Septiembre, 2018.
Aeropuerto de Londres.
¡Necesito una pastilla! Puta migraña.
Sigo caminando lo más rápido que puedo hacía una farmacia que esta a unos pasos de donde estoy. Amo a Londres pero no su aeropuerto, la cabeza me da vueltas de solo pensar que cuando llegue a casa lo menos que voy hacer es descansar.
-¡Isabella! - me detengo al escuchar mi nombre en ese grito y en esa voz, siento unas ganas asesinas subirse a un nivel jamás visto.
¿Justo hoy? ¿No pudo escoger otro día?
Me quedo quieta en mi lugar si ella quiere hacer un show que venga ella. Sus pisadas se acercan uno más fuerte que otro, respiro hondo y esto me pasa por andar de ojo alegre.
Me da algo de risa y vergüenza todo esto, mi mentalidad es de una zorra y lo sé, nadie se merece que lo engañen pero ella ... Ella si se lo merece.
-¡Hasta que llegas zorra! - grita haciéndome voltear y ni siquiera voy a ver como las personas ven lo que está pasando - ¿Ya te dieron amor o sigues necesitando de mi prometido?
-No, gracias por el interés.- Respondo y sigo mi camino, lo menos que me apetece es estar lidiando con una adolescente en cuerpo de mujer.
Escucho como me sigue gritando, sin embargo no me importa, no me considero la segunda opción.
Primero porque para eso tendría que estar a la merced de Johnson y es él el que está a la mía y segundo ni tan mal es estar en esta posición mil veces prefiero ser la segunda que estar en la de ella.
Para mi Johnson es alguien que no representa nada en mi vida, es él quién tiene que importarle su prometida no a mi y se lo zorra que suena, pero es así y no puedo hacer nada para cambiarlo. Ella ni siquiera lo quiere, está con el por lo que su apellido representa, por la imagen que le da y los lujos que obtiene, no es más que una interesada y falta de amor la cual tiene que su papá rogarle a su socio para darle un compromiso ya que por si sola nunca va a enamorar un hombre.
Así que para que caernos a cuentos. No me quita lo puta pero si me quita un poco el peso de conciencia, si es que tengo algo. La verdad me vale demasiado mierda.
Se que a Johnson no le soy indiferente, se que le gustó más de lo que debería, pero yo no puedo hacerlo feliz, no quiero hacerlo y aunque conmigo se ha portado como un caballero lo quiero como amigo y solo sexo esporádico.
Me da algo de pesar que el cambie conmigo, que se aleje y que no quiera estar cerca de mi, pero lo de nosotros nunca tuvo que pasar, sin embargo pasó.
Abro la puerta de la oficina de Charlia la que se encarga de nosotros aquí en Londres. Prendo la luz y quedo quieta en mi lugar al ver lo que tengo frente a mis ojos, sujeto con más fuerza de la que debería mi maletín.
-Isa viste lo loca que se puso la estúpida esa - suelta Amelie antes de ponerse a mi lado y ver lo que mis ojos se niegan dejar.
El grito de Amelie perfora mis oídos, desencadenando un revuelto en el aeropuerto.
dos policías del aeropuerto entran rápidamente haciendome tambalear ya que estoy parada en la entrada y con toda sinceridad no sé de dónde salieron, me hago un lado y miro como entre los dos hombres levanta a Charlia hacia una camilla haciendo que pocas gotas de sangre caigan en su perfecta alfombra blanca.
No tengo idea de que fue lo que paso para que vinieran y mataran a Charlia de tal manera. Tiene varias puñaladas y no les basto con eso, pues también le dejaron la cara irreconocible.
Veo como una hoja blanca cubierta de sangre cae en la alfombra, me acerco poco a poco mientras se llevan a unas de las mejores personas que había conocido, todos se van atrás del cadáver dejándome sola en la escena del crimen. Volteo a la puerta asegurándome de que nadie este ahí entonces quito mi pie, bajo para recoger el papel y me incorporo rápidamente metiendo el papel en mis tetas al escuchar unas pisadas acercarse.
