Unstable. [saga Bernocchi > L...

By inesita_48

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¿Este el comienzo o el fin de una historia? ¿Mi historia? More

Antes de leer.
prefacio
capitulo 1
capitulo 3
capitulo 4
capitulo 5
capitulo 6
capitulo 7
capitulo 8
capitulo 9
capitulo 10
capitulo 11
capitulo 12
capitulo 13
Capitulo 14
capitulo 15
capitulo 16
capitulo 17
capitulo 18
Capitulo 19
capitulo 20
capitulo 21
capitulo 22
capitulo 23
capitulo 24
capitulo 25
capitulo 26
capitulo 27
capitulo 28
capitulo 29
Capitulo 30
capitulo 31
capitulo 32
capitulo 33
capitulo 34
capitulo 35
capitulo 36
capitulo 37
capitulo 38
capitulo 39
capitulo 40
capitulo 41
capitulo 42
capitulo 43
capitulo 44
capitulo 45
capitulo 46
capitulo 47
capitulo 48
capitulo 49
capitulo 50
capitulo 51
capitulo 52
capitulo 53
capitulo 54
capitulo 55
capitulo 56
capitulo 57
capitulo 58
capitulo 59
Último capítulo
epílogo
comunicado

capitulo 2

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By inesita_48

                                Johnson.
Septiembre, 2018.
Alemania - Berlín.

Siento lo frío de la madrugada, no he podido dormir nada, mi mente ha estado pensando en lo que me propusieron hace unas horas atrás.

¿Por qué digo proponer? Es esto o muero.

Gracias papá.

Veo el color rojizo que tiene el sol el cual le da paso a un nuevo día. Volteo a ver la mujer que está en mis sábanas y sin poder evitarlo se me escapa una sonrisa al recordar cuando llegamos.

Cuando veníamos en la camioneta hizo hasta lo imposible para no dormirse, ella es algo tierna a veces cuando es considerada, educada o cuando es muy curiosa... La cara que pone cuando quiero saber o entender algo sin duda es imposible de ignorar.

Vivo en un pent-house, así que el ascensor sube dejándome en la sala. Entra primero que yo admirando el sitio y no es porque sea su primera vez aquí solo que Isabella se da el tiempo de admirar todo a detalle como si lo viera por primera vez. Llevo un año conociéndola y aprendiendo esos pequeños detalles.

-Sigue todo igual – dice con una voz ni tan dulce y tampoco tan gruesa, se voltea para verme - ¿te vas a quedar ahí parado lo que resta de noche?

Comienzo a reír sin controlarlo me sale natural con ella. – No, vamos a la habitación.

Caminamos en silencio. Isabella es callada no es la típica chica que te va a poner un tema para hablar por horas.

Entramos y comienza a quitarse todo dejándolo en la mesa de noche. Voltea a verme y vaya que es imposible no perderme en su cuerpo sin embargo la dejo ahí parada a un lado de mi cama, solo en ropa interior y me dirijo al clóset. Busco ropa cómoda para dormir y cuando la encuentro salgo encontrando a una Isabella muy tranquila en el balcón solo en ligueros y con los senos al aire como si no hubiera un frío que te congela.

Me dirijo hasta ella, entrando en su aura solitaria. – Ten. – Le digo tocando su hombro haciendo que voltee y me deje ver esas bellezas de senos que tiene.

Toda su piel está erizada haciendo que sus picos estén listos para meterlo a mi boca pero quiero creer que con ella soy un caballero y se que tiene sueño.

Trago la saliva que tenía echa agua y utilizo todo mi autocontrol. Levanto la mirada y veo como ella me ve extrañada y al mismo tiempo encantada al darse cuenta de como la observo.

Le gusta que la vean.

-Pensé que.. – Suelta con voz baja dudosa.

-Estas cansada, ¿y que mejor que dormir aquí conmigo? Digo poniendo su cabello detrás de su oreja haciendola reír mientras baja la cara apenada y vaya que amo ver su sonrisa ya que le da esa aura angelical que nadie ve. – Vístete que hace frío y ve a dormir, tienes hasta el mediodía antes de irte y tener que soportar a Camil.

Me encara levantando una ceja en el proceso y me mira incrédula – Deja de darme órdenes, que aquí- Dice señalándonos – tu no me mandas y menos si tengo las tetas al aire.

Agarra la ropa dirigiéndose a la habitación, suelto una sonrisa corta que desaparece cuando veo como sus caderas se mueven embelesándome. No la pierdo de vista en ningún momento, veo como se viste y entra a la cama, entro y apago la luz.

Puede que esté despierta y tal vez sea de mala educación no despedirse o darle las buena noches. Salgo y me dirijo a la cocina, abro una de la alacena y saco una botella de  whisky,  sirvo todo en el vaso que encontré en la alacena de al lado y lo tomo sin pensar dejando el vaso con nada de alcohol.

