El chico de los ojos tristes...

By Belen_sosa

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Aidan Gallagher el chico al que todos juzgan y molestan por tener el muy conocido virus llamado VIH si ese vi... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Aclaración
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36

Capítulo 29

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By Belen_sosa

𑁍___(apellido)𑁍

Y el día que menos quería que llegue, había llegado.

Mi madre me dijo que no podía hacerse el trabajo en mi casa ya que tendría una reunión del trabajo con sus amigas. Así que quedaba la casa de Aidan.

Hoy nos reuniremos y haremos la exposición.

Solo quiero que ya acabe. Estoy emocionada por el campamento de la otra semana, sin embargo, debemos acabar todos los trabajos antes de ello.

Eran las cuatro de la tarde. En este momento estoy atando mis zapatillas, agarro el papelografo que yo me había ofrecido a llevar y bajo las escaleras.

Veo a los invitados de mi madre en la sala y la diviso entre las personas.

Me acerco a ella saludando a los demás y ella me sonríe.

—Mamá ya me voy —le susurró.

—Ah sí hija. No llegues después de las ocho.

—Sí, mamá. Hasta luego —me despido y salgo de la casa.

Le envió un mensaje a Aidan y le digo que ya estoy en camino.

Camino tranquilamente por las calles solitarias pensando en las muchas cosas que podrían pasar esa tarde.

Al pasar los minutos llegó a la casa del chico y doy leves toquecitos a la puerta.

—¡___! Pasa —me invito y yo pasé a la casa.

—Hola, Aidan. ¿Aún no llega Jason? —pregunto —. Ya debería haber llegado.

—No, aún no, si no llega le diremos al maestro que no trabajo con nosotros.

—Bien, entonces esperemos unos diez minutos, si no llega, empezamos —. Es más, él debía empezar con la teoría principal. No debimos darle esa parte.

—Hey, tranquila. Todo irá bien.

—Por cierto, traigo el papelografo

—Gracias.

Nos quedamos un momento en silencio sin saber que más decir.

—Ah, sí, siéntate mientras esperamos.

Asentí y me senté en el sofá. Aidan se sentó a mi lado.

—¿Emocionada por el campamento? —soltó el tema.

—Cierto, el campamento. Es este lunes y yo no he empacado nada. Es una semana, ¿verdad?

—Sí, siendo sincero es la primera vez que iré con alguien.

—Dimelo a mí, estamos igual.

—Oye, ___ —llamo Aidan.

—Dime —volteé a mirarlo.

—Una pregunta.

—Habla, Gallagher —arqueo una ceja.

—¿Qué soy para ti?

Me quedé pensando en su inusual pregunta. ¿Por qué me preguntaría aquello?

—¿Por qué la pregunta?

—Amm, ¿simple curiosidad?

—Mmmm, pues, eres mi mejor amigo, una persona en la que puedo confiar y siempre contar contigo —sonreí —. He encontrado en ti un alma pura y muy hermosa, Aidan desde que te conocí, siempre me inspírate a tenerte confianza y te he agarrado un gran cariño.

—¿En serio soy eso para ti? Y pensar que al inicio pensé que saldrías corriendo al enterarte de mi enfermedad.

—Oh, vamos, no seas tonto, Gallagher. Nunca haría eso, además tú no tienes la culpa de haber nacido con esa enfermedad, no tienes porqué sentirte culpable ni mucho menos tener miedo-lo mire a los ojos—. ¿Y tú? ¿Qué soy yo para ti?

En ese momento la puerta sonó con fuertes golpes e hizo que saltaramos del sobresalto.

Aidan se levantó y vi a Jason en la puerta.

Bueno, el idiota de Jason había llegado, ahora a hacer el trabajo.

Él chico entro y yo lo mire con mala cara.

Sentí la mirada de Aidan y sonreí de forma burlesca.

—Bien, ahora que has llegado. La parte que debiste investigar —pedí y este saco de su bolsillo un papel y me lo dio.

Leí la información y me sorprendí al ver que había investigado ¿bien?

