Unstable. [saga Bernocchi > L...

Galing kay inesita_48

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¿Este el comienzo o el fin de una historia? ¿Mi historia? Higit pa

Antes de leer.
prefacio
capitulo 1
capitulo 2
capitulo 3
capitulo 4
capitulo 5
capitulo 6
capitulo 7
capitulo 8
capitulo 9
capitulo 10
capitulo 11
capitulo 12
capitulo 13
Capitulo 14
capitulo 16
capitulo 17
capitulo 18
Capitulo 19
capitulo 20
capitulo 21
capitulo 22
capitulo 23
capitulo 24
capitulo 25
capitulo 26
capitulo 27
capitulo 28
capitulo 29
Capitulo 30
capitulo 31
capitulo 32
capitulo 33
capitulo 34
capitulo 35
capitulo 36
capitulo 37
capitulo 38
capitulo 39
capitulo 40
capitulo 41
capitulo 42
capitulo 43
capitulo 44
capitulo 45
capitulo 46
capitulo 47
capitulo 48
capitulo 49
capitulo 50
capitulo 51
capitulo 52
capitulo 53
capitulo 54
capitulo 55
capitulo 56
capitulo 57
capitulo 58
capitulo 59
Último capítulo
epílogo
comunicado

capitulo 15

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Galing kay inesita_48

Octubre, 2018.
Londres.
Casa del bosque

Siento sus manos y su boca encima de mi pecho recorriendome toda, abro los ojos y lo veo con una sonrisa genuina.

- Buenos días señora - Me dice y odio el término.

- Odio que me digan así - Le digo y sube apoderándose de mis labios en un beso salvaje que termina de levantarme.

- No me importa - me dice y baja hacia mi cuello, mordiendolo como ayer.

No tengo palabras que expresen lo que senti ayer, siento que conozco más Antonio y al mismo tiempo no, todavía me duele la entre pierna, pero igual me pone cachonda el que me haya tomado como lo hizo, me gustó.

Me gustó más como pude tener mi orgasmo, me siento tan relajada ahora, como pude marcarlo yo también, como le prendió y no se alejo por mis ojos, me distraigo cuando muerde mi pezón haciendome jadear.

- Ven - dice con voz suave.

Me toma las caderas dejándome encima de él, pasa sus manos por mi espalda acariciándola y yo hago lo mismo con su torso.
Lo admiro y tocó cada cuadro y cada músculo.

- ¿Te gusta lo que ves? - Dice con sonrisa coqueta.

- Si y ¿a ti? - sigo detallando su tatuaje.

- Claro - Me jala y une nuestro labios en un corto beso, pone un mechón tras mi oreja.

- Eres ... Te comportas conmigo como si me conocieras hace tiempo - Digo - no es normal.

- Deja tu paranoia - Responde con tranquilidad. - Por cierto, quería preguntarte algo.

- Te escucho.- mis dedos se siguen moviendo por su dorso y la felicidad no se me quita.

Me gusta estar con el.

- ¿Estas comprometida? - Me tenso de inmediato y lo miro a la cara.

- Claro que no. - Me enderezo y el recuerdo de esa noche me hace molestar. - ¿Que te dijo Johnson?

- Que eras su prometida, que lo amabas y no eras mujer de un solo hombre.

Entonces todo se esfuma y me bajo de el, me tapo con la sabanas y aclaro mi garganta para hablar porque detesto que me señalen, que me juzguen aunque siento que el no lo hace pero de igual forma las cosas no son como el las pinto.

- No te debo explicaciones pero tú lo hiciste conmigo así que considero que también debo dártelas. - me tapo mejor al querer este tapada.- En mi vida he tenido muchos hombres, virgen claramente no soy pero siento que eso no me define como mujer, tengo mucho que ofrecer y cuando yo considere que he conseguido el hombre que quiero entonces las cosas cambiarán. - Lo miro y asiente tranquilo. - El me pidió matrimonio pero aunque me coja idiotas no quiere decir que me vaya a comprometer con ellos y si a él lo tuve así es por algo. - Me arreglo el cabello y respiro hondo.

