Estábamos haciendo cola para comprar helados. Chase me había llevado esta vez a un lugar diferente, este estaba llenísimo, tanto que comenzaba a irritar.
-Ya llegará el turno de nosotros, Meg.
-Hubiésemos...-Sí, sí. Hubiésemos ido a tu lugar de siempre. Pero hay que cambiar, Meg.
-No me gusta el cambio.
-A veces nos sienta bien.
-A mi me da indigestión.
-¿Qué...?-Rió-. No, Meg, yo no lo decía literal.
-Yo tampoco.-Me crucé de brazos.
-Si quieres nos vamos-dijo suavemente.
-¿Estás loco?-le dije-. ¿Y todo el tiempo que estuvimos aquí esperando, no vale?
-Bueno, yo lo digo porque-No, Chase, tú no dices nada.
-¿Te pasa algo?-Preguntó preocupado-. ¿Estás bien?
-Perfectamente-dije con sarcasmo-. Partiendo del hecho de que llevo una hora en una heladería y no me he comido un helado.
-Pero si ya faltan dos turnos, Meg.
-Eso me lo dijiste hace una hora.
-Sí. Justamente cuando te fuiste al baño-me dijo.
-Tenía que hacer mis necesidades.-Me encogí de hombros.
-¿Justamente cuando yo estaba en el baño también?-Preguntó escéptico.
-¿Por qué tienes que ser tan racional, Chase?
-No se trata de ser racional-explicó-. Yo creo que es obvio. Si te digo que voy al baño, ¿no podías esperar a que regresara para yo tomar tu puesto?
-Cállate, Chase-le dije-. Cállate.
-Siguiente-dijo el Caracol que atendía la heladería, o debo decir la chica lenteja.
Cuando nos dispusimos a seguir, una chica sé nos adelantó. ¡Ni si quiera estaba haciendo la cola!
-Un helado de Browne, por favor-le dijo a la lenteja.
Oh, no. Por el poder que me otorga la vida, ¡Chloe Adams, conviértete en Megan Fox, ja!
-A mi también me da uno de Browne y uno de macadamia, por favor-le dije con amabilidad.
-Me temo que ese era el último helado de Browne que teníamos, señorita.-Me miró esperando una respuesta-. ¿Desea otro sabor?
¿Cinco horas esperando un jodido helado para que se lo lleve la zopenca que se metió? Sientan mi furia.
-Señorita, me temo que ese helado me pertenece-le dije a la lenteja.
-Le digo que ya no hay más-repitió.
-Meg, déjalo.-Chase intentó calmarme.
-Maximiliano Joaquín me esperaba a mí-espeté entre dientes.
-¿Cuánto le debo, señorita?-Dijo la ladrona de Maximiliano.
-Nada-respondí yo por ella.
-¿Cómo que nada?-Ahora la descarada me miraba.
-Porque ese helado es mío, por lo tanto lo pago yo.-Le miré amenazante.
-Qué pena, pero yo lo pedí primero.-Sonrió falsamente.
Perra.
-¿Así? ¿No será porque te metiste, tramposa de mierda?
-¿A quién le dices tramposa de mierda?-Preguntó ofendida.
-Meg, por favor...
-Oh, no sé...tal vez... A TI.-Hice énfasis en la última sílaba.
-Señorita, tome su helado-dijo la lenteja.
La ladrona y yo nos miramos a la cara antes de salir corriendo por el helado.
Las dos estábamos halando a Maximiliano Joaquín, y Chase estaba histérico.
-¡Es mío, idiota!-me gritó.
-¡Resiste, Maxi!-Le grité.
-¡Suéltalo, perra!
-¡Perra tu abuela!-Grité de vuelta.
Entonces ella suelta a Maximiliano y yo comencé a saltar y a restregarle en su cara que había ganado.
-¡Maxi es mío, perras!
Lo que sentí después fue a alguien encima de mí halándome el cabello.
-¡Socorro! ¡Ayúdenme!-Comencé a gritar.
No podía divisar a Chase por ningún lado. ¿Dónde carajos estaba cuando más lo necesitaba?
-¡Suéltalo!-Me amenazó.
-En tus sueños.-Comenzó a halar más duro mi cabello.
-¡Socorro! ¡Me asesinan!-grité-. ¡Me matan a mi Maxi! ¡Me lo matan! ¡Socorro! ¡Socorro!
Ya no aguantaba más el dolor de cabeza que tenía debido a que me sujetaba fuertemente, así que dejé como pude a Maxi en el suelo, tomé su cabello y comencé a halarlo también.
-¡Supéralo, perra tramposa!