De seguro la sacó de una página no confiable.

No se sorprendan pero en serio este chico me daba muy mala espina.

—Bien, planteemos primero el título.

—Tú escríbelo ___, tu letra es bonita —dijo Aidan.

—Oh, no mientas, mi letra es muy desordenada.

—Claro que no, es muy linda y se verá bien en el papelografo.

—Mire no tengo tiempo para sus cosas y empecemos de una vez —interrumpió Jason y lo mire mal.

Al final termine por aceptar y empecé a escribir el título con los plumones que yo le había pedido a Jason.

Al escribir, me di cuenta que no pintaba.

¡Genial! Me trajo un plumón que no pinta.

Lo miré y vi que se quería reír lo cual me causó mucho enojo que ya me estaba levantando del asiento para decirle sus cosas pero Aidan me detuvo.

—¡Hey! No hace falta esto, iré a comprar rotuladores.

—Sí, Aidan, gracias —respondí con cierta molestia en mi voz por lo que había pasado.

—¿___, puedo hablar un momento contigo? —llamo Aidan y yo asentí, dirigiendonos a una esquina de la casa.

—Dime.

—¿Estas segura que te quedarás aquí con Jason? No sé, pero tú y yo sabemos como es él y todo lo que se dice.

—No te preocupes, estaré bien —le sonreí entendiendo su preocupación ya que quedarse con él era un verdadero peligro, pero la verdad no creo que pase algo.

Aidan asintio y salio para la librería.

Ahora sí, estaba sola con el idiota.

Me senté en mi lugar y empecé a escribir con el lápiz la información para luego repasarlo con el rotulador.

Nadie decía nada y por una parte me tranquilizaba.

Dibujaba la letra y grandiosamente me estaba saliendo de maravilla.

Estaba tranquila y Jason estaba en su teléfono.

Así, sí se trabaja mejor.

Él estaba sentado a mi lado y quería ver su teléfono de curiososa, pero no lo lograba.

Dejo su celular y se dedicó a mirarme.

—¿Entonces ahora eres novia de Gallagher? —hablo.

No quería responderle ya que sabía que lo hacía en mala intención y no quería confundirme escribiendo.

Permanecí en silencio y el lo notó.

—Si que estas callada —. ¿Sabes? Me sorprende mucho que estés siendo amiga de Aidan, el pobre parece que al fin encontró a alguien que lo quiera con su asquerosa enfermedad. ¿Quién pudiera estar con una persona así? ¿Acaso no te da asco estar con él? Quien sabe y cualquier momento acabas con la enferme —hablo hasta que no pude más con sus palabras y lo voltee a mirar.

—No te permito que hables así de Aidan, ignorante.

Me sonrió y miraba de forma morbosa.

—Si tan solo te informaras mejor y supieras más de la enfermedad, no generalices al VIH, no todos los pacientes tiene la culpa de contraerla ni tampoco todos tienen aquella vida en la que son muy propensas a las enfermedades de transmisión sexual. Por personas como tú es como hay todo este acoso y discriminación hacia las personas con VIH. A ver si buscas información y hablas con fundamentos lógicos y de acuerdo a los estudios médicos.

—Que bonito discurso, muy conmovedor —se rió de forma muy fingida.

No le hice más caso y seguí escribiendo.

—Oye, no te enojes, aunque te ves muy bonita así —me dijo y cuando menos me lo esperaba y mucho menos pensé que pasaría algo así, paso.

Jason me tocó la pierna, para ser específicos, el muslo, con mucha fuerza.

Me congele.

Se acercó e intentó besarme, sin embargo, reaccioné y me levante lo más rápido de allí.

—¡¡¡Qué es lo que te pasa!!! —grite lo más fuerte muy asustada y con la voz rota.

—Vamos, no te hagas de rogar. ¿Qué tal si mientras esperamos a tu amiguito nos divertimos un poco? —se levantó y se estaba acercando a mí.

—¡No te acerques! ¡Vete, Jason! —conteste mirando a mi alrededor viendo una forma de escapar, pero la puerta quedaba lejos.

