tienes suerte porque hoy estoy de buen humor, muñeco —Se burló— . Pero eso no significa que te dejaré libre esta tarde.

El rubio ahogó un grito cuando Yoongi se sentó en la silla y lo jaló con fuerza, sentándolo en su regazo. Jimin inmediatamente se tornó rojo ante la posición y comenzó a temblar.

— Veamos. ¿Qué parte de tu cuerpo me falta por marcar? —Se cuestionó el sádico joven.

Jimin se tensó por completo al sentir los fríos dedos del mayor sobre su cuello, trazando una línea imaginaria descendente hasta detenerse. Una leve pequeña presión en su garganta le hizo comprender qué estaba haciendo: le estaba tomando el pulso.

— ¿Tienes miedo, Jimin?

El de hebras oscuras esbozó una sonrisa al sentir los latidos del rubio incrementar, el menor bajó la mirada y comenzó a temblar con más fuerza. Yoongi ejerció un poco más de presión, enrojeciendo la tibia piel del menor.

— Contéstame cuando te hablo.

Los pulsos siguieron en ascenso. Jimin abrió de a poco su boca, rogando para que su voz no saliera temblorosa, o peor aún: no saliera.

— Sí... —confesó tembloroso— . T-tengo miedo, Yoongi.

Aquellas palabras le gustaron más de lo que deberían al joven sádico. Escrutó al angelical menor, quien evitaba a toda costa su mirada y solo observaba el suelo, jugando un poco con sus manos.

— ¿Quieres jugar a algo?

El menor lo observó completamente confundido y sorprendido.

— ¿J-jugar, Yoongi?—preguntó Jimin con los ojos muy abiertos.

— Sí, Jimin. Jugar.

Jimin parpadeó repetidas veces antes de asentir con sosiego.

— ¿Pero jugar a qué, Yoongi? Tú... ¿por qué querrías jugar conmigo?

Yoongi esbozó una sonrisa, que pese a todo, no dejaba de ser escalofriante y tétrica. El rubio se estremeció a la par que el azabache lo bajaba de su regazo.

— ¿Te gustan los animales, Jimin?

Silencio. Un profundo y pesado silencio se instaló en el aula.

— Umh... me gustan los gatitos y los perritos —inició Jimin con timidez— . Yo quiero un cachorro, pero mi madre dice que nuestro departamento es muy pequeño.

Yoongi lo observó con detenimiento.

— Y... me gustaría cuidar animales de grande —prosiguió más animado el rubio—. Me gustaría salvarlos de la calle y encontrarles una casita y una familia que los quiera mucho y llenen de cariño. Y que tengan muchos hermanitos, y comida, y juguetes para que no se aburran.

Yoongi ladeó su cabeza a un costado y observó con cierta repugnancia fascinante a Jimin. ¿Cómo demonios un mocoso de su edad podía hablar de esa forma tan optimista y estúpida?

— Ya, me vale mierda, ese no es el punto —intervino Yoongi cuando Jimin volvió a abrir la boca.

El rubio calló, observando de reojo al azabache acercarse a él.

— ¿Quieres jugar a los animales conmigo? —inquirió el mayor con malicia.

— Umh... claro — Soltó Jimin sonriendo con timidez—.  Aunque, no puedes ser un conejo, Jungkook es el conejito.

— ¿Qué?

Jimin se calló y tornó sus mejillas rojas, apretando sus labios avergonzado.

— Bien — Yoongi trató de mantener la paciencia—. En este juego quiero que tú seas un venado, ¿vale?

— ¿Puedo ser Bambi? Me gusta Bambi — Jimin sonrió tímidamente.

— Como sea.

— Claro, Yoongi — Jimin asintió—. ¿Y tú qué serás?

El gatuno chico esbozó una sonrisa que le heló la piel al rubio. Divisó al de mayor edad retirarse el cinturón, a lo que comenzó a balbucear preocupado.

— ¿Yoongi? ¿Q-Qué haces?

— Te lo explicaré — Yoongi enredó la mitad del cinturón en su mano, dejando una parte colgando—. Tú serás un lindo venado en una pradera. Deberás estar tranquilo, pastando un poco si quieres, será divertido verte lamer el piso.

Jimin lo observó confundido.

— Yo seré tu cazador, pero como no tengo un rifle, usaré mi cinturón — Yoongi azotó la mesa provocando que Jimin sobresaltase— . Y tú deberás correr por toda el aula para que no te alcance. Porque si lo hago... te voy a azotar.

