Todo Depende de ti

By cesarvelasquez965

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Entre secretos, sentimientos y muerte… Para Anthony las cosas nunca fueron fáciles, sobre todo porque su for... More

Presagio
.....
Capítulo 1: Los Tres Días
Capítulo 2: Los Cuervos
Capítulo 3: El Secuestro
Capítulo 5: Mis Demonios
Capítulo 6: La Caja
Capítulo 7: Ferviente
Capítulo 8: Las Alianzas
Capítulo 9: Comprometidos
Capítulo 10: Comienza El Juego
Capítulo 11: El Regreso
Capítulo 12: Movimientos correctos
Capítulo 13: No es Real
Capítulo 14: Viviendo en Círculos
Capítulo 15: Teoría de la Autodestrucción (Parte 1)
Capítulo 16: Teoría de la Autodestrucción (Parte 2)
Capítulo 17: En la lista de Muerte
Capítulo 18: La noche más larga
Capítulo 19: Entre Hojas de Papel
Capítulo 20: Puerta Color Sangre
Aviso:
Capítulo: 21 Dulce como la Venganza
Capítulo 22: Mi Devoción
Capítulo 23: Gritos Silenciados
Aviso

Capítulo 4: Punto De Quiebre

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By cesarvelasquez965

Punto de quiebre

(Día tres)

El olor a humedad se incorpora en mi cerebro, no había sentido ese olor hace mucho tiempo. Siento el óxido en mis labios, y el dolor se apodera de mi mejilla. ¿Acaso me habían golpeado? No lo recordaba.

Abro los ojos, y parecía estar en un cuarto viejo, la bombilla se encendía y se apagaba constantemente. Intento moverme pero las sogas en mis manos y piernas lo evitaban. Los dos encapuchados estaban en las sillas contiguos a la mía.

-Despertaste pequeño solecito.- Suelta Timothy, ahora podía ver muy bien su rostro, (su patético rostro).- Tenemos planes para ti.

-Son dos contra uno.- exhibo.- estoy desolado...- suspiro y este apretó los puños.- y aburrido, podrían golpearme de nuevo y así perder la conciencia.

-Anthony, tu suerte no te va a ayudar esta vez.- suelta una carcajada, y alza un cuchillo al aire, escribiendo mi nombre.

-Tienes un cuchillo.- revelo.- y con eso se supone que tengo que tener miedo.

-¿Qué hiciste?- se acerca y coloca el filo de la navaja en mi cuello.- Porque no estas sufriendo.

-Porque esa parte ya la cubriste tu Timothy.- me carcajeo, este enfurece aprieta su mano en puño, y golpea mi rostro, el sabor a sangre se penetra en mi lengua.

-Puedo matarte si quiero.- denuncia.

-Hasta los momentos no has hecha nada, que pueda herirme.- trago una boconada de aire.

Observo ahora mis sogas no están del todo amaradas, su trabajo de secuestradores es de novatos, podía notarlo.

-Timothy, ¿Qué estamos haciendo?- Pregunta su compañero, quien tenía todavía la capucha. Su voz dudaba y esa era mi ventaja.

-Hasta los momentos, el ridículo.- interrumpo.

Este se acerca con el cuchillo en mano, desliza la navaja en mi pierna, y mi pantalón se llena de sangre, no sentía dolor. Pero a juzgar por la mancha, solo era un corte superficial.

-Vas a sufrir lo que yo sufrí.- sus ojos se oscurecen, parecía enloquecer de rabia.

-Y así, el león juega con la presa.- contengo la risa, y su amigo parecía desconcertado. Se quita el pasamontañas, y me mira con recelo.

-Esto no está funcionando.- enloquece.- solo has que conteste.- se rinde. Dejando ver como el sudor corría por su frente.

-Cálmate, Roy.- Ordena el jefe, soltando el nombre de su cómplice, y esa era la señal que necesitaba; su punto de quiebre.

Uso toda mi fuerza para zafarme de las sogas, este se queda perplejo al ver mi cuerpo libre, tomó la navaja de sus manos y me lanzo hasta su compañero. Entierro el filo en su pierna, y giro del mango, éste grita, y suelta alaridos del dolor con el cuchillo enterrado se arrastra hasta una esquina.

No me muevo, espero que Timothy me arranque la cabeza, o me hiera al ver a su compañero retorciéndose del dolor.

-¡Qué diablos hiciste!- chilla Tim, y corre a socorrer a su amigo.

Podía correr en ese momento, incluso escapar de estos ineptos. Pero no lo haría, comenzaba a divertirme...

-Soy lo que representa su pasado inocente...- sonrío.-No van hacer algo que realmente pueda hacerme daño.- indico, y ellos quedan boquiabiertos; como si se tratara de un fantasma.- Lo acaban de probar...