—¿En serio no quieres?

—¡¡Que te largues!! —grite sin saber que hacer.

Debía pensar con la cabeza fría, pero yo siempre cuando me ponía así, no podía tomar buenas decisiones.

Se acercaba más a mí, acorralandome a la pared.

—Vete, por favor —suplique dejando salir la primera lágrima.

Entonces corrí como pude hacia la puerta.

Mis manos temblaban y trataba de abrir la puerta.

Pero no pude y Jason me atrapó en sus brazos.

Trate de soltarme, pero no pude. Lo empujaba y hacia de todo para liberarme.

La desesperación me consumía y pensar el peligro que corría me aterraba demasiado.

Lloraba con gran dolor mientras pataleaba con mis pies con un intento inútil de soltarme.

No, no, no. Esto no puede estar pasandome...

Vi como iba hacia el sofá y mi miedo aumentó.

—¡¡Aidan!! -gritaba con esperanza que el chico de ojos verdes entrara.

No podía hacer nada, me sujetaba con mucha fuerza.

Me tumbo al sofá y me quitó la chaqueta que traía; en ese momento mi mente se bloqueó.

Con lo poco de consciente que quedaba en mí, divise de forma borrosa un jarrón y como sea extendí mi mano para tomarlo.

Mierda.

—Oh, no, Bonita —hablo retirando el jarrón lejos de mí.

—No, por favor...

—Aidan se llevará una gran sorpresa.

Agarre valor de donde sea y me levante tomando de los cabellos a Jason y patearlo en los genitales.

Ahora él se hecho en el mueble revolcándose de dolor y yo quedé en el suelo.

—Maldita —pronunció con dolor.

Se levantó con mucha dificultad y yo aproveche en agarrar el jarrón y reventarselo en la cabeza.

Vi que quedó inconsciente y salí lo más rápido posible de la casa.

Corrí y corrí con muchas lagrimas que me bloqueaban la visión.

No podía creer por lo que había pasado y lo que podría llegar a hacer el maldito.

Siempre había visto en las noticias casos así, pero nunca había ni siquiera imaginado que me sucediera a mí.

(...)

||Aidan Gallagher||

Volvía de comprar los plumones, había sido un poco difícil encontrar una tienda cerca, pero al final lo conseguí.

Mientras iba divisando mi casa, a lo lejos, vi que la puerta estaba abierta.

Corrí lo más rápido posible para ver que pasaba y entonces lo vi.

Sangre en el suelo y un jarrón quebrado.

Ni Jason ni ___ estaban en el lugar.

Imagine todas las escenas que podrían haber pasado y la causa del jarrón.

Me preocupé demasiado y no, no llamé a ___. Salí casi corriendo de mi casa hacia la de ella.

Corri y corrí aún sin poder imaginar lo que pudo haber pasado.

Llegue y toque la puerta con desesperación.

La madre de ___ abrió y vi que tenía invitados.

—Señora, disculpe la molestia. ¿Pero ___ esta?

Ella me miró mal, aún no le terminaba por caer bien y parece que había llamado la atención de las personas en la casa.

—Sí, esta en su habitación. ¿Algo más?

—Puedo verla, ¿llego bien?

—Ella esta muy bien. Adiós, jovencito —culmino y me cerró la puerta.

Algo no iba bien. Definitivamente pasó algo mientras no estaba.

Le envié un mensaje, seguido de una llamada y no contestó.

Su habitación tenía ventana, pero en dirección hacía el patio de su casa, donde estaban todos los invitados de la madre de ___.

Cómo me puedo comunicar ahora con ella.

No tenía ni el número de Jason ni sabía dónde vivía para sacarme de esta preocupación.

No me quedaba nada y la culpa e incertidumbre me carcomida por dentro.

Jason que has hecho.

Al día siguiente

Ayer no pude ni siquiera dormir. Necesitaba hablar con ___. Tenía mucha culpa, si no los hubiera dejado a Jason con ___ esto no habría pasado.

