•Beso robado• » 3rd Down
Los días pasaron, apenas una semana transcurrió pero yo lo sentía mas eterno. Mis días solo se enfocaban en el trabajo y volver a casa para llorar un rato antes de dormir.
¿Qué si me arrepentía de lo que había hecho?
Por supuesto que no. Pero eso no quitaba el hecho de que doliera como el infierno.
No había vuelto a ver a Josh, respeto mi decisión cuando llamo al día siguiente para verme y hablar y yo le dije que no quería verlo de nuevo. Solo sabia gracias a Fer que preguntaba todos los días por mi.
Debía ser fuerte, había tomado una decisión y estaría firme con ella. No caería tan bajo para ser la amante a escondidas de alguien. Aunque a ese alguien lo amara con todo el corazón, no cometería de nuevo ese error.
Metí la cuchara de nuevo en el bowl sacando apenas media porción de helado de frambuesa.
—Genial ahora tu también me decepcionas —me levante del sillón para dirigirme a la cocina. No me moleste en poner pausa a la película, era al menos la octava vez que la veía.
Tire el bowl vació y me serví un poco de agua, después, sin muchos ánimos camine al baño. abrí el grifo y lave mi cara y mis manos un poco pegajosas a causa del postre que termine. Luego de secarme levante la mirada encontrando mi reflejo. Era horrible. Unas cuantas ojeras, cabello desalineado y una camisa gigante. Bonito plan de sábado por la noche.
Me veía del asco y me odiaba por eso. Por dejar que un hombre pudiera romperme hasta tal grado. Ya no iba a llorar, estaba harta de hacerlo, pero mi simple reflejo fue suficiente para cristalizar mis ojos.
—Ya no mas Julie. Lo amas pero si no eres prioridad para él al menos selo para ti.
Seque mis lagrimas con fuerza al mismo tiempo que escuchaba el timbre de mi departamento. Intuí que seria Fer. Desde el día anterior insistía en que saliéramos a tomar algo, yo francamente le dije que no tenia muchas ganas de meter alcohol a mi organismo.
No me arregle mucho y me dirigí a la puerta. Al abrir me encontré a la persona que menos esperaba.
—Juliette.
—Señora Jones —mi vecina me dirigió una mirada dulce al mismo tiempo que me entregaba una bolsa.
—Aquí están las cosas que me prestaste el otro día cuando lo luz se fue del edificio.
En la bolsa se encontraban unas cuantas velas iguales a las que le proporcione hace unos días.
—Señora Jones no tenia que regresarme nada.
—Oh hija, es mi forma de agradecerte —de nuevo sonrió—. ¡Dios! Soy tan despistada, olvide el pastel que te hornee esta mañana.
—No debió señora Jones.
—Tonterías. Iré por él para que lo partamos —tomo mi mejilla con dulzura y dio la vuelta. Solté una pequeña risa. Tal vez necesitaba algo como un pastel recién horneado de la señora Jones para alegrar mi sábado.
Cerré la puerta y me di la vuelta dispuesta a dejar la bolsa de velas en la cocina, pero a medio camino el timbre volvió a sonar. ¿Acaso la señora jones se teletransportaba? Su piso estaba cinco plantas abajo.
—De verdad que es rápida señora Jones —pero al abrir la puerta me quede congelada. ¿De verdad estaba frente a mi? Josh me miraba de forma profunda sin decir nada y lo peor de todo es que me sonreía. Esa sonrisa que tenia días sin ver estaba a un metro de mi acelerando mi corazón—. ¿Qué haces aquí? —no soltaba la manija de la puerta aferrándome a ella.
—Tenemos que hablar —lucia igual o mas terrible que yo. Parecía que no había dormido mucho gracias a unas ojeras bajo sus ojos.
—Yo...
—Se que pediste no volver a verme —me interrumpió—. Lo respete, pero ya no lo soporto. Necesito que hablemos.
Lo medite durante unos segundos. Quería hacerlo y mi fuerza de voluntad estaba a nada de irse a la basura. Tal vez y solo tal vez debíamos dejar las cosas en claro y dejar de escondernos. Mas específicamente yo. No podía seguir viviendo con la incertidumbre de topármelo en el trabajo. Estaba claro que nuestra amistad estaba rota, pero quien sabe, tal vez hablando podíamos volver a comenzar a llevar las cosas en paz. Alejados pero en paz. Aunque eso significara destrozarme por dentro, pero al menos seria una ventana para comenzar a sanar.
—Bien —me hice a un lado dejándolo pasar. Al cerrar la puerta lo seguí manteniendo mi distancia hasta que estuvimos en la sala. Deje la bolsa que la señora Jones me dio en uno de los sillones—. Habla.
Josh se mantuvo en silencio unos segundos mirándome. No pude descifrar su mirada.
—Lo lamento. En serio lo lamento. Fui un maldito egoísta al arrastrarte a hacer algo que estaba mal —sabia a lo que se refería—. No hay justificación. Nunca me pare a pensar en el daño que les podía causar. Por eso lo lamento.
—Tampoco puedo dejarte toda la responsabilidad. Yo acepte jugar de ese modo, pero después comprendí que estaba muy mal. Por eso decidí terminar con todo —Josh asintió entendiendo—. Y sigo creyendo que fue lo mejor.