Avanzo hasta la misma silla, me siento esperando los golpes, gritos, y maldiciones que nunca llegaron.

-¿Qué es lo que haces? y como regresas a la normalidad.- me tantea con la mirada Tim.

-No sé de lo que estás hablando.- rodeo con los ojos.- me aburro.

-Justo así se comportó cuando murió su madre.- comienza el y su voz se escucha en la lejanía.- como si nada le importara... nada le doliera.

Me levanto de la silla, hasta el encuentro de ambos. Sujeto el mango de la navaja y este chilla, lo giro al lado contrario; y con este movimiento lo jalo para sacarlo. Al momento que este sale, el charco de sangre se hace presente.

-Rompe tu camisa, y haz algo útil.- ordeno. Amarra la pierna del caído y la sangre cesa.

Ya había perdido mucho tiempo con estos sujetos, podía notar algunos rayos de sol escurriéndose por las aberturas del cuartucho, camino en busca de una salida. Y Tim se levanta a mi encuentro, me sujeta de los hombros, apretó los dientes mostrando su fuerza.

-No iras a ningún lado.- chilla, empujándome de regreso al asiento.

-Tienes que estar bromeando.- señalo.

-Podría arrancarte la garganta con mis dientes si es posible.

-Hazlo.- lo retó.- haz tu jugada maestra.

-¿Por qué tardaste tanto?- pregunta el herido, y observo como un hombre robusto aparece por la única puerta. Su aspecto dejaba mucho que desear. Traía ropa sucia y hecha pedazos, su mal olor invadió la habitación.

-Tenías razón.- responde Timothy.- nosotros no somos capaces de hacerte daño, pero contratamos a alguien que si puede.

El hombre sonríe, corre a mi encuentro y con la mano suelta golpea mi mejilla, apenas sentí el bofetón, pero el estruendo se escuchó en todo el lugar. El impacto hizo que girara la cabeza hacia un lado, regreso al punto de partida y lo observo a los ojos. No pude contener la risa así que me carcajee.

-Este pedazo de mierda, hará tu trabajo sucio.

-¿Qué haces?- suelta un alarido Roy. Con el cuchillo lleno de sangre, lo entierro en la palma de mi mano, aunque la herida chorrea estirpe. Estaba seguro que esto es superficial, no me dañaría a mí mismo, pero ellos no lo sabían.

-Estás loco.- vociferan a coro.

-Ahora, quien hace tu trabajo.- respondo y paso la mano ensangrentada por la cara del robusto, este se pone pálido. Abre la puerta por la que entro y desaparece.- Novato.

-Solo respóndeme una pregunta...- dice entre gemidos.- y puedes irte.

Se deja caer al suelo, sostiene la venda de su compañero y sonrío ampliamente.

-Podía irme hace más de dos horas.- planteo.- ¿Qué quieres saber?

-¿Quién fue el culpable de la muerte de Alejandra?- pregunta entre sollozos.

-Esto es por tu patética novia.- vacilo.- ¡fui yo!- miento.

Sus lágrimas se hacen presentes.

-Mientes.- responde.

-Esa es la verdad.- miento de nuevo.- pero si no me crees no me importa.

-¿Qué haces para dejar de sufrir?- consulta su compañero, mi cuerpo retrocede y todo da vueltas.

Mis manos estaban heladas, y las imágenes se hacían presentes.

-No, no otra vez- trago una boconada de aire. Estos me observan y esperan mi respuesta.- Hay un nervio en el esternón, justo allí me inyecto anestesia. Y todo desaparece. Mi padre decía que mi cerebro reacciona a esas estimulaciones; agudas, por eso causa ese efecto.

-Eso... Es malo para tu salud.- indica Roy.

Me carcajeo ante la ironía, ellos hablando sobre mi salud.

-Enserio, te importa mi salud.


El olor a humo se incorpora en el aire, mis acompañantes se percatan de la situación, y comienzan a exclamar el nombre del robusto. Brasas danzantes se hacen presentes en la habitación, y ahora sabía que lo que ardía era todo el lugar.

-Tenemos que salir de aquí.- exponen.

Corro hasta la puerta y ellos abren los ojos, el pánico se retrató en sus rostros.

-Les conté dos de mis secretos.- comienzo.- no puedo dejarlos con vida.- sonrío y Roy ruge.- pero les prometo pintarlos en mi cuaderno.


Salgo por la puerta, y coloco una silla para evitar que estos salieran, justo afuera el sujeto robusto se encontraba tirado en el suelo, inconsciente. Eso me facilitaba las cosas. Salgo por la puerta principal, y una llamarada en el techo comienza a devorar la casa, era una cabaña...

