shots ❨ ykookgi ❩

Galing kay daeguyz

110K 7.1K 1.5K

- ̗̀ ❨ donde escribo cosas sucias -y bonitas- de mi otp ❩ ˆ YOONKOOK & KOOKGI ♡︎ 2017 ;;... Higit pa

♡ ⁺ INTRO
♡ ⁺ 1 › YOONKOOK
♡ ⁺ 2 › KOOKGI
♡ ⁺ 3 › KOOKGI
♡ ⁺ 4 › KOOKGI
♡ ⁺ 5 › YOONKOOK
♡ ⁺ 5.1 › YOONKOOK
♡ ⁺ 6 › KOOKGI
♡ ⁺ 6.1 › KOOKGI
♡ ⁺ 7 › YOONKOOK
♡ ⁺ 8 › KOOKGI
♡ ⁺ 9 › YOONKOOK
♡ ⁺ 9.1 › YOONKOOK
♡ ⁺ 9.2 › YOONKOOK
♡ ⁺ 10 › KOOKGI
♡ ⁺ 10.1 › KOOKGI
♡ ⁺ 11 › KOOKGI
♡ ⁺ 11.1 › KOOKGI
♡ ⁺ 12 › KOOKGI
♡ ⁺ 13 › YOONKOOK
♡ ⁺ 14 › KOOKGI
♡ ⁺ 15 › YOONKOOK
♡ ⁺ 15.1 › YOONKOOK
♡ ⁺ 16 › KOOKGI
♡ ⁺ 16.1 › KOOKGI
♡ ⁺ 16.2 › KOOKGI
♡ ⁺ 17 › KOOKGI
♡ ⁺ 17.1 › KOOKGI
♡ ⁺ 17.2 › KOOKGI
♡ ⁺ 18 › YOONKOOK
♡ ⁺ 19 › YOONKOOK

♡ ⁺ 12.1 › KOOKGI

2.4K 180 55
Galing kay daeguyz

“de cachorros, flores y leche tibia”
› omegaverse au + 18
› pt 2

Hasta antes de esa noche, Yoongi no sabía nada sobre la vida de los hombres lobo o cualquier otra especie de cambiaformas en general, solo que existía una única y fundamental regla en torno a cualquier tipo de ellos: mantente alejado.

Pero él estaba empezando a cuestionarse ahora de todo eso. No es que él fuera el vampiro más entrenado y la cosa (solo tenía pocos meses de serlo), pero algo tan lindo como el pequeño Jimin no podía ser peligroso, por más que lo buscara; sí, el lobito iba a crecer grande y robusto, justo como un lobo debía ser, pero aún así...

—Tan lindo... — murmuró con una sonrisa, mientras el cachorro mordisqueaba uno de sus dedos y se revolvía patas arriba en el nido. —Cuando crezcas serás un lobo guapo y amable, ¿verdad? Tu vas a ser un buen lobo, uno que no matará vampiros, ¿cierto?...

Yoongi no podía borrar la sonrisa de sus labios ante los jugueteos del bebé. Sabía que Namjoon y Seokjin le dirían que lucía como un verdadero idiota si estuvieran viéndolo, pero ahora que estaba seguro de que su vida y la del bebé no corrían peligro, se sentía mucho más tranquilo y de buen humor, Jimin ayudaba en ello.

—Él definitivamente matará vampiros. — La voz grave de Jeongguk inundó la estancia, robando la atención de Yoongi en su dirección.

Su expresión fue nula ante la pesadez en los ojos del hombre, él no parecía estar bromeando. Yoongi tragó saliva y dejó de mirarlo, regresando su atención a Jimin, acariciándolo suavemente y tratando de borrar de su mente la idea de que en el futuro, el lobito fuese a convertirse en un asesino de los de su especie. Es decir, él sabía que era completamente normal, y que era totalmente necesario para su entrenamiento y demás, pero... Aún así no quiso pensarlo mucho.

—Como sea... — Yoongi dejó en paz al cachorro una vez que lo notó adormilado, se aseguró de arroparlo bien y de que el fuego de la chimenea no se extinguiera.

—Pero le contaré que uno de ellos salvó la vida. Es justo que lo sepa. — agregó el alfa. No estaba seguro si fue debido al tono decaído que pudo percibir en el vampiro pelinegro, pero sintió la necesidad de decirlo.

Yoongi se mantuvo callado después de eso. No quería mostrarse muy receptivo a cualquier cosa que dijera el hombre, pero evidentemente eso lo hizo sentir mejor. Estaba bien con eso, también le parecía que era lo justo.

Libró sus pensamientos del cachorro de una vez y se puso de pie, recordó que aún había un hombre herido al que sanar, y ahora que estaba limpio y sin rastro de tierra le indicó el sofá de tres plazas para que tomara asiento, ya había preparado sobre el buró el botiquín que Seokjin mantenía para emergencias como esa, solo necesitaba revisar al hombre.

Jeongguk miró con desconfianza al vampiro, pero no pronunció ninguna réplica, y en su lugar, de nuevo obedeció. Se dirigió al sillón y se sentó, sintiendo un gran alivio por el necesario descanso a sus piernas entumecidas.

El pantalón de manta que el vampiro le había conseguido le quedaba un poco justo de la cadera, estaba seguro de que no era de él, ya que no hubiera sido posible que coincidieran en tallas, pero era útil, él hubiera preferido no usarlo en realidad, pero ya que su especie y la de Yoongi no compartían las mismas pautas de pudor, decidió no hacerlo incómodo.

Miró de reojo cómo el pelinegro tomó algunas cosas de la mesita, había muchos olores y vendajes, probablemente las infusiones del hechicero. El vampiro parecía saber lo que hacía, aunque podía notar claramente cómo sus dedos torpes dejaban caer las cosas y las volvía a tomar con la misma decisión. No podía dejar de sentirse intrigado por él.

— ¿Qué clase de vampiro eres?... — preguntó el lobo, una vez que el pelinegro se sentó junto a él y lo recorrió con la mirada, seguramente no sabía por dónde empezar.

Miró su ceño fruncido y el cómo sus labios delgados y rosados se abultaron, todo en una mueca de concentración que lo hacía ver ridículo, a su parecer. Pero extrañamente tierno. De una forma que no había pensado antes. Aunque desechó la idea al instante, los vampiros no eran tiernos.

—De los que toman sangre... — respondió simple, más sonando como una pregunta que una respuesta, evidentemente sin tomar en serio al lobo. Tal vez estaba evitando responder a esa pregunta.

Jeongguk gimió cuando empezó a limpiar las heridas de su abdomen y brazos con una tela humedecida con uno de los frascos medicinales; su carne abierta ardía horriblemente, y aunque estaba acostumbrado al dolor, jamás había tenido tantas heridas juntas al mismo tiempo. Si era sincero, creyó que no viviría para contarlo, pero algo más fuerte que él mismo lo había hecho seguir adelante.

—No me refiero a eso, idiota... — siseó. Cerró sus ojos con fuerza mientras el vampiro continuó su labor, sentía el toque cuidadoso de la tela por cada lugar que pasaba, el vampiro tenía un tacto suave, más de lo que imaginaría posible en uno. —Los vampiros normales no salvan cachorros de lobo abandonados, no curan heridas de cambiaformas... — Jeongguk prosiguió sin abrir los ojos, tratando de distraerse del dolor en su cuerpo.

Yoongi meditó una respuesta. No estaba seguro de cómo tomar todo eso. Él sabía que sus decisiones como vampiro eran cuestionables la mayor parte del tiempo, Namjoon se lo había dicho muchas veces, pero no podía inventar una excusa para ello. Era la forma en la que era, incluso antes de ser un vampiro, no creía necesitar mucha explicación.

—No tengo mucho tiempo siendo uno. — murmuró sin más, esperando que eso fuera suficiente.

