Tipo de narrador: Tercera persona
Octubre, 2018.
New York.
New York. Cuidad viva y de nuevos comienzos.
O eso es lo que se espera.
Son las siete de la mañana del día 17 de octubre, 2018. Hoy es la boda de la dulce Camil quien ahora se encuentra pasando un desayuno incómodo con toda su familia ya que a su padre nunca le termino de agradar el novio y los comentarios pasivo agresivo no se detienen.
Al pobre Ikor por otro lado el ambiente lo tiene con una jaqueca incontrolable, muchas cabezas doradas y muchos vestidos coloridos para su gusto. Lo único que lo reconforta es que ya Camil será suya sin mucho problema.
Camil mucha veces llega a ser irritante pero para el es perfecta, lo entiende, lo ama tal cual es, su bondad resta todo lo malo que el ha hecho y que seguirá haciendo. Sabe que Antonio no la acepta del todo por el simple hecho de que es tan dulce y en la vida que llevan eso mayormente termina siendo un problema.
En otra situación está Claudia quien se encuentra en estos momentos abrazada por Liam Takahashi quien es el que maneja los negocios de Antonio por el continente asiático. Liam le tiene mucho respeto Antonio. Lo ve como nunca pudo ver a su padre ya que el italiano lo tuvo desde muy temprana edad y le ha enseñado a surgir.
Cuando conoció a Claudia en ese club lo dejo con la boca abierta, jamás había visto algo como ella. Se enamoró a primera vista y no dudo en pedir un favor.
Un chico pelirrojo bailaba con ella y el japonés no podía permitir que la morena se fuera con otro, sabía que era para él y por ello. Su jefe mando a uno de sus hombres para quitarlo amablemente de su camino dejándolo con una oportunidad.
No la desaprovechó y fue por ella. Cada día que pasa, cada día que habla con Claudia le es imposible no seguirse enamorando de ella sin embargo él le a dado su espacio y solo espera que camine para sostenerla por si llega a tropezar.
La mujer en sus brazos le ha confesado un poco de su pasado haciendo que sus planes se cambiaran y decidiera ir más lento para que ella se sintiera a gusto.
Lo que el no se fija es que Claudia está casi igual de embobada por el. Todos los detalles que ha tenido con ella, como la ha tratado algo que su ex novio nunca pudo hacer. Ella solo está viviendo pero siguiendo al mismo tiempo el consejo de Isabella "vive, pero no entregues todo tan rápido, pueden joderte por eso, vive cada momento pausadamente".
Isabella, Isabella en la vida de ella es una clase de hermana mayor y ahora que está aquí quiere estar para ella en todo momento y por ello ha analizado la situación que tiene con su pareja.
Antonio no se oye como alguien malo pero conoce a su amiga, sabe que sus sentimientos son inestables igual que sus pensamientos y siente temor de que ahora está bien pero después que pasará?.
Vuelve a la realidad cuando Liam mete su mano por la camisa de su pijama.
- ¿Que paso con que ibas a esperar? - Le pregunta divertida levantando su mirada.
- A la mierda con eso - Responde el y no pierde su tiempo, comienza a besarla sin apurarse, tomándose su tiempo.
A las afuera de la cuidad tenemos a un hombre golpeando con fuerza al saco de boxeo, un golpe más fuerte que otro, su cuerpo está bañado en sudor pero tiene mucha rabia. Rabia que viene de años, extraña la vida que tenía antes, extraña las calles.
Firmar papeles y juntas lo vuelven loco, no es su mundo. Gruñe con fuerza cuando destroza el saco de boxeo pensando que en el fondo le alegra volver a Italia después de tanto tiempo pero al mismo tiempo no sabe cómo le va a ir a la mujer que duerme en su cama.
Pone otro saco, comienza arreglarse las vendas para no lastimarse tanto los nudillos y vuelve a lo que estaba.
