— Deberías aceptar mi ayuda más seguido, dos hombres trabajan mejor que uno — Lan Qiren se lamenta el por qué de tanto rechazar la ayuda del Wen, ahora ha aceptado tan fácil. Tal vez se deba a que ya no soportaba escucharlo rogar después de una junta —, cuando terminemos podemos pedir comida a domicilio.
Tomó el puesto de ejecutivo de Lan Merce muy joven, tan solo meses atrás y siente que ya no soporta la presión en sus hombros. Que su socio comercial esté detrás de él como perro callejero no mejora la cosas.
— He aceptado porque sé que me molestaras más tarde si no lo hacía — dice manteniendo su tranquilidad mientras suben el sofá por las escaleras de su nueva casa —, y no habrá comida a domicilio, no sabemos que tipo de ingredientes utilizan, tampoco si llevan a cabo todos los protocolos de salubridad.
— Qué aburrido — parece ser que es la última cosa que cargar durante la mudanza, el Wen se cuentiona una vez más por qué Lan Qiren no contrató un servicio de mudanzas si tiene el suficiente dinero para ello —, escuché que tu hermano ahora tiene un hijo, felicidades.
— No debería decirte lo mismo a ti? ¿No deberías estar en este momento cuidando de tu niño?
— En serio creíste lo que decía aquel artículo!? Solo son patrañas para tratar de poner en mala imagen mi empresa, soy soltero y sin responsabilidades si te lo preguntas.
— No me lo pregunté.
Se siente cómodo con la extensa plática de Ruohan, su fuerte voz llena el silencio enternecedor que se ha formado a su alrededor desde que su hermano se ha ido y formado su propia vida. Ahora él está casado y acaba de tener un hijo, Lan Huan, ha visto algunas fotos del bebé, pero nada más.
Terminan de armar los muebles pesados y de madera robusta, nunca ha sido de trabajos de fuerza, así que agradece al Wen quien ha hecho la mayor parte del trabajo, él simplemente ha pasado los tornillos y herramientas.
— Prepararé la cena — dice finalmente cansado, trabajando para encontrar las ollas y sartenes entre las cajas. Va rápidamente a la tienda de convivencia a unas cuadras y cuando regresa encuentra al contrario con dos enormes cajas de pizza y algunas latas de cerveza — Tú!
— Nos lo merecemos Qiren, nada mejor que un buen trago y una buena comida después de una mudanza! — levanta su lata a medio vaciar — Vamos, date un día de descanso!
Termina por aceptar.
La presencia de Ruohan a su alrededor cada vez se hace más cotidiana, ya no va solo a su oficina cuando hay juntas importantes y ya han terminado de acomodar todo en su casa, pero él sigue yendo cada fin de semana. El Wen le enseña cómo comprar en las tiendas de autoservicio, que mezclar helado con papas fritas es una buena combinación y que la sopa instantánea no es tan mala.
Se ha desviado de su principio, aquellas reglas que se supone debían guiar su camino, pero no seguirlas de vez en cuando no es tan malo.
Llega a conocer al niño sonriente que es la copia exacta de su hermano, tan educado y alegre que le calienta el pecho. Dice que quiere ser un gran artista de grande, tiene un pequeño montón de acuarelas rotas y libretas empapadas.
Su hermano había escogido ese camino alejado de la empresa, había ofrecido su ayuda, pero no la quería.
Sin embargo, no le impide comprar las mejores cosas para su primer sobrino; un lindo caballete hecho a la medida, acuarelas, óleos y acrílicos de la mejor calidad, lienzos de todos los tamaños, lápices y pinceles profesionales.
El rostro de Xichen se ilumina cuando aún ni siquiera puede escribir su propio nombre.
Después llega Lan Zhan, callado y rechaza a los extraños. Todo un Lan.
Wen Ruohan lo acompaña de vez en cuando a visitar a su hermano y familia. Le lleva dulces a los niños y un pastel para celebrar el cumpleaños de su cuñada.
— Me alegro de que tengas un amigo — se sonroja ante las palabras de su hermano, miran desde la puerta al Wen hacer el avioncito a Xichen mientras Zhan mira desde su andadera —, me alegro de que tengas a alguien.
Él también lo hace.
