Unstable. [saga Bernocchi > L...

By inesita_48

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¿Este el comienzo o el fin de una historia? ¿Mi historia? More

Antes de leer.
prefacio
capitulo 1
capitulo 2
capitulo 3
capitulo 4
capitulo 5
capitulo 6
capitulo 7
capitulo 8
capitulo 9
capitulo 10
capitulo 11
capitulo 12
capitulo 13
Capitulo 14
capitulo 15
capitulo 16
capitulo 17
capitulo 18
Capitulo 19
capitulo 20
capitulo 21
capitulo 22
capitulo 23
capitulo 24
capitulo 25
capitulo 26
capitulo 27
capitulo 28
capitulo 29
Capitulo 30
capitulo 31
capitulo 32
capitulo 33
capitulo 34
capitulo 35
capitulo 36
capitulo 37
capitulo 38
capitulo 39
capitulo 40
capitulo 41
capitulo 42
capitulo 43
capitulo 44
capitulo 45
capitulo 46
capitulo 47
capitulo 49
capitulo 50
capitulo 51
capitulo 52
capitulo 53
capitulo 54
capitulo 55
capitulo 56
capitulo 57
capitulo 58
capitulo 59
Último capítulo
epílogo
comunicado

capitulo 48

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By inesita_48

Antonio Bernocchi.
Enero, 2019.
New York.
Mansion Bernocchi

Me muevo rápido con un arma en mis manos, buscando la forma de salir.

La bomba que explotaron tiene un humo tan dañino que te causa cáncer pulmonar y yo lo que menos necesito es morirme de una forma tan estúpida.

Salgo encontrando Avonf que viene llegando al lugar agitado.

- ¿Que mierda pasó? - Me pregunta y lo miro mal.

- ¿Tu que mierda crees? - Le pregunto con sarcasmo - ¡Me explotaron la puta bomba que ustedes tenían que cuidar! - Exploto haciéndolo retroceder - ¡Sin nombrar que entraron a una propiedad que se supone que tiene más seguridad que la puta casa blanca!

- ¿Mi mamá? - Pregunta Massimo llegando a la escena viendo la casa.

Lo veo y paseo mi vista sin encontrarla, se supone que ya debería estar aquí.

Longo sale con las manos vacías y a mi el corazón me deja de latir. Anker me pasa una máscara que no me pongo cuando vuelvo a entrar.

Voy hacia mi oficina trotando, trato de abrir la puerta pero esta no sede, me alejo y me pongo de lado, corro y vuelvo a la puerta golpeándola con mi hombro, está por fin abre, mis ojos van a la mujer que tiene las piernas dobladas hacia su abdomen, como si lo protegiera, la madera del escritorio la tiene aprisionada con la pared.

Voy hacia ella y la sangre que corre por su pecho me paraliza todo, empujo con mi pie el escritorio tirándolo lejos, me acerco hacia ella poniéndole la máscara, rompo mi camisa y la quito de mi cuerpo poniéndola en la herida en la cabeza para parar la sangre.

La cargo y salgo por la ventana caminando hacia los carros, veo como varios de mis hombre comienzan a meter papeles y dinero en los carros.

Abro la puerta de mi Bugatti metiéndola, cierro la puerta y veo a Massimo con una clara señal. Me monto y apenas se sube arranco.

- ¿Va a estar bien? - Me pregunta Massimo y yo acelero apretando el volante.

Mi mente lo único que proyecta es sangre y fuego, matar y matar hasta calmarme pero estoy utilizando todo mi puto autocontrol para llevarla a una clínica para que la atienda lo antes posible.

Sin darme cuenta estoy al frente de una, bajo con ella en mis brazos. Llegan varias enfermeras con una camilla y la dejo en ella.

Se la llevan a emergencia y me quedo ahí parado viendo por donde se fue. Massimo toma mi mano y yo aislo los pensamientos de desgracia y culpa que quieren tomarme.

Después de aproximadamente una hora donde solo he caminado de aquí allá tratando de controlarme sin obtener resultado sale un doctor con un historial en sus manos.

- Buenas noches señor Bernocchi soy el...

- Déjese de idioteces y dígame cómo está mi esposa - Lo corto y le tiemblas las manos ligeramente ante el tono que salió de mi.

