¡ADVERTENCIA!
1-Este capítulo contiene temas sensibles como: Bullying, golpes, incentivo al suicidio.
Si estos temas te afectan, recomiendo que saltees el capítulo por tu comodidad y bienestar emocional.
2— Todos estos temas serán tratados con la seriedad que merecen, como recién están adentrándose en la trama aún no están del todo desarrollados.
3- Si estás en una situación similar, NO ESTÁS SOLO. Acércate a gente de confianza, habla, aunque sea difícil, la ayuda de alguien puede ayudarte a tomar las medidas necesarias. Mi corazón está contigo. Y si quieres hablarme con gusto te ayudaré como pueda.
Línea de ayuda (Uruguaya):
ASSE - A dos meses de creada la Línea de Apoyo Emocional 0800 1920.
Ahora sí... Sin más que aclarar, que disfrutes del capítulo.
********************************************************************
...¿Te quedarías?...
Todo al mi alrededor pareció desvanecerse... Él realmente estaba parado frente a mí, ya no era una simple ilusión de mi cabeza. Abrí los ojos todo lo que podía y mis cejas se alzaron inevitablemente mientras que las lágrimas me nublaron la vista.
Las quité rápidamente, no quería que nada me impidiera verlo, nunca más.
¿Pero cómo debía de reaccionar? Estaba completamente rígida en mi lugar sabiendo que si fuera por mí me lanzaría a sus brazos y le suplicaría perdón. Sin embargo, me sentía completamente prohibida de hacerlo.
A Nick le temblaban los labios, y se balanceaba con sus pies de atrás para adelante.
Lo único que teníamos en común, era la mirada de súplica en nuestros ojos.
— Bueno... Ya debo irme. — Anunció Jane cortando el silencio incómodo.
Comenzó a mover su bastón de un lado para el otro y Nick se apartó para cederle el paso, aunque sus ojos no se despegaron en ningún momento de los míos.
Cuando escuché la puerta del apartamento de mi vecina cerrarse, me sobresalté. Salí del shock y ahora miraba para todos lados buscando las palabras correctas.
— Nick... — Dije acercándome con cautela, como si fuera capaz de dar un paso en falso y que él volviera a escaparse. — Lo siento muchísimo.
Él miró hacia un costado, nervioso por mi cercanía.
— Vine a hablar ¿Podemos hablar? — Preguntó entonces en un tono dulce.
— ¡Claro que sí! — Exclamé incrédula. — Mm, pasa.
Entré a mi apartamento seguido de él, sus pasos tras los míos eran suficientes para que sintiera la sangre acumularse en mis mejillas y un calor abrumante.
Justo cuando estaba dispuesta a avanzar, justo cuando había perdido toda la esperanza de que volviera, regresó.
— Tienes un muy bonito apartamento... — Dijo inspeccionando el lugar.
Yo no dejaba de mirarlo con atención y sorpresa. Nick lo notó.
>> Te cortaste el pelo, te ves hermosa.
Alcé las cejas y me acerqué abruptamente a él.
— Nick, he vivido en agonía todo este mes. — Solté sin importarme de que tan cursi pudiera llegar a sonar. — Preguntándome si serías capaz de perdonarme o de volver a verme la cara.
— Yo...
— Déjame terminar. — Lo interrumpí alzando la mano. — Si es que has venido hasta aquí para terminarlo todo, lo entenderé. Pero quiero que sepas que todo esto jamás fue con intenciones de herirte y que los momentos a tu lado fueron los únicos en mi vida que los sentía verdaderos.
Nick apretó los labios en una fina línea.
>> Yo me encontré a mi misma contigo, Nick Roux. Y ya no importa si decides marcharte, sé que jamás podré olvidar nada de lo que me hiciste sentir. Siempre te estaré agradecida.
Cuando las palabras dejaron mi boca, sentí que volví a respirar después de un mes. Le permití a mis lágrimas salir, ya las había retenido por bastante tiempo.
Faith me había aconsejado, que en estos momentos debía dejar que mi cuerpo se expresara, y si necesitaba llorar me lo permitiera. Porque estaba bien hacerlo, desahogarse. Si dolió, dolió.
Él apretó los puños a sus costados y se acercó un poco más a mí. Dejando una corta distancia.