- Johnson es un idiota. - Habla después de unos segundos y asiento. - Si no fuera tan bueno en los números ya no estuviera aquí.

No digo nada y el se acerca, acaricia mi mejilla cuando su mano me toca la cara y me roba un beso.

- A mi no me importa tu pasado, me importa lo que eres desde que me conociste. - Toco su mano y me acerco.

- ¿Enserio? - Asiente tranquilo y la sonrisa vuelve a mis labios. - Es muy lindo.

- Yo si. - Me río y el medio sonríe.

- ¿Me darías un abrazo? - Arruga el entrecejo y debo sonar como una completa idiota pero el baja su mano a mi hombro y me jala hacia el.

- Esto es lo más extraño que he hecho con una mujer. - Vuelvo a reír y lo abrazo mejor.

Paso mis brazos por sus costados y mi cabeza queda contra su pecho, respiro hondo y sus brazos me rodean mejor haciéndome sonreír de forma pequeña.

Soy una idiota pero una idiota con un buen abrazo.

Me gusta y no me quiero despegar de él, ¿Que estoy haciendo? Cierro los ojos y sus dedos se mueven en mi piel, respira hondo y vuelvo a sonreír.

- ¿Ya tienes suficiente? - Pregunto.

- Si tu lo tienes. - El no lo sabe pero yo estoy a nada de llorar.

Enserio me está gustando mucho y solo llevo unas horas con el.

- Creo que si. - Me alejo un poco y me arruga la cara. - ¿Que?

- Nada. - entrecierro mis ojos.

- Dime. - Niega y mientras se acuesta me lleva con el. - Anda dime.

- ¿Por qué siento que me vas a seguir insistiendo?

- Porque lo haré. - Rueda los ojos y me le vuelvo a montar con la sabanas encina de mi todavía.

- Me gustó. - revela y sonrío más. - Fue extraño pero me gustó.

- Habrá que abrazarnos más seguido. - hace una expresión de queja y me vuelvo a reír.

- Quiero abrazarte - Se acerca a mis labios pero no los toca, solo los roza. - pero mientras te follo con fuerza.

Comienza a besarme llevando mis caderas hacia atrás hasta que siento su pene bajo mis nalgas.

- Eres muy chiquita - me dice con burla.

- O tu eres muy grande - Me alejo arreglandome quedando encima de su polla que pongo entre los labios de mi vagina.

- Sólo montame - me dice agarrando mis caderas llevándolas en un ritmo lento de adelante hacia atrás.

- ¿Eso quieres? - Pregunto con voz pausada, abro la boca respirando por ella.

- Si.. - Cierra los ojos, su voz suena extasiada - Dame - pide y comienza apretarme las caderas.

Me levanto y abre los ojos, agarro su pene posicionanlo en mi entrada y me da cierto temor el tamaño, nunca había visto uno así ni sentido, mi descenso es lento, el no me quita la mirada de encima pero yo me pierdo en lo que estoy haciendo.

Ya no duelo tanto como ayer pero sigo sintiendo cierta molestia.

Abro los ojos cuando veo como está todo dentro de mi, vuelvo a subir y lo vuelvo bajar.

- Me encanta.. - Suelto y sin más comienzo a saltar sin controlarlo.

- ¿Que tal esto? - sube su pelvis cuando estoy bajando.

- Si.. así - Nuestros movimientos se acoplan a la perfección.

Me vuelvo loca con lo que siento, y no me mido, no me contengo, salto y me muestro tal como soy, agarro sus brazos y lo jalo hacia mi, me abraza y comienzo a morder todo su cuello, llevo mis uñas por sus hombros y por más que trato de controlar lo que sale de mi boca menes imposible.

Estrella las palmas de sus manos contra mi glúteos y gimo más alto, jalo su cabello hacia atrás y voy por sus labios.

Me corresponde mordiéndome fuerte, aprieta, muerde, toca igual que yo. La venida del orgasmo me toma mojandolo todo, a los segundos se viene el llendome toda de el, el sonido tan varonil que sale de su garganta como un rugido de un león me hace temblar.

Nuestros cuerpos están sudados y pongo mi cabeza en su hombro tratando de calmar mi respiración.

