¿Y nuestro final feliz?

DianaL18V द्वारा

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Phoebe es nueva en la ciudad y todos sabemos lo que eso significa, conocer personas nuevas, nueva escuela, am... अधिक

ADVERTENCIA.
Prólogo.
Capítulo 1: Solo estoy buscando.
Capítulo 2: Pero a tu lado...
Capítulo 3: No puedo concentrarme ahora.
Capítulo 4: ¿Que te diste por vencido o que continuaste?
Capítulo 5: Quiero estar allí contigo.
Capítulo 6: Sería un líder valiente.
Capítulo 7: Saborear tus palabras, nunca las desperdiciaría.
Capítulo 8: Me gusto más cuando estoy contigo
Capítulo 9: Podría abrazarte por un millón de años.
Capítulo 10: Hay tanto que no podemos explicar.
Capítulo 11: Estoy viendote a los ojos.
Capítulo 12: Cruzar esa línea.
Capítulo 13: ¿Te parece bien si estás en mi cabeza?
Capítulo 14: Estoy cayendo otra vez.
Capítulo 15: Me marcho cuando las cosas están bien.
Capítulo 16: Sigo varado esperando a que ella diga algo.
Capítulo 17: ¿Cómo es que nos alejamos tanto de donde lo dejamos ayer?
Capítulo 18: Estoy aquí, sola, dentro de este hogar roto.
Capítulo 19: El mundo está durmiendo y estoy despierto contigo.
Capítulo 20: Sabiendo que nos tenemos el uno al otro.
Capítulo 21: Ahora te abrazaré.
Capítulo 22: Quizás esta vez, dos errores hagan un acierto.
Capítulo 23: Tal vez siempre estuvimos destinados a conocernos.
Capítulo 24: Solo para tus ojos te enseñaré mi corazón.
Capítulo 25: El primero en tomar un camino como este.
Capítulo 26: Eres tú, cariño.
Capítulo 27: ¿Cómo pude vivir antes?
Capítulo 28: ¿Tuviste suficiente amor?
Capítulo 29: ¿Puedes oír cuando te llamo?
Capítulo 30: No quiero perder la cordura.
Capítulo 31: Hasta que ya no hubo nada.
Capítulo 32: ¿Qué demonios se supone que debo hacer?
Capítulo 33: Está en el pasado esta noche.
Capítulo 34: No puedo salvarnos.
Capítulo 35: Por favor no me dejes.
Capítulo 36: Esta vez será para siempre.
Capítulo 37: Sigo siendo tu chico (FINAL).
Epílogo.
Extra: Te he amado.
Extra: Cantaría una canción solo nuestra, pero se las he cantado a otro corazón.

Extra: Demasiado drogada como para levantarme.

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DianaL18V द्वारा

Isabella.

Los labios de Billy se mueven con firmeza sobre los míos. Sé que debería sentir algo, calidez, emoción, hasta asco quizá, pero estoy en la nada.

Llevo años viviendo en la nada.

De todos modos, sexo es sexo, así que intento concentrarme en el movimiento de sus caderas contra las mías.

He tenido mejores, pero tampoco es malo. 

—Te amo.—susurra en un jadeo al terminar.

Suelto una risita boba que lo hace verme con el ceño fruncido.

—¿Por qué te ríes?—inquiere.

—Pues porque estás bromeando, obviamente.

Suelta de golpe mis tetas y se retira de mí.

—¿De qué hablas, Isa? Yo te amo... Creo que lo he hecho siempre.

Puedo sentir mi rostro y cuerpo congelarse por completo.

A ver, que en verdad le estaba dando una oportunidad seria e intentando corresponder los sentimientos que desde hace años sé que tiene por mí, pero apenas llevamos dos semanas como novios.

Y ni siquiera salimos en citas o algo.

Solo que cuando vi que Holden en verdad me había superado, que mira a Phoebe de una manera en que ni en nuestros mejores momentos me vio a mí, me sentí herida y le dije que quería ser su novia.

Además, a mí ya me gusta alguien más, solo que sé que jamás será correspondido.

—Billy, no juegues con esas cosas.—pido cubriéndome con la sábana.