Wen Ruohan empieza a invadir su espacio personal. Juega con los mechones negros rebeldes que se escapan de su pulcro peinado, aliza las arrugas de su traje después de una junta y le cuenta su día casi en el oído. Su perfume empieza a gustarle.
— Deberías ir con nosotros — se niega, ¡qué inmoral! ¡Todos han planeado ir a aquel club nocturno después de las diez, no puede creerlo, algunos tienen esposa!
— No gracias — dice después de que ve como se burlan de Fengmian, quien toma el primer taxi y se retira a su casa alegando que su esposa lo espera —, debería retirarme.
El Wen lo sigue, le ofrece un vaso de agua y se relajan sobre la sala.
— En verdad prefieres quedarte aquí que ir al club? — se burla — La próxima vez ven con nosotros, hay chicas muy buenas con la boca — se ríe mientras hace una seña obscena con la mano y su boca —, ¿por qué tan cohibido Qiren? ¿No me digas que nunca te han hecho una mamada?
No le responde, concentra su atención en el televisor apagado.
— Dime que al menos no eres virgen! — claro que lo es, ¿por quién lo toma!? ¡Fue educado para esperar a la persona correcta! — Dioses Qiren, tienes más de dos décadas!
Mira al contrario y sabe que se le ha ocurrido una muy mala idea.
— No dejaré que llames a una servidora pública a mi casa — dice alarmado, el contrario suelta una carcajada.
— Puedo arreglar eso, aunque para lo que pienso no necesito llamar a nadie — se acerca y su aroma lo golpea, es una mezcla de su colonia, el sudor del día y su olor natural, resulta atrayente de alguna manera —. Somos amigos Qiren, no necesitas ponerte nervioso.
Es su primer beso y la primera vez que alguien lo toca de esa manera. La escurridiza y juguetona lengua del Wen lo vacila dentro de su boca, aún sabe a tabaco y licor.
Su costoso traje de diseñador termina esparcido en el camino a su compleja habitación, el de Ruohan, desapareció desde la sala.
Intenta apagar la lámpara de noche porque la vergüenza lo atraganta, nunca se imaginó estar en esa situación con un hombre, ni con ninguna otra persona. El Wen se lo impide, le sonríe con sorna mientras baja y lo traga hasta la base, no debería sentirse tan bien.
Todo termina como recuerdos de noche, Ruohan gimiendo su nombre mientras abría las piernas para dejar al Lan entrar hasta el fondo, el sudor en su espalda y la hinchazón de sus labios.
— No podemos hacer esto de nuevo — son sus primeras palabras cuando se despierta y descubre que el otro no se ha ido.
Se ríe, porque sabe que está mintiendo. Terminan en la misma situación más veces, demasiadas para contarlas con los dedos de sus manos y pies juntos. A veces termina tan cansado que no se digna a reclamarle al contrario, a veces deja tan agotado al Wen que solo lo mira perder la conciencia mientras le masajea la espalda baja.
Siguen así por años. Después su cuñada muere, su hermano la sigue de cerca.
Tiene que cuidar de dos infantes cuando nunca antes lo había hecho, no sabe qué hacer y quiere llorar por eso. Wen Ruohan le da algunos consejos y se sorprende cuando se da cuenta de que son buenos. El Wen le dice que los aprendió mientras cuidaba a sus hermanos menores.
Por suerte el par de infantes vienen en paquete junto a una mujer que figura ser su Nana. Los cuida, baña, alimenta y educa tal y como lo haría una madre.
Es el cumpleaños de Lan Zhan y no sabe que regalarle, porque el niño no muestra un interés concreto, ni siquiera le habla. A veces le preocupa y lo lleva al pediatra, ha investigado y sospecha que es autismo.
El médico le dice que todo puede mejorar con todo tipo de terapias de comunicación y familiares, Lan Zhan empieza a interesarse en la música.
Por suerte Wen Ruohan es lo suficientemente inteligente y lleva un regalo común y que a cualquier niño le gustaría, un ferrocarril de juguete. Zhan y Huan juegan con él toda la noche.
Se atreve a agradecerle al Wen cuando ya todos están dormidos y solo ellos quedan en la cocina. Se acerca y lo besa con lentitud, Ruohan lo toma de la cintura y se separan cuando escucha unos leves pasos, no hay nadie y siguen.