Respiro hondo y sigo igual, se arregla los lentes abriendo el historial.

- La señora ha tenido mucha pérdida de sangre, puede tener una contusión cerebral ante el golpe causado por lo que he visto, tengo que hacer una resonancia para ver qué tan grave es - Habla y siento más fuego correr por mis venas.

Es como si me estuvieran quemando.

- Haga lo que tenga que hacer - Digo con muy poca paciencia.

- Vimos que está embarazada - Habla con voz temblorosa - Puede que lo pierda..

- Los dos o los dos - Lo corto y asiente tratando de irse y lo tomo por el cuello acercándolos - Si algo no llega a salir bien lo destrozo - Asiente - Ya sabe quién soy las presentaciones están de más igual que las amenazas, en silencio todo el mundo se ve mejor - Lo suelto - Tengo más poder del que cree, evítese un problema conmigo.

- ¿Quiere pasar a verla? - Me pregunta alejándose con disimulo y niego.

No puedo, a la mierda, no puedo verla, si lo hago no se de lo que sería capaz, seré un puto cobarde pero no puedo hasta que esté bien.

- Me quedo - Dice Massimo y asiento.

Se va hacia donde se fue el doctor, busco mi celular marcando a Longo dejando una clara orden, mientras espero que lleguen relleno papeles y pago más de 40.000 dólares, no sé cuánto sea en realidad, ya después pago lo que haga falta.

Las enfermeras piden todo los datos de Isabella y se los doy. Las personas me ven y yo respiro hondo viendo cómo una saca su celular tomándome un foto.

No me voy hasta que llegan mis hombres, más de 300 hombres armados toman todo el lugar, Longo viene hacia mi con un rifle en la mano haciendo que las personas lo vean con horror.

- Cuidala - Mando y asiente - Que nadie la vea, que nadie la toque, ni que respiren cerca de ella si eso le hace daño. También revisa todo lo que vayan a darle, se mis ojos y mis oídos - Vuelve asentir - Tenme al tanto de todo.

Se va, Anderson y Smith lo siguen y los demás se colocan en sus posiciones.

Salgo del lugar encontrando al FBI llegando al lugar, su capitán sale del auto quedándose a una distancia prudente, más hombres bajan de camionetas y en menos de nada estoy rodeado.

- ¡FBI manos arriba! - volteo los ojos ante su estúpido diálogo - ¡Que manos arriba! - Vuelven a gritarme y yo no dejo que mis hombres se metan.

- Acércate a ponerme las esposas que no muerdo - Digo y el hombre viene hacia mi.

Es alto y fornido pero delante de mi no es nada.

- Manos en la espalda - Dice y me volteo - Todo..

- Lo que diga puede ser usado en mi contra - Lo corto - ¿Cuántas veces crees que me han arrestado? - Le pregunto con ironía caminando hacia el carro con fingida tranquilidad ya que sigo molesto.

- No me interesa pero esta vez no va a salir - Dice y me monto en la parte de atrás - Es usted un ídolo para muchos y miré como se arruina la vida.

Lo ignoro y apenas arranca el carro me suelto las esposas separando mis manos de golpe, me arreglo en la parte de atrás esperando mi próximo destino que me queda como anillo al dedo.

Llegamos a la estación del FBI y si supiera este idiota que quien le vende las armas que carga soy yo. me bajo con las manos en los bolsillos haciendo que se pongan a la defensiva, el hombre que me coloco las esposas me apunta al pecho y yo niego.

- Es usted un idiota al creer que va a encarcelar al jefe de los jefes - le digo - Con una sola mafia acabo a la FBI y si mal no recuerdo tengo a dos.

- ¿Entonces por qué no se ha ido? - Pregunta con ironía.

- Tengo que ver a un viejo amigo - Suelto y la brisa helada pega a mi pecho desnudo - ¿No tendrán una camisa que me quede?

- ¡Bernocchi! - Me gritan y tomo el arma del hombre metiendola a mi bolsillo el hombre pide otra y yo niego antes de voltearme - ¡Cuánto tiempo! - me abraza y me ve con rareza el pecho - ¿No tienes camisa?

