Diciembre, 2018.
Italia.
Castillo Bernocchi.
- Te vas a casar - Susurra Clau viendo mi anillo - Pensé que no lo harías, estoy sorprendida.
- Lo se - Respondo viéndolo también - Es hermoso.
- Lo es, estoy feliz por ti Isa te mereces lo mejor.
- Supongo - Suelto y no evito sentirme mal - ¿Como se lo voy a decir a mis papás? digo, no lo conocen.
- Estoy en eso - Habla Antonio y ambas volteamos al marco de la puerta de la cocina donde está recostado.
Estamos en un mesón con unas cervezas esperando que estén listos unos Brownies en los que Clau me ayudó. Ella es malísima en la cocina pero no quedo mal, yo no es que soy mala solo que me da flojera, la verdad cocino bien o eso decía mi papá.
- ¿Como vas a estar en eso? - Le pregunta Claudia con los ojos entrecerrados.
- Eso a ti no importa - Le responde y se acerca a mi, toma de un trago toda mi cerveza - No puedes andar tomando.
- Si quiero lo hago - Respondo y me besa el cachete.
- Nos vamos - me toma la mano levantándome - Tenemos algunas responsabilidades.
- ¿No quieres ir Clau? - Pregunto y ambos me ven como si me fuera salido dos cabezas
- ¿Qué? - Preguntan al mismo tiempo, sonrío y los dos se ven con fastidio.
- No puede ir - Alega Antonio y Clau se cruza viéndolo.
- ¿Como que no?
- Eres mujer y ninguna mujer entra - La ve con seriedad.
- Isabella entra a dónde sea que entran.
- Isabella es mi mujer pero no creo haberte pedido matrimonio - Responde cortante.
- Felicidades por cierto - Dice en el mismo tono - Ojala hagas algo malo e Isabella te patee las bolas.
- Gracias y sigue soñando - Ya se ven fijamente y yo veo con fastidio a los dos.- tendrá mis bolas en otro lado.
- ¿Como? - me hago en mi saliva y el me mira divertido.
- ¿No? - Me empuja con su dedo y lo veo mal.
- Deja de avergonzarme.
- Isabella por Dios, ¿Que importa si sabe que me..- Le tapo la boca de inmediato.
- Vas andar con Anderson para que te pasee por Roma y nos vemos a la hora de el almuerzo - Clau sonríe mientras que Antonio voltea los ojos - Tienes mi tarjeta compra lo que quieras.
- Te amo - Me abraza y yo también.
- Lo se - Sonrio, me da un beso y se va dando saltos.
- No soy multibillonario por ser caritativo con lo pobres negros Isabella - Suelta y lo veo mal
- ¡Te escuché! - Grita Claudia y Antonio sonríe.
- ¡Lo se! - Grita el también - Me cae mal tu amiga.
- Déjala en paz - me da un casto beso - Otro - Vuelve hacerlo - Otro - lo vuelve hacer - Otro - Gruñe y sonrío - Te molestas muy rápido.
- ¿Que te pasa? Soy un amor de persona que tú no sepas de eso no es cosa mía - Toma mis caderas y me sube al mesón.
- ¿Que pensabas al decirle eso?
- Ay por Dios Isabella, ¿Que tiene de malo que sepa que cuando bajas me complaces?
- No tiene porqué saber nuestra intimidad. - Lo rodeo con las piernas y comenzamos a besarnos lentamente disfrutando el momento pero Antonio se desespera y acelera el ritmo.
- ¿Es enserio? - La voz de Massimo nos separa y yo miro hacia otro lado - Está casa es inmensa papá.
- Lo es pero quiero aquí y no me dirás dónde tengo que besar - Me volteo viéndolos y Massimo lleva su mirada hacia a mi.
- ¿Hiciste los brownies? - Se acerca y Antonio se acomoda la erección muy tranquilo.
- ¿Pero que te pasa? - Le pregunto y ambos me ven con extrañeza.
Dios esto es tan raro, es como ver a un clon más chiquito.