Ayer terminé de limpiar todo y en la noche, me percaté de algo extraño.

Cuando me tocaban mis pastillas, antirretrovirales, que estaban en el baño. Me di cuenta que no estaban. Yo los dejé allí, pero no estaban. Busque por toda la casa y nada lo cual termine por atar cabos a lo que pasó ayer.

No podía dejar de tomar las pastillas, sino recaería, pero es no me importaba ahora.

Ayer en todos mis pensamientos se me ocurrió infiltrarme en casa de ___, no me culpen, en serio estaba desesperado por saber que pudo haber hecho Jason.

No tenía pruebas, pero tampoco dudas de que él hizo algo, era bastante obvio.

Me termino de cambiar lo más rápido posible para la escuela y salgo de mi casa con la esperanza que ___ hoy asista a clases y dejar en claro muchas cosas.

Mientras caminaba sentía una explosión de emociones, desde la ira, preocupación y culpa hasta las ganas de llorar con desconsuelo.

Ella significa mucho para mí y tan solo pensar en lo que le pudo haber pasado me destroza en cuestión de minutos.

Yo la quiero demasiado y no quería que le pase nada.

La amo y con todo mi corazón.

Llegue a la escuela y al entrar al salon de clases no vi a ___.

Salí del salón, aún sin llegar el maestro y recorrí todo el colegio.

No buscando a ___, sino a una sola persona.

Llegue al patio central y ahí lo vi.

Jason Barnek

Estaba junto con sus amigos mientras hablaban riéndose.

Me dirigí a él y lo encare.

—Oh, hola Gallagher —me sonrió.

—¿Qué paso ayer? —fui directo y mi voz era fría.

—¿A que te refieres? —evitó el tema.

—Tú sabes bien de lo que hablo.

—Ah, ya te enteraste. Pues que digamos, ayer, la pasamos muy bien con tu amiga.

—Ajá y eso -señale una herida sin curar en la cabeza —. Intentaste hacerle algo y ella se defendió como pudo.

—¿Sabes? Fue muy divertido hacerlo con ella.

—¡Cállate! —grite —. Tú no le hiciste nada.

No, a ella no le pudo hacer nada. Se ha defendido.

—Hubieras oído sus gritos. Quiso escapar, pero no lo logró.

Mi cabeza no lo procesaba.

—Aún la recuerdo, gritaba tu nombre, por cierto. Es muy linda, a puesto a que tu ya sabes eso.

—¡¡No hables más!! —grite con mucha furia y le di una bofetada haciendo que cayera al suelo.

Se levantó muy enojado y me miró.

—Tú también te llevaste las pastillas, ¿cierto? —reprendí.

No respondió y me dio una bofetada en la cara.

—A mí no, Aidan.

Me tiro al suelo y esta vez yo le pegué en el estómago.

Aún no podía creerlo.

Él le había hecho daño a ___.

Tenia mucho enojo en mí.

Pronto vi desde el suelo que algunas personas se acercaron a nosotros observando la pelea.

—¿Por qué lo hiciste? ¡¡Eres un enfermo!! —grite con mucho enojo.

—Aquí el enfermo eres tú.

Me dio un gran golpe en el estómago lo cual me mareo un poco.

Seguido de esto me dio una cachetada y sentí caliente toda mi cara.

Respondí dándole otra bofetada con toda la impotencia que tenía.

Me desquite dándole uno, dos, tres golpes en la cara.

Él en el suelo y yo golpeándolo.

Vi que sangraba y lo agarré del cuello.

—¡¡Por qué, por qué!!

Él se recuperó y ahora yo era el que acabó en el suelo.

—Ojalá hubieras llegado antes, para ver cómo lo hacíamos, de una manera gloriosa.

Era un maldito enfermo para decir todas esas palabras.

Me tiro una muy fuerte bofetada que me hizo vacilar.

Empece a ver borroso, cuando escuche de forma alejada una voz.

—¡Aidan! —grito una voz femenina y supe de quien era.