— En este mismo momento, no hay otra cosa que desee más que besarte. — Confesó.
— ¿Y por qué no lo haces? — Pregunté entonces mirándolo a los ojos.
Él soltó el aire, frustrado. — Porque mira lo que te he hecho. Estás destruida, has pasado por un infierno este mes y yo no estuve ahí. Yo te dejé, Electra. — Dijo aparentemente enojado consigo mismo.
— Yo te mentí...
— Me mentiste y jamás te dejé explicarme el motivo. — Interrumpió. — Un beso, jamás sería capaz de compensar la falta que te he hecho. Mereces más, muchísimo más.
No sabía como reaccionar a lo que me había dicho ¿Qué significaba?
— Entonces... ¿Qué? — Pregunté desesperada.
— Déjame decirte que este último mes, estuve destrozado, enojado y extrañándote. Al principio no entendía nada de lo que había pasado y descargué mi rabia contigo. Fui un cobarde al escaparme, y tú una de las personas más fuertes que conocí por salir a buscarme. — Dijo.
Mi corazón latía desbocado ante su confesión. Aún no podía creer que lo tenía frente a mí, diciéndome todas estas cosas.
>> Estuve muy equivocado, y realmente lo siento muchísimo, Electra. Debí haberte escuchado.
— Te extrañé. — Respondí sonriéndole.
— ¿Puedo abrazarte? — Preguntó.
Yo no respondí, directamente fui hacia él y nos envolvimos en un duradero abrazo, mezclado de respiraciones ahogadas y lágrimas.
Sus manos se movían lentamente de arriba a abajo, acariciando mi espalda. No había nada más reconfortante que su tacto.
En ese momento donde le poníamos el fin a la distancia entre nosotros y nuestros corazones. Me sentí en paz.
Se separó del abrazo con cuidado — ¿Nos sentamos a hablar mejor?
Asentí con la cabeza llevándolo al sillón para estar más cómodo.
>> Así que... ¿Una Firelook eh?
Bajé la cabeza instantáneamente. — Sí, soy la hija de Thais y Cedric.
— Siempre estuviste oculta del mundo... ¿Por qué? — Preguntó como si la curiosidad estuviera por matarlo.
— Debido a mi seguridad, mis padres querían esperar a que fuera adolescente para presentarme a la prensa. — Expliqué. — Pero no salió como esperábamos.
Nick frunció el ceño, interesado.
>> Cuando entré al colegio, lo hice con la identidad de Electra Falls. Pero Emilie, la hija de la directora descubrió mi verdadero apellido.
Ella al principio se mostró amable conmigo, me presentó a sus amigas y me incluyó en su grupo. Así que yo me sentía feliz, eran mis primeras amigas ¿sabes? — Reí entre apenada y triste.
Nick tomó mi mano — Electra ¿Qué pasó?
Respiré profundo antes de continuar — Emilie un día me engañó para ir a la clase durante el festival del colegio. En el aula estaban la mayoría de mis compañeros de clase, esperándome para reírse y burlarse de mí. Ahí descubrí que ella había revelado mi identidad y los siguientes años fueron una tortura constante.
— ¿Ellos te pegaban? — Preguntó sorprendido.
— Oh Nick, eso era apenas la mitad de lo que hacían. — Las lágrimas continuaban presentes en mi rostro sonrosado. — Me pegaban, insultaban, acosaban. Realmente tenía muchísimo miedo a hablar con mis padres porque en cierto punto... Sentía que lo merecía.
Él se quedó helado ante mis palabras.
>> Yo vivía en una mentira, refugiada en una mansión de gente rica ¿Por qué habrían de quererme? — Dije entre dientes con mi tono más amargo — Hablé con dirección, pero cuando la principal acusada era la protegida del instituto nada se podía hacer.
— ¿Qué cosas te hacían? ¿Quieres contarme? — Preguntó acercándose más, su brazo me rodeó y entonces noté que su expresión había cambiado a una muchísimo más preocupada.
Miré al techo, intentando recordar algunas. La mayoría de cosas simplemente ya no podía recordarlas, se convertían en tan solo un recuerdo difuso. Hasta que una pesadilla me hacía recordar.
