Enero, 2019.
República Dominicana
Hemos llegado al hotel hace tres horas y algunos minutos, dormí en el Jet y algo de energía me dio pero el ambiente está tenso.
Estoy sentada en un hamaca meciendome, el aire fresco mueve mi cabello y dejo las manos en mi vientre. Son apenas las siete de la mañana y todo está en silencio, escucho las aves cantar y el sonido del mar. Me encanta esta habitación ya que tiene un pase directo a la playa y al mar, de hecho hay un camino de madera que llega al agua y te puedes bañar con tranquilidad.
Escucho los pasos de Antonio y me quedo en lo mismo, se acerca a mi espalda y detiene la hamaca para acostarse. Se arregla y pasa su brazo por mi abdomen. Volteo a verlo y está solo en un shorts de lana negro con unos lentes de sol.
Respira hondo y me acuesto en su pecho.
- ¿Estas molesto? - Pregunto y acaricio su brazo desnudo.
Recorro sus tatuajes con mis dedos y el se mueve acariciando mi cabello.
- No - Responde de forma dura y me levanto viéndolo.
Quito sus lentes y cierra los ojos.
- No me digas - Le digo con sarcasmo.
- Si te digo.
- ¿Quieres hablar? - Pregunto y niega - ¿Que quieres hacer entonces?
- Follarte duro - Me ve y mi expresión le saca una sonrisa - Pero más tarde.
- ¿Por qué ahora no?
- Porque si estoy molesto - Arregla sus lentes.
- Hablemos - Insisto y niega - ¿Por qué no?
- Porque no quiero - Respiro hondo y me vuelvo acostar - Estoy cansado, me duele el miembro y estoy molesto - Vuelve hablar con tranquilidad y comienza a movernos.
- ¿Vamos a dormir? - mis ojos se comienzan a cerrar.
- Si, luego hacemos los demás - me agarra las caderas volteamdome.
Quedo de lado y tomo su brazo abrazandolo como si fuera mi oso. Cierro los ojos y me vuelvo acomodar quedándome dormida...
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Camino hacia unos de los puestos que hay en el playa del hotel. Cargo las sandalias en la mano sintiendo la arena en mis pies.
Miro a Antonio en su celular muy tranquilo y me acuesto a su lado poniendo mi cabeza en su pecho.
- Tu gata arañó a unos de mi hombres - Me pasa el celular y sonrío sin evitarlo.
- Espero no le hayan echo nada - le devuelvo el celular.
- Espero que si - me levanto viéndolo indignada - Ven - Voy hacia el de nuevo y toma mi cara en sus manos.
Comienza acariciar mi mejilla con suavidad y cierro los ojos ante el toque.
- No quiero que estemos mal mi amor - Le susurro y me jala uniendo nuestros labios.
Pongo mis codos ambos lados de su cara para sostenerme mientras le devoro y me devora la boca, la respiraciones están vueltas un asco, toma mis cadera subiéndome a el, lo duro que está me sorprende igual lo necesitada que estoy.
- Nos pueden ver - Susurro y niega besándome nuevamente.
- Es mi jodida luna miel, cojo donde quiera - Sonrío y soy yo la que le besa pero me separa - Sigo molesto.
- Déjame que te quite la rabia - Le quito los lentes.
- Cierren las cortinas - Habla y Longo junto con los demás obedecen.
Las cortinas son gruesas no se ve nada desde adentro así que supongo que nada desde afuera. Se sienta y comienza a bajar las mangas de mi vestido con cierta suavidad.
Saco mis brazos y tomo mis senos jugando con ellos, gruñe y quita mis manos de un manotazo, se los mete a las boca y paso mis manos a su cabello, comienzo a balancearme lentamente hasta que subo de velocidad, la fricción es exquisita que me pone a mil.
Abro la boca respirando por ella pero la cierro cuando me viene el primer gemido que causa Antonio cuando chupa con fuerza, lo que tengo abajo me lo quiero meter a la boca.
No se de dónde sale la necesidad pero lo necesito.
Alejo la cabeza de mi esposo de mis senos ganándome una mala mirada, lo beso y me sostengo de mis rodillas, toco su pecho bajándolo. Respira por la boca y voy por ella.
Gruñe cuando me separo y bajo por su cuello mordisqueando, sigo a su pecho y paso la lengua por sus cuadros abdominales, toma mi cabello cuando sabe a lo que voy. Lo miro mientras bajo su Shorts, le giño un ojo y me coloco de lado para mejor acceso.