- Tuve que quitármela - Digo y se ríe como si fuera tan gracioso - Pero este de aquí me va a dar la suya - Lo apunto cuando veo por el rabillo del ojo que le entregan otra - ¿Cierto?

El pasa la vista a su superior y cuando esté le da la orden comienza a desvestirse.

- ¿Que pasó? - Como odio esa pregunta.

- Ya lo sabes así que mejor dime qué sabes - Respondo y el hombre me tiende la camisa.

Le doy el arma y me la coloco, me queda algo apretada pero algo es mejor que nada aunque de igual forma tenga que dejarla abierta.

- Tu primo se nos desaparece de aquí y allá, la última vez donde fue visto fue en Rusia, Moscú - comienza a caminar entrando a la base - En un pueblo con un nombre todo raro que pega con Irán.

Pasamos los pasillos y las personas me ven sin disimular en lo más mínimo.

- Eso ya lo se - Contesto secamente - Algo nuevo.

- Vendió una de tus bombas hace cinco minutos a un iraníes millonario que a cambio le dio 259 hombres preparados, el informante me dijo que uno de ellos son tres de los míos.

Doblamos una esquina.

- Tus hombres son una porquería - Le digo y sonríe negando - Ese chip de paz que cargan no sirve para una mierda.

Veo la sala llena de computadoras y personas corriendo de aquí allá.

- El presidente así lo quiere y no puedo hacer mucho - Volteo los ojos. - De igual forma no me importa este país, ni siquiera soy de aquí.

- ¿Algo más?

- Los hombres fueron llevados para África pero como vengo llegando no hemos comenzado la investigación - Nos abren la puerta de su oficina.

- ¿Cuando pensabas decirmelo? - pregunto entrando.

Toma su lugar y yo el mío.

- Hace 5 minutos pero me enteré de lo que pasó y cambie de decisión - Me responde sacando una botella de unos de sus cajones - Mejor en persona, por celular tengo que andar borrando y ya me da cierta pereza.

Me ofrece la botella y yo niego levantándome, toma el del pico un trago.

- Tengo que moverme en unas cosas, tienes un día para darme su ubicación - Asiente - Y también averigua cómo entraron a mi casa.

- Quede impresionado, tu casa esta mejor protegida que la casa blanca - Dice lo que ya se.

- No me digas - Espeto con sarcasmo - Estoy pendiente de ti.

- Que mi helicóptero te lleve a donde está tu carro.

- ¿A una clínica?

- Buen punto - Me sañala y comienza a buscar algo en sus gavetas - Mandame mi carro luego - Me lanza las llaves.

- Te mando a Rebeca cuando llegue - Asiente sonriente.

- Por eso eres mi jefe favorito, Bernocchi - Le sonrío con la boca cerrada saliendo del lugar.

Le giño el ojo a el hombre que me arresto, voy hacia el estacionamiento y veo un Ferrari rojo.

Camino hacia el y me monto saliendo del lugar, marco el número de Avonf.

- Primo ya estamos adecuando otra casa, los papeles se sacaron junto con lo de valor para cuando venga la policía - Es lo primero que me dice - También ya me puse en contacto para resguardar las propiedades al doble junto con el subterráneo.

- Nos vemos en el galpón - Cuelgo y paso al número de mi abogado.

- Señor buenas noches - Su voz esta agitada.

- ¿Esta Todo bien?

- Si señor ¿En qué le puedo servir?

- Me arrestaron hoy encárgate de mi imagen y también encárgate la de Isabella, salimos a un club hubo un tiroteo y no necesito que aparezca en primera plana que ella estaba ahí ¿Que estabas haciendo? - Pregunto ya que la curiosidad es mucha.

- Mm.. estaba cogiendo señor.

- Ok disculpa la interrupción - Cuelgo.

Lo peor que puede pasar es que te interrumpan cogiendo.

Llego a la clínica nuevamente y un hombre se me acerca.

- Señor a la señora le están haciendo una resonancia ya que está más estable todavía no se sabe que va a pasar con el bebé pero sus ordenes se mantienen.

- Ok - Entro al Bugatti de nuevo y me dirijo hacia el galpón.

Esta mierda no tenía que pasar.