Ahora era yo la que la tenía agarrada fuertemente de los cabellos devolviéndole una a una lo que me hizo.
Yo era una persona pacífica, pero si se metían con mis helados, era algo que no podía perdonarle a nadie.
Después de que ya ella no podía defenderse más, Chase, como por arte de magia, apareció y me detuvo.
-Basta ya, Chloe.
-¡Ella comenzó!-me excusé, arreglando mi cabello.
-Buenas tardes.
Oh, mierda.
-Venimos porque nos han informado que había una pelea de gatas.
Estaba la policía aquí. Oh, mierda de nuevo.
Mierda. Mierda. Mierda.
-¿Alguien nos puede explicar?-Preguntó el otro oficial.
-Dos chicas se estaban peleando por el último helado-habló la lenteja.
Genial, era lenta para atender un jodido helado, pero demasiado rápida como para poner quejas.
-¿Un helado?-Preguntó confundido el oficial-. ¿Era de Browne.
La lenteja asintió, para mi sorpresa lo hizo demasiado rápido.
-¿Saben que es algo grave ya que es alteración del orden público, no?-dijo el otro oficial a toda la audiencia.
-¡Soy inocente!-Grité por instinto.
Joder, Chloe, ¿qué hiciste? ¿Por qué no sólo te has callado tu boca?
-¿Tú y quién más?-Preguntó el oficial.
-¿Por qué cree que fui yo?-Me crucé de brazos.
-Bueno, o tuvo una pelea, o es familia de las leonas-Explicó.
Joder, mi cabello.
-Si es así, entonces fue con ella.-Señalé a la tramposa.
-¡Soplona!
-¡Tu madrina en tanga, idiota!-Le respondí.
-Chloe, cierra la boca ya, por favor-siseó Chase.
¡Yo no era ninguna soplona!
-Me temo que ustedes dos nos van a tener que acompañar.
-No suelo irme a ningún lado con extraños.-Me encogí de hombros.
-¡Chloe!-Me regañó Chase.
-Por favor, salgamos afuera-dijo el otro oficial.
-Pues sí, ni modo que vamos a salir adentro-susurré, pero para mi suerte escucharon.
-Chloe, ¿qué carajos te pasa hoy?
-Señorita, no empeore más las cosas y vamos hacia la camioneta.
-Yo voy con ellas, señor.
-No, de ninguna-Chase le interrumpió-. Soy cómplice, señor.
-En ese caso, me temo que sí.
Salimos hacia la camioneta con la mirada de todas las personas en ese jodido lugar. A la lenteja la tenía en la mira. Me encargaré de hacerle la vida imposible.
Maximiliano Joaquín quedó en el olvido.
-Adelante-dijo uno de los oficiales.
El otro ya estaba en el volante.
La tramposa entró sin más, yo me quedé un momento contemplando al oficial y a su bien cuidada panza de grasa.
-¿Qué?-Preguntó el oficial.
-¿Qué de, qué?-Le miré tajante.
-¿Por qué no entra?-Me miró de la misma forma.
-¿Por qué me habla?
-¿No puedo?-Se cruzó de brazos.
-¡No, por Dios!-Exageré.
-¿Por qué?
-¿Está loco?-Le miré-Dios, todo el mundo pensará que es amigo mío.
-¿Y qué pasa?-Preguntó con sospecha.
-O sea, los oficiales de policías son más aburridos que estar en la escuela.
-Los oficiales no somos aburridos-Me dijo.
-Claro, abuelo-dije con sarcasmo-. Y mi tío es Barack Obama.
-Tienes un mal concepto de nosotros.
-Sí, sí, como digas, viejo.
Mientras él hablaba de que no era un oficial aburrido, yo tomaba sus esposas y me las ponía.
-¿Qué estás haciendo?-Preguntó.
-¿Acaso no es obvio?-Le respondí con otra pregunta.
-Pero yo no te-Lo sé, abuelo. Pero no quiero arriesgarme-susurré-. Sería vergonzoso que creyesen que soy amiga de un oficial de policía.
Y sin decir más, entré al auto. Acto seguido entró el oficial.
El trayecto hacia la estación fue extremadamente rápido, litaral. El oficial había hablado con su compañero sobré de que los oficiales eran aburridos, entonces el aceleró e íbamos a una velocidad máxima.
Megan Fox corriendo riesgos.
Lo que ya no me pareció en divertido era que Chase estaba molesto conmigo, lo cual era aceptable ya que ahora mismo estábamos en una celda por mi culpa.
-Vamos, de vez en cuando hay que hacer travesuras-le animé.
-Sí, y se ha vuelto una locura-dijo con sarcasmo.