La mujer que dormía plácidamente siente que no quiere vivir. Maldice en español sin saber que sus perros están allí los cuales automáticamente suben a la cama terminándola de despertar. Le arde la garganta pero es feliz por tenerlos aquí con ella.
Como tiene que ser ya que además de claudia y Camil ellos son la familia que no tiene aquí.
Tocan la puerta y los animales se ponen alerta.
Tal vez sea el ambiente, el lugar, las personas que rondan como si fuesen sombran que los tiene listos para atacar.
- ¡Adelante!
Isabella se tapa con la sabanas con rapidez ya que lo único que carga es una simple tanga.
Carla quien se ha vuelto muy unida a Isabella entra con una sonrisa al verla. Le ha comenzado agarrar cierto respeto a la mujer del jefe, ella ed todo lo que en este mundo no hay y ella después de llevar tanto golpes, latigazos, violaciones, maltratos de cualquier tipo el que le de los buenos días o le sonría simplemente hace que algo dentro de ella se sienta bien.
Termina de entrar y los perros de ahora su señora se relajan.
Ayer en la noche cuando los trajeron le daba cierto miedo. Son grandes pero al parecer llegaron y se adaptaron. Recorrieron el lugar y cuando Massimo bajo a cenar quedó encantado con ellos. se dio cuenta de su expresión aunque el niño no dijo nada, como siempre.
- Señora el desayuno estará listo en media hora, el señor Bernocchi quería saber si estaba despierta ya que antes del mediodía tienen que estar en lugar de la boda.
- Ok y Antonio ¿dónde se encuentra?
- En el gimnasio... ¿Quiere que la lleve?
- No, mejor me arreglo - le da una sonrisa y ella en silencio como siempre se va.
Se levanta con sus cachorros atrás y se queda frente al espejo de el lavamanos viendo como las marcas de Antonio siguen en su piel y como no, cada vez que están juntos vuelve a marcarla y lo peor es que no le molesta.
Isabella después de la conversación que tuvo ayer con Claudia en la terraza le cambió un poco los pensamientos y decidió dejarse llevar, así que ahora está ahí duchándose pensado en lo que se va a poner y en qué hoy su amiga se va a casar, está feliz por Camil, por Claudia y también por ella misma.
Por primera vez le gusta como está su vida, tal vez que Antonio llegará a su vida no es tan malo después de todo pero tiene cierto presentimiento de que algo va a pasar. Siempre cuando todo está bien pasa algo malo respira hondo dejando esos pensamientos de lado y por primera vez decide hacerle caso a Claudia dejando de pensar tan negativamente.
El hombre suele gusta es un mafioso empresario que al parecer la quiere y le gusta mucho. tiene mucho sexo y no de malo, del que quieres tener toda tu vida. La cuida, enserio lo hace aún si el no se da cuenta ya que ella cuando está a su lado su enfermedad pasa a último plano.
Se enfoca en eso, en lo bien que se siente el momento.
El hombre en el saco se detiene en seco y mira por encima de su hombro a su hombre más fiel el cuál ya no necesita que su jefe le diga mucho para saber que necesita y por ello se acerca en silencio.
Pregunta lo que carcome su cabeza ya que la niña en la tina no es la única con un presentimiento extraño, una inquietud le surge y sabe que es por algo que no ha pasado pero que el se quiere adelantar.
- Todavía no ha llegado a su destino - le responde pero igual eso no calma su creciente ansiedad.
- Refuercen la seguridad para la boda, no quiero sorpresas - Manda y sale dejándolo solo.
Sus intuiciones nunca se han equivocado y hay algo que no le gusta.
Se aleja y quita todo en sus dedos. Le da la atención que necesitan sus nudillos maltratados para luego abrir la botella de agua se vierte en su cabello, pasa lo su cara y cae en su pecho. Toma la toalla y se limpia con rapidez al igual que sus pensamientos por su cabeza pero que quedan en el limbo al comenzar oler un perfume particular.
