The cold of your heart | Jels...

By JelsatrueloveOk

25.2K 1.9K 403

¿Qué harías si el Espíritu del Invierno llegara a tu puerta a decirte que fue asignado como tu Guardián? ¿Que... More

El Principio
El primer día
El segundo día
El baile
Detrás del baile
El día después
El Sol siempre sale después de la tormenta
Ten Cuidado con lo que le deseas a la Luna
Una nueva oportunidad
A causa del destino
Cada vez más cerca
Un pequeño cambio
Sin invitación
Una larga noche
Hora de la fiesta
¿Tú me amas?
Un acto de amor verdadero
¿Se acabó?
La Oscuridad se aproxima
Recuerdos
Yo te cuidaré
La última cita
Oscuridad
Amor verdadero
Congelada en el tiempo
Si la Luna te lo ha dicho, debes creer.
Entonces me iré
Lo prometiste
Gritándole a la Luna
En el bosque
Aventura
Reunión
El lado Oscuro de la Luna
Un día cualquiera
Gánate mi corazón
Tomando el control
Competencia
Game over
Sopa de cumpleaños y otras sorpresas
Por siempre
Hogar, visitas y un milagro
Tinieblas
Adiós
El Final
Epílogo

Equipo

282 27 2
By JelsatrueloveOk

Capítulo 34 "Equipo".




El Sol salía de su escondite por el horizonte, tiñendo el cielo de vívidos colores. Jack había pasado la noche en vela, ya ni siquiera pensando. Era increíble como a veces olvidaba que seguía siendo una persona y el cansancio caía sobre él sin importar sus años. Luego de su estado mental en blanco, entendió con más claridad lo que su corazón quería. A Elsa, devuelta. 



Pero había un problema. Jacob... o como se llamase. Jack no iría simplemente a decirle que se esfumara de su vista y de la de su chica por derecho. No es tan idiota. 



¿Qué hacer?



Rapunzel fue la primera en despertar al alba.



-Buenos días, Jack.



-Qué tal, Punzie.



-¿Punzie?



-He decidido llamarte así.



-Oh, bueno suena lindo. — se encogió de hombros. Reparó en sus ojos bajo las sombras de terribles ojeras — Oye, ¿has dormido siquiera?



No hubo respuesta.



-Oh... Ya veo. Lamento entrometerme, ¿pero se debe a ese que anda con El...?



-¡Bien, basta de charlas! A despertar al resto. — interrumpió de un salto al suelo.



-Déjalos, Jack. Es temprano aún.



-Ni hablar, las horas de luz valen oro. ¡DESPIERTEN TODOS!



El resto de su pequeño campamento respondió a su orden, gruñendo con el sueño a flor de piel. Mérida fue la última en hacerlo, tenía el sueño pesado de un oso, y la que más se quejó.



-Si hubiese tenido mi arco...- masculló. Jack prefirió no oírla.



-Muy bien, mi gente. Es momento de buscar algo para el desayuno. Muero de hambre.



-Huh... - dijo Elsa- Yo creo que sería mejor que James y yo partamos. No pensábamos quedarnos de todos modos.



-¿A sí? — preguntó James. Al segundo se ruborizó. No estaba bien cuestionar a su majestad, pero es que la idea de una especie de grupo le cautivó.




-Sí. No tenemos razones para quedarnos. — Elsa procuró que sus palabras pesaran en la persona indicada. No para herirla, sino apartarla. Sería todo más fácil.



-¡Anda quédense! — insistía Rapunzel. Hiccup y Mérida seguían risueños como para seguir el hilo de la conversación. Jack estaba silencioso como una tumba, obligándose a no decir nada. Si abría la boca podría echarlo a estropear todo. Sus esfuerzos no sirvieron de nada.



-Quédate. — bajó la cabeza, intentando que sus palabras subieran menos a súplica. Pero es lo que su corazón pretendía, suplicarle.