Bajo la mirada.
—Lo que mas lamento fue el daño que te cause a ti —bufo—. Es que cuando me besaste aquel día yo... —tallo su rostro pasando las manos por su cabello—. Por un momento creí que estaba soñando.
Su declaración me dejo sorprendida.
—¿De que hablas? —luego de comenzar a salir nunca hablamos del día que le robe el beso.
—Dios mío y luego tenerte entre mis brazos —seguía divagando—. Me sentí el hombre mas afortunado de todos. No necesitaba a nadie mas.
Me acerque un poco a él.
—Lo que hice aquel día estuvo mal. Tu estabas con Britt, yo llegue después a meterme.
—Eso no es cierto. Tu estuviste primero, siempre fuiste primero. Pero jamás tuve el valor de dar el siguiente paso por temor a perderte —jadee con sorpresa—. Si supieras cuantas veces trate de armarme de valor para invitarte a salir.
—¿Por qué no lo hiciste?
—Tenia miedo de que me rechazaras y nuestra amistad terminara por mi culpa —dio un paso hacia mi—. Pero cuando me besaste supe que tenia una oportunidad.
—Pero, Britt...
—Trate de reprimir mis sentimientos saliendo con alguien mas, pero fue lo peor que pude haber hecho. Britt no merecía algo así, por eso fui a disculparme de frente con ella. Mi mejilla quedo bastante adolorida después de eso.
Mi sorpresa fue bastante visible. ¿Se lo dijo?
—¿Cuando...?
—Luego de que me corrieras del departamento. Sentí mi mundo desmoronarse por el hecho de perderte. Entendí que estaba todo mal así que era hora de arreglarlo, hacerlo bien. Fui directo al departamento de Britt y le conté todo lo que había pasado y como... siempre estuve enamorado de ti, y que debí terminar con ella antes de comenzar contigo —su mirada parecía recordar aquel día—. Obviamente se puso furiosa y me grito de todo, cosa que merecía. Luego me confeso que dentro de ella sabia que algo así pasaría. Que era consciente el como nos mirábamos desde mucho antes de comenzar a salir.
—Ahora entiendo porque no volví a verla en las instalaciones —creía que estaba haciendo un buen trabajo de evitarlos, pero la realidad era que ella ya no estaba por ahí.
—Quise hablarlo contigo, pero me pediste no volver a verme y lo entendí, así que te di tu espacio, pero ya no lo soporto. Cada día pregunto por ti y el saber lo mal que estas me esta destrozando, aun peor entender que es por mi culpa —acaricio con delicadeza una de mis mejillas—. Dios mío Julie en serio te extraño tanto.
Cerré lo ojos reprimiendo mis lagrimas.
Todas sus palabras me estaban haciendo caer. También lo extrañaba, demonios lo extrañaba como el maldito infierno, y la principal razón por la que lo había dejado era por como ambos manejamos la relación; a escondidas y siendo amantes. Si esos muros ya no estaban de por medio tal vez las cosas podían funcionar.
—También lo hago —declare—. Te extraño —cuando abrí los ojos vi su sonrisa—. Pero no podría soportar algo así de nuevo.
—Nunca. Haremos las cosas bien, como debió ser desde un principio —acuno mi rostro entre sus manos—. ¿Me darías otra oportunidad?
La decisión estaba en mis manos. Suspire conteniendo mis emociones al tener su rostro tan cerca del mío. Sonreí y me acerque uniendo nuestros labios. Mi acción lo tomo por sorpresa, y mi corazón se acelero al sentir como respondía. Muchas veces me había imaginado que se sentiría besarlo de nuevo, pero la realidad era aun mejor.
—Solo una. Mi prioridad seré yo y mi felicidad, así que aprovecha Allen.
—Siempre —me dio unos cortos besos—. Siempre lo hare.
Cuando nuestros labios iban a unirse de nuevo el timbre de mi departamento sonó. Me separe de él para abrir encontrando a la señora Jones sosteniendo un delicioso pastel de chocolate y fresas.
—Tarde mas de lo esperado —me sonrió y luego miro a Josh tras de mi—. Espero aprovecharas el tiempo jovencito.
Fruncí el ceño y mire a Allen, este rascaba su nuca y reía nervioso.
—Digamos que tuve un poco de ayuda para poder entrar al edificio.
—Y a juzgar por sus rostros la ayuda fue un éxito —me sonroje—. Ahora comamos pastel para celebrar. Chico trae un cuchillo y unos platos, tu novia debe estar hambrienta luego de no comer en todo el día.
Josh asintió enseguida haciendo caso a la señora sin refutar.
—¿Cómo sabe que no he comido en todo el día?
—Cuando uno esta enamorado, el hambre desaparece ¿o me equivoco? —reí mientras la seguía a la mesa. No podía objetarle nada—. Ahora mas vale que recuperes energías. Con ese grandulón como novio las vas a necesitar,
Mi rostro se encendió.
—¡S-Señora Jones, y-yo...!
—Oh vamos, también fui joven.
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Me parece que ya hace falta una ronda de pedidos en Flag, ¿O como lo ven ustedes?
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×JMRM×