- No puedes hacer eso delante de Massimo - Le digo y siguen sin entenderme - No puedes arreglarte tú cosa delante de Massimo es un niño - explico lentamente y se ven.
- ¿Cuantos años es que tienes? - le pregunta Antonio y yo me siento mientras volteo los ojos.
Le voy a lanzar el jarrón de flores que tengo a menos de cuatro centímetros. Lo peor no es su pregunta si no la actitud tan tranquila de Massimo.
- 11 - Responde este y se viene hacia donde mi, se mete entre mis piernas.
- ¿Ya tuviste tu primera erección? - Pregunta y yo me ahogo con saliva.
Toso hacia un lado y Massimo me da palmaditas por el hombro, lo miro mal y el me sonríe.
- ¿Como que su primera erección? Es un niño de 11 años apenas Antonio - Suelto aún tosiendo pero menos.
- Te llega a las tetas y yo la tuve a esas edad además Massimo ya va a cumplir sus doce es lo normal - Suelta tranquilo y yo veo a Massimo fijamente.
Me levanto y lo mido con mi dedos y me llega al comienzo de mi pecho ¿En qué momento creció? Antes estaba un poco más abajo y yo soy alta ¿Que tanto me perdí?
- Responde - Le digo con referencia a lo que dijo su papá y se sonroja - No puede ser.
- No es un niño - Dice Antonio y yo no sé cómo procesar todo esto.
- Pero yo te veo como un niño chiquito - Suelto tomando su cara entre mis manos y el sonríe divertido - No se porqué pero no quiero crezcas, esto es muy raro.
Lo suelto y me alejo. Joder es que mi pecho se siente raro, no es mi hijo y me ha comenzado a decir mamá hace poco pero apenas hablé con él fue imposible no darle mi corazón. Enserio me hubiese encantado que fuera mi hijo y verlo desde pequeño.
- ¿Como es que siento lo que estoy sintiendo? - Pregunto y no entiendo nada.
- Lo quieres y tienes un lazo con el es normal que no lo veas grande - Responde Antonio - ¿A que hora te vas? - Le pregunta hablando en ruso y arrugo las cejas.
- En la tarde - Responde en el mismo idioma - Llego en la noche.
Massimo toma mi cuello bajándome dándome un beso en el cachete, ve a su padre y se va por donde entró.
- Explícame - Le pido y el solo que se acerca.
- Luego - me toma las caderas para besarme.
- Estoy lista - Antonio se separa respirando hondo y le doy un beso corto sonriéndole.
- Al próximo que nos interrumpa le pego un tiro - Dice en italiano y yo río - Vámonos entonces con la fastidiosa de tu amiga.
- ¿Solo habla en italiano para molestarme cierto? - Pregunta Clau atrás de nosotros y yo asiento sin verla.
Por el camino es lo mismo, se siguen molestando uno al otro y yo me dedico en ver el mi alrededor, es muy hermoso para aburrirse. Nos bajamos y siguen en lo mismo.
- ¡Ya! - Me volteo viéndolos con molestia - Si vuelven a discutir juro que les pego un tiro - Antonio trata de refutar y le levanto el dedo - Silencio, quiero silencio tengo 20 años y parezco una vieja de 40 así que déjense de idioteces.
Se callan pero se lanzan un par de miradas antes de alcanzarme, le digo Anderson lo que va hacer mientras Antonio me espera en el carro.
- Pones a mis hombres de chóferes de tu amiga y ... - Suelta molesto.
- Dije que silencio - Repito - no hablas si no te lo pido.
Resopla pero no vuelve hablar, Dios es que son tan pesados.
- ¿Para donde va Massimo? - Pregunto luego de un rato.
- Ni idea solo me dijo que iba a salir - Respondo y lo veo mal - No es un niño, bueno si es pequeño pero déjalo ser.
- Perdón solo quería saber - Suelto con ironía viendo hacia la ventana.
- No se no le pregunté pero capaz solo vaya hacia el taller - Responde y cruza.
- ¿Taller? - Vuelvo a verlo.
