Antonio Bernocchi.
Octubre, 2018.
New York.
- Pensé que te alegraría tenerme de nuevo aquí.
Veo a mi madre y no puedo creer que este aquí, tengo tantas preguntas.
Nos fuimos de la boda después que duramos tres horas y todavía no me explico tantas cosas que siento que mi cabeza va a explotar.
- Señor - Entra a mi oficina unos de mis hombres viéndome con cierto desespero dándome jaqueca.
- ¿Te cortaste la lengua o que mierda?
- Disculpe, la entrega ya llegó a su destino - Se acerca al escritorio dejando un pendrive - Aquí está el vídeo.
Se va y lo tomo metiéndolo al bolsillo.
- Explicame como es que estás viva - Me dirijo a la mujer que me dio la vida - Empezamos por eso.
- Si hubiera sabido que ibas a estar con estos ánimos me hubiera aparecido en otro momento - me esquiva con sarcasmo viendo hacia otro lado y me limito a verla - Como sea, voy a ver a mi pequeño Massimo por cierto... ¿Quien es la niñata con la que estabas en el baño?
- Hasta que no me respondas yo tampoco voy hacerlo.
- Menos mal se quedó en la fiesta - Susurra y yo volteo los ojos respirando hondo - Que tengas una buena noche mi vida.
Se va y me limito a sonreír con ironía ¿Que más puedo hacer?
Isabella mato a alguien y menos mal que ya está muerto porque el golpe que tiene Isabella en unos su costado no me tiene tranquilo, no seque hubiera echo si lo tuviera de frente, aunque me hubiera divertido un rato.
La manera tan ... Ni voy a pensarlo, lo último que quiero es tener una maldita erección, llevo mi espalda hacia el espaldar de la silla y cierro los ojos.
Isabella tenía que matar también al niñato ese que andaba embobado con ella es que no entiendo ¿Como es que se dejó agarrar por ese? ¿O irse por un trago? Pero que le pasa, se supone que tenía que irse hacia donde yo estaba o Massimo.
Tengo que ir por ella, apuesto que debe estar con el niñato ese, como está sola.
Busco mi celular marcando su numero, suena pero no contesta.
Veo el la pantalla del celular ¿Que hace que no contesta?
Abren la puerta y Massimo entra con cuidado, se acerca sin cerrar la puerta viéndome con indiferencia, como siempre nunca me quiere demostrar lo que siente.
- ¿Isabella cuando llega? No me gusta que este sola - Su mirada se vuelve turbia.
Comienza a entrar los perros de Isabella olfateando todo el lugar.
- ¿Te gustan? - Pregunto haciendo referencia a los cachorros y el solo se encoje de hombros sin quitarme la mirada, está esperando una respuesta - No se cuando va a venir, hay que esperar.
- ¿Por qué la has dejado? y la abuela no deja de preguntar quién es ¿Que tengo que decir?
- Isabella tiene una vida no podemos esperar que la deje por nosotros y a tu abuela sácale información a ver porque se supone que no está muerta.
Me ve por unos segundos siento que va a decir algo más pero a lo último como que desiste de la idea ya que se va y con el los perros menos uno que se acuesta a mi lado.
Sigo tratando de comunicarme con ella pero sigue igual.
- Tu dueña me va a venir matando un día de esto - Le hablo al perro levantándome - Como que se veía mejor de lejos.
Salgo de la oficina y el perro se viene atrás de mi, no lo detengo quien quita y sabe hacer algo y muerda al que ande con ella.
- ¿A donde vas? - pregunta Anabelle a mi espalda.
- Ya te dije la respuesta madre - Suelto lo último con cierta ironía.
- No sabía que te gustaban los perros - Dice en el mismo tono.
- Pues no sabía que estabas viva - Me volteo hacia ella - Pero sorpresa.. Aquí estás.
Entrecierra los ojos y se lo que hace así que sin más me volteo, abro las puertas ya que al parecer a las personas que se supone que trabajan aquí no están en ningún lado.
Salgo y acelero el paso cuando veo al niñato en la puerta de mi casa a centímetros de la boca de Isabella, la jalo hacia mi viendo al rubio frente de mi.
- ¿Que mierda haces aquí? - Pregunto y la chica que tengo en mi pecho comienza a reírse y claro lo que faltaba.
- Yo ... Isabella estaba muy bebida y me ... - comienza a trabarse haciendo que el perro se ponga a la defensiva.
- Lárgate de mi casa - Le digo y se queda como una estatua - Que. Te. Larges - Le digo pausadamente con toda la paciencia que puedo tener y por fin se larga en menos de nada.
Isabella se remueve abajo de mi, la suelto pero tengo que sujetarla de nuevo ya que se tropieza.