Su mirada aún recorriendo el abdomen marcado del hombre frente a él. Satisfecho de no ver más sangre, tomó la pomada de plantas que Seokjin elaboraba para curar ese tipo de heridas y evitar infecciones. Aplicó primero en los raspones del estómago, notando como éste contraía sus músculos ante su minucioso toque, continuó con los brazos y hombros, algunos de la espalda y se tomó su tiempo en el pecho, donde estaba la herida más profunda, que cruzaba el pectoral y llegaba hasta la clavícula.

—Entonces... Eres así como, ¿un aprendiz?... — Jeongguk preguntó entredientes. Tenía el rostro serio del vampiro a unos centímetros del suyo, se miraba concentrado en atender la herida de su pecho, se sentía un extraño frescor en donde sus dedos tocaban, era la medicina probablemente.

Yoongi se encogió de hombros. Sabía que no tenía que darle explicaciones al hombre, pero por la forma en la que su mandíbula se apretaba y una gota de sudor caía por su sien, imaginó que el pelinegro solo estaba tratando de distraerse del dolor.

Él había visto a Seokjin miles de veces atender a criaturas heridas y hablarles mientras trabajaba en sus curaciones para hacer concentrar sus mentes en algo más que su malestar, para que prestaran su atención en él y no en el dolor de su cuerpo, y que hiciera más fácil y rápido el proceso.

—Puedes decirle así. No es que haya una escuela de vampiros o algo así, pero... Tienes que aprender a manejar algunas cosas cuando tu vida cambia súbitamente de un instante a otro.

Jeongguk asintió, comprendiendo. Eso tenía sentido para él, sabía que no se podía ser un hijo de puta de la noche a la mañana. Suponía que para ser un completo vampiro, uno de los que su gente aprendió a odiar a través de la historia, se necesitaba algún tiempo. La prueba la tenía frente a él.

—Y tú... ¿No te vuelves loco con la sangre, o algo así?... Escuché una vez que, para los recién convertidos es difícil contenerse, por eso es que son tan agresivos.

Yoongi levantó la mirada a la de Jeongguk por primera vez desde que había empezado a curarlo; una sonrisa torcida y esos ojos grises juguetones hicieron al lobo tragar saliva.

—No voy a morderte, si es lo que piensas. — su burló un poco, continuando con su trabajo.

—No, me refiero a... Incluso si lo hicieras podría acabar contigo... — Yoongi rodó los ojos ante la amenaza del lobo y fue entonces que dirigió una de sus manos hacia su muslo, cubierto por el pantalón, apretó la carne justo donde el olor a sangre se concentraba. — ¡Mierda!... — Jeongguk gruñó por el dolor en la zona, sintió el escozor tan familiar en su piel y su respiración se agitó.

—Sí, seguro que podrías...

—Imbécil... — Jeongguk masculló unas cuantas maldiciones más, mientras el vampiro le indicaba que se deshiciera de la única prenda que lo cubría, para revisar la herida en la pierna que recién había apretado. Se puso de pie para desnudarse con lentitud debido al dolor, y Yoongi se apartó hacia la mesa de utensilios, tomando y ordenando lo que necesitaba.

—Si estamos bien alimentados no perdemos el control. Aún así podemos manejarlo mejor de lo que la creencia popular dice, incluso siendo nuevos en ello. Tu sangre huele bien, pero no estoy muriendo por probarla.

Jeongguk no pudo creer la terrible elección de palabras para la ocasión. Logró deshacerse del pantalón y lo deslizó por sus piernas, se sentó de nuevo y lo colocó en su regazo para cubrirse; iba a tener a un vampiro excesivamente cerca de su pene, no iba a arriesgarse ni un poco.

—Sí, bueno... Espero que sigas así.

Yoongi se dio vuelta finalmente, y se encontró con la herida. Las piernas largas y trabajadas casi lo distraen, tenía que admitir que era un maldito bien formado hombre, exactamente como una fantasía masculina hecha realidad o algo por el estilo, su cara también era atractiva, el tipo tenía unos intensos ojos almendrados que lo ponían nervioso; pero mantuvo el eje de su trabajo, notando la forma de la incisión en la piel de Jeongguk. Era una mordida profunda, alguien había utilizado mucha fuerza ahí.

—Ustedes también muerden. — fue lo que dijo para inclinarse. Jeongguk miró su pierna también, por sobre la cabeza del vampiro. Siseó cuando sintió de nuevo sus manos limpiando la sangre, por alguna razón esa zona dolía mil veces más que el resto de su cuerpo. —Lo leí en el libro de Seokjin, que marcan a sus parejas con mordidas y crean lazos.

Yoongi escuchó la agitada respiración del hombre mientras hablaba. Esperaba que pudiera hacerlo concentrarse en su conversión, porque estaba por hacer algo que no iba a gustarle para nada.

—Pareces muy informado al respecto... — murmuró, con sus manos hechas puño a su costado.

—Solo me pareció curioso. Pensé que sería genial si nosotros tuviéramos algo así... — Yoongi fue sincero, aunque no notó la confusión que surcó en la expresión del alfa ante su opinión. —Tener una persona destinada a ti, a estar contigo siempre y tener una unión inquebrantable... Eso suena bien, para ser unas bestias.

—No siempre es así como funciona... — Yoongi notó un toque de nostalgia en la oración dicha por el alfa, incluso a través del dolor. La curiosidad lo hizo levantar la mirada y encararlo.

— ¿Por qué lo dices?... En el libro decía que era como lo más importante para ustedes... — Yoongi recordaba muy bien esa parte del escrito, fue la que más le llamó la atención y no pudo evitar contemplarlo. —Que un lobo puede dar la vida por su pareja, que se deben protección y lealtad, que son compañeros de vida y manada... No entendí muy bien la parte de las castas y todo eso, pero... Me pareció increíble, no conozco algo así en ninguna otra especie.

Jeongguk fijó su mirada en el rostro del vampiro, sorprendido por sus palabras. Ni siquiera sabía cómo referirse a él ya, la palabra "vampiro" se sentía terriblemente inadecuada. Yoongi no era nada parecido a los vampiros que él había conocido en su vida, a los que se había enfrentado y amenazado, a los que le habían ordenado repeler y odiar.

Por el contrario, parecía un iluso y tonto humano, uno que arriesgó su vida para salvar a su cachorro, uno que estaba tomándose el tiempo y la molestia de curar sus heridas, uno que había aprendido de su raza por quién sabe qué razón en el mundo. Estaba confundido y en conflicto.

—Bueno, algunas veces te unes a alguien sin tener esa conexión tan especial, y no puedes hacer nada para arreglarlo. — Jeongguk fue sincero. Todo lo que decía Yoongi era, en teoría, lo que todos los cambiaformas pregonaban y presumían.

La idea de las parejas destinadas era sin duda un pilar importante en su esencia como criaturas, pero la realidad estaba muy lejos de ella. La mayoría de las veces.

— ¿Por qué? — Yoongi fue rápido en preguntar, atacado por la duda. — ¿Por qué te unirías a alguien que no es tu compañero destinado?...

—Porque las manadas no siempre trabajan así. Si eres un alfa líder entonces debes hacer lo que es mejor para todos, no solo para ti. Aunque eso signifique sacrificar tus deseos y convicciones... — Jeongguk fue un poco rudo al hablar, con el ceño fruncido ante la angustia que lo invadió al sentirse tan señalado, justo hablando desde su posición de experiencia.

Él había tenido que sacrificar sus deseos y convicciones, porque primero tenía una obligación con la manada antes que con él mismo. Él había tomado como compañera a una omega que no lo quería realmente, y él tampoco la quería en un principio. Pensó que con el tiempo podrían acostumbrarse mutuamente a sus presencias, cumplir con sus obligaciones y no pasarla tan mal en el trayecto, Yoongi estuvo dispuesto a intentarlo, pero las cosas no salieron como esperó.