- Massimo es un cerebro y es muy bueno armando cosas por así decirlo, solo estoy simplificando - Explica - el carro que cargaba ayer el prácticamente lo diseño con ayuda claro pero casi todo lo hizo el, una vez se le fue una munición mientras desarmaba una ametralladora y las balas cayeron justo donde estaba comiendo.
- Entiendo - sonrío - ¿Cuando cumple?
- 15 de diciembre - Suelta y abro los ojos.
- ¿En dos días? - Digo sorprendida - Antonio no me habías dicho nada.
- A Massimo no le gusta mucha cosa todos nos reunimos, le damos regalos y ya.
- ¿Y ya? Que aburrido va a cumplir 12 no 60 - Suelto y se ríe - ¿Quienes se reúnen?
- Mi hermana, algunos cabecillas como el papá de Marcello, sus primos de Rusia y ahora Liam, se llevan bien y bueno.
- Entiendo y por curiosidad nada más cariño ¿Cuando pensabas decirme eso?
- La verdad no me acordaba - contesta y se estaciona para luego verme.- Como tú ahora eres su madre deberías encargarte - Lo veo mal - Pregúntale a Carla ella es la que se encarga de eso.
- Eres increíble Antonio Bernocchi - Le digo con reproche y el me sonríe como angelito.
Nos bajamos y entramos agarrados de manos, las ideas me llegan y me muerdo el labio con emoción, le mando un mensaje a Claudia omitiendo que Liam tal vez venga, se emociona ella también y nos ponemos en eso. Entramos a la sala de interrogación donde veo a Johnson.
- ¿Donde esta Egna? - Pregunto.
- Se mudó a una prisión con comodidades - Me habla unos de los hombres con dificultad en inglés.
- Aquí habla en italiano no saben otro idioma bien- Me informa Marcello y no lo había visto - Hola Isa.
- Entiendo - Hago caso y le sonrío. - Hola.
- ¿Que ha dicho? - Pregunta Antonio.
- Estábamos esperando - Responde y se quita la chaqueta dándomela.
Entra y yo tomo asiento, le envío un mensaje rápido a Claudia que llame a Carla y le pregunté por todo para ir comprando algunas cosas.
- Habla - Escucho Antonio.
Levanto la vista y apago el celular viendo cómo está parado.
- Eres un idio... - No termina de hablar cuando Antonio le voltea la cara con un golpe.
Creo que nunca había visto en modo sádico, molesto si pero sádico no. Se ve más sexy y me repito que estoy mal.
- ¿Que te arde a ti? - Le pregunta y Antonio se burla.
- Ahorrate el dolor y habla.
- Isabella es un buen polvo, esas tetas brincando todavía lo recuerdo, como su humeda y estrecha vagina, su boca y la forma como se ve esa cara de niña que tiene cuando gime ... - Antonio lo golpea dos veces seguidas y el solo sonríe - Tienes razón todo un lujo de mujer que muchos tuvieron - Lo vuelve a golpear - No tienes ideas de todos los hombres con los que estuvo - Lo vuelve a golpear y a mi los ojos se me encharcan - Los tríos, orgias en las que estuvo ¿No te lo dijo? Esa zorra ha echo muchas cosas.
- Si crees que eso va a cambiar el echo de que es mi prometida estás equivocado - Suelta con la mandíbula apretada y Johnson se le salen las lagrimas - No me interesa si es la perra más perras de todas no es mi problema - lo toma por el cuello levantandolo con todo y silla, aprieto su chaqueta - El que haya cogido con todo el mundo no le quita el valor que tiene así que habla lo que quieras que no me importa pero si te digo que lo que quiero oír te lo voy a sacar así tenga que hacer lo que sea y no sabes cuanto lo voy a disfrutar, vas a pedir que te mate y no lo voy hacer.
Lo suelta de golpe haciendo nada la silla y Johnson se aleja de el.
- Tienes una hora para pensarte lo que me tienes que decir - entra al cuarto y yo bajo la cara apenada - Fuera.