—Es que no estoy jugando. Te conozco desde los seis años. Me gustas desde hace mucho y aunque apenas hace poco estamos juntos, sé que te quiero para toda mi vida.

No es un secreto para nadie que me gusta que me quieran. Puedo ser juzgada por ello, pero hay algo realmente gratificante en saber que hay personas que estarían dispuestos a darlo todo por mí.

Holden lo daba todo hasta que le fui infiel.

Billy dice amarme. No obstante, necesito saber si en verdad es incondicional o me abandonará ante mi primer error como lo hizo Holden.

Miro a Billy con los ojos entrecerrados... ¿Él sí podría estar conmigo a pesar de todo?

Supongo que tengo que descubrirlo.

—Pues yo a ti no.—encojo los hombros.

Me mira con incredulidad, haciendo que contenga una carcajada.

—¿Y por qué no?

Bien, si él quiere que lo ame, debe demostrarme que yo soy lo más importante en su vida, incluso más que él mismo.

Aunque sea en una persona, yo debo ser su prioridad.

—Porque no eres Holden.

La mirada que Billy me dirige es de total tristeza, haciendo que casi sienta lástima por él. 

Pero él tampoco es un santo.

—Así que, ¿se te va a volver a parar el pene o ya me dejas sola?

Billy se pone de pie con lentitud y comienza a tomar su ropa para ponérsela tras retirar el condon, noto como una lágrima le escurre por la mejilla cuando se inclina a darme un breve beso en los labios.

—Voy a ser mejor que él, te lo prometo.
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Termino de subirme el cierre de la falda para ver a mi mamá a través del espejo de mi habitación.

—¿Adivina a quien vi hoy?—inquiere fumando de su cigarrillo.

Es de los "normales", no es de marihuana, pero aun así representa una gran tentación para mí.

Especialmente ahora que estoy haciendo un esfuerzo por dejar todo eso.

—¿A mi padre? No, espera, que él solo nos mira cuando la otra no quiere abrirle las piernas.—me burlo dándome la vuelta para verla a la cara.

Se limita a rodar los ojos como si no le importara.

—Vi a Holden.

—¿Y por qué me dices esto?

Él les agradaba por sus manchas. Mi padre decía que el salir con él, haría ver a su hija como una chica que no le importan las apariencias ni hace bullying, lo cual le viene bien ahora que está comenzando su carrera política.

—Porque ya entiendo el motivo de que te dejara. Iba de la mano de una pelirroja más que bonita, mil veces más que tú.

Sé que Phoebe es bonita, no tengo problema en admitirlo. Pero que sea mi propia madre la que me dice esas cosas, duele bastante.

—Es su novia.—murmuro.

Se acerca a mí y me toma de la mano para colocarme enfrente del espejo, con ella detrás de mí de manera que ambas nos vemos a través del reflejo.

—¿Y sabes que es lo que la hace mejor que tú?

Niego, sintiendo el olor de su cigarrillo inundarme, pues no ha dejado de fumar todavía.

—Que a ella no se le salía ningún gordito de su falda.—señala dándome un pellizco en el estómago.

No le respondo, veo como apaga su cigarrillo en el cenicero de mi habitación antes de salir cerrando la puerta.

Las lágrimas comienzan a escurrir por mis mejillas mientras me quito la falda para ponerme un pantalón holgado antes de sentarme en el piso a llorar con fuerza.

Mi habitación huele demasiado a nicotina.

Necesito un poco.

Mis manos comienzan a temblar nuevamente con ganas como cada que soy consciente de que no he consumido nada en un rato.

Incluso comienzo a sentirme algo asfixiada.

No puedo evitarlo.

Me apresuro a tomar el cigarrillo de mi mamá, pero se lo ha acabado.

Una voz en mí me dice que no lo haga, pero es que no exagero al decir que mi cuerpo me lo pide a gritos. Así que sin dejar de llorar, me levanto y le pongo seguro a mi puerta antes de dirigirme al baño donde tengo guardadas mis reservas en las puertitas.

Me apresuro a formar dos líneas delgadas con ayuda de una tarjeta que tenía ahí. Luego, me inclino para inhalar fuerte de una en una por mi nariz, sintiendo como cala un poco.

En un momento me sentiré mejor.

Levanto la vista al espejo, sintiendo asco y vergüenza.

