Cleveland vs Pittsburgh
•Café•
Un día nublado y gris cobijaba a una joven Florence mientras caminaba hacia el trabajo. Daba gracias al cielo que fuera en una cafetería donde podría resguardarse del frio. Y esperaba que también de la lluvia que amenazaba con caer.
La campanilla de la puerta sonó al momento de entrar. Camino hacia la caja donde solo estaba su compañera Yuli. Después de todo era muy temprano aun para tener clientes.
—Llegas tarde —escucho a su jefe del otro lado del local.
—Lo lamento, el autobús se retraso y tuve que caminar.
El hombre de unos cuarenta años asintió no muy convencido.
—Que sea la ultima vez Florence.
La chica asintió cansada. Siempre la misma situación, estaba a nada de ser despedida. Y aunque odiara su trabajo lo necesitaba. Se supone que había salido de Argentina junto a su familia para tener una mejor vida. Pero sus planes no estaban saliendo.
—No le hagas caso —susurro Yuli en su dirección—. Vamos, tenemos muchos Matte's por hacer.
—Pero si no hay gente Yuli —sonrió ante la forma en como su amiga la hacia olvidarse del asunto.
—Mucho mejor, entonces cuéntame ¿Qué harás este fin de semana?
Se encogió de hombros.
—Tal vez ver algún partido de futbol, comer pochoclo...
—¿Pochoclo? —interrumpió confundida.
Rió ante la mirada de su amiga.
—Palomitas de maíz —Yuli soltó una exclamación entendiendo—. Luego te sigo enseñando palabras.
Ambas continuaron con su labor en el trabajo. La mañana había estado mas ajetreada de lo normal. Era obvio considerando el clima. La gente amaba un buen café para el frio y la lluvia.
Varias mesas estaban ocupadas y ambas chicas parecían haber despachado a su ultimo cliente. Merecían un pequeño descanso, y la vida lo sabia pues se los estaba concediendo.
—Te juro que me voy a desmayar.
Yuli se recargo en la barra.
—No seas dramática —la campanilla de la puerta volvió a sonar a espaldas de Florence—. El descanso duro poco, pero al menos respiramos.
Se dio la vuelta dispuesta a atender al cliente recién llegado. Al mirarlo sus ojos casi se salen de su lugar. Tenia a Patrick Mahomes, quarterback de los Chiefs frente a ella.
—Buenos días, podrías darme un café americano con leche —le hablo.
Asintió consternada y comenzó con el pedido.
Estaba nerviosa. ¿Qué debía hacer? ¿Pedirle una foto? ¿Un autógrafo? Pero pensándolo bien estaba en el trabajo, debía ser profesional.
Suspiro resignada y continuo preparando el café. Cuando lo tuvo listo lo empaqueto y se lo entrego.
—Gracias, ¿Cuánto seria?
Florence apretó unos botones en la caja.
—Serian dos centavos con setenta y cinco dólares... ¡Es decir! Dos dólares con setenta y cinco centavos —los nervios la habían traicionado.
Patrick soltó una pequeña risa divertida.
—Aquí tienes —le entrego el dinero. Y cuando Florence pensó que seria la ultima interacción con el jugador, volvió a hablarle—. ¿Cómo te llamas?
—Florence —respondió sonrojada de la vergüenza.
—Un placer Florence, soy Patrick —extendió su mano para saludarla—. Espero nos volvamos a encontrar. Hasta luego.
Se despidió saliendo y dejando a la chica entre nerviosa y sonrojada.
[···]
—¿Entonces venimos aquí porque los cafés son buenos o porque quieres ver a esa chica?
—Cállate Kelce.
Aquel pelirrojo sonrió negando. Conocía a su amigo, y por esa razón sabia porque estaban ahí. llevaba días sin dejar de hablar de una chica que conoció en una cafetería. Y ahora resulta que iban a ese mismo local.
—Al menos pídele su numero.
—Cierra la boca.
Le encantaba molestarlo.
Al entrar al local la misma campanilla de la ultima vez le dio la bienvenida. Examino el lugar encontrándolo mas vació que la ultima vez.
Se acerco a la barra emocionado. Al momento una chica se acerco para atenderlo.
—Buenos días ¿En que puedo ayudarte?
Mahomes frunció el ceño.
—Podrías darme dos cafés grandes, por favor —tal vez la chica estaba en otro lado. La busco ligeramente con la mirada
—Oh te recuerdo, eres el chico al que atendió Florence aquella vez y luego se puso a gritar.
Aquello le dio esperanza.
—Así es. ¿No esta ella?
—Oh, lo siento no. El idiota de mi jefe la despidió ayer —su sonrisa desapareció—. Lo lamento.
Mahomes pago, tomo los cafés y asintió despidiéndose. Salió del local seguido de Travis.
Demonios, Kelce había tenido razón. Debió pedirle su numero en aquella ocasión. Ahora no sabia si podría volver a verla.
[···]
—Vamos amigo, animo.
Patrick suspiro y tomo su casco.
—Solo a mi me pasa esto.