Su pareja había mantenido siempre una barrera levantada entre ambos, invisible pero irrompible. Y vaya que Jeongguk intentó muchas veces derribarla, acercarse a ella, tratar de ser compañeros reales y no orquestados, pero sabe bien que nunca logró llegar a su protegido corazón.

—Eso... — Yoongi suavizó su expresión, había notado cómo la tensión invadió a Jeongguk con el tema, y sus ojos ámbar estaban apagados y fijos a los suyos. — ¿Tu tienes a tu compañero destinado?

—Tuve una buena pareja. — Jeongguk apartó la mirada, en dirección al suelo, donde dormitaba su hijo. —Ella obedeció y cumplió lo que le fue encomendado, no puso quejas nunca y fue responsable con su deber... — Yoongi escuchó con atención lo que Jeongguk estaba diciéndole, su mano se deslizó por el muslo que antes atendía, en un intento vago de consuelo. —Ella nos dio un cachorro fuerte y precioso, hizo lo que tenía que hacer... Aunque no quería hacerlo.

Yoongi dejó que Jeongguk se sincerara al respecto, el brillo ámbar le sugirió que no había nada más que solemne verdad en sus palabras, en sus pensamientos en torno a aquella mujer que le había sido entregada como pareja, como madre de su hijo.

Entendió algo entonces, algo que no estaba descrito en los libros de Yoongi, pero que era demasiado importante como para dejar pasar: hay una abismal diferencia entre ser una pareja y ser compañeros.

— ¿Ella está?... — Yoongi se arrepintió de iniciar su pregunta, se dio cuenta de que estaba metiéndose demasiado donde no le llamaban, no había necesidad para que su curiosidad fuera saciada, y aún así, Jeongguk respondió.

—La asesinaron en una emboscada. — el pelinegro bajó la mirada. —Traté de salvarla, yo traté de cumplir con ella, solo que... Fue todo muy rápido, y se habían llevado el cachorro, no tuve tiempo y... — Jeongguk negó con la cabeza y cerró sus ojos, reviviendo la escena en su mente una vez más, recordando la desesperación y la agonía de sentirse un completo fracaso, un inútil por no haber podido proteger a su omega y a su cachorro. Él hubiera preferido morir en ese momento, de no ser porque escuchaba a la distancia el llamado de su cachorro, él debía salvarlo. —Sé que yo no era su compañero de verdad, que nunca quiso que lo fuera, pero hice todo lo que pude...

Jeongguk guardó silencio. Incluso el tratar de justificarse se sentía como una equivocación. La culpa estaba ahí, viva y latente. Lo único que le quedaba por hacer para redimirse, era criar a Jimin de la mejor forma posible.

—Lo siento. — Yoongi le concedió su silencio reconfortante. —Creo que con el solo hecho de que lo hayas intentado tanto, ya fuiste un buen compañero. — dijo el vampiro, en un inseguro esfuerzo de reparar la situación.

—Hablo de un verdadero compañero. Uno que haga sentir toda la mierda cursi que dijiste antes, uno a quien ella hubiera querido.

—No hubieras podido hacer nada para cambiar lo que ella esperaba de su compañero de vida. Si no eras tú, si era alguien más... No podías hacer nada para cambiarte a tí mismo. Entonces ya no sería real, nunca lo hubiera sido.

Jeongguk no podía creer que estuviera teniendo esa conversación con un vampiro, tal vez lo que había pasado en casa lo tenía más susceptible de lo normal, y ahora era que podía contemplarse en su miseria, pero agradeció el gesto de Yoongi.

—Supongo que tienes razón. — concedió.

Eso lo sabía, muchas veces había intentado ser el tipo de alfa que su pareja hubiera querido, y muchas veces se encontró fracasando, realmente no había forma de que las cosas hubieran funcionado, aunque no se arrepentía de sus esfuerzos, simplemente le hubiera gustado que fuese distinto para ambos.

—Puede que esto te duela un poco...

Jeongguk levantó la mirada confundido al rostro del vampiro y estuvo a punto de preguntar a qué se refería, pero entonces un dolor intenso y punzante lo invadió en la herida de su pierna; gritó por instinto, apretando fuerte sus ojos y el sofá bajo sus manos, retorciéndose en su lugar. Maldijo en voz baja y fue entonces que miró la mano de Yoongi, sujetando un jodido colmillo de lobo ensangrentado.

—Estaba incrustado en tu piel. — explicó, trabajando rápidamente con las gasas para limpiar la herida. No era muy grande, pero sí profunda, y la sangre salía con fluidez.

—Maldito hijo de puta. — Jeongguk jadeó agotado, su piel ardía con fuerza justo donde Yoongi curaba.

—Te pondré un analgésico y vendaré tu muslo para hacer presión. Con las infusiones tendrías que sentir el cuerpo un poco entumecido pero es para que el dolor sea mínimo mientras cierra la piel. Solo necesitas descansar.

Jeongguk asintió mientras echaba su cabeza para atrás al tiempo que Yoongi hacía lo que dijo. Descansar sonaba como un buen plan, pero no podía darse el lujo de perder más tiempo, mientras su cachorro no estuviera resguardado en su territorio.

Las manos gentiles del vampiro lo terminaron de vendar y limpiar, tenía razón y su cuerpo empezaba a sentirse más liviano, las heridas no punzaban como en un principio y podía decir que estaba recuperando fuerza. Los lobos sanan rápido, pero eso no quiere decir que no duela como el infierno; no le tomaría más que unos días para que solo fueran cicatrices.

Yoongi se deshizo de todo el material que utilizó y se dirigió a la cocina para lavar sus manos, Yoongi lo siguió con su cansada mirada, detallando cada uno de sus movimientos. Se dijo así mismo que solo estaba alerta en caso de que quisiera atacarlo. Solo eso, cierto.

Mirarlo detalladamente lo hizo preguntarse qué clase de vida había llevado un chico como él. Se miraba joven, sabía que los vampiros conservaban para el resto de sus vidas las edades que tuvieron en sus muertes humanas. Yoongi no parecía haber pasado los veinte, y a juzgar por sus rasgos, fue un chiquillo adorable. Jeongguk se preguntó si hizo algo para ganarse su destino, lucía demasiado gentil como para imaginarlo siendo malo.

— ¿Cómo fue tu conversión? — él no pudo retener su pregunta cuando el pelinegro se acercó a él de nuevo. Yoongi lo miró con una tenue sorpresa al principio, pero al final mantuvo una expresión nula, ilegible.

—Solo un hombre ebrio con un cuchillo. — confesó sin más.

Le indicó a Jeongguk que se incorporara un poco en su lugar y éste obedeció, inclinándose hacia él cuando Yoongi levantó sus manos y comenzó a revisar el golpe que tenía en la frente, debajo de sus mechones aún húmedos.

— ¿Te asesinaron sin razón alguna? — el entrecejo de Jeongguk se frunció con inquietud, no solo por la mano de Yoongi sanando la herida de su frente, sino porque la proximidad en sus rostros lo dejó ver un destello de algo en su mirada, algo triste.

—Prefiero no hablarlo. — Yoongi fue sincero, realmente no tenía muchas ganas de hablar de eso, principalmente porque le dolía la cabeza cuando empezaba a recordar muchos detalles. Había algo miserable en explicarle a los demás sobre su muerte, el único que sabía qué pasó y quién lo hizo, era Seokjin. —Ni siquiera lo recuerdo bien algunas veces, es como algo que se va borrando con el tiempo. Olvidas un poco de lo que fuiste antes.

Jeongguk lo miró mortificado, el pelinegro parecía no darle demasiada importancia al tema, concentrado en su trabajo. Imaginó lo horrible que sería eso, olvidar quién eres, lo que hiciste, lo que tenías. Para alguien que tenía la unión familiar tan arraigada en sus costumbres, era incomprensible.