-Y tu estás bien duro-dije por accidente. Él abrió los ojos como platos.
-Lo siento-me disculpé.
-No importa.-Hizo un ademán.
La tramposa estaba en otra celda, pero seguro nos estaba envidiando porque ella estaba forever alone.
-¿Por qué hoy estás tan...amargada, Meg?-preguntó mirando hacia el sucio suelo de la celda.
-Supongo que estoy en mis días.-Me encogí de hombros.
-Puedes contarme si quieres, Meg.
-El grosero.
-¿El grosero?-Preguntó confundido-. ¿Quién es él?
-Tu hermano-dije, mirando hacia otro lado.
-¿Qué pasa con él?-Preguntó en tono preocupado.
Rompí a llorar como una gran huevona. Le conté todo lo que había pasado entre él y yo. Obviamente tenía mucha vergüenza, pero a Chase lo consideraba como una amiga más.
-A veces me sorprendo lo hija de puta que puede llegar a ser.-Tenía su mirada bien lejos.
-Para mí no es ninguna sorpresa.
-Hablaré con él.
-Chase, no, por favor-supliqué-. No quiero otro problema más. Por favor.
Le miré suplicante con la cara de Megan.
-De acuerdo.-Asintió-. Sólo por esta vez.
Yo le abracé. Sus brazos se sentían como el hogar que había perdido hace un par de semanas.
-Megan...
-¿Sí?-Le miré a los ojos.
-Tenemos que salir de aquí-me dijo.
-De acuerdo.-Asentí. ¿A dónde quería llegar?-Salgamos de aquí.
-Hay un pequeño problema.-Trató de reconfortarme con su mirada.
Joder, ¿por qué me pasa esto a mí?
-Dime.-Puse mi las manos en mi cabeza esperando que dijera lo que no quería oir.
-Tenemos sólo una llamada, y sólo una persona para que pueda pagar la fianza y no tener que quedarnos hasta mañana.
-Yo no tengo a nadie, Chase-dije tristemente-. Utilízala tú.
-Yo sólo tengo Kyle.
Triple mierda.
-¿Y Kiara?
Dios, tenía que agotar todas las opciones posibles.
-Él es el que maneja todo, Meg-Explicó-. Si nos ayuda Kiara, se va a enterar y será peor.
-Además, él es el que puede sacarnos de aquí ya que conoce todo el proceso.
-Entonces llámalo-ordené.
-Se va a enojar demasiado-susurró.
-Yo me responsabilizo, Chase.
-No te dejaré sola.
Después de decir eso, Chase se fue a hacer la llamada. Yo estaba muerta de los nervios, ya estaba hecha polvo ahora que el grosero se enterara.
Esta era mi segunda falla contando el tiro que casi le pego a Chase. Dios, no eres más torpe porque no eres más grande.
-No tarda-dijo con tono de preocupación.
Ay, señor, ¿quién me salva?
-¿Qué te dijo?-Pregunté con cautela.
-No está muy contento.-Hizo una mueca.
Chase y yo nos quedamos un buen rato hablando acerca de todo lo que me ha pasado últimamente, y me prometio que no dejaría que el grosero me tratara de esa manera. Que no me preocupara porque no iba a pasarme nada.
Yo no estaba tan segura de eso.
-Chase-pronunció, el grosero del otro lado de la celda con el oficial panzón al lado.
-Hermano.-Chase se puso de pie y me llevó consigo.
Después de que el grosero pagara la fianza para que dejaran libre a mi, a Chase y a la tramposa(no soy tan mala persona) nos disponíamos a salir de ese lugar, pero como nada es color de rosa, el grosero me detuvo.
-Ahorita hablamos.
Eso sonó más que una buena amenaza.
¿Qué voy a hacer? ¿Y si le dice a mis padres?
Estas cosas sólo me pasan a mí.
Tenemos que hablar. Prepárate Megan, que lo que viene no es bueno. No eres inocente, Chase no estará contigo todo el tiempo. Eso es más que un pequeño problema. Él está bien duro...
¿Qué tal?!!! Realmente no pensé que llegasen a los +50 votos.
¿MARATÓN 2/3? Cómo ya siento que está muy fácil para ustedes, ahora pido +60 votos, y +32 comentarios. BUAJAJAJAAJAJAJA.JAJ.
No se quejen! Prácticamente he subido capítulos que debería subir en tres semanas!
Me alegra mucho de que muchas personas les guste la historia.
Las amo amándolas con el amor de Chase. Besos.
Ya saben, el capítulo depende de ustedes. ;)
¿Será posible?
Lean New Secret de @CrazzzyInLove y Aprendí a amar de marher98
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Bendiciones.