- ¿Vamos a comer? - pregunta desde la puerta.
Las palpitaciones se van a su miembro al verla sin embargo guarda sus emociones y ambos se dirigen al comedor inmenso para ellos tres.
Massimo ya está sentado y solo ve a su padre quien está cambiado desde que llegó su novia a la casa pero no le desagrada, le gusta asi y por ello se dedica a comer tranquilo.
Llega la hora en la que todos están listos y salen hacía donde será la boda.
Algunos emocionados como Camil. Otros queriendo acabar rápido como el caso de Ikor. Unos pensativos por culpa de los presentimientos y la mala constumbre de que pase algo malo en sus vidas como Isabella y Antonio. Y otros tranquilos en una burbuja de felicidad y tranquilidad como Claudia y su querido japonés.
El futuro es incierto ese es el pensamiento que lleva Massimo en la carro, no sabe que va a pasar dentro de unas horas o minutos. Al igual que su padre sabe cuando algo va mal sin embargo no lo presiona tanto, se mantiene tranquilo y a la espera. Apaga la tablet que siempre carga con el al tener suficiente por hoy, se encuentra leyendo otro libro que lo tiene mucho más distraído.
Cierra sus ojos sintiendo como se transportan a su futuro...
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Isabella
Camil se ve tan feliz en su vestido tan romántico igual que ella y me es tan raro ver a Ikor rodeado de este entorno, para mí ya es cansón no quiero imaginarme cómo estará el pobre.
- Madre el velo - Dice un chico que jamás había visto con Julia.
Ella o él no está aquí. Le dejé varios mensajes y sigue sin contestarme, solo espero que Antonio no me haya mentido.
La madre de Camil se acerca y ambas se le cristalizan los ojos cuando se encuentra en el espejo, no son solo ellas las que están en la habitación también menos yo, claro.
- ¿Ya están listas? - Pregunta desde afuera y todas se vuelven a dar un retoque por las lagrimas que soltaron.
- Voy saliendo - informo y es que muchas cabezas rubias y dulces en un solo lugar.
Claudia se queda y ella si encaja en este ambiente mientras que opto por ir al bar que está aquí adentro.
Estamos en una casa de dos plantas la cual de dividió en dos para podernos arreglar así que no veo a cierto hombre desde hace unas horas.
La recepción va hacer afuera igual que la fiesta pero separadas. Miro por las ventanas francesas como ya está anocheciendo y como si la decoración no era lo suficientemente romántico, las velas y luces le darán ese toque.
De casarme no sería así pero quién soy yo para juzgar lo dulce que es mi amiga. Camil es así e Ikor solo le quiere dar lo que ella desea o eso me dijo hace tres horas cuando llegamos y le pregunté como estaba con todo ésto.
Me recuesto de la barra pidiendo un shot de vodka al bartender, lo vierto en mi garganta y me volteo hacia la puerta por donde entre encontrándome a nadie. Sentí por un momento que alguien me estaba viendo y es algo que sentí desde que llegue, hay algo que está en el aire pero no se lo que es.
Pido tres más para ver si mi cabeza se deja de tanta cosa, pero no pasa. Salgo y estando en el patio se me acerca tres hombres de Antonio, lo sé por su tatuaje en el cuello.
Viviendo con el y estando al tanto de que pasa a mí alrededor comencé a notar detalles como sus tatuajes, todos lo tienen en el mismo lugar y del mismo tamaño, hasta Carla lo tiene. Algunos son diferentes y son los que está normalmente a nuestro alrededor, con los que más interactuamos.
Me informan que ellos estarán protegiéndome.
Por lo que veo iba enserio lo que me dijo ayer. voy hacia unas de las sillas que se encuentra lejos de la recepción viendo el atardecer.
Todo está lleno de rosas blancas y velas, luces vintage, las sillas son transparentes. El camino es de madera con una alfombra verde menta que es el color de toda la decoración junto con el dorado. Ya todos los invitados están en sus sillas esperando que comience todo.