—Te odio —mascullo viendo mi reflejo—. Eres un asco, una puta y una zorra. Nunca vas a ser lo suficientemente importante para alguien... No te lo mereces.

Y así destruyo mi récord de una semana de abstinencia.

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Tomo un profundo respiro al tocar la puerta de la casa de Connor.

Tanto él como Liv me han estado evitando y ya me cansé.

Pero Liv está siendo una puta orgullosa que no me quiere hablar.

Y me duele porque en verdad me gusta. Es linda la manera en que sonríe, que habla con todos sobre cualquier cosa, que suelta un sonido similar al de un cerdito cuando ríe y su nariz se arruga, el tacto de su mano sobre la mía... En fin, me gusta cada cosa que hace.

El detalle está en que si ella no me habla, no es por toda la ridiculez de Maddie.

Liv no me habla porque asegura que me aproveché de ella.

La otra noche, en una de sus fiestas, se puso en verdad borracha. Estaba ahí, tendida a mi lado y no pude evitar besarla con ganas, pero se despertó.

Me apartó de un empujón y tuve que fingir que estaba igual de borracha que ella.

Lamentablemente, no me cree y no quiere hablarme.

Da igual, debo recuperar por lo menos a Connor.

—¿Qué haces aquí?—rueda los ojos al abrirme.

—Lo siento —sollozo—. Es que... Connor, ya no tengo más...

De inmediato entiende a lo que me refiero mientras me observa con preocupación y me toma de la mano para dirigirme al interior de su casa.

Subimos las escaleras hasta su recámara que es un completo asco. Me pone frente a él para darme un fuerte abrazo.

—Necesito un poco de cocaína.—pido.

Y en verdad lo necesito. Me he acabado mis ahorros y mis reservas. Solo busco aunque sea un poco más de cocaína, marihuana o lo que sea que me ayude a dejar de pensar.

Ya ni siquiera es solo eso, es como si mi cuerpo me lo exigiera y mi mente no fuera lo suficientemente lista para prohibírmelo.

—Lo siento, Isa. Pero yo no te voy a ayudar a conseguirlo.

Sollozo contra su pecho sintiendo la desesperación crecer en mi interior. Mis padres no me quieren dar más dinero y ya tengo una deuda bastante grande con mi dealer.

—Por favor, Connor. Solo un poquito, te doy lo que sea...

Niega abrazándome más fuerte contra su pecho.

—¿Quieres hacer algo más? Podemos buscar un videojuego que te distraiga o algo para que dejes de pensar en eso.

Pensar en otra cosa no me sirve de nada.

Pero tampoco quiero salir con Billy para que empiece a decirme que me ama y que nos vamos a casar y quien sabe cuantas tonterías más. Mi casa es un infierno ahora que mi madre está a dieta de nuevo, obligándome a mí a también estarlo.

Juro que si vuelvo a escuchar la cantidad calórica de un alimento más, me voy a volver loca.

—Está bien.

Connor me dirige a su cama y se sienta a mi lado tras tenerme un control de su consola.

Incluso me rio verdaderamente un poco cuando él lo hace.

Él no es un mal chico, creo que si madurara más y dejara de pretender ser el estúpido capitán estereotipado del equipo de hockey, sería un buen partido para cualquiera.

A Connor le gusta Phoebe, de manera bastante honesta. 

Fue evidente para nosotros desde el momento en que ella entró al salón de clases en su primer día y él bajó su mochila de inmediato para que se sentara a su lado. Le funcionó.

Sé que le pidió consejos a Liv sobre cómo conocerla de manera natural durante los descansos. Solo que Phoebe terminó yéndose de todos modos con Holden.

Quizá ellos estaban destinados, lo que solo es más irritante para mí.

Connor fue el que le habló de nuevo cuando vio que se había peleado con Maddie y Holden. Él se veía esperanzado, pero entonces escuchó a Billy cuando le dijo que Phoebe solo lo estaba usando a pesar de que no fue ella la que dio el primer paso, así que decidió "vengarse".

Contra Holden fue solo ponerlo celoso. A ella la trató bastante mal con la intención de hacerla sentir menos y que se disculpara, pero al final a Phoebe le era realmente irrelevante lo que Connor hiciera o dejara de hacer.