— Recuerdo que me llevaban de los pelos hasta el baño para golpearme, o me tiraban la basura de los tachos en la cabeza. A veces escupían dentro de una botella de plástico para tirarme la saliva en la cara. — Le conté con la voz entre cortada, estaba dando lo mejor de mí para no derrumbarme.
Nick me limpió las lágrimas con una de sus manos. — Está bien, no tienes que contarme más si así lo prefieres.
Negué con la cabeza. — También escribieron una carta y la firmaron pidiéndome que me suicidara, me han cortado la espalda y todo esto a través de unos largos ocho años.
Nick sacudió la cabeza, sorprendido. — ¿Que te han cortado la qué?
Frustrada, me di la vuelta y me deshice de mi camiseta rápidamente. Estaba sin sostén y la larga cicatriz estaba al descubierto.
Él emitió un grito ahogado. Y entonces sentí sus dedos sobre mi espalda.
— L... I... A... R... — Trazó con uno de sus dedos.
Comencé a llorar desconsoladamente.
>> Electra, vístete. Podemos seguir hablando después.
Me coloqué de vuelta mi camiseta.
Cuando me di la vuelta, Nick tenía una expresión de horror en su rostro.
— Tengo que seguir contándote la verdad.
— Pero yo...
— ¡Mis padres demandaron a la institución! — Lo interrumpí abruptamente. — La directora fue expulsada de su cargo y su hija del colegio. Pero ya era tarde, yo ya me odiaba por lo que era y estaba obligada a cargar con el peso de ser una mentirosa.
— Electra. — Suplicó Nick.
— ¡Para, Nick! Si no te cuento la verdad volverás a marcharte...
Él mostró una expresión de dolor. — Yo jamás dije eso.
— ¡Pero lo sé! ¡Te irás porque nadie quiere tener a alguien mentiroso en su vida! — Grité al aire. — ¡Te marcharás porque yo JAMÁS SERÉ SUFICIENTE!
Sus manos se posaron en mi cara delicadamente, por más de que yo estuviera al borde del colapso.
Y entonces Nick me besó.
Me besó lentamente, esperando a que cediera a su beso. Lo hice. Volver a sentir su sabor era algo completamente mágico. Acaricie su brazo mientras sentía la sal de mis lágrimas invadir nuestras bocas.
Entonces él se acercó, intensificando el beso entre nosotros. Marchábamos a un ritmo de necesidad y desahogo, sus labios se movían con agilidad contra los míos y su lengua exploraba cada rincón.
— Para mí, no habrá nada más suficiente que tú. Electra Firelook. — Dijo entre el beso.
Me separé. — Sabiendo que soy un desastre... ¿Te quedarías?
Él sonrió de lado con su respiración acelerada. — Me quedaría en el mismísimo infierno si es ahí donde me necesitas... Yo no volveré a irme de tu lado, Electra.
***********************************************************************
Nick me convenció de darme un baño de agua caliente para calmar mi angustia. Hablar con él fue algo que realmente necesitaba... Aunque debo de admitir que fue la ducha más corta de mi vida, tenía miedo de salir y que no estuviera allí.
Pero ahí estaba, reluciente. Con un delantal cocinando un salteado de verduras al vino. Me quedé unos minutos en el marco de la puerta del baño para admirarlo... Lo sentí sollozar. Esto no era fácil para ninguno de los dos.
Se dio la vuelta y me descubrió observándolo. — Oye, siéntate que la comida ya está pronta — Protestó limpiándose las lágrimas.
Fui silenciosamente a la mesa. Y me llevé ambas manos a la boca cuando observé las velas, la botella de vino y la hermosa presentación de los platos.
— Nick esto es hermoso...
— Cociné con amor. — Se limitó a responder mientras tomaba asiento en el sillón.
Comimos en silencio, pero no era incómodo. Descubrí que Nick era un excelente cocinero. Las verduras estaban exquisitas... Pero entonces no pude evitarme preguntar qué tanto iba a durar eso.
— Entonces, ¿cuánto tiempo te quedas? — Le pregunté disimuladamente.
— Una semana, luego ya va a faltar tan solo un mes para recibirme así que...
Dejé caer el tenedor en la mesa.
— ¡Es cierto! Te graduarás de abogado... ¿Qué se siente?
