ACLARACIÓN: por obvias razones, este capítulo es narrado el día que Phoebe desapareció.
La advertencia de contenido se encuentra desde el inicio de la historia, pero considero importante avisar que este capítulo habla sobre violación, feminicidio, acoso y asesinato de una manera explicita. Son temas sumamente delicados que, si no te sientes liste para leer, te recomiendo que pases al siguiente capítulo.
Phoebe.
No puedo dormirme.
Le he dado mil vueltas a la cama, incluso Pollito y Gus Gus se bajaron porque los desespere.
Creo que a lo mucho he dormido una hora.
No puedo dejar de pensar en Holden, necesito verlo y saber que está bien.
Reviso la hora en mi celular, son las cuatro treinta de la mañana.
Si me levanto justo ahora, puedo ir a correr para pensar con claridad, regresar y bañarme a tiempo para poder llegar con más de una hora de anticipación.
Me pongo de pie haciendo el menor ruido posible porque April me regañará si se entera de que estoy a estas horas corriendo. Solo me pongo ropa deportiva y amarro mi cabello en una coleta.
Tomo la correa de Gus Gus dispuesta a llevarlo conmigo, pero al verlo dormir tan placidamente no puedo hacerlo.
—No tienes la culpa de que tu dueña sea una loca madrugadora con ansiedad, ¿verdad?—digo dejando un beso en su cabeza.
En la cocina decido escribirle una nota a April para disculparme porque creo que se me paso un poco la mano en la noche. Sí, desearía que hubiera estado ahí para mí, pero tampoco es como que algo hubiera cambiado.
Como no sé si llegare a tiempo para evitar que Gus Gus orine toda la casa, decido también pedírselo.
Suspiro y con solo mi celular en la mano, me adentro al bosque.
Estiro un poco en cierto lugar, de nuevo la sensación de que alguien me observa que ha estado presente cuando me siento abrumada me inquieta, pero decido solo ignorarla.
Correr en verdad me ayuda para pensar con claridad. Holden va a estar bien, iremos al baile juntos, ambos seremos aceptados en la universidad que elegimos, tendremos una relación a distancia por unos años, visitándonos de vez en cuando porque tampoco estaremos muy lejos. Y, después, dejaremos a la suerte el sitio en el que viviremos, trabajaremos y tendremos a nuestros hijos para luego ignorarlos al irnos de caravana por el país.
Debo aferrarme esa idea, porque la otra alternativa es que él se muera y yo... Yo no sabría como levantarme de de un golpe así. No creo poder hacerlo.
Voy tan perdida en mis pensamientos que me doy cuenta de que no le sonreí al vagabundo hasta que ya lo he pasado. Me planteo regresarme, pero no tiene caso. Quizá ni siquiera está despierto por lo temprano que es.
Decido tomar la ruta fácil para tampoco entretenerme tanto en esto. Quiero tomar el primer autobús para estar en la sala de espera en caso de que un doctor sea amable y nos deje pasar antes.
De repente, escucho pisadas atrás de mí, no sería la primera vez que me topo con un conejo o una ardilla, pero esto suena mucho más pesado.
Volteo sin detener mi marcha y me sorprendo enormemente al ver a Tayler con el terror plasmado en su rostro.
—¡Siga corriendo, vamos!—ordena lanzando miradas ocasionales hacia atrás.
No sé qué carajos está pasando. Sin embargo, lo obedezco acelerando mi ritmo lo más que puedo hasta una zona del bosque que es sumamente difícil de encontrar, pues casi parece oculta tras muchos árboles.
Si hay alguien siguiéndonos, difícilmente nos encontrará aquí.
Al llegar a ese punto, me detengo con la respiración agitada para apoyarme en mis rodillas.
Tayler tarda un poco, pero aparece detrás de mí, aún más cansado que yo.
—¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué corremos? ¿Le sucedió algo a Holden?
Hasta entonces me pregunto que hace él en el bosque, teniendo a sus dos hijos internados en un hospital. Una por la quimioterapia y otro recuperándose de una cirugía.
—Holden se empeoró... Entró en paro por la madrugada —explica entre respiraciones, mis ojos no tardan en cristalizarse—. Está en coma por una infección poco común... Le estuvimos llamando a usted para que fuera a verlo, pero no contestó. Mi esposa e hija estaban desesperadas por eso, así que vine a buscarla tras pedirle la dirección a su amiga Maddie.
Mi vista está empañada, una mano cubre mi boca para no gritar mientras la otra se aferra a mi pecho como si de alguna manera eso fuera a evitar que mi corazón se rompiera. Niego dando pasos hacia atrás.
—No... No... Por favor, dígame que es mentira —un sollozo se me escapa—. Holden no puede morir.
—Lo lamento.—dice con tristeza.
Dice que intentaron llamarme, busco mi celular en el bolsillo de la sudadera para ver que más dicen, para tener una esperanza de que Tayler se equivocó o que en realidad ya está mejor, pero debió caerse en algún momento porque no lo traigo.
—¡NO! —grito desesperada—, ¡ÉL NO PUEDE DEJARME, NO!
Tayler se apresura a poner una mano sobre mi boca para que deje de gritar. Me siento sumamente débil y rendida.
No debí irme de ese hospital.
—Guarde silencio —sisea dando un vistazo hacia atrás—. Vine a buscarla para llevarla con él, pero alguien se adentró al bosque detrás de usted... Es el chico que hirió a mi hijo y trae un arma. Nos estaba siguiendo.
Mis ojos se abren con asombro.
