flashback.
La tomo entre mis brazos con cuidado para poder comenzar a caminar con cuidado hacia la cama. La cual se encuentra al medio de la habitación.
Su cabeza de hunde rápidamente en la almohada ni bien la dejo caer sobre esta, y sus ojos se entre abren como respuesta.
-Ven- me dice, estirando sus brazos hacia mí. Y no dudo lanzarme a la cama junto a ella- Me duele mucho la cabeza.
Susurra en mi oído, apegando su cuerpo al mío. Coloco mis manos en sus caderas y la atraigo mucho más hacia mí.
-Debe ser por todo el vino que has tomado.
Niega de inmediato.
Río, besando su frente.
-No lo creo- responde- No tome taaaaanto vino.
La miro, obviando con la mirada.
-Creo que deberíamos de volver a Estados Unidos cuanto antes.
-No, no, no- no tarda en decir- Te quiero aquí conmigo, siempre- se sube a ahorcadas encima de mí- Me gusta estar aquí contigo, lejos de todo.
Coloco mis manos sobre sus nalgas sin poder resistirlo. No es bueno para mi salud mental que no traiga ropa interior debajo de esa falda.
Trago saliva.
Alzo la falda de cuero negra que trae puesta para poder sentirla mejor... para poder acariciarla mejor.
-¿Quieres coger?
Pregunta.
Llevando mi mano hacia su boca. Procede a meter dos de mis dedos dentro de esta, y los chupa. Fuertemente.
Mi glande no tarda en darme una punzada.
-Sí- respondo- Quiero metértela hasta que llores.
Ella ríe, sacando mis dedos de su boca, mojados, pero luego poder llevarlos hacia su intimidad. La cual ya se encuentra libre.
-Mételos.
Llevo mi mano hacia mi boca, y escupo un poco en esta para poder volver a dirigirla hacia su entrepierna. Gime.
Acaricio su intimidad con suavidad, en círculos, encargando de mojarla cada vez más sin dejar de sentir su mirada sobre la mía.
-¿Te gusta?- pregunta, sonriente y con el cabello enmarañado. Ebria- ¿Te gusta sentirme?
Sonrío.
-Me encanta.
-Quiero que metas tus dedos.
Y lo hago sin dejar pasar un segundo.
Introduzco dos de mis dedos en su vagina
Tira su cabeza hacia atrás, dejándome su cuello en bandeja. Mis labios no tardan en besarlo, deseoso.
-Me encantas- me dice- No quiero volver a Estados Unidos, quiero quedarme en París follando contigo siempre.
Sonrío.
No me opongo a la idea realmente.
Acerco mi pecho hacia su cuerpo, sintiendo sus senos sobre los míos. Volviéndome loco.
Saco mis dedos de su intimidad para poder enterrarlos en ella con más fuerza.
Bajo mi cabeza tan solo un poco para poder colocar uno de sus senos desnudos en mi boca.
-¡Ah!- gime- Dios, me encantaría que hicieras esto todos los días.
Chupo cuidadosamente uno de sus pezones, para luego retirar mi mano de su intimidad y llevarla hacia su boca.
_________ acepta gustosa y lame mis dedos, sonriente. Poniéndome mucho más de lo que ya estoy como si fuese posible.
-¿Quieres que te folle ya?
Asiente.
-Por favor.
-¿Ya estás lista?
Sonrío.
Y ella también lo hace.
Muerdo su cuello tratando de no ser tan brusco.
-Quiero sentirte de una vez.
Gimo.
Me coloco entre sus piernas de inmediato.
Con una de mis manos, toco mi glande, y lo acomodo dentro de su entrada.
-Te voy a follar tan...
Tin ton.
Suena el timbre de la habitación en la que estoy hospedándome.
Tiene que ser broma.
Tiene que ser una maldita broma.
_________ bufa.
Esta a punto de besarme de nuevo pero aquel ruido tan molesto vuelve a interrumpirnos.
-¿Quien es?
-Debe de ser la comida que pedimos hace media hora- suspiro, con unas tremendas ganas de quedarme en la cama.
-Voy a ir a abrir, dame un minuto.
-¡No!- digo rápidamente- Iré yo, no quiero que te vean en albornoz.
O que reconozcan que eres hija del jodido empresario más involucrado en finanzas de América por el momento.
Sería un golpe de mala suerte si es que llegan a darse cuenta que estoy en este hotel con __________. Más para mí, que para ella en realidad.
Me levanto de la cama con pesadez.
Tomo uno de los albornoz que están en el suelo, y me lo coloco sin pensarlo más, dirigiéndome con paso rápido hacia la puerta. La cual abro ni bien estoy frente a ella.
-Buenos días señor Lynch, aquí está la comida que pidió.
Bufo sin siquiera pensar en lo mal educado que pude sonar.
-Yo paso el carrito- le digo- Todo está cargado en mi cuenta ¿verdad? No manejo efectivo.
Le digo, abriendo más la puerta para que el carrito con la comida pueda entrar cómodamente. Una vez que ya está adentro, vuelvo a mirar al chico.
"Zac"
Dice la placa que lleva en el pecho.
-Sí, déjeme confirmar eso en el lobby, subo a penas me den la respuesta.
Niego de inmediato.
-No te preocupes- suspiro- Ya encontraré un cajero donde sacar dinero, gracias.
