shots ❨ ykookgi ❩

By daeguyz

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- ̗̀ ❨ donde escribo cosas sucias -y bonitas- de mi otp ❩ ˆ YOONKOOK & KOOKGI ♡︎ 2017 ;;... More

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By daeguyz

"omega incorrecto"
› omegaverse au + 18

› ando bien actualizadora porque todo esto ya lo tenía escrito desde hace mesess pero el bloq era con rudimentario y no podía subir nada hasta acabar ese JAJA solo una nota importantísima:
* esta historia fue el PRIMER omegaverse que hice allá por el 2019-20 jsjs, pueeede ser (nose) que algunas personas lo hayan llegado a leer ya porque estaba publicado en una cuenta de adaptaciones pero en otra ship, ya que me daba penita publicarlo yo (no me sentía satisfecha/cómoda aún escribiendo el género lol) y por eso dejé a mi amix publicarlo (además de q me ha adaptado otros shots) actualmente ella lo quitó de su perfil y decidí ponerlo por aquí de regreso a su ship original;;

—Mierda, mierda, mierda... — El rostro de Jeongguk brillaba debido a la fina capa de sudor que lo cubría, no había hecho ningún esfuerzo pero la velocidad con la que su corazón latía contra su pecho, era suficiente para hacerlo jadear y tenerlo completamente sudoroso.

Deseó con todas sus fuerzas que la oleada de calor lo dejase respirar bien. Pero pareció ser en vano, ya que sintió como si poco a poco el aire se le escapara de los pulmones y no fuese capaz de regresarlo. No estaba entendiendo nada.

Jeongguk alcanza a recargar su cuerpo contra la pared fría del baño, siente que sus piernas tiemblan y la llamarada de calor lo envuelve cruelmente, haciéndolo sentir sofocado. Su mente está en blanco, incluso cuando toda su confusión esta aumentando más a cada segundo.

Despertó hacía solo unos minutos, después de sentir un horrible malestar en el estómago, como si hubiese recibido una fuerte patada justo en el abdomen. Al principio, solo corre al baño y se deja caer al suelo en contra del retrete, como si por instinto su cuerpo buscara expulsar el vómito debido a la desagradable sensación, pero se mantuvo quieto, sin poder soltar nada.

Después, otro golpe lo invadió, esta vez en una zona más baja, cerca de su vientre, y el dolor lo hace doblarse en agonía. Finalmente, una ola de calor lo hace darse cuenta de que algo anda mal. Verdaderamente mal. Su cuerpo siente extrañas contracciones, una horrible sensación de estar a bordo de un barco en medio de un oleaje salvaje, a pleno sol del verano.

Las piernas le temblaron cuando se puso de pie, y la sensación de la pared helada le hace gemir adolorido. No entendía que mierda estaba pasándole, pero quería que se terminara de una jodida vez.

Cuando se acerca al espejo del baño, logra recargarse sobre el lavamanos sin caer en el intento, y finalmente levanta la mirada para ver su reflejo.

Suspira entrecortado. Luce igual que siempre, a excepción de que los ojos de su pantera estaban presentes. Es normal algunas veces, que los ojos del animal interior reluzcan por sobre los humanos cuando algo anda mal, o cuando alguna emoción sobrestimula los sentidos; en éste caso, Jeongguk estaba más que seguro de que su pantera estaba igual de alterada que él, siendo las dos esferas doradas en sus ojos la prueba máxima.

— ¿Qué es esto? ¿P-por qué rayos estoy?... — De pronto siente algo más, algo aún más terrorífico.

Con miedo, dirige una de sus manos hacia abajo, justo donde su short deportivo cubre su entrepierna, una evidente erección es resguardada, tan dura y sensible que comienza a jadear por el solo roce de la tela presionándolo. Cuando baja aún más, teme por lo que encontrará, pero la duda no le permite parar y finalmente se da cuenta.

Su ropa está siendo humedecida por un líquido que comienza a brotar de su cuerpo. Asustado, se cerciora de dónde proviene. Y finalmente comienza a darse cuenta de lo que significa todo eso.

— ¿Por qué mierda estoy lubricando? E-esto... No, yo n-no... — Sus manos tiemblan conforme se sigue percatando de los hechos. Se deshace de las prendas que lo cubren como si éstas lo quemaran viva la piel, y finalmente la noticia lo golpea duro en la cara, tan duro como su pene necesitado.

Maldice internamente, mientras el lubricante natural sigue brotando de su esfínter, la sensación del aire rozando sutilmente su sensible miembro lo hace jadear, su vientre contrayéndose dolorosamente, de repente siente una horrorosa necesidad de masturbarse, de tocarse y correrse tanto... Pero el miedo le recorre las venas, y las lágrimas comienzan a descender por sus mejillas sonrojadas.

—No, puedo, y-yo no puedo ser un omega, maldita sea... — Solloza con pesar en su voz. El dolor de su cuerpo comienza a mezclarse con el de su pecho, de pronto siente que todo el peso del mundo ha caído de lleno sobre sus hombros y siente que en cualquier momento quedará aplastado y morirá.

Su mente comienza a recordarle todas la razones por las que no puede creer lo que está pasando.

¿Que dirán los demás?

Se suponía que él debía ser un alfa, todo el mundo esperaba que fuera así, y así tenía que ser. Todos sus planes, sus objetivos, no podría realizarlos siendo un omega. Estaba mal en toda la extensión de la palabra, y todos caerían de la impresión si lo descubrían.

Él debía ser un alfa entero, de pies a cabeza, porque así lo querían sus padres, sus amigos, todos en la manada. Debía cortejar a un lindo omega y hacerlo su compañero para así tener muchos cachorros, debía seguir estudiando y tener un constante entrenamiento para seguir siendo el capitán del equipo de fútbol, debía seguir como sus amigos y presentarse como un alfa. Él realmente debía, pero...

Jeon Jeongguk se había presentado como un omega, y estaba ahora mismo afrontando los primeros síntomas de un celo. De su primer celo, extenuante, agotador y doloroso.

Y quería llorar por ello.

Normalmente, el primer celo de los omegas es siempre el más doloroso. Algunas personas se preparaban, e ingerían algunos remedios naturales como ungüentos, tés, aromatizantes o medicamentos especialmente hechos para ayudar a aminorar los dolores en omegas primerizos. Claro que, la mayoría de ellos sabían de antemano su rango, lo intuían... Pero Jeongguk se equivocó. Se equivocó por completo.

¿Cómo no lo había notado? ¿Por qué su vida fue siempre la de un "futuro alfa", y a último momento, la naturaleza lo golpeaba en la cara fuertemente, con la realidad de encontrarse siendo un omega?

De verdad quería llorar. Y no sabe qué es más doloroso, su cuerpo estremecido o la sensación de desilusión en su pecho, el caos en su mente, el desánimo de su mirada dorada.

— ¡¿Por qué no lo dijiste?! — Jeongguk grita frente al espejo, sus ojos ámbar clavados en su reflejo, la rabia brotando de cada uno de sus poros.

Le reclama a su pantera, por haber estado siempre ocultándole su verdadero ser. Siente rencor, por haberse esforzado tanto en algo que jamás podría ser.

Su vida, sus sueños, su futuro... Todo estaba perdido.

-

Habían pasado aproximadamente dos horas desde la terrible revelación.