Ella no se lo esperaba, pero James parecía contento de que más gente quisiera que no se separaran del montón. Era tan inocente, pensó Elsa.



-Nosotros no... James y yo debemos irnos. Tenemos una cura que encontrar.



-¿Estás enferma? — dijo un Hiccup alterado.



-No, es otra cosa. — claro, se había permitido omitir su inmortalidad en los relatos de fogata de la noche pasada.



-Elsa es inmortal. — Escupió Jack bruscamente - ¿Sigues sin admitirlo, huh?



¡OTRA VEZ! ¿En serio, Jack? ¿No piensas que ya has arruinado todo? Elsa gritó en su mente.



-¿Y cómo sabe eso? — preguntó James señalando al Guardián.



-Él... - cómo Elsa explicaría lo que era Jack, no sabía. Jack era todo y nada a la vez. Luz, y a veces oscuridad. Perfecto e imperfecto. El Guardián de su corazón. Pero nada de esto salió de su boca. — Tuvimos historia.



-Tenemos. - aclaró Jack. Elsa no contradijo ni le dio la razón.



-¿En serio? — dijeron Hiccup y Mérida al mismo tiempo. Eso ya resultaba a ser molesto y compartieron una mirada de asco mutuo.



Elsa le dio lugar a Jack a que respondiera con un seco sí.



-Pero, creí que seguían juntos... - objetó Rapunzel al recordar la fuerza de su amor que hasta se podía sentir desde el exterior. ¿Qué pudo haber sido tan fuerte para destruir semejante conexión?



Lo mismo se preguntaban Jack y Elsa en su interior. Y conocían las respuestas: una mentira y una cruel verdad.



-¿Ese es quién te traicionó? — James comprendió por primera vez la razón de sus fríos y extraños comportamientos entre ellos. Era él.



-Cuidado con tus palabras, niño. — Gruñó Jack al metido - ¡Yo no traicioné  a nadie!



-No es eso lo que escuché. — defendió a Elsa con hombros cuadrados.



-No eres nadie para defenderla.



-Okey, okey. — Se interpuso Punzie  rápidamente entre ellos- No queremos ninguna batalla aquí. ¿Somos todos amigos, cierto? — inquirió con una deslumbrante sonrisa. Nadie se la devolvió.



-Tienes razón. Porque yo ganaría. —Jack siguió echando leña al incendio.



James se inmutó, por respeto a Elsa. Hasta que el otro, a modo de provocación, le lanzó un rayo congelado con la punta de su bastón directo a sus viejos zapatos. Los zapatos que le había costado tanto trabajo comprar. Por tener esos poderes no tenía por qué abusar.



-¡Ya veremos eso! — se enfureció, arremetiendo contra Jack pero un dragón con sus alas extendidas y su jinete obstaculizaron  esta vez.  



-¡Paren ya! Parecen niños, por Odín.



Mérida bufó y se acercó al centro de la escena, empujando a Hiccup a un lado. Chimuelo a sus espaldas se sorprendió por la osadía a su montador.



-Quítate, vikingo. Yo sé cómo hacer esto. — amagó a sacar su arco y flechas de su espalda, pero su arco ya no estaba allí. Maldición.



-¿Decías? — se burló divertido. Mérida le respondió con un gruñido.



-Ustedes también paren. Amigos, ¿recuerdan? — dijo Rapunzel, con la autoridad en su voz. Miró a Elsa quien parecía petrificada como una estatua. ¿No iba a hacer nada? Luego pensó - ¿Es por eso que huiste? —se  volvió a Jack, claramente refiriéndose a Elsa y su íntimo problema.



Quiso asentir, pero miró a Elsa  en el otro extremo y no pudo encontrar el valor para admitir su cobardía. Elsa apartó la mirada de él, triste. Seguía sin siquiera importarle.