—Bueno pudiste pedirle algo de información a su amiga —Mahomes miro con sorpresa a Kelce. Era un idiota, como no lo pensó. En ese momento se había desilusionado tanto que solo quería salir del local.
Ambos tomaron su equipo y salieron para caminar por los pasillos del estadio. Era día de juego y debían concentrarse. Aunque el quarterback para nada estaba concentrado. Seguía pensando en como la chica se le había escapado.
Al doblar por una esquina distinguieron el final del corredor donde sus compañeros ya se aglomeraban listos para el partido. Minutos después ya estaban en la cancha listos para jugar.
La ofensiva de Kansas saltaría primero a la cancha así que Patrick estaba preparándose. La patada salió y el juego comenzó.
[···]
—Amigo concéntrate, se que sigues pensando en esa chica, pero hay que ganar este partido y solo nos queda un cuarto.
Mahomes suspiro frustrado.
—Hago lo mejor que puedo.
—No mientas, estas distraído. Vamos abajo por una anotación, nada esta perdido aun. Pero tu mente no nos esta ayudado —palmeo su espalda y lo dejo solo.
El moreno tomo su cabeza entre sus manos. Necesitaba despejarse. Bufo y comenzó a recorrer las gradas llenas de gente. Sin duda estar en casa era lo mejor.
Cuando se disponía a mejor sentarse parpadeo incrédulo. ¿Acaso su mente le estaba jugando una mala pasada? ¿O de verdad entre las gradas estaba aquella chica? Seguro seguía tan cansado que ya la veía en todos lados. Estaba alucinando.
—Bien, esa no me la esperaba.
Su mirada no se despegaba de ella. Sentía que si parpadeaba desaparecería.
—¡Mahomes tu turno!
Ante la voz del coach tuvo que voltear. Con rapidez tomo su casco listo para entrar al campo, giro de nuevo buscando a aquella castaña encontrándola de nuevo atenta al encuentro y sin percatarse de su mirada. Perfecto, ahora sabia que era real.
[···]
—¡Nada te costaba jugar así "Homes"! —sonrió ante el apodo de Hill.
Las celebraciones de todos animaban el estadio.
Patrick se acerco para estrechar la mano de Big Ben, tal y como se acostumbraba después de los encuentros. Saludo a unos cuantos en el camino y se apresuro hacia la banca de su equipo. Necesitaba llegar con la chica antes de que se fuera. Ahí el miedo lo invadió ¿Y si ya se había ido? Apresuro mas el paso por culpa de sus pensamientos.
Al llegar al mismo lugar donde la vio, subió la cabeza buscando en aquel lugar donde se encontraba anteriormente. Sonrió satisfecho al verla dispuesta a irse. Con rapidez se apresuro a la valla, subiéndose ligeramente en ella.
—¡Hey! ¡Chica del café!
Florence, quien estaba sumida en su cabeza se asusto ante aquel grito. Varias personas giraron junto con ella encontrándose al quarterback de los Chiefs. Todos estaban emocionados y sorprendidos, pero mas la chica pues su atención estaba al cien por ciento en ella.
Aun incrédula miro a sus costados, creyendo que le hablaba a alguien mas. Al no ver a nadie se señalo con el dedo. Mahomes asintió sonriendo.
—Es a ti Florence.
Un escalofrió la invadió al ver que recordaba su nombre. Pensó que ya la había olvidado.
Sin creerlo se acerco al igual que unos niños que corrían para que firmara su jersey. Patrick los recibió con gusto y al terminar miro de nuevo a la chica.
—Pensé que no te vería otra vez.
—Yo siempre te veo. Ya sabes me refiero a cuando juegas y eso.
De nuevo esos nervios.
—Regrese a esa cafetería, pero ya no te encontré —conto.
—Si, ya no trabajo ahí —rasco su nuca—. Ahora trabajo en un restaurante que me queda mas cerca de casa.
Mahomes asintió.
—Bueno tienes que pasarme la dirección de ese restaurante.
—Seguro, la comida es muy buena. Comida italiana. No se si te guste la comida italiana, pero la que preparan ahí es muy bueno. No lo digo solo porque sea donde trabajo...
—Siempre hablas mucho —rió con diversión.
—Solo cuando estoy nerviosa —ante sus nervios, Florence tomo su brazo.
El silencio los invadió por algunos segundos. La chica aun no creía lo que estaba pasando, estaba hablando con uno de sus jugadores favoritos como si se conocieran de tiempo. Sin duda esto superaba su anécdota de atenderlo en el café.
—Florence, no quiero pasar otra vez por lo mismo así que te lo preguntare ahora que te encontré —despeino un poco su cabello—. ¿Te gustaría salir a cenar conmigo?
Seguro que el corazón de la castaña estaba por salirse de su pecho.
—Claro, me encantaría.
Tal vez sus planes al salir de Argentina no estaban saliendo como pensaba. Pero seguro que su suerte ya estaba cambiando a su favor.
Winner: Cleveland
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¡Aquí esta el primer pedido!
Espero te haya gustado Yolo1516 ❤
Nos vemos en el siguiente Shot
¡Chido!
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×JMRM×