Cierro la puerta antes de que pueda decir algo más, pero vuelvo a abrirla con pesadez cuando esté vuelve a tocarla.
-Disculpe por incomodarlo señor, pero justo iba a preguntarle si todo anda bien por el momento con su estadía en el hotel- frunzo el ceño- Una chica vino hace un par de horas a preguntar por usted, y la dejaron entrar, firmó con el nombre de _________ Thomas.
Mi rostro palidece.
No me jodas.
Tonta _________.
Tonto yo.
Suspiro.
-Todo correcto, gracias por preocuparse.
Vuelvo a cerrar la puerta y esta vez volteo para poder mirar la habitación en la cual se encuentra _________. Puedo ver su cuerpo cubierto por la sabana blanca de la cama desde aquí.
Maldición.
Tomo el carrito lleno de comida y lo llevo hacia la habitación.
-Es demasiado- ríe ella, al ver toda la comida- Pero podemos dejarlo para después, ¿verdad?
Sonrío, incómodo.
-Creo que ya se me fueron las ganas- susurro, sentándome al borde de la cama. Siento sus manos de inmediato pasar por mi cuello.
-No digas eso- susurra, besándome la mejilla. Sus manos viajan hacia mis hombros, procediendo a hacerme unos pequeños masajes- Quiero seguir.
Me relamo los labios.
Y es que _________ no sabe nada de la tremenda mierda que he planeado desde hace meses atrás junto a Germán. Y tampoco lo sabrá.
El hecho de que firme con su nombre, para poder entrar a la misma habitación en la que estoy hospedado me puede traer miles de problemas.
Siento la ansiedad en mi pecho.
Debo de deshacerme de esa jodida hoja en la que firmó.
No es por exagerar, pero luego de que todo se haya concluido. Este tipo de evidencias de que me he visto con _________ Thomas en un hotel, puede mandarme a la cárcel.
-Podemos seguir después- le digo, mirando la comida, que está tapada por una enorme tapa de metal- La comida se enfriará.
-¿Y que importa?
Siento como sus manos desde atrás me bajan el albornoz que traigo puesto, sintiendo de inmediato como sus uñas rasguñan mi espalda, con suavidad.
-Quiero tenerte dentro mío- me dice. Erizándome la piel.
Volteo tan solo un poco para darle un beso en los labios, tomo su rostro entre mis manos y la observo.
Se ve feliz.
Sus ojos se ven brillantes, y la sonrisa que lleva en su rostro está más que hermosa.
-Tengo hambre- le digo divertido.
Ella frunce el ceño.
-¿Es en serio?
-Sí- me río.
-No. ¿es en serio?
-Sí- repito- Hay que comer.
-Ya no me tienes ganas.
Me dice de inmediato.
Tapándose nuevamente con las sábanas blancas y sentándose a mi lado, sin mirarme. Como una pequeña niña.
Vuelvo a reír.
-De acuerdo, hay que hacerlo.
-No, ya no quiero.
Río
fin del flashback.
Aquella inmadurez, me fascinaba.
Y el hecho de que ella ya no pueda verme como lo hacía en ese tiempo en París, me rompe el corazón.
Me hace ver lo tan cagada que esta la situación.
Me hace ver todo el daño que causé en ella.
Puedo verlo a través de sus ojos.
-Joven Lynch- escucho detrás de la puerta de mi habitación. Es Sam- ¿Ya desea algo de cenar?
Niego.
-No tengo mucha hambre- le respondo- ¿Ya le preguntaste a _________?
Me siento en la cama, para poder hablar mejor con Sam.
Ella niega.
-No esta en la casa- responde. Frunzo el ceño.
-¿Qué?
-La he buscado por toda la casa y no está, debe de haber salido, además, cuando fui a su habitación, me di cuenta de qué hay un par de cosas en desorden, seguro ha ido a alguna fiesta.
Cierro los ojos.
Y los aprieto con fuerza.
No puede haber sido tan irresponsable de haber hecho semejante mierda.
Me levanto de la cama de inmediato y voy hacia su habitación. Abro la puerta y contemplo el desorden qué hay en esta.
Evidentemente.
Las bolsas de las pocas cosas que compramos el día de hoy están abiertas, y regadas por el suelo.
Ha salido.
Y por supuesto que ha ido a alguna fiesta.
El maquillaje exagerado que está regado en el lavador de manos me lo hace saber.
Jodida __________.
-¿Tiene alguna idea de donde puede haber ido?
Me pregunta Sam, detrás mío.
-No tengo ni la menor idea- me siento en su cama- Está embarazada... joder, puede pasarle algo.
-Quizá si la llama por teléfono...
-No- respondo- Su teléfono está fuera de servicio desde qué pasó todo.
Trago saliva.
Pensé que podíamos reconciliarnos esta noche.
Suspiro.
Eso fue lo que me dió a entender cuando estábamos en el estacionamiento del centro comercial.
-¿Piensa ir a buscarla?
Me pregunta Sam.
Niego de inmediato.
-No- respondo- Solo haré que me odie más... ¿Puedes prepararme algo para cenar?
-¿Algo como qué?
Pregunta suavemente.
Siente pena por mí.
Pena por lo que he hecho.
-Lo que sea Sam- suspiro- Estaré durmiendo, despiértame en dos horas por favor.