Bajo el boxer y la verga erecta me salta en la cara, llevo mi mano a ella masajeandola con movimientos suaves, respira hondo y paso mi lengua por un lado como si fuera una paleta.
Siento como mueve su mano por mi espalda y yo sin más me lo meto en mi boca, jadeo ante la dureza que siento en mi paladar, subo y bajo con precisión.
- Joder bambola ... - jadea y sigo engullendo.
Tiene mi cabello en una de sus manos y sin más pone la mano en mi cabeza bajándome haciéndome atragantar por el tamaño, me ayudo con la mano.
Siento como levanta mi vestido dejando mis nalgas al aire, me nalguea y detengo mis movimientos antes de volver a empezar de nuevo mi ritmo. Me pica donde nalgueo pero pasa su mano por ella antes de volver a repetir la acción.
Su erección crece y aumento mis movimientos, su mano vuelve a mi cabeza, jadea y sin más se viene dándome su semen. Chupo todo y me alejo viéndolo.
Toma mi cara besándome y cuando se separa de mi limpia mi boca de mi saliva.
- ¿Mejor? - Pregunto.
- No - en un giro rápido me voltea dejándome acostada - Te voy a partir está noche - Se arregla el miembro y se sienta en la esquina pasando las manos por su cabello - Eso puedes jurarlo.
Me siento y arreglo mi vestido en silencio. Se voltea a verme y abre unas de las cortinas, me ve y salgo también.
Toma mi mano y comenzamos a caminar hacia el agua, veo unas motos de agua y sonrío con disimulo.
- ¿Sabes manejarla? - Pregunta y nos detenemos en la orilla del mar.
Bajo la vista al agua que choca con nuestros pies y entrelazo mejor nuestros dedos, está molesto pero estar aquí con el me gusta y me apego a su brazo.
- No - Lo veo - Pero puedes enseñarme - Me da un casto beso y hace señas.
Nos montamos en ellas y comienza a explicarme cómo es todo. En menos de nada estoy muerta de risas mientras hacemos una competencia.
No quedamos en un yate moderno pero de madera y no es tan grande, donde comemos y nos bañamos en el mar.
- ¿Por qué le tienes miedo al agua? - me suelta y se aleja con una sonrisa.
- Un tiburón me puede tomar un pie. - bufa y nado hacia el que se aleja más. - ¡Antonio! - Se queda quieto y me acerco hasta pegarme como un mono.
- Un tiburón no te va a tomar solo un pie bambola, es estúpida tu teoría. - Lo beso con una sonrisa.
- Como sea, ¿Vamos a bucear? Quiero ver pecesitos.
- Y tiburonsitos. - me alejo de el nadando y llego al yate, me monto y me traen una toalla que rechazó, el no sale del agua y me siento en el suelo de madera, me toma las piernas y las acaricia con tranquilidad.
- ¿No quieres coger aquí? - le pregunto viendo la lejanía. - Bajo la luz del sol y con nuestros cuerpos llenos de agua salada. - Lo miro y suelto el nudo en la.parte de atrás de mi cuello haciendo que sonría, mis senos quedan libres y me jala hasta que vuelvo al agua, mete uno en su boca y chupa como si fuera lo más rico que hay.
- Me gusta tu idea.- Toma el izquierdo y lo devora con la misma hambre.- Sube. - Me ayuda y bajo mi tang.
me levanta y camina cuatro pasos antes de que que mi espalda choque con el mueble blanco.
Muerde y chupa mi cuerpo entero, su lengua me limpia completa y mi pelvis se mueve Desesperada. Entra en mi y duramos horas cogiendo bajo el sol, sale de mi y a mi el sueño quiere tomarme, ¿Cuantos orgasmos tuve? Cinco tal vez, se acuesta y subo a su pecho haciendo que me abrace.
- Espero nadie nos haya visto. -el pecho le vibra por su risa corta.
- Que tanto si nos vieron.-lo veo y me acerco para dejar un beso en sus labios.
- Estoy adorando está luna de miel. - Dejo otro beso en su barbilla y me acaricia la espalda con una mano.
- ¿Si? - asiento con rapidez. - Cada que cumplamos un año de casados tendremos una, ¿Quieres?