- Me fascinas - Me dice suavemente acariciando mi cabello, cierro los ojos y me quedo en sus brazos sintiéndome tranquila y en paz.

- Tenemos que irnos - me dice soltandome después de un largo tiempo, me deja en la cama saliendo de mi, se levanta en silencio dirigiéndose al baño.

- ¿Hacia donde? - Veo todo su cuerpo y cuando me da la espalda veo como termina el tatuaje.

- New York - Entra al baño y vuelve a salir - ¿No vienes?

- Debería buscar mis cosas. - susurro pensando en voz alta. - ¿Donde estamos?

- Londres.

- Debería quedarme de una vez. - Sonríe y asiente.

- Puede ser pero hay algo que tengo que decirte.- Alzo mis cejas. - Pero luego.

- Y yo que quería viajar sin gastar dinero. - se ríe y yo también sonrío.

Me levanto y vuelvo a sentir el mismo dolor que tuve ayer pero menos fuerte, trato de caminar lo más normal que puedo.

- ¿Todo bien? - Pregunta.

- Si - Respondo con tranquilidad.

- Claro - su sonrisa se aloja en los labios.- Ven aquí.

Me toma y me lleva a la ducha, abre la regadera dejando que el agua nos empape, me baja y me comienza a besar lo profundizo pero rápidamente se aleja de mi.

- Tengo que estar allá en tres horas - me dice y se aleja a buscar jabón - Voy a bañarte.

Comienza hacerlo sin esperar respuesta, me quedo paralizada esto no lo habían echo nadie, una vez mi madre cuando tenía 4 años pero ya después...

Cierro los ojos sacando esos pensamientos de mi cabeza sintiendo Antonio enjabonarme, se está tardando más de lo normal y sonrió por inercia.

- Llevas mucho tiempo abajo - Le digo.

Sube y comienza a pasar una y otra vez por mis senos.

- También te estás tardando mucho ahí.

Se aleja y al rato vuelvo a sentir como vierte algo en mi cabeza.

- Estoy bajo el agua todo el champú que estás vertiendo en mi cabeza se va con el agua señor - Digo lo último con burla.

Me saca y vuelve a verterlo sobre mi cabeza, comienza a lavarlo de forma torpe.

- Deja que yo lo hago - siento como se aleja y llevo mis manos hacia mi cabello lavándolo mientras camino no se a donde.

- Por aquí - me toma y vuelve a meterme al agua.

Apaga todo y quito con mi manos el agua de mis ojos, Antonio llega con una toalla en la mano.

- La ropa está afuera - Me da la toalla.

- ¿Quien compre la ropa? - Pregunto mientras lo sigo - Tiene buen gusto, me gusta esto - Levanto la bufanda.

- Alguien ahí, si quieres puedes quedarte con el.- Responde, se quita la toalla de la cadera y no me canso de detallarlo - ¿Te puedes vestir sola?

- Mmm no lo sé - Respondo con una sonrisa - me gusta que me atiendas.

- No eres una bebé - Se va hacia el armario y se comienza a vestir rápidamente y yo solo me quedo embobada viéndolo. - ¿Era enserio?

- Mm tal vez, tengo mucho tiempo que no lo hacen - digo ocultando mi creciente dolor.

¿Que me pasa?

- ¿Cuanto? - pregunta mientras de acerca y toma la ropa interior cuando llega al frente de mi.

- Desde los 4.

- Sin comentarios solo diré eso.

- Te sorprendería lo sola que he estado - Suelto sin mucho ánimo.

- Entonces ambos nos haremos compañía - Se acerca mucho más besando mi frente y se agacha - Vamos.

Comienza a vestirme en silencio y no sé porqué me dan ganas de llorar.

- Listo ahora vámonos - me sujeta la mano y salimos caminando hacia la salida.

Ya conozco la casa, ayer antes de volver a ver Massimo la recorrí toda y me encanto este lugar sin embargo no sé porqué nos vamos.

- ¿Por qué volvemos? - pregunto cuando bajamos a la segunda planta.

- Vivo en New York - me responde y bajamos para el primer piso.