Jeongguk sabe que su celular está lleno de mensajes y llamadas debido a que no se presentó a clases. Imagina que sus amigos estarán consternados por no haber recibido un aviso o una señal de su ausencia. Lo suponía, era normal para alguien al que siempre miraban.

Pero el tiempo no había ayudado nada para relajar su estado. Al contrario, lo sentía todo incluso aún más intenso con cada toque.

Después de haberse desquitado con todos los objetos del baño, arrojándolos en su rabia, dejando un verdadero desorden que más tarde tendría que solucionar, Jeongguk optó por tomar una ducha con agua fría, tal vez de esa manera su acaloramiento podría descender. Aunque no fue así, su cuerpo agradeció la atención, ya que no pudo evitar masturbarse debajo del agua.

Todos los pensamientos negativos lograban disiparse un poco, aunque la presión en su pecho por su desgracia aún seguía latiendo. Podía distraerse un poco, si se concentraba en darse placer y atender su necesidad y después pensaría en qué hacer.

Maldijo repetidas veces, porque no podía creer lo difícil que era el celo. Él jamás imaginó que un omega tuviera que pasar por tanto. Afortunadamente había leído que los celos solo eran intensos los primeros dos días, y los siguientes eran menos dolorosos. Aunque Jeongguk simplemente sentía que en cualquier momento caería desmayado.

Cuando salió de la ducha, no podía entender lo excitado que aún se sentía y ni bien logró secarse el cuerpo, se dejó caer en la cama y regresó a su labor.

Su mano viajó por su marcado abdomen, hasta encontrar el camino a su miembro, el cual era de un tamaño promedio, Jeongguk jamás consideró que su tamaño fuese malo, después de todo no tenía mucho con qué comparar; además su constitución era firme, a consecuencia de su arduo entrenamiento físico: atlético, alto y bien formado, sus muslos eran gruesos y duros, hombros y espalda anchas, aunque su cintura parecía ser más fina de lo debido en contraste, y sus caderas marcadas. Él realmente lucía más grande que cualquiera de los omegas que había conocido en su vida. Es por eso que, jamás imaginó que pudiese ser uno. Y ahora mismo lo maldijo.

Se envolvió con su palma y jadeó deseoso. Ya se había corrido tres veces, y aún así no podía extinguir el lívido que le incendiaba por dentro. Sentía que no estaba satisfecho, que le faltaba algo, pero no sabía el qué...

— ¡Ah! Joder... — Su voz ronca, un poco entrecortada dejó escapar un alarido cuando, con la punta de su pulgar, se acarició con suavidad la cabeza de su miembro, justo en su apertura. Gimió, pues la sensación de estar cerca pero al mismo tiempo lejos, lo invadió nuevamente. En un instinto puro, su mano libre también se deslizó por su vientre y encontró la ruta escondida hasta el lugar entre sus piernas, que se sentía húmedo y caliente. Gimió, la sensación fue extraña al principio. Uno de sus dedos tanteó la zona, su entrada lubricada resultó sentirse bien al ser tocada, como si de repente se hubiera transformado en una de sus zonas erógenas. —Oh por Dios...

Jeongguk no pudo creer la increíble sensación que se abrió paso en su cuerpo, cuando empujó la punta de su dedo anular sobre su agujero, ejerciendo la presión suficiente para entrar por completo de una vez. Jadeó, sorprendido por la facilidad con la que logró meterse uno de sus dedos, y aún más, por la increíble ola de placer que lo atravesó por solo empujarse unos centímetros sobre su entrada. Pronto lo descubrió, eso era lo que necesitaba.

"Por la santa mierda, necesito follar". El cerebro de Jeongguk pareció reacio a la idea al principio, no podía aceptarlo tan fácilmente, él no podía creer que estuviera masturbándose con un dedo en el culo, si alguien le hubiera dicho que en algún momento de su vida él haría algo como eso, hubiera partido la cara del osado a hacerlo. Más pronto, tales pensamientos se disiparon, porque Jeongguk no fue capaz de negarse la satisfactoria sensación, y pronto, otro dedo fue cómplice, y empujaba ambos en su interior, entendiendo que el alivio que necesitaba, estaba ahí. Hizo un esfuerzo por abrir más sus piernas. "No. Que me follen, necesito que me follen".

Lloriqueos de placer inundaron la habitación, su cuerpo se retorcía sobre la cama y el lugar estaba impregnado de las recientes feromonas omega que Jeongguk había empezado a desprender, con la intención de atraer a un alfa que lo ayudara a aplacar su celo. Jeongguk ni si quiera se había puesto a pensar en el aroma dulzón que había comenzado a emanar su propio cuerpo, ¿cítricos?, ¿flores?, ¿frutillas?... Jeongguk no podía asegurarlo, su mente estaba echa un lío.

El cuerpo de Jeongguk se contrajo, invadido por una exquisita ráfaga de placer al sentir cómo sus dedos llegaban un poco más profundo, se sentía un poco frustrado, porque no podía sentirse completo, era como si la sensación constante de que necesitaba algo más grande, algo más largo, algo que lo llenara más, se burlara cruelmente de él y sus deseos.

"Un alfa... Alfa." La voz en su mente casi suplicó. No sabía si él era el dueño de sus pensamientos justo en ese momento, o lo era su instinto animal. Sea como sea, no estaba equivocado, Jeongguk sabía, muy a su pesar, que eso era lo que necesitaba.

Gimió fuerte y finalmente pudo sentir un orgasmo construyéndose, su miembro palpitó y la fuerza de sus empujes con su muñeca lo hizo también. Iba a correrse, iba a correrse con dos dedos en su interior, realmente iba a hacerlo.

La sensación fue brusca en su mente, de repente pareció ver borroso y la liberación lo alcanzó, otorgándole una nueva gama de placeres, una sensación de plenitud extendiéndose por su cuerpo, incluso cuando seguía temblando de necesidad ligeramente. Se sintió destruido, de una forma completamente nueva.

Respiró hondo y dibujó una mueca amarga en su rostro acalorado cuando miró el desastre que era su cuerpo sudoroso y manchado, flexionó sus piernas entumidas y poco a poco sintió que el cansancio le arrebató la consciencia.


Jeongguk no sabía cómo empezar a inventar una excusa creíble para todos.

Al principio solo contestó los mensajes, diciendo que estaba bien y que no se preocuparan, que había surgido una emergencia y por eso tuvo que faltar dos días seguidos a la escuela. Afortunadamente caía fin de semana después, tendría dos días más para intentar reponerse y empezar un plan.

Tenía que hacer algo con su nueva condición.

Por muy poco lógico que sonara, Jeongguk decidió que no podía decirle a nadie lo que pasaba. Si lo hacía, su padre seguramente volaría de regreso a casa solo para cerciorarse de que era una mala broma, y su mamá correría de la oficina ante la histeria de su esposo. Y Jeongguk no estaría bromeando en absoluto.

A sus amigos tendría que mentirles mejor, ellos lo conocían más y tendrían más contacto con él. Ellos podrían ser los primeros en sospechar de su secreto, y primero tenía que encontrar la forma de poner un orden. No quería que nadie se enterara, porque sería un verdadero problema si los rumores comenzaran a fluir.

Así que al final ideó un plan. Había escuchado de muchos omegas que tomaban supresores y dispersores para aplacar su aroma omega. Era lo que necesitaba, por lo menos hasta que encontrara el valor y la forma de confesarle a todos su verdadera naturaleza.