Hasta que le dije que fuera hombre, que él también había sido un imbécil y que le pidiera una cita.

En realidad, lo que quería era alejarla de Holden.

Billy me dijo entre risas que, al pedírselo tras pensarlo durante todas las vacaciones navideñas, Phoebe se negó porque ya tenía novio.

Malditos.

—Phoebe fue una perra estúpida por negarse a salir contigo.—aseguro tras terminar la partida y acariciando su cabello.

—Nah, fui un carbón en esa fiesta... Además, se le ve feliz con Holden.

—Se lo merecía.

Connor niega, volteando a verme.

—No lo creo —suspira—. ¿Te sientes mejor?

No, la verdad estoy igual de desesperada.

—Sí, gracias por todo. Te quiero.

—También te quiero, Isa. Así que espero que no te tomes a mal esto, pero tienes que irte de mi casa. Mi padre no tarda en llegar y no me va a ir nada bien si me encuentra contigo aquí.

Tiene razón, tampoco quiero causarle problemas con su familia, así que tomo mi bolso y me acompaña hasta la puerta de su casa.

Lo miro con una sonrisa, y entonces el deseo de querer salir de esta nada que siento me sobrepasa una vez más.

Él me ha ayudado, además, es atractivo.

Así que, sin saber muy bien lo que hago, me pongo de puntillas para unir nuestros labios.

Connor no me responde en un inicio, incluso se aparta.

—No, Isa. Está Billy...

—¿Y a quién le importa Billy?—interrumpo exasperada.

No le permito responderme, en su lugar vuelvo a besarlo y está vez me lo responde al cabo de unos segundos de duda.

Su mano se posa sobre mi cintura de manera agresiva y hasta posesiva. Yo me encargo de recorrer de manera lenta su abdomen con mis uñas hasta llegar al inicio de su pantalón antes de regreso a su cuello mientras mi lengua se une con la suya.

Connor me empuja contra una pared para besarme de una manera mucho más desesperada y deseosa, al cabo de más rato de toqueteo, se inclina para hacerme sentir su excitación en mi vientre bajo, lo que me saca un gemido que se pierde en su boca.

Una de sus manos abandona mi cintura para comenzar a apretar mi trasero.

Bueno, aún no siento emoción, pero al menos estoy excitada.

Comienzo a presionar su entrepierna con la palma de mi mano, hasta que se aparta de repente.

—No, espera —jadea con la voz enronquecida—. Es evidente que quiero, pero no puedo hacerle esto a Billy. Tú le gustas.

Nadie sabe que somos novios, fue la única condición que le puse a Billy.

—Lo que no puedes hacer es dejarme caliente solo porque ahora quieres ser un buen amigo.—reprocho.

Lo piensa, pero termina por soltarme y dar un paso atrás.

—Lo siento, Isabella. 

Niego frustrada pasando a su lado, es un imbécil.

------------------

Ya no puedo más, estoy en verdad despertada. Necesito algo.

Tragándome el miedo en mi interior, toco la puerta asquerosa de Preston, mi dealer.

Lo conocí a través de una nota bastante rara que me llegó hace un muy buen tiempo, decía que ahí tendría una buena recompensa si le era infiel a Holden.

En un inicio descarté la idea, pero tras investigar de que se trataba, me animé a hacerlo, sintiéndome segura de que él me perdonaría.

Solo que el muy idiota no lo hizo.

Suspiro sintiendo mi corazón demasiado acelerado y mi cuerpo no para de temblar ni de estremecerse.

—Mira nada más, es la porrista rica —se ríe—. Adelante, señorita.

Me adentro en su departamento, el olor a un montón de sustancias inunda mi nariz, haciendo que solo me sienta más desesperada.

Volteo para estar frente a Preston, dándome cuenta de que tenía su vista clavada en mi trasero.

Preston tiene como treinta años, es rubio y está delgado hasta los huesos, además de que tiene bastante barba y parece que no conoce lo que es una ducha.

—¿Me vienes a pagar?—inquiere en un bostezo.

Justo lo que me temía.

—Necesito que mes un poco más. Te lo voy a pagar después, lo prometo.

—¿Cuándo es ese después? Necesito mi dinero ya, estúpida.