- Me fascina la idea mi amorcito lindo. - Se ríe y le dejo otro casto beso, levanto la cara y arrugo las cejas. - Creo que si nos vieron. - Me volta y se levanta, me da el bikini y solo me coloco la parte de abajo.
- No se ve nadie la verdad. - Se tapa el sol con la mano y lo abrazo por detrás.
- Me prépare desde ya para explicarle a nuestra hija porque sus padres están en un vídeo porno. - Ambos nos reímos y dejo un beso en su espalda.
Cuando volvemos al hotel ya está anocheciendo y no pierdo la oportunidad de seguir tomando fotos.
Le tomo una foto Antonio que me ve con fastidio bajando mi celular. Le sonrío y acto seguido me alza como una princesa, lo abrazo y me quedo en su pecho.
A medida que nos acercamos al cuarto mi piernas tiemblan al saber que me espera, el sexo en el yate fue muy suave tomando en cuánta que está molesto.
Me deja en el suelo y automáticamente devora mi boca.
- Espera un momento - Le digo y niega volviéndome a besar.
- Si te desnudas y me brincas encima es mejor que un puto conjunto - Habla con desespero y me rio.
- Antonio, es la tradición. - Gruñe destrozando mi vestido verde.
- Luego.
En menos de nada estoy encima de él cabalgandolo como nos gusta. Pasamos toda la noche follando como si no hubiera un mañana, nos separamos a duras penas cuando me da hambre a las tres de la mañana donde nos cambiamos de lugar quedando en la parte de afuera en una cama redonda donde me quedo dormida con el adentro.
Pasamos tres días haciendo un recorrido rápido de República Dominicana en donde vuelvo a caminar bien el tercer día.
No mintió cuando dijo que me iba a partir porque lo hizo pero me encantó porque las caricias y los mimos no me han faltado, me estoy enamorando perdidamente del hombre que me compra helado.
Fuimos a parques, playas, discos, restaurante, paseo en el mar, buceo, ski sobre el agua y miles de cosas más donde me reia constantemente de la expresión de Antonio al no entender el idioma, lo que me dejó triste es que no pude hacer paracaidismo por estar embarazada. Antonio discutió conmigo y todo porque según el no le traducía bien pero al final le daba un beso y se le pasaba.
Miro con pesar como abandonamos el lugar y me volteo hacia Antonio quien ve las fotos en la cámara.
- ¿Ahora a donde? - Pregunto y me ignora.
- Está me gusta - Me acerco y le quito la cámara viendo una foto de ambos que tome cuando estaba distraído - Volvió esa sonrisa tan viva - Susurra muy bajo y me pego más a el.
Estamos en una cama del Jet y solo ando con una tanga y sudadera mientras el solo anda en boxer. Pasa a otra y me ve con fastidio cuando le tome una foto con las cejas arrugadas viendo un gato que le tocaba el pie.
- Esa es mi favorita - Le digo y bufa...
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27 de enero, 2019.
Dubaï.
Me levanto entre sábanas desnudas con dolor en todo el cuerpo pero feliz, me siento y las nalgas me arden, escucho la regadera y paso las manos por mi cara luego por lo cabello respirando hondo.
Llegamos esta madrugada después de 19 horas de vuelo donde lo único que hacíamos era follar y jugar póker.
Me vuelvo acostar con pereza y mi panza se hace más notoria, dejo se escuchar la regadera y acto seguido sale Antonio desnudo, me ve y le sonrío.
- Buenos días - Hablo y se tumba en la cama llegando hacia mi.
- Hola - Quita las sábanas y vamos por el... No se ni cuántas veces lo hemos hecho ya...
Me termino de duchar mientras el está afuera en el balcón fumando o eso es lo que hacía.
Salgo del baño desnuda y está en el celular me ve con una sonrisa pero decido vestirme, quiero visitar este lugar ya que nunca había venido y se que si fuera por el no salgo de estas cuatro paredes.
Desisto del vestido cuando la panza no me deja que se cierre. Tomo un pantalón ancho beige de lino y un top de corset verde oscuro que me deja el escote perfecto.
Sonrío viéndome al espejo y Antonio me rodea con sus brazos cuando se coloca a mi espalda.
- ¿Cuantos camellos me ofrecerán por ti? - lo veo mal - Si, ninguno estás preñada - Se aleja y le lanzo una brocha de colorete haciéndolo reír.
Se acuesta en el cama poniendo su manos atrás de su cabeza.