La culpa cae como kilos y kilos de oro sobre mi, yo sabía que no estaba en un buen momento pero el desespero me gano y no podía seguir viéndola de lejos. necesito que despierte, el corazón me late de una forma tan desesperada que no entiendo.

Llego al lugar y me estaciono, me quedo en el carro cerrando los ojos respirando hondo. Tengo un conocido en Iran pero no recuerdo ni siquiera su nombre.

Decido bajar y cuando abro la puerta los tiros no se hacen esperar.

- ¿Que mierda? - Susurro sorprendido y mierda no cargo una puta arma encima.

Trato de voltearme para buscar las que tengo atrás pero que me apunten me hace reconsiderar la situación, me rio a carcajadas cuando veo quién tengo al frente.

- ¿Como te va primo? - Le pregunto en italiano.

Sus ojos me ven con rabia y yo me mantengo con fingida tranquilidad, no tengo miedo pero lo menos que quiero en estos momentos es morir.

- No te has escondido bien porque fue muy fácil conseguirte - Dice y yo bufo.

- ¿Quien dijo que me estaba escondiendo? - Pregunto con burla - No puedo decir lo mismo de ti.

Con un dedo quito el arma apuntando a otro lado, salgo del carro y me encuentro rodeado nuevamente, pongo el brazo en el techo del carro ladeando la cabeza junto con una sonrisa.

Aquí están los hombres que supuestamente estaban en Irán o ... La cantidad no es la que me dijeron.

- ¿En qué te puedo servir? - Me dirijo a Carlo con arrogancia.

- ¿Donde esta Egna? - Lo veo sorprendido.

- Cuidado Carlo parece que te gustará - Respondo con ironía - No lo sé - tamporeo los dedos en el techo - Tal vez le dije a mi esposa que la matará o tal vez la ando prostituyendo, no lo sé no recuerdo ya.

Me da un golpe que no llega a voltearme la cara, lo veo con desaprobación antes de meterle yo uno en la mandíbula mandolo al suelo.

- No seas marica - Le digo y se vuelve a levantar.

- Se que no la quieres soltar porque tiene mi hijo adentro así que no arriesgues la vida del tuyo - Me dice y volteo los ojos.

- Un día la interrogamos y nos confesó que el hijo era de Johnson, una noche estuvieron juntos y pum salió un bebé - Digo con desinterés - Isabella mato a Johnson por la rabia supongo y yo la mandé a prostituir, ya no me servía después que me dijo que es lo que querías hacer ¿Para que me iba a servir?

- No se ni para que alargo esto - Vuelve a subir el arma - De rodillas.

- Matame si quieres pero jamás me arrodilló ante nadie - Me pongo firme viéndolo directamente - Ni antes, ni ahora, ni nunca.

- Como quieras - baja el arma y lo tomo de forma rápida llevándolo a mi pecho los hombres me apuntan y yo quisiera saber dónde están los míos.

Le quito el arma y si lo mato me van a matar a mi y no quiero eso, así que le disparo a 7 hombres, rodeo el auto y los hombres se acercan.

- Debo confesarte que es algo retorcido pero me cogí a tu mamá antes de matarla - Suelto y se tensa - Y como gimió la muy maldita con mi miembro, dijo que la hice sentir como nunca lo había echo tu padre..

- Maldito - me interrumpe.

- Ella me dio tu ubicación así que si quieres te doy el cuerpo lleno de mi semen - Digo y bajo el arma hacia su rodilla - El jefe no se le arrodilla a nadie y tu eres nadie así que tú si tienes que arrodillarte ante mi.

Suelto la última bala y lo suelto entrando rápido por la puerta.

El que sea de un metal tan grueso no le permite a las balas pasar, hombres salen corriendo en fila y se sorprende viendome.

- ¡Malditos idiotas de mierda! - Les grito cuando la rabia me vuelve a tomar - ¡Estuve una hora ahí afuera!

Tomo el arma de uno matándolo, descargo todo en su pecho y la rabia sigue intacta.

- Si queda alguien ahí afuera tenga esta imagen clara porque así va a quedar las zorras de su mamás si es que tienen. - Digo y no dudan en salir.

- Bernocchi - Sale Marcello y tiro el arma al piso.