Vuelvo a la realidad y sigo viendo a la mujer que tengo en mi sábanas y debo confesar que tantas mujeres que he conocido de diferentes lugares y nunca había encontrado a una que me pudiera embelesar de tal manera. Cuando Camil me llamó diciendo que consiguiera trabajo para una nueva amiga nunca pensé en esto, pensé que era una de sus idioteces.

Me dirijo al baño, tengo que refrescar mi mente, tengo tantas cosas que analizar y pensar.

Me comienzo a desvestir entrando a la ducha, prendo el agua tibia y comienzo a ducharme. Bañarse con el agua que sale de la tubería sin calentar es casi imposible.

Tiempo después salgo con la toalla en la cintura y veo como el amanecer deja ver la habitación mucho mejor. Mi mirada va a Isabella y la sudadera que le presté esta arriba de sus senos, supongo que cuando se movió se subió. Sinceramente creo que me he aguantado demasiado, ya debió haber descansado.

Camino hacia la cama dejando la toalla en el camino, quito lo que me estorba, me posiciono encima de ella, toco su cadera y comienzo a bajar mi mono tocando su piel en el proceso. Con cuidado termino de sacarlo de sus pies y vuelvo a subir despacio besando sus piernas pasando de una a otra.

Soy testigo de como su cuerpo corresponde al tacto de mi boca. Voy llegando a su feminidad y pongo a un lado su ligero, abro sus pliegues y el miembro se endurece a la velocidad de la luz al ver lo hermosa que es. Sin poder aguantar más, paso mi lengua a lo largo deteniéndome en su clítoris, la siento removerse cuando le doy atención ahí pero no me importa despertarla y es que ella me da un hambre que no logro saciar. Comienzo a pasar mi lengua y meto dos dedos en su canal dándole una embestida que la termina de despertar haciéndola gemir en el proceso.


-Joder… - Suelta con voz entrecortada por el placer que le da mi boca y ahora mis dedos – Me gusta cuando me despiertan así.

Su voz suena extasiada y cargada de deseo haciendo que intensifique mis movimientos, siento sus jugos en mi boca enloqueciendo todo en mi. Mi miembro palpita y duele lo dura que está. Siento los espasmos previos al orgasmo, así que rápidamente me alejo.

Me dirijo hacia la otra mesa de noche donde revuelvo todo para encontrar un condón. Me devuelvo hacia ella besando sus labios, paseo mis manos por todo su cuerpo y se inquieta debajo de mi, siento como pasa sus uñas por mi cuello y espalda agarrando y jalando mi cabello en el proceso, alejándome de su boca.

-Mételo- Dice con voz demandante y no tengo que pensarlo dos veces.

Me separo de ella, masajeo un poco mi verga palpitante, rasgó el sobre y pongo el condón, lo posicionó en su entrada, levanto la mirada para verla y no sé en que momento sus ojos cambiaron a ser casi negros como la noche. Mi piel se eriza por lo escalofriante que se ve.

Si no me acostumbro a la intensidad que carga normalmente en sus ojos menos me tranquiliza cuando se le oscurecen cosa que no solo pasa cuando tenemos sexo.

-¿ Miedo? No te voy hacer nada – Dice con voz seductora pero al mismo tiempo burlona y es que debo parecer idiota.

Con una ligera rabia que creció dentro de mi y no por sus palabras, le doy hasta el fondo penetrándola duro, vuelvo a verla y joder, esta con los ojos cerrados sonriendo mientras muerde sus labios con fuerza.

¿No quiere gemir? Que se joda, quiero escucharla.

Salgo y vuelvo a entra de la misma manera, haciendo que esta vez si suelte un gemido haciéndome sonreír, vuelvo a entra y a salir de la misma forma, siguiendo la secuencia como cinco veces más, hasta que me quedo adentro, haciendo que abra sus ojos para verme.

-Se siente bien estar en casa – Digo haciéndola reír y es inquietante ver como sus ojos se han puesto grises, a su color de origen.

Sigo penetrándola cambiando mi ritmo al de siempre, tranquilo y suave pero rapido, voy hasta uno de sus senos besándolos.

Gime y llevo unas de mis manos a su cuello y otra a su cadera, moviéndola hacia mi.

Jadea y aprieta mi brazo. Isabella tiende a ser algo violenta y su violencia me da cierto miedo que oculto.

Comienzo a verla mejor cuando comienza amanecer como tal, su cuerpo está sudado y caliente, vuelvo a sus carnosos labios dándole un beso húmedo haciendo que se le termine de erizar todo, aumento mi ritmo al sentir que esta llegando el orgasmo, subo mi mano agarrando una de sus senos apretando mientras que dejo la otra en su cuello.