—Entiendo. — Jeongguk cerró los ojos un momento, mientras Yoongi continuó.

—Recuerdo que me gustaba ir de pesca con Seokjin los fines de semana. — agregó, dispuesto a no dejarlo colgado, después de todo Jeongguk le había confiado algo de suma importancia, no se sentía bien si evadía su intento de conversación. —Y comíamos un pastel de zanahoria que él horneaba. Aún lo cocina pero ya no sabe igual para mí. No digo que no sea igual de delicioso, tal vez un día puedas probarlo.

Yoongi sonrió genuinamente en su anécdota. No le era difícil recordar las cosas buenas. Eso lo agradecía, tenía varios recuerdos agradables con Seokjin y su madre, algunos amigos y momentos de su infancia. Él tuvo una vida corta pero agradable, no llena de lujos y aventuras, pero feliz después de todo.

—Suena bien. — Jeongguk detalló la curva en los labios de Yoongi, tal vez prestó demasiada atención en la bonita forma redonda de su nariz y en sus pestañas, las mejillas parecían de porcelana pálida y los ojos felinos parecían tener estrellas.

¿Estaba mal si pensaba que el vampiro era demasiado lindo para su tranquilidad? No se supone que debiera maquinar esa clase de pensamientos por uno, no se supone que... Que uno oliera así de agradable, no a sangre y muerte como comúnmente lo hacen, sino a su cachorro, a flores y leche tibia.

—Eso es todo. — Yoongi habló una vez que terminó de colocar la pomada en los rasguños del alfa, no fue consciente de la pesadez en los ojos del lobo puestos en él, ya que él miraba el resto de su rostro, buscando alguna otra herida. —Uh, tienes un corte aquí, pero... — Yoongi llevó su dedo índice al labio inferior del hombre, tocando suavemente una parte enrojecida, no estaba sangrando pero todavía podía ver la hinchazón. —No hay necesidad de tratarlo.

Dijo finalmente, cuando levantó la mirada y se percató de un hombre ido en sus pensamientos, mirándolo profundamente. Se preguntó qué pasaba por su mente y por qué razón lo hacía con tanta intensidad. ¿Él estaba pensando en atacarlo, o algo así? ¿Aún lo hacía?...

Los nervios de nuevo lo invadieron, así que bajó el rostro y estuvo dispuesto a recobrar una distancia prudente entre ambos, pero la mano caliente del alfa le impidió levantarse, captando su atención de nuevo.

—Ponme de eso también... — pidió sin soltarle la mano, evitando que terminara apartándose de su lugar.

—Solo es un pequeño raspón, no me digas que no lo puedes soportar, si tenías un colmillo enterrado en la pierna... — Yoongi se burló un poco, pero no hizo esfuerzo por negarse. En su lugar, hizo caso a la petición y tomó un poco de la pomada con su dedo, acortando de nuevo la distancia para centrar su mirada en los labios carnosos del hombre.

—Podría tener tus colmillos enterrados en mi boca y sería igual de doloroso. — Jeongguk no se percató de lo inadecuadas que sus palabras sonaron, no hasta que vio un tenue carmesí pintarse en las mejillas pálidas de Yoongi. No pudo evitarlo, las palabras salieron por sí solas.

—No tengo intención de perder ninguno de mis colmillos, créeme. — sonrió nervioso, terminando de masajear el labio inferior del lobo.

Sentía con una delirante claridad el roce de su aliento, el aura cálida que emanaba su gran cuerpo, era una locura que estuviera prestando atención a esos pequeños detalles. Solo era porque estaban muy cerca, solo eso. Simplemente debía alejarse.

— ¿Y de ponerlos en mi boca?

Yoongi lo miró serio primero, pero después dibujó una media sonrisa, esperando que la expresión del lobo fuera de burla, porque ese había sido un chiste, ¿no? Uno muy extraño.

Pero la mirada de Jeongguk no cambió ni un poco, por el contrario, la mano que tenía sujetándolo apretó su muñeca con un poco más de fuerza. Y esa mirada. Yoongi entendió que no estaba bromeando.

—Eso sería una peor idea. — soltó una risa nerviosa y apartó la mirada.

No quería encontrar interpretación para la extraña actitud de ese hombre, no quería que sus ideas malviajaran y lo llevaran a tener pensamientos inadecuados. Inadecuados entre un lobo y un vampiro.

Una locura. Eso era una completa cosa incorrecta, ¿verdad? No había forma de que él estuviera pensando en que algo pudiera pasar entre ambos, no debía concebir pensamientos extraños sobre lo atractiva que se miraba la línea de la mandíbula de Jeongguk, o de la fuerte y varonil esencia que exhumaba.

Se soltó del agarre del lobo en su muñeca y se puso de pie, dispuesto a recuperar el aliento y dejar pasar el revoltijo de nervios en su estómago.

Comenzó a guardar todas las cosas en el botiquín y se aseguró de que todo quedara en orden, huyó a la cocina y lavó sus manos. No escuchó nada a sus espaldas, supuso que todo había sido un invento suyo, que él en realidad no había tenido a Jeongguk insinuándosele de esa forma tan descarada. Él era un vampiro, no había forma de...

—Quiero que me muerdas. — Manos grandes lo sujetaron de la cadera, el pecho firme lo encerró contra la encimera, y la voz ardió en su nuca. —Quiero que tomes de mí como agradecimiento por todo lo que has hecho.

—No... No hay necesidad de... — Yoongi enmudeció cuando la mano fuerte del hombre lo tomó de la quijada, su cabeza cayó hacia atrás y pudo ver de reojo el rostro próximo de Jeongguk, lucía acalorado, empeñado y concentrado, pero no estaba seguro de en qué; si era en él, estaba en grandes problemas.

—Hazlo. — Jeongguk ordenó de nuevo, el pecho amplio chocaba con su espalda y sentía que una sola respiración más terminaría por colisionar sus cuerpos por completo; una vez que el lobo se aseguró de que Yoongi no iba a escapar, la mano con la que lo sujetaba descendió, lo liberó y con una ligereza que lo sorprendió, lo hizo dar media vuelta y por fin encararse.

—Las mordidas, n-nosotros... — el tartamudeo de Yoongi levantó inevitablemente una sonrisa sobre la comisura de aquel par de labios depredadores frente a él, pero pese a la vergüenza, continuó su vago intento de autopreservación. —Solo nos alimentamos de alguien cuando... Quiero decir, es algo muy íntimo cuando un vampiro muerde sin matar, eso pasa cuando... — Yoongi sintió su rostro arder ante un paso más de cercanía dado por el alfa, ahora tenía que levantar ligeramente la cabeza para mirarlo a los ojos, y eran unos ojos que lo tenían temblando. —Me refiero a que tiene que haber, una clase de vínculo especial, una relación o...

—Solo dilo. — Jeongguk de nueva cuenta levantó su mano hasta sujetarlo del mentón, acarició con su pulgar la piel ahí y se inclinó hasta tener sus labios junto a la oreja del pelinegro. Yoongi cerró los ojos y dejó que sus manos se sujetaran fuerte de la encimera. —Di que tenemos que follar para que puedas morderme.

Las palabras fueron dichas justo en su oído pero él las sintió en otro lugar, él se condenó a sí mismo sintiéndolas en todos los lugares incorrectos de su cuerpo. Su mente traicionándolo, trabajó rápidamente creando imágenes del escenario: de Jeongguk y él besándose, de Jeongguk tomando un buen lugar entre sus piernas, de Jeongguk extendiéndo el cuello para dejar que se alimentara de él...

—Eso no estaría bien. — Yoongi se encogió de hombros ante el cosquilleo que sintió debido al aliento del hombre acechando. Necesitaba una excusa más creíble. —No podemos.