- ¿Es enserio Isabella? - la tomo por los hombros y la muy maldita se ríe.
- Tienes que relajarte - responde arrastrando las palabras - A este paso quedare viuda y ni siquiera me has pedido que sea tu novia aunque ... - Ve hacia el cielo y se queda callada.
Respiro hondo y la cargo como una princesa entrando a la casa, mi madre quien aún se encuentra aquí (no entiendo porque no se va a dormir no se supone que es una vieja que a las ocho debería estar dormida) está de espalda pero se voltea al sentirme.
Me ve sorprendida viendo a la chica que cargo en los brazos.
- Habían socios de tu padre que seguían resentidos porque te iba a entregar el poder antes de que muriera, me amenazaron muchísimas veces Antonio hasta me dijeron que iban atentar contra Massimo y tu estabas muy ocupado cariño - Relata y me da un sin sabor, hubiera preferido que no dijera nada - Lo más fácil fue fingir mi muerte y cuidar a tu hermana sin que ambos se dieran cuenta, te estás manejando muy bien mejor de lo que tú padre lo ha hecho y no puedo estar más orgullosa de ti.
Sus ojos se cristalizan pero vuelve a tomar aire recomponiendose, se cruza de brazos viéndome expectante, Isabella se remueve y no se molesta en abrir los ojos.
- Quiero dormir - Dice haciendo un puchero y mi sonrisa amenaza con salir pero veo Anabelle y todo se va.
- Hablamos mañana.
- Ajá - Suelta y yo me limito a subir las escaleras.
Entro a la habitación y el perro que andaba atrás de mi entra también.
Suelto a Isabella en la cama y comienzo a desvestirla de nuevo, veo rastro de sangre y detallo el golpe que tiene en el en el costado, respiro hondo mientras la sangre se me calienta.
Voy al baño y mojo una toalla, podría bañarla pero no quiero despertarla vuelvo hacia ella y paso la toalla por su cuerpo limpiándola mejor.
Sus ojos siguen intactos ¿No se supone que deberían volver a la normalidad? Me dijo que por el ataque de adrenalina pero el alcohol lo tenía que haber bajado, siento que hay algo que no me está diciendo.
Termino luego de un rato y busco mi celular mandando una orden clara.
Necesito saber que piensa o por lo menos tener una idea.
Mañana comienza su entrenamiento junto con la terapia que he puesto, pero no se va a dar cuenta o eso espero porque si no corre sangre.
Me levanto y comienzo desvestirme haciendo que se caiga el pendrive que ya se me había olvidado que tenía.
Lo dejo en unas de las mesitas y me dirijo al baño para darme una ducha rápida.
Que quiere decir Anabelle con que la estaban amenazando ¿Pero quién lo ha hecho?
Ahora que lo pienso, ya entiendo porque la linda de mi hermana no me ha jodido en todo este tiempo, algo medianamente bueno.
Salgo de la ducha, me quedo al frente del espejo y voy a quitarme la creciente barba después tengo jaqueca.
Salgo y me pongo un mono, agarró el pendrive y antes de salir veo la mujer en mi cama sonriendo por inercia.
Salgo y voy hacia el cuarto de Massimo, desisto de tocar ya debe estar dormido así que con cuidado entro viendo a mi hijo con los otros dos perros en la cama con el, Massimo levanta la mirada de la pantalla y los perros me dan su atención.
- ¿Llegó? - pregunta y asiento entrando a la habitación.
La habitación de Massimo es muy señorial y me gustaría ver por lo menos un juguete tiene 11 no 20.
- Isabella ... ¿Como te llevas con Isabella hasta ahora?
- Bien, aunque hay cosas que no me gustan.
- ¿Como cuales? - Pregunto sentándome en la silla de su mini escritorio.
- Que se vista con ropa que muestre la piel, que otros además de ti y yo estén Serca o le hablen y la toquen, tampoco me gustó lo que dijiste que nosotros no podemos esperar que deje algo por nosotros - Explica serio.
- ¿Que es lo que quieres?
No responde, ve los cachorros y comienza acariciar la cabeza de uno, está pensado que decirme.
- Somos nuevos en su vida - Le digo ya que entiendo lo que dice - Y con respecto a lo otro tranquilo, para eso está tu padre.
- Eso espero - Suelta y sonrío por la forma amenazante que lo dijo - ¿Algo más? Quiero dormir.
- No, te dejo, buenas noches.
- Buenas noches papá.
Me levanto y antes de salir me volteo a ver a Massimo que se termina de arreglar con los perros, sujeto con más fuerza de la que debería la puerta de solo pensar que querían tocarlo.
Cierto la puerta y me dirijo hacia la oficina.
Idiota el que cree que si quiera puede ver lo mío.
