Después de enviar esos mensajes a Evan, solté el aire que había guardado en mis pulmones, me sentía más ligera, me sentía más relajada. Después de eso, fijé mi vista de nuevo en ciertos mensajes que comenzaron a llenar mi bandeja de entrada, era la reina de Roma... Candace Fry.
"Necesito explicaciones ahora mismo de por qué tienes esa foto en el pecho de Uno!!!"
"No me dejes con la duda, somos mejores amigas"
"¿Has hablado con Cameron?, últimamente me manda miles de mensajes por la noche diciendo que es un tonto y esas cosas, degradando a su persona."
"Al, Cameron me preocupa... Por la noche me llamó, sonaba algo ebrio y molesto, no le entendí mucho. ¿Podemos hablar?"
Ahora es cuando menos quería hablar de Cameron y del tema en cuestión... Mi confianza en él se estaba yendo a la basura cada día. La distancia quemaba mis adentros, las mentiras simplemente se repetían en mi cabeza... Y la voz de esa chica seguía sonando en mis oídos. Entiendo que Candy quisiera saber lo que ocurría, y de seguro ella se pondría de mi lado, pero toda su vida ha sido fan de Cam y ahora son amigos.
Estábamos siendo una combinación extraña entre celosos, infantiles y justos. Había razones sobre la mesa para que la situación se hiciera de ésta manera, ahora comprendía que para Cameron siempre seré su mejor amiga, aunque tenga sentimientos por mi, pero, ¿a caso yo estaba sintiendo lo mismo?, mejor amigo, desconocido, actor famoso, novio formal... Y ahora un extraño.
Tomé mi mochila, le metí un cuaderno y artículos de dibujo, un suéter delgado, y envié un rápido mensaje.
"Nos vemos en el parque de siempre en 20 minutos, no te tardes... Tenemos qué hablar."
Bajé las escaleras con calma, tomando respiraciones lentas, después le avisé a mis padres, hermano e invitado estrella que saldría con Candace... No caminé rápido, pero tampoco lento como una perezosa, llegué al parque con buen tiempo de sobra y me senté debajo de un árbol en espera de mi rubia amiga. Saqué mis materiales de dibujo y repetí mi rutina... Dibujar flores, árboles, insectos y uno que otro rostro de alguna madre y su hijo jugando.
Suspiros pesados fueron interrumpidos por Candace que simplemente se sentó frente a mi, cruzando sus piernas, ella podía leer mi aura, podía darse cuenta de que las cosas no estaban bien en su totalidad, así que no preguntó, sólo esperó a que yo desahogara cada una de las palabras, cada sentimiento. La rubia sólo asentía con su cabeza o daba respuestas cortas, nunca hubo interrupciones, hasta que al fin terminé, dándome cuenta que había estado aguantando más lágrimas, me negué a llorar... Recuerda Al, eres fuerte.
-Oh Al, -la voz suave de mi amiga me relajó- Ahora entiendo todo, entiendo por qué él se decía a si mismo "tonto". Debió ser sincero desde el primer momento, debió decirte que había conocido a esa chica.- Posó su cálida mano en mi rodilla, para intentar calmarme- Aún así, quisiera saber más de su parte de la historia, no quiero que ésto te moleste... Simplemente deseo unir las piezas.-
-Haz lo que quieras Candy, no te diré que lo odies ni nada, tú no fuiste la que salió herida-
-Tú tampoco, tú eres una chica de acero, ¡no necesitas a un novio!-
-¿Estás llorando por ese chico?-
Apenas si reconocí esa voz que ahora sonaba familiar, limpié las lágrimas que estaban resbalando por mis mejillas y aclaré mi voz. -Hola Evan, siento que me veas así, no lloraré por él, no vale la pena.-
-¿Evan?...-Preguntó Candy, mientras se giraba a ver al chico- ¿El militar del mismo pelotón de Rapha y Uno?...-
-Ah, ¿quién eres tú y por qué sabes eso?-
-¡YO LE CONTÉ DE TI!, ah, digo... -No había sentido ésta intensidad de nervios en un buen tiempo, es hora de mentir- Ya sabes, ammm -dudar, dudar, dudar...- Primero que nada, ella es Candace, mi mejor amiga, ella es como mi hermana, por ende, le cuento casi todo. Ella sale con el hermano de Kellan y ah, como te podrás dar cuenta, todo ésto es un "círculo"-
-Creo entender. Un gusto Candace. -Evan extendió su brazo para poder saludar a mi amiga.
-Tienes unos ojos realmente lindos, Evan... Lástima que tengo novio, pero es una suerte que Al acabara de romper con Cameron...- Soltó la rubia sin cuidar su lengua.
-¡CANDACE!, por dios.-Sentí la sangre subir hasta mis mejillas.
-Sería un gusto, pero creo que su hermano y a Kellan no les agradaría la idea en lo absoluto, además, tengo entendido que soy mayor que ella.-
-¡EVAN!- Tapé mis oídos y cerré los ojos, estaba tan avergonzada.
-Sólo eres unos años mayor, no es tanta la diferencia. Además, los que damos el voto aprobatorio son sus padres y yo, no Rapha ni Uno.-
-Pueden dejar de hablar de eso cuando estoy presente, además... Apenas si conozco a Evan.-
-Entonces, ¿por qué no nos conocemos Aleena?, no conozco a nadie en ésta ciudad, los pocos amigos que hice están en Afganistán o en Salem- Se encogió de hombros, haciéndolo ver tierno- Sería bueno tener amigos aquí, o al menos gente que no me quiera arrancar la cabeza.-
-Me parece más que razonable, ¡es bueno conocer nuevas caras! -Candace simplemente se levantó de un salto- ¿Por qué no vamos al café que está cerca de aquí?-
-No, es una mala idea.- Dije sin pensar.
-¿Qué tal un lugar menos concurrido?-
Evan pensaba lo mismo que yo, mi hermano y Uno casi lo asesinan con la mirada el día anterior, sabiendo sus horarios de entrenamiento y el camino, me los iba a encontrar en cualquier momento, y no estaba lista para pasar por otro berrinche de dos hombres musculosos.
-¡Tengo una idea!, la oficina de mi padre está cerca de un restaurante, ahí sirven de todo, desde comida asiática hasta mexicana.- Sugirió Candace.
-Mi auto está cerca- Señaló Evan, señalando con su pulgar a su espalda. -Es buen momento para comer algo.-
-¡Perfecto!, está decidido, ésta será una cita de amigos... Muero por saber más de ti, Evan.-
Suspiré pesadamente, para después sonreír, me daba por vencida ante la situación, Candy había ganado y Evan aceptó su derrota sin saberlo.- De acuerdo, vamos a comer, pero no le digan a los dos gorilas nada de ésto, si no, estaré cavando mi tumba ésta noche.-