—Déjame pagarte de ésta forma. Tú tienes hambre, puedo verlo en tus pupilas. He visto vampiros hambrientos antes, he visto lo que hacen cuando no consiguen alimentarse adecuadamente. Tú no hueles a sangre por ningún lado, no has comido en un tiempo. Tú necesitas recibirme.

« Yo necesito entrar »

Jeongguk retuvo el aliento durante el segundo en el que Yoongi se rendía frente a él. Estaba fuera de sí, no sabía de dónde había salido ese repentino y primario deseo de aparearse con el vampiro, con el jodido monstruo que le había devuelto el alma al cuerpo en dos ocasiones: la primera, rescatando a su hijo, y la segunda, antojándosele perfecto para darle media vuelta, inclinarlo sobre la mesa y joderlo tres lunas enteras.

—Jeongguk... — Yoongi jadeó cuando la mano cálida del lobo encontró camino debajo de su suéter negro, el contraste de temperaturas lo hizo suspirar de placer, de repente sentía una ola de calor inmensa aún cuando su cuerpo normalmente era frío, aún cuando afuera de la cabaña el clima helaba.

Incluso antes de tener tiempo para pensar en más excusas y razones por las que todo eso era una idea monumentalmente mala, una boca intensa y demandante le robó cualquier suspiro que estuviese pensando en soltar. Una lengua talentosa se abrió paso entre sus labios y marcó a su tacto colmillos y piel; había alguien hambriento ahí, y no parecía ser Yoongi en absoluto.

—Mal... — Yoongi hizo fuerza para desprender sus bocas y hablar entrecortado; su mente se sentía lenta, con ideas y pensamientos densos y alejados de la realidad, pero tenía una sola cosa clara: el peligro. —Está mal... Si tu manada se entera... Los hombres lobo no hacen esto con vampiros, ellos podrían...

—No van a hacerte daño. Nadie va a lastimar a quien salvó la vida de mi cachorro, a no ser que quiera perder la suya. — Jeongguk fue solemne en su juramento, tanto que los ojos de Yoongi brillaron fieles ante los suyos. —Acéptame solo ésta noche y toma de mí.

Yoongi pronunció una profunda maldición antes de cerrar sus ojos y empujarse nuevamente contra los labios salvajes frente a él. Si eso era un sí, si eso era un "estoy jodido", le daba igual para ese punto. No podía dejar de sentir su vientre cosquillear ante la ola de adrenalina que le otorgaba estar de ésta forma con Jeongguk.

Las manos ágiles del alfa fueron directo a su pantalón, había un toque de desesperación en sus actos que hicieron a la cabeza de Yoongi girar, parecía tan necesitado por ello. Por él.

Desabrocharon el pantalón negro que cubría sus tersas piernas, Yoongi fue rápido en sostenerse contra la encimera mientras el lobo hacia su recorrido sobre sus muslos para deshacerse de la prenda, el rostro lo escondió en la curvatura de su cuello, los besos puestos ahí lo hicieron retener jadeos y dejar su cabeza hacia atrás.

—Tenías que tener ésto, ¿cierto?... — la voz grave y pausada de Jeongguk recobró sus sentidos, trayéndolo un poco de vuelta a la realidad. Abrió sus ojos y buscó los del lobo con confusión.

— ¿Qué?... — él quería saber de qué hablaba. No es que tuviera miedo para ese punto, pero había sonado tentativamente amenazador, sólo de una forma distinta, de una forma que lo excitaba.

—Unas malditas lindas piernas, Yoongi.

La mirada pesada de Jeongguk casi lo hizo lamentarse de satisfacción. El cumplido había venido con un par de manos severas aferrándose a sus suaves muslos, para levantarlo del suelo y obligarlo a envolver sus brazos alrededor del cuello del lobo alfa para sostenerse, la cadera del hombre quedó resguardaba entre las piernas que había halagado y Jeongguk no esperó una indicación para retroceder de la encimera en la que estaban recargados y caminar con Yoongi en brazos hacia el sofá del que habían salido.

—Espera, Jeongguk... — Yoongi renegó pero aún así se sostuvo con fuerza del hombre mientras éste lo cargaba a su gusto. —Tus heridas pueden abrir si nosotros...

—Te equivocas, de hecho estoy seguro de que estaré totalmente recuperado después de follarte. Así que cierra esa linda boca.

Lo último que Yoongi sintió antes de siquiera intentar replicar con algún insulto, fue la suavidad del mueble en su espalda, vislumbró la silueta de Jeongguk sobre él, coloreada por la tenue luz que el fuego de la chimenea les proporcionaba en medio de la estancia. El aire se retuvo en su pecho mientras miró cómo el hombre se empezó a desvestir con un alivio reflejado en el rostro.

— ¿Lo has hecho antes con... Un vampiro? — la curiosidad fue natural y brotó en medio de su contemplación al magnífico ser sobre él. Yoongi agradecía la escasa iluminación, porque así Jeongguk no podría burlarse por su expresión avergonzada.

—Mierda, no. — El tinte defensivo en la voz de Jeongguk hizo sentir extraño a Yoongi, entre una fina línea bordando lo ofendido.

— ¿Y por qué?... — su confusión fue clara, aunque trataba de no ser muy legible en sus expresiones. — ¿Por qué ahora tú?...

Jeongguk arrojó al suelo las telas que lo habían estado asfixiando desde que salió de su baño, tomó las piernas de Yoongi y lo hizo arrastrar hasta su cuerpo, quedando recostado sobre su espalda por completo.

—Escucha, es una cosa de lobos, ¿supongo? Yo... Mh, como que de repente quiero... Quiero joderte, solo porque... — Jeongguk pareció enredado entre sus propias palabras, su rostro de repente se coloreó rojo y dirigió la mirada a cualquier sitio menos los ojos de Yoongi, lo cuál captó enormemente su atención, no lo había visto avergonzado desde que puso un pie en la cabaña dispuesto a asesinarlo. Y ahora estaba ahí, desnudo entre sus piernas mostrándose tímido. —Bueno, tú hueles bien. Y... Tú cuidaste a mi cachorro, cuidaste de mí. Podría decir como que le gustas a mi lobo, o te aprueba de alguna forma. No es que puedas entenderlo, de todas formas. Yo tampoco lo entiendo algunas veces...

—Entiendo. — la respuesta firme de Yoongi hizo que Jeongguk volviera a verlo con curiosidad.

— ¿Qué es lo que entiendes exactamente?

—Es como... En el libro del hechicero decía que los omegas eligen a sus parejas catalogándolos como buenos proveedores. Es una ley básica de la naturaleza, si un pretendiente es capaz de cubrir sus necesidades primarias, y sí es grande y fuerte, podrá protegerlos, y a los futuros cachorros que puedan tener... — las cejas de Jeongguk estaban ceñidas, sin poder quitar la mirada del rostro sereno del vampiro mientras le daba ese insólito monólogo. Ahí estaba nuevamente, la intensidad en su iris ámbar. —Sé que tú eres un alfa, ¿cierto? También leí sobre eso, pareces uno. Tal vez... Ocurre algo parecido contigo.

Jeongguk asintió ante las palabras del vampiro. No evitó su sorpresa, había algo en el hecho de que Yoongi entendiera, o por lo menos tratara de asimilar todos esos datos sobre su raza.

Era como si un ser increíblemente hermoso estuviese siendo adiestrado para él. Ningún otro vampiro hubiese adquirido esos conocimientos sin fines defensivos, sin la intención de usarlos en su contra después. Yoongi no había sido impulsado por nada de eso, él lo había hecho para asegurarse de estar tratando bien a su cachorro.

La idea le hizo eco en la mente, y le dio una extraña sensación en el estómago, al ver los finos rasgos del vampiro bajo él.