Y a sus amigos les diría que su emergencia fue que Jimin entró en un repentino celo en su casa y debió quedarse con él y atenderlo. Eso sonaba creíble para él, Jimin era un chico con el que salió un par de veces, más nunca formalizaron algo, se trató solo de encuentros ocasionales y además lo consideraba un buen amigo y era agradable. Eso justificaría los restos de aroma de su propio celo, en lo que él conseguía que los dispersores y aromatizantes hicieran efecto en su cuerpo.

Era un plan perfecto. Solo necesitaba un cómplice que le ayudara a conseguir la medicación, y no sabía a quién podía confesarle un secreto tan importante.

Se levantó de la cama y salió por primera vez desde el desastre, fuera de su habitación. Su casa estaba limpia, tal y como la última vez que se aseguró de que lo estaba. Incluso cuando vivía solo, le gustaba siempre tener un orden de todo y que las cosas estuvieran limpias. Detestaba el desorden.

Se dirigió a la cocina a pasos lentos, su celo no había terminado aún, pero lo peor estaba pasando, ya se sentía más racional, aunque su cuerpo estaba aún débil y su lívido era latente.

Tomó la mesa un plátano y lo comió desesperado, no había ingerido nada los últimos dos días y confirmaba que se sentía un completo desahuciado. Se terminó toda la fruta que había comprado para la semana en tan solo unos minutos, y se apresuró también a buscar un vaso de agua y beberlo como si tuviera años sin tocar gota alguna. Su cuerpo lo agradeció, se había sentido tan exhausto y caliente que había ignorado por completo sus demás necesidades.

Finalmente tomó asiento en una de las sillas del comedor y se mantuvo meditando unos minutos. Aún estaba haciéndose a la idea de su nueva realidad, de que necesitaba reorganizar por completo su vida.

En medio de un suspiro, tomó su celular y comenzó a revisar sus mensajes. El grupo que tenía con sus amigos mandaba muchos mensajes, y tenía algunos otros en privado preguntando por su estado. Resopló agotado, porque realmente no sentía ánimos de darle explicaciones a nadie.

Abrió solamente uno de los chats.

Yoon hyung 17:31
oye, ¿puedes pasarme las respuestas del tercer cuestionario? te compraré una hamburguesa a cambio, lo juro

Jeongguk no pudo evitar reír ante el mensaje de su amigo. Afortunadamente alguien no estaba muriendo por saber sobre su paradero. Y eso lo relajó.

17:34
claro, hyung

Yoon hyung 17:36
ohh sí estás vivo
me alegra

17:36
así es, y me sorprende que no hayas insistido en saber cómo estoy como los demás

Yoon hyung 17:38
oye, pregunté por ti en el grupo
no me hagas quedar como un mal amigo
preferí darte tu espacio
es lo correcto, ¿no?
aunque ya que respondes... ¿estás bien?

17:39
sí hyung, te lo agradezcojimin y yo ya estamos mejor

Yoon hyung 17:40
así que faltaste a la escuela por follar, mocoso increíble

Jeongguk soltó un resoplido, sintiendo una amarga sensación ante el hecho de que estaba creando una gran mentira. No le gustaba para nada mentir y temía que se le saliera de las manos. Pero tenía que hacerlo si no quería que su vida se volviera un caos de un segundo a otro.

17:42

bueno, no podía dejarlo solo

Yoon hyung 17:43
entiendo entiendo
un buen alfa

17:43
sí jaja

Yoon hyung 17:45
bueno, entonces ¿puedo pasar por el trabajo? son muchas hojas y no quiero darte la molestia de tomarles fotos y estoy por esos lados
sirve de una que llevo tu hamburguesa

Jeongguk pensó nervioso su respuesta. No estaba listo para enfrentarse a sus amigos, pero en algún momento las cosas tendrían que suceder, no podía ocultarse por siempre.

17:48

está bien hyung¿puedo pedirte un favor?

Yoon hyung 17:49
dime

17:49
¿puedes pasar a una farmacia a comprar unas cosas que jimin necesitará? porfis
supresores, dispersores y tres paquetes de frituras, también un refresco grandete dejaré el dinero y el cuestionario en el comedor

Yoon hyung 17:51
oh eso suena como un celo difícil

17:51
realmente lo esdice jimin

Yoon hyung 17:52
de acuerdo, te haré el mandado
iré en una hora
cuídalo bien

17:53
gracias, hyung, lo haré :)


Jeongguk había logrado distraerse un poco regando las plantas del patio y podándolas un poco, en sus tiempos libres le gustaba hacer de jardinero, y tenía un muy lindo patio lleno de vida, con flores y árboles que cuidaba con dedicación para verlos crecer.

Claro, eso solo lo hizo en el tiempo que le fue posible mantener su cuerpo estable. Aunque no fue mucho, pues pronto pudo sentir leves apretones en su vientre, y la familiar ola de calor recorrerlo. Había recordado de sus clases de biología, que los omegas eran capaces de controlar sus feromonas en caso de peligro, y los alfas también, para tratar de anteponerse a los instintos. Jeongguk necesitaba aprender eso.

Suspiró y entró de nueva cuenta a su casa, se aseguró de cerrar bien la puerta al patio y se dispuso a buscar en su escritorio el trabajo que Yoongi necesitaba.

Él había conocido a Yoongi desde hacía mucho tiempo, aunque hasta hace poco habían comenzado a hablar, cuando entraron a la universidad, en la misma facultad. Era un cambiaformas de lobo y realmente era una persona muy amable y un amigo divertido. Por supuesto, era un alfa. Tal como sus amigos Namjoon, Mingyu, y Taehyung. Por otro lado, estaban Hoseok y Jin, quienes eran los únicos omegas del grupo. Y ahora, claro, él también.

Ahora que lo pensaba, realmente Yoongi parecía ser el más adecuado para confesar su secreto, él era más comprensivo que sus demás amigos, y siempre ayudaba si había problemas, era muy sobreprotector y fácilmente se ganaba la confianza de terceros. Jeongguk estaba seguro de poder confiar en él.

De momento dejó de pensar en revelar su secreto y dejó el trabajo de la escuela en la mesa del comedor, así como la cantidad de dinero que calculó costarían todas las cosas que le encargó, si faltaba luego podría reponerlos, él no tenía idea de cuánto costaban las cosas para omegas. Antes de irse a resguardar se aseguró de dejar la puerta de la entrada sin seguro, después de todo esperaba a Yoongi solamente y él se encargaría de cerrarla después.

Sin más se dirigió a su habitación, a su maldito nido decidió. El lugar estaba inundando de sus feromonas y el olor del celo. Se dejó caer en la cama y respiró hondo, había salido solamente con un bóxer color negro puesto, la ropa le resultaba incómoda, la tela de la camiseta que intentó usar le rozó sus sensibles pezones, y aunque el bóxer también le resultaba molesto por su viva erección y la humedad, no podía andar desnudo por toda la casa.

Apretó sus piernas en un intento de ignorar su constante necesidad. Si las cosas iban a ser así de ahora en adelante, tendría que comprar algunos consoladores o vibradores para pasar sus celos, seguramente sería mucho más cómodo que meterse los dedos.

—Solo espera a que llegue la comida... — Murmuró para sí mismo, a pesar de la intensa erección que seguía levantándose entre sus piernas.

