El chico de los ojos tristes (Aidan Gallagher)

Capítulo 14

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—Demonios —hable levantandome de golpe de la cama.

—Dijiste que tu madre no vendría hasta muy noche. Apenas son las ocho.

—Si, ella suele llegar a las diez. Y el hospital donde trabaja queda un tanto lejos y si contamos eso estaría por aquí a las once y media por ahí -susurre —. No tengo ni la menor idea de por que ha llegado temprano.

—Hija —mi madre volvió a llamar.

—Bajaré —no espere respuesta por parte del chico y baje las escaleras, en este momento estaba rezando a todos los santos que existan.

—H-hola mamá. Llegaste temprano

—Si, cariño. No me sentí bien dejarte así el día de tu cumpleaños. Y aunque de todas maneras es algo tarde y no haremos todas las cosas que hacemos un día como hoy, pedí irme un poco más temprano y aceptaron. Traigo un pastel —. ¿Estas horneando?

Mierda.

—S-si. Quería hacer algo para mí. Aunque creo que ahora tenemos dos.

—Me hubieras avisado, no me gusta que aunque estés grande prendas la cocina sin mi permiso —. De verdad lo siento. No debería trabajar en estos días.

—No hay problema mamá.

Mi madre caminó a la cocina y se sirvió un vaso de agua. Vi la mochila de Aidan en el sofá, que por suerte mi madre no había visto ya que lo estaba tapando yo. Cuando mi madre se volteó, no se me ocurrió mejor idea que meterla abajo del sofá.

—Ma, ahora vuelvo. Voy a terminar de ordenar la ropa de mi habitación —ella asintió y yo subí lo más rápido posible.

—Estamos fritos —dije cerrando la puerta.

—Creo que hubiera sido mejor quedarse abajo.

—Mucho mejor, aunque se preguntaría que harías aquí y por que no le avise que venías, bueno como sea. Mi madre no puede verte en mi habitación —di un suspiro cansada y continue — Mira, haremos esto: Yo llamaré a mi madre al cuarto de limpieza y yo le invento algo. Y tú vas a salir corriendo, abriras la puerta, saldrás, y la cierras, tu mochila esta abajo del sofá más grande. Luego vas a tocar la puerta como si recién llegaras.

—Esta bien. Pero por qué para evitar problemas ya me voy a casa y nos vemos en la escuela mañana.

—Aidan, la receta es de tu abuela y seria injusto que diga que yo lo hice, lo justo seria que te quedes a comerlo juntos, ¿no es así?

—¿Tu madre no se molestará?

—No, ya le hablé de ti la vez en que llegué llena de pintura, pero aún no te conoce, puede ser un buen momento para que te conozca y sepa quien es mi amigo —. Sera mejor que pongamos el plan en acción —Aidan asintió y yo bajé nuevamente.

—Mamá. Ammm. ¿Podemos ir al cuarto de limpieza? Creo que vi un cabe suelto.

—¿Un cable suelto? Bueno vamos —Lleve a mi madre al cuarto de limpieza.
Ella revisó el lugar.

—No veo ningún cable suelto, ____.

—Revisa bien, por favor —ella siguió revisando y ya sentía las pisadas del chico por la sala, por lo que hice ruido con mis pies para que no se escuchase tanto.

—¿Estás bien? ¿Por qué te mueves asi?

—Me pica el pie.

—Bueno. No hay nada fuera de lo común, te habrás confundido.