Todo se desploma meses después, las noticias son un desastre y los camarografos atacan el auto en el que Ruohan va.
Tiene una familia, la mantuvo oculta demasiado tiempo y solo se descubre cuando su esposa ha muerto. Tiene dos hijos, el mayor de la edad de Xichen.
— Por la seguridad de mi esposa e hijos los mantuve ocultos de los medios sociales, como una de las personas más importantes de la economía del país no me podía arriesgar a ponerlos en peligro — dice a la conferencia de prensa —, pero ahora que todo es público, me enorgullece presentar a mis hijos.
Le duele el pecho porque siempre lo supo y decidió ignorarlo. Los medios de comunicación ya habían expuesto al primer hijo del Wen en su nacimiento y él decidió creer en la mentira de Ruohan.
Le duele saber que todos esos años, siempre había sido una aventura de un hombre demasiado egoísta.
— No debiste confundir las cosas Qiren — no eran las palabras que esperaba cuando pidió una explicación —, en ningún momento dije que teníamos una relación.
— Pero... Seguiste acostándote conmigo, te invité a mi casa y te presenté a mi familia — dijo calmado —, nos amamos.
— Somos amigos, no es así? No podemos arruinar los lazos de nuestras empresas por un malentendido — le sonrió y apretó su hombro —, nos vemos en la siguiente junta.
Se enfurece y se permite maldecirlo. Le quita a Lan Zhan el juguete y no se detiene aunque el niño llore.
Siente que algo se amarga en su vida. Había amado al hombre por tantos años y le había mentido justo en su cara, pero eso no era más que su culpa, si tan solo hubiera seguido las reglas de su familia.
Empieza a presionar a Lan Xichen y a Lan Wangji, ya no les permite saltar en la cama o comer dulces, le quita todos sus juguetes y cuadernos para colorear. Los reemplaza por libros de matemáticas y actividades didácticas.
La Nana de los niños le dice que está haciendo todo mal, pero la ignora, él sabe que está haciendo lo correcto para el futuro de sus sobrinos.
Crecen para ser lo que considera un Lan perfecto. Wangji toma una rama de la empresa y Xichen otra.
Wangji llega a la casa con un muchacho de sudadera roja, tomados de la mano y demasiado cercanos. Es su pareja, lo ha sido por meses. Wangji se va de la empresa, se va de la familia y siente que ha fallado como su tutor, no los educó con demasiada fuerza.
Xichen se mantiene en el camino adecuado, o al menos eso parece. Cada vez lo nota más relajado y sus sonrisas más sinceras, ha subido de peso, lo puede notar en sus mejillas que ya no están hundidas, tiene otro color en el rostro.
— Escuché que vieron a Xichen pasear con el joven Jiang cerca de su departamento — Ruohan le dice con una sonrisa burlona, su amistad nunca se había recuperado —. Cayendo en los mismos pasos que su tío, qué lamentable.
— No es tu asunto — nunca lo fue.
Tiene que hablar con Xichen antes de que cometa una tontería como su hermano. Lo encuentra a medio vestir junto a Wanyin, está claro lo que han hecho.
Golpea al Jiang y por un momento se arrepiente, después recuerda el por qué lo ha hecho, es por su sobrino, lo está cuidando.
No quiere que termine como él, no quiere que su vida se vea guiada por la amargura de un amor fallido. Jiang Wanyin es como Wen Ruohan, solo está jugando con su sobrino.
— Es por ese hombre? — por primera vez vacila en sus palabras, porque pensó que Xichen arreglaría las cosas y no vendría a recordarle su lamentable pasado.
No, no puede responder correctamente a la pregunta. Por ambos saben que en realidad sí es por ese hombre.
Xichen se va sin cambiar de opinión... Ah, realmente ha fallado en la vida.
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Actualización supertemprana uwu gracias por leer y votar!!! ^^
Lan Qiren tiene traumas, no lo odien ><. Creen que se dará cuenta de su error o seguirá insistiendo en separar a Xichen y Wanyin? 👀
Cuídense muchísimo. Besos en la cola 💙💜🌩️.