Ese sábado fuimos a una fiesta en la casa de unos niños ricos de la universidad, que gracias a Taehyung podíamos ir.
Yo no tenía muchas ganas de asistir, pero Hana y su novio casi me obligaron.
No quería cruzarme con Seokjin, pero también era cierto que si no empezaba a divertirme y conocer gente nueva nunca lo superaría.
Hana insistía con lo de "un clavo quita otro clavo" y ese había sido el caso cuando me separé de Hobi, Jin había quitado ese dolor de mi corazón, así que ahora debía buscar alguien que lo quite a él.
Me puse unos leggins negros, unas sandalias negras con taco y una blusa rosa de tirante que llegaba a la cintura, para mostrar un poco de piel, pero no demasiado, porque tampoco es que estaba tan desesperada.
Cuando llegamos vimos que estaba casi lleno el lugar y ya había gente alcoholizada a pesar de que apenas había empezado todo.
Comenzamos a deambular por el lugar y en una esquina estaba Seokjin con Jisoo en medio de un pequeño grupo.
—¡Carajo! —En ese momento me arrepentí de haber asistido.
—Vamos a buscar algo para beber —me dijo Hana tomándome de la mano para alejarme de allí.
Tae nos dijo que iría a saludar a su primo y al grupo y luego nos alcanzaría en donde estaba instalada la barra.
Pedimos una botella de soju, y al terminarla nos mezclamos en la improvisada pista de baile. Tae se nos acercó con una botella de soju en la mano, mi amiga se la robó, y le pidió que busque otra más.
Tras mucho baile y tres botellas de soju, me alejé de la feliz pareja para ir al baño, cuando me choqué con Hoseok que venía de la mano con su novia, evidentemente habían solucionado sus desentendidos.
Ambos me saludaron, y él me preguntó por Seokjin. Tuve que contarle que nos habíamos separado hacía unos tres meses.
No pude interpretar bien las expresiones de su rostro, me pareció entre sorprendido, decepcionado o como si sintiera pena por mí.
—¿Viniste sola?
—No, con amigos —dije como toda información, no quería que nadie me tuviera lástima.
Me despedí de la pareja amablemente y me dirigí al baño.
Me sentía frustrada, estaba un poco mareada y lo único que me faltaba para que esa noche sea horrible era encontrar a Hobi también acompañado, lo mejor sería irme a mi departamento. Odiaba el hecho de que yo estaba sola, todavía triste, y ellos seguían adelante con sus vidas como si nada.
Salí del baño a prisa para irme de esa odiosa fiesta lo antes posible, pero me choqué con alguien en el pasillo y caí sentada en el piso.
—Perdón, perdón, no fue mi intención —dijo mientras me tendía la mano para ayudarme a parar.
—¿Jungkook? —pregunté a la vez que aceptaba su mano, él me levantó con mucha facilidad.
—Sí. ¿Tú eras...? —dijo tratando de recordar si nos habíamos conocido.
No nos conocíamos, nunca nos habían presentado, no estudiábamos la misma carrera, no coincidíamos en ninguna materia, hasta era más chico, creo que estaba en tercer año recién.
Todo el mundo en la universidad sabía quién era ese hermoso espécimen masculino lleno de músculos, tatuajes y piercings, puesto que era el capitán del equipo de taekwondo.
—¿Estás con pareja? —dije por toda respuesta.
—No, por q...
No dejé que termine la frase, tome su rostro con mis manos y lo besé. Al principio se sorprendió, pero luego se dejó besar y me besó él también, en menos de dos segundos tenía su lengua metida en mi boca.
Sabía a bebida de fresa.
Cuando nos alejamos un poco para recuperar el aire, no supo qué decir, sonrió mostrando todos sus dientes y agachó un poco la cabeza con timidez.
Tenía un lunar debajo del labio, un piercing cerca de la comisura en el labio inferior, y su sonrisa era infantil; lo que no coincidía con su gran altura y su cuerpo fuerte y bien marcado.
—¿Me acompañas a buscar una bebida? —él asintió.
Pasearía y exhibiría al confundido muchacho como si fuera mi pareja de esa noche, para que vean que yo también había superado a mi ex, o a mis ex para ser más precisa.
Con una nueva botella de soju en mi poder, arrastré a Jungkook, llevándolo de la mano escaleras arriba, donde supuse habría algunas habitaciones.
La escalera se veía desde casi todos los rincones y desde la pista.
Alcancé a ver a Hana que me miraba incrédula y Tae se giraba a hacer lo mismo. Dejé de mirar alrededor y solo miraba los escalones para no caer, ni por mis tacos ni por el alcohol que tenía encima.
Encontramos una habitación vacía y entramos, no trabé la puerta, no pensaba tener sexo con un chico que acababa de conocer, aunque quería que el resto crea que sí.