Cargo un vestido verde menta de seda que me hace ver más pálida y le da color a mis ojos, se ven un poco verde como si se mezclara con el gris. No es la primera vez que pasa, como mi gris es tan claro tiende a mezclarce con lo que tengo, por ejemplo; si me visto de azul pareciera que fueran una clase de celeste.
Mi maquillaje es sencillo y mi cabello va en bucles muy sueltos, cargo una coleta media en el cabello donde hay un lazo blanco. Creo que es la primera vez que me visto tan ... Dulce? No lo sé.
No está tan mal ya que llevo un escote en la parte delantera y el vestido lleva un recogido de el lado derecho de la pierna dejándola a la vista, es de tiros con un corset que se ajusta a mi cintura, llevo pocos accesorios, solo unas zarcillos plateados muy delicados que van a conjunto con mi pulseras y anillos igual que mis tacones del mismo color.
- Señora Bernocchi ya van a salir - Me dice y el término me da taquicardia.
Lo sigo en silencio y no se como es que el sabe que me dicen así, digo, una cosa son las personas de Antonio y otra son las personas de afuera y no creo que el trabaje para Antonio o.. ¿Si?
Sigo en silencio y me coloco al lado de unos de los primos de Camil que me ve más de lo normal. No es feo la verdad, tiene ciertos rasgos que llaman mi atención sin embargo no lo suficiente, tal vez si estuviera sola y con tragos de más la historia fuera diferente pero no lo estoy.
Paso mi brazo por el suyo, me dan mi ramo de tulipanes blancos y me quedo pensando el hecho de que para todos soy la mujer de Antonio pero... ¿Yo enserio me siento así?
La mini orquesta comienza a tocar una melodía y no evitó voltear los ojos con una sonrisa cuando suena Say you won't let go, comienza a entrar Ikor junto con sus padres los cuales son muy amables.
No les agrada su nuera y fue demasiado notorio cuando ella trataba de hablarles y ello les respondían en su lengua.
Camil me reclamó el que yo les cayera más Engracia pero lo pensé y no creo que haya sido que yo sea lo que ellos hubieran querido para su hijo ya que casi ni hablé, creo que va más por Antonio.
No los veo pero lo se por las explicaciones que tuvimos, luego los hermanitos de Camil y ya una vez que llegaron al sitio comienzamos a entrar.
Espero mi turno viendo cómo Claudia camina adelante de mi.
- No me sueltes eh - Le digo al chico a mi lado.
- ¿Miedo a caerte?
- No o tal vez si - respondo y comenzamos a caminar ambos con una sonrisa.
Mis ojos viajan a donde Antonio quien ya me veía junto con Massimo haciéndome borrar la sonrisa ya que la mirada sombría que me dedican ambos es como si me apuñalaran.
- ¿Debo preocuparme por el hombre que nos está viendo? - Me pregunta y yo solo miro al frente.
- No - Digo con seguridad finjida la verdad es que no lo sé.
Nos separamos y voy hacia mi lado quedando con Claudia, vuelvo mi vista hacia donde Antonio y Massimo, ninguno de los dos me ve, tienen la mirada puesta en arco de flores donde está Ikor con la misma expresión de seriedad.
- Que raro ver a ikor vestido así - Me dice Claudia haciéndome voltear y si tiene tanta razón.
No es tanto el hecho de que va en traje si no el color, blanco y beige, la camisa blanca tiene dos botones sueltos dándole su aire coqueto, va muy bien peinado y este no se parece en nada al hombre que iba una vez por semana al departamento.
Todos se levantan con la llegada de la novia. Se ve muy hermosa para negarlo, todos lagrimean a mi alrededor y yo solo sonrío.
Esto es tal cual como lo quería, cumplió unos de sus sueños con el hombre que la hace feliz y no puedo estar más alegre por ella.
