El baño está en silencio.
Todos miraron como la puerta que había sido pateada por Chu Yang estaba rota, en trozos, tragaron saliva al unísono.
¿Qué clase de fuerza era ésta?
Entonces vieron al adolescente bien educado y lindo, pisando la puerta, mientras les sonreía moviendo la muñeca, con los ojos llenos de estrellas: "¿Felices de encerrar a alguien en el baño?".
En este momento todos fueron atrapados por Chu Yang, cuando volvieron a sus sentidos Chu Yang ya había cerrado la puerta detrás de él y extendiendo sus manos hacia ellos, diciendo: "Vengan aquí, vengan todos juntos".
¿Quién se atreve a hacerlo?
Los hombres altos, que medían alrededor de un metro ochenta, se miraron y dieron un paso atrás, sin atreverse a avanzar.
Su huida fue bloqueada por Chu Yang, que ahora los tenía atrapados tan fácilmente, la situación se invirtió al instante.
Al ver esto Chu Yang dejó escapar un bufido, bajó la mano, con una postura completamente relajada, lamió despectivamente sus pequeños dientes de tigre y sonrió, "¿Qué?, ¿sólo se atreven a ladrar a mis espadas, pero no se atreven a hacerlo frente mío?"
Al ver que unos cuantos seguían sin dar señales de hacer un movimiento, bajó los ojos con aburrimiento, se dio la vuelta y le dio la espalda a los demás, abriendo la puerta y diciendo: "Eso es todo, los insectos son mejores que ustedes".
El aspecto de Chu Yang ya era engañoso, además del hecho de que los estaba provocando mientras dejaba su indefensa espalda a unas cuantas personas, inmediatamente algunos no pudieron contenerse y apretaron sus puños.
Todos ellos procedían de buenas familias, habían nacido en cuna de oro y habían sido mimados por los demás, pero cuando la mirada despreciativa de Chu Yang los recorrió, sintieron que su dignidad era pisoteada.
Cuando la cuerda se rompió, y una persona corrió hacia Chu Yang con un gruñido bajo, y los demás se animaron de inmediato a seguir su ejemplo.
Uno de ellos agarró el brazo de Chu Yang con facilidad, pero antes de que pudiera alegrarse, el cielo giró repentinamente frente a él, y cuando reaccionó, ya estaba fuertemente arrojado al suelo.
A continuación, Chu Yang se abalanzó sobre él como un gato y se abalanzó sobre los demás, viéndole lanzar un hermoso y ágil golpe por encima del hombro que le hizo estrellarse varios metros contra la pared.
Era tan rápido que nadie podía atraparlo.
Fue sólo cuestión de minutos, ¿o quizás de segundos?
Había varias personas sentadas o tumbadas en el suelo, y Chu Yang era el único que estaba de pie, mirándolos desde arriba.
"Esto es todo, ¿eh?" El cabello negro y despeinado de Chu Yang se balanceó mientras ladeaba la cabeza y sonreía: "Vuelvan y díganle a Yu Han que me traiga a toda la gente que tiene".
"¡Subestimas demasiado al presidente!" Varias personas no pudieron vencer a Chu Yang, por lo que sólo pudieron decir con dureza: "¡Las personas que fueron el blanco del presidente han perdido los brazos o se han roto las piernas! Chu Yang, ¡no estarás orgulloso por ello durante mucho tiempo!"
Justo cuando se pronunciaron las palabras, Chu Yang se puso en cuclillas, su rostro estaba un poco blanca en el ambiente opaco, pero sus ojos eran oscuros y profundos.
"Parece que has intimidado a muchas personas".
La voz que apenas llevaba emoción hizo que varias personas se estremecieran al mismo tiempo, todos miraron al unísono a Chu Yang, todas las palabras duras que querían decir se atascaron en sus gargantas e instintivamente se callaron.
Era la primera vez que se encontraban con una persona como Chu Yang.
En el pasado, cuando se habían enfrentado a otros, esos débiles se ponían a llorar y a llorar después de ser golpeados unas cuantas veces, sin atreverse siquiera a ir a quejarse con sus familias.
La única vez que un miembro de una familia vino a buscarlos, terminaron cedieron en silencio bajo la autoridad de la familia de Yu, y al final, sólo pudieron dejar que sus hijos cambiaran de escuela.
Cada vez que veían a esos tipos suaves sufriendo en silencio, no podían decir lo felices que estaban.
¡Pero quién iba a pensar que se encontrarían con un tipo como Chu Yang, que luchaba contra todos ellos como un perro rabioso él solo!
"En realidad, nunca he aprendido a luchar".
Chu Yang extendió repentinamente su mano y tiró del brazo de una persona para que se levantara, lo arrastró hasta el fregadero, abriendo el caño y sosteniendo de la cabeza para meterlo al agua, al mismo tiempo haciendo presión. Su voz estaba sorprendentemente mezclada con una risa, "Pero no quiero inclinar la cabeza, porque sé que ustedes son feroces, aunque puedo ser aún más feroz".