- Iremos a una reunión y luego hacemos lo que quieras.
- ¿Tengo que ponerme esas cosas que se ponen las mujeres de aquí? - pregunto mientras me maquillo.
- Ni idea - Responde tranquilo - Ya veremos total, lo peor que puede pasarte es que te corten la cabeza - me volteo hacia el - Voy a quedar viudo con solo una semana de casado - Se levanta - Que escándalo.
Volteo los ojos y sigo con lo mío.
Conclusión de la reunión: Ahora tengo una petrolera.
No tengo idea de cómo manejar eso pero mi esposo encantado me dijo que me iba ayudar si yo a cambio le daba noches enteras de sexo.
Como si fuera a llorar por eso.
- Fue un placer verlo Bernocchi. - El árabe se despide y las siete mujeres se van atrás de el.
- Me provoca tener más de una así como el. - Lo abrazo y me quita el velo o como se llame dejando mi cabello descubierto.
- No, lo haces y te corto las bolas. - Me pongo de puntillas y baja para que le dé un beso. - Tu eres mío y solo mío.
- Las demostraciones de afecto están prohibidas en este lugar. - Susurra levantando sus ojos y me encojo de hombros.
- Tu esposa necesita amor o se va con unos de estos árabes. - Bufa.
- ¿Aceptas ser la quinta esposa o que? - Ruedo los ojos y me alejo molesta.
- Señora, no puede usar ese tipo de escote..- otro árabe me habla y Antonio lo apunta.
- A mi esposa no le dirás cómo vestirse. - Asiente con rabia antes de alejarse.
- Me vio las tetas. - Me tapa con sus manos y arruga las cejas.
- Mías. - Sonrío y las aprieta.
Cinco días en Dubai y quede con las ganas de volver.
Dimos paseo en camello, paseo en lanchas, en motos acuáticas. Anduvimos por los Médanos en motos y esa noche nos quedamos ahí en un carpa con todas las comodidades. Antonio me tuvo que tapar la boca mientras me embestía toda esa noche que para mí fue la mayor tortura.
- Shh. - Gimoteo mientras me destroza el ano, aprieta la pierna que tiene alzada, me tiene de lado y joder cuánta profundidad. - Isabella, vas hacer que mate a estos árabes.
- ¡Mierda! - Me soltó y me volteó, se alejó de mi pero no por mucho, tomó una almohada y la colocó bajo mi pelvis, entró de una estocada y me jalo hacía atrás mientras no dejaba de embestirme.
Más playa, fuimos a museos y también a un parque acuático. Caminamos un rato por fuera del hotel agarrados de la mano, varios nos venían mal pero para lo que me importaba.
No fue para nada un mal viaje y si, al final me tuve que comprar más velos ya que un jeque amigo de mi esposo le pidió que me tapara por lo menos el cabello.
¿Que tiene esa gente con eso? No lo sé, pero Antonio se molestó ya que su amigo no dejaba de verme los senos y no se lo dije pero me ofreció mucho dinero para pasar una noche con el.
Espero que Antonio nunca se entere de eso.
Ahora estamos de nuevo en el Jet, acostados viendo las fotos de este viaje o bueno, en realidad sólo yo las veo, Antonio está en mis piernas viendo fijamente mi pansa.
Le saco una foto antes de bajar la cámara que me compró.
- ¿Están hablando telepáticamente o que? - Pregunto con una ceja enarcada y le sonrie.
- Nos interrumpiste - Habla con fingida rabia - ¿Como le vamos a poner?
- He pensado algunos nombres de niña - Confieso y me ve fijamente ahora a mi.
- También puede ser un hombre - Dice y asiento.
- También - Secundo - ¿Tu que has pensado?
- Nada - se sincera y rio - Tu me dices y yo elijo.
- ¿Que? - Pregunto con fingida indignación - Eso es muy fácil.
- Lo se, por eso lo digo - Me vuelvo a reír.
- Ambos vamos aportar nombres y nos quedamos con uno y ya - asiente y cierra los ojos - ¿Cansado? - paso sus manos por el cabello.
- No - responde tranquilo - Espero que Massimo este comiendo bien y este estudiando o lo castigo - abre los ojos - ¿Nos has hablado más con el?
- Antes de bañarme hablé con el - Asiente y vuelve a cerrar los ojos - ¿Extrañas no tenerlo aquí?