Todo el mundo sale y mis labios comienzan a temblar, sigo apretando su chaqueta.
- Disculpa - Susurro y no se porque me disculpo.
Ya viví el echo de que me señalarán toda mi vida y entiendo si le molesta.
- Levanta la cara - Su voz es dura y yo me limpio el rostro antes de levantar la cara - No te pedí que te disculpes.
Se acerca y se sienta adelante de mi, sus ojos están más oscuro de lo normal.
- ¿Cuantos? - Pregunta viéndome y veo hacia otro lado - Que me veas la cara - obedezco, tiene la mandíbula apretada.
- No lo sé - Susurro.
Respira hondo cerrando los ojos, no dice nada y sigo botando lágrimas mordiendo mis labios.
- Deja de llorar que eso no hace que se me quita la rabia - enserio trato de no hacerlo, yo no soy así.
No se que me da pero siento un mareo que me mueve toda, me sujeto de la mesa y el vómito se me viene y como puedo comienzo a vomitar en el cesto de la basura, caigo de rodillas y no entiendo que me pasa.
- ¿Te estás tomando la medicación? - Pregunta Antonio detrás de mi y asiento limpiándome.
Veo como se va y yo me levanto, respiro hondo controlando mi llanto. Entra y me ofrece una botella de agua, limpio mi boca y respiro hondo, trato de ver a otro lado que no sea a el.
- No me importa - Suelta cansado viéndome - Yo he estado con un continente entero y no te veo odiándome por eso, me molesta, me da rabia, impotencia como quieras llamarle pero eso al final no importa.
- Eso dices ahora pero después te molestaras por algo y me lo sacarás en cara y..
- Espero que no me estés comparando con alguien porque eso si no te lo voy a dejar pasar - La vena en su cuello se templa - Además ya sabía algunas cosa acuérdate que te tengo un seguimiento desde hace meses.
No digo nada y se acerca a mi, comienza acariciar mi cabello.
- Isabella no me importa, la moralidad no es lo mío - Suelta más relajado y yo lo veo - No sabes cuanto odio lo que tú mirada me hace.
- Lo odio - Suelto con rabia y se me salen más lagrimas por la impotencia - Lo odio mucho.
Acaricia mi mejillas sin decir nada.
- Todo lo que dijo.. - no termino de hablar y lo veo por el espejo.
- Yo me encargo de eso - toma mi cara entre sus manos.
- Tu te encargas de todo ¿Como haces? - Lo veo y suspira.
- No tengo idea.
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Pasan las horas y yo me concentro en la galería que abrí que tiene un buen éxito. Me llaman por FaceTime y me acomodo.
- Señora se han contactado conmigo un pintor muy famoso dice que está interesado en que vea sus pinturas - Suelta mi asistente al otro lado - Dice que sería un honor mostrarla en su galería.
- Mándame su información cuando pueda la reviso - Respondo viendo mi Instagram - ¿Donde tiene las pinturas?
- Francia y también le informo que ya llamaron diciendo que las galerías de Londres, Washington y Roma ya están lista están esperando que usted venga a revisarlas para abrir sus puertas.
- ¿Roma? - Pregunto levantado la vista - Yo no mande hacer una aquí.
- El señor Bernocchi si - Dice y respiro hondo - Disculpe no haberle pedido autorización.
- Tranquila - Suelto ya hablaré con Antonio - ¿Algo más?
- Ya que usted es una celebridad han llamado mucho pidiendo hacerle algunas entrevistas, marcas reconocidas piden que sea su modelo y vestirla, también le quería preguntar si necesita alguien de relaciones públicas para que tenga una buena imagen y no la ataquen - Explica y no se a que se refiere - Al no tener una imagen o cuando no saben algo de usted van a buscar hasta por de bajo de las rocas la mínima información no importa si es buena o mala - Explica y vuelvo a respirar hondo - El señor tiene dos ¿Desea que le busque una?
- Si y me llamas - Respondo - Con respecto a lo otro di que estaré avisando que ahora me encuentro ocupada ¿Algo más?