-Quería hablar contigo - Suelta Egna, haciendo que me abandone la creciente melancolía y curiosidad que había crecido en mi que cambió a rabia. - Ya estando más calmadas cabe destacar. - Hasta su acento británico me molesta.
No estoy celosa, cualquiera escucha lo que pienso y pensaría que estoy así por celos pero la verdad es que en el fondo da rabia que una mujer se denigre hasta este punto.
-Sorpréndeme - le digo con claro sarcasmo.
-A mi no me vengas con tu estúpido sarcasmo de mierda - Responde señalando hacia mi dirección, enserio que quiero reír ¿quién se cree? pero en cambio levantó una ceja con incredulidad, está mujer siempre me sorprende sin duda. - Me da lástima lo de Charlia pero me alegra ¿sabes? Una zorra menos atrás de mi prometido.
Mi paciencia está en cuenta regresiva y si sigue hablando así la que va a salir en camilla va hacer ella.
Además, ¿De que mierda habla?
-¿Sabías que puedo dejarte en la miseria? Mi papá es uno de los más grandes empresarios de aquí y de América, desaparecerte es un trabajo muy fácil - Sigue hablando paseandose por el despacho y se detiene dónde está el charco de sangre de mi amiga.
-Así vas a estar tu si no te controlas Isabella, no sabes cuánto sueño por verte bajo mis pies.
Levanto ambas cejas de la sorpresa, quién diría que Egna me está amenazando.
-Me sorprende que sueñes conmigo - Le respondo con obvia burla, voy camino hacia la puerta mientras que una sonrisa comienza a crecer.
Cierro la puerta para que no me interrumpan porque siento que es necesario dejar las cosas claras. Me volteó hacia ella y soy testigo como se vuelve nada delante de mí, su compartimiento hace que me dé cuenta que de mis ojos grises no queda nada, está asustada y no sé qué tan malo sea el sentimiento de satisfacción que crece en mi.
A veces siento que un espíritu maligno crece cada vez más dentro de mi.
- Mi mamá una vez me dijo, que el soñar tiene algo bueno y algo malo - hablo mientras que me siento en uno de los muebles, cruzó mis piernas y aliso mi falda - Lo bueno es que le da un toque de felicidad a la vida y lo malo es cuando la vida te da el golpe a la realidad, así que querida Egna - Su nombre sale con burla de mi boca - Te aconsejo que tu golpe de realidad sea que Johnson te es infiel y no que la que salga pisada aquí seas tú porque si todavía no te ha quedado claro a mi Johnson me quiere más de lo que te puede llegar a querer a ti.
Su mirada cae al suelo, me levanto recojo el maletín y camino hacia la puerta.
- Tu serás su prometida cariño pero eso al final no te sirve de nada - abro la puerta para salir pero antes de poner un pie afuera me volteó hacia ella para dejarla dudando de su existencia que vale menos que el forro de mi celular - Date cuenta que es tu posición la que está en juego y no la mía.
A mi nadie me humilla aún cuando tengo todas las de perder, jamás me dejaré poner en el suelo. Me he jodido por tener lo que tengo y nadie me lo va a quitar.
Cierro la puerta cuando salgo y comienzo mi camino hacia la salida algo cabizbaja ya qué esto me recuerda a mi adolescencia que tanto quiero ocultar.
Estoy orgullosa de quien soy hoy en día pero eso no quiere decir que el pasado no me afecte. Busco un taxi que pueda llevarme a mi casa, lo único que me apetece es estar en mi cama.
Lo de Charlia me duele fue una de las pocas personas que me abrió los brazos para lo que fuera, me defendió cuando la mayoría lo que hizo fue juzgarme por según ellos no estar a su altura por ser una extranjera de un país que está en las ruinas.
Me monto en el primer taxi que encuentro, doy mi dirección una vez adentro de éste y me dejó caer en el asiento soltando un largo suspiro, llevo mi vista hacia la ventana mientras pienso en todo y a la vez en nada, veo como Londres se pierde en la lluvia, aquí siempre llueve haciendo de el un lugar oscuro, húmedo y frío.