Quería levantarme, pero estaba demasiado mareado.

Sentí unas manos suaves sobre mí y ahí perdí el total conocimiento.

(...)

¿Dónde estaba?

Empece a despertar y abrir los ojos.

Lo primero que vi fue a la chica que más quería ver.

Ella me vio y limpió sus lágrimas.

—Aidan, que es lo que hecho.

Me levante de la posición en que estaba para quedar sentado en lo que era una ¿camilla?

Estaba en la enfermería de la escuela.

—___, Jason... —quería seguir hablando pero ella me callo.

—Sé lo quieres decirme -solto un pesado suspiro —. Ayer, que fuiste a comprar, él... me tocó e intento —se quedo callada mientras su voz se hacía cada vez más temblorosa —, intento violarme. Casi lo logra, pero yo le tiré un jarrón y lo dejé inconsciente. Fui a mi casa sin decirle nada a mi mamá, no quería, hablar con nadie, lo siento. Hace un momento cuando quedaste inconsciente en el suelo, llego el director y hablé y dije lo que había intentado hacer. Llamaron a la policía y se lo llevaron. Yo... No pensaba hablar.

—No puedo creer lo que me dices. Él es un... ni siquiera todos los insultos llegan a lo que es él —. ¿Por qué no querías hablar?

—Tenia miedo —salio una lagrima.

—No, ___. Las personas como él merecen estar en la cárcel.

—Siempre veía en las noticias intentos de violación, pero nunca, Aidan nunca creí que me pasaría a mí —empezó a llorar.

—Es una realidad que vivimos, en todo el mundo. Debiste haber denunciado al momento que paso, ____ —. Nunca tengas miedo, como me lo dijiste ayer. Eres valiente y tú y todas las mujeres que sufren de esto merecen de respeto y para eso necesitas hablar. Ahora Jason no le hará daño a nadie más.

—Sí, ya di mi declaración. No se te levantaran cargos por haberle pegado a Jason.

–Oh, sobre eso. Lo siento, pero él me dijo cosas demasiado horribles y me hizo creer que te hizo algo.

—No, Aidan. Felizmente no me hizo nada, pero de todas formas, gracias.

—Estaba muy enojado y no sabia como reaccionar.

—Lo sé. Ahora descansa, aún estás algo débil y tan solo mírate. Estas muy golpeado.

—Eso no importa, por favor, prometeme que nunca más tendrás miedo y serás libre de hablar.

–Sí, Aidan. Te lo prometo —me sonrió y pude estar más tranquilo.

Abrí mis brazos y ella se acercó y ambos quedamos juntos en un confortable abrazo.

Sentía paz.

Ahora sí, él pagará por esto y por todo lo que hizo.

.
.
.
.

Capítulo muy largo, pero muy importante y especial para mí.

Este es un tema del que quería tratar en mi historia aparte del vih.

En este capítulo no sólo entra el tema del vih y el claro ejemplo de las personas ignorantes, sino que también quiero mostrar otros problemas que pasan, como es el tema del acoso y violación por mayor parte a las mujeres.

Últimamente los casos han aumentado y todos los días hay un nuevo caso de violación y femicidio

Es muy lamentable que algunas mujeres tengan miedo de denunciar.

Podemos ver en las noticias acerca de estos casos, sin embargo, en cualquier momento podemos ser víctima. Porque lamentablemente es el verdadero mundo en el que vivimos.

Gracias a Dios nunca he sufrido de algún tipo de acoso y no le deseo a nadie que pase por eso, con tal solo imaginarme aquello me da tanta impotencia de no poder hacer nada, porque sí, esto es algo que cada día pasa con más frecuencia.

Nadie está libre de esto, por favor cuídense mucho y como dijo Aidan: nunca tengan miedo.

Y no, no es ridículo este mensaje que doy, pero solo soy una persona que quiere ayudar a informar a través de mi historia de muchos temas de suma importancia.

Gracias por cada día seguir apoyando esta historia.

Nos vemos en el siguiente capítulo 😊

Belén Sosa

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