-Me pregunto de qué huyes tú. — dijo Jack a Elsa, hablando de corazón como más no sabía hacer. Parecía que sus miradas tenían una conversación privada y silenciosa a través de la muchedumbre.



-De ti no, para que lo sepas. — Lanzó la bomba — La razón es mi hermana, a quien tú no supiste ocultarle un secreto.



-No es un secreto, es quien eres.



Los demás se revolvieron en sus lugares incómodamente, pateando tierra o mirando a otro lado por la presencia de una disputa de parejas. ¿Eso eran, no?



-No son los únicos que huyen por algo mejor. — quién más que Punzie podría ser tan alentadora. Los músculos del rostro de Elsa se relajaron al rose de sus palabras. — Yo huyo de una vida semejante a la prisión. De mi madre.



-Sí, yo huyo de mi incomprensible tribu. — Hiccup acompañó la moción.



-Yo... algo así. — dijo Mérida. El siguiente en hablar ante todos fue James, lo que no calmó los pensamientos ennegrecidos de Jack.



-Yo huyo con Elsa.



Elsa se estremeció un poco al ver que este le sonreía. Su cabeza y corazón eran una marea en medio de una tormenta. Tenía su incondicional apoyo a cambio de nada. Se preguntó qué habría hecho ella para merecer semejante tesoro. 



-¿Ves? Todos estamos en la misma situación. Quizás podríamos enfrentarlos unidos, ¿no les parece genial? — agregó la de radiante cabellera dorada.



-¡Me agrada la idea! — Mérida asintió repetidamente. Hiccup la miró.



-A mí no me parece tan mal. Podría ser interesante. — una sonrisa empezaba a crecer por su comisura.



Algo despertó en el Guardián; esperanza. Por más que existiese una enorme dificultad entre ellos, el hecho de estar cerca de Elsa lo revivía. Era peor vagar solo a la nada.



-Por mí está bien. — dijo imitando un gesto de "me da igual". Pero no le daba igual.



Pero sus palabras también encendieron a Elsa. Ese familiar sentimiento que tenía sobre ella, como que amoldaba las frases para ella para el agrado de sus oídos. Tal vez sí le importaba. Pero tendría que esforzarse más por ello después de lo que hizo.



-¿Pero ustedes piensan ayudarme a buscar una solución para mi...? — no diría la palabra - ¿Aunque sea una desconocida para algunos?



-Claro. — dijo Hiccup. — Si servimos de algo... Aunque no tengo idea de cómo hacerlo.



-El apestoso tiene razón. ¿Existe la manera de quitar la inmortalidad? A mí no me parece que este la haya encontrado. — señaló a Jack Frost.



-Encontraremos la forma. — dijo serio. Jack creía en sus palabras, y sobre todo en ayudarla por más imposible que fuese. Elsa no pudo evitar sorprenderse, sintió como sus mejillas enrojecían en un tono rosado y deseó que Jack no lo pudiese notar a través de su ley de hielo.



Pero el Guardián no se olvidaría de un mínimo detalle proveniente de Elsa. Y sonrió. Hasta James al lado de la joven lo notó y una sombra cruzó por sus ojos esmeraldas.



-¿Algún plan? — le preguntó  el vikingo a la Reina.



-Bueno... He pensado que tal vez el espíritu de la Luna, quien me avisó de mi situación, podría ayudarme a revertirlo. Pero Hombre en la Luna sólo se comunica en luna llena; será alrededor de dos semanas. Podría funcionar, como puede que no. — procedió con voz fuerte, lo que fue un alivio porque pensaba que se rompería a llorar o algo parecido. Era delicado el tema, pero en compañía consideraba que ese dolor se extinguía.



El grupo dudó por un segundo, mirando al cielo en busca de la Luna pero hallando al Sol en su lugar. Sin embargo confiaban en la esperanza de la joven. Funcionaría, lo harían funcionar.



-Perfecto, y luego de que te curemos y hablemos con la Luna podré regresar a casa a tiempo. — sonrió verdaderamente la princesa de Dunbroch.