Sigo admirando todo como si fuera la primera vez que estoy aquí, como si está ruta no la he visto desde un año. Sigue siendo la misma emoción y la misma adrenalina de estar sola y tener ésta independencia que me fascina.
¿Extraño mi antiguo hogar? Si, pero tenia que salir y darme eso que siempre quise y que aquí conseguí, aunque a veces me aburre sigo siendo medianamente feliz.
Escucho mi celular vibrar en el maletín, me percato que ya entramos a donde vivo así que no me importa responder la llamada ya después la devuelvo. Saco el dinero cuando abro el maletín y cierro todo preparándome para salir. Se estaciona al frente de mi edificio y entrego el dinero dando las gracias mientras me bajo.
Veo el taxi irse mientras entro a la resección, saludo al portero y voy directo para dónde Allan que está muy concentrado viendo no sé qué en su celular, tanto que no se percató de cuando entre.
-¡Allan! - le digo en un grito haciendo que salte en la silla y yo me parta en risas.
-Señorita Isabella la extrañaba por aquí - Suelta con voz algo temblorosa por el susto mientras se arregla la ropa, se aclara la garganta.
-Yo también - le digo arrugando mi nariz para que se vea tierno mientras que llevo mi mano a su cachete pellizcandolo.
-La señorita Camil no me informó que venía sin embargo aquí está su llave - Responde dejando la llave en la encimera.
-Gracias - le digo y me encamino al ascensor que ya está abierto - Por cierto - me devuelvo a verlo - Siempre es un placer asustarte.
Entierro la llave que me da paso para poder presionar el botón de mi piso. Saco y antes que la puertas se cierran me despido con la mano.
Es un señor muy agradable sin duda y su hija es una preciosidad de rizos cobrizos, a veces viene con su madre y me cae tan bien que algunas veces sube a mi departamento a jugar con mis nenes.
Me recuesto de la pared que no tiene vidrio mientras espero llegar a mi piso, ya estoy contando los segundos que quedan para quitarme esto tacones y poder dormir en paz, creo que me voy a quedar con ropa y todo estoy demasiado cansada. Se abran las puertas del elevador y salgo arrastrando los pies con pereza. Busco la tarjeta que está en el llavero abriendo la puerta de por fin mi casa.
-Pero.. - no he terminado de abrir cuándo Loki, Milo y Oddie ya estan encima de mi ladrando - Ok, ok déjenme pasar por favor - les digo y siguen sin hacerme caso veo como Oddie que se sale - ¡Oddie! - lo vuelvo a llamar y cierro la puerta para que no vuelva a salir es el más cachorro y anda haciendo locuras siempre.
Me agacho para hacerles cariño para que se tranquilicen y lo hacen, bueno no mucho ya que se van corriendo y jugando por todo el departamento entre ellos mismo.
-¡Camil! - comienzo a llamar a mi amiga mientras me quito los tacones y apenas toco el suelo mis pies se relajan haciéndome soltar el aire - ¡Camil tengo un chisme! - Vuelvo a decir y nada.
Comienzo a subir a la segunda planta donde se encuentra nuestra habitaciones y su puerta está abierta. No veo a nadie sin embargo entro a revisar bien, lo de Charlia sigue ahí presente así que busco hasta en el clóset y nada. Me dirijo hacia mi habitación, abro la puerta con cuidado y no tengo idea de que es lo que estoy esperando.
¿Por qué alguien me haría algo a mí lara empezar? Charlia tenía dinero y tenía conexiones con personas influyentes mientras que yo solo soy una simple azafata.
Termino de entrar dejando la puerta abierta y miro mi cama tan cómoda, camino hacia ella y antes de tumbarme mis tres bebés saltan en ella.
-Claro pónganse cómodos. - les digo y uno de ellos me ladra, Oddie.
Pongo el maletín en la cama mientras saco todo y comienzo arreglar donde va.
Tengo tres perros y el porqué es porque me gustan y los adopte así de fácil, un doberman (Loki), un terranova (Milo) y un gran danés (Oddie) que es el más bebé de todos y el más tremendo por ser el pequeño de la manada.