No quería seguir masturbándose, incluso cuando lograba correrse, la sensación de vacío se instalaba desagradablemente en su interior, como si fuese un placer artificial e incompleto, además de doloroso, sabía que necesitaba de las feromonas alfa para aminorar tales estragos, pero definitivamente no tendría uno, no había forma de que eso pasara.

La idea lo hizo suspirar adolorido. Estaba poniendo mucho más de su parte en retener la idea de que se había presentado como un omega, que en aceptarse tal cual.

Resultaba entendible, él justo estaba en la etapa de la aceptación. Ya se había molestado, ya estaba descubriéndose, solamente necesitaba adaptarse, entenderse en ésta nueva forma. Su verdadera forma. Como fuese, el ser omega no significaba que su personalidad haya cambiado, él seguía siendo el mismo chico, bueno en los deportes, atrevido, juguetón e inteligente.

¿Por qué estaba tan preocupado por lo que los demás pensaran? Él solamente había descubierto su condición biológica, no estaba siendo abducido del cerebro u algo parecido. El mundo tendría que entenderlo, y con el tiempo aceptarlo. ¿No?...

Jeongguk puso pausa a sus densos pensamientos cuando escuchó ruido por el pasillo, se puso alerta, y pronto escuchó la grave voz de Yoongi soltando un saludo de llegada. Se puso de pie rápidamente, ignorando le debilidad de sus piernas, y se recargó contra la puerta cerrada con pestillo para escuchar atentamente lo que pasaba.

— ¡Ah! Hyung, muchas gracias... Puedes dejar las cosas en la cocina, por favor... — Pidió amablemente, intentando también que su voz se escuchara lo más relajada posible. —Te lo agradecemos mucho. Tu dinero y el cuestionario están en la mesa...

—Muy bien, Gguk. Nos vemos luego, cuídense. — Yoongi habló, y Jeongguk entonces escuchó el sonido de sus pasos andando unos segundos, para después escuchar el sonido de la puerta cerrándose y un prolongado silencio.

Suspiró. Por un momento pensó que la situación se le saldría de las manos. Por suerte, Yoongi no parecía muy interesado en saber lo que pasaba y la calidad de sus problemas. Eso era bueno, Jeongguk reconocía que él no fuera tan entrometido en la vida de los demás. Incluso cuando confiaba mucho en él, no sabía aún de qué forma podía confesarle su presentación.

Después de unos minutos, finalmente abrió la puerta de la habitación lentamente y con sus pasos temblorosos, salió rumbo al pasillo donde estaba la cocina. Miró sobre el comedor la bolsa de la farmacia con las cosas que había pedido, y además justo a lado, una bolsa de comida y los tres paquetes de frituras que pidió. Casi suspira de felicidad, de verdad Yoongi lo había salvado la vida.

Se apresuró a rebuscar entre la bolsa de los medicamentos y leyó la caja de los supresores. Trató de entender lo más que pudo, más lo único que sabía era que debía tomarlos, lo más pronto posible. Luego se encargaría de saber cómo funcionaban. Así que eso hizo, rápidamente los abrió y tomó cinco pastillas, no sabía si era la cantidad adecuada pero pensó que entre más tomara, menos sería el efecto del celo. Se dirigió al refrigerador y consiguió una botella de agua fresca. Estaba a punto de introducir el grupo de pastillas a su boca cuando miró de entre las sombras de la sala de estar, a Yoongi aparecer.

— ¿Qué crees que estás haciendo, mocoso?

Jeongguk soltó un alarido de susto, y de la impresión dejó caer la botella de agua junto con las pastillas. Se aterrorizó al instante, ni siquiera pudo pensar en recoger las cosas para ingerirlas de una vez, sino que, el único pensamiento que le llenó la mente, fue huir. Huir lo más pronto que fuera posible antes de que Yoongi lo descubriera.

—Yoongi... ¿Por qué sigues aquí?... — Su voz fue entrecortada, su rostro se miraba más pálido de lo normal.

Tenía que mantener la calma si quería por lo menos intentar salvar su teatro. Maldijo internamente ante la mirada determinada de su hyung, lo recorrió de arriba abajo, y fue entonces que recordó que estaba semidesnudo, con solamente su bóxer húmedo cubriéndolo. Se avergonzó, se sintió expuesto de una nueva forma, porque Yoongi era un alfa, y él simplemente estaba analizándolo como si no fuera un manojo de nervios horrible.

— ¿Ibas a tomarte los supresores?... — La confusión fue clara en el rostro del mayor, se cruzó de brazos e inclinó levemente su cabeza a un lado, esperando una respuesta.

—Yo... No, yo iba a... — Jeongguk balbuceó, y se apresuró a recoger del suelo la botella de agua y las pastillas. Se estaba quedando sin ideas, y el temblor de sus rodillas no estaba ayudándole en nada. —Yo solo, quería ver si eran, las correctas...

— ¿Y para eso debes probarlas?... — Inquirió curioso, su ceño suavemente fruncido le dijo a Jeongguk que no esperaba un rodeo de excusas, sino que solamente quería la verdad.

— ¡No! Iba a llevárselas a Jimin, solo las saqué de la caja... — Se excusó nuevamente. Intentó convencerse de que lo estaba haciendo bien, pero estaba más seguro de que lucía como un crío diciéndole mentiras a sus padres.

—Es curioso que lo menciones, porque yo acabo de encontrarme con Jimin de camino a la farmacia.

La sangre de Jeongguk se congeló en sus venas, las palabras dejaron de procesarse en su cerebro y tuvo que recargarse contra la encimera para no caer ante la sorpresa de las palabras de Yoongi. Jodido, estaba totalmente jodido. ¿Cuántas posibilidades había en el mundo, de que Jimin fuera a la misma farmacia que Yoongi, justo en éste preciso momento? Jeongguk sintió que había alguien en el universo conspirando totalmente en su contra.

— ¿Y bien?... — Yoongi preguntó, insistiendo.

Normalmente hubiera dejado las cosas sin entrometerse, pero de verdad le ganó la curiosidad cuando miró la cabellera rubia de Jimin pasar por la puerta de la farmacia al mismo tiempo que compraba supresores supuestamente para él.

Claro que se detuvo a saludarlo, no mencionó nada de la coartada de Jeongguk, pero descubrió que Jimin lucía bastante bien y no parecía necesitar supresores, incluso el rubio le contó que iba de camino a una reunión entre sus viejos amigos de la secundaria, y parecía bastante emocionado.

Yoongi observó con daño la imagen de Jeongguk frente a el. Nunca lo había visto tan atrapado en sus pensamientos y acorralado por la situación. Obviamente estaba ocultándole algo, y empezaba a preocuparse por la expresión que mantuvo y lo ajetreado que se miraba intentando pensar en qué contestarle.

De cualquier forma, si Jeongguk le había mentido a todos sobre su supuesta emergencia del celo de Jimin, ¿por qué la casa entera estaba impregnada de un fuerte aroma a celo? Y el aroma de un omega, algo como rosas recién cortadas. Dulce y cautivador.

—Hyung... — La voz de Jeongguk fue baja, cargada de todos los nervios que sentía en ese momento. De verdad se le había salido todo de las manos, más rápido de lo que pensó. Y ahora estaba atrapado, justo entre la espada y la pared. De alguna u otra forma saldría dañado, pero la inminente culpa por mentir, le abrumó los sentidos. —Perdón por mentirte... Yo, no sabía cómo solucionar las cosas...