- ¿Vives en el hotel? - Están todos esperando por nosotros y le sonrío a Massi que me corresponde.

Ayer verlo intentar hacer galletas fue tan cautivador y tierno.

- No, sabía que ibas a estar ahí y fui para verte - me roba un beso y sale soltandome.

Massi me toma de la mano y juntos salimos viendo Antonio quien nos espera sosteniendo la puerta de un carro deportivo negro.

Massimo es el que arregla el asiento para montarse.

- Listo - me dice y me monto. A los segundos se monta Antonio y partimos.

- Ponte comoda este va hacer un viaje largo.

No respondo y por una hora quedo enamorada del paisaje sin embargo el sueño me vence haciendo que me quede dormida en el asiento.

- Hey - me besan una y otra vez hasta que abro los ojos - Quisiera cargarte pero alguien te robo el puesto.

Pobre de mi corazón.

- Entiendo - Digo sonriente cuando veo a su hijo muy dormido.

Me abren la puerta y bajo dando las gracias, mi vista pasa a un Jet blanco con dorado como si fuera mármol y es algo digno de admirar con la B en la puerta.

- ¿Es tuyo? - le pregunto cuando siento que viene caminando atrás de mi.

- No es de Polo - Responde con sarcasmo me volteo hacia el y mi corazón late de forma rápida ante la imagen - ¿Que, No has visto a hombres tan guapos como nosotros?

Me respondo yo sola pero es que si es muy lindo, lo carga muy bien, parece como si fuera un bebé ya que le tiene la mano libre en la espalda. Massimo lo abraza y tiene la cabeza escondida en su cuello.

Es raro porque el es un niño muy grande, muy alto pero su padre lo carga como si no le pesara en lo más mínimo.

- ¿Quien es Polo? - pregunto obviando lo otro.

- El - Señala al rubio que siempre anda con el y que siempre se me aparece.

- No tiene cara de Polo - digo subiendo las escaleras alfombradas.

- Hablas mucho.

Me quedo quieta viéndolo entrar en un cuarto. Miro todo a mi alrededor y es aún más bonito por dentro, todo es blanco con luces en el techo que parecen estrellas.

- Señora le pido que por favor tome asiento, el avión ya va a despegar - me dice la azafata y voy a unos de los asientos pero soy detenida por Antonio.

- Ven - me jala y caminamos por donde se fue con Massi.

La habitación está oscura pero las misma luces que estaban afuera están aquí alumbrando un poco todo y verlas así hace que me gusten más, si algún día llego a tener un jet se lo voy a poner. Quedo tan embelesada con ellas que Antonio me mueve.

- ¿Si?

- Vamos acostarnos.

Se quita lo zapatos y me señala los míos, le hago caso y me quito los míos también. Entramos a la cama que está libre donde no creo que entremos los pero de forma increíble lo hacemos.

El empresario no pierde tiempo en abrazarme y enserio me gusta tanto afecto, algo que desconocía.

- Quiero que te quedes conmigo - me dice en un susurro - en New York, se que trabajas pero conmigo no lo necesitas.

¿Que? Ya va...¡¿Que?!

- Yo... - todo lo que tenía calmado me sube de golpe y respiro profundo para pensar cosa que me es imposible. -Tengo que pensarlo no me gusta depender de nadie y .. - digo con cierto nerviosismo - Solo tengo que pensarlo.

Nos estamos conociendo y ya quiere que vivamos juntos..

- No vas a depender de mi no quiero una sanguijuela a mi lado - Me dice y no puedo evitar sonreír - Ya lo verás, pero si quieres pensarlo por mi tomate el tiempo que quieras, ahora duerme se que estás cansada.

- No eres mi papá - le digo con juego tratando de controlar lo que pienso.

- Y menos mal, eres muy parlanchina - trato de hablar pero me vuelve a interrumpir - Duérmete.

Decido ignorarlo y en menos de nada caigo en un sueño profundo demostrando que tenía razón, el empresario tiene razón.

