-Ya deja de estar mirando a todas partes y concéntrate en tu tarea- estamos en nuestro lugar favorito, yo haciendo bocetos de joyas y Lucas sus tareas escolares.
-necesito un descanso hermosa Esme- dice con pereza.
-solo 5 minutos, ya estas por terminar- se pone de pie y camina un rato al rededor de mi, se vuelve a sentar y toma la carpeta donde yo tengo ya unos bocetos terminados.
-como se llaman las piedras azules?- pregunta curioso.
-las piedras azules se llaman Zafiros, las rojas Rubí, las verdes Esmeralda, las piedrecitas redondas Perlas y los transparentes brillantes diamantes- explico.
-me gustan estas rojas, los rubí. Tus ojos tienen el mismo color que las esmeraldas!- señala emocionado con una hermosa sonrisa en su rostro.
-si, mamá los tenia así y yo soy la única que los heredó, por eso mi nombre. Ahora deja de curiosear y vuelve a tu tarea- termino mi ultimo boceto y guardo las cosas en el bolsito donde cargo los materiales necesarios para mis trabajos.
-Buenas tardes- una voz gruesa de hombre nos saluda.
Lucas mira con miedo, claro si este hombre tiene mirada fría y cara seria.
-Hola Allan- lo saludo sorprendida, no pensé que volvería a verlo.
-puedo sentarme con ustedes? Caminaba por aquí y los vi, quise acercarme a saludar y así me presentas a este hombre- Lucas enseguida me mira asustado.
-Claro puedes sentarte con nosotros, te presento a Lucas mi mejor amigo, Lucas el es Allan- el hombre se sienta al lado del niño y le ofrece su mano para que la estreche. Este desconfiado, responde el saludo.
-y que hacen?- pregunta Allan.
-Lucas hace tareas de matemáticas y yo ya termine- contesto.
-es que las mates son difíciles- se queja Lu, haciendo que Allan ría.
-Amigo Lucas yo te puedo ayudar en eso y vas a ver que fácil son los números, muéstrame y te ayudo-
Allan explica tan claramente que Lucas enseguida le toma el hilo a los problemas de matemáticas que tiene que resolver y de a poco se le pasa el miedo y le toma confianza a Allan.
-si ves que es fácil? cuando quieras ayuda solo avísame- le ofrece Allan a Lucas.
-gracias señor Allan, no pensé que fuera así de fácil- contesta metiendo su cuaderno en su mochila.
-no me digas señor, si acabo de explicarte la tarea de matemáticas somos amigos, llama me Allan nada mas- yo solo los miro.
Pasamos la tarde hablando, contándole a Allan como nos conocimos Lucas y yo. El niño no deja de parlotear y moverse.
-tengo hambre- Lucas posa sus manos en su barriga.
-yo tambien, que les parece si vamos a comer pizza?- propone Allan.
-si! Vamos por pizza- Lucas salta de la emoción, le encanta la pizza, Allan me mira esperando una respuesta, y el niño con carita de perrito regañado.
-claro, esta bien vamos por pizza- nos ponemos de pie y tomamos nuestras cosas para caminar hasta donde deje mi carro.
-si quieren podemos ir en un solo carro, el mio esta aquí- no me subiré en el carro de un hombre que solo he visto dos veces en mi vida. Sigue siendo un completo desconocido.
-mejor nos vamos en el mio, suban- abro la puerta de mi carro para que él hombre no insista y subo para que ellos hagan lo mismo.
Camino a la pizzería siento ojos zafiros en mi todo el tiempo, no puedo evitar sonrojarme.
Llegamos y pedimos, Lucas ya tiene confianza con Allan y parecen amigos de hace años.
-Allan, hoy la hermosa Esme hizo unos dibujos muy bonitos de las piedras- comenta Lucas jugando con los envases de las salsas sobre la mesa.
-si? Y que piedras dibuja la hermosa Esme?-
Okey ahora si estoy roja, que Lu me diga hermosa Esme es una cosa pero que este hombre me lo diga y mirándome fijamente a los ojos es otra, aparto la mirada enseguida.
-no son dibujos Lu, son bocetos de joyas, y son piedras preciosas- contesto mirando a Lucas. No puede callarse?! Ya veo porque las madres se quejan de sus hijos cuando no quieren cerrar la boca.
-bueno eso, piedras preciosas y para mi la mas linda es la roja, como es que dijiste que se llama?- me pregunta confundido.
-la roja es el rubí, y es muy bonita, pero para mi la mas hermosa es la esmeralda, mi favorita- comenta Allan mirándome.