- No señora la estaré llamando - Dice y asiento.
Cuelgo y respiro hondo cerrando la laptop que le pedí Antonio. Veo la hora en mi celular y se paso la hora de comer, las tripas me rugen y me levanto en busca de mi prometido.
Que raro suena eso.
Yo me vine a su sala de reuniones y el se quedó interrogando, yo tenía unos trabajos que hacer y me demoro tres horas en esto.
Entro en la sala de interrogación y me quedo quieta en mi lugar viendo a Johnson.
- Bernocchi es agresivo - Me informa Marcello viendo lo mismo que yo.
- ¿Que ha dicho?
- Todo - Responde y no entiendo porque lo siguen torturando.
Grita cuando prende la máquina de electricidad que está conectada a sus piernas las cuales tiene la piel abierta.
- Pero Bernocchi quiere seguirse divirtiendo por lo que veo - Habla cuando Johnson se calla.
- ¿Por qué no estás allá? - Pregunto.
Le echan agua ya que se había desmayado por el dolor.
- No soy agresivo si no me toca serlo - Responde - Además ensucio mi ropa y no quiero que mi mamá me corra de la casa.
Sonrío y decido entrar. Todos me ven incluyendo a Johnson.
- Ayúdame Isa... - Susurra con dolor y volteo los ojos.
- ¿Podemos hablar afuera? - Le pregunto directamente a Antonio.
Asiente y salgo, escucho como Johnson me llama pero no le prestó atención. Me quedo en el pasillo y Antonio sale al rato.
- ¿Pasa algo?
- Es que tengo hambre y quería avisarte que me voy - Respondo jugando con el anillo. - O nos vamos si ya te desocupaste.
- Espérame un momento - Dice y se va otra vez.
Quedo ahí parada y siento los pies un poco hinchados.
A la espera de Antonio le escribo un mensaje a mi papá-abuelo que tal vez debe estar dormido por la diferencia de horario.
Escribí algo sencillo, tenemos tiempo que no hablamos, yo les mando dinero por medio de alguien pero no hablamos y la verdad si quisiera que fuera su brazo el que sostenga el día de mi boda.
- Disculpa la tardanza - me habla Antonio saliendo con el celular en la mano.
Toma mi mano y juntos salimos, el maneja en silencio y yo me encuentro distraída.
¿Y si me ignoran o no quieren saber nada de mi?
- Ya dije que no me importaba Isabella pero tienes que entender que me de impotencia - habla ante el silencio.
- No es eso - Respiro hondo.
- ¿Que pasa?
- Nada - respondo y me llega un mensaje.
- No me mientas - Dice y no le presto atención cuando veo la respuesta.
Sonrío y se me es imposible no volver a llorar. Se detiene el auto y veo como ya llegamos.
Eso fue rápido.
Antonio me ve fijamente pero yo me limpio la cara y me bajo feliz.
¿Están orgullosos de mi? ¿No se pierden nada de lo que sale de mi en las redes?
Antonio sujeta mi mano y terminamos de entrar.
- ¿No vas a compartir tu alegría conmigo?
- Si pero déjame que lo procese - Respondo y veo Claudia en una mesa.
Apenas me siento comienza a decirme todo lo que hizo muestra las fotos que se tomó y no se calla aún cuando estamos comiendo, Antonio no dice nada, la verdad de no habla en toda la comida. Esta En su celular más que todo o si no viéndome.
- ¿Que van hacer ahora? - Pregunta Claudia y Antonio resopla molesto viendo su celular.
- No lo sé - Respondo viendo la actitud rara de mi prometido - ¿Pasa algo?
- No - responde secamente - Vámonos.
Se levanta y Claudia y yo nos vemos confundidas. Mi amiga se va en un carro y yo me voy con Antonio que se mantiene serio todo el camino. Hasta en la lancha que apenas nos bajamos fue a no se dónde.