Camino hacia el haciéndolo retroceder.

- Maldito marica también - Le digo y lo tomo por el brazo. - Deja de ser tan cobarde que te estas ganando que te envie en pedazos a donde tu mami.

- Es usted mi jefe y..

- Que me respetes no tiene nada que ver con que me tengas miedo. - lo corto. - Y si vas a tener miedo Marcello tenlo conmigo y ya. Si sigues así con los rusos te van a coger por ese culo, ellos no toman nada enserió y si tu no te tomas enserió yo menos y no me importas entonces.

Lo suelto y entro al lugar viendo los cabecillas.

- No hablen - Les digo y no tomo asiento - El que hable le pegó un tiro porque estoy cansado de estar cuidandoles el culo y ustedes no hacen más que verme la cara de idiota.

- Es su obligación - Dice uno y voy hacia el levantándolo de la silla.

- ¡No! - Le grito - ¡Vives por mi y mueres por mi! Porque si quisiera los exterminara a todos ustedes porque simplemente no los necesito - Lo suelto dejándolo en suelo.

- Si lo haces, nosotros somos tus intermediaros - Protesta otro y yo bufo.

- No lo son - Le digo con obviedad - Antes si pero yo me encargue de irme directamente hacia el vendedor - Se tensa y asiento - Si, no te necesito ahora - rasco mi barbilla - Tu si me necesitas porque la Interpol, FBI y otros más se pelean sus cabezas sin embargo su jefe aquí presente se ha hecho cargo de que veas a Nicolás crecer.

Nadie habla y me voy a mi lugar.

- Les voy a explicar algo y por eso están aquí - pongo mis manos en el espaldar de la silla - Llamen a su gente y resguarden el dinero y los kilos de las drogas también por esta semana no habrá personas que se trafiquen.

- Se va a venir el negocio. - sonrío.

- Claro y eso a mi me importa más que el que mi esposa esté en una cama. - se levanta y lo miro, se me acerca con cierto miedo.

- Espero que no te vuelvas un desastre, es una mujer..- Lo tomo del cuello.

- es mi mujer de quien hablas, no de otra, de la mía -aumento el agarre y comienza a retorcerse.- tu dama de hecho así que te recomiendo que cambies tu manera de pensar.

Lo suelto de golpe y se queda en el suelo haciendo que me agache y me vea fijamente a los ojos, se encoje y yo lo tomo de la barbilla.

- ¿Entiendes? - lo cacheteo con fuerza y lo vuelvo a tomar.

- Lo entiendo mi señor solo que.... -baja la cara.- es raro solamente, estamos acostumbrados a usted y.. - Lo vuelvo a cachetear y le vuelvo a tomar la barbilla.

- A mi mujer me la respetas hasta con el pensamiento porque entro en tu mente y te la arranco.

- Si mi señor y lo lamento, espero se encuentre bien mi señora... fue una estupidez.

- Tu estupidez me la voy a cobrar así que estas preparado que si te digo que telanzes de un puentes lo vas hacer.

- Si mi señor. - me arreglo y los miro.

- Todos están aprueba, desde el más viejo al más joven así que anden con cuidado que andan tocando tierras desconocidas. - Se miran entre ellos y me arreglo el cabello. - fuera de aquí antes que los triture por la mitad.

Se queda unos segundos antes de irse, pasamados en sus asientos, reacionan y todos me hacen una reverencia. el padre de Marcello me palmea el hombro y me susurra que todo estará bien para luego cerrar la puerta.

- Ahora voy con ustedes. Resguarden las bombas nucleares y resguarden a Mass, si lo llegan a robar estamos jodidos.

- ¿que es lo que creaste que te tiene tan preocupado? - es Ivanna.

- si Antonio, es una bomba más. - medio se ríe Ivanoska y se la sigo haciendo que se ponga seria de golpe.

Nada bueno pasa después que sonrío.

- La que se va a lanzar del puente va hacer otra. - baja la cara.

- ¿Que pasó con Isabella? - Me pregunta el abuelo y yo respiro hondo.

- No se van todavía porque hay una boda que hacer y juntos nos vamos a ir a Rusia - Contesto en su lugar y salgo de ahí.