El hombre en sus manos se movía de un lado a otro mientras se ahogaba con el agua y tosía, no pudo soportar más y empezó a llorar, ahogándose en sus lagrimar y mocos, lo único que le quedaba era suplicar con fuerza. "¡Lo siento, lo siento! No me hagas esto..."
Al escuchar su humilde petición de misericordia, Chu Yang se sintió un poco aburrido, inclinó la cabeza, mirándolo directamente a los ojos y sonrió: "¿Es divertido?"
El hombre se apresuró a sacudir la cabeza, renunciando a su dignidad, continúo llorando y pidiendo clemencia.
Chu Yang levantó la cabeza y miró a su alrededor a las otras pocas personas que se encontraban en el baño y que estaban temblando de miedo, alzó su voz y dijo: "¿Fue divertido, todavía se están riendo?"
Todos estaban pálidos y sacudieron la cabeza desesperadamente.
Chu Yang, que parecía un angelito, estaba de pie frente al espejo en ese momento, pero su rostro, que estaba a contraluz, parecía tan frío como un demonio.
¡Este tipo es un demonio con apariencia linda!
Despreocupadamente arrojó al suelo a la persona que tenía en la mano y observó cómo el hombre se alejaba arrastrándose con pánico, Chu Yang se dio la vuelta para lavarse primero las manos, luego abrió la puerta y antes de salir dijo:
"Dale a Yu Han un mensaje más, incluso si puede romper mis manos, aún tengo mis piernas, si me rompe las piernas aún tengo mis dientes, mientras se atreva a hacer un movimiento contra mí, que no me culpe, se lo devolveré cien veces peor".
Con eso salió directamente por la puerta.
Las pocas personas que se encontraban en el baño sintieron al instante que el aire se había vuelto fresco y, tras un breve entumecimiento, respiraron con fuerza al unísono y se juntaron para abrazarse y llorar.
"¡Quiero que Chu Yang, ese bastardo arrogante, tenga una muerte horrible!"
Algunos se atrevieron a hablar cruelmente en secreto.
Otro miró los trozos de la puerta bajo sus pies y apretó los dientes: "¡Lo demandaremos por destruir la propiedad pública y haremos que el presidente lo castigue como es debido! ¡Tipos como él deberían irse a sus casas y nunca volver!".
Justo al decir estas palabras, la puerta que acababa de cerrarse se abrió de nuevo repentinamente, y vieron a Chu Yang de pie en la puerta, de espaldas a la luz, sonriéndoles dulcemente: "Por cierto, ¿quién ha roto esta puerta... no tienen vergüenza?"
Con eso, levantó su mano hacía su cuello con un rostro inofensivo.
Las pocas personas que seguían alborotadas en ese momento dieron una sacudida al unísono y se agarraron a la puerta apresuradamente para admitir su culpa.
Chu Yang entonces se fue, no se le podía culpar por la puerta rota, si no fuera por estas personas que bloquearon la puerta, la puerta no se habría roto, así que al final fue culpa de estas personas, ¿no?
Cuando regreso, la clase ya había iniciado. Jiang Gu se sorprendió un poco ya que se había demorado mucho tiempo en el baño, y entonces escuchó a alguien decir que varias personas habían dañado deliberadamente la propiedad pública de la escuela y parecían estar pidiendo una compensación.
Al oír esto, Jiang Gu miró a Chu Yang una vez más y preguntó en voz baja: "¿Te has vuelto a pelear con alguien?".
"Que ¿ah?, no, no me peleé, no sé".
Chu Yang ladeó su cabecita inocentemente y abrió la boca para seguir negándolo, y casi escribió las palabras "culpable" en su cara.
"¿En serio?" Preguntó Jiang Gu.
"¡De verdad!" Temiendo la ira de Jiang Gu, dijo apresuradamente.
Después de eso, Jiang Gu no hizo más preguntas y no volvió a hablar con Chu Yang.
Chu Yang no notó nada inusual al principio, pero se dio cuenta que cuando estuvo hablando con Jiang Gu respondía con indiferencia y todo "hmm", al ver esto supo que algo no estaba del todo bien.
"¿Jiang Gu?" Sin darse cuenta todavía de la gravedad de la situación, dio unas palmaditas en el hombro de Jiang Gu, como siempre, y dijo: "¿Qué pasa?".
Jiang Gu se limitó a mirarlo y volvió a girar la cabeza como un niño pequeño y caprichoso.
Esta vez Chu Yang entro en pánico, cuando estaba sentado en el auto siguió intentado acercarse a Jiang Gu. Lo persuadió con su lindo rostro al que nadie se puede resistir y palabras bonitas.
