Capítulo 8

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𑁍_____(apellido)𑁍

Intentaba dormir, sin embargo, no podía. Decidí levantarme y prender mi computador, así lo hice y busque en internet
"QUE ES EL SIDA"

Rápidamente se abrió la pestaña y empecé a leer con mucha cautela.

Enfermedad infecciosa, causada por el virus de inmunodeficiencia humana, que se transmite por vía sexual, a través de la sangre o de la madre al feto, y que hace disminuir las defensas naturales del organismo hasta llegar a su completa desaparición—leí en voz baja y una lagrima recorrió mi mejilla.

—Cura: No existe una cura para esta enfermedad, sin embargo, con un tratamiento adecuado puede disminuir el proceso de la enfermedad y evitar complicaciones secundarias.

Me quedé helada, no tenía cura, como podía vivir Aidan, sabiendo que en cualquier momento podría complicarse y morir...

(...)

Ahora me encontraba en los pasillos de la escuela, el día de ayer traté de dormir lo mejor que pude. Pase por un lugar donde no había muchos alumnos y me detuve al ver aquella lista donde se apuntaban los estudiantes para el concurso. Entonces mis ojos se clavaron en el número nueve de la lista, podía leer muy bien el nombre que sobresalía.
Aidan Gallagher

—Creo que sería bueno intentarlo—una voz hablo detrás de mí e hizo que me volteara. Era Aidan, me miraba con una sonrisa que irradiaba felicidad.

—Me alegra que lo vas a intentar—sonreí, entonces a mi mente llegó aquella información que ayer había leído, y mi sonrisa desapareció.

—¿Estas bien?

—Si, no te preocupes—. ¿Qué canción cantaras en el concurso?

—Aún no se, pero espero sea lo suficientemente bueno para convencer al jurado.

—Lo dejarás sin palabras, te lo aseguró.

—¿Iras al concurso?

—¿Cómo que iré? Por supuesto que iré, no me lo perdería por nada del mundo—respondí y el chico río bajo.

—Creo que es hora de ir al salón—. Me alegra que hoy hayas venido.

—Te hice una promesa, y no podía romperla.

(...)

Nos encontrábamos en la última clase, para especificar la clase de Arte.

—Muy bien jóvenes, antes de culminar la clase, informaré un trabajo que harán con el compañero que tienen al lado—. Harán un cuadro, del tema que quieran, pero nada de contenido obsceno, de lo contrario perderán el año escolar. Pueden pintar lo que su corazón les mande, déjense llevar por la imaginación y saquen ese artista que tienen dentro.

La profesora a veces me aburría con sus palabras del arte, pero también me gustaban, lo hablaba de una manera tan pausada y relajante, pero supongo que es normal, es profesora de artes.

—Lo presentarán la siguiente clase—. Ahora les daré la base donde pintarán.

La profesora entregó a cada pupitre una base de cerámica, totalmente blanca y frágil.

—Llévenlo con sumo cuidado jóvenes—. Ahora sí pueden salir. Hasta luego.

La profesor se retiró, entonces los demás también.

—Que se supone que pintaremos—cuestiono Aidan.

—No lo sé.

—Podrías ir a mi casa, ya la conoces—. Me olvidé de preguntar, ¿cómo conseguiste la dirección de mi casa? Nunca te la había dado antes.

El chico de los ojos tristes (Aidan Gallagher)Where stories live. Discover now