- No es extrañar es... Raro solamente - contesta después de un rato.
- ¿No vas aceptar que te hace falta tu hijo cierto?
Niega y me vuelvo a reír, está mal.
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28 de enero, 2019.
Camboya.
Salgo del jet y el aire mueve mi cabello, un asiático nos espera en la pista con dos mujeres y varios hombres.
Ya en el suelo Antonio toma mi mano y comenzamos a caminar hacia el hombre.
- ¿Donde estamos? - Pregunto en un susurro.
- Camboya - Arrugo las cejas.
Antonio y el hombre comienzan hablar, le explica donde se va a quedar, los lugares turísticos y lo que el hotel ofrece. Al parecer nos quedaremos en una isla, el sol es fuerte y mi piel ya esta bronceada igual que la de Antonio pero para nada se me ve mal.
Se ve sexy y en mi esposo ni se diga, pasar la lengua por su piel es mi mi nuevo entretenimiento.
Cargo un vestido suelto y como últimamente todas mis prendas tienen escote para que la atención se dirija ahí, el vestido es corto mostrando mis piernas largas y gruesas.
Antonio me ve y pasa la vista a una moto deportiva.
- Hoy voy a morir - digo y Antonio bufa soltandome.
Se sube y la prende, ¡JODER! Tengo un marido muy sexy, la tanga se me moja completamente y retengo las ganas de tocarme.
- ¿Vas a seguir babeando o vas a subir? - Pregunta y me ve por encima de los lentes de sol.
Volteo los ojos y subo, me agarro fuerte cuando arranca con gran velocidad.
Recuesto mi cabeza de su espalda respirando hondo viendo a las personas a mi alrededor, el lugar es algo colorido pero es lindo, es hermoso y más a la zona por donde nos metemos.
El hotel es hermoso, son cabañas que están encima del agua cristalina. Solo está el baño, la cama, comedor de tres personas, muebles adentro y en la parte de afuera donde hay una clase de porche.
Hay una maya tejida super cómoda donde me he soleado las últimas dos tardes contemplando lo que me rodea.
Hoy es 31 de enero y solo nos quedan tres días aquí. Me estoy vistiendo mientras Antonio está pegado al celular viendo el mar, iremos a turistear.
Es una clase de rutina que tiene, folla, hace ejercicio y luego se pega al celular, claro aquí no hace ejercicio pero en New York si. En algún momento del día pero lo hace.
Respiro hondo quitándome por tercera vez la ropa, tengo ropa muy ajustada con medidas que ahora no tengo claramente.
Tomo un vestido rojo largo y me lo coloco respirando hondo cuando me queda perfecto, es solo de tiras gruesas con escote cuadrado, se ajusta un poco hasta la cintura y luego cae suelto hasta mas abajo de mis rodillas.
- ¿Lista? - Pregunta Antonio caminado hacia mi.
- ¿Sabes hacer un trenza en el cabello? - Pregunto y me ve con extrañeza, volteo los ojos y comienzo a trenzar - Te voy a enseñar.
- ¿A mi de que me va a servir eso? - ve lo que hago con mis dedos.
- Si es una niña y quiere una trenza ¿Quién Lo va hacer?
- Claramente tu - Me señala.
- ¿Y si yo no estoy? - Paso mi cabello hacia atras y saco accesorios de perla de el maletín donde tengo esto tipo de cosas.
- ¿Como que si tú no estás? ¿Donde vas a estar?
- Muerta tal vez - me coloco los aretes pequeños - Lo más seguro que tenemos es la muerte ¿No?
- Eso para ti no cuenta - Su voz sale dura de la nada y yo lo veo a través del espejo, saca un cofre de su bolsillo y lo abre sacando una pulsera - Lo compre para ti.
Me volteo viendo lo delicada de la joya, es de oro blanco y tiene muchas flores de color gris con verde mezclado pero la atención se la lleva es las iniciales de Antonio y mía mezcladas. Dejo que me la coloque, me besa el dorso de la mano antes de verme.
- No te la quites - Asiento - Y tampoco digas lo que acabas de decir.
- Lo siento - me pongo de puntillas para darle un beso en el cachete.
- No importa - Me recorre con la mirada - ¿Lista?
- Si.. o... - me quedo pensando - ¿Crees que me debería poner un collar o no?
- Póntelo - tomo la gargantilla y dejo que él cierre el broche.