Comienza la ceremonia y siento los ojos de Antonio en mi todo el rato, llevo mis manos hacia el escote arreglándolo con disimulo. Levanto mi mirada hacia él que se acomoda en la silla comiéndome con los ojos.
- Gikor Cornotti acepta usted a la señorita Camil Sofía Jones para armarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte lo separe? - La voz del Papa me hace devolver la vista hacia donde están.
- Si - Responde Ikor tan serio removiendose sin quitarle la mirada a Camil.
- Camil Sofía Jones acepta usted a el señor Cornotti para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, hasta que la muerte los separe?
- Acepto - Responde Camil en un hilo y me atrevería a jurar que está a nada de llorar.
Pasan los anillos y me sorprende que no hayan votos.
- Lo que une Dios que no lo separe el hombre, señor Cornotti ya puede besar a la novia.
Y por fin veo una sonrisa por su parte, sonrisa coqueta que hasta a mí me hace suspirar. Con delicadeza se acerca a ella la toma en sus manos besandola con ¿Devoción, ternura, amor, deseo? No lo sé pero creo que la besa por mas tiempo que debería.
Se despegan haciéndole frente a los invitados, Camil ve hacia donde estoy yo sonriendome con tanta emoción, le tiro un beso sonriéndole también.
Comienza a caminar y así todos los seguimos, el primo de Camil que venía conmigo se acerca y sin invitación alguna toma mi mano guiándome hacia donde será la fiesta.
Literalmente me jala y debo caminar rápidamente.
- ¿Cuál es el apuro? - Pregunto divertida.
- Lo siento - Responde deteniéndose abruptamente - Soy algo infantil por lo que veo - Se ríe con nerviosismos - Quería invitarte un copa.
- Vale - Respondo y me ve con una sonrisa genuina.
Comienzo arreglar mi cabello y ambos nos reímos sin razón alguna, me cae bien.
- Me llamo Isabella por cierto - Le digo.
- Noah.
- Bien... Entonces vamos a la mesa por unas copas - comenzamos a caminar mientras charlamos.
Me cuenta de el, solo tiene 19 y apenas va a comenzar a estudiar en la universidad (arte), nos acercamos a la mesa y ya todos están en sus mesas, paseo la vista por el lugar pero no encuentro Antonio solo a Massimo que ve a los niños que juegan a lo lejos.
Brindamos y me sigue contando de el.
- Trabajo en un puesto de hamburguesas y pizzas mientras tanto.
- ¿Entonces cocinas?
- Para nada - Suelta riendo y me contagia, es muy dulce, energético, debe ser por la edad y pensar tal cosa me recuerda que solo le llevo un año.- Ayudo y cobro pero más nada, ahora que lo pienso mi vida es algo aburrida.
Me mira a los ojos y ya se porque nunca me gustaron los hombres que son contemporáneos conmigo, son... ¿Más inmaduros? ¿Acelerados? ¿No tienen la cosas claras?
- Ni tanto es ... Solo tranquila - Digo - Mejor muéstrame algo que hayas pintando.
- Claro claro solo déjame buscar aquí.... - Dice buscando en su celular y yo me termino la champagne y agarro otra - Tengo pocas fotos.
Me acerco y comienzo a detallar la imagen, es un paisaje con figuras abstractas y sinceramente es impresionante.
- ¿Esto lo hiciste tú? - Pregunto con claro asombro.
- Así es ¿Te gusta?
- Si, está hermoso - Mi vista sigue en la imagen.
- No más que tu - Suelta y dirijo mi vista hacia el, se acerca más y creo saber sus intenciones así que me alejo disimuladamente.
Me tocan la espalda y veo Antonio quien con la otra mano aparta mi cabello pasando su nariz por mi cuello poniéndome los pelos de punta.
- Evita que mate alguien hoy - suelta en un susurro parando mi corazón, se endereza sujetándome por la cadera - Massimo te está esperando despídete de este niño.