-¿Y cómo funciona? ¿No hay que hacer un sacrificio o algún encantamiento? ¿Simplemente le hablamos a la Luna? - preguntó Rapunzel.



Elsa asintió, más animada.



-Sí, lo mejor sería que respondiese y si acepta, podría volverme mortal de nuevo. Se supone que ha tenido el poder de dar inmortalidad una vez — miró de reojo a Jack — Tal vez pueda hacer lo contrario.



-¿Y cómo sabemos que hablará, Elsa? — preguntó James.



-No lo sabemos. Simplemente tenemos fe.



-Puede funcionar. — mintió Jack, pero nadie lo notó. Ocultó obviamente el hecho de que pensaba lo contrario. Él había esperado años en recibir una respuesta de Hombre de la Luna, y raramente la había obtenido.  Pero no era nadie para arruinar las esperanzas y menos de Elsa si debía arreglar las cosas.



Todos asintieron, con una nueva misión sobre sus hombros. La confianza brotaba de ellos ahora, con cada paso la palabra amigos cobraba sentido, bueno, excepto por dos personas. No esperen, cuatro. Igualmente, podría funcionar. Solo necesitaban fe.



-Entonces nos quedaremos. ¿Te parece, James?- Elsa no había sonreído tanto en días.



Él asintió con ambas comisuras casi tocando sus ojos.



-Bueno, - Jack dio un autoritario aplauso que despertó a todos de regreso a la realidad — se nos hará tarde para el desayuno. Lo mejor será guardar las provisiones de Punzie hasta que sea necesario. Somos un equipoahora. Y el equipo ha crecido, por lo que necesitaremos más recursos.



Elsa desconocía el lado de capitán o mandatario de Jack; estaba sorprendida de la cabeza a los pies.  A pesar de sus apariencias y modales, era un hombre muy responsable si se lo proponía. Le hizo sonreír en el interior y su piel se erizó en el exterior. Nadie lo notó más que ella.



-Iremos de caza-



-¡Sí! — celebró Mérida.



-Nos separaremos en grupos para cada parte del día. El que no esté de acuerdo puede dejar el campamento en este momento. — nadie se movió y Jack sonrió con suficiencia — Eso me parecía. Entonces, Punzie y Mérida tomarán el puesto de las mañanas. Hiccup y Mérida el de los mediodías. Y Elsa y yo tomaremos el de la noche. ¿Alguna objeción?



-Yo no iré con el vikingo.



-Yo menos con esa. Pero ahora que lo pienso... Podría cazarte a ti y decir que fue un venado con sobrenatural cabello rojo.



-¡Cómo te atrev...!



-De ninguna manera. — Jack dijo sólidamente -  Irán juntos y punto. Tenemos que aprender a convivir si vamos a hacer esto juntos.



-Concuerdo con lo de una buena convivencia. — acotó James, arrojando sus palabras afiladas sobre ya saben quién.



Hiccup y Mérida vieron su punto y de mala gana coincidieron. Era solo cazar, no llevaría tanto. Y si tenía suerte, una de sus flechas podría caer sobre él, se planteó Mérida.



-¿Espera, que hay de mí? - ¿Y quién le ha dado el poder de mandatario teniendo una Reina a mi lado?, pensó James. ¿Por qué ella no hacía nada?



-Tú solo quédate aquí.  Y procura que no te coman los lobos. — sonrió con malicia ante la expresión del otro.



-James, - Elsa se dirigió solo a él y con un tono suave — tú puedes cocinar la comida. ¿Qué te parece?



Él asintió, de mala gana. No por su trabajo menos importante que el del resto, pero porque Jack abusaba de su posición y arrastraba a Elsa con él para el turno de la noche. Sin olvidar que se lo menospreciaba por no tener una capacidad especial como el resto. Era solo un granjero. Pero no se quejó, él era diferente. Compartía algo con el Guardián, aunque no lo quisiese aceptar. Haría lo que fuese por Elsa.