Me enderezo para ser valiente antes de sacar el anillo de mi bolsa y dárselo.

Mi padre ha colocado todas las cosas de valor en una caja fuerte, junto con todas mis tarjetas.

Dice que no me va a dar el dinero con el que destruiría sus oportunidades políticas.

Así que ayer fui a casa de Liv, solo estaba la chica que se encarga de la limpieza, y me dejó pasar a su habitación. No tenía dinero en efectivo, pero le robé el anillo.

—No me queda.—señala cuando intenta ponérselo.

—Es para que lo vendas —ruedo los ojos—. Debe valer al menos lo que te debo, mi cuenta estaría en ceros... Ahora dame más.

Me mira de arriba a abajo con los ojos entrecerrados antes de encoger los hombros y dirigirse a una habitación.

Suelto un suspiro de alivio, me va a dar algo.

Regresa con una bolsa negra en la mano y una gran sonrisa. Me apresuro a agarrarla, pero sube su mano hasta que la bolsa está fuera de mi alcance.

—No tan rápido, muñeca. ¿Cómo sé que está vez sí me vas a pagar a tiempo?

—Te dejo mi celular si quieres.—digo desesperada.

Niega con una ronca risa.

—Nah, creo que puedes pagarme de otra manera.

No necesito ser una genia para saber a lo que se refiere.

—No voy a tener sexo contigo.—aclaro.

Encoge los hombros dejándose caer en el sofá.

Luego, saca lo que incluía la bolsa, es una cantidad considerable de marihuana junto a una jeringa nueva, un tubito y un frasco con heroína.

—¿Estás segura?

Siento asco en mi interior, pero mi necesidad en verdad es más grande.

Solo será una vez.

No es la gran cosa, me gusta el sexo y lo he tenido mil veces más.

Aunque que en verdad me da asco imaginármelo tocando mi cuerpo.

—Solo te daré una mamada.—digo intentando que mi voz no falle.

Lo piensa volviendo a verme de arriba a abajo, con una sonrisa formándose poco a poco en su rostro mientras abre más las piernas.

—Me conformo.

Mis ojos son agua cuando, tras guardar las cosas en mi bolsa, me pongo de rodillas ante él y le desabrocho el pantalón.

-----------------------

Necesito lavarme los dientes y darme una larga ducha.

Abrazo mi bolso como si la vida se fuera en ello mientras intento abrir la puerta de mi casa.

—Isabella, ¿por qué no me contestas las llamadas?—me sobresalta la voz de Billy a mis espaladas.

Volteo y, por alguna razón, me da mucho coraje verlo. Hasta siento el mismo asco y miedo que me produce recordar la cara de placer de Preston mientras me jalaba el cabello.

—Porque no quiero, vete de mi casa.

—Cariño, dime que sucede.—dice intentando tocar mi mano, pero me aparto con rapidez.

—Ya no quiero seguir con esto. Se terminó, dejame tranquila.—exijo dando un paso atrás.

Su cara me muestra dolor, y de alguna manera, eso me hace sentir un poco mejor.

—¿Por qué? ¿Qué hice mal? 

—No te amo, Billy —me río—. Ni siquiera me gustas. Cada vez que hablas me produces jaqueca, tus manos me dan asco...

—Cállate.

—Tu personalidad es nauseabunda, eres un inútil y un maldito enfermo que es incapaz de ver que no me gusta ni me va a gustar...

Me callo de golpe cuando levanta su mano como si quisiera darme una bofetada, pero se detiene para dar un paso atrás.

Solo le faltaría golpearme.

—Necesitas calmarte.—asegura limpiándose las lágrimas.

Aún tengo náuseas y, en estos momentos, no quiero que ningún hombre me vuelva a tocar.

—¿Sabes qué más, Billy? Connor besa y toca mil veces mejor que tú.

Se detiene en seco de sus intentos de dejar de llorar para verme con sorpresa.

—No te metiste con Connor, él es mi amigo y no me haría eso.

—¿No? —vuelvo a reír—. Sus manos estuvieron en mi trasero, las mías en su pene y creeme que él quería llegar mucho más allá.

Niega varias veces, pero sé que está consiente de que no estoy mintiendo.