Entro y tomo asiento prendiendo mi laptop, meto el pendrive y veo cómo inicia el video. En la cabeza de mi tía había o hay una cámara en sus ojos, no los cerré los dejé así.
La verdad no me dolió tanto como debería si fue raro pero ella junto con mi primo y su esposo son y fueron unos hipócritas, unos enfermos. apuesto seguro que quienes amenazaban a Anabelle eran ellos.
Sigo adelantando el vídeo hasta donde por fin abren la caja y sonrió al ver la expresión que tienen justo como lo esperaba. Y que sorpresa si ahí está la prometida de Johnson gritando con lagrimas en los ojos.
- Maldito lo voy a matar - Suelta apretando la mandíbula - Que le dé gracias a Dios que las amenazas a su madre terminaron en la muerte y no en mis manos me hubiera cogido a la desgraciada.
- ¿Que hacemos ahora? El hombre que mandamos no ha dado reporte.
- Quiero saber quién es la puta con la que anda mi primo - Suelta con rabia dejando la cabeza en el lugar donde estaba - Y manda alguien más necesito que me traigan al niño.
- Si señor.
- Y tu - agarra a la prometida de Johnson que se le queda viendo a la cabeza - Averigua donde.. ¿Que mierda ves tanto.
- Los ojos...
Se voltea viendo con más detenimiento sonriendo cuando lo ve.
- Espero sepas esconderte primo - Suelta en Italiano - Te voy a joder.
Jala la cámara destruyendola y cierro la laptop.
Ya se lo que va hacer que idiota, idiota al pensar que no lo estoy esperando, sonrio y me levanto caminando hacia mi habitación. una vez llego abrazo a la mujer que me la puso dura de nuevo al verla en ropa interior.
- Estoy borracha - Susurra.
- Lo se.
- ¿Estas molesto?
- Debería pero no ¿Que pasa con el niñato ese?
- Sabe pintar bien - Se remueve subiendo más la pierna - Voy abrir una galería aunque no sepa nada de eso ¿Me apoyas?
- Si eso quieres - Digo acariciandola.
- Extraño mi casa.
- ¿Londres?
- No.. la verdad no quiero hablar de eso. - Está incomoda o creo que melancólica
- Está bien ¿De que quieres hablar?
- La verdad no quiero hablar.
- Entonces vamos a dormir, mañana empiezas tu entrenamiento y tienes que levantarte temprano.
- ¿Por qué no mejor el martes?
- Duérmete.
- Bien - Refunfuña volteandose y la vuelvo a tomar abrazándola - Dejo que me abraces por qué me das lo que quiero perooo, si lo dejas de hacer no te voy a dejar que me abraces.
- Duérmete - Vuelvo a decir y me contengo de hacer lo que quiero hacer.
Se que si empiezo no voy acabar y tiene que descansar para mañana.
Vuelve a moverse y desisto de la idea, así que comienzo a pasar mi nariz por su cuello y ella se voltea para besarme.
- Me preguntaba cuando ibas a dejar de resistirte - Dice contra mi boca.
- He querido ser un hombre bueno Isabella pero confieso que es una mierda.
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-
Mamá por favor - Digo hastiado.
- Massimo cómo vas con el piano - Me ignora.
- Bien, cuando quieras abuela puedo tocarte algo.
- ¿Hiciste lo que Isabella te dijo? - ahora que lo pienso... ¿De donde sabe de piano Isabella?
- Así es ¿De donde sabe Isabella de piano? - Pregunta y me encojo de hombros bajando la .
- Buenos días - Habla Isabella y Anabelle la mira de arriba abajo.
Se sienta a mi lado y rápido le traen su desayuno.
- ¿Le gusta así o quiere que se lo cambiemos señora?
- ¿Señora? - pregunta mi madre con ironía - ¿Te casaste y no lo sabía?
- Está bien así pero pueden cambiar el jugo - Dice ignorando el comentario que lanzó Anabelle y a mi me incomoda el color de sus ojos - Quiero de maracuyá.
- Con su permiso - Se retiran y comienza a comer así que sigo con lo mío.
- ¿Así que tienes ropa aquí? - pregunta mi madre e Isabella la ve con detenimiento.
- Isabella vive aquí - La corrige Massimo - Isabella ella es mi abuela Anabelle.
- Mucho gusto y con todo respeto pero pensé que usted estaba ... Muerta - suelta y comienzo a reír.
- Pues no lo estoy, entonces vives aquí ¿Así que están casados?
- No, todavía - Respondo yo y ya se el camino que está tomando, quiere intimidar a Isabella o ponerla por el suelo.
Que tenga suerte.