Y si quería ganarse su corazón haría lo único que sabía hacer. Ser James.



-¡Andando, no hay tiempo que perder! — Jack animó al grupo y en especial a las chicas de la siguiente tarea. — Yo iré en busca de agua, el resto quédense a cuidar del campamento. Y que el cocinero prepare el fuego. Si tienen algún problema-



-Yo tengo uno. — interrumpió Mérida. Jack pasó su mano por su rostro y la señaló.



-Dime cuál es.



-No tengo mi arco. No puedo cazar sin mi...



Chimuelo comenzó a dar arcadas, y de un momento al otro, el arco de Mérida apareció en el pasto cubierto de espesa baba.



-... arco -casi se desata una guerra.

                                               




-¡Funciona! — bramó Pitch Black mientras sus ojos bailaban sobre la caldera.



Los tres, Gothel, Hans y Pitch escucharon con atención la conversación  del grupo en el bosque a través del caldero, de principio a fin. Y con ayuda del encantamiento, sabían su posición exacta.



-Es tiempo de atacar. — se emocionó Hans.



-No. — la desquiciada bruja dijo en voz tranquila. Esto inquietó a los otros dos. Durante la escena que habían estado presenciando, al ver a Rapunzel cada vez alejándose más de ella por culpa de los otros bastardos, se había roto. Como una madre cuya hija es arrancada de su seno. Si pudiese, podría haber llorado. Pero en lugar de pena, lo que nacía de ella era el odio y sed de venganza. — Debemos esperar.



-¿QUÉ? — al momento, Hans se arrepintió de su arrebato al ver sus ojos que lo atravesaban como cuchillas. Podría no tener las habilidades de Pitch o el encanto de Hans, pero era peor. -Pero, Gothel  hace un tiempo te veías ansiosa por dar el golpe y saber dónde-



-Calla, príncipe. — colocó un huesudo dedo sobre sus labios. Era atemorizante como de un segundo a otro podía pasar de ser una madre amorosa al mismísimo demonio. Ni Hans podía fingir tan bien. Continuó hablando con una punteaguda calma — La razón por la que ustedes nunca tuvieron éxito fue que no arman un plan como es debido. Ustedes solo atacan. Pero no, debemos analizar y esperar el momento exacto.



-¿Y cuándo será eso? — chilló Pitch.



-Paciencia, mis pequeños. Lo sabrán cuando llegue. Sin embargo, por el momento haremos lo que mejor sabemos hacer. Les daremos miedo. — Gothel detalló sus ataques y en los momentos precisos. Pitch hizo una mueca, el plan sabía amargamente delicioso. A Hans le agradaba la idea por igual.



-¿Y luego qué?



-Los acorralaremos, como las ratas que son. Y mataremos a todos, los haremos sufrir. Los observaremos de cerca y conoceremos sus debilidades. E iremos directo a ellas. Claro que con excepción de mi Rapunzel. Así aprenderá su lección. Funcionará, ya verán. Los niños deben aprender a obedecer...




Las risas enfermas resonaban por las rocosas paredes de la cueva espectral. El fin estaba por llegar. 



Fin del capítulo 34.


Continue Reading

You'll Also Like

2M 218K 43
Bakugou es un chico popular, mariscal de campo, atractivo, todo el cliché, pero un día que salió tarde de su práctica se topó con un chico el cual de...
797K 85.3K 136
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
125K 21K 47
Checo trabaja como asistente editorial en Vogue. Ama todo sobre su trabajo, menos a su jefe, Max Verstappen. Max es el peor y Checo lo odia. Pero cu...
151K 7.1K 33
Ambos viven en la masía. Desde que se conocen Héctor siempre la ha molestado. Y ella no piensa nada bueno del él. Pero todo cambiará tras un trabajo...