—Es así... — la voz de Jeongguk fue más grave ésta vez, y le acompañaron un par de manos calientes, deslizándose debajo del suéter negro que aún vestía. —Los omegas buscan un proveedor y un buen protector para asegurar su bienestar... — las manos continuaron su trayecto, el rostro de Yoongi enrojeció ante los toques en sus pezones, tuvo que tragar saliva para no jadear ante la expresión de Jeongguk devorándolo con solo su mirada. Se sintió diminuto sobre las manos del lobo, nunca se había sentido así de sensible. —Los alfas buscamos una pareja que pueda cuidar bien a nuestros cachorros, es primitivo si lo ves todo así, pero es esencial para la supervivencia... — El cuerpo de Jeongguk se inclinó sobre el de Yoongi, las manos seguían acariciando debajo de la prenda y buscaron camino hasta la cadera. — ¿Tu vas a darme cachorros, Yoongi?...

La sonrisa burlona en los labios de Jeongguk desapareció al momento en el que decidió atacar la piel del cuello de Yoongi. El vampiro suspiró y extendió su cabeza, sus piernas se abrieron al tiempo y sin querer, sus caderas se levantaron para encontrarse finalmente con la mano que lo estaba acariciando.

Cerró sus ojos, se perdió en la sensación de su miembro siendo atendido por una palma caliente, y su cuello cubierto de besos y lengüetazos hábiles. No encontró sitio para sus manos y solo pudo dirigir una a la nuca del hombre que lo apretaba, y la otra a su cadera, sin saber si era lo correcto, pero recibiendo una corriente ante el roce de sus dedos sobre la piel.

Un gemido agudo salió de su boca cuando sintió la punta de su miembro ser sobreestimulada, un dedo de Jeongguk jugando con la sensible abertura lo hizo mover su cadera con más desesperación, buscando, buscando... Quería alcanzar algo, necesitaba más de eso, lo que Jeongguk estaba dándole.

— ¿Y tú lo has hecho antes?... — La pregunta viajó grave hasta su oído, sus ojos se abrieron para darse cuenta de que tenía el rostro del alfa justo frente al suyo, tan cerca que podía escuchar su palpitar.

—No... — Yoongi se sintió tímido ante la confesión, pero se rehusó a parecer un idiota ante la densidad en la mirada de Jeongguk. —Nunca lo he hecho hasta el final... — agregó.

Él no iba a ponerse a dar detalles de su limitada vida sexual, ni antes de ser un vampiro ni como uno, no había mucho que decir, solo que jamás se había sentido de esa forma: tan ansioso y sensible por algo, por alguien.

Jeongguk no respondió, en su lugar, una vibración proveniente de su pecho, un sonido más animal que humano.

Él tampoco dijo algo más, solo se dispuso a sentir. Sentir el dedo de Jeongguk que antes lo había estado torturando, perderse entre sus piernas, forzando un poco sus muslos y haciéndose camino poco a poco.

También su boca fue tomada, profundo y húmedo eran los adjetivos con los que podía describir sus besos, sentía su mandíbula entumida y su respiración incompleta, el ritmo no le daba tregua y él solo quería seguir recibiendo más de esos varoniles jadeos sobre sus labios.

Sus piernas temblaron un poco, pero se extendieron más cuando un ronco "abre" se lo ordenó. Sentía los dígitos extenderlo y tensarlo, había una difícil sensación en su vientre, su piel estaba ardiendo justo donde tocaba, sus ojos brillaron un poco ante la sensación de los dientes de Jeongguk hincándose tenuemente en sus clavículas.

Para ese punto ya no era capaz de mantenerse quieto o callado, sabía que probablemente lucía ridículo, tan urgido y ruidoso. Pero era algo que no podía evitar, no cuando Jeongguk era tan bueno encontrando cómo atacar cada punto de su sensible cuerpo.

La ropa interior mal colocada que aún lo cubría se sentía pegajosa, sabía que había un desastre ahí abajo, y los movimientos de la mano de Jeongguk embistiéndolo solo hacían que fuera peor. Quería más, algo más realmente, algo por lo que su cuerpo estaba retorciéndose.

—Jeongguk... — su suspiró viajó flojo fuera de sus labios, dulce y débil.

Jeongguk pareció tomarlo en cuenta, porque se retiró un poco de su cuerpo y finalmente se encargó de hacer a un lado la prenda interior que seguía estorbando, también lo ayudó a levantar los brazos para quitarle el suéter. El ambiente fresco lo azotó, su piel estaba fría como comúnmente debía estar, pero había algo debajo de ella que estaba ardiendo, como nunca había sentido.

Jeongguk detalló la figura bajo él, miró la palidez de sus extremidades, la silueta de sus proporciones, la curva linda de su cintura y la agradable carne de sus muslos. Su boca se secó y tuvo que tragar saliva, todo eso, junto con la sumisa expresión que dibujaba en su rostro gentil y sutilmente enrojecido, lo hizo sentir incontrolable.

— ¿Estás seguro de que eres un vampiro, Yoongi?... — la mano de Jeongguk se posicionó sobre el cuello del pelinegro, dejó una caricia suave y apretó un poco sin ejercer la suficiente fuerza como para angustiar a Yoongi, solo tocándolo, y después descendió por su pecho hasta su abdomen y dibujó con sus dedos la tierna línea de su cintura, hasta quedarse en sus caderas. Yoongi sintió escalofríos por donde recorrió su cuerpo, trató de cerrar un poco sus piernas debido a lo nervioso que lo puso la inspección del lobo, pero éste no lo dejó, se mantuvo entre ellas haciendo su espacio. —Serías un omega tan bueno... — las palabras lo hicieron encogerse en el sofá, pero también la mano intrusa de nuevo, colándose entre sus piernas para profanar su entrada otra vez. La otra mano que había estado descansando en su cadera, viajó de nuevo por su cuerpo con el camino de caricias, hasta tocar con suavidad su vientre, ahí se detuvo y buscó su mirada. El encuentro fue electrizante, Yoongi no estaba seguro de si era normal que su cuerpo fuese tan propenso a desestabilizarse debido a un cambiaformas. —Te pondría un cachorro aquí...

Yoongi se arqueó en su lugar y gimió alto y largo cuando la mano de Jeongguk embistió profundamente contra su cuerpo, su mente se crispó ante la sensación, algo apretando en su interior de placer, algo que alcanzó la mano de Jeongguk.

Trató con ganas de no imaginar aquellas extrañas palabras en su cabeza, pero fue imposible no hacerlo, cuando Jeongguk simplemente acarició la piel de su vientre, descendiendo y finalmente envolviendo su mano alrededor del miembro enrojecido de nueva cuenta.

La idea instalada lo hizo chillar por alguna extraña clase de nuevo placer; no había ninguna puta manera de que él pudiera concebir un hijo, no se supone que los vampiros estén hecho para eso, a menos que se tratara de una mujer. Y hasta donde él concernía, él era muy hombre como para no notarlo.

Lo que Jeongguk decía era simplemente algo ajeno a él, o debiera serlo... No se supone que se sintiera tan caliente por imaginarse preñado de Jeongguk, de un jodido cambiaformas. Él no era un omega, ni nada de eso. Daba igual que Jeongguk lo intentara, era una idea absurda. Pero que lo dejó temblando de anticipación.

—Podría anudarte, Yoongi... Eres fuerte, tú lo resistirías muy bien... — la voz de Jeongguk se reunió espesa en su cabeza, sus ojos se abrieron con confusión y cansancio, las manos de Jeongguk masturbándolo lo tenían fuera de sí, mil veces por encima de todo.

—Qué estás diciendo... — Yoongi trató de comprender sus palabras, objetar algo a la locura que proclamaba, pero para ese punto estaba un poco ido en su cuerpo sintiéndose tan bien, él solo quería... —Joder, más ahí... — su cuerpo se tensó y suplicó.

