Chu Yang parecía realmente asustado, llorando desgarradoramente, con ambas manos agarrando fuertemente la ropa de Xu Qian, con los ojos llorosos enrojecidos.
Al mirarlo así, Xu Qian sabía que estaba fingiendo, pero aun así estaba angustiado y reprendió con rabia a Xiao Jingyu: "¡Si no me das una explicación hoy, no he terminado contigo!"
Xiao Jingyu no era más que una mujer, muy feroz por fuera, pero por dentro estaba un poco asustada por la actitud violenta de Xu Qian y dio medio paso hacia atrás, molesta y avergonzada en su corazón.
Si sólo fuera Chu Yang, un niño pequeño, no tendría ni la mitad de miedo esta vez, pero ahora que había un adulto más... no sería tan sencillo deshacerse de él en secreto.
Lo bueno es que ahora no sólo tenía guardias de seguridad a su alrededor, sino también a su subordinado Wang Hu, que la había estado protegiendo, por lo que se sentía algo más tranquila.
Wang Hu se tocó la herida de la mordedura en su cara que todavía estaba fresca, su mirada sombría no se había alejado desde el momento en que vio a Chu Yang.
"¿Tienes alguna prueba?"
Xiao Jingyu respiró profundamente reprimiendo la ira de su corazón, mirando a Chu Yang, resistiendo a la idea de golpear a la pequeña bestia y exprimiendo una sonrisa, "Has venido aquí a causar problemas, ¿tienes alguna prueba para demostrar que hemos herido a tu joven maestro?"
Xu Qian no tenía ninguna prueba, gruñó y continuó ennegreciendo su rostro, sus ojos se redondearon, obviamente con pánico en su corazón, pero su rostro no era menos agresivo.
Como lo tenía planeado, vio que más personas se acercaban al lugar donde estaban. Xu Qian también era casi incapaz de aguantar, entonces casualmente extendió la mano y señaló y dijo en voz alta: "¡Me dijeron que había monstruos en el segundo piso, el monstruo le hizo daño!"
"¡Estás diciendo tonterías!" El rostro de Xiao Jingyu se torció de ira ante sus palabras y exclamó: "La herida de su rostro..."
Cambió su expresión y detuvo repentinamente sus palabras, casi dándose por vencida, ella al menos vivió tantos años que no cometería un error de tan bajo nivel, y dijo con calma: "La herida en su rostro no tiene nada que ver con nosotros en absoluto".
Y Chu Yang siguió adelante sin hablar con ella, lloró en cuanto se acercó, sin darle siquiera la oportunidad de amenazarlo.
Xu Qian sonrió e inmediatamente llegó al fondo de su corazón, barriendo casualmente a los niños pequeños que le rodeaban, y dijo débilmente: "¿Hay monstruos en el segundo piso? No es que alguien esté abusando de los niños en el segundo piso, ¿verdad?"
Diciendo eso, se detuvo, miró el edificio iluminado a su lado, y continuó: "Ya que mi joven maestro lo dijo, me pregunto si la decana puede llevarnos al segundo piso para echar un vistazo, si realmente hay algún "monstruo", entonces se consideraría una prueba, ¿no?"
Xiao Jingyu no pudo evitar morderse el labio inferior ante estas palabras, sus ojos voltearon para ver a la persona detrás de ella, viendo que Wang Hu asentía ligeramente con la cabeza antes de suspirar aliviada y sonreír, "Entonces ve a echar un vistazo, pero somos un orfanato normal, por favor también pon una actitud un poco mejor y respétanos un poco."
Al final de la frase, el guardia de seguridad y Wang Hu caminaron juntos hacia Xu Qian, especialmente Wang Hu, que era más o menos del mismo tamaño que Xu Qian, por no mencionar que sus dos gruesos brazos tatuados también tenían moretones, su cara estaba cubierta de tiritas por la mordedura de Chu Yang, mientras lo miraba con frialdad.
Xu Qian no queriendo perder ante nadie, enderezó su cuerpo y levantó la cabeza hacia la línea de visión de Wang Hu, arrogante.
Lo malo es que sus piernas habían empezado a temblar, como su boca.
Fue una suerte que el silencio se impusiera más que la conversación en este momento, el guardia de seguridad y Wang Hu se miraron, sin intención de estar frente a Xu Qian, dándose la vuelta para liderar el camino.
"Joven maestro". En cuanto los vio darse la vuelta, Xu Qian no pudo evitar susurrar inmediatamente: "No puedo aguantar más..."
"Tranquilo, una actuación más y podremos irnos". Chu Yang le acarició rápidamente la espalda para calmarlo.
Quien pensó que en ese momento Wang Hu de repente giro su cabeza mirándolos con desconfianza y dijo: "¿De qué están hablando?".
