Narra Cameron
Fue una coincidencia estar en el lugar exacto en el momento indicado, para darme cuenta que lo había perdido todo en un abrir y cerrar de ojos. Fue el momento en el que ese balde de agua fría corría por mi espalda mentalmente. El momento en el que ese golpe en la cabeza me estrelló contra el suelo y me hizo volver a la realidad. El momento exacto en el que Evan puso una de sus rodillas al suelo, mientras declaraba su amor eterno a la que alguna vez fue el amor de mi vida, ahí supe que para mí, todo había acabado y que no tendría más oportunidades de ser feliz a su lado.
El momento en el que si estuvieras en mi lugar, sabrías cómo me siento. Sin una gota de esperanza y el corazón hecho pedazos; mordido y arrancado por esos lobos feroces que aullan a la noche. Momento en el que quise salir corriendo a los brazos de ella, arrepentirme de todo lo que dije e hice y pedir que volviera a mi lado. Momento en que descubrí que fui todo un patán y que ese podría ser yo, en lugar de un militar.
-Espero que seas feliz, realmente feliz... Él te dará todo lo que yo no- Dije para mi, para después escribir algo en mi celular y retirarme del lugar en cuando sentí sus ojos sobre mi.
Si estuvieras en mi lugar, no importa quién seas o qué seas, estarías lleno de furia y tristeza, despecho y rencor... Estarías lleno de soledad. Sólo pude sentir cómo mi vida se venía abajo por una simple acción que pude evitar si hubiera pensado bien las cosas desde el principio, si hubiera sido más responsable y abierto, si hubiera sido sincero y hubiera expresado todo lo que siento en el momento indicado.
No me queda de otra más que verla feliz con otro hombre, con alguien que está dispuesto a dar su vida con tal de verla feliz, alguien que sacrificaría cada cosa con valor en su vida para estar con ella, mientras que yo estoy aquí, actuando de la manera más cobarde por salvar mi carrera. ¿Por qué eso me tenía que importar ahora y no mi vida personal?, ¿por qué el trabajo tenía qué ser más importante y las relaciones que tenía gracias a él?, ¿por qué no podía ser feliz con la que fue mi mejor amiga?, ¿por qué no podía ser feliz?.
-Fuiste un total estúpido y lo sabes, Cam, ya no hay vuelta atrás, ya no hay una manera de solucionarlo. No importa cuántas veces lo repitas, éste fue tu mayor error, la dejaste ir por tu forma de ser, por no pensar en ser feliz primero.- Daba palmadas a un lado de mi cabeza mientras aún seguía sentado en mi auto- Con ésto ya lo perdiste todo y sólo puedes refugiarte en tu trabajo, en tu fama... Una fama que no vale nada si ella no está contigo.-
Fue muy egoísta de mi parte sólo pensar en mí y en lo que me beneficiaba, y no pensar en ella y lo que yo hacía que le afectaba. Fue muy egoísta de mi parte no hacerla saber que ella era lo más importante para mí, más que mi trabajo y mi fama. Fue muy egoísta de mi parte no decirle todo y guardar silencio. No la defendí lo suficiente, no la cuidé lo suficiente, no me preocupé ni me interesó ya que ella siempre fue fuerte y valiente. Ella aparentó siempre estar bien, cuando en realidad estaba quebrada, soportando cada minúsculo detalle. Soportando mi trabajo, soportando mi actitud.
Nunca pude decir que lo sentía y ahora es tarde; ahora tiene a alguien que se la merece, de pies a cabeza; ella tiene a alguien que la valora, ella tiene a alguien que la ama y está dispuesto a vivir hasta el último día de su vida a su lado. Al, lamento hacerte pasar tantas cosas, agobiar tu mente y voltear tu vida de la noche a la mañana. Lamento ser causante de tantos problemas en tu vida y no poder asumir esa responsabilidad porque, porque soy un cobarde. Al, lamento haberte amado en el momento equivocado , lamento abrir mi corazón en un momento vulnerable para ambos. No te merezco, nunca lo hice, pero aún así agradezco cada minuto contigo, cada sonrisa, cada lágrima, cada emoción de la que me hiciste parte.
Unos 15 minutos habían pasado cuando me di cuenta que los autos a mi alrededor comenzaban a moverse. El cielo se volvió gris, siendo que durante el día estaba todo perfecto y soleado. El clima perfecto para describir cómo me sentía en ese momento. Ahora realmente comenzaba a sentirme de la manera en que Candace me decía que se encontraba Aleena; ahora comprendía que era éste sentimiento tan pesado en el pecho. Arranqué el auto y lo único que quería hacer era alejarme de todo, no quería cruzarme con ella, Evan o alguno de sus familiares. Quería evitar actuar de una manera tan estúpida. Quería evitar seguir sufriendo. Éste era el momento para que nuestros caminos al fin se separen por completo.
