Habían dos cosas que mi cerebro reflexionó en ese momento...
La primera; es que podía soportar un dolor mayor al físico, lo supe desde el momento en que entre por esa puerta color sangre, y lo único que tenía seguro era mi propia muerte. No culpaba a Benjamín por sus actos, era su forma de demostrar el amor que sentíamos a la misma persona...
La segunda; Jensen menciono que en el amor siempre hay una persona que ama más que la otra, ahora lo entendía a la perfección, siendo yo el que la amo más a ella... Lo único que me dolía, es que si mi muerte despertaba ese sentimiento en ella, jamás lo sabría... Si ella realmente me quería, o solo fui una pieza más de su retorcido juego.
Mi agresor se acercó sonriendo, complacido porque finalmente acabaría con el trabajo que empezó, cerré los ojos y espere que ese manto de oscuridad me cubriera por completo.