-No es nada personal.- propongo. Y comienzo a correr. El sol comenzaba a salir, las copas de los arboles tapaban el cielo, y el suelo pastoso rodeaba todo el lugar, no tenía tiempo de admirar el lugar, así que proseguí mi camino.

-¡Anthony!- grita Elizabeth quien aparecía al encuentro.

-Estoy aquí.- respondo.

Sus pasos se aceleran a mi encuentro, camino lo más rápido posible, mis músculos comenzaban a estirarse, y el aire chocaba con mi rostro, es aire puro. Pienso, ella me rodea con los brazos y yo hago lo mismo.

-Estas a salvo.- sus mejillas se tornan de un color carmesí, las lágrimas se hacen presentes, y siento el calor de su cuerpo que rodea el mío.

Con mi dedo anular limpio cada lágrima de sus ojos, y me inclino para besarla, sus labios chocan con los míos.

El sabor de su boca es a cerezas, su olor invade mi nariz de nuevo, y comenzaba a depender de ese olor. ¿Qué me pasaba? Su calor se incorporó a mi cuerpo haciéndolo más cálido, a esto se refería ella, al besarla mi perspectiva cambio, la sujeto de las caderas y la obligo a cercarse cada vez más a mi cuerpo, quería sentirla lo más cerca que podía, se separa para tomar aire, y me besa de nuevo, esta vez su beso fue delicado.

-Tenemos que irnos.- propone dulcemente, y me sujeta de la mano.

-Está bien.- Propongo y siento que algo en mi interior comienza a romperse. Hago caso omiso aquel sentimiento, manteniendo el ritmo de sus pasos.

Caminamos por quince minutos más, sin encontrar ninguna salida. ¿A dónde me trajo Timothy? Pienso y una punzada vuelve a mi pecho al recordar el nombre del caído.

-Anthony.- Brama Derek apareciendo a nuestro encuentro.

Él también me buscaba, no comprendía. Acaso paso más de un día, cuando tiempo llevo desaparecido.

-Estoy bien.- respondo.

Su cuerpo choca con el mío, y me rodea con los brazos, me apretó tan fuerte que por un segundo me es imposible respirar. Su abrazo me recordó a Emily, ella me envolvía de esta forma. Comienzo a adaptarme a sus brazos, y siento como si esa fuera la reacción del hermano que nunca tuve.

-Estábamos muy preocupados.- indica sin soltarme.

-Espera.- respondo, me separo de su cuerpo sin comprender.- ¿Porque estaban preocupados? No me conocen.

Quería oscurecer de nuevo todo mi ser, comenzar a caer en los recuerdos. La anestesia perdía su efecto permanentemente, y no quería caer de nuevo.

-Te conocemos hace tiempo, mi madre siempre compro tus cuadros.- propone él.

-Eran ustedes.- me costaba respirar.

-También ya nos habíamos visto.- coincide Elizabeth.

-No, no, no...- gimoteaba.

-Estabas solo en la exposición, y todos tenían amigos por doquier.- comienza Derek.- entonces yo me acerque y te dije...

-Tus cuadros valen mucho más que cualquiera de este pueblo.- interrumpo con el recuerdo de sus palabras.

-Vales más lo que dicen los cuadros, ellos hablan por ti mismo...- sigue él.

-Solo tienes que decir algo inteligente, y el mundo será tuyo.- termina la frase Elizabeth quien ni siquiera sabía que estuvo allí ese día.


Cerré los ojos y todo estaba oscuro, solo el sonido de las voces de ambos. Cada pieza en mi cuerpo comenzaba a romperse, la anestesia había pasado del todo. Ya no tenía efecto en mí, ellos lo habían quitado. Una dosis doble siempre me sirvió para más de una semana, y ahora las imágenes surgieron en mi cerebro. Pero ahora ya no las obstruía; solo dejaban que ellas se apoderaban de mi cabeza. Comencé a sentir como el peso de todos estos años se alejaba, y regresaba a la normalidad.

Me faltaba la respiración...

-¿Que hice?- suelto, y Derek me sujeta.

-Tranquilo todo está bien...

-No... No... No está bien.- me ahoga entre vagidos, Emily estaba muerta, mi madre murió, participe en la muerte de Alejandra.

-Tranquilo ya estas a salvo.- Consuela Elizabeth.

-No, No... no entienden.- chillo.- dañe a ese chico, encerré a Tim, dañe a Alejandra.- Grito tan fuerte como puedo.- No, No... que hice...

-El efecto que tenía está pasando.- formula Derek. Un zumbido en mi cerebro me evita pensar.- lo que sea que hizo, ya no tiene efecto en él...

-Emily.- Grito de nuevo, y entierro mis puños en la tierra.

-Está bien, sé que todo te agobia ahora.- indica Elizabeth.- pero estarás bien.

