Pensando en esto, Chu Yang finalmente entendió por qué con la personalidad que tiene Jiang Gu se quedaría en este orfanato durante diez años sin escapar.
No es que no quisiera escapar, es que no podía escapar.
Al ver a Chu Yang reflexionando, Jiang Gu sintió curiosidad por saber qué había en ese cerebro suyo.
Una persona con padres amorosos y que fue mimado desde la infancia podría deducir tantas cosas con una simple frase corta.
Inconscientemente extendió su mano para tocar el rostro blanco de Chu Yang, el suave tacto de las yemas de sus dedos le recordó la tarde de ayer con Chu Yang, el calor del sol rociándose sobre su cuerpo.
Sólo segundos después ver sus manos llenas de cicatrices en marcado contraste con la cara de Chu Yang.
Sus manos eran tan feas como sucias.
Sintió una repentina asfixia en su pecho, y sus pupilas se encogieron mientras retiraba la mano y la estrechaba entre sus brazos, al tiempo que su rostro se nublaba.
Justo en ese momento la puerta fue empujada de nuevo, esta vez fue un adolescente de unos catorce años el que entró, iba vestido con la misma ropa fina y llevaba heridas en el cuerpo, miró a Chu Yang cuando entró antes de mirar a Jiang Gu y dijo: "Jiang Gu, ¿estás bien?".
Jiang Gu se apoyó en la pared, con una expresión clara, fría e indiferente.
"Aya fue a buscar comida para ti, vendrá más tarde". El adolescente se sentó con las piernas cruzadas frente a Jiang Gu, mirando de reojo a Chu Yang con cierta repulsión en sus ojos, "¿Quién eres?"
"Yo..."
"Una persona irrelevante". Dijo Jiang Gu con indiferencia.
Chu Yang miró a Jiang Gu cuando escuchó esas palabras y abrazó sus rodillas sin hacer ruido.
Al ver esto, el adolescente se quedó con menos ganas de ver a Chu Yang y frunció el ceño: "No sé qué hace aquí con nosotros un niño mimado como tú que llora al primer toque, aléjate si no tienes nada que hacer, a ver si tienes la capacidad de ver nuestras bromas".
No tenía una opinión medianamente positiva de gente como ésta, que venía de muy buenas familias y que les gustaba demostrar su superioridad.
"No lo sé". Chu Yang lo miró fijamente y dijo.
Sin embargo, el adolescente lo ignoró y torció la cabeza para mirar a Jiang Gu y dijo con voz fría: "¡No dejes que este tipo de persona te engañe, los tipos como él que crecieron bajo el cuidado de sus padres no pueden entendernos en absoluto!"
¿Crecer con el cuidado de sus padres?
De repente, Chu Yang tuvo ganas de reírse un poco.
En su última vida, había experimentado día tras día lo que era pasar hambre y frío, sabía lo que se sentía al ser engañado por personas en las que confiaba, y sabía exactamente lo que era la desesperación sin esperanza, pero sólo no sabía lo que significaba estar bajo el cuidado de sus padres.
Sin embargo, no tenía la intención de decir esto, sólo levantó su cara redonda, y estaba a punto de hablar cuando la puerta se abrió de repente, entonces otro adolescente se apresuró a entrar en pánico, "¡Hermano Yu, algo le pasó a Aya!"
Zhang Yu se levantó bruscamente, con las comisuras de la frente magulladas: "¿Qué le ha pasado?".
"¡La cafetería detuvo a Aya y no la dejó tomar la comida y la golpeó!"
Tan pronto como las palabras salieron de su boca la cara de Zhang Yu cambió drásticamente, incapaz de preocuparse por nada salió corriendo inmediatamente tras el adolescente.
Al escuchar el sonido de los pasos alejándose, Jiang Gu inclinó ligeramente la cabeza y cerró los ojos algo cansado. "Aprovecha esto, deberías irte".
Chu Yang miró el aspecto cansado de Jiang Gu y supo que era imposible llevar a Jiang Gu con él ahora.
Bajó los párpados y dejó toda la comida en su mochila antes de levantarse.
"Espérenme tres días y los sacaré de aquí". Apretó su puño rosa y dijo con firmeza.
Ya tenía un plan en mente.
Y Jiang Gu se limitó a soltar una risita, sin ni siquiera estar dispuesto a mirarle más, dijo: "Date prisa y vete".
Al oír esto, Chu Yang miró a Jiang Gu con tristeza y seriedad durante unos segundos antes de darse la vuelta y salir corriendo.
Para salvar a Jiang Gu, quedarse en el orfanato sólo causaría problemas, en lugar de perder el tiempo aquí era mejor hacer una pelea rápidamente.
La lúgubre habitación finalmente se vació dejándolo solo, Jiang Gu abrió los ojos y se abrazó con fuerza temblando, el húmedo y frío suelo de cemento le helaba hasta los huesos.
"Mantente bien bajo la luz del sol".
Enterrado en las profundidades de la oscuridad, sus fríos ojos negros se oscurecieron gradualmente, y su voz era ronca, como si murmurara para sí mismo: "No vuelvas a mí que no tengo nada".
Los que nunca han visto la luz, la temen, pero la anhelan.
Queriendo aferrarla fuertemente en sus brazos.