Meto los productos personales en la repisas y gavetas del baño, me quedo en la puerta que da para el cuarto y me quedo viendo a mis bebés y es que es increíble que para ser cachorros sean ya tan grandes. Debería dárselos a un millonario porque también comen demasiado y a este paso voy a quedar en la miseria.
Me paro firme dándole con el pie al piso para que me presten atención y es demasiado cuchi cuando los tres paran su orejas para recibir mi mandado.
- Atentos a todo que mami no puede - Les digo con voz firme sabiendo que ni me entendieron pero no me importa, los amo.
Voy hacia el panel de control que está al frente del retrete. Configuro la ducha haciendo que caiga de arriba como si fuera lluvia a la bañera. Mientras se llena voy en busca de lo que voy a usar y de lo que se le echa al agua para que haga espuma. Ya teniendo todo listo comienzo a quitarme todo quedando desnuda.
Meto una pierna y luego otra, esto es tan relajante. Cierro mis ojos y mi mente va a cuando vi aquel hombre creo que todavía puedo oler su perfume, es tan triste que nunca lo veré, nunca volveré a oler ese olor tan fuerte, ni tampoco veré ni sentiré eso que sentí cuando lo vi.
Hay algo que me genera mucha curiosidad y es Johnson, nunca lo había visto así, hasta el sexo fue diferente. El estaba distante y no por mí ligero rechazo se que algo le pasaba, se que hay algo más ahí.
Lo veo salir sin ni siquiera dar las buenas noches y es algo muy sorprendente, ¿Será que se dio cuenta como vi al que salió de su oficina? Espero un momento para levantarme e ir a ver qué es lo que pasa.
Me muevo entre las sombras y ahí está, miro como busca un vaso y comienza servirse dejándolo al tope se lo lleva a la boca tomando todo de una manera muy rápida cosa que nunca había visto en él.
Pego la espalda en la pared cuando veo que vuelve a servirse de la misma forma. Vuelvo hacia la habitación sentándome en la cama viendo hacia el suelo y es que, ¿Qué es lo que pasa para que lo tenga bebiendo así?
Preguntas que no tiene respuesta, se que bebió mucho ya que cuando me beso sentía el alcohol como si no se hubiera aseado.
Han pasado demasiada vergas en menos de 42 horas y por ello necesito relajación y poner mis ideas en orden para no colapsar, lo menos que necesito es un episodio.
Me asusto con el sonido de mi celular y ya se me había olvidado que me habían llamado antes, levanto mi muñeca y también se me olvidó de que tengo un reloj que está conectado al celular, últimamente cargo la cabeza en la luna.
Más de lo normal.
Reviso y la primera llamada es de Camil y está última de Claudia, mi mejor amiga que está en Venezuela. Miro mis dedos que comienzan arrugarse y tomo la esponja, comienzo a verter el jabón líquido en ella. La paso por mis brazos, piernas y la subo por mi abdomen, me termino de bañar en conclusión.
Seco mi cuerpo, me pongo la bata y voy hacia el lavado para limpiar mis dientes. Mientras cargo el cepillo en la boca busco mi celular pidiendo comida, termino y voy hacia el clóset sacando una pijama cómoda de mono y sudadera azul que me fascina por la suavidad de la tela, ¿Pantis? Na, mejor sin ellas.
Le marco a Claudia mientras riego crema en mi cuerpo y contesta al tercer pitido.
-Adivina donde estoyyyyy - Escucho melancolía mezclada con algo de felicidad.
-¿Dónde - pregunto sin tanta cosa.
-¡En el aeropuerto! - Suelta chillando de emoción mientras que yo me paralizo ¿Llegó tan rápido?.
-¿Estas en Londres? - pregunta asombrada - ¿Te teletransportas o qué?.
Escucho como se ríe de mí la muy maldita y es cuando caigo en cuenta de lo que me está diciendo.