Apenas estuvimos dentro, él tiró de mi mano atrayéndome hacia él para volver a besarme. Me dejé besar, pero cuando los besos empezaban a ponerse más intensos me separé de él y me senté en el borde de la cama, Jungkook pareció dudarlo un momento, pero luego se sentó a mi lado.
—¿Quieres? —le dije ofreciéndole la botella para que beba.
—Aish, no puedo beber alcohol, soy conductor designado hoy —dijo lamentándose.
El chico era una ternura, sus ojos grandes e inocentes seguían mirándome con incredulidad, podía darme cuenta de que no era muy experto en mujeres.
Me sentí mal por estar utilizándolo.
Era muy bien parecido y cualquiera en esa fiesta quería tener la atención de ese chico, ¿por qué se había dejado besar por mí?
Si bien era cierto que desde que había empezado a salir con Jin me había vuelto un poco más popular en la universidad, o sea, yo sabía que llamaba la atención, más por mis ojos claros y mis rasgos extranjeros, pero yo no era ninguna beldad, y este chico era diez veces más popular que Jin.
—Creo que tomé más de lo que debía, así que quiero que sepas que no tendremos sexo —le advertí.
—Ok —dijo confundido y con una sonrisa pícara—, ¿y para qué vinimos aquí?
—Necesitaba estar un poco tranquila, lejos del ruido —mentía, pero tampoco podía confesarle la verdad—¿Te molesta?
—No... por supuesto que no —se veía confundido, pero quizás él no perdía las esperanzas de tener sexo fácil esa noche.
Nos pusimos a hablar, en el rato que estuvimos fue muy ameno y prácticamente me contó su vida. Jungkook estaba en tercer año de diseño, amaba dibujar, pero también le gustaba mucho bailar, cantar y hasta sabía tocar la batería, me contó que se había presentado a sus quince años en un concurso de talentos pero no ganó.
Entrenaba en taekwondo desde pequeño y se sentía muy honrado de ser el capitán del equipo universitario a pesar de su juventud.
Entramos en confianza rápidamente, hablamos de todo un poco.
Como supuse, tenía poca experiencia con mujeres, ya que tanto entrenar no había tenido demasiado tiempo para tener novias, había tenido dos y solo con la segunda había llegado al sexo.
También hablamos de mí, de mi carrera, de la música que me gustaba, le conté que yo también solo había tenido dos novios, pero a diferencia suya yo había tenido sexo con ambos. Él me había visto con Jin en alguna ocasión.
No sé cuánto tiempo pasamos hablando, la verdad que era muy divertido y a pesar de que era un par de años menor, era más maduro que muchos de los chicos de mi edad que yo conocía.
En un momento la puerta se abrió de manera brusca, y una pareja encendida entró para pedirnos que les dejemos la habitación.
Salimos riendo.
Cuando estábamos por bajar, me tomó de la mano y me preguntó si podía besarme otra vez.
Por toda respuesta le di un beso suave, pero él empezó a intensificarlo llevando su mano a mi nuca para acomodar mejor su boca en la mía y se animó a abrazarme por primera vez. Sentí que mi cuerpo se encendía ante aquel beso, quizás por el alcohol que tenía encima, por lo que le puse fin rápidamente.
Bajamos, pero esta vez él iba adelante y me llevaba de la mano.
Mientras bajábamos mi mirada se encontró con la de Jin, parecía muy molesto, y no dejaba de mirarme mientras daba un gran trago a su bebida. Objetivo logrado pensé, y no pude evitar sonreír de satisfacción.
Jungkook me llevó a la zona de baile y pude ver sus habilidades de bailarín de las que me había hablado antes, la verdad la estaba pasando muy bien con él.
Hana se acercó para decirme que ella y Tae se marchaban, si me iría con ellos o prefería quedarme.
Decidí irme con ellos, aunque tenía ganas de estar más tiempo con Jungkook.
—Mañana podríamos vernos si quieres, los domingos no entreno.
Le entregué mi celular para que me anote su número e inmediatamente se envió un mensaje para tener mi número. Me dio un beso corto en los labios y quedó que al otro día me escribiría.
Sonreía como una tonta, porque la verdad que el chico era hermoso y además era una ternura.
Cuando ya estábamos en el auto miré mi celular para ver qué mensaje había escrito y vi que se había autoagendado, por lo que deduje sería su apodo "Kooki", le agregué un conejito al lado, que era lo que él me recordaba con sus dos dientes delanteros sobresaliendo apenas y sus ojos tan abiertos.
El mensaje que se envió decía: "la chica más linda de la fiesta".
No pude evitar sonreír al leerlo, y vi que Tae me observaba atento por el espejo retrovisor, parecía estar un poco molesto conmigo. Hana, en cambio, se veía ansiosa por saber detalles, pero sabía que no me podía preguntar delante de su novio, lo único que le conté es que saldríamos el domingo.