Sabía que sus quejidos sonaban miserables, lo hacían a su parecer, pero no podía dejar de emitirlos, no mientras Yoongi se esforzaba en tocar cada vez más grandiosamente eso dentro suyo que lo hacía retorcerse en una placentera agonía

Él iba a gritar pero su aliento no fue suficiente, un jadeo ahogado y su cuerpo se contorsionó ante la ola que lo abrumó, el orgasmo le dejó el cerebro revuelto, las estrellas se acomodaron sobre su cabeza mientras su cuerpo hipersensible, se relajaba lexo en el sofá.

Escuchó a la lejanía la voz de Jeongguk, un "buen chico" se resguardó en su oído y lo siguiente fue rápido para su cuerpo moldeable. Jeongguk lo tomó entre sus brazos y lo hizo sentarse sobre su regazo, recobró de a poco sus sentidos y pudo finalmente mirar el atractivo rostro del hombre frente a él. Quería atribuirselo a la magia post orgásmica, pero justo en ese momento quería tanto besarlo y sentir su lengua de nuevo, muy profundo en su boca.

Él no iba negarse algo para ese punto, no necesitó invitación, simplemente tomó lo que quería. Sus brazos envolvieron el cuello de Jeongguk y estampó sus bocas. Fue rudo y desesperado, pero Yoongi le respondió ávido.

Sus muslos se tambalearon cuando sintió las manos del lobo guiar su cuerpo, levantando su cadera un poco para dar espacio entre ellos al miembro bien posicionado contra su entrada estimulada. El toque caliente y duro lo descolocó un poco, separó sus labios de los de Yoongi para verlo con una pizca de temor; la razón abriéndose paso en su agitada mente. No había vuelta a atrás.

—Baja suavemente... — Jeongguk murmuró contra sus labios cuando sintió los brazos de Yoongi tensos a su alrededor, el vampiro lo miró intensamente, y aunque en su rostro se leía el claro temor, asintió religiosamente ante la recomendación del lobo. Los brazos se enrollaron con más fuerza sobre los hombros de Jeongguk y escondió su rostro en su cuello, mientras movía su cadera de la forma en que Yoongi le indicaba con sus manos. —Respira lento... — el susurro alentador lo hizo encogerse más contra la piel sudorosa de los hombros. Gimió lento, conforme su cuerpo bajaba, tomando su lugar, tomando a Jeongguk dentro suyo. —Lo estás haciendo bien, Yoongi. Lo haces perfecto...

Yoongi sintió su rostro arder ante los halagos dichos en su oído, pero una sensación cálida se propagó por su pecho hasta su vientre. El dolor era terrible, pero las manos grandes de Jeongguk acariciándole los muslos, la cintura y la espalda, hacían mucho por relajarlo, su voz y sus cumplidos fueron reconfortantes, pese a la bruma de nervios y nuevas sensaciones; lo animaron a seguir, él decía que lo hacía bien, quería demostrar qué tanto.

— ¿Así?... — Yoongi preguntó exhausto sobre el oído de Jeongguk. Su cuerpo entero ardía, podía sentir cómo su entrada se extendía para resguardar la longitud de Jeongguk con tanta claridad, muy dentro suyo; estaba seguro de que no podría dar un solo paso cuando terminaran. Estaba impresionado, él jamás imaginó que pudiera hacerlo.

—Casi lo tienes, cariño. — Yoongi estaba a punto de objetar algo, porque en verdad sentía que nada más podía entrar en su lastimado cuerpo, pero entonces, un levantamiento de cadera por parte de Jeongguk le robó cualquier palabra de la garganta y lo hizo gemir. —Justo ahí. Ahí es donde debe estar, ¿puedes moverte para mí, cielo?...

Yoongi se apartó del cuello de Jeongguk, aún abrumado por la llama de placer que lo invadió. Asintió con decisión a pesar de la incomodidad en su cuerpo. Su estómago revoloteó al escuchar aquellos apodos, le otorgó ganas de continuar y seguir siendo reconfortado de esa forma.

Eso había sido, realmente mucho mejor que los dedos anteriormente. Por el infierno que dolía, pero fue mayor el arranque y la necesidad de obtener más de eso que sentía al final, de la descarga de placer que le otorgaba moverse un poco, solo un poco, y bajar más. Hasta que sus cuerpos estuvieran totalmente unidos y él pudiera sentir ese nuevo placer adictivo de ser jodido hasta las entrañas.

Sus brazos se sujetaron del respaldo del sillón mientras aceptaba el vaivén de las manos de Jeongguk en sus caderas, su cuerpo obedeció y pronto hizo frente al dolor para bajar y subir sobre el miembro que montaba. Su cabeza se echó para atrás conforme sentía su interior siendo acariciado, no había forma en el mundo de que pudiera parar ahora.

Sus gemidos llenaron la habitación, así como el resbaladizo danzar de sus caderas siendo empujadas contra las de Jeongguk, que habían encontrado el ritmo adecuado para encontrarse con las suyas. Se atrevió a bajar la vista en medio de su placer y poder ver el rostro del ser que lo estaba destruyendo por dentro, jadeó de placer ante la caricia visual, y sintió su vientre contraerse de anticipación.

La conocida sensación en su boca se abrió paso. Su boca se hizo agua ante la imagen frente a él, la piel cincelada del cuello de Jeongguk, brillante y tersa para él. El picor en sus encías y la mirada inquieta del hombre en su boca le avisó lo que pasaba.

—Joder... — Jeongguk gimió, observando las puntas afiladas que sobresalieron de entre los labios del vampiro. La imagen lo hizo temblar y agradeció estar sentado y tener a Yoongi sobre sus piernas. Su lobo se estremeció en un extraño sentimiento de miedo y fascinación al mismo tiempo, cautivado por la mirada escarlata del bello hombre sobre él.

Nadie jamás lo había mirado de esa forma, como si lo necesitara tanto, como si quisiera tanto fundirse a él. Y aunque sabía que la idea debería provocarle un terror inigualable, la devoción y pasión en la expresión de Yoongi lo tenían entregado y dispuesto. Él quería ser mordido justo en ese maldito momento.

Con ese último deseo surcando sus pesados pensamientos, él inclinó su rostro, exponiendo su cuello ante Yoongi. El alfa mostrando el cuello, no a otro lobo, sino a Yoongi. Cerró sus ojos antes de dar una última estocada sincronizada contra el cuerpo de Yoongi, se estamparon y no fueron capaces de separarse.

Yoongi aceptó el regalo, sus colmillos se hundieron en la piel de Jeongguk, cerca de su clavícula, y el placer explotó en ambos.

El sabor llenó sus sentidos, todo lo que había probado hasta ese momento, había significado nada en comparación con el dulce sabor de Jeongguk. Bebió. Lo hizo escuchando en su mente el sonido del corazón del lobo bombeando más sangre, soportando el desgaste de su cuerpo.

Las manos de Jeongguk apretaron su cadera, estaba seguro de que sintió un par de garras rasguñar su piel pero eso no le importó en absoluto, él quería tener heridas en su cadera por culpa de Jeongguk.

Una nueva sensación lo trajo de vuelta en el momento correcto, el pecho de Jeongguk vibró y gimió un alarido, corriéndose aún en su interior, afianzando su cuerpo al suyo para que no hubiera oportunidad de separarse ni un poco.

Abrió los ojos y dejó de morder, su cuerpo se arqueó y su boca trató de recobrar el aliento mientras sentía la devastadora forma en la que su cuerpo se llenaba. Sollozó en medio de su trance y de nueva cuenta alcanzó un orgasmo pleno y largo, que lo dejó por un momento perdido en su mente y en la espesa bruma que lo rodeó.