Jimin retrocedió de inmediato hacia la esquina de la habitación, sus ojos cargados de terror y una mirada de estupefacción difícil de describir.

— ¿Estás listo para jugar, Jimin?

.

Jungkook salió del aula con las piernas temblando. Trató de componer su respiración conforme se alejaba con lentitud. Cuando Taehyung se volvía posesivo con él era realmente aterrador, y verlo gritando y lanzando cosas definitivamente no hizo que mejorara. Por fortuna estaba tan ocupado maldiciendo y golpeando cosas que se olvidó de sus dosis de maltrato diario.

El menor huyó veloz antes de que Taehyung se le ocurriera retenerlo más y corrió a la salida. Se frenó en seco al ver a Jimin abrazando sus rodillas y observando con miedo el suelo.

— ¿Jimin? — Lo llamó Jungkook.

Jimin elevó la mirada mostrando un mirar perdido y helado. Jungkook se acercó a él y lo abrazó con fuerza, hundiendo su rostro en la curvatura de su cuello. Jimin le correspondió tembloroso al abrazo.

— Ya pasó, estoy aquí —susurró Jungkook abrazándolo con más fuerza—. Ya pasó, Jimin...

El rubio comenzó a sollozar en su hombro. Su cuerpo aún se crispaba debido al estremecimiento, aún resintiendo los azotes en su espalda y piernas. Ahora sí no sabía cómo carajos ocultaría eso; se vería en la obligación de usar ropa holgada durante un lapso de tiempo.

— ¿Quieres que hablemos con un adulto...? —inició Jungkook.

— No. Estoy bien.

Se acercaban las vacaciones de invierno y podrían librarse una temporada de sus pesadillas. Taehyung no había cambiado mucho con Jungkook, pero Yoongi... Dios, cada año empeoraba. Cada vez era más difícil para Jimin ocultar sus heridas, sentía como el pánico lentamente se iba apoderando de él conforme pasaban los días.

Ya no podía dormir bien incluso en las noches. Tuvo su punto positivo: su madre a veces dormía con él y le prestaba minuciosa atención cuando eso ocurría.

— Ellos se irán. Ellos se irán pronto —murmuró Jungkook rompiendo el silencio— . Solo aguantemos un poco más.

Jimin se separó de Jungkook con un semblante confundido.

— ¿C-cómo que se van?

—En dos años o menos, no sé bien —prosiguió el castaño—. Y quizá no van a volver. Taehyung y Yoongi se van con el padre de Yoongi al extranjero.

— ¿Pero la mamá de Taehyung está de acuerdo? —preguntó Jimin.

— Sí, ella quiere que Taehyung también estudie en otro país.

Jimin parpadeó inédito. Un malestar sacudió su estómago, pero al mismo tiempo una sensación de profundo alivio.

— Pero todavía falta mucho para ello, Jungkook.

— Si esto empeora antes, vamos a decirle a nuestros papás. Recuerda la promesa.

Se sonrieron nuevamente antes de agarrarse de las manos y cederse un fuerte apretón.

O somos libres o nos hundimos, pero siempre juntos. Es una promesa.

Su promesa.



.

Te encuentras a Yoongi de Innocent en la calle. Tu tercer emoji es tu reacción.

BLOODYPARKDROG.

Continue Reading

You'll Also Like

799 215 6
𝐸𝑠𝑐𝑜𝑗𝑎𝑛 𝑠𝑢𝑠 𝑚𝑒𝑗𝑜𝑟𝑒𝑠 ℎ𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎𝑠 𝑦 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑖𝑐𝑖𝑝𝑒𝑛 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑜 𝑐𝑜𝑛𝑐𝑢𝑟𝑠𝑜. 𝐸𝑠𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑣𝑒𝑟 𝑠𝑢𝑠 𝑖�...
12.9K 1.9K 22
[EN CORRECCIÓN] Año 79 D.C. el volcán Vesubio hizo erupción, dejando a los habitantes de Pompeya sepultados bajo una gran capa de ceniza y fuego, hac...
15.8K 1.8K 12
De a poco, estoy dejando de brillar.
123K 16.7K 19
Viajar al Amazonas a pesar de su disgusto le abrió los ojos para darse cuenta que al final... Todavía no era verdaderamente libre. . . . No. 1 en #t...