••••••••

Abro los ojos y me encuentro en otro carro volteo a ver Antonio quien sonríe cuando nota que lo veo, volteo al asiento de atrás y está Massimo con una tablet en sus manos. Levanta su cara y me dedica una sonrisa igual que su padre y yo por mi parte le dedico una también.

Es un niño precioso.

¿Sería su madrastra? Esto no me convence de un todo, digo, es una amor y se ganó mi cariño cosa que es increíble porque los niños y yo no nos llevamos muy bien pero es un paso demasiado grande en la vida de todos para que yo acceda así a la ligera.

- Llegamos - Digo distrayendo mi mente y de igual forma es muy obvio.

- No quise despertarte y como Massimo estaba despierto te cargue - Responde y un tono juguetón sale de sus labios en cada palabra - Esto de ser tu niñera no me está gustando.

- Si te gusta, admítelo - Digo con una sonrisa.

- Si, me fascina - Suelta con sarcasmo.

- ¿Que dices tú? - Me vuelvo a voltear y asiente con una sonrisa.

- Si lo hace. - Lo miro y me ignora.

- ¿Hacia donde vamos? - Pregunto.

- Preguntas mucho ¿tu que crees? - dice y antes de responder me doy cuenta que la pregunta no era para mí.

- Pienso lo mismo - Dice Massimo con una sonrisa burlona en sus labios cuando me volteo a verlo toda indignada.

- Bien - Digo y me cruzo de brazos - no diré más nada.

- Dios tuvo misericordia de mi - sigue con la burla haciendo que le golpee el brazo - Cuanta agresividad - Dice riendo - Eso no está bien.

Massimo comienza a burlarse de mi con su padre y yo por mi parte decido ignorarlos viendo cómo entramos a la cuida. Me pregunto dónde estará Camil y Claudia, contengo el impulso de preguntarle Antonio.

Pasamos por Central Park y es de día es algo digno de admirar, el clima aquí está casi igual que a donde estábamos con la diferencia que no hace tanto frío, sin embargo me encanta como se ve todo tan oscuro y humedo, lo malo de este clima es el tráfico pero increíblemente no está colapsado cosa que es demasiado extraña al tratarse de New York.

Después de aproximadamente 15 minutos o tal vez más el auto baja la velocidad y nos estacionamos en dos edificios de solo vidrio negros, es muy alto y por ello desde adentro no lo puedo ver bien.

Me abren la puerta y doy las gracias parada en la acera, mis ojos se pierden ante lo alto que son y claro, son un rasca cielo, no se puede ver hacia adentro.

Aquí afuera está lleno de rosas blancas y amarillas y otro tipo que no conozco. La fachada es muy elegante. Hay dos hombres cuidando la puerta de traje y sinceramente todo está tan formal, tan pulcro.

Rápidamente deduzco que a Antonio le gusta todo limpio y ordenado, la perfección porque el jardín está perfecto con la estructura cosa que muy raro se ve en edificios como este.

- Entremos - Me dice y es Massimo el que toma mi mano mientras Antonio pone la mano en mi espalda y así entramos.

Miro a varias personas pero nadie dice nada, nadie murmura, solo nos ven con rapidez antes de seguir con lo que hacían asi que yo solo me dedico a ver todo en mi alrededor.

Entramos al elevador en silencio, el dueño de esto toca el número 15 y yo me reservo la pregunta de a donde vamos.

- Me esperas en mi oficina con Massimo - me habla y justo se abren las puertas, me da un beso en la frente ve a Massimo y se va.

Massimo se acerca a los botones tocando el 25 con rapidez y claro, debe estar cansado de venir aquí.

- ¿Enserio no vas hablar? - Me pregunta y me es tan tierno ver su cara de preocupación que me provoca besar toda su cara.

Massimo es idéntico a su padre, tienen las mismas expresiones, los mismo ojos, lo mismo rasgos menos el cabello que es castaño pero claro y el de Antonio es más oscuro, su piel si es pálida, la de Antonio esta algo bronceada, cosa que me di cuenta cuando lo vi con luz.

- Te veo y me provoca abrazarte y darte mimos - le digo con una sonrisa.

- Lo sé, se te nota en la cara - me dice altivo haciendo que yo sonría irónicamente.