-Estoy en Venezuela y enserio no sé cómo hiciste para irte - escucho su voz quebrarse - no quiero dejar a mis hermanas ni a mi mamá y mi papá Isabella.
Respiro hondo y es aquí donde empieza la tristeza, extraño mucho a mis hermanos pero el estar aquí en parte es para cuando necesiten de mi ayudarlos y sin necesidad de que lo necesiten también.
-No fue fácil Clau, sin embargo recuerda que solo será poco tiempo, tres meses se van volando.
Escucho como respira aceleradamente, supongo que para no llorar aunque dudo que no se le haya salido una lágrima ya.
- Lo se pero ya va hacer diciembre y..- Y si, comienza a llorar.
- Clau vas a estar aquí conmigo y mis tres revoltosos - le digohaciendo que se ría - Vamos.. que mejor que yo para pasar un diciembre, prometo buscar recetas para hacer una cena las dos ¿ok? Y.. oyee, no es para siempre, nada lo es.
-¿Y si el avión se cae? - pregunta haciéndome reír.
Loki se acerca a mi y le acaricio la cabeza con demasiado cariño.
- Estoy a nada de colgarte para que dejes la estupidez - le suelto volteando mis ojos.
Escucho como suenan el timbre y como comienza a ladrar los dos de abajo haciendo a Loki aullar.
- Loki shhh - lo regaño, perfora mis oídos.
-Se volvieron locos- dice Claudia soltando risas mas calmada.
-Duda de todo menos de eso- me levanto de la cama y me visto con rapidez para ir a ver quién es - Clau te dejo voy a ver si es la comida, mandas un mensaje cuando subas a el avión y si no respondo estoy dormida.
-Ok te quiero.
-Yo también me quiero - escucho como se comienza a reír mientras yo bajo por las escaleras - yo también te quiero.
Cuelgo y pongo el celular en la mesa que tiene el mini armario que está cerca de la puerta. Miro por la ventanilla antes de abrir y enserio estoy paranoica peroooo, hoy fue un día de locura ya mañana no ando así. Recibo las pizzas dando gracias y con el pie cierro la puerta para cuando volteo están mis tres bebés en fila viendo lo que tengo en las manos.
-Les voy a dar tranquilos.
Esto no es nada sano para ellos pero romper la dieta un día no está mal.
Dejo las pizzas en la encimera, abro la caja enloqueciendo yo también con el olor y es que enserio amo está comida, cuando vuelva a la Toscana por lo menos una mini tengo que comer.
Agarro la primera caja y voy hacia los recipientes donde comen los perros dándoles dos a cada uno, boto la caja y enserio que estos perros comen que jode, doy un chasquido para que comiencen a comer.
Oddie todavía está aprendiendo así que solo sigue a sus hermanos y hace lo mismo que ellos, cuando adopte a Loki (el mayor) estaba de vacaciones así que fueron tres meses enseñando trucos ya los otros dos se guiaron de él y no fue tan difícil.
Busco mi celular y me siento a comer la otra pizza para mi, veo que Claudia ya está montada en el avión por la foto que envió, busco cámara y me tomo una sonriendo como niña con la pizza de fondo.
La ve al segundo y comienzo a reír cuando dice que a pocas horas va a estar aquí conmigo engordando.
Abro el chat de Camil y resulta ser que está ayudando en lo de Charlia.
› Deja termino de comer y voy ayudar.
Cami: no, duerme debes estar cansada.
Cami: Además ya casi estamos terminando, Ikor me va a pasar buscando para comer.
Cami: estar aquí me hizo dar ganas y de comer también.
› Que perra, respeta la memoria de Charlia.
› Además, no y que ¿ya no te veías con Ikor? A este paso van a estar casados para diciembre.
Cami: Charlia hubiera apoyado que fuera a coger y ¡No digas eso ni en juego!.
› Aja.
› Ojalá te den duro por perra.
Apago el celular y sigo comiendo en silencio, guardo lo que sobró, recojo el celular y subo hacia la habitación. Por fin toco la cama y siento como los cachorros se acomodan conmigo, mis ojos se cierran automáticamente dejándome en la nada.