—Jeongguk, ¿qué es lo que ocurre?

Yoongi ésta vez logra que la preocupación se refleje en su voz. No era normal que Jeongguk hiciera ese tipo de cosas, ni mentir, ni faltar a clases, ni dejar los mensajes sin contestar... Algo extraño estaba pasándole, y quería saber qué era tan importante como para hacer que le mintiera en la cara.

—Si te lo digo, promete no decirle a nadie... Aún no, solo necesito un poco más de tiempo. Estoy tratando de entender todo ésto, ha pasado tan rápido, y-yo...

—Jeongguk. — La voz grave de Yoongi llamó su nombre, en un tono denso, que dio a entender que solamente necesitaba la respuesta a su pregunta.

Jeongguk sabía que a su hyung no le gustaban las vueltas sin dirección, le gustaba ser directo, que las cosas simplemente se dieran claras. Aún con eso, su pantera chilló adolorida ante la presencia del alfa ordenandole algo. Jeongguk suspiró, con las manos buscó la orilla de la encimera y se sujetó de ella, solo por si caía desplomado al suelo.

—Tuve mi presentación. — Confesó. Se sintió ansioso y su voz apresurada lo delató, midió atento la expresión de Yoongi, que parecía más confundida que aliviada con sus palabras, y tuvo que seguir. —Soy un omega.

La expresión de Yoongi fue orgánica, su cejas fruncidas y la sorpresa haciéndose lugar segundo a segundo conforme las piezas se unían. Si Jeongguk estaba a punto de tomar los supresores, era que el aroma dulzón que invadía todo el lugar provenía de él. De su amigo, al que siempre vio como un alfa. Era una locura.

—Pero, ¿cómo?... Creí que tu...

—Lo sé hyung, yo también creí que sería un alfa. — Jeongguk se apresuró a interrumpirlo, hastiado. —Yo estoy más impresionado que cualquier otro... Todo simplemente se arruinó, y... Resulta ahora que estoy en celo, y no puedo ir a la escuela así, porque algún alfa podría atacarme. Y además, tengo que tomar esas estúpidas pastillas, y ¡también usaré aromatizantes para que mi olor cambie! y me confundan con un alfa, solo... Yo solo necesito unos días, solo un poco de tiempo y podré...

— ¿Por qué quieres ocultarte?... — La pregunta de Yoongi salió natural de sus labios, lejos de su reciente shock, las palabras de Jeongguk lo hicieron alertar de pronto.

Escucharlo tan nervioso, haber visto cómo estuvo dispuesto a ingerir un número peligroso de pastillas sin saber cómo afectarían su cuerpo, escuchar que estaba dispuesto a camuflar su aroma y confundir sus feromonas, lo hizo preocuparse aún más. Todas esas cosas sin cuidado, podrían hacerle daño a su sistema, podrían lastimarlo si no aprendía correctamente de su naturaleza nueva.

— ¡Porque soy un maldito omega! — Su exclamación fue casi grosera, como si la respuesta no fuera obvia Se miraron a los ojos y Yoongi pudo darse cuenta de sus pupilas brillantes, pequeños destellos de dorado reflejándose tras ellas. —Uno muy malo. Y es que no tengo idea de cómo ser uno, yo no sé si hay algo que me haga saber lo que tengo que hacer. La maldita sensación de éstos días, de... De estar ansioso y necesitado, me está matando. Pensar en lo que todos dirán de mi, quebrarme la cabeza por solo imaginar cuando mis padres se enteren. Está matándome todo ésto, Yoongi... Yo no tengo ni puta idea de qué hacer, es jodidamente incorrecto. Soy un omega incorrecto, ésto no debía suceder así...

Yoongi observó con cuidado cómo las lágrimas se deslizaron por las mejillas rojas de Jeongguk. Brotó en él una nueva sensación, y jamás imaginó que sería causada por Jeongguk.

El menor dio un paso al frente, como si estuviese dispuesto a recargarse en la mesa, pero el equilibrio le falló y terminó deslizándose por el suelo, su respiración alterada y sus ojos nublados solo complicaron su situación.

Yoongi fue rápido y se acercó hasta el recién presentado omega, se inclinó hasta su altura y se aseguró de que uno de los brazos de Jeongguk rodeara su cuello, para ayudarlo a tener soporte y recuperar su equilibrio.

—Con cuidado... — Su murmuro fue suave, mientras lo ayudaba a levantarse. Jeongguk aceptó su ayuda, mientras intentaba relajarse y dejar de llorar.

—Voy a estar bien, hyung. De verdad. Solo necesito tiempo... — Repitió sus palabras, con su voz débil. Estaba siendo sincero.

Si bien hace solo unas horas sentía que su mundo había llegado al final, había decidido que no podía dejarse caer simplemente sin más. Siempre fue un chico decidido, le gustaba pensar que hasta valiente, y solo porque de la noche a la mañana su plan de vida se había desmoronado, no terminaría derribado.

—Lo sé, Gguk. — Yoongi concordó, sabía que lo que decía Jeongguk era cierto. Si él estaba asegurando que estará bien, así sería. Yoongi siempre ha creído en su determinación. Se aseguró de que Jeongguk se mantuviera sujetó de su cuerpo y de la mesa para que no se desplomara al suelo de nuevo. Se tomó un momento para respirar profundamente, porque el aroma de Jeongguk de repente estaba notándose más fuerte. —Anda, voy a llevarte a tu cuarto. ¿Puedes caminar?

—Yo, creo que sí... — Jeongguk iba a dar un paso, pero no sé atrevió a separarse del cuerpo de Yoongi, porque realmente no sería capaz de dar el paso por su cuenta. Suspiró, una ráfaga de calor se estaba extendiendo nuevamente por su cuerpo.

—Sostente fuerte. — Pidió Yoongi, y lo siguiente que atinó a hacer fue sujetar a Jeongguk por las piernas y cargarlo estilo nupcial, para así caminar en dirección a la habitación de una vez; es cierto que era un chico pesado, pero él seguía siendo un buen amigo y se esforzaría por ayudarlo en lo que pudiera.

Yoongi abrió la puerta de la recámara y el ambiente lo golpeó de lleno, un familiar estremecimiento lo recorrió, la fragancia amorosa de las rosas inundaba la estancia, el insistente toque de sexualidad impregnado también logró hacerlo apretar la mandíbula.

Lo que más le causó impacto, fue darse cuenta de que el perfume natural de Jeongguk, era realmente algo inusual, no recordaba haber conocido un aroma tan fresco y tentador al mismo tiempo, que no resultara empalagoso ni muy exagerado.

De alguna forma encontró la fuerza de voluntad para ayudarlo a llegar a la cama, lo dejó recostado sobre su espalda y antes de alejarse se tomó un segundo para detallar lo que tenía frente a él.

El cuerpo de Jeongguk se sentía caliente, y realmente no debía estar prestando atención a detalles como la tierna curva de su cintura, o la forma gentil de sus muslos, y mucho menos en la manera en que la única prenda que lo cubría se ajustaba a su cuerpo.

Tenía que salir de ahí antes de que ésta vez, él fuera al que se le salieran las cosas de las manos.