Al conductor casi le sangra la nariz. Quién iba a pensar que Jiang Gu, que solía ser capaz de suavizar su actitud inmediatamente después de ver su lindo rostro, pero ahora se estaba haciendo el difícil, y una vez que llegó a casa, se bajó directamente del autobús y se fue. Chu Yang se apresuró a seguirlo.
"¡Jiang Gu, Jiang Gu!"
Chu Yang gritó mientras perseguía a Jiang Gu, y como las piernas de Jiang Gu eran muy largas fue difícil seguirle el paso.
Las sirvientas que estaban al lado se sorprendieron un poco al ver esto, en el pasado los dos estaban tan unidos que apenas podían estar unos minutos separados, pero esta era la primera vez que habían visto que los dos parecían haberse peleado.
"¿Qué está pasando aquí?"
Jiang Zi Ao saltó muy feliz y corrió directamente a Chu Yang y dijo: "¡Cachorro, mi pequeño sobrino no te quiere, pero yo te quiero, date prisa y ven rápidamente a los brazos de tu tío!"
Al ver que los ojos de Jiang Zi Ao brillaban mientras corría hacia él, Chu Yang se asustó y quiso esconderse detrás de Jiang Gu, pero no se atrevió a mirar su rostro inexpresivo, por lo que sólo pudo tirar de la esquina de su abrigo apenado.
Justo cuando Jiang Zi Ao creía que por fin lo iba a conseguir, ¡poder pellizcar el rostro del cachorro y ponerle un vestido! Su cachorro desapareció delante de él.
Giró la cabeza y vio que Jiang Gu le había vuelto a cortar el paso.
Jiang Gu seguía con el rostro frío, pero su mano rodeaba la cintura de Chu Yang, llevándolo detrás de él antes de decir: "¿Puedes de una vez tranquilizarte?".
"¿Estar tranquilo? ¿Tú podrías soportar muchos días y noches muy largas sin poder pellizcar las mejillas del cachorro?". Jiang Zi Ao tiró de las comisuras de sus labios y se burló, sus ojos seguían mirando fijamente a Chu Yang, se le hacía agua a la boca, "Cachorro, el sobrinito acaba de ignorarte, ven con el tío, el tío te llevará a comer bastones de caramelo".
La respuesta de Chu Yang fue enterrar su cara detrás de Jiang Gu y taparse los oídos.
El pobre Jiang Zi Ao aún no consiguió atrapar al cachorro, y sólo pudo observar con timidez cómo la persona se marchaba, pateando furiosamente la valla del jardín de flores que tenía al lado, con muchas ganas de darle una paliza a Jiang Gu.
El jardinero que estaba a su lado se quedó boquiabierto cuando la valla se cayó, y no se atrevió a decir nada.
Al notar la mirada miserable del jardinero, Jiang Zi Ao se erizó y volvió a gruñir mientras se inclinaba para recoger la valla antes de volver caminando arrogantemente con las manos en los bolsillos.
Tarde o temprano, ¡le arrebataría al cachorro!
Y Jiang Gu en ese momento llevó a Chu Yang de vuelta a la habitación, se dio la vuelta para ver a Chu Yang mirándolo cautelosamente sin atreverse a hablar.
Bajó su mirada y lo presionó contra la puerta, sus rodillas se clavaron entre las piernas de Chu Yang, sin dejarle ningún lugar para escapar, antes de frotar tiernamente con su mano el rostro de Chu Yang.
"Jiang Gu, estaba equivocado." Chu Yang levantó la cabeza, siempre se sentía incómodo cuando estaba en desventaja, pero aun así abrió la boca para mostrar primero su debilidad.
Las comisuras de los labios de Jiang Gu se levantaron ligeramente mientras murmuraba: "¿Equivocado en qué?".
Chu Yang estaba perdido, ¿cómo sabía lo que había hecho mal? Pero sabía que Jiang Gu estaba enfadado con él, así que era correcto admitir su error.
"Si yo soy el que está siendo irracional, ¿también tienes que admitir tu culpa?" Jiang Gu se rió de su mirada tonta, enterrando su cabeza entre su cuello, su aliento recorrió la frágil manzana de Adán de Chu Yang, olfateó suavemente, y mordiéndola.
Chu Yang se sintió sensible al grado de querer gritar, se obligó a contenerse de encoger su cuello, en eso sus ojos empezaron a humedecerse.
Aunque era obvio que lo estaba intimidando, aun así, levantó los brazos y le devolvió el abrazo a Jiang Gu, asintiendo con la cabeza de buena manera: "Si".
¿Quién podría contenerse con un cachorro tan obediente?
El color de las pupilas de Jiang Gu se intensificó mientras rodeaba con sus brazos la cintura de Chu Yang y le susurraba íntimamente al oído.
"Está bien, ven y convénceme con un lindo llanto".