—Eres una maldita puta barata —sisea con coraje—. Nunca has merecido que yo te quiera de esta manera. Ojalá que te pudras, Isabella... Ojalá que te mueras.

Se va de mi casa sin decir nada más y yo me trago el nudo en la garganta para subir al baño de mi habitación.

Me encierro y dejo caer en el piso para vaciar mi bolsa con desesperación.

Mis manos tiemblan mientras hago varias líneas en el piso que me inclino para poder aspirar bien.

Sin embargo, hoy mi vacío es mucho más grande y esto no parece ser suficiente para llenarlo, porque tras un rato sigo sin sentir nada.

Así que me apresuro a colocarme el tubo, haciendo que mi vena resalte, para llenar la jeringa.

No he consumido heroína muchas veces, cuando lo hago siempre es alguien más quien me prepara la jeringa.

Así que no sé cuál sea la cantidad adecuada, supongo que entre más mejor, por lo que casi vacío el frasco antes de inyectármelo en el brazo.

Mi respiración se agita en muy poco tiempo, pero esta vez de una manera mucho más descontrolada y rara.

Mi pecho se siente muy apretado y mi vista se está nublando. Ahora tengo mucho miedo.

Intento llamarle a Billy para que me ayude porque esto es demasiado fuerte, pero caigo rendida en el baño de mi habitación cuando él no me responde.

Entonces, creo que todo se terminó para mí.

----------------------

5 años después del final de la historia.

Billy.

—¿Lo encontraste?—pido con urgencia al detective que contraté.

Él asiente antes de sentarse en la silla frente a mí. 

Suelto un suspiro de alivio porque llevo meses queriendo hacer esto, aunque los recuerdos vienen a mí enseguida.

—¿Qué descubriste?

—Nadie le dice Holden, así que fue un poco difícil, aunque su vitiligo ayudó a diferenciarlo —inicia—. La gran mayoría de las personas que lo rodean le dicen William, sin abreviaciones ni nada. No obstante, hay una chica llamada Madison Wright junto a un grupo de otras ocho personas, de las que puedes encontrar el nombre en la carpeta, que le siguen diciendo Holden. No le falta mucho para recibirse en la carrera de producción musical en Florida.

—¿Vive en Florida?

—Así es, en un departamento muy pequeño, él solo con un perro y un gallo. Aunque viaja cada fin de semana a Kansas.

Asimilo la información, confieso que me da algo de gusto saber que su vida no es tan mala.

Suena como una buena vida.

—¿Luce... Feliz?

El detective hace una mueca de duda.

—Solo lo vigilé tres semanas para conseguir su rutina, pero en la mayoría de los días lucía bastante normal. Aunque había otros en los que parecía perdido y deprimido.

Me cuenta un poco más sobre Holden antes de finalmente irse y dejarme solo.

Lo pienso hasta sentirme seguro de abrir mi correo, ponerlo a él como destinatario, ya que su correo viene en la carpeta, y escribirle un mensaje.

Soy Bill Lewis, sé que debes acordarte de mí.

Antes de que me bloquees o borres el mensaje, te pido que lo leas.

Supongo que debes desearme lo peor en la vida y que me lo merezco, quizá te complazca saber que ha sido más o menos así. 

Tras terminar mi servicio comunitario, escape de casa. Conseguí trabajo en una gasolinería y empecé a salir con una chica bastante atractiva que también trabajaba ahí.

Me enamoré perdidamente de ella, pero cuando le dije lo que había hecho en mi pasado, todo lo que te hice, me llamó imbécil de mierda y terminó conmigo.

Eso me dolió casi tanto como la muerte de Isabella, por lo que tome la decisión de tomar las riendas de mi vida y pagar por lo que hice.

Mi papá me salvó de cumplir por la herida que te hice en ese entrenamiento, sin embargo, yo sabía que no era justo. Así que cometí un robo menor en la gasolinería y fui preso por un año.

Estar en la cárcel fue sin duda lo peor que me ha pasado en la vida, pero me ayudó a sentirme un poco menos culpable, además de que me obligaban a recibir ayuda psicológica de un practicante que iba a hablar con nosotros.

No obstante, me golpearon muchas veces ahí dentro, me intimidaban y se burlaban de mí.

Supongo que en esos momentos me arrepentí aún más de haber sido un cabrón contigo.