- Te voy a ignorar eres igual a tu padre - las puertas se abren.

- Te puedo dejar que me des un solo beso - Me dice saliendo primero - Pero solo uno.

- ¿Uno? - me ve de forma autoritaria - bien solo uno - le digo mientras levanto las manos en señal de rendición.

Me acerco y me arrodillo para quedar mejor a su altura, se queda muy quieto, sin mover un solo músculo y me impresiona como un niño no pueda representar nada por la mirada. Me acerco a su mejilla dejando un beso y sin evitarlo beso su frente, tomo su cara y depósito un beso en sus ojos, frente, ambos cachetes y nariz.

No tengo suficiente y lo traigo hacia mi en un fuerte abrazo, sorprendentemente no dice nada y en silencio recuesta su cabeza en mi pecho dejando que le dé de mis caricias.

No se de dónde salió tal confianza para hacer lo que acabo de hacer o de dónde salió el querer darle cariño cuando yo no soy muy afectuosa. Reafirmo lo que pensé ayer y es que con mucha rapidez se ganó mi cariño, no por ser su hijo, es por él, es porque Massimo es un niño increíble.

Es inteligente, hábil y aunque algo serio también tiene muy lindo sentimientos o eso es lo que he podido ver.

- Papá no es muy cariñoso y extraño a mi abuela - me dice con los ojos cerrados - Ojalá te hubiera conocido.

- ¿Hace cuánto fue? - Pregunto.

- Hace dos años el abuelo hace 7 años no me acuerdo de el pero abuela decía que siempre me miró con cariño - me responde, abre los ojos y le dedico mi mejor sonrisa para que no se sienta mal. - ¿Si te vas a quedar?

Me extraña su pregunta, ¿Será que Antonio le dijo algo?

Seguramente, es su hijo y este tipo de cosas debería saberlas el de primero.

- Todavía no lo sé hombresito, ¿Quieres que me quede? - Comienzo a palpar el terreno con el ya que si llego aceptar tengo que saber a qué me enfrento.

- No se como explicarlo, pero desde que llegaste todo ha sido diferente - se aleja de mi - Y solo ha sido en horas.

- Entiendo, no miento cuando digo que me pasa igual. - Le digo con la misma sonrisa - Pero tengo que pensarlo, es un paso muy grande.

Se queda en silencio y me preocupa que haya dicho algo que no le gustó.

- ¿Estas de acuerdo? - Arrugo el entrecejo. - Es decir, el hombre que tal vez te gusta tiene un hijo..

- Un hijo que se ha portado demasiado de buen conmigo. - Lo interrumpo y asiente despacio. - Muchas gracias por aceptarme tan rápido.

- De nada pero mi punto es que apuesto que no pensaste en que esto pasara así, ¿Soy yo una limitante a tu relación con mi papá?

- No, claro que no. - Alego con demasiada rapidez. - Solo dije que es un paso muy grande porque oye, tengo solo 20 y no me he enamorado mucho que digamos, soy muy torpe aunque no lo creas, muchas veces no se que hacer y vivir con alguien es algo que no entenderás en estos momentos. - Vuelve asentir. - Ni yo lo entiendo muy bien.

- ¿20? - ahora asiento yo. - Si eres joven.

- Lo soy pero en caso de que acepte estaría muy feliz de conocerte más. - Arreglo su camisa blanca que está perfectamente planchada. - Espero que esto salga bien.

- Lo hará, tu me agradas.

- ¿Enserio? - Asiente.

- Si - Me responde y se aleja hacia el mueble largo que está en la mini sala que hay aquí.

El rubio que supuestamente se llama Polo entra con una caja en sus manos haciendo que me levante rápidamente. Polo se acerca hacia mi y me la entrega, apenas la tomo se larga sin decir nada.

- Ustedes tienen serios problemas con quedarse callados - Suelto y Massi solo ríe por lo bajo.

Pongo la caja en lo que supongo que es el escritorio de Antonio y mi vista cambia al niño que camina hacia donde estoy pero a diferencia de mi el se va a donde esta la silla que seguramente se sienta su padre. Busca algo en las gavetas y cuando consigue lo que quiere me lo muestra, es una iPad.