Voy hacia el mini bar sirviendome Jack Daniels en un baso hasta dejarlo al tope, me lo trago todo y la sed no se me va, el corazón no ha dejado de latir desenfrenadamente, necesito verla pero me niego hacerlo.

Respiro hondo y no puedo extrañar algo que no he perdido y que no voy a perder, veo fijamente el vaso antes de estallarlo con la pared, suelto el aire y también estallo la botella.

Tomo la butaca y siento sus ojos, parto la butaca en dos cuando también la estallo contra la madera del mini bar, la madera también se rompe y en menos de nada lo parto todo.

- ¿Mejor? - Pregunta y niego - ¿Sientes culpa?

- No lo sé - Me sincero.

- La amas - Me dice y asiento - Y no sabes manejarlo y eso es nuestra culpa - Mi madre se acerca a mi tocando mi espalda que sube y baja ante mi respiración - Lo siento hijo.

- Tu puto lo siento no arregla nada - Le digo volteandome - Te libera un poco de la culpa que tú sientes pero no arregla nada ¡No arregla el que no sepa cómo manejarme! - Me desespero y me alejo de ella.

Veo el alcohol con rabia y está todo roto, no puedo tomar nada, joder no lo pensé, la rabia me toma con más ansia.

- Se que no pero.. - Se calla cuando la voz se le quiebra.

- Déjame solo - Digo y no se va - ¿O ahora me vas decir que no te quieres ir?

- Hijo las cosas no son como piensas - Me volteo hacia ella.

- Cierra la boca y déjame en paz.

- No me hables así, yo soy..

- recuerdo haber tenido ya está conversación y tu recuerdas como acabó ¿Quieres que te lo recuerde?

- Entiendo que la ames per..

- a ella no la metas en esto. - la corto.

- Criticabas tanto a tu padre y mírate.- sonríe con ironía y yo la tomo de cuello haciendo que la quite.

- Hay una diferencia muy grande entre el y yo y te lo voy a decir. Yo jamas, jamas haría lo que él hizo a tu hermosa hija..

- Cálmate. - medio la aprieto y sonrío cuando una lágrima baja por su mejilla.

- Das ascos Anabelle y siendo honestos, yo te prefiero convertida en cenizas. - escupo con rabia haciendo que ella se rompa. - No te odio, ya no y créeme que era mejor eso porque ahora si alguien que quiera venir atrás de mi te hace algo no te salvaré para hacerte los días miserables, voy a dejar que te hagan toda la mierda que te mereces. - La suelto y retrocede asustada, se pone a una buena distancia y así es como ella o ellas tienen que estar. - y una cosa más. A mi esposa no te le acerques de nuevo para hablar mierdas de amor porque tu no sabes que es eso primeramente y segundo, a la hora que venga tu juicio final no quiero que ella sufra por tan asquerosa rata.

- Antonio..

- A metros de él, a metros de ella y a metros de mi o del bebé, ¿Entiendes? - Asiente despacio y me alejo de allí furioso, más del o que estaba.

Salgo de galpon y camino un poc hasta llegar a la calle como tal y sigo sin entender como esta hackendo para entrar a mis propiedades y por ello mando a Avonf  que se encargue. Mirocomo llevan los cuerpos y le echan agua a la calle mientras que uno se me acerca por la izquierda haciendo que guarde el móvil en mis manos a mi bolsillo.

- Solo pudimos matar a 50 ya que los demás huyeron - Asiento y se aleja.

Veo como Ikor se estaciona y viene hacia mi, su expresión me lo dice todo. Esta decaído, se ve que algo le está atormentado la cabeza y no es lo que necesito ahora pero sigo sin hacer que reaccione.

- Me va a demandar - Suelta y se coloca al frete de mi sin darme la cara haciendo que yo vea la sangre.

- Le diré a mi abogado que te represente.

- No lo entiendes Antonio - siento su mirada en mi rostro. - Ella no quiere verme, la mujer que amo me quiere ver muerto - Le doy mi atención y se mueve frustrado.- Eso no lo resuelve un puto abogado.

- Te lo dije - Suelto con simpleza y me da un golpe que me voltea la cara.