Me encontré con el asesino de Phoebe, y él sin duda alguna lo estaba pasando peor que yo. Sé que lo violaron muchas veces, su rostro era un desastre con un montón de cortadas e incluso yo también era del grupo que al pasar a su lado le escupía en la cara.

Es raro porque todos los que estábamos adentro éramos delincuentes, aunque a los sujetos como él se les tiene un odio general.

Al salir, me uní al ejército. No fue fácil debido a que soy un exconvito, pero tras analizar mi caso y sé que también con algo de ayuda de mi papá, me aceptaron.

Pero sigo sintiendo una gran culpa en mi interior por ese entrenamiento.

De no haberte hecho eso, es posible que ese día Phoebe no hubiera ido a correr al bosque. Aunque el terapeuta dice que de todos modos, Tayler ya era un asesino.

Lo siento, Holden. Mucho.

Desde todo el acoso escolar, hasta el intento de asesinato en tu contra.

He madurado, y yo más que nadie desearía poder volver al pasado para darme una golpiza.

Sé que mis palabras no calman ni arreglan nada, pero necesitaba decírtelas. No espero que ahora seamos amigos ni nada por el estilo... En realidad ni siquiera sé que busco.

Solo espero que puedas estar mejor ahora.

Tras terminar de escribirlo, se lo envío sin permitirme pensarlo más.

-------------------

El sudor me cubre todo el rostro tras el entrenamiento, en un momento me iré a bañar, pero antes voy a la habitación en que algunos otros soldados hablan con sus familiares y me apresuro a abrir mi correo.

Tengo uno de Holden y me tenso por completo en cuanto empiezo a leerlo.

Bill: 

No necesitaba tus disculpas. Tampoco te deseo lo peor en la vida como crees que lo hago.

Sé lo que es sentirse miserable, y soy lo suficientemente maduro para no deseartelo a ti.

No estoy interesado en ser tu amigo ni en que comencemos a intercambiarnos correos, así que no lo vuelvas a hacer.

Sin embargo, cuando yo perdí a Phoebe, también sentí ganas de hacerle daño a quien la asesinó.

Yo no asesiné a Isabella, pero sé lo que es el querer encontrar un culpable para sentir que al menos se hizo algo.

Eso no te justifica por haberme herido, sigo considerándote un imbécil y toda la vida desearé que jamás te hubieras aparecido en ese entrenamiento, porque incluso si él ya era una asesino, creo que al menos hubiera tenido más tiempo con el amor de mi vida si tú no me hubieras herido.

O tal vez hubiéramos descubierto lo que era Tayler antes de que hiriera a alguien más.

O quizá ella se hubiera podido ir a la universidad, lejos de él y toda esta mierda.

Créeme, puedo seguir con una larga lista de lo que cambiaría si tan solo hubiera hecho una cosa diferente.

Pero ninguna de ellas pasaron. Nuestras decisiones nos llevaron a esto.

No te odio. Mi odio total solo lo tiene una persona y debes saber a quién me refiero. 

No te deseo el mal, Bill.

-William Gates.

Apago la computadora y salgo al exterior, alejándome un poco de todos para poder llorar.

Yo no me he perdonado ni me siento mejor.

---------------

NOTA DE QUIEN ESCRIBIÓ LA HISTORIA:

Bueno... Un capítulo algo triste.

Tengo una idea en mente para los extras y es que siento que la historia de varios personajes quedó más o menos inconclusa.

Así que me gustaría hacer capítulos adicionales en los que se explique qué fue lo que pasó en la vida de Justin, Anne, Maddie, Sophie, Malcom, Tayler y, obviamente, Holden.

Aunque aún no es un hecho. No sería un extra de cada uno, sino más bien como en este que fue lo que sucedió y sucedía realmente con Isabella y Bill.

También, creo que nunca he dejado una pregunta en mis notas, pero en caso de que alguno de los que estén leyendo está historia no le moleste contestarme, me gustaría saber si se imaginan a los protagonistas como alguna persona real.

Obviamente yo tengo mis propios modelos para mis personajes, pero siento algo de curiosidad de saber si alguien se los imagina de otra manera.

En fin, espero que hayas disfrutado el extra ♥.

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