Siento como su orgasmo llega junto al mío, sigo embistiendo pero con un ritmo más lento hasta que se que ya es suficiente. Salgo de ella, me levanto de la cama sin mirarla, camino al baño quitando el condón y vuelvo a ducharme para quitar el sudor y sus líquidos de mi, no es que me desagrada pero tengo que salir y no puedo andar oliendo a sexo.

Termino de ducharme nuevamente y vuelvo a salir a la habitación con la toalla en la cadera, mis ojos van a la cama para ver a Isabella y creo que esta dormida ya que sé encuentra de espaldas con la sabana entre las piernas mostrando su escandaloso trasero y espalda con el cabello tendido en la almohada.

Sigo mi camino hacia el clóset. Tomo una camisa azul rey de terciopelo holgada y lo combino con un pantalón de vestir crema, mis zapatos son unos tenis blanco dando ese look despreocupado que siempre anda conmigo pero sin dejar de verse bien.

Coloco una cadena de oro blanco delgada que me regaló mi mamá la última vez que la vi y pongo en mi muñeca un Rolex plateado con azul rey igual que mi camisa en el fondo, busco mis lentes de sol, los cuelgo en la abertura que me da la camisa por donde están los botones y ya puedo ir por lo que seguramente me va a joder la vida.

Salgo a la habitación e Isabella esta vestida solo con mi sudadera y verla así mueve algo dentro de mi que me niego aceptar. Me acerco a la cama sentándome una vez que llego a esta y miro como se hace un moño con su mismo cabello.

-¿Vas a salir? – pregunta viéndome, agarra la sábana terminando de tapar toda la parte de abajo.

Me quedo en silencio mientras dirijo la mirada a unas de la ventanas que me da vista a la ciudad. Se el trasfondo de la pregunta y sinceramente no quiero decirle y el gris de sus ojos hace que quiera decirle hasta cuantas veces se me para.

-Déjame adivinar- siento como se mueve para quedar más cerca de mi.

Me abraza por detrás dejando su cabeza a un lado de la mía mientras susurra.

- No me puedes decir y quieres que no diga algo que no se. - Asiento cuando termina de hablar.  -¿Sabes? Tampoco me interesa saberlo pero se que lo que sea que esta pasando no te tiene muy cuerdo – sigue hablando – vi como te tomabas una botella completa de whisky – sigue susurrando haciendo erizar mi piel nuevamente por como su voz suena en el tono tan bajo que tiene. – así que cuando me besaste sentí el sabor del whisky, lo que me da a entender que seguiste tomando y tomaste tanto que el cepillarte los dientes no te quitó el olor ni el sabor.


Suelto una risa incrédulo y es que claro ella se iba a dar cuenta, no soy muy inteligente al parecer. Bajo la cabeza mirando mis zapatos al darme cuenta de lo idiota que me siento a su lado.

Me recompongo rápidamente y me levanto de manera algo brusca de la cama y me volteo hacia ella para mirarla desde arriba queriendo tener algo de poder sobre ella pero me doy cuenta que por más que yo sea el hombre, su jefe o lo que sea jamás estaré por encima de ella.

– Me voy, mi chófer te viene a buscar al mediodía para que regreses a Londres y comiencen tus vacaciones.

Me dirijo hacia la puerta de mi habitación, tal vez cualquiera que me escucha pensará que tengo problemas de inferioridad pero no es eso, es algo que ella hace que te sientas así, que sientas necesidad de estar cerca de  ella para poder ser alguien.

-Mi papá te dará lo que te corresponde y tal vez algo más, el chófer te dará mi parte – suelto sin verla pero antes de salir de la habitación me giro y algo dentro de mi se encoje al ver su molestia, me va a costar contentarla para poder tener sexo con ella si es que me le escabullo a cierta persona. – Deséale un feliz cumpleaños a Camil de mi parte y gracias por la cogida, no estuvo mal.

Me giro y sigo mi camino. Entro al elevador tocando el botón para que me lleve a la recepción. Llegando a esta miro como me espera una camioneta con vidrios polarizados y 5 hombres afuera custodiando la zona, sigo mi camino sin ver a nadie.

Ikor el mano derecha y fiel compañero de el hombre que ahora se ha vuelto mi pesadilla, abre la puerta para que pueda entrar y no me pongo a detallar lo lujosa que es la camioneta por dentro, mi atención viaja al hombre que está al frente de mi y vaya que no tengo suerte en la vida.

-Espero que lo hayas disfrutado – dice este y de solo con escucharlo doy por seguro que esto no va a terminar bien.

El miedo me recorre cuando me ve con sus ojos verdes y puedo jurar que anoche no los tenía tan oscuros, pero eso no es lo que me da miedo sino, como me sonríe de una manera tan escalofriante.

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