Yo decidí subir y ducharme . ahora estoy aquí en la ducha con los ojos cerrados. La puerta se abre y veo Antonio que se comienza a desvestir con rabia. Se mete a la ducha y me jala dejándome abierta sobre el.
Ve mi cuerpo mientras pasea sus manos por el con cuidado, tiene la mandíbula apretada y la vena en el cuello se marca, también tiene las cejas arrugadas, toco una mejilla haciéndole cariño y me ve a los ojos con la misma mirada de reproche que tiene Massimo.
- Mía - Suelta y yo asiento con calma - Más te vale Isabella - Sigue con la mirada en mi cuerpo detallandolo.
- Te amo - Le digo con suavidad y me ve de golpe, su expresión se calma un poco - Ese es mi pasado Antonio y lo siento por no ser una santa pero te pido que lo dejes atrás como tiene que ser y me veas por como soy desde que estoy aquí contigo.
Me acerca hacia el, baja la mirada hacia mi boca y la vuelve a subir.
- Te amo mucho cariño - Vuelvo a decir y va por mis labios besándome con agresividad.
Esta molesto se nota por la forma en que respira, como me toca, por lo tensado que está su cuerpo. Muerde mi labio con mucha fuerza haciéndome jadear. Va por mi cuello mordiendolo de la misma forma, me levanta con una mano y con la otra me inserta su miembro de un solo golpe. La fricción del agua me hace quejarme buscando más, salto y toma uno de mis pechos chupando y mordiendo.
Gruñe contra ellos y se aleja cerrando los ojos echando su cabeza hacia atrás, toma mis caderas y acelerar mis movimientos. Comienza a dolerme un poco por lo rápido y fuerte que me estoy moviendo pero comienzo a contraerme y lo dejo pasar por alto.
Se viene conmigo y se levanta conmigo en sus brazos, sigue dentro de mi y el ardo duele un poco. Queda encima mío y comienza con sus movimientos.
Va por mis labios y nuestras lenguas se mueven, gimo en su oído y levanta mi pierna permitiéndole mayor profundidad, aprieta la pierna que sostiene y sus movimientos son tan bruscos que el ardor vuelve.
- Solo mía - Dice con fiereza.
Suelta mi pierna y toma mi cara besándome.
- ¿Solo mía? - Pregunta viéndome a los ojos.
- Sí - Gimoteó y me vuelvo a contraer.
- ¿Me amas? - Gruñe la pregunta y yo asiento siento como el orgasmo me va a tomar pero sale de mi - Responde bien - Dice con agresividad.
- Te amo Antonio - tomo su cara en mi manos acercándolo a mi, entra de golpe y yo gimo a centímetros de su boca - Te amo mucho - Gimoteo y no me quita la mirada, cierro los ojos por lo que estoy sintiendo - Como no lo he hecho con nadie.
Apenas suelto eso acelera sus movimientos, bajo mis manos apretando sus hombros, le clavó las uñas cuando el ardor se intensifica.
- Antonio - Gimo más alto y el no para - Cariño me duele - Suelto y me besa callandome.
Suelto mi orgasmo y el no se para, le clavó mis uñas y pone la cabeza al lado de la mía jadeando de forma muy baja. El ardor sigue y que comienze a moverse más rápido lo empeora haciendome soltar una lagrima.
- Antonio - Vuelvo a decir y siento como gruñe viniéndose.
Deja todo dentro de mi y cuando se aleja mis ojos van a su verga con sangre, mi sangre, ve mi entrepierna y luego a mi, se pasa las manos por su cabello se va hacia el baño dejándome ahí y no puedo ni moverme ya que me arde, me duele demasiado, chillo y no puedo ni sentarme.
Vuelve y me levanta, me quejo por el movimiento y volvemos a la tina que tiene agua nueva.
- Disculpa. - Suelta acariciándome y me molesta pero estoy tan cansada que recuesto mi cabeza en su pecho.
No puedo mover y de la nada mis ojos comienza a cerrarse lentamente.
- ¡Isabella! - la voz desesperada de Antonio es lo último que escucho antes de caer en la oscuridad.