Se devuelve a donde estaba y se acuesta a ver lo que sea que ve. Cambio mi atención a la caja y cuando la abro sonrío por inercia al ver lo que hay adentro.

Esta el collar que me puso esa noche junto con una caja de un celular y todos sus aparatos. Vuelve abrirse las puertas del ascensor mostrando a un Antonio con cara de fastidio.

- Gracias? - ve a Massimo que está más pendiente de lo que está en la pantalla que de nosotros.

- Te van a llevar al hotel donde están tus amigas - se acerca con actitud seria, con la misma cara que tenia Massimo hace un momento y no se porque me siento rara.- En el celular está mi número y el de Massimo, no se que le pasó al tuyo no lo conseguimos en el club - Ve su reloj - Vamos te acompaño a bajo.

No me toca solo camina rápido y dudo en tomar lo que me dió pero igual lo tomo y el se voltea al no sentirme.

- Es por lo que pasó con tu celular más que todo, aceptalo. - no hago nada y se acerca. - Puedes dejarlo si no quieres.

- Gracias. - Susurro. - ¿Puedo despedirme de Massimo?

- Ve. - voy hacia donde el y me agacho haciendo que me vea, dejo un beso en su frente y le sonrío.

- ¿Vas a volver ? - Pregunta y quiero llorar por el simple echo de que mi hermano menor me hizo la misma pregunta, tiene hasta una expresión de ilusión. Asiento con una sonrisa y automáticamente me abraza.

- Que sea nuestro secreto hombresito - le pido en un susurro.

Me alejo cuando asiente y entro al elevador, Antonio toca el boton de planta baja y bajamos en silencio.

No se que pensar ¿Quiero volver?

Se abren las puertas y salgo yo de primera mientras que Antonio camina a mi paso sin apuro cosa que antes si tenía. Una camioneta y hombres afuera con paraguas están a la espera de alguien y deduzco que me esperan a mi. Antonio me sigue acompañando y llegamos, con tantos paraguas no nos mojamos en lo absoluto.

- Me gusta estas épocas de lluvia - Habla cuando estamos justo al frente de la camioneta.

- A mi igual - Respondo viendo mis tenis mojados.

- Sube - Ordena y me monto dejando las piernas afuera las acaricia y me molesta la ropa de la nada.

- No provoques - Digo viendo sus manos, el solo me sonríe.

- Toco lo que quiero y cuando quiera ¿Recuerdas? - recuerdo lo que paso en su oficina poniendome los vellos de punta.

Jala mi cuello besándome pausadamente.

- Tienes mi número puedes hablarme cuando quieras - me dice a centímetros de mi boca - Soy muy adictivo - suelta con una sonrisa coqueta - Voy a estar esperando.

- No me extrañes tanto Bernocchi - Suelto con burla entrando de un todo.

- Adiós Isabella - dice cerrando la puerta, la camioneta arranca y dejo de verlo parado con las manos en el bolsillo cuando cruzo de un todo.

- Mierda se me olvidó algo - Le digo al chófer.

- La caja está a su lado señora - Responde y si ahí está.

Me recuesto del asiento y a los 20 y algo minutos llegamos al hotel. Se acercan con paraguas, me abren la puerta bajo y camino hacia el lobby sale una chica con una bandeja de tres tipos de champagne diferente.

- Señora - me dice y agarro la primera copa tomando - En su suits la está esperando sus amigas, con su permiso - Se va por donde sea que salió.

Me encamino al elevador y me acuerdo de la caja, volteo y un chico viene con ella.

Entro cuando las puertas se abren, el chico entra conmigo pisa la el botón de las suits, espero y de la nada siento ansías. Se abren las puertas y veo a las chicas en el sofa, Claudia es la primera en que me ve y pega un grito haciendo que Camil haga lo mismo.

Salgo y nos unimos las tres en un abrazo, no lo evito y se me salen algunas lágrimas, nos separamos y nos vemos.

- ¿Que pasa? - pregunta Claudia.

- Nada solo han pasado muchas cosas y es hora de hablar - Digo y ambas asienten, nos dirigimos hacia el sofá y veo a Carla dejando champagne en la mesa de vidrio chiquita.