-Emily, está muerta... como voy... no... deje que... que hice...- balbuceaba.

-Puedo ayudarte, si dejas ayudarte.- su voz es seria.

-Ella está muerta, estuvo muerta todo este tiempo, y yo hice una fiesta.- un nudo en la garganta me evitaba tragar, me ardía cada cuerda vocal por los gritos que daba.- Como... ¿Cómo van ayudarme?

-Vas a estar bien, lo prometo.- Plantea él.

-No entienden, ya no tengo a nadie.- me pongo de pie, la oscuridad me absorbe, me ahogaba y no sabía nadar, dolía tanto que solo quería que parará.

-Tranquilo.- Protesta.

-No tengo a nadie, todos están muertos... mi mamá, mi papá, Emily, John... todos están muertos.- dejo que el peso de gravedad haga su trabajo y me dejo caer.- Ya no tengo a nadie.- las lágrimas salen por si solas, y la realidad me absorbe.

-Nos tienes a nosotros.- dice Elizabeth.


Derek se acerca y me rodea de nuevo, Elizabeth permanece estática. Después de un segundo se forma un nudo alrededor de mi cuerpo. Mis sollozos eran acompañados por la calor del cuerpo de ambos, aunque ellos querían consolarme, no podían hacer nada. Ya no queda nada para mí, lo único que me mantuvo estos años fue Emily, incluso con ella tenía que usar anestesia para pasar los días, y ahora ya no contaba con nada.

-Duele, duele... solo hagan que todo esto paré.- gimoteo, y ellos me aprietan con más fuerza.

-Te ayudare, lo prometo.- Expresa Derek, siento como entierra la aguja en mi hombro, con lo que supuse sería un sedante. Aprieto los dientes, y espero que este tenga un efecto en mi persona...






II

*************

(P.D.V. Elizabeth)


Su cuerpo cae inconsciente por el sedante, Anthony no se merecía todo este sufrimiento...

Derek arrastra su cuerpo hasta un gran árbol, teníamos que llevarlo de regreso a su casa, pero antes teníamos que esperar que Annie apareciera. Caminamos una distancia prudencial dejándolo cerca de nuestra vista.

Derek se tensa, y comienza a dar vuelas en círculos.

-¿Qué estamos haciendo?- suelto, este se detiene antes de marearse y me observa con recelo.

-Tú lo besaste.- me culpa, y paso las yemas de mis dedos por mis labios, donde aún sentía el fantasma de sus labios contra los míos.

-Le dijiste que ya lo conocías.- lo acuso también, estábamos en problemas.

-El chico me agrada.- formula él.

-Nunca nadie te agrado.- respondo tajante.

-El sí.- apretó los dientes.

-¿Qué vamos hacer?- la respiración me faltaba. No puedo ir en contra de mi familia, sabía que tampoco Derek.

-Así que ya estropearon todo.- se carcajea Annie, apareciendo entre las sombras.- mi madre estará feliz de saberlo.

Le hago un gesto a Derek, y este como siempre me sigue la corriente. Sabía que cada palabra que saldría de mi boca seria engaños, y sobre todo que me dolería por decirlo, pero lo haría, hasta encontrar un plan para salvar a Anthony.

-Hermanita, de hecho nosotros tenemos un nuevo plan.- sonrío y ella abre los ojos como platos.- El cree que estoy enamorada de él, iluso.

-El único amigo que tiene soy yo.- se jacta Derek, Annie se torna roja de la furia.

-Nosotros ya ganamos su confianza mientras que tú...- hago una pausa, y mi garganta arde.- eres un cero a la izquierda para él.

-¿Cómo pueden decir eso de Anthony? alguien tan dulce.- lloriquea ella, y trata de que nosotros caigamos en su juego, soltando los verdaderos sentimientos que teníamos acerca del muchacho.

-No seas ridícula Annie, lo tenemos comiendo de nuestras manos.- prosigue Derek sonriendo.- Él no tiene a nadie.- su rostro se tensó, eso le costó decirlo.

-Así que no juegues con nosotros, el mocoso es nuestro.- me carcajeo.


El sonido de una rama rompiéndose llama nuestra atención, llevo mi vista hasta la silueta de Anthony apoyada en un árbol, su rostro pálido como un papel refleja la tristeza al haber escuchado nuestra conversación, mi cuerpo se tensa al instante, y sin saber cómo actuar mi voz se hace presente...

-¡Anthony!- berreo y este sale corriendo.

-Vaya al parecer escucho las cosas grotescas que dijeron de él.- suelta Annie y su sonrisa se prolonga.

-Sabias que estaba allí.- Ruge Derek.

-Por supuesto, ahora estoy en ventaja.- se carcajea.- Yo siempre gano hermanos.- concluye y todos corremos hacia el mismo objetivo...











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