Él quedó pensativo — Demasiado formal. — Respondió soltando una risa.
— Debe ser lindo, poder dedicarte a lo que te gusta... — Comencé a jugar con la comida.
— ¿Por qué dejaste la danza contemporánea?
Sonreí, se lo comenté una vez en una de nuestras primeras llamadas, pero no lo olvidó.
— Digamos que, fue otra de las cosas que Emilie arruinó. — Respondí.
Él suspiró. — Ya me lo contarás, todo a tu tiempo, Electra.
— Quédate, quédate esta noche conmigo. — Supliqué con una sonrisa. — Podemos mirar una película, hablar durante horas, dormir juntos.
A Nick se le apagó la mirada. — No estoy seguro de que sea una buena idea.
Me levanté y fui a su dirección.
— ¿Por qué no? Recién has vuelto, no tenemos tiempo que perder. — Me senté a su lado, extrañada por su reacción.
— Si me quedo, no puede pasar nada entre nosotros. — Aclaró un poco sonrojado.
Abrí los ojos, sorprendida. — Bueno... No estaba pensando precisamente en eso, pero un beso no le hará mal a nadie ¿No?
Nick negó con la cabeza. — Electra, aún tenemos mucho para hablar. Ambos tenemos cosas que sanar y si tenemos una relación estando lastimados no va a funcionar.
— No entiendo. — Me crucé de brazos, molesta.
— Te quiero muchísimo, quiero estar contigo. Pero ahora no necesitas un novio, necesitas un amigo. — Colocó sus manos en mis brazos. — No puedes aferrarte a lo que sentimos para querer avanzar, debes hacerlo por ti misma. Y yo estaré para ti, como amigo.
— ¿Amigos? — Me pregunté en voz alta. — Pero el beso hoy... Pensé que...
— Ese beso lo necesitábamos ambos. Una vez que ambos estemos más estables y con las ideas claras, estaremos juntos.
— Entonces somos amigos. — Concluí entre enojada y triste por el golpe de realidad.
Lo que expresaba Nick tenía sentido, no podía estar en un vínculo con alguien más cuando ni siquiera lograba tener uno estable conmigo misma. Lo primero era mi salud mental y yo, con la compañía de él sería más llevadero. Pero tenía razón, yo más que nada necesitaba la compañía de un amigo.
Nick acarició mi mejilla. — Amigos que se gustan mucho. — Sonrió ladinamente.
Cuando la cena terminó, nos quedamos mirando una película antes de irnos a acostar. No había muchos temas de conversación entre nosotros, aún estaba esa tensión que debíamos cortar.
Yo estaba mirándolo con atención, él estaba tapado con las sábanas acariciando a Timbó el cual se había tumbado a su lado. Escuchaba su ronroneo mientras Nick acariciaba su pelaje de arriba a abajo.
— Es curioso, le gustas tanto como a mí... — Dije entonces.
Nick me miró con una sonrisa enorme.
>> Lo siento, sé que somos amigos. Pero tenía que decirlo.
— Sí bueno, acércate más y lleva a Simón para tu lado. — Ordenó entre risas.
Agarré a mi gato en brazos y me di la espalda, dejando a Timbó para que durmiera a mi lado.
Entonces lo sentí, Nick pasó su mano por mi cintura y me atrajo a él, hasta quedar pegados.
— Que descanses, Stalker.
Estaba a punto de derretirme.
— Dulces sueños, mi niño de ojos esmeralda. — Susurré agarrando su mano en mi cintura.
Y allí tuve una de las mejores noches de mi vida, con Nick y Timbó a mi lado.
************************
Nota de la autora:
¡Hola a todos! ¿Cómo están? Espero que muy bien.
Oficialmente Nick y Electra se han reencontrado y hay un mar de emociones de por medio.
Sin embargo, son solo amigos.
¿Qué tanto podrán luchar contra lo que sienten?
¿Podrán sanar las heridas?
¿Puede el amor resistir a cualquier obstáculo?
Supongo que lo sabremos dentro de unos días...
Redes sociales:
Instagram: @fiore_tomorrow TIKTOK: @fio_mattswife._
Twitter: @fio_tomorrow
Kisses, Fío.