Acaricio mi barbilla mientras lo miro y levanto mi mano. me tumba al suelo y lo volteo quedando encima de él, forcejea y hasta me da un cabezazo pero igual no lo suelto, tiene fuerza, mucha pero no más que la mía. También ayuda lo pesado que soy.

- ¡Cálmate! - Lucha y lo sigo sosteniendo - ¡Ikor, ya joder!

- ¡Odio esto! - Cierra los ojos y se queda quieto - ¡Lo odio!

- ¡no lo entiendo pero tienes que calmarte! Ya, Cálmate.

Lo suelto cuando no se mueve y me siento a su lado, respiro hondo pasando las manos por mi cabello.

- ¡No se que hacer! - Está desesperado - Antonio por estar metido en esta mierda no la tengo, tal vez..

- No es por eso - El amanecer toma el cielo y bajo la cabeza como si fuera sido derrotado al recordarla - Es que ella nunca te amo Ikor, si lo hubiera echo no habría importado que mierda fueras, fuera dejado la moral a un lado para estar contigo.

- Así como hizo Isabella - Levanto la cara y asiento después de un rato.

- No lo voy a decir - Suelto - No soy un marica para estar hablando de amor y esas idioteces pero tú lo sabes Ikor, acéptalo y aprende de eso - lo veo - Estoy contigo y te voy ayudar pero necesito que también tú estés conmigo.

- ¿Que tan grave está todo?

- Si sabe moverse estamos jodidos - Respondo y suelta el aire.

- ¿Isabella?

- No quiero hablar de eso - Respondo.

- ¿Que vas hacer con su familia? - me pellizco el puente de la nariz.

No me acordaba de esa mierda, busco mi celular y cuando la asistente de Isabella me contesta respiro hondo como si eso me calmara.

- La boda se retrasa - Es lo primero que suelto - Así que llama al Jet que no se mueva para acá con la famila de Isabella que todavía no se va hacer nada - corto cuando termino de hablar.

Me llaman casi al instante y dudo en contestarle a Longo.

- ¿Que? - Termino contestando.

- La señora no a despertado y el doctor dice que no sabe cuándo lo va hacer, puede ser en horas, días, semanas, mese o año - Siento como mi alma sale de mi cuerpo si es que de verdad tengo una. - El bebé ya está estable, pero igual si ella no despierta tendría que sacarlo, también mencionó que sus pul....

Cuelgo cuando me da un mareo.

- ¿Estas bien? - Me pregunta Ikor y me levanto.

- Si, solo dime que vas hacerte cargo mientras me ausento.

- Lo haré tranquilo, ve a donde ella. - Medio asiento. - Yo estoy mejor.

- Bien, se que no estas pasando por un buen momento pero hay que poner los pies en la tierra y si quieres ver a tu hijo una vez en tu vida tienes que enfocarte. - lo miro y asiente con más tranquilidad.

Siento mi cuerpo depender de un solo hilo, no siento más que palpitaciones desesperadas, me monto el carro y acelero.

A la mierda la necesito.

La vista se me nubla y mi sentidos se ensordecen, sin darme cuenta ya me estoy estacionando en el estacionamiento de la clínica, respiro hondo varias veces mientras camino, escucho mi celular y no es hasta la segunda vez que suena que agarró.

Tomo las escaleras de emergencia.

- ¿Que me tienes? - Contesto.

- Está en New York - Dice y me exaspero.

- ¡Ya lo se idiota, lo vi! - Grito y entro al lugar.

Mis hombres me ven y yo los ignoro caminado hacia la habitación de Isabella, me quedo al frente de la puerta.

- Son más de 500 hombres - vuelve hablar - Tiene 300 en Iran y ...

- Necesito un número específico - Me voy hacia la venta viéndola acostada con cables en su cuerpo - Y yo lo necesito para ya, quiero saber dónde se están quedando aquí y dónde están los demás hombres.

- Ya te llamo ..- Cuelgo.

- Señor Bernocchi - Me llega por un lado la obstetra y me pasa el historial de Isabella - El bebé está bien y tengo indicios de saber que es sin embargo no puedo confirmar.

No digo nada y asiento, veo la foto y una sonrisa se me escapa sin evitarlo, cierro la carpeta y se la vuelvo a dar viendo a la mujer que está acostada.