—Eso es... — Yoongi se encargó de que Jungkook tuviera a su disposición las almohadas, de que estuviera lo suficientemente al medio para que no cayera o algo así, sabía que un omega en celo tenía las cosas difíciles, y no imaginaba lo que Jeongguk estaría sintiendo en ese momento. —Espero que sepas que tienes mi apoyo, Jeongguk. Si eres alfa, si no lo eres, da igual. Las personas que te queremos sinceramente no vamos a dañarte por ello. Ahora cuida de tí mismo.

Yoongi estaba esforzándose mucho por hablar claramente, y que su expresión no se viera perturbada. Realmente quería que Jeongguk lo supiera, que podía contar con él en una situación tan difícil, como decirle al mundo que no era el alfa que esperaban. Claro que seguía sorprendido, pero aún así, no iba a menospreciar a su amigo por algo tan fuera de sus manos, algo de lo que no debería sentirse culpable ni juzgado.

—De verdad eres muy amable, hyung. — Jeongguk suspiró tenso cuando sintió las manos de Yoongi alejarse de él. Se había sentido tan bien siendo cargado por él hasta su habitación, también cuando lo miró preocupado por su estado, y por la comprensión de sus palabras. No sabía lo mucho que necesitaba oírlas. La sensación en el ambiente, el aroma de Yoongi, sus feromonas causando un inquieto revoltijo en su vientre. Oh, lo que pasó por su mente estuvo mal. —Incluso si soy lo que decepcionará a todos, es bueno saber que tú estarás conmigo...

—No decepcionarás a nadie. Lo único incorrecto aquí es que no te aprecies lo suficiente por ser tal y como eres. Eres increíble, en cualquier condición que el destino te otorgue. Grábalo bien en tu cabeza, Jeon.

Jeongguk sintió un florecimiento de alegría brotar de su pecho ante las palabras gentiles del alfa. No se había sentido tan feliz desde los últimos dos días que tenía siendo un omega, y estaba agradecido de escuchar algo tan bueno cuando su mente estaba infestada de negatividad. Intentó sonreírle a Yoongi, pero lo único que mostró fue una clase de mueca, en la que sus ojos brillaron y sus labios formaron un puchero por lo conmovido que se sintió.

—Yoongi hyung, estoy tan feliz de escucharte decir eso. Tanto que siento que moriré si no metes tu pene en mi culo...

Yoongi miró la señal. Ese era el llamado, la clave, el momento. Tenía que salir de esa habitación.

—Gguk, eso no es realmente lo que quieres. — Yoongi negó con la cabeza ante las palabras atrevidas del omega... Omega. Pensar en Jeongguk como omega era tan nuevo, incluso se asustó de lo fácil que resultaba. Realmente era un omega lindo.

Decidió retroceder, decidió hacerlo de una vez. Porque no quería hacer algo de lo que en el futuro se terminaría arrepintiendo severamente.

Jeongguk estaban en celo, si bien no eran los primeros días ya, sabía que sus decisiones estaba guiadas por el incesante llamado de su cuerpo. No era justo si él terminaba aprovechándose de ello. Además, era una locura. Jeongguk no acaba de decirle simplemente eso, y esperar que no reaccionara.

Dio media vuelta, dispuesto a caminar hasta la puerta y liberarse de una vez por todas del pesado ambiente. El aroma de Jeongguk estaba intoxicándolo incluso un poco más, como si se colara en su interior y le hiciera la sangre hervir.

—No, hyung... — Jeongguk se apresuró a levantarse de la cama antes de que el mayor terminara su camino y llegara a la puerta. No podía dejar que se fuera, era su única salvación. Se aferró a su torso por detrás en un abrazo, rodeándolo con ambos brazos. Su mareo fue intenso ante el aroma de la ropa de Yoongi. Casi puede ronronear del placer. —Sé que es extraño, si te pido esto de repente... E-es solo que, éstos dos días han sido horribles, hyung. Duele tanto y estoy agotado, no puedo estar satisfecho si solo...

—Jeongguk, para.

— ¡Mi cuerpo no está bien con solo tocarme! L-lo hago una y otra vez, pero no es suficiente, siento que voy a morir, y desde que llegaste y tu olor se propagó, ya no duele tanto, es como un calmante. Por favor no te vayas...

—Es peligroso, Gguk. No estás pensando claramente ahora mismo.

—Hyung, te lo suplico. Solo será ésta vez, prometo no decirle a nadie, incluso si te parezco desagradable por estar suplicándolo, cuando me recupere encontraré la forma de pagarte...

Yoongi logró quitar los brazos de Jeongguk de alrededor de sí y lo encaró, sujetó sus manos y las dejó inmóviles a sus costados con un firme apretón en sus muñecas. Jeongguk jadeó por el repentino movimiento y la reciente cercanía entre ambos.

Se miraron cara a cara, El menor tenía el rostro sonrojado y mantenía en su expresión la preocupación de que el alfa lo rechazara. Yoongi lo recorrió con la mirada, haciendo una tentativa pausa en la forma fina de sus labios abultados, y el aliento cálido que salía de ellos.

— ¿Desagradable? ¿Piensas que es desagradable que estés rogando por que te folle? Maldición, Gguk. Es lo único que tu olor me ha dicho que haga desde que puse un maldito pie en ésta habitación.

Jeongguk suspiró con anhelo ante las palabras del alfa, sentía como si en cualquier momento se pidiera derretir. Su cuerpo sufrió los estragos de las feromonas alfas que poco a poco comenzaban a nublarle los sentidos. Nunca había sentido algo igual, en toda su vida, jamás imaginó que sentiría tanto deseo por besar a alguien, por tenerlo cerca, por llenarse de él. Y aunque todo fuera terriblemente nuevo, lo sentía tan correcto y lo deseaba. Jodidamente lo deseaba.

—Alfa... — La voz aterciopelada de Jeongguk se deslizó entre sus labios como un pedido de auxilio, pronto el brillo de sus ojos dorados fue más visible nuevamente, el cosquilleo debajo de su bóxer y la humedad entre sus piernas fueron pronto inevitables.

—Joder, Gguk. Date la vuelta

Jeongguk tembló ante la orden, su cuerpo lo anticipó, como si por fin fuese a recibir la atención que tanto exigió los últimos días. Y obedeció, por supuesto que lo hizo, incluso cuando un revoltijo de vergüenza le atacó el estómago ante la imagen que estaba por ofrecer. Él estaría exponiendo el culo a Yoongi, y no podía creer lo caliente que se sentía solo por ello.

Se dejó caer contra la cama con sus manos de apoyo, no tuvo mucha fuerza, así que pronto recargó el rostro también y sus rodillas lo ayudaron a mantenerse levantado de su parte inferior. Era una posición indefensa, presentándose a Yoongi de esa forma. También era peligroso, pero él estaba tan seguro de que era lo que quería ahora, cada fibra de su cuerpo se lo decía.

—Estás hecho un desastre... — Yoongi se escuchó grave, incluso un poco más de lo usual y Jeongguk suspiró por ello.

Las manos frías del mayor fueron directo al elástico de la única prenda que cubría al omega y no encontró problema en bajarla, para así dejar libre ante su vista el trasero del contrario, y la erección que cada vez se había apretado más. Apretó la mandíbula cuando la esencia de Jeongguk lo abrumó. Él de verdad podría empezar a amar su olor a rosas.