Es de perlas igual que mis aretes pero casualmente la piedra del medio es una flor blanca que combina con mi regalo. Antonio deja un beso en mi hombro y otro a un lado de mi frente.
- Lista - Le digo y respira hondo separándose de mi.
- Al fin - Me rio y calzo mi zapatillas blancas.
Salimos y nos montamos en los jet-ski, maneja camino a la orilla y me ayuda a bajar para no mojarme mis pies, caminamos por la arena y comienzo a tomar fotos de todo el lugar.
- ¿A donde iremos? - No responde y llegamos al hotel donde nos llevan hasta un transporte. - ¿No me dirás?
- No. - ruedo lo ojos pero me jala para que me pegue más a él. - ¿Como te sientes? - posa su mano en mi vientre más abultado y sonrío, baja a mi labios y los recibo gustosa.
- Muy bien. - Su dedo acaricia mi vientre y pongo mis manos en sus cachetes para darle cariño también. - Estás semanas han sido perfectas.- Sonríe y me da un casto beso.
- Bien. - vuelvo a Besarlo y las ganas me toman haciéndome desesperar. - Tranquila.
- Duele. - Gimoteo en voz baja y su sonrisa se ensancha.
- ¿Donde te duele? - me sigue el juego.
- Aquí. - llevo su mano a mi pelvis y niega divertido, mete su mano por mis piernas, rueda mi tanga y comienza a masturbarme, meto mi cabeza por su cuello y dejo un beso allí cuando siento el orgasmo.
Al final nos quedamos dos días más donde no salimos del hotel y sonrío cuando el elefante pequeño rodea mi cintura con su trompa ya que hay varios caminando por la playa donde estamos, lo acaricio y le doy besos contenta, Antonio no quita la sonrisa y me dicen para que me monte en el pero niego, camino con el al agua y con su trompa chupa, me encuentro fascinada pero entonces me echa agua a mi y me rio abiertamente mientras me moja toda haciendo que el vestido se me pegue al cuerpo, se transparenta y Antonio llega. Pasa su mano por el lomo y me acerco a darle un beso rápido.
- Cuanta felicidad. - Me vuelve abrazar con su trompa y lo abrazo también.
- Es hermoso, lo quiero, ¿Nos lo podemos llevar? - sus ojos se chispean de la nada y mi sonrisa se ensancha por inercia.
- No, no cabe en el avión. - Hago un puchero viendo el elefante.
- Pero en barco si. - Le toco las orejas. - Se llamara Bambi.
- ¿Que? - Lo miro indignada.
- ¿No has visto la película de Bambi? - Niega con rareza y a mi me va dar algo. - ¿No tuviste infancia o que? Ya se que vamos a hacer cuando no pueda salir de la cama.
- Nunca me harás ver una película de Disney super marica e idiota. - Lo ignoro.
Me termina llevando a un zoológico y la sonrisa no se me va por nada del mundo. Hasta pude tocar a tiburones bebés y también quería llevarme uno pero no se pudo.
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De nuevo estoy en el Jet esta vez sentada con Antonio en mis piernas viendo las fotos mientras yo como hamburguesa.
Vamos para Rusia ahora, no se cuánto tiempo estaremos allá pero algo me dice que no será algo rápido.
Estos días han sido únicos y los guardaré siempre en mi memoria, no hemos hablado de lo que pasó esa noche en la boda ya que nos hemos dedicado a disfrutar nuestro tiempo juntos cosa que fue la mejor decisión.
Paseamos en elefante y visitamos muchos lugares del lugar, lo que más resalto fue el hecho de que Antonio comprara el elefante el cual adore ¿Que va hacer con un elefante? Nada, solo le provoco esa fue su repuesta, lo bauticé como Marco y le compré una cadena, no se de que sirva eso pero bueno.
La comida fue lo que menos me gustó ya que los platos típicos de ahí tienen hasta ranas y no iba a comer eso ni que fuera lo ultimo en el mundo. Así que ambos comimos mucha comida chatarra que para nada me molestó.
Dejo el plato de lado y me acomodo cuando la fatiga me toma, Antonio me ve y arruga las cejas.
- ¿Estas bien? - Asiento - ¿Quieres dormir? - Niego y el me sonríe - A este punto me vas a desaparecer Bambola.
- No me importa - deja la cámara de un lado poniéndose encima de mi.
- Menos mal que el sentimiento es el mismo - comienza a morderme el cuello.