Su cuerpo agotado se dejó caer sobre el de Yoongi. Lamió sus propios labios, sintiendo los últimos rastros de la sangre del lobo sobre él, los disfrutó al tiempo que su cuerpo trataba de estabilizarse y se adaptaba a su nueva prisión: los brazos de Yoongi impidiéndole alejarse.

— ¿Qué mierda hiciste con tu boca? — la voz agitada de Jeongguk lo trajo de vuelta lentamente al mundo real.

Abrió sus ojos y encontró fuerza para levantar su cuerpo y poder mirarlo. Sonrió ante la expresión iluminada del lobo perplejo. Le gustaba cómo se miraba, le gustaba su sorpresa. Él también podía ser una criatura interesante.

—Nuestra saliva es especial... — comenzó a explicarle, mientras su mirada instintivamente se dirigía a la herida en el cuello de Jeongguk, aún enrojecida y brillante. —Puede actuar como una especie de afrodisíaco, o como un veneno. Dependerá de cómo sea tratada la presa... — Jeongguk lo miró con una expresión desdeñable, robándole una risa floja al vampiro. —O pareja, en tu caso.

—Mierda, yo... No sabía nada de eso, fue... — Jeongguk exhaló, tratando de poner en orden todo dentro de su cabeza. Se sentía terriblemente agotado, pero increíblemente satisfecho. —No puedo moverme, estoy vacío. Tendrás que quedarte sobre mí.

—La mordida ya está sanando... — Yoongi ignoró la mirada burlona del lobo, porque sintió sus mejillas ruborizarse por estar cayendo en cuenta del escenario poco a poco. —Gracias por dejar que tome de ti.

Jeongguk lo miró fijamente. Si bien era cierto que al principio estuvo aterrado de ser mordido, la idea no fue del todo desagradable, más que como una forma de pagarle a Yoongi. Ahora pues, que habían hecho lo que habían hecho, no estaba seguro de si sería capaz de no comparar cualquier cosa con esa sensación, con haber tenido a Yoongi mordiéndolo y jodiéndolo de esa forma.

—No es nada. — Jeongguk le restó importancia, pero había algo que satisfacía a su lobo plenamente por haber sido útil de esa manera para el vampiro. —Y... Me gustaría mucho seguir sosteniéndote de ésta forma sobre mí, pero... Escucho una carreta acercándose a la cabaña.

Yoongi lo miró con confusión, pero fue entonces que recobró el sentido de la razón y prestó atención a su alrededor, al sonido a la distancia del trote de unos caballos, y una voz conocida.

— ¡Yoongi! ¡¿Estás aquí?!

—Es Seokjin... — Yoongi pareció olvidarse de que hacía unos segundos no sentía ninguna de sus extremidades, porque logró ponerse de pie con una rapidez que lo asustó. Se quejó de dolor ante su propia brusquedad y tuvo a Jeongguk sosteniéndolo para ayudarlo a recostarse en el sofá en medio de maldiciones por su insensatez. —Joder, es Seokjin...

— ¿El hechicero?... — Jeongguk preguntó curioso, mientras colocaba un cojín detrás de la cabeza de Yoongi y le ayudaba a extender sus piernas a lo largo del sofá. Echó una rápida mirada al cachorro en su tendido, que aún dormía profundamente envuelto en el suéter de Yoongi. —Oye, había olvidado a mi cachorro por tratar de hacerte uno a ti.

—Eres un idiota... — Jeongguk recibió un buen golpe en el brazo de un Yoongi avergonzado y molesto, pero no pudo evitar reír. —Seokjin va a matarme... Él estaba en un viaje importante, pensó que tú ibas a matarme por el cachorro y se fue con la preocupación. Sabía que iba a acortar sus planes para asegurarse de que estuviera bien, pero... No pensé que volvería justo al siguiente día...

— ¿Te matará porque no te maté? No tiene mucho sentido para mí.

—No. Va a matarme porque tú y yo...

El sonido de la puerta forzándose los sacó a ambos de su mundo, y entonces, un agitado Seokjin hizo presencia en la estancia, quedando congelado ante la imagen que lo recibió. Jeongguk lo miró sentado en el suelo, y Yoongi solo tuvo tiempo de tomar una prenda cercana y usarla para cubrirse el regazo, sintiendo su estómago encogerse de nervios y su rostro pintarse de rojo.

— ¿Yoongi?...

— ¡Estoy bien! Estoy bien, Jin... — Yoongi se sentó en el sofá con mucho esfuerzo, aún cubriendo su desnudez ante la mirada confundida y juzgadora de su amigo. Justo en ese momento, desearía ser tragado por la tierra. —Yo, uh... Él no me mató.

—Por supuesto, puedo verlo... — Seokjin se cruzó de brazos en su lugar. Alternó su mirada de Yoongi a Jeongguk y al cachorro frente a la chimenea, uniendo las piezas en su mente con rapidez. —Yoongi, ¿acaso escuchaste algo de lo que te dije que hicieras?

— ¡Sí! Yo seguí tus instrucciones, cuidé al cachorro, le di leche de cabra, usé las fragancias, leí el libro...

— ¿Y entre mis instrucciones estaba follar con el papá del cachorro?

—Pues no... — Yoongi bajó la mirada tímido, totalmente avergonzado de la extraña situación en la que se había metido.

—Limpien y ordenen un poco este lugar. Namjoon vendrá en cualquier momento.

— ¿¡Qué!? — Yoongi de repente olvidó todo el dolor en su cuerpo y se puso de pie, empezando a buscar su ropa por el suelo. — ¿Por qué llamaste a Namjoon? E-eso no... Él no puede verme así...

— ¿Así cómo? ¿Jodido y satisfecho?... — Seokjin se aprovechó un poco de la situación para hacer burla de su amigo. — ¿Cómo iba a no decirle? Tu vida estaba en peligro, claro que le dije que me alcanzara. Por cierto, Jeongguk... Minyee también viene en camino.

— ¿¡Qué!? — Ahora fue el turno del pelinegro para ponerse de pie y mirar con susto al hechicero. — ¿Y ella por qué viene?

—Tu hermana es la líder de éste lado de su territorio, ¿recuerdas? Además, si llegaba y algo le había pasado a Yoongi por uno de los suyos, tendría que tratarlo con ella, y también el tema del cachorro. — explicó el castaño. Dio una última mirada a la nerviosa pareja antes de suspirar y bajar sus brazos a sus costados. —Afortunadamente... Yoongi está bien, tú tienes a tu cachorro. Y ustedes dos... Bueno, no voy a meterme en lo que sea que ustedes hayan hecho, ya tendrán que dar suficientes explicaciones cuando lleguen Namjoon y Minyee.

—Seokjin, esto... Jeongguk solo dejó que me alimentara de él y...

—Yo solo quería hacerle un cachorro a Yoongi.

Un nuevo golpe fue a dar en el brazo del lobo, robándole un quejido de dolor esta vez. Seokjin suspiró con resignación y una disimulada sonrisa surcó sus finos labios ante los dos líos de criaturas que tenía frente a él.

No lo iba a decir en voz alta, pero estaba infinitamente agradecido de que las cosas se hubiesen dado... Como sea que hayan pasado. Porque tenía a Yoongi con vida, el cachorro estaba a salvo, y ahora tenía a Jeongguk seguramente con una nueva deuda de vida hacia ellos.

Las cosas estarían bien. Pero eso no significaba que dejaría pasar lo que ese par le hizo a su sofá favorito.

Ipagpatuloy ang Pagbabasa

Magugustuhan mo rin

183K 10.4K 25
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...
67.5K 6.8K 21
━━━━━━━━━━ ‹𝟹 ━━━ ⠀⠀⠀⠀𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪, 𝘵𝘶 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯𝘢 𝘮𝘦𝘯𝘰𝘳 𝘦𝘴 𝘭𝘪𝘯𝘥𝘢.. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀﹫𝘈𝘬𝘢𝘳𝘪 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪| 2023
595K 79.7K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!