- Señor Bernocchi - Vuelven a decirme pero en este caso es el doctor - Tiene una contusión cerebral que no le permite despertar, está en un coma.. - Sigue hablando pero mis oídos han dejado de funcionar.

No escucho nada absolutamente nada y mierda lo jodí por desesperado.

- ...Debería acercarse y hablarle eso ayuda - Vuelvo a escuchar y lo veo.

- No sabía que eras psicólogo - Suelto y mi vista vuelve a viajar a la mujer.

- Insisto en que me preocupa sus pulmones, respiro una clase de humo que tengo que sacar lo antes posible...

- ¿Y por qué no lo a hecho? - Lo corto.

- Necesito a la paciente consiente - Responde y no aguanto.

Entro y Massimo se separa de ella saliendo como si supiera que necesito. cierro las cortinas y me quedo viendola sin saber que es lo que estoy sintiendo.

- Bambola - No recibo respuesta y sus ojos no me ven.

Me acerco y tomo su mano acariciandola, no pasa nada, se que nada va a pasar pero lo necesito tanto.

- Espero que abras los ojos rápido - La rabia me toma - No tienes idea de lo que sería capaz de hacer si no lo haces - Suelto su mano - Sería muy egoísta de tu parte morir cuando me hiciste prometerte que yo no lo iba hacer - Mis palabras salen con agresividad.

Bajo hacia su frente y dejo un beso ahí,algo se mueve dentro de mi haciendo que ponga mi frente contra la suya, trato de respirar con tranquilidad pero no puedo, siento que me ahogo.

Dejo un casto beso en sus labios y aparto todo para dejar otro en su vientre abultado de una forma muy sutil, la tapo y me alejo de ella. Salgo y..

- ¿papá? - lo miro y corre hacia mi para pegarse fuerte de mi pierna.

Siento la mirada de los demás en él y lo levanto, entro al cuarto y lo dejo en el suelo para luego agacharme. Sus ojos se vuelven caóticos y paso mi mano por su mejilla como si eso fuera a calmarlo.

- Papá, no quiero que muera. Se que no quería a ese bebé porque pensé que lo ibas a querer más que a mí pero no quiero que se vaya. - suelta lo que tiene reprimido de días como si no pudiera retenerlo más.

- Jamás voy a dejarte, nunca Massimo. Se que te he fallado muchas veces y muchas cosas pero eso no quiere decir que te voy a dejar.

- ¿me amas?- asiento y se acerca, sus labios se arrugan de forma mínima igual que sus cejas. - Quiero escucharlo.

- sabes que te amo más que a nada en el mundo Mass. - me abraza y yo lo aprieto contra mi, medio sonrío cuando el olor de su cabello me pega y se lo raro que es pero siempre huele muy bien, desde que era un bebé. - No te aflijas.

- ¿ella también me amara? - se aleja un poco pero igual no sale de mis brazos y asiento. - bueno si no muere tal vez la ayude con lo que salga de ella.

- Ella no va a morir y lo que salga de ella es tu hermano. - la mira y yo peino su cabello.

Esta largo pero lo tiene siempre muy bien peinado por la mitad.

- O hermana que es aún peor. - me rio y me vuelve a mirar más tranquilo. - ¿va a llorar como los hijos de Iván?

- seguramente. - pone cara de fastidio pero la cambia rápidamente y pasa sus manos por mis hombros mientra baja la mirada.

- ¿te vas?

- tengo que resolver unas cosas. - Asiente y lo vuelvo acercar. - no tardaré, nunca lo hago ¿Recuerdas?

- Si, lo hago. - me mira y dejo un beso en su frente que tarda unos segundos. - Massimo ama mucho Antonio.

- y Antonio ama mucho a Mass. - me vuelve abrazar y se aleja de un todo.

- Voy a quedarme con ella, la casa esta muy sola y grande para mi ahora. - asiento tranquilo y me levanto cuando el se va al mueble. - Cuídate.

- Tu igual. - Le da su atención al ipad y yo lo miro a ambos antes de abandonar el sitio.

Siento que me estoy ahogando mientras miro la orilla pero ésta está lejos de mi y hay algo jalando  hacia la profundidad.

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