Carajo, ¿Es que todo esto nunca va a parar?
¿Es que la felicidad no puede durar en mi vida más que unos meses?
Se aparta con cautela, como temiendo que vuelva a gritar. Con sinceridad, no me importaría que me mate a mí, sin embargo, Tayler todavía es necesitado por su familia.
Le doy la espalda en un intento de pensar con claridad.
Holden no ha muerto, debo ir a verlo.
De repente, siento un golpe desgarrador en mi cabeza, incluso escucho el sonido de mi cráneo, llevo las manos temblorosas a la zona para luego notarlas cubiertas de sangre.
Lo último que pienso antes de perder el conocimiento, es que Holden nunca escuchó que yo lo amo.
-------------
Abro los ojos al sentir un dolor enorme en mi entrepierna, mucho más grave que el de la cabeza.
Me siento totalmente perdida cuando veo a Tayler desnudo, meciéndose encima de mí, sosteniendo mis manos en lo alto.
Bajo la vista y no tardo en entender lo que sucede, aunque no entiendo el por qué.
Estoy teniendo sexo con el padrastro de mi novio.
No... Eso no es así.
Me está violando...
—¡NO, SUÉLTAME, DÉJAME!—imploro desperada al darme cuenta de lo que pasa.
Siento como si me rompiera por dentro, deja de besar mi cuello un segundo para darme una fuerte bofetada.
—Cállate, perra.—gime sin dejar de moverse.
—¡NO, DEJAME, DETENTE!... ¡YO NO QUIERO, POR FAVOR!
Intento patalear y removerme para que ya no me toque los pechos, pero es muy pesado y no me deja.
Mis súplicas no le importan porque no se detiene, no le interesa que yo esté llorando aterrada abajo de él. No para de violarme.
—¡POR FAVOR, TAYLER, PARA, ME DUELE! —sollozo y una idea viene a mi cabeza— ¡TENGO VIH, TENGO VIH!
Se detiene en seco, para verme con sorpresa.
—No mientas, puta, no me mientas.
—¡Es verdad, lo prometo!
Se queda en silencio un momento. No me toca, pero tampoco se aparta de mí.
—No te creo.
Retoma el movimiento aun más fuerte y de nuevo siento como si me estuviera asesinando.
—¡AYUDA, BILLY AYUDAME!
Sé que él no es una buena persona, pero es mi única esperanza y prefiero que me dé un tiro en la cabeza a seguir viviendo esto.
No se detiene y yo tampoco paro de gritar, patalear, y llorar hasta que lo desespero y termina golpeandome la cabeza con una roca provocando que yo vuelva a perder el conocimiento con él todavía abusando de mí.
-----------
Me despierto sintiéndome totalmente sucia. Mi cabeza y entrepierna arden demasiado.
Intento sentir algo, pero solo encuentro vacío en mi interior.
Estoy rota.
Una lágrima silenciosa escurre mi mejilla al tiempo que volteo la cabeza hacia un lado porque el sol no me dejaba ver.
Siento asco y miedo al tener frente a mí a Tayler con una gran sonrisa mientras se sube el cierre del pantalón.
Hago un esfuerzo por sentarme, sintiendo como si eso me desgarrara la entrepierna, de donde escurre sangre. Al ver mi cuerpo, está lleno de golpes y chupetones, mi ropa está tan rota como yo.
Abrazo mis piernas empezando con los sollozos que estremecen mi cuerpo.
Me violó.
Me hizo daño.
Siento que debería pararme y correr, pero es como si me hubiera quedado paralizada sin poder hacer nada más que llorar.
—¿Por qué me hiciste eso?—pregunto sollozando.
—La respuesta se la daré a tu novio cuando, tras dieciséis días, encuentren tu cuerpo putrefacto y ojalá tarden el mismo tiempo en descubrirme porque odio los números impares, ¿tú no?
Encuentren mi cuerpo...
—Por favor no me mates —lloriqueo—. No le diré a nadie, lo juro... Solo no me hagas más daño.
Pone su labio en un asqueroso puchero mientras jala mi cabello, sacándome un siseo.
—¿Sabes? No todo es personal. Ya llevaba una castaña, una pelinegra, una rubia y me faltaba la pelirroja —encoge los hombros—. No todo está tan mal. Por Holden no te preocupes, todo lo que te dije era mentira. Él vivirá, aunque deseará no hacerlo
Su mano pasa a mi cuello donde comienza a apretar con ganas.
Estiro mi brazo, buscando una piedra o cualquier cosa para intentar defenderme, pero pone su pie, rompiendome la muñeca e impidiéndome moverme.
Va a matarme.
Lleva sus dos manos a mi cuello, parece que mis ojos se me saldrán del rostro mientras él sonríe.
Mi cabeza duele aún más y siento como la vida se me va de las manos.
Pataleo en un intento desesperado por detenerlo, pero luego mis brazos y piernas pierden fuerza. Ya no me obedecen.
Llevo la vista a las nubes del cielo porque, si este es mi fin, no quiero que él sea lo último que vi.
Los amo mamá y papá. Maddie, eres la mejor amiga que pude tener, no dejes solo a Holden...
Mi granjerito, perdón cariño, perdóname... Vive sin mí, gracias por enseñarme lo que es el amor y la felicidad. Recuerda que te amo.—pienso en mis adentros como si eso de alguna manera les fuera a llegar a ellos.
Y entonces... Todo mi cuerpo deja de doler.
Todo se queda en blanco.
Dejo de existir.
------------
Instagram: diana.lara.v
Tik tok: DianaL18V