-Al... Si estuvieras en mi lugar...- Suspiré pesadamente, sintiendo humedad correr por mis mejillas.- Ahora sé lo que sentiste al verme con otra chica, lo comprendo todo... No quiero dejarte ir... No quiero que te vayas de mi lado, no por favor.- Golpear el volante no serviría de nada, descargar mi ira de esta manera era insaciable.- Vuelve, por favor.-
No puedo pedir nada ahora, ella ya no es mía, nunca lo fue... Ella nunca fue una propiedad o un objeto, siempre fue un alma libre, un alma que dañé, un alma a la que le arranqué las alas y otro chico curó. Un alma que dejé ir y encontró el camino indicado. Un alma que me hace falta, que llenaba éste vacío en mi... Un alma que ahora se une a otro para la eternidad.
-Si tan sólo supieras cómo me siento, Al... ¿Estarías feliz?-
No sé cómo terminé a las afueras de la ciudad después de conducir con la vista nublada, la lluvia ligera caía sobre todo. No podía expresar ya emociones porque me sentía drenado, me sentía totalmente cansado. Era como si algo o alguien hubiera puesto un gran peso sobre mis hombros y me obligara a correr un maratón de 100 metros. Era como si alguien me hubiera golpeado en el estómago y esperara la reacción de mis náuseas... Ese alguien era yo, totalmente yo. Mi mente jugaba en mi contra, mi mente se estaba adueñando de todas las ideas. La ansiedad comenzaba a subir por mis piernas hasta mis brazos, el hormigueo incómodo y la presión en el pecho, la falta de aire y la taquicardia, sentía que moría lentamente.
-Todo estará bien Cameron, si ella es feliz, tú debes de ser feliz, ese siempre fue el propósito en tu vida. Verla sonreír.- Intenté calmarme. -El mundo no se va a acabar, sólo se abrirán nuevas puertas y habrá más oportunidades.-
Ese pequeño juego mental sólo hacía que me estresara más, que el llanto incontrolable apareciera y que mi garganta se secara con esos gritos de desesperación que sólo podía emitir, aprovechando que estaba solo, sin nadie a kilómetros de mi.
-¡Al!, ¡admito que fui un imbécil al no saber valorarte!, ¡admito que no te cuidé lo suficiente para mantenerte a mi lado!, ¡por favor Al, no me dejes solo, no te vayas!, ¡Al, no te vayas con él!... ¡Maldita sea, Al, perdón por no ser Evan, perdón por no ser él!, ¡perdón por irme cuando más me necesitaste!, ¡perdón por todo lo que te hice y nunca me di cuenta!- Caí de rodillas a lo que ahora era lodo, cubriendo mi rostro con mis manos sucias- Perdón por todo Al... Si supieras cómo me siento... Si estuvieras en mi lugar.-
Todos en los sets en los que había estado trabajando me dijeron que estaba cometiendo error tras error, pero que ella no me lo diría porque no quería incomodar ni interferir, lo dejé pasar porque siempre creí que ella se quedaría conmigo. Las palabras de mis compañeros resonaban en mi cabeza hasta que, la última voz fue de la última chica con la que salí... Sadie... Cómo odié esas palabras.
-Ella no pertenece a nuestro mundo, no vale la pena pelear por alguien como ella, ¿por qué te interesa?, esa chica rara sólo atrae los problemas, hundirá tu carrera.-
Sadie jamás conoció a Al, ella nunca atraía los problemas, más bien, los evitaba y quería que yo hiciera lo mismo, ella siempre vio por mi y mi seguridad. Aleena siempre estuvo para cuidarme, incluso cuando éramos unos simples niños. Aleena siempre estuvo a mi lado en las buenas y en las malas, así como yo quise estar al lado suyo. Al valía todo y más, ella era mi tesoro, mi pequeño pedacito de cielo en la tierra, ella era mi vida entera una vez que la volví a encontrar y la perdí, la dejé ir, se la entregué a otro chico sin darme cuenta. Y él, él había sacado el mayor provecho de todos... Dio un paso que yo jamás me vi haciendo, un paso que sería el cambio de nuestras vida. Yo debería de ser ese el que le proponga unirnos y vivir eternamente juntos en esta vida y en las que siguen. Esos deberíamos ser sólo nosotros dos... Aleena y Cameron contra el mundo.