Sin pensarlo mucho se inclinó sobre la cama, arrodillado ante Jeongguk para tenerlo a la altura que pretendía. Sus manos grandes lo tomaron de la cintura y apretaron la piel tersa, dejando caricias ásperas que hicieron que Jeongguk contorneara las caderas a su toque, encajando perfectamente.

No pudo reprimirse más, y como un hombre sediento, acercó su rostro hasta la piel sensible de Jeongguk, otorgando con la punta de su lengua atención al lugar que más lo necesitaba en ese momento. El gemido extenso de Jeongguk no se hizo esperar, y la forma en la que apretó las sábanas con sus manos fue consecutiva. Su cuerpo entero ardió ante la delirante sensación, jamás pensó que se sentiría tan bien algo como eso. Él simplemente tenía a su hyung arrodillado ante su culo, devorándolo y él podía correrse solamente con eso..

— ¡Oh hyung! — Jeongguk se sentía fuera de sí, su agujero siendo estirado por la lengua de Yoongi estaba arrancándole gemidos casi dolorosos, su respiración irregular y los sonidos de la boca de Yoongi comiéndolo estaban volviéndolo loco.

Yoongi lo atendió debidamente, se encargó de acariciar sus muslos mientras seguía sus órdenes de continuar. También había dirigido una de sus manos hasta el miembro del pelinegro y lo había empezado a tocar suavemente. El orgasmo fue inminente y Jeongguk se deshizo entre sus manos de placer, cayendo sobre el colchón totalmente sumergido en una burbuja de placer.

Yoongi se puso de pie y pasó el dorso de su mano por sus labios, mientras miraba el cuerpo dulce de Jeongguk tenderse frente a él, dándose poco a poco la vuelta. Sonrió un poco al ver la relajación en su expresión sonrojada.

— ¿Mejor? — Preguntó con un toque de burla en su voz.

—Yoongi hyung, fóllame. Por favor, hazlo ya...

La risa de Yoongi fue contagiosa, solo que Jeongguk no pudo acompañarlo porque estaba esforzándose en recuperar el aliento. En cambio, se dedicó a observar con atención cómo el mayor frente a él se dispuso a desabrochar sus jeans con una lentitud que lo desesperó.

—Mírate, ¿el mundo va a creerme cuando diga que tuve a Jeon Jeongguk rogando por mi polla?

—Oh, no solo estoy rogando, hyung. Lo estoy ordenando.

Yoongi sonrió complacido con la respuesta y se sintió bien al ver que el menor le devolvió la sonrisa pese al delirio en sus ojos acuosos.

— ¿Ves que no has cambiado nada? Sigues siendo el mismo hijo de puta de siempre.

Quedó en un bóxer blanco, que cubría su potente erección. Se sentía sumamente tentado, y lo único que había hecho era probar un poco de Jeongguk, no podía imaginar cómo se sentiría con el resto.

—Arriba. Será como tú lo quieras hoy. — Yoongi finalmente se quitó la última prenda de su cuerpo y se sentó en la cama, recargado contra la cabecera. Jeongguk se sentó también y no entendió al principio la orden, por quedarse embobado ante la exposición de su hyung. Su cuerpo tembló de deseo ante la insinuación.

Obedeció y pronto tomo lugar sobre las piernas de su hyung, presionando contra su culo el miembro duro del mayor. Gimió extasiado por la sensación, algo dentro de él pulsaba por él, por resguardarlo hasta sus entrañas si era posible, Jeonguuk lo necesitaba tanto.

—Lo quiero tan profundo, hyung... — El suspiro de Jeongguk fue resguardado entre los labios rosas de Yoongi, sus brazos estaban rodeando su cuello y había pegado su frente con la de él, solo porque sintió que no estaban lo suficientemente juntos. Jadeó de placer, porque el movimiento de su cadera sobre la erección de Yoongi era dinámico y sentía cómo estaba mojándolo aún más con sus propios fluidos.

Yoongi jadeó también, guiando sus manos a rodear la cintura de Jeon. Su cabeza se recargó en la pared y relamió sus labios ante la imagen del rostro de Jeongguk. Sus ojos dorados y el acaloramiento recorriéndolo. Estaba tan mal, su cuerpo se estremecía de solo ver lo seductor que se miraba.

Jeongguk se perdió a su mismo por un momento, y no fue consiente del indomable deseo que surgió en él, pero lo obedeció. Besó a Yoongi en los labios y pronto iniciaron una batalla con sus lenguas, el calor le recorrió el cuerpo completo y el balanceo de sus caderas se incrementó. Refugiando sus gemidos entre sus labios, descendió poco a poco su cuerpo una vez que se alineó, empalándose contra el miembro de su hyung.

Yoongi cayó absorto en la sensación ardiente del suave cuerpo de Jeongguk, gruñó ronco, mientras sus ojos, ahora verdes, recorrían la silueta de Jeongguk con admiración, embelesado por lo maravilloso que lucía moviéndose de arriba a abajo lentamente.

Jeongguk gimió el nombre de su hyung repetidas veces conforme se adaptaba a la sensación. Fue abrumador, su cuerpo siendo expandido y el lívido transformándose en una majestuosa llamarada de placer que tembló por todo su ser. Era como si el miembro de Yoongi hubiera sido creado para resguardarse en su interior, y la sola idea lo elevó en demasía.

—Oh hyung... — Suspiró ido de sí. Miró a Yoongi a los ojos cuando recargó sus frentes. Agradeció que le dejara mantener el ritmo, ya que el tamaño de Yoongi fue un cambio significativo, pero aún así, se esforzó en menear sus caderas, reacio a alejarse del cosquilleo de placer por sobre el del dolor.

—Gguk, no quiero hacerte daño... — Yoongi murmuró, dejando caricias suaves sobre los tentadores muslos de Jeongguk, cuando éste se embistió con fuerza a sí mismo y les arrebató el aliento.

—Házmelo duro, Yoongi. Lo necesito. — Jeongguk fue consiente del efecto de sus palabras en el organismo del alfa, y no fue capaz sino más de gemir cuando Yoongi lo empujó contra la cama y abrió abrió sus piernas para tomar un buen lugar entre ellas. —Puedo resistirlo. No me lastimarás, lo prometo.

El omega se quejó encantado, cuando las embestidas comenzaron y su cuerpo fue sometido por el alfa empujándolo contra la cama. Jeongguk se dejó hacer entre los besos en su cuello y los apretones en sus muslos, también las mordidas tenues dejadas en su pecho y hasta su labio inferior magullado.

Estaba inundado de placer, su interior llenándose un poco más cada vez que la cadera de Yoongi tomaba el impulso adecuado y arremetía contra su sensible entrada. No estaba lastimándolo porque Jeongguk era un chico fuerte, definitivamente no era un omega delicado y podía recibir todo lo que Yoongi tuviera para darle. Estaba encantado, estaba recibiendo la atención que merecía y deseaba, Yoongi estaba satisfaciendo toda la necesidad que lo había estado matando los últimos dos agobiantes días.

Quería eso para siempre. No le importaba que el mundo lo juzgara, que todos se decepcionaran, que sus padres lo consideraran alguna clase de fracaso o que lo menospreciaran. Todos podían irse al infierno, Jeongguk amaba eso. Si ser omega significaba sentirse tan bien con su cuerpo de ésta manera, estaba más que feliz de mandar a todos a la mierda y amar lo que tenía. Se sentía completo de una forma nueva que nunca antes conoció.