Su voz es tan dura y sin esperar respuesta se va, me quedo viendo a Noah con cierta pena.
- Disculpa pero me necesitan. Pídele mi número a Camil y mándame más fotos de lo que haces - Le digo agarrando otra copa yendome hacia donde Massimo.
No se porque le hago caso de tal forma, creo que fue por el tono en que lo dijo y la expresión tan seria de su cara.
Tomo asiento a su lado y su mirada no se despega de un solo lugar haciendome sonreír. Una niña que está en la mesa de al frente tiene toda su atención.
- ¿Que haces? - Le pregunto en el oído, me alejo y lentamente se voltea a verme.
- Nada - Me atrevería a decir que la respuesta fue hasta con un dulce tono que nunca había escuchado de el.
- Esa niña es linda ¿Tu que crees?
- Lo es - Dice y vuelve a verla.
- Ve allá entonces, es raro que la veas por tanto tiempo.
- Papá te ve siempre y no le dices nada.
- Bueno es que tu papa es un idiota - digo y suelta una risa corta.
- ¿Que le digo?
- Empieza por un hola, ya después vez que puedes decir - Respondo y se vuelve a voltear - Ve.
No me dice nada, pero se va hacia la niña quien se voltea a verlo y automáticamente le sonríe.
Quien lo diría. Dándole consejos a tu hijastro.
Sonrió irónicamente ante mí mismo comentario, que raro soltar comentarios como si alguien más me estuviera hablando.
Me dejan algunos aperitivos y vuelvo a sentir la mirada de alguien así que poco a poco me volteo hacia donde siento que me están viendo y no encuentro a nadie, la puerta de la casa de donde nos arreglamos esta sola.
Volteo hacia la mesa y comienzo a comer mientras veo mi entorno con fastidio. Claudia no se encuentra en ningún lado y Liam tampoco, Camil está saludando a todo el mundo e Ikor está apartado viéndola con un sonrisa, tampoco encuentro Antonio y es algo deprimente estar sola en esta mesa.
Hasta Massimo está con alguien
Y así es, tiene una sonrisa mientras habla con la niña.
Vuelve el cuestionamiento de porque hice caso de tal forma, fue automático ni siquiera pensé. No soy así me repito, yo hago lo que quiero, no me importa el o si le gusta, tiene que importarme es a mi.
¿Para que me manda a la mesa si ni está aquí?
Yo no soy unos de sus hombres para hacer lo que diga sin chispear.
Me levanto y voy hacia la casa, está alumbrada pero vuelvo a sentir ese mal presentimiento, subo las escaleras y me dirijo hacia el baño que está en la habitación donde me arreglé.
Me veo en el espejo y me veo bien por fuera pero por dentro me siento extraña, salgo del baño y me dirijo hacia el espejo viendo mi vestido.
Enserio me veo linda y el no me ha dicho nada, solo me ve como si fuera carne o que se yo, que no se le pueden acercar.
Paso mis manos por mi escote pero la puerta se cierra de golpe y me volteo hacia ella buscando como pasó pero la luz se apaga, siento como vienen hacia mi y la luz se vuelve a encender dejándome de frente a un hombre que me tapa la boca rápidamente, siento como mi alma deja mi cuerpo.
Trato de moverme pero no me lo permite, paseo la vista por donde estoy pero no encuentro nada, piso al hombre quien me suelta yéndose hacia atrás.
Golpeo el espejo y el hombre se me viene encima de nuevo pero soy rápida y lo esquivosin saber cómo pero lo hago. Bajo hacia donde están los vidrios pero soy detenida cuando me lanza un rodillazo que me levanta, se viene de nuevo y lo vuelvo a esquivar a pesar de el dolor que me hace llamar los ojos de agua.
Por fin agarro el vidrio y camina hacia mi con una sonrisa en la cara, camino hacia el también con la mano temblando. Levanta su puño listo para arremeter contra mi cara pero me agacho y paso el vidrio por su abdomen cortándolo.