Aparto la mirada ruborizada, éste hombre me hace sentir cosas extrañas, pero agradables.
-y que estudia la hermosa Esme?-
-diseño de joyas- contesto.
-disculpen, aquí esta su pedido, y sus bebidas, lo que necesites solo llámame, soy Carla- nos interrumpe la mesera, que no quita su mirada de Allan, pero éste ni cuenta se da pues su mirada esta sobre mi.
Trato de mirar a cualquier parte para no chocar con su mirada, logra hacerme sonrojar con facilidad.
-uff por fin llego la pizza- Lucas enseguida toma un pedazo y se lo lleva a la boca, Allan y yo hacemos lo mismo.
Pasamos una noche agradable, Allan es muy simpático y parece buen hombre. Lucas y él encuentran un tema que les encanta y estuvieron hablando de fútbol todo el tiempo. Yo solo los veo interactuar, aunque aveces Allan me dirige miradas que me hacen sonrojar sin razón.
Es que él es muy guapo!
-Chicos es tarde y Lucas tiene clases mañana, es hora de irnos son las ocho treinta- tengo que interrumpirlos sino pasaremos toda la noche hablando de fútbol.
Allan me acompaña a llevar a Lucas hasta su casa, saludamos a la señora Blanca, y luego vamos a la playa pues tengo que dejar a Allan allá.
-pensé que eras de las chicas que cuida de sus porciones de comida, te comiste cuatro pedazos de pizza- río por su comentario.
-soy de buen comer, no estoy pendiente de las calorías y esas cosas a la hora de comer- me burlo.
-eso es bueno, es agradable salir a comer con mujeres que disfruten de la comida sin remordimientos ni peros- le miro y sonrío, él me regresa el gesto. Que sonrisa tan linda, parece de propaganda de pasta dental.
-bueno llegamos, gracias por la pizza, la pasamos muy bien- le agradezco con mi mejor sonrisa.
-no hay de que hermosa Esme, para mi es un placer pasar tiempo contigo... Y Lucas claro- nos quedamos en silencio nuestras miradas conectadas. Creo que parezco tonta mirándolo.
-bueno Esmeralda y esta vez si me darás tu numero o me vas a sacar algún pero?- me regala una sonrisa que derrite a cualquiera. Río ante su comentario.
-esta bien te lo daré- me da su celular y anoto mi número.
-listo ahí esta mi número- le regreso su celular.
-gracias hermosa Esme- por favor que no me llame mas así, me pongo colorada cada vez que lo dice!
Abre la puerta y se baja, antes de cerrar me mira.
-te ves hermosa manejando este carro- una mas de esas sonrisas que son perfectas y se aleja dejándome muda.
Cierra la puerta antes de que yo pueda contestar algo coherente, siento mi cara caliente, pongo en marcha el auto y manejo hasta casa.
Los hombres de mi vida están sentados en la terraza de la entrada cuando llego. Bajo del carro y camino sin voltear a verlos.
-Esme hasta que por fin te vemos, ven hija siéntate con nosotros ya mañana me voy- tio Kevin, tambien estoy enojada con él. Ruedo los ojos y le miro.
-estoy cansada tio, nos vemos mañana- me duele en el alma tratarlos así, no quiero hacerlo pero mi enojo es mas grande.
Papá y mis hermanos han intentado hablarme pero siempre les corto con alguna excusa y me alejo enseguida.
-por favor hija, ven, solo será un rato, ya me voy mañana- me dice un poco dolido.
Se me aguan los ojos, esto es muy duro para mi, pero ellos no me entienden, suspiro y me acerco. No tomo asiento, me mantengo de pie solo mirando a mi tio.
-como has estado?- tio Kevin intenta sonar como si nada hubiese pasado, los otros están callados.
-bien tio, haciendo trabajos para universidad, por que te vas tan rápido?-
-bueno ya llevo una semana aquí, tus primos y tu tia me necesitan- me regala una cálida sonrisa.
-bueno tio, saluda a los primos y a tia Cris, cuidate mucho por favor y vuelve a venir pronto- le doy un beso, un abrazo y me adentro a la casa.
Juro que me duele ser así de seca y cortante con mis hombres pero estoy dolida muy dolida. Haberme ocultado algo tan importante toda mi vida y enterarme de la peor manera es muy desagradable. Si no hubiese pasado eso, ellos me hubiesen contado algún día? Vuelvo a dormir con lagrimas en los ojos una noche mas.