- Claro... Entonces cuidaras a Massimo, no le das una buena impresión llegando borracha a las dos de la mañana - Dice tomando su jugo y Massimo arruga las cejas - Pero quién soy yo para meterme, debe ser raro para ti ¿No? eres una niña ¿Cuantos años tienes? ¿18? Y asumir tal papel como el de ser madrastra.
Isabella no responde y sigue comiendo como si no la había escuchado, pero termina rápido justo cuando llega Longo.
- ¿Lista?
- Cualquier cosa es mejor que estar escuchando a tu suegra que no está muerta por cierto - la ve con desdén - Pero quién soy para meterme en eso.
Se va y no le puedo quitar la mirada de ese trasero, siento que no me la he follado lo suficiente.
- Isabella no es mala influencia para mí abuela - Habla Massimo cuando termina su desayuno - Voy a mis clase ¿Vamos almorzar aquí? Isabella dijo...
- Isabella dice muchas cosas - Suelta mi madre interrumpiéndolo - Y ustedes le hacen mucho caso.
- Vamos que te llevo - Digo ignorando a mi madre pero se levanta enojada saliendo no sé a dónde.
Massimo me ve y yo solo me levanto. Voy hacia la cocina dándole una orden a Carla quien tiene que agarrar los perros para que no se vengan atrás del carro.
Dejo a Massimo en su colegio y me voy yo a la oficina sumergiendome en más de lo mismo, reuniones, papeleo, permisos y así es toda mi mañana.
- ¿Que restaurant desea comer? - Pregunta mi secretaria llevándose los permisos firmados.
- Ninguno - Respondo levantándome.
Voy a recoger a Massimo quien me ve sorprendido y yo me doy cuenta de que está solo.
Me siento a veces como un extraño en la vida de mi hijo.
- ¿No tienes amigos? - Pregunto a quema ropa.
- Si aunque no diría amigos - Responde sacando su tablet - Ellos son algo estúpidos siempre hablan de jugar y me fastidia, no tengo tiempo para eso.
- ¿Que tanto ves en esa pantalla?
- Hablo con una amiga - Responde y puedo sentir la pena - Y también estoy terminando mi libro.
- En las tardes comienzas con las prácticas los libros déjalos para la noche.
- Está bien, siento que estoy más preparado que esa vez...
- Lo hiciste mejor que yo, créeme.
- ¿Cuando Isabella hará la iniciación?
- Ya mató ¿sabes? se veía muy bien - Respondo y vuelve la erección.
- Sus ojos ¿Que le pasa?
- No lo sé.
Y así se termina nuestra conversación, sigo manejando pensando que espero me tengan respuestas por lo que sea que tenga Isabella.
Luego de unos minutos llegamos y apenas estamos en la puerta los perros se le zumban encima y comienza a reírse, tenía mucho tiempo que no lo escuchaba así.
- ¡Oddie! - Grita Isabella y el gran danes se va.
Estos perros son unas bestias, son demasiado grande pero no se como se llama el perro que anda atrás de mi todo el tiempo. Entro a la sala y el perro de sienta al frente de mi,
Es un doberman negro, es muy grande debería mandarlos a entrenar, tienen potencial por lo grandes que son, comienzo acariciar su cabeza y se sube al mueble dejándola en mis piernas. Para sus orejas y yo siento el olor de Isabella acercarse.
- Se llama Loki - Habla y la veo, vuelve la erección.
- ¿Tienen entrenamiento?
- Lo normal creo, aunque normalmente hacen lo que quiere.
- Ven - La llamo y se sienta a mi lado - ¿Que tal tu entrenamiento?
- Estoy muy cansada - Arrecuesta su cabeza en mi hombro.
- En la tarde tienes práctica para que aprendas a manejar una empresa.
- Puedo pedirle el favor a Claudia, ella sabe de contaduría y cosas así.
- ¿Si?
- Está recién graduada de eso, Claudia es un cerebro la verdad.
- ¿Y tu qué estudiaste?
- Nada hice algunos cursos pero no tuve una carrera como tal.
- ¿Y los idiomas?
Baja su cabeza a mis piernas como el perro.
- Desde que era una niña me llamó la atención y los practique siempre.
- Y siempre te gusto viajar también - Comienzo acariciar su cabellera más oscura que la mía.
- Si y no, fue algo que salió y después me gustó y así aunque pensé en hacer un curso para piloto, lo iba hacer el año que viene pero ahora no se.
- ¿Por qué?
Abre los ojos viéndome y no se descifrar la mirada que me da.
- Bueno es que ahora estoy aquí y no creo que se pueda.
- Quiero seguir abrazándote - Se ríe - Puedes hacerlo, tienes una aerolínea pide un avión y ya.
Toca mi cara riendo y llega Massimo. Nos dirigimos al comedor y así empezamos la nueva rutina.