- Hija de perra - Suelta en un quejido y no pienso, solo voy por el.
Quedo a su espalda y le clavo lo que tengo en la mano en el hombro haciendo que se arrodille. Lo saco y tomo su cabello y no se si es instinto pero corto su garganta dándole paso a su sangre que baña mi mano.
Me quedo quieta en mi lugar por unos segundos pensado lo que acabo de hacer, escuchos pasos acercarse y suelto al hombre levantándome con el pedazo de vidrio en la mano preparada por si viene otro.
Las lágrimas se aglomeran en mis ojos y una cae por mi mejilla ¿Que hice? Me niego a ver lo que pasó y solo espero salir de estas si es lo que creo que es que viene hacia mí.
Pero no, es Antonio quien abre la puerta con fuerza, pasa su vista de mi hacia el hombre que esta en el suelo, se acerca y yo me alejo sosteniendo con más fuerza que debería el vidrio, me corto pero no lo siento, estoy en lejos, edtoy muy nerviosa, ansiosa, con la adrenalina por los cielos.
- Isabella tranquila - dice en un susurro y no se en que momento mis ojos ya no retienen las lágrimas.
- Mate a alguien - confieso en un susurro.
Antonio se acerca y yo miro al cuerpo que sigue botando sangre. Toma mi mano y con cuidado me hace soltar el pedazo de vidrio para ver la cortada.
- La mia bella bambola - susurry
Me encuentro en shock, no respondo y ni siquiera se si estoy respirando, me lleva hacia el y me cubre con sus brazos, escucho mas pisadas pero no les presto atención solo siento la sangre en mis manos.
Me lleva afuera, me sienta y me revisan la herida. Antonio habla con sus hombres pero no les presto atención solo dejo que se repita la sensación de hace unos segundos.
El zumbido vuelve a mis oídos y escucho como mi corazón se acelera, el hombre que me venda la herida se levanta asustado cuando me ve a los ojos.
- Isabella - Antonio me llama y lo veo - ¿Te sientes bien? Se te oscurecieron los ojos.
Asiento y se quita la camisa cuando le entregan otra, comienza a cambiarse y yo no le quito la mirada, enserio esta bien dotado.
- ¿Que fue lo que pasó? - Pregunta ikor en italiano cuando llega a su lado y pasa la mirada hacia mí - Я думал, что у меня будет больше времени.
Dice y sonrío por inercia, arruga las cejas y ve a el hombre que esta al frente de el buscando una explicación pero Antonio ni se inmuta.
- Si entiendo lo que dices - Digo también en ruso haciéndolo voltear los ojos.
- Tu ruso es un asco - Responde y me encojo de hombros.
- ¿Estas bien? - pregunta preocupado y asiento. - ¿Segura? - Se trata de acercar pero su amigo lo detiene cuando le toma la muñeca con fuerza y rapidez.
- No creo que sea porque ya llego la cabeza, nos están vigilando es obvio así que por tu bien deberían ir despidiendose - le responde y se acerca hacia mi - Vamos a limpiarte.
Le tomo la mano y el recién casado se nota muy preocupado por mí, si tan solo supiera lo que pasó.
Llegamos al baño y me toma de las caderas para acto seguido sentarme en el lavamanos.
- ¿Segura que estás bien? - Vuelve a preguntar mojando una toalla - El cambio de ánimo... Pensé que ibas a llorar y ahora estás tan tranquila.
- Estoy bien - Comienza a limpiarme el pecho. - ¿Me crees?
- Si.
Tocan la puerta dos veces y no esperan una respuesta cuando entra Massimo con una expresión que no conozco.
- La abuela... - Suelta con nerviosismos y Antonio se tensa viéndolo.
- ¿Que?
- Ciao caro - Dice una voz tras Massimo y cuando entra la veo.
¿La misma mujer de la foto?
••••••
> Я думал, что у меня будет больше времени = Pensé que tendría más tiempo.