- Mejor traenos vodka - Digo.

- Ok esto se está poniendo interesante - Dice Camil impresionada - Habla.

- No sin alcohol - Respondo y a los segundos llega carla con vasos de vodka puro.

Ambas los chocamos y nos lo tomamos de un trago.

- Entonces - Dice Claudia con cara de asco por el alcohol.

- Me acosté con Antonio, me encariñe con su hijo y ahora no sé si irme con el - Suelto.

- ¿Ir a dónde? - pregunta Camil.

- Si acabo de llegar - Secunda Claudia.

- Poco a Poco - Respondo - No las escucho.

- Señora su comida - Me ponen un plato de comida la cual no dudo en comer.

- Bien - Dice Camil - Claudia se acostó con un asiático y anoche salio con él y que hoy con el de nuevo.

- Pero.. - Responde Claudia - ¿Por que me delatas? Mejor dile que estás comprometida - Termina de decir sacando la lengua y no logro procesar lo que dijo.

- ¿Que? - Pregunto sorprendida tragando rápido para no ahogarme - Me voy menos de un día y ¿Ya te comprometes?

- Bueno es que me gusta - Me dice con cara inocente.

- Y obvio dijiste que si - Respondo y no me lo creo.

- Y hay que planificar una boda - Sigue Claudia.

- Joder.. - Digo dejo el plato en la mesa cuando termino de comer, recostando mi cabeza del espaldar del sofa - Bueno no se que decir la verdad.

- Que tal un: Me alegro por ti Cami - Me dice.

- Sabes que me alegra - Respondo - ¿Y tu que con el asiático?

- Nos estamos conociendo - Responde viendo algo en su celular.

- Si claro y con mucha profundidad¿no? - Suelta Claudia con burla - Cogieron en el baño de el club donde fue mi cumpleaños.

- ¿Eras tu? - Pregunto sorprendida.

- ¿Me viste?

- Te escuche amiga - digo riendo y así nos relata todo mientras nos morimos de las risas.

Pedimos más vodka a tal grado que me mareo cuando me levanto tratando de prender la música, y no lo hago es Carla quien lo hace y se ríe cuando beso su cachete, ya cayó la noche y las tres comenzamos a bailar de forma desordenada por un buen rato.

Claudia se aleja cuando la llaman.

- El asiático - Dice Camil con una sonrisa - Se llama Liam y es un chico igual o peor que ella.

- Ay por Dios - digo riendo - Ya veré eso.

- No está mal.

- Nunca dije que estaba mal, me alegro por ella se lo merece.

- Eres tan linda cuando quieres - Suelta acariciando mi cabello.

- ¿Es el momento donde te me declaras? - Suelto con sonrisa coqueta.

- Eres insoportable - Voltea los ojos.

- Me voy a cortar las venas - Respondo con sarcasmo, me alejo cayendo en el sofá.

- ¿Que pasa con Bernocchi? - Pregunta sentándose a mi lado y justo llega Claudia con una sonrisa.

- No voy a responder nada, habla.

- Bien - Volteo los ojos - Quiere que este con el, dice que no voy a depender con él y me siento bien, solo eso diré.

- Ok - Dice Claudia - ¿Que vas hacer ?

- No lo sé todavía - Respondo levantándome quedando parada viendo a New York de noche por las ventana y es hermoso.

- Si lo sabes - dice Camil - Pero si quieres hacerte la loca, bueno.

- Camil me habló de él con Ikor y tienes mi apoyo - Responde Claudia - Además ya tu eres grande y quien mejor cuidarte que tú.

- Exacto - Secunda Camil - Johnson es muy sufrido para mí gusto.

- Cara de niño, no me gusta - Responde Claudia.

- Dejen de burlarse de el - Digo.

- Me voy - Claudia se va sin esperar respuesta.

- Yo igual - Camil se va con ella - Por cierto me encanta tu ropa te ves muy bien.

- Pienso lo mismo - Dice Claudia.

Se cierran las puertas del ascensor dejándome sola y con una respuesta muy clara.

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