El primer orgasmo juntos fue arrasador, Jeongguk estuvo seguro de ver estrellas, pero éstas se multiplicaron por mil cuando su cuerpo fue volteado abruptamente contra la cama de nuevo, y comenzado a ser atacado en un segundo asalto. Pensó que se desmayaría del placer, pero su cuerpo no hizo más que responder, más que dispuesto al ímpetu del alfa que lo sometía.

Tal vez ambos debieran estar pensando en las consecuencias que su unión les traería, en la forma en que su amistad cambiaría de ahora en adelante, en cómo enfrentarían todo.

Pero bueno, a Jeongguk le parecía que lo único incorrecto en ese momento, era separarse de los labios de Yoongi.

-

—Jodida mierda, Yoongi. Consigue la pastilla ahora mismo.

La voz de un molesto Jeongguk inundaba la habitación, y aunque ambos sabían que estaba evidentemente siendo fingida, no evitó que el alfa se levantara de la cama como condenado a comenzar a buscar su ropa en el suelo.

—Ah, ¿realmente debo hacerlo? Pienso en lo lindo que te verías cargando un hijo mío...

—Tu puta madre, Yoongi. Yo no voy a ser un embarazo adolescente.

—Serías un buen padre, Gguk. Y no eres más un adolescente, técnicamente, así que...

—Consigue la maldita pastilla, Min Yoongi.

Yoongi rió ante la necedad del omega, pero no puso ninguna objeción más que sus bromas porque realmente estaba de acuerdo con él, no era tiempo de pensar en algo como tener hijos, para nada.

Habían pasado dos meses desde el la terrible -no tan terrible- revelación de Jeongguk. También dos meses desde que Yoongi se había convertido en un soporte increíblemente importante para Jeongguk.

No solo se trató de un alfa ayudándole a pasar su celo. Eso fue lo que Jeongguk supuso, que solamente recibiría la atención de su amigo por su condición, que seguramente cuando el efecto del celo pasara, él querría que volvieran a ser los amigos de antes y que las cosas no se volvieran extrañas entre ellos.

Pero no fue así, al contrario, Jeongguk se descubrió hablando con Yoongi cada día, y éste siendo su cómplice.

Le ayudó a entender más sobre ser un omega, sobre todas las cosas que conllevan serlo y sobre todo a aceptar que él no tenía que encajar en el modelo convencional de los omegas que tenía la mayoría, que no tenía que ser tierno o delicado, que no necesitaba que un alfa lo defendiera o lo mantuviera. Jeongguk realmente apreció aquello, y estuvo de acuerdo. Él no se sentía una persona diferente solo por ser omega, y agradeció que Yoongi lo entendiera con él.

También fue un importante apoyo emocional, cuando citó a todos sus amigos a su casa para confesarles la verdad. Al principio, Jeongguk intentó retrasar la situación y proponer que siguieran con su plan de ocultárselo a todos. Pero Yoongi no estuvo de acuerdo, no le parecía correcto postergar lo inevitable, no quería que Jeongguk se sintiera en la necesidad de ocultarse solo por el miedo del que dirán. Fue difícil aceptarlo, pero Jeongguk fue consiente a pesar del miedo que sentía, de que Yoongi tenía razón.

Y así fue, Jeongguk les explicó la verdad a todos sus amigos, de pie frente a ellos sentados en el sillón y con Yoongi a su costado listo para apoyarlos. Aunque su voz tembló y la telaraña de nervios le revolvió el estómago, él fue capaz de decirlo, y todos en la sala lo miraron impresionados.

Jeongguk analizó cada una de sus expresiones aterrado de sentirse rechazado, o expuesto. Pero la mano de Yoongi en su hombro, dándole un apretón cálido lo hizo relajarse y estar menos tenso, aún más cuando lo miró sonreír con sus hoyuelos.

Afortunadamente, todos sus amigos de repente comenzaron a felicitarlo por su presentación y actuaron como si no fuera la gran cosa, como si nada malo hubiera sucedido. Jeongguk abrazó a cada uno con lágrimas en los ojos, y al final todos terminaron consolándose entre sí por la cantidad de emociones encontradas. Jeongguk tenía su apoyo, y se sintió inmensamente feliz y protegido.

Yoongi no solo se había quedado en ser su cómplice emocional. Jeongguk se encontró irremediablemente flechado, y se asustó cuando pensó que no había forma de poder ser correspondido. Él no podía ser tan egoísta como para hacer sentir a Yoongi en la obligación de corresponderle. Pero no fue así, realmente Yoongi fue el siguiente en tomar el paso, y darle un beso a la mañana siguiente de su primer encuentro. Y del siguiente, y del siguiente también. Ninguno de los dos mostró negativas a ello, Jeongguk entendió que la presencia de Yoongi y su apoyo eran indispensables para el proceso de su nueva realidad. Realmente apreciaba todo lo que estaba haciendo por él.

—Volveré en unos minutos, mientras empieza a prepararte. Hoy será una noche genial.

— ¿Genial? Claro, seré asesinado por mis padres en una cena elegante... — Jeongguk se sentó en la cama, y estiró su cuerpo mientras intentaba disipar los pensamientos negativos.

Esa noche sus padres regresarían a casa, habían vivido separado desde que Jeongguk comenzó la universidad y muy pocas veces se miraban debido a la lejanía de los centros de sus actividades. Jeongguk solo había estado postergando su encuentro, aunque hablaba con ellos y mantenían un contacto frecuente.

Estaba sumamente nervioso. Era lo último que faltaba para tener así su vida resuelta. Todos estaban aceptándolo tal y como era, solamente faltaban las dos personas más importantes.

Yoongi giró la vista hasta el omega tensado en la cama. No dudo en acercarse a él por detrás y rodearlo en un abrazo protector, que le permitió dejar un beso en una de sus mejillas.

—Eso no pasará, Gguk. En todo caso, el único asesinado ahí seré yo.

Jeongguk se permitió disfrutar de la calidez de los brazos de Yoongi rodeándolo y simplemente se dejó acicalar por los tiernos mimos del alfa.

— ¿Por qué lo dices?

—Porque planeo decirles que quiero ser tu alfa.

Jeongguk giró el rostro sorprendido en dirección a Yoongi, mirándolo como si hubiese entendido mal. Su estómago revoloteó de emoción, y también fue consiente del calor subiendo a sus mejillas.

— ¿M-mi alfa?

—Bueno, realmente debería preguntarte a ti primero. Solo que estaba esperando un momento en el que no me estuvieras ordenando qué hacer para poder sincerarme. — Yoongi sonrió ante la expresión aún asombrada del menor. Se sentía un poco nervioso, porque esperaba que Jeongguk no pensara que estaba siendo demasiado apresurado, tal vez intenso, quizá un poco tonto. —Yo de verdad quisiera ser tu alfa. Si tú así lo deseas, Gguk...

Jeongguk sintió sus ojos nublarse de lágrimas. Oh, odiaba su sensibilidad. Pero es que, últimamente sus amigos y Yoongi se esforzaban en hacerlo muy feliz. Sonrió conmovido y lo único que pudo hacer fue asentir.

—Sí lo deseo, Gi. Lo deseo mucho...

Yoongi sonrió y se acercó a Jeongguk para darle un beso en los labios. Y lo abrazó feliz, porque no había nada incorrecto en la sensación de estar juntos.

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