Al siguiente día Jiang Zi Ao cambió su habitual apariencia demacrada de estar arrastrando su pijama y sostener un vaso de agua de jengibre que lo ayudo a recuperarse de su enfermedad.
Se levantó de la cama con el rostro brillante y se paró frente del espejo para arreglarse.
Llevaba el cabello peinado hacia atrás, la corbata anudada, un traje y zapatos de cuero, sus delgados labios estaban ligeramente levantados. Y con sus brillantes ojos, parecía un hombre maduro de la élite social.
Luego, al segundo siguiente, sonrió, y todo el temperamento de élite se había ido, corrió hacía la estantería y sacó su preciada cámara, para después salir de su habitación.
Hoy es un día importante donde su cachorro y sobrino pequeño competirán, ¡tiene que estar allí para tomar fotos!
En el momento en que salió de la habitación, se topó con Xu Qian, y su expresión cambio instantáneamente, retrocedió rápido como si hubiera visto algún tipo de demonio o serpiente, manteniendo una distancia de más de dos metros de él antes de decir:
"¡No te acerques a mí! Tú boca de cuervo [1] hizo que me enfermara de gripe. ¡A partir de ahora no puedes acercarte a mí ni hablar conmigo!".
[1] Alguien que trae cosas malas a las personas al hablar sobre ellas.
Xu Qian se quedó sin palabras y sin saber que decir ante ese cerebro suyo, siguió con lo que estaba haciendo como si no lo hubiera escuchado.
Sólo entonces, Jiang Zi Ao bajó las escaleras triunfalmente y vio a Jiang Guo en la mesa del comedor con un rostro serio.
Se preguntó por qué la expresión de Jiang Guo era tan extraña. Se quedó helado y de repente recordó que hoy era el día en que iba a tomar posesión de su puesto en la ciudad C. Se había olvidado de esto en su aturdimiento de los últimos días.
La familia Jiang tiene poder tanto en la política como en los negocios, y Jiang Zi Ao como la única persona bajo Jiang Guo que actualmente es capaz de heredar a la familia Jiang, debe ir a la Ciudad C por unos meses.
Al regresar de este viaje, incluso si Jiang Zi Ao no hereda a la familia Jiang, seguirá teniendo un poder que no se debe subestimar.
Pero Jiang Zi Ao no quería ir en absoluto. Miró de mala gana a Chu Yang, que estaba comiendo, e hizo un puchero y dijo: "Los cachorros van a competir hoy..."
"Ir a la ciudad C es por tu propio bien, ¡Y todavía te niegas a ir!"
Jiang Guo resopló con frialdad. Trato a Jiang Zi Ao como su propio hijo, ya había allanado el camino para que Jiang Zi Ao lo siguiera, Jiang Zi Ao sólo tenía que ir y hacerlo.
¿Quién hubiera pensado que Jiang Zi Ao estaba sosteniendo una cámara? Corrió hacía Chu Yang y lo primero que hizo fue pellizcarle el rostro antes de apoyarse en el respaldo de la silla con una mirada desagradable y decir:
"No me interesan esas fuerzas desordenadas, ¿cómo puede ser más importante ir a la ciudad C que ver competir a mis cachorros?"
Al ver su mirada de cerdo muerto, Jiang Guo no se enojó, lo había criado durante más de diez años y esperaba este tipo de situación hace mucho tiempo, suspiro y dijo.
"Sabía que dirías eso".
Al segundo siguiente, un grupo de personas entraron desde el exterior, y cargaron a Jiang Zi Ao hasta correr hacia afuera.
El pobre Jiang Ziao fue obligado por un grupo de personas a subir al avión aparcado en el patio. Antes de que pudiera recuperar sus sentidos y usar todas sus habilidades, en un abrir y cerrar de ojos, estaba volando hacia el cielo sin dejar rastro.
